Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa. Zulma Ortiz Agosto, 2013 Este artículo debe cirtarse como: Ortiz, Z, “Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”, IIE, ANM; 2013. Disponible en www.errorenmedicina.anm.edu.ar La idea que está detrás de esta expresión es la diferenciación que se pretende hacer sobre un objeto que puede transitar los polos de una caracterización, sin perder la esencia. En esta edición de boletín hemos seleccionado como tema la cultura y para ilustrar el estado del arte en “cultura de seguridad del paciente” hemos incorporado una serie de artículos que hoy más que nunca nos recuerdan la frase: “una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. Al tratar de conceptualizar y definir cultura encontramos que existen cientos de definiciones y que el concepto ha evolucionado con el tiempo y según la perspectiva de quienes han estudiado y/o reflexionado sobre diferentes aspectos de la misma. No es lo mismo definir cultura desde una perspectiva filosófica que social; a su vez dentro de las disciplinas sociales hay definiciones simbólicas, estructuralistas, funcionalista-estructural, entre otras. El punto que se quiere destacar es que, hablar de cultura organizacional es apenas un tópico del enorme mapa conceptual que engloba la palabra cultura. En relación con las tipologías también existen muchas clasificaciones según la perspectiva y el momento en que se analicen. Una clasificación que nos resulta útil a la hora de analizar la cultura de las organizaciones de salud es la que nos permite distinguir entre macrocultura, cultura organizacional, subcultura y microcultura.1 A modo de ejemplo situemos un hospital dentro de una sociedad o de un Estado, en el que participan otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, públicas, privadas, con o sin fines de lucro. A su vez dentro de ese hospital identifiquemos diferentes áreas de trabajo u ocupaciones como pueden ser la medicina, abogacía o ingeniería. Por último imaginemos esas áreas trabajando con un mismo objetivo y constituyendo un microsistema. A esta altura habremos incorporado los cuatro tipos de cultura. La macrocultura que corresponde a la sociedad o el Estado que incluye al hospital que a su vez tiene una cultura organizacional en la que pueden diferenciarse subculturas (medicina, abogacía, ingeniería) y microculturas como la de los comités de seguridad. ¿Para que sirve reconocer que la cultura organizacional es parte de una macrocultura y que puede incluir subculturas y/o microculturas? Entre otras cosas para distinguir que cuando hablamos de cultura de seguridad del paciente nos estamos refiriendo a un aspecto de la cultura organizacional y que si no distinguimos el grupo sobre el que se basa el estudio (subculturas o microculturas) podemos incurrir en errores al momento de interpretar los resultados del mismo. Edgar Schein en su libro “Organizational culture and leadership”1 describe a la cultura organizacional como el “aquí y ahora”, un fenómeno dinámico y una estructura con bases coercitivas que nos afectan de distintas maneras. Según el autor, la cultura organizacional implica un patrón de supuestos básicos compartidos, que el grupo ha aprendido a medida que resolvía sus problemas de adaptación externa e integración interna, que funcionó lo suficientemente bien como para ser considerado válido, y que por lo tanto, es enseñado a los nuevos miembros de la organización como la manera de percibir, pensar y sentir en relación con dichos problemas. Según Weaver2, la cultura de la seguridad del paciente sería, entonces, el conjunto de valores compartidos, creencias, normas y procedimientos relacionados con la seguridad del paciente entre los miembros de una organización, unidad o equipo. Esta cultura condiciona las conductas del personal, las actitudes y conocimientos de tal forma que hace prioritario el trabajo por proporcionar todo aquello que garantice la seguridad del paciente respecto a otros objetivos como podrían ser el rendimiento o eficiencia. En el artículo de Aranaz y col3 se describen cuatro momentos de la cultura y se plantea que el desarrollo de liderazgo y trabajo en equipo para lograr cuidados seguros, esenciales en otras empresas consideradas de alto riesgo, no son la norma en el ámbito sanitario. Por eso incluimos el artículo de Barnsteiner4 que hace una revisión de los elementos esenciales de una cultura de seguridad y describe herramientas que deberían ser incorporados en la formación y educación continua de estudiantes de enfermería. A pesar del esfuerzo es obvio que se trata de un recorte de todo el conocimiento disponible sobre la cultura de seguridad del paciente que seguirá evolucionando y demandará aún más estudios. 1 ) Schein, E. H. Organizational culture and leadership. Fourth Edition (2010). John Wiley &Sons Inc. ) Weaver S; Lubomksi L; Wilson, R et al. Promoting a Culture of Safety as a Patient Safety Strategy. A Systematic Review.Ann Intern Med. 2013 Mar 5;158(5 Pt 2):369-74. doi: 10.7326/0003-4819-158-5201303051-00002. Review. PMID:23460092 [PubMed - indexed for MEDLINE] Ann Int Med. 2013; 158 (5); (Part 2) 3 ) Aranaz JM, Agrab Y. La cultura de seguridad del paciente: del pasado al futuro en cuatro tiempos. Med Clin (Barc). 2010;135(Supl 1):1-2 4 ) Barnsteiner J. Teaching the Culture of Safety. OJIN, 2011Vol. 16, No. 3, Manuscript 5. Disponible en: http://www.nursingworld.org/MainMenuCategories/ANAMarketplace/ANAPeriodicals/OJIN/TableofConten ts/Vol-16-2011/No3-Sept-2011/Teaching-and-Safety.html 2