Estr1395.qxp 28/03/2008 9:47 Página 1 Nº 1395 2 DE ABRIL DE 2008 El seguimiento de la secuencia es imprescindible para su correcta aplicación Etapas en la preparación de un plan comercial Una de las definiciones más sobrias (y, por ello, quizá de las más adecuadas) de plan comercial es la que lo caracteriza como aquella forma ordenada de establecer los objetivos de posición de la empresa en el mercado, determinar las acciones comerciales necesarias para alcanzar tales objetivos y llevar a cabo eficientemente tales acciones a lo largo del periodo planificado. velado más eficaces para el logro de los resultados conseguidos, y, en consecuencia, detectar acciones a mantener y acciones a descartar. 2) Directrices de estrategia empresarial y estrategia comercial. Consiste en recoger por escrito la directrices generales de la empresa relativa a la cartera de actividades; en reformular las estrategias competitivas; y en reformular asimismo las estrategias comerciales: concretamente, qué productos se quieren potenciar, en qué segmentos de clientela y con qué formas de comunicación y distribución. 3) Análisis del mercado y el entorno. Se trata de revisar la cuantificación del tamaño del mercado para cada segmento y la estimación de crecimiento esperado. Se revisa asimismo la posición de los competidores tratando de identificar aquellos competidores con más éxito y averiguar la razón. Sin que sea imprescindible estudiarlo en profun- De la propia definición se desprende que todo plan comercial ha de contar con distintas etapas. Estas fases, cuya observación resulta imprescindible para lograr un correcto desarrollo del plan, podrían ser las siguientes: 1) Análisis histórico. En principio, hay que registrar ordenadamente los resultados que en años anteriores se han conseguido (ventas, cuota por producto, notoriedad, fidelidad) y los esfuerzos o acciones comerciales realizados (venta personal, promoción, publicidad...). Se trata, pues, de obtener conclusiones acerca de qué esfuerzos se han re- Estr1395.qxp 28/03/2008 9:47 Página 2 ESPECIAL DIRECTIVOS E Sin unificación no hay digitalización Puntos de venta alternativos Dicen los expertos de la consultora Redes de Venta Proactiva que si bien el método de venta "puerta fría" era considerado como uno de los más exitosos en la comercialización de determinados productos o servicios financieros (tarjetas de crédito, cuentas vivienda o nomina o pólizas de seguros), hoy en día se valora muchísimo la privacidad y una visita sin previo aviso no recibe la mejor respuesta. Otro factor es la seguridad, ya que por desconfianza las personas se muestran reacias a abrir la puerta a un desconocido. Por el contrario, sitios como estadios, lugares de eventos, tiendas e incluso gasolineras, entre otros, se han convertido en excelentes puntos de venta; por ello, las ventas de productos financieros deben orientarse a lugares "atípicos" sobre los convencionales, que cada vez pierden más fuerza. T R A T E G I A S Nº 1395 - 2 de abril de 2008 didad, sí que es conveniente obtener una estimación razonablemente precisa de las grandes cifras de la demanda y de las expectativas de crecimiento de la misma, así como de la posición de los principales competidores y de las expectativas sobre su crecimiento. Es en esta etapa, en fin, en la que deben detectarse los cambios relevantes en el entorno económico. IDEAS La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha señalado las dificultades que la transferencia de competencias en materia sanitaria está generando en el uso generalizado de la receta electrónica. El hecho de que el Ministerio de Sanidad deje a las comunidades autónomas que desarrollen proyectos individuales en materia de e-receta en lugar de desarrollar un lenguaje común hace que no exista interoperabilidad entre los diferentes sistemas de receta electrónica existentes; y tampoco hay un historial fármaco-terapéutico único, ni la tarjeta sanitaria vale en todas las comunidades autónomas. A juicio de la FEFE, debería haber un consenso europeo, con una legislación europea en materia sanitaria que tuviera su transposición a la normativa española, al igual que se ha hecho con la Ley de Firma Electrónica. S 4) Objetivos de posición de marca. El propósito de esta etapa es el de terminar cuantificando los resultados comerciales que se esperan al término del ejercicio. Para ello, hay que tratar de fijar resultados cuantificados para todos los parámetros de la posición de la empresa/producto/marca en el mercado. Ello incluye: la notoriedad de la empresa/producto/marca; el interés/preferencia hacia el producto/marca; el éxito, medido por la cuota de mercado del producto; la fidelidad de los clientes actuales. Hay que recordar que si bien los objetivos de notoriedad pueden referirse a la empresa o la marca en su conjunto, el resto de los objetivos de posición en el mercado deben fijarse individualizadamente para cada uno de los productos y, llegado el caso, para cada uno de los pares producto-mercado. 5) Objetivos de ventas. Estos objetivos constituyen una orientación muy desagregada para todos los niveles de la organización comercial y, en consecuencia, una potente motivación para la misma. Por ello, los objetivos de ventas deben desglosarse paralelamente al nivel de desglose de la estrategia (por producto, por segmento, por cliente en algún caso...) y al mismo nivel de desglose de la organización comercial (típicamente por zona geográfica, por vendedor, por canal de distribución...). 6) Objetivos de acciones comerciales. Al llegar a este punto de la planificación comercial ya suelen estar bien delimitadas tres de las cuatro variables básicas de la oferta comercial (producto, precio y canales de distribución). Así pues, las acciones comerciales en esta etapa suelen centrarse en acciones de comunicación en un sentido amplio: relaciones públicas, publicidad, red de ventas personal, programas de lanzamiento...). Para cada objetivo de posición de marca o de ventas cabe establecer un programa, es decir, una asignación de recursos en el tiempo y el espacio. En la medida en que estas acciones estén mejor definidas, mejor cuantificadas en sus costes y programadas con más coherencia en el tiempo, serán más eficaces para el logro de los objetivos perseguidos. 7) Presupuesto económico y cuenta de resultados previsional. La valoración económica de los objetivos de resultados y de acciones es necesaria para conocer los márgenes: ingresos, gastos comerciales y margen a distintos niveles (producto, cliente, zona, canal). En lo que respecta a la cuenta de resultados previsional, ésta puede o depender del área comercial en función de la organización económica de la empresa (centro de gastos, centro de beneficios). En todo caso es necesaria la visión del impacto de los gastos comerciales en la cuenta de resultados. 2