AMPARO.DERECHO A LA SALUD. Obligación del Estado Nacional

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Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
AMPARO.DERECHO A LA SALUD. Obligación
del Estado Nacional. Cautelar. Obra Social.
Provisión de prótesis.
Cabe recordar el compromiso internacional de asegurar a todos los habitantes el derecho a
la salud asumido por el Estado Nacional a través de tratados que poseen jerarquía
constitucional en virtud de la reforma de 1994.Esta responsabilidad como garante del
sistema de salud nace, entonces, del art.75 inc.22 de la Constitución Nacional y
Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, art.XI; Declaración Universal
de Derechos Humanos, art.25.1; Convención Americana de Derechos Humanos, art.29.c;
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, art.12.1 y 12.2.d.
Además es doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en fallos 323:3229,
consid.16 y sus citas (321:1684 y 323:1339) y 324:3569, consid.11 y sus citas, entre
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otros.De ellos se desprende que la salud encuentra un posicionamiento tan o más elevado
que la propiedad privada y que la atención sanitaria se encuentra más próxima a los
derechos centrales (Aída Kemelmajer de Carlucci, “El SIDA en la jurisprudencia,
suplemento especial LL, noviembre de 1999, p.37), siendo ésta una obligación de
impostergable cumplimiento, sin perjuicio de las obligaciones que deben asumir en su
satisfacción las jurisdicciones locales, las obras sociales o las entidades de la llamada
medicina prepaga.Es decir, el derecho a la salud no forma parte simplemente de una
declaración de derechos como declaración de mera voluntad, sino que debe entenderse
como el compromiso del propio Estado a su tutela, dictando las normas necesarias y
velando por su cumplimiento a fin de asegurar la real existencia de este derecho.Podemos
señalar, también, que el término “derecho humano a la salud” expresa un concepto más
extenso: el derecho a una mejor calidad de vida y configura un derecho de naturaleza
prestacional, un derecho de la población a servicios médicos suficientes para una adecuada
protección y preservación de su salud (Carnota, Walter F., “Proyecciones del derecho
humano a la salud”, “D 128-879 y 880).Estos razonamientos, basados en el deber de la
autoridad pública nacional de tutelar la prestación de salud, permiten rechazar los
argumentos del apelante, dirigidos a desligarse de responsabilidades como sujeto pasivo de
la medida cautelar, no pudiendo justificarse toda vez que el Estado Nacional tiene a su
cargo velar por los derechos protegidos constitucionalmente, con el fin de asegurarlos a
todos los habitantes y -directa o indirectamente- se halla obligado a su tutela inmediata a fin
de evitar su frustración. Ello es así, en tanto “corresponde tener presente que éste debe
garantizar el derecho a la salud con acciones positivas a fin de evitar que se torne ilusorio”
(Fallos: 323:1339, “Asociación Benghalensis y Otros v. M° de Salud y Acción Social Estado Nacional”).Por tanto, siendo el Estado Nacional, a través del Ministerio de Salud de
la Nación, sujeto pasivo de la acción entablada en autos, resulta correctamente obligado al
cumplimiento de la medida cautelar dictada en autos.”(del voto del Juez SCHIFFRIN con
adhesión del Juez ÁLVAREZ)
4/10/2010.SALA SEGUNDA.Expte. 16.749/10.”Saavedra, Silvia Viviana c/ Ministerio
de Salud de la Nación s/ amparo”. Juzgado Federal°3 de Lomas de Zamora.
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
La Plata, 4 de octubre 2.010. R.S. 2 T 207 f*32/33
AUTOS Y VISTOS: este expediente n°°16.749/10 caratulado “S., S. V. c/
Ministerio de Salud de la Nación s/ amparo” proveniente del Juzgado Federal de Primera
Instancia n°3 de Lomas de Zamora.
Y CONSIDERANDO QUE:
EL JUEZ SCHIFFRIN DIJO:
I- Llega este expediente a la Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto
por el Ministerio de Salud de la Nación, (...) contra la resolución de primera instancia que
concedió la medida cautelar solicitada por la amparista.
II- Cabe señalar que la actora promovió acción de amparo contra el Ministerio de
Salud de la Nación y el PAMI reclamando el derecho a la vida, la salud y la asistencia
médica que considera se encuentran conculcados a su progenitor, (...).
En su demanda expresa que su padre realiza un tratamiento en el Sanatorio Modelo
(...) y requiere la provisión de un sistema para infección y revisión de rodilla modelo
“Spacer K Tecres”, de origen importado. Su necesidad se debe a la patología que padece en
una de sus piernas que le genera una impotencia funcional grave en relación al gran dolor
que le produce.
Asimismo, manifestó que realizó los trámites respectivos para la obtención de dicha
prótesis de rodilla en la Unidad de Gestión PAMI (...), sin respuesta favorable a su petición
(...).
También, expresa que igual solicitud realizó la titular del Ministerio Público de la
Defensa n°2 (...), mediante oficio al señor Director de la citada Unidad de Gestión no
recibiendo, a la fecha de la presentación del amparo, respuesta ninguna.
Por último, peticiona como medida previa a efectos de salvaguardar derechos de
naturaleza superior, y ante el peligro en la demora, que se ordene a los demandados la
entrega de la prótesis mencionada en el recetario médico hasta que se resuelva la cuestión
de fondo.
III. (...), la señora jueza subrogante dispuso otorgar la medida cautelar requerida por
la amparista, que fue cumplida por la Obra Social demandada, (...)
IV- Entrando en el análisis de los agravios traídos a esta instancia, cabe sintetizarlos
de la siguiente manera:
1) que es el PAMI el obligado para cumplimentar la medida, no siendo el apelante el
que deba cumplir con esa prestación, conforme las disposiciones legales vigentes;
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2) que la decisión apelada no cumple con los extremos requeridos para el dictado de
una medida precautoria, según el art.230 del CPCC.;
V- Pues bien, ante los agravios planteados cabe recordar el compromiso
internacional de asegurar a todos los habitantes el derecho a la salud asumido por el Estado
Nacional a través de tratados que poseen jerarquía constitucional en virtud de la reforma de
1994.
Esta responsabilidad como garante del sistema de salud nace, entonces, del art.75
inc.22 de la Constitución Nacional y Declaración Americana de Derechos y Deberes del
Hombre, art.XI; Declaración Universal de Derechos Humanos, art.25.1; Convención
Americana de Derechos Humanos, art.29.c; Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, art.12.1 y 12.2.d. Además es doctrina de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en fallos 323:3229, consid.16 y sus citas (321:1684 y 323:1339) y
324:3569, consid.11 y sus citas, entre otros.
De ellos se desprende que la salud encuentra un posicionamiento tan o más elevado
USO OFICIAL
que la propiedad privada y que la atención sanitaria se encuentra más próxima a los
derechos centrales (Aída Kemelmajer de Carlucci, “El SIDA en la jurisprudencia,
suplemento especial LL, noviembre de 1999, p.37), siendo ésta una obligación de
impostergable cumplimiento, sin perjuicio de las obligaciones que deben asumir en su
satisfacción las jurisdicciones locales, las obras sociales o las entidades de la llamada
medicina prepaga.
Es decir, el derecho a la salud no forma parte simplemente de una declaración de
derechos como declaración de mera voluntad, sino que debe entenderse como el
compromiso del propio Estado a su tutela, dictando las normas necesarias y velando por su
cumplimiento a fin de asegurar la real existencia de este derecho.
Podemos señalar, también, que el término “derecho humano a la salud” expresa un
concepto más extenso: el derecho a una mejor calidad de vida y configura un derecho de
naturaleza prestacional, un derecho de la población a servicios médicos suficientes para una
adecuada protección y preservación de su salud (Carnota, Walter F., “Proyecciones del
derecho humano a la salud”, “D 128-879 y 880).
Estos razonamientos, basados en el deber de la autoridad pública nacional de tutelar
la prestación de salud, permiten rechazar los argumentos del apelante, dirigidos a desligarse
de responsabilidades como sujeto pasivo de la medida cautelar, no pudiendo justificarse
toda vez que el Estado Nacional tiene a su cargo velar por los derechos protegidos
constitucionalmente, con el fin de asegurarlos a todos los habitantes y -directa o
indirectamente- se halla obligado a su tutela inmediata a fin de evitar su frustración. Ello es
así, en tanto “corresponde tener presente que éste debe garantizar el derecho a la salud con
acciones positivas a fin de evitar que se torne ilusorio” (Fallos: 323:1339, “Asociación
Benghalensis y Otros v. M° de Salud y Acción Social - Estado Nacional”).
Por tanto, siendo el Estado Nacional, a través del Ministerio de Salud de la Nación,
sujeto pasivo de la acción entablada en autos, resulta correctamente obligado al
cumplimiento de la medida cautelar dictada en autos.
VI- Ello sentado, conviene recordar que la procedencia de medidas precautorias
requiere la verificación de los presupuestos de verosimilitud del derecho invocado y de
peligro en la demora, tal como lo determina el art.230 del CPCC.
Y que lo que se intenta proteger “... No es, pues, el peligro genérico de daño
jurídico ..., sino que es, específicamente, el peligro del ulterior daño marginal que podría
derivar del retardo de la providencia definitiva ...” (Calamandrei, Piero “Introducción al
estudio sistemático de las providencias cautelares”, ps.42/43).
Señalados estos presupuestos, y analizando la procedencia de la medida cautelar,
atento los términos del planteo formulado por la actora y lo que resulta acreditado con la
documentación acompañada, surge como factor determinante de apreciación la naturaleza
de la patología y, especialmente, la necesidad de contar con el elemento requerido para
poder resolver su problema de salud.
Con lo cual su pretensión configura un interés tutelable, cierto y manifiesto, que
obliga a los responsables a la provisión de lo solicitado.
El interés específico de la tutela cautelar, que justifica la confirmación de la medida
dictada, surge claramente de estos autos, toda vez que su derecho resulta verosímil y su
demora, derivada del retraso de una decisión jurisprudencial definitiva, implicaría un riesgo
que debe evitarse.
VII- En fin, por todo lo expuesto estimo que, hallándose configurados los requisitos
de procedencia de una medida cautelar, cabe confirmar la decisión apelada, postergando el
pronunciamiento sobre costas hasta la oportunidad de sentenciar.
EL JUEZ ÁLVAREZ DIJO:
Que adhiere al voto del Juez Schiffrin.
Por ello, SE RESUELVE: 1) Rechazar el recurso deducido contra la decisión
apelada, la que se confirma. 2) Postergar el pronunciamiento sobre costas hasta la
oportunidad de sentenciar.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.Fdo.Jueces Sala II Leopoldo Héctor Schiffrin
– César Álvarez .(Art. 109. R.J.N., Jueza Olga Calitri)
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