4. Venezuela: De La Revolución a la Emancipación

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4. Venezuela: De la Revolución a la Emancipación
En Venezuela se hace y se dice mucho para profundizar, para intensificar la Revolución social, para llevar a
cabo la "Revolución dentro de la Revolución". Aunque esto es indispensable, implica también navegar en aguas
humanas revueltas desconocidas, encima de las cuales se desencadenan poderosos huracanes práxicos y en
cuyas oscuras profundidades acechan todo tipo de rocas ideológicas y caníbales fascistas.
Referente a lo anteriormente mencionado, en revoluciones sociales latinoamericanas previas, en la turbulenta
época revolucionaria de Fidel Castro, Ché Guevara y Régis Debray, una situación similar había generado unas
preguntas muy complejas, que aún quedan por resolver y por contestar hoy día. Sin embargo, lo que debemos
evitar en Venezuela, es que todo termina en una total confusión táctica, estratégica e ideológica. Para nosotros,
por ahora, el concepto de "Revolución" deberíamos tenerlo claro como un cristal. Después de todo, lo habíamos
venido estudiando, actuando y pensando, desde el siglo XII en Italia del Norte.
También un gran número de intelectuales lo han estudiado con más precisión desde la Revolución "Francesa",
"Industrial", "(Norte) Americana", "de Octubre" y "Cubana", y aún nosotros, los latinoamericanos, africanos,
asiáticos etc., todavía tenemos severas dificultades científicas y filosóficas para captar este fenómeno
transhistórico. A través de los últimos años, en varios libros y artículos, publicados en Internet, hemos tratado
de iluminar un poco el significado, la esencia, existencia y trascendencia de la Revolución.
Marxistas como Bertolt Brecht siempre enfatizaron que "el trabajo de liberación es el trabajo de los trabajadores
mismos". La
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vanguardia revolucionaria coordina, pero no puede hacerlo todo, no debería hacerlo todo, no debería organizar y
dictar todas las actividades políticas regionales y locales, de modo contrario puede resultar un serio conflicto
político perjudicial entre el liderazgo y las masas, entre el gobierno central revolucionario y los trabajadores
comunales. Sin embargo, las contradicciones revolucionarias dentro del movimiento político representan los
pistones poderosos del "proceso" libertador; con las contradicciones dialécticas la Revolución está en su
elemento, llega a ser existente, se radicaliza.
Ché Guevara tocó el centro de este asunto: "El deber de un revolucionario es hacer la Revolución". Mientras
cada revolucionario sabe qué es la "Revolución", no surgirá ninguna confusión dentro del movimiento de
liberación. Esto significa que cada revolucionario tiene que conocer la Práxis y Teoría de la Revolución
Bolivariana, porque de modo contrario no logra revolucionar la Revolución, no la puede profundizar ni
radicalizar.
Ciertamente, la responsabilidad de la Revolución Bolivariana está puesta en las manos de todos los Bolivarianos
alrededor del globo, no sólo se trata de un asunto meramente venezolano o latinoamericano. De acuerdo a las
leyes de Venezuela y de su Constitución, esta Revolución no les prohíbe a los "extranjeros" la participación
directa en los asuntos sagrados de la emancipación humana a nivel global. Por eso, y en este espíritu
revolucionario, propondremos las siguientes notas y observaciones.
Sin embargo, hasta en los círculos académicos, a causa del uso de conceptos sociológicos de carácter
propagandístico, "políticamente correctos" ya osificados y además generalizados, como lo son "la Nación", "el
Pueblo", "todos los Seres Humanos", "los Americanos", "el Soberano", "la oposición" -todos aquellos que se
supone que hacen la Revolución o la contrarrevolución -la propia esencia dialéctica social e histórica de la
Revolución desvanece en el aire. El peligro está en que se oculte la feroz lucha de clases en Venezuela y
América Latina, que se declare irrelevante, obsoleta, como si no fuese un elemento quinta-esencial de la
revolución social a nivel global. Esto es la razón de por qué en Brasil podía surgir
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una absurdidad tal como la de una "Alianza nacional entre el trabajo y el capital"; para las masas trabajadoras,
esta "Guerra de Clases" (Lula) ahora ya está dando resultados fatales. De todos modos, si la conocemos o no la
reconocemos, la lucha de clases existe en la misma Revolución Bolivariana, y se mostrará en el futuro.
El fons et origo de todas las revoluciones sociales, la matriz del "cambio social" moderno, del "proceso", fue la
combinación de las Revoluciones Francesa e Industrial en Europa y sus subsidiarias en América del Norte. La
Revolución misma es un invento de las clases sociales, un "descubrimiento" burgués-democrático-capitalista
que creció en el útero de un modo de producción específico, que es el feudalismo, basado en un determinado
tipo de energía específica dentro del proceso transhistórico del Trabajo, de la Historia.
Duró más de 500 años para reconocerse socialmente a sí mismo, para materializarse y capitalizar a su base
económica, para conquistar el poder político. De hecho, la Revolución misma era el telos transhistórico, la meta
original de la acumulación de capital, extendiéndose desde la "República" de Platón hasta el "Leviatán" de
Hobbes, hacia "1984" de Orwell, desde la Antigua Europa hasta la "Vieja Europa" (Rumsfeld). La victoria
revolucionaria final de las clases sociales burgués-democrático-capitalistas de los siglos XVIII a XXI, era el
resultado de dos milenios de una lucha de clases feroz en el continente europeo. Cada guerra - y había
centenares de guerras - cada invasión, cada cruzada, cada violación y cada saqueo tenía que ver con la
acumulación de capital, con poder, con riqueza. Todas eran violentas luchas de clases, de vez en cuando
interrumpidas por "Alianzas Sagradas", "Alianzas para el Progreso", por diálogos, reconciliaciones,
"conversaciones de paz", etc. Todas las revoluciones modernas, incluyendo la Revolución Bolivariana, poseen
estos lunares transhistóricos.
Cerca del comienzo del siglo XIX, la lucha de clases transhistórica en Europa, es decir la Revolución, se
concentraba alrededor de dos contradicciones de clase, que a su vez se contradecían mutuamente: el ancien
regime aristocrático-absolutista versus el "reino del terror" burgués-capitalista. El anterior, la "nobleza versus el
clero" quería
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reformas pacíficas, diálogo y reconciliación; el último, la "burguesía versus el proletariado" prefería la
Revolución violenta, la guillotina. Las dos contradicciones formaban la Revolución completa, formaban
las diferentes caras y lados de la misma "Revolución Francesa".
Todo lo que vino después de esto, solamente reflejaba los desarrollos iguales, desiguales y combinados de
esta misma Revolución social, del Imperialismo, que hoy día se llama "Globalización". Ciertamente, sin
duda, la intención social de las revoluciones coloniales del siglo XX era la de mejorar las condiciones de
vida de las masas empobrecidas, de introducir reformas y proyectos para minimizar la miseria, pobreza
y el sufrimiento de los pueblos; todo esto dentro del sistema capitalista mundial, dentro del proceso de
trabajo alienador, dentro de los límites de la revolución burgués-democrática.
Históricamente siempre eran los pobres, los desterrados, los ilotas, las clases trabajadoras que se
encontraban en la primera línea del sacrificio, del bombardeo, de la masacre y la aniquilación, y no
obstante - con pocas excepciones como por ejemplo la Revolución Cubana - al final fueron traicionados
por sus "libertadores", por sus propios "guerreros de la libertad" de años pasados, como pasó por
ejemplo en Rusia estalinista y en Sudáfrica del arco iris. A esta traición se puede detectar en la misma
Revolución Francesa, esto es la razón de por qué nació su negación, la izquierda Hegeliana, el Marxismo,
que quería completar la Revolución.
Así que, ¿qué fue lo que le pasó a la gran Revolución de Octubre en Rusia, cuántos millones de
trabajadores y campesinos fueron sacrificados bajo Stalin, especialmente durante la Segunda Guerra
Mundial? ¿Qué hay de las revoluciones magníficas china, vietnamita, argelina y yugoslava? ¿Qué fue lo
que pasó con tres siglos de lucha heroica contra la esclavitud, el feudalismo, el liberalismo, el Apartheid
capitalista, el fascismo y el imperialismo en Sudáfrica? En sus esfuerzos para llevar a cabo "cambios
dentro del sistema", para introducir las mismas metas históricas de la revolución
burgués-democrático-capitalista, a todos los devoró el Leviatán de la Globalización, los devoró la
realización imperialista de la Revolución
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Francesa, construyendo el Estado omnipotente, llevando a cabo reformas
agrarias, soberanía, industrialización, la construcción de una burguesía
nacional, capitalismo nacional, desarrollo de la nación, partidos políticos,
sociedad civil y nacionalismo. ¡Cuidado América Latina!
Más de 200 años de experiencia revolucionaria deberían ser suficientes para enseñarnos, que a través de las
reformas sociales, a industrialización, la diversificación económica capitalista, los proyectos agrícolas
feudalistas obsoletos, no lograremos liberarnos e la hegemonía euro-yanqui dentro del actual sistema mundial
imperialista corporativo. También deberíamos saber por ahora, que, no importa cuán necesarios parezcan
actualmente las concesiones, las raciones, la impunidad, las alianzas, los diálogos y la reconciliación con las
clases opresoras nacionales e internacionales, más nunca emanciparán a los billones de esclavos asalariados
manuales e intelectuales en el planeta. Como medidas inmediatas a corto plazo, para introducir la Revolución,
podrían ser aplicables, pero, ¡no se deberían convertir en la regla de oro! No existe una receta segura para la
revolución social, tenemos que hacer y pensar y trascender nuestra propia Revolución; pero el sistema global, el
"nuevo orden 'mundial", la "civilización" funciona bajo ciertas leyes de desarrollo, y hay que tomarlas en cuenta
en cualquier lucha de clases dentro de cualquier revolución.
No hay razón en absoluto para ignorar la naturaleza clasista 'de una sociedad capitalista moderna. Ni siquiera el
temor a que la "oposición" o Washington nos llamen "Castro-Comunistas" nos debe ',detener; de todos modos
ya lo están haciendo, e incluso esto en realidad debe representar un orgullo revolucionario para nosotros, como
Castro lo dijo a Chávez: "¡Excelente!"
Las clases sociales, la lucha de clases, hasta el socialismo y el comunismo no fueron descubiertos por los
Marxistas. Los primeros cristianos originarios, que fueron aterrorizados por Nerón y Calígula, eran comunistas;
historiadores famosos franceses hablaban de la lucha de clases mucho antes de que nació Marx, incluso el
obispo Kingsley de Gran Bretaña habló de la religión como "el opio del pueblo"
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mucho antes del Manifiesto Comunista. La misma burguesía había introducido el "terrorismo", un reino
del terror, directamente dentro de la Revolución Francesa. En su lucha de clases era despiadada; sus
enemigos de clase perdieron la cabeza bajo la guillotina, incluso sus propios líderes como Dantón y
Robespierre caían víctima de ella.
Para hablar claro, históricamente no hay nada pacífico, cristiano o gandista en revoluciones
sociales de los trabajadores o sea en luchas de clases. Son las clases dominantes, los conquistadores, la
Conquista, la "oposición" (véase el 11 de abril de 2002 en Caracas), que a causa de su megalomanía
eterna deciden las vías y medidas violentas de una lucha de clase auténtica. El que resiste el dominio de la
clase opresora, no es el que origina la violencia y el terror; como Georges Sorel resaltó: no inventamos la
violencia sino nacimos en ella, somos asesinados por orden social.
Somos eliminados por los poderosos amos, por la CIA, por los escuadrones de la muerte de los
paramilitares, por golpes militares, por conspiración y sabotaje. Venezuela y su Gobierno del Presidente
Chávez ya tenía su buena porción de esas maquinaciones violentas. Así que ignorar la lucha de clases, es
ignorar la Práxis y Teoría Revolucionaria, la Práxis y Teoría de Clase, la auto-defensa emancipatoria, es
hacer una "revolución" miope, hacer solamente una reforma social inmediata, es ser devorado por el
Moloch de la Globalización. Peor aún, negar la lucha de clases desencadenada es extremadamente
peligroso, porque en su ausencia, la revolución social perderá su apoyo de las masas, su verdadera base
popular. Bajo ningunas circunstancias la Revolución Bolivariana se puede dar el lujo de permitir esta
situación, sería suicidio, sería igual a botar sus beneficios de clase latinoamericanos tan difícilmente
ganados, al cenagal corporativo imperialista del ALCA, a los tentáculos abiertos del calamar sanguinario
globo-fascista de Washington.
"Profundizar la revolución" sólo puede significar "radicalizar la revolución", es decir, captar los
problemas latinoamericanos en su propia radix, en sus raíces capitalistas imperialistas corporativas y
fascistas. Esto es un asunto muy serio ya que significa la declaración de guerra de clases, puede costar
centenares de miles de vidas,
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significa intervención extranjera, ocupación y genocidio. Pero esto pasa todo el tiempo ya desde hace
medio milenio y actualmente pasa a diario en Colombia, Irak, Afganistán y Palestina. Bush, de acuerdo a
los planes de la Norteamérica Corporativa, está bien decidido de ocupar y militarizar completamente a
América Latina en el futuro cercano.
En la historia, en ninguna parte el capitalismo y los capitalistas han dejado sus tronos privilegiados
pacíficamente, ni en Rusia, ni en China, ni en Cuba, ni en Vietnam, ni en Chile, ni en Centro-América y a
pesar de temporales marchas atrás, siempre regresan, más violentos que nunca. El 11 de abril de 2002
nosotros, aquí en Venezuela, obtuvimos una idea de esta mueca fascista.
Profundizar la revolución significa armarnos con las medidas que sean necesarias; a largo plazo la
impunidad, los diálogos, la reconciliación y las concesiones no son precisamente las armas
revolucionarias más efectivas. En vez de eliminar al enemigo de clase, solo aniquilan la base popular de la
propia revolución social. Ciertamente, a través de los últimos seis años, a pesar de algunos errores
menores, la Revolución Bolivariana ha obtenido y aún sigue ganando notables victorias; es precisamente
esta fuerza emancipatoria, este momento global que hay que defender a toda costa.
Actualmente la revolución no se encuentra en peligro, pero ahora más que nunca, no debemos bajar la
guardia. En términos generales, la victoria revolucionaria más grande, de manera dialéctica, muchas
veces se convierte en el talón de Aquiles de la misma revolución. ¡Veamos lo que pasó con la victoria de
Dien Bien Phu contra el imperialismo euro-americano! Así que, camaradas, ¡tengan cuidado! Las
deliberaciones anteriormente mencionadas solo quieren explicar algunos factores fundamentales en
cuanto a la profundización o radicalización de cualquier revolución social. Queda mucho más que
explicar, pero lo anterior es suficiente como para servir de alimento serio para el pensar y el actuar
revolucionario, para la Práxis y la Teoría Revolucionaria.
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El carácter emancipador de la Revolución Bolivariana es original, es auténtico, es nuevo. Por esta misma
razón es vulnerable, y no obstante invencible. En cuestiones centrales como lo son la estrategia y la
táctica, precisamente actuaba de la manera menos esperada por parte de sus enemigos nacionales e
internacionales. Dentro de muy poco tiempo, logró politizar millones de venezolanos y latinoamericanos,
cosa que no había pasado desde la propia Revolución Francesa. Armaba al pueblo y popularizó al
ejército. Levanta serias esperanzas dentro del pueblo, que ya desde hace siglos anhelan por su
realización, especialmente para los indígenas de América Latina. Esto es una tremenda victoria, pero al
mismo tiempo representa una gran responsabilidad, la cual hay que manejar con sumo cuidado y con
esmero cariñoso.
Igual que en el caso de Fidel Castro o de Lenin, los desterrados de la sociedad burguesa han elevado a su
presidente Chávez a una figura nacional e internacional, a una realidad social. Desde los días de Simón
Bolívar, más nunca un individuo fue tan socializado, y nunca la sociedad venezolana fue tan
individualizada; nunca una Revolución - la primera, que jamás ocurrió en la historia de Venezuela - fue
tan "transcendentalizada", tan cerca de un éxodo emancipatorio, fuera del sistema capitalista cerrado.
Es esta Latencia y Tendencia emancipatoria, esta verdadera posibilidad de liberación a última hora, esta
punta venezolana del iceberg revolucionario, que fascina a aquel mundo, que todavía tiene sueños
diurnos de la felicidad humana, del humanismo, de la belleza, la verdad, el amor, la solidaridad y de un
futuro.
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