80 libro tercero de la ley 734 de 2002: “El presente régimen se aplica a los particulares que cumplan labores de interventoría en los contratos estatales; que ejerzan funciones públicas, en lo que tienen que ver con éstas; presten servicios públicos a cargo del Estado. Con este concepto se establece la necesidad de realizar una investigación exhaustiva en cada caso, buscando contar con las pruebas que demuestren la ocurrencia o no de la falta y determinar la inocencia o culpabilidad de quien se sospecha la cometió. Nota de Relatoría 23.1 Juan Pablo Suárez Orozco. Asesor del despacho de la Procuraduría General de la Nación, Coordinador grupo de relatorías: Doctrina- El ilícito disciplinario es infracción de un deber funcional. El derecho disciplinario se ocupa de la conducta del servidor público con respecto a la función que cumple (Deber Funcional), y cualquier quebrantamiento del deber funcional constituye un desvalor de acción que la Ley 734 de 2002 en su artículo 5°, denomina «ilicitud sustancial». En consecuencia para poder responsabilizar la conducta de un servidor público por comisión de un ilícito disciplinario, su conducta tiene que ser típicamente antijurídica y culpable, en otras palabras, la tipicidad y la antijuridicidad están inescindiblemente unidas, por cuanto la antijuridicidad se encuentra inmersa en el tipo disciplinario. En materia de derecho disciplinario los deberes se infringen directamente, pues no están implícitos en los tipos, como sucede Deiby Alberto Sáenz Rodríguez