Emile Durkheim Francés, oriundo de Lorena, hijo y nieto de rabinos por ocho generaciones, Emile Durkhiem (18591917) tuvo una infancia movida: laicaización y abandono de su dedicación al rabinato, período de gran expansión industrial, y económica, pérdida de la guerra franco-alemana, ocupación alemana de su ciudad natal, Epinal, en 1810 y Comuna de París. Trasladado a París en 1870, preparo y obtuvo su admisión en la prestigioso en la prestigiosa Escuela Normal Superior (1876-82), empapada del típico cientificismo de la Francia laica y republicana, donde se diplomó en filosofía. Fue profesor de moral de liceo (1882-86) y pasó a enseñar sociología en la Universidad de Burdeos (1887) y en la Soborna (1902). Fue el primer profesor universitario de sociología de Francia. Murió quebrado por el dolor que le produjo de su muerte de su hijo en la Primera Guerra Mundial Dos son los temas principales alrededor de lo que elaboró lo más importante voluminosa obra: Recoger la promesa central, pero incumplida, de positivismo: esto es constituir a la sociología como una ciencia. En este sentido, incorporó el legado de Saint Simon y Comte, pero consideró que la mayor parte de esta herencia era demasiado especulativa e inconsistente (en otras palabras, filosóficos). Durkheim, se propuso cumplir las promesas incumplidas del positivismo precedente. Contestar a la siguiente pregunta: ¿cómo asegurar la cohesión, el orden en una sociedad compleja, industrial, dinámica, en donde los lazos tradicionales, dados por la religión y la costumbre, que ataban al individuo con su comunidad y sus autoridades estaban ya definitivamente rotos? O, en otras palabras, ¿Cómo construir un orden social estable en una sociedad caracterizada por el cambio? En síntesis, le preocupaban dos temas: crear leyes y explicaciones científicas, y solucionar problemas sociales. ¿Qué es la sociedad? Para Durkhein, la sociedad produce caminos de acción, de pensar, de sentir, que no controlamos, coactivos, que nos gobiernan sin que nos demos cuentas. Y está bien que así sea. La sociedad está compuesta por los individuos que la integran; pero es algo diferente, más contundente, que la simple sumatoria de todos los individuos. Hay algo más, anterior al individuo, que lo cohesiona y determina su conducta: la sociedad misma. A menudo se ha dicho que para él la sociedad es como un Dios; oculta pero omnipresente, externa pero interiorizada en cada individuo. Como todo Dios, termina siendo la explicación y solución última de todos los misterios. Un método para la Sociología. El positivismo, con su exigencia de explicar e investigar a la sociedad como si fuera un organismo natural, siguió influyendo en una sociología ya plenamente madura como la de Durkheim. Los hechos sociales son cosas y como tales debemos considerarlos. Deben estudiarse mediante investigaciones empíricas y no con divagaciones filosóficas. Podemos estudiar las ideas en abstracto, de forma puramente mental. Las cosas, en cambio, deben estudiarse con datos duros. Un hecho social es externo al individuo (o sea que él no lo crea) y coercitivo (lo obliga). El modelo de su fundamental Las reglas del método sociológico (1895), será Introducción al estudio de la medicina experimental (1865), un popular manual de medicina. La división del trabajo social. El supuesto de que hay una primacía de la sociedad sobre el individuo aparecía ya nítidamente desde su tesis de doctorado. El tema fue desarrollado a lo largo de toda su vida. La división del trabajo social es un hecho material, medible, que indica el grado de desarrollo de una sociedad. Las sociedades más primitivas casi no tiene división del trabajo (una persona realiza todas las actividades: caza, pesca, etc.). Al evolucionar, el trabajo tiende a dividirse cada vez más en roles especializados: surgen el cazador, el soldado, el recolector, etc. Las sociedades modernas están unidas por la hiperfragmentación de este trabajo social. Todos dependemos de una infinita cadena de trabajadores que nos proveen de luz, comunicación, transporte, alimentos, etc. A cada de estas sociedades le corresponde una forma básica de solidaridad. La propia de las sociedades modernas es la orgánica y la de las sociedades primitivas (pequeñas, homogéneas) es la mecánica. Esta última perdura en los núcleos pequeños (pueblitos. Vecindarios, grupos de amigo). La mecánica es casi natural: se produce por identificación con el otro. La orgánica, en cambio, es mucho más compleja: se fundamenta en que cada uno sabe que depende del otro. Durkheim estaba preocupado por lograr que esa solidaridad orgánica fuese tan fuerte como había sido la mecánica en otros tiempos. El suicidio Aún hoy El suicidio (1897) se considera una de las investigaciones empíricas más rigurosa, un clásico todavía utilizado como ejemplo de tratamiento específico de las conexiones entre causas y consecuencias. En él, mediante minuciosos análisis estadísticos, Durkheim demostró que la tasa de suicidio variaba entre individuos de distintas creencias religiosas y diferente extracción social. Los cuatros suicidas. Según Durkeim, el suicidio era central para demostrar la validez de la sociología. La tesis fundamental es que los cambios en las sociedades determinan cambios, en cantidad y cualidad, en los suicidios. Anómicos: ocurre en las épocas de grandes cambios; por ej., una depresión económica. En tales situaciones, las rutinas del trabajo y la familia se desintegran. El sistema de valores se corrompe. No hay regla, ni valores, La sociedad está en crisis. ¿Para qué vivir? Egoísta: Ocurre en las sociedades que no dan sentido. La familia y la religión casi no existen. No hay sentido de pertenencia del individuo a la sociedad global. El único modo de reconocimiento parece ser el éxito. Pero quienes no lo logran quedan profundamente insatisfechos. Fatalista: El individuo siente que su vida no tiene ningún sentido ya que él no la maneja. Es el caso típico de un esclavo. Altruista: El individuo se siente obligado moralmente a suicidarse para hacer una bien a su sociedad. En este caso hay un exceso de reglas.