OPERACIÓN ORIÓN

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OPERACIÓN ORIÓN-ECLIPSE
El 12 Noviembre de 1966 sucedió un eclipse total de sol que por sus
características brindó a la Argentina la posibilidad de realizar estudios
astronómicos de dicho fenómeno y a su influencia en la atmósfera terrestre.
La franja oscura del fenómeno se manifestó en el
norte del país, por lo que científicos argentinos y de
todo el mundo se organizaron en dos puntos de
observación, uno en Tartagal, provincia de Salta y otro
en Las Palmas, provincia del Chaco, donde la
Argentina como país anfitrión construyó en esta última
una base provisoria de lanzamientos.
Éste fenómeno astronómico pudo ser pronosticado por
los científicos meses antes de que se produjera, por lo
que la organización y construcción de la base pudo
realizarse con total éxito. La operación dió en llamarse
“Operación Orión-Eclipse”, que se realizó de manera
conjunta con Francia y los EE.UU. al dispararse un
total de 17 cohetes sonda de investigación, con el
objeto de estudiar el fenómeno astronómico que
comprometió a numerosas naciones del mundo. Las
cargas
útiles
de
los
vectores
nacionales,
conjuntamente con los franceses y estadounidenses,
obtuvieron resultados más que satisfactorios que
permitieron un estudio profundo y exhaustivo del gran
eclipse que sumió en penumbras a gran parte de
América del Sur.
El eclipse
La sombra circular producida por el fenómeno astronómico hizo su paso por
América del Sur el 12 de Noviembre de 1966 cruzando oblicuamente el
continente, del noroeste al sudeste, desde las costas del Perú a las de Río
Grande do Sul en Brasil, para perderse en el océano Atlántico. La Luna, con su
diámetro de apenas 3.476 km cubriría al sol que posee un diámetro de
1.392.000 km y proyectó sobre la Tierra una sombra de unos 90 km. de
diámetro que se desplazó a una velocidad de casi 700 metros por segundo, y
que duró en cada punto de su trayectoria algo menos unos dos minutos. Detrás
de la sombra producida por el fenómeno, se movilizaron desde mucho tiempo
antes, centenares de científicos y técnicos argentinos y extranjeros, con sus
minuciosos programas de investigación. Más de veinte estudios, en los que
participaron varias universidades nacionales y las fuerzas armadas, a través de
sus centros especializados, la intensa actividad científica que se desplegó en
nuestro país para detectar las características relevantes de un fenómeno que
no volvería a producirse en las mismas ubicaciones hasta dentro de 360 años.
Operaciones en Tartagal
En Tartagal provincia de Salta, se realizaron un total de 15 lanzamientos, de
los cuales 12 lanzamientos se realizaron con cohetes sonda Arcas y a cargo de
investigadores y científicos norteamericanos de la NASA (National Aeronautical
and Space Administration) a cargo del Dr. Willis Webb, los cohetes sonda
Arcas pesaban 34 kg0 y tenían una carga útil de 3 kg y un alcance de 60 km.
Los otros tres lanzamientos los realizó el IIAE (Instituto de Investigaciones
Aeronáuticas y Espaciales) con cohetes sonda Orión II de construcción
nacional. Las experiencias proyectadas por el IIAE (Instituto de Investigaciones
Aeronáuticas y Espaciales) y dirigidas por el científico argentino Dr. Horacio E.
Bosch, se realizaron con éstos cohetes, de 130 kg. de peso y 16 kg. de carga
útil, con un alcance de 110 km. de altura.
Operaciones en Las Palmas
En Las Palmas provincia del Chaco, en una base de lanzamiento provisoría
construida 4 meses antes por personal de la Fuerza Aérea, la CNIE (Comisión
Nacional de Investigaciones Espaciales) de Argentina, y el CNES (Centre
National d'Etudes Spatiales) de Francia, colaboraron en la realización de un
estudio dirigido por el profesor francés Jacques Emile Biaumont. Se lanzaron
al espacio dos poderosos cohetes de fabricación francesa denominados Titus,
con una carga útil de instrumentos de 325 kg, capaces de alcanzar 270 km de
altura. Más de cien personas trabajaron en Las Palmas, a 50 km. al norte de
Resistencia, preparando los radares de seguimiento y otros equipos, además
de las rampas que posibilitarían su despegue.
Durante toda la operación del vuelo se recolectaba información a través de
antenas ubicadas en la base. Para reafirmar estos datos se realizó un gran
despliegue de recuperación de las cápsulas útiles en cuyo interior existían
películas y grabaciones, entre otros, de vital importancia para el informe técnico
de la misión. La primera cápsula fue recuperada dentro de las 48 h. cerca de
un estero en el norte de Formosa, con la información en buen estado. La otra
se recuperó 20 días después en territorio paraguayo en una laguna. Si bien
desde un comienzo se localizó la cápsula con coordenadas y radio faros bip, el
lugar era de difícil acceso por lo que se produjo un conflicto en el que tuvo que
intervenir Cancillería para la devolución de la carga científica que finalmente
fue recuperada y analizada.
Importancia de los estudios.
El operativo fue llevado a cabo para estudiar la atmósfera solar en el espectro
ultravioleta y entender las erupciones solares, radiaciones de ondas, tormentas
solares, etc. Había que aprovechar el momento del eclipse total, que es cuando
la luna tapa el disco solar y permite “ver” lo que pasa en la corona del sol. Si a
esto le agregamos que ocurriría fuera de la atmósfera terrestre y en el espectro
del ultravioleta, la recolección de datos resultaba de gran valor científico.
Éstas experiencias y otras que tienen también enorme importancia, formaron
parte de investigaciones que permitirían conocer más profundamente los
factores que afectan la vida en nuestro planeta y que tiene relación directa con
los fenómenos solares, las radiaciones cósmicas y la circulación estratosférica,
entre otros. Es alto el valor teórico (para el desarrollo de la ciencia pura, en
nuestro país y en el mundo) y práctico (para el dominio del clima y las
comunicaciones terrestres) de estas experiencias.
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