Sistematizar: una forma de aprender sobre como aprendemos Juan Carlos Gallego Gómez Director Proyecto DFID-COLOMBIA Cuando oímos hablar de la sociedad del conocimiento, de las sociedades de la información, estamos escuchando hablar de una noción según la cual el elemento más importante en la construcción de las sociedades modernas es la información, y la información traducida en conocimiento. Cuando reconocemos que nos encontramos inmersos en este tipo de sociedades, estamos reconociendo que es en el conocimiento en donde debemos buscar, y en donde seguramente hallaremos el motor que transforma las maneras de vivir y de pensar, de relacionarnos y de actuar en la sociedad. Y no solo estamos hablando del conocimiento de punta, de los grandes descubrimientos que corren las fronteras de la ciencia, estamos hablando de todas las formas de producción de saberes específicos que van modificando poco a poco, pero de manera profunda esa visión del mundo con la que hemos ido creciendo. Ahora bien, uno de los problemas que enfrentamos como personas, y por supuesto como sociedades, es formalizar tanto el conocimiento, como la vía por la cual lo obtuvimos. Saber identificar que sabemos y sobre todo, poder explicar como fue que llegamos a ese conocimiento, porque creemos que es valido y útil para abordar un problema, se constituye en uno de los pilares de formalización del conocimiento o el saber presentado. Esto pasa en el mundo de la academia, y pasa desde luego en esa otra esfera de generación de conocimiento que es el mundo del trabajo para el Desarrollo. Es desde la muestra de evidencias prácticas, pero también desde la formalización de esas experiencias que en los distintos trabajos sobre y para el Desarrollo se han ido identificando formas mas eficientes de enfrentar, desde proyectos o programas, las problemáticas que la superación de nuestras condiciones particulares de pobreza, nos demanda; también ha sido desde la formalización de esas experiencias que hemos ido aprendiendo que las soluciones propuestas tienen un alcance determinado por condiciones sociales, económicas, geográficas, políticas, culturales, ambientales, etc. y que no todo lo hecho sirve en todos los contextos, para todos los grupos, en todos los tiempos. En el ámbito especifico del desarrollo rural, en el tema particular de la transferencia de tecnología, enfrentamos los mismos retos de formalización de las distintas prácticas organizacionales o comunitarias que esperan lograr la adopción de nuevas tecnologías o la modificación de prácticas asociadas al uso de éstas. Este reto es aún mayor cuando son cientos de organizaciones, gubernamentales o no gubernamentales, solas o en asocio con la empresa privada o el Estado quienes vienen implementando actividades con el fin de mejorar la calidad de vida de pequeños productores, de campesinos pobres mediante proyectos de capacitación metodológica o capacitación tecnológica. Sabemos que existen metodologías probadas para implementar estos procesos, también sabemos que casi en cada caso particular los grupos encargados de coordinar, implementar o animar estos procesos ejecutan pequeñas modificaciones, innovaciones en las mismas metodologías de las que partieron. Sabemos que estas prácticas son necesarias y útiles, pero pocas veces conocemos cuales fueron esos cambios o innovaciones metodológicas, qué las genero, qué tropiezos sufrieron los que las implementaron, cómo resolvieron esos problemas, y qué alcance tienen esos cambios, hasta donde es posible trabajar con ellos, cuando dejan de ser un logro y se constituyen en un inconveniente. La necesidad de identificar estos aspectos, con el fin de poder compartir los logros o limitaciones y enriquecer de alguna manera los esfuerzos por constituirnos en una sociedad en la que es la fuerza de los argumentos los que determinan el curso de las decisiones respecto de sus posibilidades de desarrollo fue lo que llevo a que el PROYECTO DFID - COLOMBIA con el apoyo decidido del PRONATTA jalonaran un proceso con el propósito de construir y probar una metodología para sistematizar distintas experiencias de capacitación, que bajo la forma de proyectos buscaron contribuir al desarrollo de las comunidades campesinas en nuestro país. Con este fin el PROYECTO DFID – COLOMBIA contrato a la facultad de economía de la universidad de los Andes y a un grupo de expertos regionales para que se constituyeran en un equipo de trabajo que elaborara la metodología que ahora tienen en sus manos. Esta metodología fue probada en campo por el grupo de expertos regionales y posteriormente ajustada con base en las recomendaciones de quienes trabajaron en el diseño de la misma. Ahora, el PROYECTO DFID-COLOMBIA y el PRONATTA entregamos a ustedes tanto el diseño metodológico, como cinco experiencias regionales que fueron sistematizadas con el apoyo de este último. Esperamos que facilite la labor de las mismas organizaciones que día a día se esfuerzan por encontrar mejores maneras de hacer de Colombia el país en el que el conocimiento es la apuesta que jalona la búsqueda de un país prospero y en paz.