El Homo Videns Giovanni Sartori

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El Homo Videns
Giovanni Sartori
En el libro de Giovanni Sartori, un reconocido experto en problemas actuales ,analiza la transformación que el
homo sapiens sufre a partir de una nueva sociedad que crece con el dictador mas poderoso no solo de una
país, si no casi de todo el mundo entero, este dictador visual ha hecho a un lado todo lo que se refiere al
pensamiento y casi provocando una adicción a la tecnología multimedia lo peladito y a la boca, creando una
cultura audiovisual que nos trata de formar un estereotipo de la sociedad perfecta.
El autor con este libro nos da una visión acerca de la aparición de una nueva sociedad teledirigida, una cultura
de la imagen que no hace actuar todos nuestros sentidos, y por ende no deja hacer un razonamiento propio de
lo que observamos en esa caja de imágenes. Esto nos lleva al termino que yo he nombrado peladito y a la
boca, en la cual solo ingresa información que, a nuestro parecer, llega a ser importante, divertido y excitante,
pierde su capacidad de entender en aras de una imagen sin sentido, lo que involucra una no búsqueda de
información por otros medios ya sea por divulgación o letra impresa. Un mundo concentrado solo en el hecho
de ver es un mundo estúpido sita el autor.
Como sita el autor nos encontramos en plena y rapidísima revolución multimedia y la tesis de fondo es que el
video esta transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns, para el cual la
palabra esta destronada por la imagen. El homo sapiens es un ser caracterizado por la reflexión, por su
capacidad de crear abstracciones, no posee nada fisiológicamente que lo haga diferente de los primates, es
solo un animal simbólico lengua, mito, arte y religión lo conforman, pero tras la llegada de una caja de
imágenes se ha creado un nuevo hombre adicto a lo visual que lo esta convirtiendo en un animal vidente, en
un denominado homo videns, , una criatura que mira pero no piensa, que ve pero no entiende. Esto nos da a
entender que la cultura del hombre ha sido vulnerada por la aparición de la caja de imágenes y demás formato
que dieron pie a la creación de una nueva sociedad, en la cual los primeros afectados son los niños debido a la
gran percepción que tienen del medio en que se desarrollan, la televisión es la primero escuela del niño, donde
lo que se ve es lo único que se cuenta, que al pasar de los años creara, en ellos y nosotros, una capacidad
atrofiada y mínima de entendimiento con el medio.
El impacto y el alance de la televisión tras las nuevas tecnologías (nuestra edad cibernética) es tan grande que
se ha pretendido difundir temas educativos basados en que el niño aprende de la caja de imágenes antes que
de un libro se forma viendo y no leyendo, pero afortunadamente no han tenido una gran aceptación, el autor
justifica esto, ya que la televisión no puede llegar a ser tanto como un espacian de construcción social de
conocimiento y que desgraciadamente este medio no esta en pos de una formación intelectual del individuo o
de la sociedad, solo llega a ser un medio netamente de entretenimiento atrofiado recurrente en imágenes y
sonidos, la televisión no es solo un instrumento de comunicación y diversión, sino es también un instrumento
que crea a otro ser humano sordo de estímulos de la lectura y del saber transmitido por la cultura escrita, un
humano con atrofia cultural.
Que pasaría si el fin que se busca tiene éxito, dicha formación audiovisual atrofiaría su capacidad de
comprensión ya obviamente su capacidad para comprender crecería ajena al concepto que se pretende, rompe
con el esquema de la cultura escrita y el lenguaje verbal.
Dentro de los primeros años de vida se define nuestra manera de pensar e interactuar con el medio, ahora si en
este desarrollo intervienen además de nuestros padres, medios no controlados de educación, sin un fin
definido de formación, la concepción que el niño tendrá del medio será muy similar a una caricatura
asemejara la realidad a esta. Su capacidad de entender el mundo quedara resumida solo a imágenes, su
capacidad de llegar al fondo de un tema, de abstracción será mínima, para el carecerá de significado, el
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entendimiento de una palabra necesita del conocimiento del lenguaje y de una lengua, la imagen llega a ser
ininteligible se ve y con eso es suficiente.
El ser humano debe todo a su capacidad de abstracción palabras concretas sin ninguna relación con lo visual,
el saber para el aún homo sapiens se basa en conceptos y concepciones mentales a partir del razonamiento y
no de la sensibilidad del simple acto de ver.
En un inicio denomine a la televisión como un dictador, y así lo creo, el autor (que es un experto en sistemas
democráticos orientales) afirma que la televisión es una gran formadora y transmisora de la democracia de la
opinión política, pero aun así pone en peligro el termino de democracia directa debido a que los medios
determinan lo que es netamente democrático, y no son necesariamente el espeso de la sociedad publica debido
a la no interacción del medio con el individuo , lo cual conlleva a darle una gran importancia como
instrumento de y del poder, maneja la información a su conveniencia siguiendo el esquema base el productor
produce a sus consumidores y éstos, a su vez, se vuelven adictos al producto. La abundancia de información
no garantiza la comprensión de los fenómenos: se puede estar informadísimo de muchas cuestiones, y a pesar
de ello no comprenderlas", (la video−política), con ello manejando lo que se debe de hacer y lo que es
reprobable o no interesa al fin político, no hay mas autoridad que la pantalla, sólo cree en lo que ve (o en lo
que cree ver). Sin embargo, la imagen también miente; puede falsear los hechos con la misma facilidad que
cualquier otro medio de comunicación, con la diferencia de que, "la fuerza de la veracidad inherente a la
imagen hace la mentira más eficaz y, por tanto, más peligrosa".
Las elecciones de gobernantes es una competencia en donde son los hombres, y no los programas de gobierno
ni el respaldo partidista, los que se graban en la mente del elector. "La televisión nos propone personas en
lugar de discursos. El video−líder más que transmitir mensajes es el mensaje." La política, por televisión,
requiere de personajes, se fundamenta en la exhibición de rostros. No obstante, ello varía según el sistema
político en cuestión: si el voto es por lista o por candidato, si es en distritos uninominales o plurínominales, si
los partidos son débiles o están institucionalizados, si se trata de un sistema presidencial o parlamentario. La
tendencia, sin embargo, persiste en mayor o menor grado: la imagen televisiva personaliza la política
Un homo videns que ha perdido la capacidad de disentir se vuelve, entonces, un elector teledirigido.
Aprovechando esto la difusión de encuestas que pretenden retratar a ese desconocido llamado opinión pública,
degenera en un gobierno de los sondeos y no involucra un poder de decisión para los ciudadanos, si no son
una expresión de la manipulación que tienen los medios sobre nosotros, si no, por que atenernos a las
respuestas que los medios nos proponen, y además de ello estos sondeos son intrascendentes, de fácil
manipulación y que su influencia o no influencia llega a bloquear frecuentemente las decisiones útiles y
necesarias o bien a tomar malas decisiones por rumores, opiniones débiles, manipuladas y del informativas.Es
tal el margen que existe para provocar una respuesta, manipulando la pregunta, que la opinión que se recoge
no es, necesariamente, la del encuestado, sino, por lo general, la que el encuestador persigue. Y en ese caso
quien gobierna no es el pueblo, sino los medios.
En fin, el diagnostico que el autor presenta acerca de la televisión , desalienta a los verdaderos a aquellas
personas que creen que en la caja de imágenes existe un verdadero espacio para la formación de una nueva
sociedad, que además de ello, la televisión llega a ser un medio que al formar un estereotipo de sociedad
perfecta lleva entre si un conflicto de identidad para cada individuo miembro de una sociedad actual que no
vive de sueños, si no la realidad.
Pero que hacer para mejorar las condiciones en las que estamos involucrados, el autor señala, las que para el
serian las soluciones para este mal que nos aqueja. La primera, argumenta que la competencia no es una
solución, pues lejos de incrementar la calidad de los medios, la disminuye para cautivar a un público
acostumbrado a la basura mediática. Rivalizando en conformismo, la competencia entre los medios no acarrea
sino un deterioro de su contenido: el sensacionalismo se vuelve más pagadero porque llama más la atención,
es más emotivo y no requiere de reflexión profunda. Por si fuera poco, la libertad de expresión presenta un
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obstáculo que complica sobremanera la cuestión: intentar alterar las transmisiones televisivas podría
interpretarse (no sin cierta razón) como una forma de censura.
Otra seria rescatar a los medios impresos de divulgación, para poder así intentar conformar una nueva
sociedad que razoné antes de actuar, no basándose en estereotipos impuestos por imágenes que al fin y al cabo
llevan a un vació ético y científico es decir que no hacen progresar al individuo como persona y mucho menos
a una sociedad necesita de cultura y de identidad propia.
En fin, el diagnostico que el autor presenta acerca de la televisión , desalienta a los verdaderos a aquellas
personas que creen que en la caja de imágenes existe un verdadero espacio para la formación de una nueva
sociedad, que además de ello, la televisión llega a ser un medio que al formar un estereotipo de sociedad
perfecta lleva entre si un conflicto de identidad para cada individuo miembro de una sociedad actual que no
vive de sueños, si no de una pobre realidad.
En general el libro nos da una visón panorámica de un problema que ya tiene no menos de medio siglo, este
problema es sumamente grave para formar un nuevo concepto de sociedad, ya que esta nueva sociedad
teledirigida no gozara mas de la satisfacción que genera leer un libro, asistir a eventos culturales, resumiendo
su existencia a una caja de imágenes y sonidos cuanto mas grande mejor, donde no se perderá ningún partido
de la decepción (aunque le gano a Croacia), ningún canal de música de sueños etc.
Lo mas triste del caso es que los niños son una gran esponja con la necesidad de absorber día a día ciencia y
cultura, pero con la nana televisión solo podrán observar programas sin sentido, no apegaos a la realidad, y
que a la larga para la sociedad que lleguen a conformar no podrá haber mejor Biblia que un partido de fut−bol
y hasta igual ya ven la misa por televisión.
La premisa que plantea el libro es que hay que rescatar de fondo lo que inicialmente era nuestra sociedad,
donde la tele solo era eso la tele y nada mas, pero en nuestro mundo actual, la televisión llega a ser destructora
hogares, perdición de niños, etc. Es un mal que podemos quitarle la calidad de necesario.
La verdad nos hace recapacitar acerca del futuro que nos viene encima, de cómo podemos llegar a una cierta
perdición de conciencia y conocimiento, que a la larga llegara a ser un gran problema que hoy no inicia,
desgraciadamente empezó, cuando nadie controlo este monstruo comunicativo, pero esperemos que nuestra
sociedad llegue a encontrar la solución a este gran mal.
Acerca de la idea de la televisión educativa, creo que tiene primero que conformarme un grupo de trabajo
dentro de cada sociedad determinada que vea las primicias que se requieren para dicho proyecto, iniciarlo,
promoverlo y concluirlo de una manera claro y objetiva, pero nunca resumiéndose solo al hecho audio−visual,
sino también recurrir como necesidad si no de una manera obligatoria a una tradición oral, escrita y de
razonamiento propio y colectivo. De esta menara podremos acabar con este monstruo televisivo.
Creo que inicialmente el fin común que debemos buscar es de renacer en el hombre el razonamiento propio y
no el teledirigido, que es motivos de constantes manipulaciones televisivas que no generan mas que una mal
toma de decisiones y una mala información para el individuo y obviamente para la sociedad, de ahí por que el
autor hace hincapié en la necesidad de crear una conciencia propia, para evitar rotundamente una explotación
de este medio con fines convenientes para una minoría dominante.
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