¿Cómo funciona la Unión? Más que una confederación de Estados, menos que un Estado federal, la Unión Europea es una construcción nueva que no encaja en ninguna de las categorías jurídicas clásicas. Constituye un sistema político original, en permanente evolución desde hace cincuenta años. Los Estados que han suscrito los Tratados de París y Roma, en los años cincuenta, y los de Maastricht, Ámsterdam y Niza, en los noventa, han consentido una delegación de soberanía en beneficio de las instituciones comunitarias representativas, a un mismo tiempo, de los intereses nacionales y del interés comunitario. Los Tratados que constituyen el Derecho originario se encuentran en el origen de numerosos actos jurídicos (conocidos como Derecho derivado) que tienen una incidencia directa en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos. Es el caso de los reglamentos, directivas y recomendaciones adoptados por las instituciones comunitarias. Estas «leyes», y en general las políticas de la Unión Europea, son el resultado de las decisiones adoptadas por el triángulo institucional integrado por el Consejo, representante de los Estados, el Parlamento Europeo, representante de los pueblos, y la Comisión, órgano independiente de los Estados y garante del interés general de los europeos. Este triángulo solo puede funcionar sobre la base de una estrecha y leal cooperación entre las tres instituciones. «Para el cumplimiento de su misión, el Parlamento Europeo y el Consejo conjuntamente, el Consejo y la Comisión adoptarán reglamentos y directivas, tomarán decisiones y formularán recomendaciones o emitirán dictámenes, en las condiciones previstas en el presente Tratado.» (artículo 249 del Tratado CE).