María Josefina Hompanera

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María Josefina Hompanera El niño, emociones y sentimientos Freud plantea la existencia de una sexualidad infantil caracterizada por ser perversa y poliforma; tal declaración fue acompañada por otra postulación: el periodo sexual infantil tendría lugar un fenómeno central y de validez universal compuesto por cuatro elementos: niño, madre, padre, falo, denominado COMPLEJO DE EDIPO​. En su teoría del desarrollo del hombre; enmarca al niños en distintas etapas, y a medida de como vaya atravesándolas va a ir construyendo su personalidad, también hace incapie en la resolución de cada una de estas, ya que clave para la salida de cada una y poder ir cerrando ciclos y abriendo nuevos para una correcto desarrollo psíquico Rango de edad zonas erógenas oral 0­1 la boca la lengua y las encías son el centro de las sensaciones placenteras en el cuerpo del bebe y la succión y alimentación son las actividades más estimulantes Anal 2 ­ 3 el ano es el centro de las sensaciones placenteras en el cuero del bebe y el entrenamiento para el control de esfínteres es le actividad más importante. 4­ 6 el falo o pene es la parte más importante del cuerpo del niño y el placer deriva de la estimulación genital, los varones están orgullosos de sus penes y las niñas se preguntan porque no tienen uno FASE Fálic
a Etapa oral Esta etapa comienza desde el nacimiento del niño y se extiende hasta su primer año de vida, aquí su foco de satisfacción es por medio de la boca; el objeto para producir placer es el pecho materno. Mientras se amamanta al bebé, la madre, se comunica con él a través de la mirada, que es fundante del psiquismo, a través de ella el niño comienza a formar su yo, su identidad por medio del proceso de identificación con su mamá; un niño que transita correctamente esta etapa, comienza a desarrollar su autoestima de una forma positiva; este debe ser destetado a tiempo, la relación simbiótica con la madre no puede extenderse más de lo necesario. La etapa oral es muy importante para el desarrollo del ser humano, de no superarla el niño queda en un estadio muy primario del desarrollo y las patologías que se generan se ven relacionadas con lo psicótico. Etapa anal En la etapa anal del desarrollo psicosexual, el foco de la energía pulsional (zona erógena) mueve desde el tracto digestivo superior al final inferior y el ano; la experiencia más importante durante esta etapa es el entrenamiento en la higiene personal. Ocurre alrededor de los dos años y da como resultado un conflicto entre el Ello, que demanda satisfacción inmediata de las pulsiones que involucran la evacuación y las actividades relacionadas con ella y las demandas de los padres. La resolución de este conflicto puede ser gradual y no ​traumático​, o intenso; dependiendo de los métodos que los padres usen para manejar la situación Etapa fálica En esta etapa se describe a la sexualidad infantil como “la etapa durante la cual el niño descubre la naturaleza erógena de las partes genitales y uretrales”; también es el momento en que descubre las diferencias sexuales y va constituyendo poco a poco, su propia identidad sexual. Freud posiciona en esta etapa el complejo de Edipo, “sentimiento de amor hacia al padre del sexo contrario y un sentimiento de rivalidad hacia el padre del mismo sexo”; define el complejo de Edipo​ ​como el deseo inconsciente de mantener una relación sexual (incestuosa) con el progenitor del sexo opuesto y de “eliminar” al padre del mismo sexo​; es la representación inconsciente a través de la que se expresa el deseo sexual o amoroso del niño este complejo podemos dividirlo en dos ●
Complejo de positivo:​ ​odio o rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo y atracción hacia el progenitor del sexo para su padre ●
Complejo negativo:​ ​enamoramiento hacia padre del mismo sexo, así como rivalidad y rechazo hacia el padre del sexo opuesto. En esta etapa, según Freud puede desarollarse el complejo de castración simbólica, en lo que llamamos el primer tiempo lógico del complejo de Edipo, en este primer tiempo existe una amenaza (como acto simbólico) y tiene como agente al padre real, esa amenaza proviene del padre y cae sobre el objeto imaginario. En esta etapa, el padre “prohíbe” a la madre, la cual no es objeto del niño sino del padre, dada esta situación es donde comienza haber cierta “rivalidad” con el padre, ya que el frustra al niño prohibiéndole a la madre; En el caso de la niña, este efecto se produce por sí solo, porque para ella el problema está en la entrada, y a la salida se va a dirigir al padre; ya que el es portador del falo, y no a la madre, que no lo tiene. Será así que decimos que​ ​la salida normal del Edipo es que el niño reconoce no tener (lo que verdaderamente tiene, en tanto lo puede perder), y la niña lo que no tiene. Por otro lado Freud, destacaba que El Complejo de Edipo, es el Complejo nodular de las neurosis, y que vuelve a repetirse con virulencia, después de la pubertad, en la adolescencia. De allí que los adolescentes pasen fuertes crisis y sean tan difíciles de comprender por algunos padres y por la sociedad. Las fijaciones al Edipo traen síntomas, que se “curan” en psicoanálisis o en psicoterapia. El Edipo es muy difícil de resolver, siempre deja algún trastorno pendiente, porque la sexualidad es traumática, sobre todo el trauma del descubrimiento de la diferencia sexual. El cómo se resuelva el Edipo, para Freud, depende de lo que él llama Series Complementarias: lo biológico, lo accidental y lo psíquico. Por ejemplo, tomándolo de la clínica, una persona con una gran carga libidinal, a no ser que la sublime, corre más riesgos de enfermar por fijación al Edipo. La actitud comprensiva de los padres ayuda a superar el complejo de Edipo. En el mejor de los casos, el niño trata de emular a su rival y superarlo, entonces el padre se vuelve un modelo para el hijo. Lo mismo ocurre con la niña y su madre. 
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