Estrategias corporativas exitosas Mauricio Mena, Director general de Bac&asociados La estrategia corporativa es mucho más que la operación de una casa matriz. ¿Hacia dónde deben apuntar los objetivos de un grupo empresarial para ser verdaderamente competitivo? El éxito alcanzado por grandes grupos empresariales de la región provee una rica fuente de lecciones estratégicas que vale la pena capitalizar. Por un lado tenemos grupos que han logrado crecimientos sostenidos desde sus orígenes, como negocios individuales, hasta conformar grandes conglomerados empresariales. Otros han optado por enfocarse y han logrado multiplicar varias veces su tamaño en seis o siete años. Se han transformado exitosamente de negocios familiares a corporaciones profesionalizadas y admiradas. Sin embargo, las estrategias seguidas han diferido, a veces de forma radical. ¿Qué tienen en común estas estrategias y en qué difieren? Para responder a esta pregunta debemos recordar que existen dos niveles fundamentales de estrategia empresarial. En primer lugar, la estrategia competitiva, la cual se desarrolla a nivel de las unidades estratégicas de negocio (UEN) para definir un posicionamiento competitivo único y/o difícil de imitar, que le provea a la empresa características distintivas para atraer y retener a sus clientes, vencer a la competencia y lograr niveles de rentabilidad superiores en el largo plazo. Por otro lado, la estrategia corporativa tiene que ver con escoger los negocios en los que se desea competir, así como la forma en que se administrarán las UEN resultantes para asegurar que el conjunto cree y capture un valor mayor que las partes individuales. Las corporaciones no compiten directamente. La competencia se desarrolla a nivel de sus unidades de negocios. No obstante, la estrategia corporativa es mucho más que la operación de una casa matriz. El objetivo de una buena estrategia corporativa es tanto asegurar que la corporación fortalezca la ventaja competitiva de cada UEN, por medio de la transferencia de conocimientos, recursos y habilidades, como materializar las sinergias en costos, ingresos (por ejemplo mediante la potenciación de ventas cruzadas) o ambos. De esta forma, las UEN estarán mejor por su presencia dentro de la corporación que como negocios independientes. En otras palabras, las corporaciones deben asegurar que son el mejor “padre” para cada una de sus UEN, caso contrario deben dejarlas hacer “casa aparte”, buscar “otros padres” o analizar la posibilidad de sustituirlas por alianzas estratégicas,joint ventures u otros acuerdos alternativos. Como resultado, existe un continuo de estrategias posibles para una corporación. Un esquema es el de negocio dominante, en donde existe un negocio principal alrededor del cual se crean empresas más pequeñas que le sirven o se relacionan directamente con él. Este es, por ejemplo, el caso de la mayoría de los grupos financieros en la región. En el otro extremo tenemos conglomerados de negocios no relacionados, cuya sinergia se basa en compartir los sistemas de control y recursos financieros asignándolos de la forma más eficiente y rentable entre el portafolio de negocios. En este caso, hace más sentido tener centros corporativos pequeños en lugar de una fuerte centralización, como lo podría requerir el caso del negocio dominante. En el medio podemos hablar de corporaciones de negocios relacionados, que típicamente desarrollan UEN más uniformes en términos de tamaño e importancia relativa que las de negocio dominante, pero buscan compartir (y explotar) habilidades y recursos distintivos que les son comunes, así como las sinergias resultantes de esta vinculación. Los ejemplos en nuestra región, al igual que otros a nivel global, muestran que no hay una receta única para el éxito de la estrategia corporativa. Tampoco deben responder a un afán de centralización por sí mismo. Más bien son el resultado de escogencias bien analizadas y una implementación obsesiva apoyada en sistemas, políticas y procesos que permitan coherencia en el uso de los recursos y una integración efectiva de los negocios, procurando el alineamiento con la visión del futuro elegido por la corporación. Mercados y Tendencias (Julio-Agosto, 2009) Estrategias corporativas exitosas, 35, 63.