Energía eólica: una alternativa sustentable El aprovechamiento de la energía eólica es un fenómeno conocido desde hace siglos, con sus primeras aplicaciones en molinos para bombeo de agua y molienda de granos en el siglo XIV. A principios del siglo XX fueron desarrollados los primeros molinos que aprovechaban la energía del viento para generación eléctrica, aunque la conexión de éstos a la red eléctrica fue posterior, contando hoy día con algunas décadas. Posteriores desarrollos tecnológicos, como ser de tipo aerodinámico en las palas, mejoraron la eficiencia y fiabilidad, y favorecieron el crecimiento, aunque el impulso fundamental para el despegue de la energía eólica para generación eléctrica fue dado por las crisis petroleras de los años 70. Impulsado también por la creciente conciencia sobre cambio climático y sustentabilidad, desde los años 80 a la actualidad se han instalado cientos de parques eólicos alrededor del mundo, y hoy día países como Dinamarca, Portugal y España abastecen la demanda de energía eléctrica nacional con un 15% - 20% de energía proveniente de fuente eólica. En nuestro país, el establecimiento de la Política Energética 2005-2030 marcó un nuevo escenario donde se hizo especial énfasis en la diversificación de la matriz energética a partir de fuentes autóctonas, y en particular renovables. Los primeros proyectos fueron realizados a nivel de investigación y llevados a cabo por la Facultad de Ingeniería a partir del año 2000. Desde el año 2008 están operando los primeros proyectos a gran escala comerciales que se realizaron tanto por privados (Nuevo Manantial en Rocha y Kentilux en San José) como por UTE (Parque Ing. Emanuelle Cambilargiu –Caracoles I y II en Maldonado). Si bien la generación eléctrica de estos parques eólicos representa menos del 1% del total actualmente, las perspectivas son muy alentadoras. La coyuntura internacional ha llevado a precios a la baja de la energía eléctrica para esta fuente, lo que sumado a las políticas nacionales ofrecen un marco muy atractivo. Las últimas tres convocatorias promovidas por el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Industria, Energía y Minería, y ejecutadas por UTE, así como otros proyectos en desarrollo por la empresa estatal, permitirán disponer de al menos 1.000 MW de potencia eólica instalada para el año 2015. Esto significa que en torno a un 25% de la energía eléctrica nacional en 2015 será obtenida de fuente eólica en el referido año, un gran desafío si se tienen en cuenta los valores de los países líderes mencionados anteriormente. El alcanzar estas metas tiene consecuencias de singular importancia para nuestro país. Desde el punto de vista medioambiental, es un gran aporte para lograr una matriz de generación eléctrica más limpia. Desde el punto de vista productivo, se realizarán inversiones directas en empresas locales promoviendo su desarrollo. Por último, la sustitución de energía eléctrica proveniente de petróleo importado juega un rol fundamental en la soberanía energética y desarrollo de la sociedad, permitiendo estabilizar las tarifas de energía eléctrica, al no depender de la volatilidad de los precios internacionales del crudo. Adicionalmente, y a diferencia de lo que ocurre en otros países, en Uruguay no hay subsidios para la energía eólica, lo que con los precios ofertados en las convocatorias llevará a una reducción significativa de los costos de generación de UTE.