¿cómo será la humanidad en 2050?

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Excusas
para no
pensar
los lectores preguntan
a eduardo punset
¿Cómo será
la humanidad
en 2050?
E
n medio de la ola de
frío, a cualquiera le
cuesta imaginarse
una situación que
no sea catastrófica. Ya saben
que el planeta Tierra gira
alrededor del Sol a unos cien
mil kilómetros por hora en el
espacio; la atmósfera parece
que es lo suficientemente
resistente como para que
los que vivimos bajo ella no
lo notemos, pero ¿y si no lo
fuera tanto? ¿Qué pasaría
si un día tuviéramos que ir
por ahí metidos en un traje
de buzo que nos protegiera
del frío o del vacío?
Las viejas preguntas
reaparecen a la mínima.
¿Qué pasaría si aumentara
levemente la temperatura?
¿O si el Sol no apareciera
más por esos extremos?
Hace muy pocos días
estuve en un lugar donde,
salvo unas pocas enfermeras,
nadie estaba bien. Eran
todos discapacitados: el
corazón les latía de manera
desordenada y su habilidad
con las sillas de ruedas no
impedía que notáramos que
ya no podían andar; a una
víctima de un accidente –«me
atropellaron», me dijo–, el
golpe no le sustrajo ni un
xlSemanal 23 de febrero de 2014
átomo de su belleza; a un
médico, otro colega lo dejó
discapacitado al intervenir
su columna, y su mujer o su
hija debían acompañarlo ya
siempre; un deportista se
las arregló para que yo no
me enterara con detalle de
lo que le había sucedido.
Mucho me temo que a
ellos no se les escape ningún
secreto. Viven contaminados
del dolor ajeno y del propio, al
que tienen que vencer poco a
poco. ¿Cuántos discapacitados
físicos o mentales habrá en el
país y cuántos de ellos tienen
a un ser querido que se ocupa
de ellos casi tan bien como
si ellos mismos pudieran
hacerlo? ¿Y cuántos no
tendrán a nadie en su casa?
Claro que llegará un día en
el que esta humanidad dividida
entre los que tienen algo y los
que no tienen nada cambiará.
No es difícil, pensando en la
tecnología, situar hacia el año
2050 un escenario en el que
todos tendremos, literalmente,
otra cabeza al lado –fabricada
con la ayuda de alguien–
para compartir sinsabores o
alegrías. Habremos repetido
tantas veces la necesidad
de conciliar entretenimiento
con conocimiento que la
división por partes iguales
estará a punto de lograrse.
Entretanto habrá que
conformarse y aceptar
marina cano
alejandro alcalde ávila. correo electrónico
"La tecnología
logrará que
todos tengamos
a alguien al lado
para compartir
los sinsabores
y las alegrías"
"Se debe conciliar
el tiempo
biológico con
el planetario:
uno se mide en
cientos de años;
el otro, en miles"
que la Tierra gira a más
de cien mil kilómetros por
hora alrededor del Sol. No
tendría nada de extraño
que a alguien se le cayera
un pendiente o el reloj de la
muñeca a esas velocidades.
Lo extraño realmente es
que, sabiendo como sabemos
eso desde hace tantos años,
nadie se lleve ya un susto al
descubrir nuestra fragilidad.
Por si sirve de consuelo,
me voy a despedir hasta la
semana que viene recordando
la necesidad de conciliar el
tiempo dictado por la biología
con el planetario. El primero
tiene sentido –o solo existe
para los humanos– cuando
pensamos en un centenar de
años; mientras que el otro
–tan real como el primero– va
por centenares de miles.
La pregunta que me rondará
muchos años –de ser cierta–
es por qué la reina madre
de las hormigas puede
vivir unos treinta años y
las hormigas trabajadoras
apenas viven unos pocos.
¿Alguien se enfadará si digo
que me parece injusto? Lo
lógico es ir acostumbrándose
no solo a convivir con otras
especies –esto ya lo estamos
logrando–, sino a alterar sus
esperanzas de vida y los
tipos de alimentación. Con
el progreso y los adelantos
tecnológicos tendremos
ganas un día de que el resto
de los animales vivan más y
no menos que nosotros. n
Si quiere participar en la sección, envíe sus preguntas a
[email protected] o a XLSemanal. Excusas para no pensar.
Calle Juan Ignacio Luca de Tena, 7. 1.ª. 28027 Madrid.
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