INICIATIVA POR LA QUE SE MODIFICA LA FRACCIÓN VII AL

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INICIATIVA POR LA QUE SE MODIFICA LA FRACCIÓN VII AL ARTÍCULO 115 DE LA LEY
GENERAL DE SALUD; A EFECTO DE ENRIQUECER Y FORTALECER CON MICRONUTRIENTES
LA MASA DE MAÍZ NIXTAMALADA, A CARGO DE LOS DIPUTADOS FEDERALES MARÍA
CRISTINA DÍAZ SALAZAR, FERMIN MONTES CAVAZOS (PRI), HELADIO GERARDO VERVER Y
VARGAS (PRD) Y CARLOS ALBERTO EZETA SALCEDO (PVEM).
Los suscritos Diputados Federales María Cristina Díaz Salazar y Fermín Montes Cavazos integrantes
del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional, Dip. Carlos Alberto Ezeta Salcedo
del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México y el Diputado Federal Heladio Gerardo
Verver y Vargas Ramírez integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática
a la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, en ejercicio de la facultad que les confieren los artículos
71, fracción II, y 72 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y con fundamento en lo
establecido en los artículos 77 y 78 del Reglamento de la Cámara de Diputados, sometemos a la
consideración de esta Honorable Asamblea la presente Iniciativa con Proyecto de Decreto por la que se
modifica la fracción VII al artículo 115 de la Ley General de Salud; a efecto de enriquecer y fortalecer
con micronutrientes la masa de maíz nixtamalada, en base a los siguientes:
ANTECEDENTES
La tortilla de maíz en México es el alimento básico, mismo que puede representar casi la mitad del
consumo de energía en algunos sectores de la población, razón por la cual se han fortificado las tortillas
durante años, a fin de proveer de nutrientes a las personas más necesitadas.
Desde el 12 de julio de 1998 se estableció en el artículo 115, fracción VII de la Ley General de Salud la
obligatoriedad de fortificar las harinas industrializadas de trigo y de maíz. Sin embargo, la mayor parte
de la producción de tortilla se realiza con el método tradicional de la masa nixtamalada, que no es objeto
de lo establecido actualmente en la legislación mencionada. La presente iniciativa intenta subsanar ese
problema al establecer la obligación de fortificar la masa de maíz nixtamalada, de acuerdo a la siguiente:
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
La tortilla de maíz es el alimento con mayor tradición en México. Sobre todo en los grupos más
desfavorecidos, la tortilla puede llegar a representar casi la mitad del consumo de energía. Pero con
todo y sus bondades, este platillo tan mexicano tiene también sus deficiencias.
Hoy en día miles de niños mexicanos crecen sin acceso a las dosis necesarias de hierro, zinc y ácido
fólico entre otros micronutrientes esenciales, lo que acaba impactando su desarrollo, que abarca desde
un menor crecimiento y fortaleza física hasta inclusive una menor capacidad mental.
Las tortillas fortificadas existen desde hace años, y en México se han hecho por supuesto muchos
estudios e iniciativas impulsando el uso de tortillas como medios para llevar nutrientes a los más
necesitados. El problema estriba en cómo se fabrican las tortillas en el país.
El maíz de las tortillas pasa por el proceso de nixtamalizacion, en el que los granos se cuecen en una
solución con cal. Este proceso mejora el sabor y el aroma del producto, también mejora los niveles de
calcio, hierro, cobre y zinc, por no hablar de que elimina posibles micotoxinas.
En todo México hay alrededor de 12 mil molinos en los que cada día se muele nixtamal fresco para
producir masa lista para las tortillas, pero el nixtamal también se puede secar para producir harina de
maíz, que luego puede rehidratarse para hacer tortillas.
Los esfuerzos previos por agregar nutrientes a la masa se habían reducido a la harina de maíz
nixtamalizado. Hasta principios de 2011, si acaso un 47% de las tortillas producidas industrialmente
estaban fortificadas. No así las tortillas hechas a partir de nixtamal fresco. Esto significa que menos de
la mitad de la población recibe el beneficio de la fortificación en la tortilla.
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Desde el año de 1998, la industria harinera de maíz nixtamalado acordó voluntariamente con el
Gobierno Federal a petición de este último, realizar acciones de enriquecimiento nutricional a la harina
producida en paquete por esta industria. Esta acción se volvió obligatoria, al plasmarse en la Ley
General de Salud publicada el 12 de julio de 1998 en el Diario Oficial de la Federación y que en su
artículo 115, fracción VII dice a la letra: “…Establecer las necesidades nutritivas que deban satisfacer
los cuadros básicos de alimentos. Tratándose de las harinas industrializadas de trigo y de maíz, se
exigirá la fortificación obligatoria de éstas, indicándose los nutrientes y las cantidades que deberán
incluirse…”.
Desde esa fecha, la industria harinera ha cumplido con este acuerdo beneficiando nutricionalmente a los
consumidores de harina de maíz nixtamalado en paquete, aunque, la venta de este producto es una
mínima parte de la producción total de la industria harinera. La mayor parte de la producción de este
producto se realiza con el método tradicional de la masa nixtamalada, por lo que el objetivo central del
Gobierno Federal de ofrecer un valor nutricional mayor a la población que más lo requiere, no abarca a
toda la población, especialmente la de menor ingreso, que consume más tortilla per cápita.
Con el apoyo de SUSTAIN (alianza sostenible no lucrativa) y con la participaron de científicos de
alimentos del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el científico en
alimentos Michael Dunn, busco un método capaz de ser aplicado en las tortillerías que utilizan masa
nixtamalada fresca para producir tortillas que, sin perder sus propiedades de sabor, contienen
micronutrientes que podrían terminar con muchos problemas de nutrición de los mexicanos.
La investigación de Dunn probó aditivos tanto en forma liquida que resultaron inestables y caros, como
en forma de polvos con el fin de hallar la formulación precisa que permitiera tortillas enriquecidas pero
del mismo sabor y de las mismas características. Después de algunas pruebas iniciales en Utah,
Estados Unidos, Dunn y su equipo, con la participación de muchas instancias en México, montaron su
equipo en dos tortillerías en las ciudades de México y Guadalajara.
Al hacerse el análisis a las tortillas, y a pesar de las pérdidas inherentes al proceso de cocción, los
consumidores que las probaron no pudieron distinguir las tortillas fortificadas de las no fortificadas.
Además, las tortillas fortificadas resultaron tener casi tres veces la tiamina, niacina y zinc; cuatro veces
el hierro y la riboflavina, y cinco veces el ácido fólico de las tortillas regulares. Y lo mejor, es que todo
esto agregaría al precio de la tortilla, cuando mucho, unos cuantos centavos por kilogramo, ya que sólo
existe una inversión inicial en la máquina y el costo de los aditivos es muy reducido.
Sergio Otón Serna Saldívar, investigador del Departamento de Biotecnología e Ingeniería de Alimentos
del ITESM y coautor del estudio con Michael Dunn, afirma que se puede ir más lejos. La simple adición
de un seis por ciento de soya en la tortilla, más vitaminas y minerales selectos, en animales de
laboratorio, probó que los animales tenían un mayor desarrollo mental y cerebral, recalcando que esta
investigación se publicó en el British Journal of Nutrition.
Ese seis por ciento extra de soya no le cambia el sabor a la tortilla, pero sí le mejora la textura. La
proteína de la soya liga mucha agua, así que la tortilla se recalienta mejor y se quiebra menos. Y como
la soya tiene 50 por ciento de proteína, contra 20 por ciento de la carne, se duplica el valor proteico
nutrimental de la tortilla.
Más aún, la tortilla elaborada con harina de maíz nixtamalizado, tiene su mercado mayoritario en las
zonas urbanas, lo que significa que, en las zonas rurales o urbanas marginadas, que es donde más
se requiere complementar la alimentación, no se recibe el beneficio de una tortilla fortificada.
Por ello, el enfoque de complementar la alimentación de la población a través de la tortilla es no
solamente correcto, sino necesario, particularmente para las familias que sufren carencias
nutricionales, para lograrlo debe fortificarse la totalidad del producto final elaborado y no solamente
la mitad de la materia prima con que se produce la tortilla.
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Más aún, a partir del 20 de enero de 2010, entró en vigor la Norma NOM-247-SSA-2008; que después
de casi cuatro años de análisis y discusión entre las autoridades y la industria, contempla
específicamente un mayor enriquecimiento a través de adición de nutrientes en la harina de maíz
nixtamalizado, no solo en la harina de paquete sino en “todas las harinas nixtamalizadas”.
Con lo anterior se comprueba por un lado el cumplimiento del acuerdo establecido en 1998 y por otro, la
implementación de múltiples programas en los que las empresas harineras participan con Diconsa y con
el DIF enriqueciendo y fortificando la harina de maíz destinada a la elaboración de tortilla en muchas
regiones pobres del país.
Sin embargo, la norma resulta incompleta con sus objetivos ya que la industria harinera de maíz
nixtamalizado enriquece el producto, mientras que la industria molinera tradicional no lo tiene que
hacer, generando dos productos finales diferentes desde el punto de vista nutricional.
Es importante la obligatoriedad de la adición y la modificación a la Ley General de Salud para garantizar
la fortificación no solo en la harina de maíz nixtamalizado, sino en la tortilla, a través de todas las
materias primas que se procesen para producirla, ya que es ésta el producto consumible final.
Por lo anteriormente expuesto someto a consideración de esta Honorable Asamblea decreto por el que
se modifica la fracción VII al artículo 115 de la Ley General de Salud; a efecto de enriquecer y fortalecer
con micronutrientes la masa de maíz nixtamalada.
ARTÍCULO ÚNICO.- Se modifica la fracción VII del artículo 115 de la Ley General de Salud para quedar
como sigue:
Artículo 115.- La Secretaría de Salud tendrá a su cargo:
I. a VI
VII.- Establecer las necesidades nutritivas que deban satisfacer los cuadros básicos de alimentos.
Tratándose de las harinas industrializadas de trigo y maíz y de masa de maíz nixtamalada, se exigirá
la fortificación obligatoria de éstas, indicándose los nutrientes y las cantidades que deberán incluirse.
VIII.- …
TRANSITORIOS
Primero.- El presente decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Segundo.- La fortificación con nutrientes de la masa de maíz nixtamalada será paulatina en un plazo no
mayor de 18 meses y estará supervisada por la Secretaría de Salud.
Tercero.- La Secretaría de Salud emitirá la Norma Oficial Mexicana para determinar los niveles de
nutrientes
requeridos
en
un
plazo
no
mayor
a
180
días.
Cuarto.- La implementación de los insumos necesarios para cumplir con lo dispuesto en el presente
Decreto deberá hacerse a través de los Programas “Mi tortilla” y PROMASA ambos de la Secretaría de
Economía y con el apoyo de los diversos programas para el apoyo de las PyMES, procurando el
presupuesto específico para este objetivo.
Dado en el Palacio Legislativo de San Lázaro a los cinco días del mes de julio del año dos mil once.
Atentamente
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Dip. María Cristina Díaz Salazar
Dip. Fermín Montes Cavazos
Dip. Heladio Gerardo Verver y Vargas Ramírez.
Dip. Carlos Alberto Ezeta Salcedo
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