Mi experiencia en FGV (Primavera 2003) En las próximas líneas contaré lo que fue un semestre de intercambio en la Escuela de Administración de Empresas de la Fundaçao Getulio Vargas en Sao Paulo. En primer lugar elegí FGV-EAESP porque era la única universidad brasilera con la que había convenio. Quería ir a Brasil porque siempre me gustó la calidez de los brasileros y pensé que esta sería una buena oportunidad para conocer la cultura más allá del fútbol en las playas. Ayudó que sería mucho más barato que Europa. El problema era que la universidad quedaba en Sao Paulo, ciudad que no conocía pero las referencias no habían sido nada buenas. La ciudad de Sao Paulo Es una ciudad ENORME de 20 millones de habitantes. Es el centro financiero de Brasil y América Latina. Su mala fama está, de algún modo, justificada. Es ciertamente fea en lo que se refiere a arquitectura, tiene grandes problemas de polución, el sistema de transporte es pésimo y hay una gran sensación de inseguridad. Ahora bien, las posibilidades de diversión son infinitas. En lo que se refiere a vida nocturna tiene miles de pubs, bares, boliches, abiertos todos los días. La mayoría de los paulistanos sale durante los días de semana. Y los estudiantes de intercambio en la GV todavía más. Al concentrar la mayoría del dinero de Brasil tiene muchísimas opciones para consumir: shoppings, restaurantes, cines, teatros. Las personas en Sao Paulo son sumamente simpáticas y están dispuestas a ayudar a desconocidos. De algún modo les encanta conocer extranjeros y a pesar de ser un poco más acelerados que en el resto del país no dejan de ser muy hospitalarios. No me pareció tan inseguro y en los barrios “buenos” se puede llevar una vida parecida a la que tenemos en Buenos Aires. A pesar de que la ciudad ofrece tanto, la mayoría de los habitantes (pudientes) la abandonan los fines de semana. Hay inmensidad de playas espectaculares a partir de 60 Km. de la ciudad. Rio de Janeiro queda a no más de 400, 500 km de la Capital paulista. También hay opciones para disfrutar las sierras a no más de 2 horas de auto. Cada fin de semana hay intercambistas que se juntan para conocer diferentes lugares de Brasil. Mi vida en Sao Paulo Siendo que la universidad no tiene campus, generalmente los estudiantes de intercambio viven cerca de esta con otros estudiantes o familias que les alquilan habitaciones. Yo viví los primeros dos meses con dos estudiantes brasileros (con los que aprendí portugués muy rápidamente) y los últimos dos meses con un amigo alemán (con el que mi portugués empeoró también rápidamente) Cursar cuatro materias me permitió tener bastante tiempo libre para socializar y conocer gente. Típicamente asistía clases bien temprano, me quedaba un par de horas conociendo gente y relacionándome con extranjeros en la cafetería de la universidad o en los laboratorios de computación y luego volvía a mi casa para dormir y poder salir a la noche. En gral, la mayoría de mis amigos estaban casi todo el día dando vueltas por la universidad; por lo que allí armábamos programas para el mismo día o el fin de semana. La mayoría de los amigos que hice no fueron brasileros. Probablemente con los extranjeros teníamos algo en común que facilitaba el relacionamiento. Al comienzo del programa me hice amigo de muchos de los compañeros de mis roommates. Luego me acerqué más a los “gringos” porque llevaban un ritmo de vida más parecido al mío. En FVG había 50 extranjeros de diferentes lugares del mundo, por lo que pude conocer culturas bien diferentes. La universidad FGV EAESP es la escuela de negocios más tradicional de Brasil. Es muy prestigiosa en el país y bien reconocida internacionalmente. Es el doble o el triple de UdeSA en cantidad de alumnos y de allí salen las principales figuras del ambiente público y empresarial. Se dictan las carreras de Administración Pública y de Empresas. La universidad permite que los alumnos desarrollen muchas actividades más allá de lo académico. Una razonable carga horaria y un fuerte contacto con las empresas permiten que los mismos desarrollen pasantías durante casi toda la carrera. También se encuentran otros departamentos en los cuales los alumnos se unen para realizar consultorías a empresas o promover programas de trabajo en el exterior. Hay bastantes eventos en los que se fomenta la vida social entre alumnos, profesores y empleados como ser “cervejadas” y fiestas. Las clases tienen, en gral, 40 o 50 alumnos y se desarrollan en un ambiente sumamente informal, muy parecido al colegio secundario. Las instalaciones de la universidad son muy completas. Hay 12 pisos en los que se encuentran aulas, oficinas, lugares para comer, cajeros automáticos y 4 modernos laboratorios de computación. Cuestiones académicas Elegí las materias “Técnicas de Negociación”, “Ciencia Política”, “Políticas Públicas” y “Financial Management in Banks”; todas dictadas en portugués menos la última, que era desarrollada en inglés. Conseguí equivalencias por Fenómeno y 3 optativas, pero hay que tener en cuenta que yo estudio Economía y eso no me dejó elegir demasiado. El nivel académico me pareció bastante más bajo que UdeSA, pero creo que las materias que elegí no son tan representativas. Por la experiencia de mis amigos creo que la dificultad pasaba por la gran cantidad de entregas que tenían que hacer en determinadas épocas. El portugués no resultó un problema en lo más mínimo. Yo había estudiado algo antes de viajar, pero creo que eso no hizo gran diferencia. Al poco tiempo de vivir allá estás hablando sin problemas y entendiendo casi todo. La cuestión escrita es más complicada, pero todos los profesores me permitieron escribir exámenes en español o inglés. Para finalizar, sólo puedo decir que fue la experiencia más importante de mi vida y que, a pesar de tener muchas expectativas, no pensé que todo sucedería a tan sólo 2000 y algo km. de distancia. Juan Francisco Ron [email protected]