Por: BEGOÑA PERNAS i^<^^»rrrf^. ti.i.. LA DISTANCIA EN LA PLANTACIÓN DE ÁRBOLES / J / ' I / / / ' r / L os árboles o arbustos que se planten en los límites de las fincas deben respetar unas distancias mínimas para no perjudicar los derechos de los propietarios de las fincas colindantes. Estas distancias constituyen límites recíprocos a los derechos de propiedad que evitan que las raíces de las plantaciones se aprovechen de suelo ajeno 0 que las ramas priven al fundo vecino de aire y ]uz. El Código Civil, teniendo en cuenta que una fijación única y uniforme de distancias prohibitivas entrañaría una regulación arbitraria, puesto que tales distancias pueden variar según la naturaleza del suelo, de los productos o del clima, resuelve que para establecer las mismas se debe tener en cuenta en primer término las ordenanzas y costumbres del lugar, y que sólo en defecto de éstas, se apliquen las distancias que la Ley establece. En actuación de tal previsión, aparece el Decreto 2661/67, por el que se aprueban las ordenanzas a las que han de someterse las plantaciones forestales. De esta forma, el sistema de fuentes sobre distancias queda configurado escalonadamente: ante todo las ordenanzas locales (que raramente contendrán previsión al respecto), en su defecto costumbre local, a falta de ésta las del Decreto 266U67, y como regla general la del artículo 591 del Código Civil. Es en este artículo en el que nos vamos a centrar y en el que se recogen las siguientes distancias: - dos metros si se trata de árboles altos - cincuenta centímetros si se trata de arbustos o árboles bajos. ^Qué se considera a efectos de esta norma un árbol o un arbusto? La distinción entre árboles y arbustos o árboles bajos, es de apreciación relativa, pues a pesar de definirse por el diccionario de la Real Academia al 476 / / I / / ' I 1 / I ' 1 / / ' / / i / ^ / / / / ' ^ / ^ 1 l / / / / árbol como planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a mayor o menor altura del suelo, y considerar al arbusto como planta perenne de tallos leñosos y ramas desde la base, lo cierto es que toda duda acerca de este tema habrá de ser resuelta seg^ín las circunstancias de cada caso concreto y con una adecuada interpretación del artículo 591 del Código Civil. La distinción entre árboles y arbustos o árboles bajos según las decisiones de 74-ibunales es necesario tomarla teniendo en cuenta el crecimiento vertical de las especies plantadas, es decir utilizando como criterio de distinción la altura. Así pues puede haber arbustos que por su altura sean considerados como árboles altos y por tanto deben respetar la distancia de dos metros. ^,Qué sucederá si no se respetan esas distancias? En ese caso el propietario de la finca colindante tendrás derecho a pedir que se arranquen ]os árboles, e incluso podrá reclamar además que se le indemnicen los daños y perjuicios que haya causado el no respetar esas distancias. Si las distancias se respetan pero las ramas o las raíces de los árboles invaden mi propiedad, í,puedo exigir que se corten las mismas? En este caso el supuesto es diferente según sean ramas o raíces. Si se trata de las ramas debe exigir al dueño del árbol que las corte, y si él no lo hace de- / / /. l / ' / / / / / ' / / / / / / / berá exigir su cumplimiento a los tribunales. En e] caso de las raíces que invadan el suelo, es el propietario de éste último el que tiene derecho a coi^,arlas por si mismo. Centrémonos ahora en los árboles que existen como seto vivo medianero entre dos fincas. Estos árboles se presumen también mE:dianeros, ,y ^^^or tanto cualquiera de los dos dueños de las fincas colindantes tienen derecho a exigir su derribo. Sin embargo esta regla tiene una excepción ya que si los árboles sirven de mojones, no podrán ser arrancados si no e^ste común acuerdo entre. los dos propietarios colindant^es. EI vecino del Sr. A ha plantado un cierre vegetal de é^emplares de la especie Cupressociparis Leylandiique que alcanzan alturas de enlre 3 y 4 metros, a una distancia inferior a dos melros de los lindes de su finco. Los citados arbusros dejan en parte sin vistas a la finca del Sr. A impidiendo en ciertas partes el paso de la luz. EI Sr. A quiere que se an-anque el citado cierre vegetal pero su vecino dice que se trala de una especie de aróusros y que por tanro la distancia a la que se ha plantado es la correcta, y además dice que en ningún caso sería necesaria su tala sino que conseguiría los mismos efedos una poda adecuada de los mismos. La determinación de la distancia a la que se deben plantar los órboles o arbusios en ausencia de costumbre del lugar es la determinada por el Código Civil que establece que para los árboles altos será de dos metros, y para los bajos o arbusios áe cincuenta centimekos. La deierminación de lo que se considera árbol alro o arbuslo viene condicionada por su aliura lo que hace que el cierre del vecino del Sr A sea considerado a estos efectos como un árbol alro. La norma da derecho a exigir que se an-anquen los árboles, y como el vecino del Sr. A no ha preseniado ante el juez ningún informe técnim que permita determmar que con una poáa se evitaría la inmisión áe raíces en la finca de su vecino, no tiene porqué se aceptada esta solución.