TEMA MÉDICO Nº 125 LA FALTA DE ADHERENCIA A LA TERAPÉUTICA INSTITUIDA El siguiente fragmento, inicial de una entrevista médico-paciente, constituye un lugar común en la actividad médica cotidiana. Resume en pocas palabras algunos matices incluidos en la problemática de la “adherencia”, la que sin entrar en las diferentes interpretaciones semánticas, definimos como “El grado en que la conducta de un paciente, en relación con la toma de medicación, el seguimiento de una dieta o la modificación de los hábitos de vida, coincide con las indicaciones de su médico”. Dice el médico “M”: veo que sus niveles de colesterol se han incrementado por sobre el rango de seguridad y su tensión arterial llegó a los niveles del comienzo del tratamiento, será preciso modificar las dosis de su medicación, cómo la esta tomando? Responde el paciente “P”: bueno, en realidad la he dejado de tomar. “M”: hubo alguna razón por la que la abandono? “P”: la del colesterol, sucedió que un día en el gimnasio comencé a tener dolores en el brazo y el profesor me dijo que podía ser la medicación. “M”: y la de la presión ? “P”: me sentía algo decaído y me parecía estar con la presión baja. Intentar explorar estas circunstancias constituye siempre una tarea compleja y con resultados, a veces, poco alentadores. 1 Resulta entonces interesante hacer un aporte, en el marco del vínculo médico-paciente, espacio en el que se concretan los éxitos o los fracasos en el logro de la continuidad de las indicaciones o de las sugerencias médicas. Con una visión integradora, podemos incluir los aspectos vinculados a la “adherencia”: 1. El perfil psicológico del paciente. 2. Su problemática social y familiar. 3. La capacidad del médico para transferir información. 4. El desarrollo de un verdadero vínculo médico-paciente. 5. La adaptación compartida de generar una “alianza terapéutica” para concretar los logros que ambos pretenden. En el diálogo anterior, vemos tres temas sobresalientes: el papel algo tardío del profesional evaluando la adhesión al tratamiento, el comportamiento del paciente que trasunta la intención de no respetar las indicaciones y la evidente ruptura de la colaboración deseada. Existen entonces ingredientes que participan en las características del problema que exponemos, que son numerosos pero tratando de ser simples, señalaremos los siguientes: Información sobre el tratamiento adecuadamente recepcionada por el paciente. Motivación, entusiasmo, que se puede generar en el que padece el problema y que se suscita cuando recibe la sugerencia de la forma de prevenirlo. Percepción del médico sobre la autoeficacia del paciente, para la observancia medicamentosa. Esta observación, esta referida a la capacidad que ha desarrollado el paciente en su vida, para 2 concretar un proyecto referido a su cuidado personal y el de su salud. Capacidad intrínseca del paciente para advertir la necesidad de evitar la progresión del padecimiento y las consecuencias consiguientes. Estas situaciones permiten formular algunas sugerencias definidas que pueden resultar particularmente útiles, para tenerlas en cuenta al momento de iniciar un tratamiento y reflexionar sobre las mismas: A Usted, le preocupa o le disgusta tener que recibir medicación? Considera un signo de envejecimiento el comenzar a medicarse? Piensa que el tratamiento alterará costumbres? Prefiere no hacer nada de lo propuesto por el médico o intentarlo con otra forma de resolver el problema? su estado actual o el de sus Téngalas presentes, en ocasiones su médico podrá formulárselas aunque a veces puedan resultar incómodas o altisonantes, pero tiene como principal intención: Tratar de evaluar la intención del paciente para cumplir las indicaciones (inicio, suspensión precoz, intermitencia, distracción, olvidos o falta de observancia). Identificar su motivación, por sus cometarios a las sugerencias que le manifiesta el profesional y de la manera que en Usted impactan frente a su concepción de salud-enfermedad. Medir de la mejor manera su autoeficacia para poder cumplir con metas determinadas, no solo en lo estrictamente médico sino en cualquier área de su cuidado personal. (es poder pesquisar su tendencia a ocuparse eficientemente de otros tipos de cuidados, por ejemplo el odontológico). Evaluar su tendencia hacia creencias relacionadas con la medicina convencional o por el contrario a otras formas, como las medicinas alternativas. 3 Constituye una verdadera paradoja, la presencia cada vez mayor de los profesionales de la salud en la divulgación de la utilidad por el respeto a las indicaciones y el paupérrimo resultado en la práctica. Hacerse cargo de enfermedades crónicas y silenciosas es toda una tarea. La mencionada adherencia fallida, se constata en sujetos sin patología actual, pero con riesgo elevado a futuro y también en pacientes con enfermedades demostradas y con expectativa de vida limitada. Resulta entendible que los jóvenes no piensen en morir dado que para ellos se trata de un suceso lejano e improbable. Pero que los mayores de 60 años tampoco evalúen el compromiso personal, familiar, social y que ignoren los cuidados que ameriten, configuran una displicencia que detectada, deberá ser profundamente trabajada por el profesional actuante. Su tendencia debe ser recibir adecuada información médica, desestimar informes mediáticos espectaculares, en algunas ocasiones realizados por comunicadores que buscan seguidores, sin seriedad científica. La adherencia y el éxito dependen del vínculo medico-paciente y de este, el trabajo asociado para poder lograrla. 4 5