Pornografía Infantil en el Derecho Comparado Por Matías Altamira* La pornografía infantil es un cuestión muy sensible por lo que para resolver correcta y en armonía con el mundo, se debe indagar cómo están legislando y resolviendo otros países y tribunales. Tal análisis debe partir de nuestro ordenamiento jurídico. El artículo 128 del Código Penal reprime con prisión de 6 meses a 4 años al que distribuyere imágenes pornográficas...”. Se configura el delito sólo cuando 2 ó más personas reciben tal pornografía, como lo ha establecido la Sala I de la Cámara Nacional de Casación Penal. Por su parte España, en el artículo 189 b) de su Código Penal, castiga con prisión de 1 a 3 años al que produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare la producción, venta, difusión o exhibición por cualquier medio de material pornográfico en cuya elaboración hayan sido utilizados menores de edad. El Senado de Chile aprobó el proyecto de ley que sanciona la difusión, distribución y tenencia de materiales pornográficos con prisión de 541 días a 5 años y otorga a la policía mayores facultades para intervenir y grabar comunicaciones telefónicas o de Internet. El portavoz del Ministerio de Comercio de Japón expresó que crear páginas con pornografía infantil estaba prohibido por la ley anterior, pero no su transmisión, por lo que planea endurecer su legislación y convertir en delito la transmisión de este material, incluyendo su descarga en disquetes y entrega a otra persona. Con relación al alcance de “distribución”, la Cámara de Apelaciones del 5° Circuito de los Estados Unidos estableció en el caso United States v. Canada que la “distribución” no está limitada a aquellas transacciones con ánimo de lucro, sino que si bien las incluye, no significa que excluya a otros propósitos. Asimismo, reconoce que otros Tribunales sostienen que debe ser lucrativa, pero incluyen al intercambio, trueque y transacciones en especie. Su pena máxima es de 15 años de prisión en una cárcel federal. Este análisis de Derecho Comparado facilita la comprensión y alcance de la cuestión, y exige que se produzcan modificaciones en la ley ritual nacional para ampliar el “tipo penal”, es decir los actos que configuran delito. Esta corriente ampliatoria –como surge de este análisis– es fomentada tanto en Occidente como en Oriente. Un buen modelo a tener en cuenta para elaborar nuestra propia legislación es lo dispuesto por el Código Penal de España. Con relación a la “distribución” lo resuelto por el Tribunal americano es de gran relevancia para el caso que se quisiera reducir tal actividad a aquella realizada con un objetivo dinerario. Nuestros legisladores tienen el deber cívico y moral de evitar que pedófilos se escurran de la Justicia por lagunas en la ley.