Escobar, Lorena Perla c/ Vestiditos S.A. s

Anuncio
SENTENCIA DEFINITIVA NRO.
75422
SALA V. AUTOS: “ESCOBAR,
LORENA PERLA C/ VESTIDITOS S.A. S/ DESPIDO”- (JUZGADO Nro. 25).
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de la República Argentina, a
los 31
días del mes de julio de 2013 se reúnen los señores jueces de la Sala V, para
dictar la sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación que fue
sorteado oportunamente; y EL DOCTOR OSCAR ZAS dijo:
I. Contra la sentencia de la anterior instancia que admitió la demanda instaurada
se alza la parte demandada a tenor del memorial que luce a fs. 214/17, replicado por la
contraria. Asimismo, el perito contador apela los emolumentos fijados a su favor por
estimarlos reducidos, mientras que la accionada cuestiona la regulación de honorarios,
por reputarlos elevados.
II. Se queja la demandada porque la judicante de grado consideró que la
comunicación rescisoria cursada el 17/09/08 no cumplía con los recaudos establecidos
en el art. 243 de la LCT. Expone que, contrariamente a lo expuesto en la sentencia
atacada, la misma resulta suficientemente clara en cuanto al motivo en que sustentó la
decisión de extinguir el vínculo. En segundo término, alega que el mismo ha quedado
acreditado.
Anticipo que, por mi intermedio, la queja será rechazada. Me explico.
La misiva rescisoria reza “Atento que en el día de la fecha y en vista de testigos
Ud. se niega injustificadamente a prestar tareas, habiendo sido apercibida verbalmente
por la gerencia y habiéndonos expresado deliberadamente su intención de no colaborar,
consideramos este hecho como injuria de gravedad tal que hace imposible proseguir el
vínculo laboral y nos obliga a despedirla con justa causa. Liq. Final y cert. Art. 80 a su
disposición plazo”.
En forma preliminar, he de señalar que discrepo de lo decidido en grado en
cuanto considera incumplido lo dispuesto en el art. 243 antes referido. Por el contrario,
soy de la opinión de que en la comunicación rescisoria se ha especificado claramente la
causa en que se fundó la decisión extintiva, tanto en lo atinente a la fecha como a la falta
endilgada, por lo que corresponde analizar la prueba colectada a fin de determinar si la
medida se ajustó a derecho.
De la prueba colectada así como de los dichos de las partes surge que a la actora
–quien trabajaba en el sector Avíos- se le había comunicado en forma verbal que debería
pasar a trabajar al sector Compras Internacionales. La actora expuso que no se le dio
ninguna razón que justificara el cambio, al tiempo que la demandada dijo que se trataba
de las mismas tareas y que el cambio obedecía a la necesidad de aquel sector de contar
con más personal frente a la disminución inminente de empleados en el sector Avíos,
ocasionado por la incorporación de una nueva tecnología. En definitiva, alegó que el
cambio consistía en “bajar un piso”.
En este contexto, no puede dilucidarse si la negativa de la actora resultó
justificada o si no lo fue, sin analizar el cambio de sector, pues resulta evidente que las
tareas a las que se habría “negado” eran en el sector Compras Nacionales, y no en Avios
donde laboraba habitualmente.
La demandada se limitó a afirmar que se trataba de “las mismas tareas” pero lo
cierto es que no individualizó las mismas, por lo que no puede procederse a su cotejo ni
a determinar si, en definitiva, se encontraban dentro del universo de tareas que
correspondían a la categoría que ostentaba la trabajadora.
Cabe memorar que la facultad que otorga la ley al empleador en relación con la
organización de la empresa, contemplada en el art. 66 de la LCT no puede ser ejercida en
forma discrecional sino que debe sujetarse a los siguientes límites: 1) que no importen
un ejercicio irrazonable; 2) que no alteren modalidades esenciales del contrato de trabajo
y; 3) que no causen perjuicio material ni moral al trabajador.
Aun suponiendo –por vía de hipótesis- que el cambio fuera razonable por la
supuesta necesidad del sector “Compras Nacionales” de contar con más cantidad de
personal, lo cierto es que la demandada no ha descripto concretamente las tareas que
debía efectuar la actora en el otro sector, por lo que no puede predicarse que el cambio
dejara a resguardo las modalidades esenciales del contrato de trabajo, en el caso: la
categoría contractual.
Es así que, aun cuando los testigos que declararon a propuesta de la accionada
dan cuenta de una fuerte negativa de la actora a “prestar tareas” en el sector asignado, lo
cierto es que los elementos de la causa resultan insuficientes para calificar de
“injustificada” tal actitud ni, por tanto, que importara la imposibilidad de proseguir con
el vínculo contractual (conf. art. 242 LCT).
En tal contexto, considero que debe confirmarse la sentencia de grado en cuanto
reputa injustificado el despido dispuesto por la patronal y admite el reclamo
indemnizatorio incoado.
III. Distinto criterio adoptaré en orden al reclamo de las horas extras que fuera
admitido en grado.
Ello por cuanto, si bien los testigos avalan la versión de la actora en cuanto al
horario de trabajo denunciado, lo cierto es que, como expone la demandada en su recurso
y como lo afirmara en el responde, de los recibos obrantes en el sobre de fs. 90 (a los que
me referiré más adelante) que abarcan el período agosto/06 – agosto/08, surge que en
todos los períodos a excepción de dos, se le abonaron horas extra al 50% y al 100%, en
una cantidad que va de 2 a 22 horas.
En tal contexto, se desvanece el discurso inicial mediante el cual se expuso que
“…las horas extra las cuales no les eran pagadas…” (fs. 6), “la demandada jamás le
abonó monto alguno por horas extras” (fs., 7).
Por ende, no alegado que el pago fuera insuficiente, ni tampoco demostrada tal
conjetura, considero que no existen fundamento para admitir el reclamo por lo que
propongo se revoque el decisorio de grado en cuanto condena a la demandada a abonar
horas extra.
IV. Como corolario de lo expuesto, corresponde restar a la base salarial tenida en
cuenta en la anterior instancia el importe de horas extra allí determinado y fijarlo en la
suma de $2.000, salario que se tuvo por cierto en primera instancia por la vía
presuncional dispuesta en el art. 55 de la LCT.
Dicha remuneración se acerca al que surge de los recibos acompañados por la
demandada (comprensivos de las horas extra), obrantes en el sobre de fs. 90 respecto de
cuya autenticidad no se ha expedido la actora pero que se corresponden en cuanto a sus
montos con los depositados por la demandada en la cuenta de la trabajadora (conforme
lo informado por HSBC, ver anexo 2366). A ello cabe agregar que no se alegaron pagos
en forma clandestina.
V. En atención a lo resuelto en II, se impone confirmar también la condena a
abonar el incremento indemnizatorio previsto en el art. 2º de la ley 25.323.
Ello por cuanto, aunque la determinación de la justa causa del despido dispuesto
por la empleadora es -en última instancia- judicial, esta decisión es declarativa y, por
ende, de efectos retroactivos al momento de la ruptura contractual. En casos como el
"sub-lite" el derecho a las indemnizaciones pertinentes y sus accesorios, como los
intereses o los recargos resarcitorios como el establecido en el art. 2º de la ley 25.323,
queda subordinada a la acreditación de la injuria invocada; si acredita esta situación
todas las obligaciones son exigibles "retroactivamente".
Por lo demás, no se advierten en la presente causa causales que permitan eximir –
ni aun parcialmente- a la demandada del pago de la indemnización analizada, pues no
demostró la legitimidad de la medida adoptada. Propongo, por ende, confirmar la
sentencia de grado en este tópico.
VI. Igual suerte correrá la queja vertida en orden a la multa y certificado previstos
en el art. 80 de la LCT.
Ello por cuanto, si bien los instrumentos que en copia suscripta obran en el sobre
Nº 2153 lucen ajustados a las pautas dispuestas por el art. 80 de la LCT, lo cierto es que
no se acreditó la recepción por parte de la actora, quien los desconoció a fs. 74. Por ello,
corresponde confirmar lo resuelto en cuanto condena al pago de la multa prevista en
dicha norma así como a su entrega.
VIII. Con arreglo a lo expuesto, cabe recalcular los rubros diferidos a condena
que se han propuesto confirmar, teniendo en cuenta el salario de $2.000, a saber:
a) Indemnización por antigüedad
b) Ind. Sust. de preaviso + S.A.C.
c) Integración mes de despido + S.A.C.
$ 12.000,00
4.333,33
983,88
d) Días septiembre/08
1.133,34
e) Vac. Prop/08 + S.A.C.
1.386,66
f) S.A.C. prop/08
427,39
g) Art. 2º 25.323
8.568,60
h) Multa art. 80 LCT
Total
6.000
33.446,54
Como consecuencia de lo expresado, mociono que se modifique la sentencia de
primera instancia reduciéndose el capital de condena a la suma de $33.446,54 sobre la
que se calcularán los intereses dispuestos en la sentencia de grado.
IX. De suscitar adhesión mi voto deberá dejarse sin efecto lo decidido en primera
instancia en materia de costas y honorarios para adecuarlo al nuevo resultado del pleito
(cfr. art. 279 CPCCN). Por ello, devienen abstractos los recursos impetrados al respecto.
En virtud de que en materia laboral no debe seguirse un criterio meramente aritmético sino jurídico y que en este caso se admiten la mayoría de los rubros contenidos en
el reclamo de inicio, considero justo y equitativo distribuir las costas de ambas instancias
en el 20% a cargo de la parte actora y el 80% a cargo de la demandada (conf. art. 71
CPCCN).
En cuanto a los honorarios correspondientes a las representaciones y patrocinios
letrados de parte actora, parte demandada y perito contador por las labores llevadas a
cabo en primera instancia, propongo regular sus honorarios en el 16%, 13% y 4%,
respectivamente (conf. arts. 6, 7, 8, 9, 19, 37, 39, 47 y concs. ley 21.839; 3 y 12 del dec.
ley 16.638/57), del capital de condena con intereses.
Finalmente, propongo que los honorarios correspondientes a los trabajos llevados
a cabo ante esta alzada se regulen, para la representación y patrocinio letrado de actora y
demandada, en el 25 % de lo que les corresponda respectivamente por la instancia
anterior (cfr. art. 14, ley citada).
EL DOCTOR ENRIQUE N. ARIAS GIBERT manifestó: Que por análogos
fundamentos adhiere al voto del Sr. Juez de Cámara preopinante
En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL RESUELVE:
1) Modificar la sentencia de primera instancia y reducir el capital de condena a la suma
de PESOS TREINTA Y TRES MIL CUATROCIENTOS CUARENTA Y SEIS CON
CINCUENTA Y CUATRO CENTAVOS ($33.446,54), con más los intereses dispuestos
en origen. 2) Dejar sin efecto la regulación de honorarios e imposición de costas
dispuestos en grado. 3) Costas de ambas instancias en el 20% a cargo de la parte actora y
el 80% a cargo de la demandada. 4) Regular los honorarios de las representaciones y
patrocinios letrados de actora, demandada y los del perito contador, por las tareas
desarrolladas en primera instancia, en el 16 %, 13 % y 4%, respectivamente del monto
de condena resultante en la oportunidad del art. 132 L.O.. 5) Fijar los honorarios de
alzada de la representación y patrocinio letrado de actora y demandada, en el 25 % de lo
que les corresponda respectivamente por la instancia anterior.
Regístrese, notifíquese,
cúmplase con el art. 1 de la ley 26.856 y punto 4 de la Acordada C.S.J.N. 15/13 y
devuélvase. Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mí, que doy
fe. Se deja constancia que la vocalía 1 se encuentra vacante (art. 109, R.J.N.).
Descargar