Tema 148 VASCULITIS LIVEDOIDE (ATROFIA BLANCA) Dres. J.L. Rodríguez Peralto, J. Salamanca y A. Segurado DEFINICIÓN La vasculitis livedoide, también conocida como vasculitis hialinizante segmentaria, atrofia blanca de Milian o lívedo reticular con ulceraciones estivales, es una vasculopatía trombógena de los capilares dérmicos superficiales de las piernas, de etiología desconocida, que cursa con úlceras dolorosas, recidivantes que curan dejando cicatrices atróficas blancas, rodeadas por teleangiectasias y áreas hiperpigmentadas. ETIOLOGÍA Aunque la etiología es desconocida, se considera una vasculopatía trombógena secundaria a un descenso de la actividad fibrinolítica de la sangre, por liberación defectuosa local del activador del plasminógeno tisular desde la pared de los vasos, por lo que las plaquetas muestran una mayor tendencia a agregarse aumentando la hipercoagulabilidad local y la tendencia a la oclusión vascular. Es probable que el depósito de complejos inmunes que se detecta en las lesiones tardías sea un fenómeno secundario. Se han identificado niveles aumentados de fibrinopéptido A, indicativos de un estado trombogénico; así como numerosos casos en personas con anticoagulante lúpico o con incremento de los niveles de anticuerpos anti-cardiolipina, lo que altera la actividad fibrinolítica. Se han descrito otras patologías asociadas que contribuyen a un estado de hipercoagulabilidad como la mutación G20210A del gen de la protombina y del factor V de Leiden, la homocisteinemia y el déficit de proteína C o de antitrombina. CLÍNICA Más que una vasculitis se considera una vascu612 lopatía trombótica de vasos dérmicos, por lo que no se incluye dentro de la clasificación general de las vasculitis. Afecta sobre todo a mujeres a partir de la 3.ª-4.ª década de la vida. La hipercoagulabilidad local y la oclusión vascular justifica su clínica, que consiste en lesiones en miembros inferiores (Fig 1) constituidas por pequeñas úlceras y cicatrices blanco-nacaradas de aspecto estrellado (Fig. 2), rodeadas generalmente por un halo eritematoso con telangiectasias, junto con otras lesiones hiperpigmentadas de pequeño tamaño que dan al conjunto el aspecto de granos de sal y pimienta (Fig. 2). El curso de la enfermedad es crónico con exacerbaciones y remisiones, en ocasiones estacionales. La sospecha de vasculitis livedoide obliga a descartar un síndrome de anticoagulante lúpico, lupus eritematoso, esclerodermia y crioglobulinemia. HISTOPATOLOGÍA Los hallazgos son inespecíficos y varían con el estadio. Sin embargo, siempre existen alteraciones vasculares. En las lesiones iniciales, el primer acontecimiento es la formación de trombos hialinos en la luz de los vasos de pequeño calibre de la dermis superficial y media, siendo rara la afectación de vasos más profundos (Fig. 3). Este material fibrinoide PAS positivo-diastasa resistente, está también presente en las paredes de dichos vasos y en el estroma perivascular. Habitualmente hay necrosis de la dermis superficial, a menudo en relación con una epidermis atrófica con paraqueratosis o ulcerada (Fig. 4). La epidermis adyacente a la zona ulcerada puede mostrar espongiosis. Suele existir un discreto infiltrado inflamatorio linfohistiocitario perivascular superficial, pero sin vasculitis. Si se observan neutrófilos, suelen ser muy escasos y confinados a la zona de dermis infartada y a la Vasculitis livedoide (atrofia blanca) Figura 1. Vasculitis livedoide: Úlceras crónicas múltiples en el tobillo, rodeadas por áreas purpúricas, zonas hiperpigmentadas y múltiples cicatrices estrelladas blanquecinas (atrofia blanca). Figura 2. Vasculitis livedoide: Úlcera crónica en el talón con múltiples cicatrices blancas estrelladas en su proximidad. 613 Dermatología: Correlación clínico-patológica Figura 3. Vasculitis livedoide: Los vasos de la dermis papilar están ocupados por trombos de fibrina y rodeados de hemorragia. Nótese la ausencia de infiltrado inflamatorio. Figura 4. Vasculitis livedoide: Bajo la epidermis necrótica se observa hialinización de las paredes vasculares y trombos de fibrina en la luz. base de la úlcera. Puede haber extravasación hemática en grado variable y con frecuencia se observa un incremento de capilares en la dermis papilar adyacente, de carácter inespecífico. En las lesiones más evolucionadas, hay engrosamiento e hialinización de los vasos dérmicos, proliferación vascular y edema subendotelial. Pue614 de haber también material fibrinoide en las paredes vasculares, no solo en la base de las úlceras sino también a cierta distancia de ellas. En las placas atróficas plenamente establecidas, además de las alteraciones vasculares, se observa esclerosis dérmica, con ocasionales linfangiectasias, inflamación escasa o nula y adelgazamiento de la epider- Vasculitis livedoide (atrofia blanca) mis. Pueden existir pequeños depósitos superficiales de hemosiderina. La inmunofluorescencia directa demuestra trombos de fibrina intravasculares en las lesiones iniciales. En estadios más evolucionados hay también depósitos de inmunoglobulinas y factores del complemento sobre las paredes vasculares. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Histológicamente, la vasculitis livedoide debe diferenciarse de la vasculitis leucocitoclástica, la dermatitis de estasis, la coagulopatía por consumo y la radiodermitis. Mientras que en la vasculitis leucocitoclástica el infiltrado inflamatorio existente en la pared de los vasos está constituído básicamente por neutrófilos con polvo nuclear, en la vasculitis livedoide el infiltrado es más escaso y de tipo linfocitario, observándose además fenómenos vasculares trombóticos y oclusión. La dermatitis de estasis se caracteriza por una proliferación de capilares superficial y profunda, inflamación crónica y hemorragia, pero sin depósitos hialinos PAS positivos, característicos de la vasculitis livedoide. En la coagulopatía por consumo, la afectación es básicamente del plexo vascular superficial más que de los vasos de la dermis media, típicos de la atrofia blanca, y además las lesiones no son inflamatorias. Histológicamente, las lesiones de la radiodermitis son fácilmente distinguibles debido a los cambios del tejido conectivo acompañante. TRATAMIENTO Además del reposo con el miembro elevado, se han empleado anticoagulantes, antiagregantes, vasodilatadores, pentoxifilina y recientemente se ha empleado el activador del plasminógeno tisular. 615