Poder Judicial de la Nación -1- Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Expte. Nº 5498/04 SENTENCIA DEFINITIVA Nº 69783 . SALA V. AUTOS: " RINO, AMALIA CARMEN C/ RINO, NELIDA CECILIA S/ Despido". (JUZGADO Nº 29). En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, capital federal de la República Argentina, a los 5 días del mes de Julio de 2007, se reúnen los señores jueces de la Sala V, para dictar sentencia en esta causa, quienes se expiden en el orden de votación que fue sorteado oportunamente; y el DOCTOR JULIO CESAR SIMON dijo: I. Vienen los autos a esta alzada a propósito de los agravios que contra la sentencia de fs. 209/211vta. formula la parte demandada a tenor del memorial obrante a fs. 291/293vta., que mereció réplica de la contraria a fs. 298/302. Por su parte, a fs. 212 apela sus honorarios el perito contador y a fs. 214 lo hace la letrada interviniente por la parte demandada, ambos por estimarlos reducidos. II. La sentencia que rechazó la acción incoada como consecuencia de la falta de acreditación de la existencia del contrato de trabajo denunciado en el libelo inicial, y expresamente desconocido por la demandada en su escrito de responde, motiva la queja de la recurrente, la que adelanto que –por mi intermedio- no habrá de tener favorable acogida. Ello así pues comparto plenamente las conclusiones de grado en cuanto a que si bien quedó demostrada la prestación de servicios de la actora en el lugar donde se desarrollaba el emprendimiento reconocido en el conteste por la demandada Nélida Rino, no puede considerarse que éstos se hayan desenvuelto en el marco de una relación de trabajo, habida cuenta que la totalidad de las pruebas rendidas en autos –a instancias de ambas partes- dejan en evidencia la existencia de una relación societaria entre actora y demandada y una consecuente y lógica distribución de tareas entre socias dentro de ese contexto. No puedo dejar de destacar la falta de veracidad tanto de la versión de los hechos expuestos por la actora en cuanto pretende haber sido una mera empleada de su hermana melliza, como de ésta última, en cuanto intentó señalar que toda la actividad de la actora obedecía exclusivamente al vínculo fraterno habido entre ambas, posturas ambas que quedaron desvirtuadas por las probanzas habidas en el sub examine, que –reiteroevidencian una relación societaria que, evidentemente, concluyó con cuestiones que eventualmente deberían ser ventiladas en otro ámbito del derecho ajeno a este fuero laboral. En nada cambia la cuestión el hecho de haberse atribuido la demandada la titularidad de la empresa en forma exclusiva, pues frente a la contundencia de las constancias agregadas a la causa, que dan cuenta de la habilitación de la marca que lleva el apellido de las hermanas con el artículo femenino plural antepuesto (“Las Rino”, según fs. 51), que fue solicitada por -y otorgada a favor- de ambas litigantes, a quienes todas las testigos que declararon en autos –a instancias de cada una de las partes- Poder Judicial de la Nación -2- Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo Expte. Nº 5498/04 sindicaron de “socias” en los hechos relatados, pues todas dieron cuenta de la presencia de ambas hermanas en el local y de una indistinta atención por parte de ellas, quienes aparecen en la nota de la revista “Mujeres & Negocios” (ver fs. 64) claramente como cotitulares de la firma que –reitero- las incluye a las dos. En lo demás, no resulte atendible la pretensión de la apelante tendiente a que se aplique al caso de marras la presunción prevista en el art. 55 de la L.C.T., pues para que ésta se torne operativa debe encontrarse previamente demostrada la existencia del vínculo laboral, lo que en la especie no se observa. En consecuencia, por todo lo expuesto, propongo confirmar la sentencia apelada. III. No encontrando mérito para apartarme del principio objetivo de la derrota plasmado en el art. 68 del C.P.C.C.N., sugiero también confirmar la forma en que fueron impuestas las costas en la sede de origen. IV. Teniendo en cuenta el mérito, importancia y extensión de las tareas realizadas y las pautas arancelarias vigentes, no encuentro elevados ni reducidos los honorarios fijados en grado, por lo que propicio su confirmación (conf. arts. 38 L.O., ley 21.839 y decreto-ley 16.638/57). V. Las costas de alzada serán soportadas por su orden, en atención a la ausencia de réplica y a la forma de resolver (conf. art. 68, segundo párrafo, C.P.C.C.N.), regulando a tal fin los honorarios del Dr. Paulo Miguel Rollan en el 25% de lo que le corresponda percibir por las tareas realizadas en la etapa anterior (conf. art. 14 L.A.). EL DOCTOR OSCAR ZAS manifestó: Que por análogos fundamentos, adhiere al voto del señor juez de cámara preopinante. En virtud de lo que surge del acuerdo que antecede, el TRIBUNAL RESUELVE: 1) Confirmar la sentencia apelada en todo cuanto fue materia de recursos y agravios; 2) Imponer las costas de alzada por su orden y regular los honorarios del Dr. Paulo Miguel Rollan en el 25% de lo que le corresponda percibir por las tareas realizadas en la etapa anterior…Reg., not. y dev. Con lo que terminó el acto, firmando los señores jueces por ante mí, que doy fe. Conste que la sra. juez de cámara Dra. María C. García Margalejo no vota en virtud de lo dispuesto por el art. 125 de la ley 18.345. JCC Julio César Simon Juez de Cámara Oscar Zas Juez de Cámara