La ciencia a partir de la modernidad: una nueva cosmovisión “MECANICISTA” La nueva ciencia es un mecanicismo frente al organicismo y al teleologismo aristotélico. "Estoy muy atareado en la investigación de las causas físicas. Mi propósito es demostrar que la máquina celeste ha de ser comparada no a un organismo divino (el que piensa que un reloj está animado, atribuye a la obra la gloria del artífice), en la medida en que los movimientos múltiples se realizan gracias a una única fuerza magnética muy sencilla, el caso de una maquinaria de relojería, de la misma manera que en el reloj todos los movimientos son causados por un simple peso, demuestro como esta concepción física ha de ser presentada por medio del cálculo y la geometría" Kepler, 1605 Las "piezas" y el movimiento de la máquina del universo La explicación mecanicista recurre solo a las partículas (materia extensa) y al movimiento mecánico, excluyendo las finalidades. En efecto, supone la recuperación de un conocido sistema filosófico griego: el atomismo de Demócrito. Se eliminan así los elementos fundamentales de la ciencia aristotélica, las formas y los fines, la nueva ciencia será cuantitativa y perderá de vista la finalidad. El mecanicismo no alcanzará su apogeo sino hasta Newton cuyo sistema sólo dependerá de la materia y el movimiento para explicarlo todo. Kepler con el concepto de fuerza y Galileo con sus estudios de la mecánica terrestre, habían sembrado el camino en esta línea. Un universo matemático El mecanicismo habrá de reducir la realidad a elementos susceptibles de ser cuantificables, como la cantidad, la extensión y el movimiento. Los fenómenos observados pueden ser matematizados de modo que se alcanza la realización del ideal platónico-pitagórico de una matemática universal. Las categorías Aristotélicas, substancia, esencia, forma, cualidad y fin; fueron sustituidas por otras como "fuerza", "resistencia", "movimiento", "velocidad", "aceleración", "espacio" y "tiempo". Para la nueva ciencia, los conceptos de espacio y tiempo serán conceptos de una relevancia intrínseca. El espacio físico se identifica con el espacio geométrico y el tiempo en una cuarta dimensión también mesurable. El tiempo, en efecto, puede representarse utilizando una línea recta y se puede relacionar con las tres dimensiones espaciales.