Aportes metodológicos para interpretar el comportamiento de las clases sociales en el momento actual de la crisis en la globalización. Mario Burkún. Conclusión. La forma de acumulación del capital en el largo plazo sigue manifestando una evolución que se encuentra dominada por la rotación del capital financiero. El rasgo especulativo del mismo se acentúa en la crisis. La crisis última que eclosiona en el centro del sistema bancario en 2007-2008, transforma los tiempos de valorización del capital financiero, acortándolos y produciendo destrucciones de capital ficticio. Las diversas formas de propagación de la burbuja financiera, como los derivativos, hedge funds, securitizaciones, reformulaciones de la capitalización bancaria individual, y de los bonos y títulos de las deudas públicas y privadas, llevan a que la crisis resulte de difícil regulación y control. La aparente solución vía el sostén de la demanda por liquidez, con las inyecciones de moneda como las políticas de bajas tasas de interés, incremento del M1 vía el quantitive eassing, o los soportes de las instituciones financieras multilaterales, como el F.M.I., el Banco Central Europeo o el Banco Mundial, carecen de una respuesta coherente y racional de los operadores representativos de las fracciones individuales del capital. Los accionistas, depositantes, ahorristas, y todos los que responden al fraccionamiento creciente de la propiedad del capital líquido, se encuentran insertos en un comportamiento psicológico proclive a la crisis de pánico, a la estampida de masas para el retiro de fondos, y a la incertidumbre sobre el tiempo de la crisis y sobre el lugar de colocación de fondos volátiles. Las secuelas de este movimiento en el corto plazo, son en primer lugar la destrucción del capital ficticio y de los valores financieros sin respaldo real. Luego, también, de muchos valores con respaldo, pero sin sustancia de sostén genuina para responder a las corridas contra el sistema bancario y las operaciones de bolsa de valores. En ese tiempo limitado de circulación de capital líquido cumplen un papel destacado las informaciones provenientes de las evaluadoras de riesgo en el ámbito internacional, cuyas calificaciones en el ranking de solvencia, impactan sobre la toma de decisiones individuales y sobre las políticas de los gobiernos nacionales. La estatización del endeudamiento internacional, y las herramientas de políticas monetaria y fiscal, nacionales y regionales pasan a ser el entramado de las relaciones internacionales y la base para el rediseño de un nuevo sistema financiero internacional que despeje las incógnitas en el actual funcionamiento de la banca y de las bolsas de valores en lo que respecta a las posibilidades de una regulación que impida que la crisis se instale en el largo plazo. Las políticas vigentes, dejan una secuela profunda en la parte material de la reproducción transformando las relaciones al interior del proceso de producción inmediato. Cambia la estructura del mercado de trabajo y las formas de enajenación y alienación del taylorismo y del fordismo, para una saturación de la conciencia de clase y una fragmentación de su respuesta de resistencia en el momento álgido de la crisis. Al mismo tiempo la enajenación financiera limita la absorción de los desarrollos científicos como nueva tecnología, y como nueva inversión productiva. La capacidad ociosa del equipo de capital se acrecienta y la recesión se instala en el horizonte inmediato de la valorización del capital. La forma de acumulación tiene entonces como un interregno de reproducción anti-capitalista en su propio seno. Esto conlleva a tensiones sociales y políticas que cuestionan el proceso de ajuste y la utilización de herramientas de política económicas obsoletas para esta forma de la crisis financiera. La conformación tradicional de la disputa por el reparto y la distribución de la ganancia tiene entonces que ser asumida en la conciencia de clase bajo premisas que contemplen esta sumisión creciente del trabajo al capital, pero bajo la condición del capital a interés y la falta de libertad en las expresiones de los trabajadores y de los productores capitalistas. La banca y la especulación de los activos líquidos someten la reproducción del capital a la necesidad de barrer con los recursos genuinos, lo que impacta sobre las relaciones mercantiles y sobre la apropiación de los recursos naturales. En la actualidad la búsqueda de un nuevo paradigma para combatir las secuelas de la crisis lleva a cuestionar los análisis tradicionales de las expresiones políticas en la lucha de clases capitalista y a situar el conflicto social en la demanda de una respuesta política propia que pueda asumir los cambios de conciencia para este momento histórico.