Conductas Disruptivas

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Otros factores evidentes de influencia en la situación laboral que se
encuentran los docentes se refieren a la INDISCIPLINA, AGRESIVIDAD,
VIOLENCIA y VANDALISMO que se vive hoy en día en los centros.
En este sentido, debemos reconocer que ser profesor representa asumir
determinados riesgos. La percepción de dichos riesgos puede llegar a producir
ansiedad y, consecuentemente, repercutiría en la propia seguridad y en el
bienestar psicológico de esos individuos, pero, en muchos casos, son los
alumnos que intentan poner a prueba a dicho profesorado e intenta descubrir
sus debilidades como pulso ante el poder y la autoridad.
a)
No podemos olvidar que la parte más importante de la labor docente
es el contacto con los alumnos y estos pueden llegar a manifestar
Conductas Disruptivas e Indisciplinadas. Sabemos que los
alumnos son imprevisibles, y ese comportamiento, a menudo
abusivo e insolente, puede generar vulnerabilidad.
En cualquier caso, esta situación de indisciplina y agresividad
manifiesta en los centros está generando un debate en cuanto a la
necesidad, ante la situación galopante que se está desarrollando, de
revisar los Reglamentos de Régimen Interno en cuanto a las normas
de convivencia y los reglamentos de derechos y deberes de los
alumnos. Los profesores se quejan de que la normativa les da
mucho poder a los alumnos en detrimento de su autoridad.
Al respecto, Esteve (1987) ya nos hablaba de agresiones
sufridas por los profesores en diversos países como Estados Unidos,
Israel; Reino Unido, Francia y Suecia. Por ejemplo, que el 25% de
los profesores encuestados por la National Education Association
durante el curso escolar 1979-80 declararon haber sentido miedo a
ser agredidos por un alumno.
b)
Con respecto a la Agresividad, debemos destacar la situación
actual que se está viviendo hoy en día en nuestro país,
fundamentalmente en el contexto de la enseñanza secundaria.
Algunos estudios hablan de la falta de control de las pulsiones
agresivas de los alumnos hacia los profesores. También es cierto,
que se localiza más en centros masificados, centros grandes y,
según la situación y contexto social que los rodea.
Sin confirmarlo o no, todos hablan de una mayor incidencia
debida al aumento de la enseñanza obligatoria, quizás debido al
aprisionamiento que experimentan los alumnos, por lo que resulta
difícil motivarlos.
Estas situaciones de indisciplina y agresividad de los alumnos
generan inseguridad y crisis de ansiedad, en muchos casos, y se
asocia al estrés y la tensión psicológica que se sufre (Borg et al.,
1991).
c)
Y, con relación al Vandalismo, está sucediendo otro tanto de lo
mismo y así es recogido frecuentemente por los medios de
comunicación al hablar de robos de material, destrozos en las
instalaciones, pillaje y asaltos sufridos por los centros educativos.
También, entraría en la categoría de vandalismo los insultos y
agresiones sexuales hacia el profesorado en forma de pintadas en
fachadas, servicios, etc. Incluso, pueden ser dirigidas esas
manifestaciones hacia las propiedades como automóvil, casa, etc.
Sobra decir que se requiere, cada vez más, buscar las formas
que ayuden a afrontar dichas situaciones.
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