manifiesto empresarial ante la

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MANIFIESTO EMPRESARIAL ANTE LA
SITUACION ECONOMICA Y PERSPECTIVAS
Vista la difícil situación de las empresas de la Región, incluidos todos los
sectores y grupos de actividad integrados en cada uno de ellos, y la constante
tendencia en la destrucción del tejido productivo y puestos de trabajo, la Junta
Directiva de CROEM, reunida en sesión extraordinaria, y haciéndose eco de las
demandas que con reiteración le formalizan, adoptó el acuerdo de comunicar a la
opinión pública el manifiesto que sigue como primera medida y sin perjuicio de otras
que posteriormente puedan llevarse a efecto:
1º.-
De insostenible puede calificarse la situación empresarial,
consecuencia de más de dos años de crisis económica sin que las coyunturales
medidas hayan tenido la efectividad y alcance necesario para estimular la actividad y
promover confianza. Fotos y demagogia si han dominado el escenario, pero los
recursos no han llegado a las pymes.
Esta realidad se ve aun más perjudicada por la inexistencia de una
política económica que haga posible la recuperación en el corto y medio plazo o, al
menos, despierte indicadores de certidumbre y seguridad a los que acoger el riesgo
empresarial. De aquí la paralización de actividad que coloca a las empresas en el
estadio de la supervivencia, y representa obstáculo para los nuevos proyectos de
inversión, con los consiguientes efectos en el conjunto de la sociedad que se refugia,
si puede, en el ahorro y reduce el consumo.
2º.-
El escenario que antecede empeora si se atiende a la actitud de
responsables políticos que acreditan una actitud contraria a la de poder alcanzar los
acuerdos procedentes y llevar a efecto los cambios y/o reformas estructurales que
España precisa y en cuya definición coinciden analistas y organismos e instituciones
nacionales e internacionales. El ciudadano tiene la impresión de que lo importante es
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distraer la atención sobre los graves problemas que le afectan en base a “supuestos
de corrupción, ausencia de ética, cuestiones internas de Partidos, o proyectos
legislativos que tratan de regular otras materias, etc.”, llevándoles al extremo de
provocar posibles niveles de conflictividad social que abundan en la decepción y
condena de tales actitudes. Se ha originado un clima de tensión y desesperanza de
muy difícil superación con repercusión inmediata en la actividad económica.
3º.-
Pese a los diagnósticos formulados no parece que prevalezca la
valoración real que merecen las pymes, únicas con capacidad para generar riqueza y
empleo. Antes al contrario. El entorno actual expresa hostilidad para las acciones
empresariales que han de sufrir la situación financiera mediante la restricción del
crédito y endurecimiento de condiciones; mayor presión fiscal, y agobio en el
desarrollo de relaciones laborales, amén del hecho de que el llamado dialogo social
haya perdido a nivel nacional el protagonismo tenido desde 1978 y cuyos buenos
resultados son incuestionables. Parece que el sentido común vuelve a convocar a la
concertación abriendo así un camino de esperanza, aunque resulta incomprensible la
convocatoria de manifestaciones como la fijada para el próximo día 12 de diciembre.
De otra parte, tal actitud parece desconocer que sólo a través de la
actividad económica las AA.PP. pueden recuperar parte de la recaudación por los
tributos que la gravan, y que hasta tanto no se recupere aquella la única fórmula para
atender sus obligaciones es la de más endeudamiento público que, finalmente,
tendremos que pagar todos u otras fórmulas presupuestarias con igual resultado. Ello
redunda en perjuicio de las inversiones públicas y contrae los presupuestos a la
prestación de servicios condicionando otras alternativas.
4º.-
En estas circunstancias, las empresas y las familias son las
únicas que “se aprietan el cinturón” reduciendo sus costes y dejando insatisfechas
necesidades básicas. No así las AA.PP. que acrecientan sus gastos corrientes y
suscitan dudas sobre la eficaz gestión que vienen obligadas a realizar. A las
empresas, a los trabajadores y al ciudadano difícilmente se les puede pedir más. Sin
embargo, los Presupuestos Públicos, en cualquiera de las áreas (Central, Regional y
Local), son un ejemplo de lo que no debiera suceder y desembocarán en subida de
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impuestos –como las anunciadas por el Gobierno de España- estrechando más el
círculo sobre la actividad económica.
Las empresas están dispuestas a todo sacrificio con tal de salir
adelante, defendiendo con igual interés el mantenimiento de puestos de trabajo
porque tiene un sentido integral de la unidad productiva y porque lo que más les duele
es tener que despedir. Pero requiere de las medidas precisas para poderse adecuar a
las circunstancias de cada momento. En otro caso continuarán el cierre de empresas
y aumentará el desempleo. Hoy por hoy una sensación de impotencia se apodera del
ciudadano y de la empresa, que se hace mayor cuando se cree en la viabilidad del
proyecto que las ocupa y no son objeto de atención por las Entidades Financieras.
5º.-
Merece la pena, en la catastrófica situación actual, el esfuerzo
colectivo para superar la profunda y duradera crisis, siendo obligación del sector
empresarial advertir de las consecuencias que se producirían caso de no llevarse a
efecto las medidas que la situación requiere y que son demandadas por unanimidad.
Quien propugna el cambio de modelo en la estructura productiva como
fórmula mágica para la recuperación debe ser consciente de que está planteando una
solución para afrontar en mejores condiciones que las actuales futuros e inevitables
ciclos económicos adversos. Ahora, sin excluir tal pretensión, se requieren decisiones
de efectividad inmediata para poder iniciar el camino de una reactivación que permita
la supervivencia de empresas, la creación de otras y un empleo estable y de calidad.
6º.-
En definitiva. Las empresas requieren que se les deje trabajar en
condiciones porque creen en las potencialidades de la región de Murcia y en su
capacidad para desarrollarlas con niveles de excelencia. Así, pues, únanse
voluntades políticas y competencias administrativas para respaldar el compromiso
empresarial, evitar la conflictividad social, dar lugar a una contratación laboral estable,
propiciar el cambio de modelo, y lograr el objetivo de progreso que todos deseamos.
No es solo un problema de las empresas. Es un problema de toda la sociedad. Pero
todos juntos podemos.
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