El término de competencias

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COMPETENCIAS: El árbol genealógico y empresarial de este nuevo término
educativo
¿Qué profesor no ha oído hablar del concepto de competencias? Pero ¿de dónde
viene esta nueva forma de trabajo en la educación?, ¿qué significa trabajar por
competencias? y ¿hacia dónde nos conduce este modelo? Empecemos por lo más
sencillo, acudamos al diccionario. Competencia es, según la RAE: 1. Atribución
legítima a un juez u otra autoridad para el conocimiento o resolución de un asunto. 2.
Oposición o rivalidad entre dos o más que aspiran a obtener la misma cosa. 3. Pericia,
aptitud, idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado. La utilización
del término «competencia» ha sido, y sigue siendo habitual, en el lenguaje coloquial.
Por ejemplo, se dice de un profesor o un médico que es competente (lo hace bien), o se
habla de las competencias (funciones, atribuciones) que tienen las Autonomías, el
director o el juez, o se hace referencia a la competencia (disputa) entre las empresas por
ganar el mercado.
Si nos remontamos a los orígenes del término «competencia» debemos de
situarnos en el contexto empresarial donde aparecen autores como Parsons y Atkinson,
quienes comenzaron a gestar este concepto. Posteriormente, en los años 60 y 70 el
profesor de Psicología de la Universidad de Harvard David McClelland realiza una serie
de estudios sobre los aspectos motivacionales, en relación con el éxito profesional. Es
en 1973 cuando manifiesta que por sí solos, los expedientes académicos y los test de
inteligencia no eran capaces de predecir con fiabilidad la adecuación de las personas a
los puestos de trabajo y por tanto a la consecución del éxito profesional. Como
consecuencia de tales conclusiones acuñó el término “competency/competencies”.
La corriente anglosajona en la gestión por competencias toma como punto de
referencia el contenido del puesto de trabajo y su relación con la estrategia global de la
compañía. De este modo, las competencias están referidas a una situación de trabajo y,
por tanto, es el campo de actuación de una empresa el que define las competencias de
actuación necesarias para que dicha organización lleve a buen término sus fines y
objetivos, y no el propio individuo. Desde este punto de vista el concepto de
competencia se entendía como un conjunto de comportamientos observables que están
causalmente relacionados con un desempeño bueno o excelente en un trabajo concreto y
en una organización concreta.
A nivel europeo, han sido varios los proyectos empresariales que desembocaron
en el ámbito educativo hasta llegar a los conceptos de competencias comunicativas,
ciudadana o científica. Cabría destacar cinco empresas fundamentales para una mejor
comprensión del término en el ámbito de la enseñanza:
- El Proyecto Tuning: es un proyecto piloto elaborado por un grupo de
universidades en el año 2000, con la Comisión Europea en el marco del programa
Sócrates: «Tuning - Sintonizar las estructuras educativas de Europa». El proyecto
pretendía determinar puntos de referencia para las competencias genéricas y las
específicas de cada disciplina en una serie de ámbitos temáticos: estudios empresariales,
ciencias de la educación, geología, historia, matemáticas, física y química. Desde el
proyecto Tuning las competencias describen los resultados del aprendizaje: lo que un
estudiante sabe o puede demostrar una vez completado un proceso de aprendizaje. Este
Proyecto ofreció la primera definición, más o menos educativa, de competencias: «Las
competencias representan una combinación dinámica de atributos -con respecto al
conocimiento y su aplicación, a las actitudes y a las responsabilidades- que describen
los resultados del aprendizaje de un determinado programa o como los estudiantes
serán capaces de desenvolverse al finalizar el proceso educativo». Las competencias se
describen como puntos de referencia en la elaboración y evaluación de los planes de
estudio y no pretenden ser moldes rígidos. Permiten flexibilidad y autonomía en la
elaboración de los planes de estudios pero, al mismo tiempo, introducen un lenguaje
común para describir los objetivos.
- El proyecto DeSeCo: DeSeCo es el nombre del Proyecto de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) , encargado de definir y
seleccionar las competencias consideradas esenciales para la vida de las personas y el
buen funcionamiento de la sociedad. Se propone un enfoque funcional de la
competencia, es un enfoque holístico, en el sentido de que integra y relaciona demandas
externas, atributos individuales (incluida la ética y los valores) y el contexto como
elementos esenciales del desempeño competente. Según la OECD, las competencias son
más que conocimientos y destrezas. Comprenden también la habilidad para abordar
demandas complejas, movilizando recursos psicosociales (incluyendo destrezas y
actitudes) en contextos específicos. Por ejemplo, la habilidad de comunicarse
efectivamente es una competencia que depende del conocimiento individual del
lenguaje, del dominio de destrezas prácticas para el manejo de tecnologías de
información y de las actitudes de la persona respecto de los otros con los que desea
comunicarse. Definir estas estrategias con base conceptual suficiente y a la luz de un
análisis de los requerimientos de las sociedades contemporáneas, es una tarea esencial
para luego poder medirlas. No sólo como un entramado de conocimientos sino también
como actitudes y disposiciones. El Proyecto DeSeCo considera además la evolución de
estas competencias a lo largo de la vida, pues no se adquieren de una vez para siempre.
Con el tiempo pueden enriquecerse o perderse; pueden volverse menos relevantes por
que el entorno se transforma o pueden transformarse a medida que la persona se adapta
a nuevos entornos y situaciones.
- Eurydice: Es una red de Información sobre la educación. Eurydice elabora y
publica análisis descriptivos y comparativos, así como indicadores y encuestas sobre los
sistemas educativos de los países participantes. Esta agencia en 2002 publica un estudio
en el que se hace referencia a que todos los países de la Comunidad Europea incluyen
referencias implícitas o explicitas al desarrollo de competencias en sus políticas
educativas. En este marco estratégico, dos años antes El Consejo de Lisboa propuso
como competencias básicas para la vida, entre otras: la comunicación en lenguas
extranjeras, las competencias interpersonales y cívicas y la competencia para aprender a
aprender.
- La cumbre de Lisboa que tuvo lugar en la primavera del 2000 se organizó con
la finalidad de identificar los objetivos comunes de los sistemas europeos en los ámbitos
de formación y educación. El tema de las “habilidades básicas” en una economía basada
en el conocimiento recibió muchísima atención en las discusiones sobre estos objetivos
comunes. El Consejo de Lisboa explícitamente abogó por el diseño de un Marco
Europeo donde se definiesen las “nuevas habilidades básicas”. Entre otros temas, el
grupo discutió el concepto de las habilidades básicas: cuáles pueden ser consideradas
como las principales áreas de las habilidades básicas y cómo éstas deben ser definidas y
descritas. El grupo sugirió que es preferible referirse a las «competencias básica» antes
que a las «habilidades básicas» por cuatro razones principales:
 «Habilidades» es difícil de diferenciar respecto a «competencias» en
otras lenguas que no sean la inglesa.
 «Competencia» se considera generalmente como una combinación de
habilidades, conocimientos y actitudes – dentro de esta familia de
términos se cree que es el más extenso y que puede incluir el menos
concreto de «aptitudes/actitudes», mientras que dentro de «habilidad» no
se incluye generalmente estos últimos.
 Para muchos, habilidades «básicas» se refiere a una serie de habilidades
de lectura, escritura y nociones elementales de cálculo aritmético
limitadas, que a menudo crean confusión en las discusiones, mientras
que «clave» es una palabra mucho más dinámica que no tiene estas
connotaciones.
 En la misma línea de argumentación, muchos tienden a pensar en
(habilidades) «básicas» como una serie de «habilidades de
supervivencia», mientras que el actual debate sobre las habilidades
implica mucho más que la mera supervivencia.
Adoptar el modelo de enseñar y aprender por competencias supone un cambio sustancial en las
formas de enseñar, aprender y evaluar. No es una modificación cosmética y superficial. Supone primar el
aprendizaje activo de conocimiento útil como el centro de la vida escolar, lo que significa una
transformación radical de la forma de concebir el currículo, los procesos de enseñanza-aprendizaje y
evaluación, la organización de los contextos escolares y la propia función del docente. ¿Estamos
dispuestos a aceptar el desafío?
Alfredo Hernando Calvo
Departamento de innovación Pedagógica de FERE-CECA
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