1.− DEFINE A PARTIR DEL TEXTO LOS CONCEPTOS DE VERDAD Y DE SABIO. Protágoras no acepta la existencia de una verdad absoluta, sino que ésta depende de las circunstancias de cada hombre; pero eso no significa que no exista la verdad, muy al contrario, afirma su existencia y la posibilidad de su conocimiento. Así, su planteamiento es relativista; frente al absolutismo de Parménides, Protágoras está en la creencia de Heráclito de que las cosas fluyen. Afirma explícitamente la existencia de los hombres sabios. El sabio es el que se adapta a las circunstancias y el que hace que cambien esas circunstancias, o que cambie esa disposición del alma que hacía que uno pensara lo falso. El estado del hombre, su experiencia, rigen su opinión, y la tarea del sabio no es enseñar otra opinión que sería "verdadera", sino procurar, mediante discursos, que tenga otra opinión "mejor". El sabio ayuda a los hombres y a las sociedades a conseguir su provecho. 2.− RECONSTRUYE EL ARGUMENTO POR EL QUE PROTÁGORAS VIENE A AFIRMAR QUE EL SOFISTA ES SABIO Y MERECE RECIBIR UN SALARIO ELEVADO POR PARTE DE AQUELLOS A QUIENES EDUCA. El sofista se sitúa en sociedad en comparación con otros, aquí con los médicos y con los agricultores. Aquéllos curan por medio de fármacos y los sofistas mediante discursos. Y es muy importante su papel, pues hace aparecer la conciencia de las cosas justas y saludables tanto a las personas como a las ciudades. Aquellos cobran y este quiere también cobrar y, en proporción a la importancia de su función sobre la disposición del alma, pide que su salario sea elevado. Quizás desea Protágoras justificar aquí los elevados salarios que obtenía por la educación de los atenienses de las familias distinguidas. O quizás, ya que no debemos olvidar que este es un texto de Platón, se trata de una invectiva de este autor. El cobro por la educación resultaba escandaloso para la sociedad griega de su época. 3.− DISERTACIÓN: EL GIRO ANTROPOLÓGICO EN LA FILOSOFÍA GRIEGA: LOS SOFISTAS Y SU ÉPOCA. Los sofistas aparecen en un momento de crisis histórica. El sofista ya no será el sabio que especula en soledad, sino que aparece en la sociedad, pertenece a una nueva realidad histórica y ha de responder a nuevas necesidades sociales. Ya no se enfrenta a una realidad externa objetiva, sino a una realidad humana variable e inestable de la que él forma parte y que aparece como problema. Por eso se habla de un giro antropológico: "el hombre es la medida de todas las cosas, de lo que es y de lo que no es". En este momento de crisis aparece, además, la necesidad de educar. Una sociedad que ya no se edifica sobre los valores de la aristocracia debe proveer una educación dirigida a todos los ciudadanos que les haga ver qué es lo adecuado en cada momento y cuál es la ley que deben aceptar. Puesto que ahora todos son miembros de la comunidad, todos deben saber cuál es el bien de la comunidad. Ya hemos comentado en la pregunta anterior cómo el mismo Protágoras se sitúa en este texto respecto a otros oficios y reivindica todo lo que de ahí se deriva. La integración de Protágoras en los asuntos prácticos de la ciudad llega hasta el punto de que se verá obligado a huir de Atenas y en esa huida encontrará la muerte. Se revela aquí el peligro de esta actividad que algunos años después llevará a Sócrates a tomar la cicuta. Platón hace decir a Protágoras no sólo que los sofistas hacen que las cosas "sean" saludables, sino que hacen que lo "parezcan". Se insinúa aquí una visión negativa del sofista como charlatán, que refleja la discusión constante con Sócrates y Platón. 1