1 TEXTOS A COMENTAR: “De acuerdo con el ideal científico de su tiempo, sobre todo el de Galileo y Harvey, Hobbes procede resolutiva-compositivamente. El explanandum, el hombre o el orden político, es dividido en sus elementos básicos (esta es la primera parte, la resolutiva) y reconstruido paso a paso a partir de ellos (esta es la parte compositiva). Aquí voluntad no significa, como en la tradición, una tendencia racional, sino una pura fuerza de impulso natural que –a diferencia de los procesos vegetativos– está vinculada con la representación. Voluntad no significa nada más que un apetito o aversión que resultan de una reflexión y esta reflexión designa aquel proceso de la competencia de diferentes pasiones (apetito y aversión, esperanza y temor…) que surge en la anticipación de las consecuencias esperables. Según Hobbes, la voluntad es el apetito que en esta lucha resulta vencedor. La capacidad de anticipar acontecimientos futuros –sobre la base de la experiencia– acontecimientos futuros, las consecuencias de las acciones, y juzgarlas a la luz del propio interés se llama prudencia” (O. Höffe, “Acerca de la fundamentación contractualista de la justicia política”, Estudios sobre teoría del derecho y de la justicia, p. 12). 1) ¿En qué se cifra el empirismo de Hobbes? 2) ¿En qué consiste la racionalidad estratégica de Hobbes? “¿No resulta que Hobbes es inconsistente cuando asume que los hombres en estado de naturaleza tienen unas capacidades que sólo pueden 2 surgir en la sociedad civil? El lenguaje, por ejemplo, es una actividad que se basa en reglas y que requiere un aprendizaje y unos estándares normativos y, sin embargo, los hombres no pueden establecer contratos sin utilizar el lenguaje; no tiene sentido, por tanto, pensar que se han llevado a cabo contratos en el estado de naturaleza. ¿Podemos suponer cómo funciona el contrato social dada la situación que Hobbes describe? El sostiene que ningún contrato es obligatorio a menos que haya un poder superior que lo imponga, pero a su vez se necesita un contrato que establezca ese poder; esto significa que el contrato social presupone la existencia futura de aquello que se quiere instituir. Debe existir bastante gente que cumpla el contrato sin que nadie la coaccione antes de poder contar con alguien que lo mantenga. Pero esto no se puede llevar a cabo con el esquema de Hobbes” (T. Campbell, Siete teorías sobre la sociedad, p. 109). 1) ¿Intervienen sólo los individuos en el pacto? 2) ¿Dónde reside la incoherencia de Hobbes, según el texto? “Cuando no se cuenta con la noción de bien común en su relación con la naturaleza del hombre y como exigido por ella, antes bien se toma por punto de partida la atomización de los individuos y los pactos subsiguientes, se propende al absolutismo de Estado, al faltar un criterio más allá del arbitrio de las voluntades que fije los límites a aquel. Es la propia voluntad individual la que, al someterse a la voluntad general de la que ella es el hontanar, paradójicamente se obedece y limita a sí misma, en cuanto que la voluntad general no se confunde con la de ningún otro particular. Tal es el planteamiento de Rousseau. Y el poder que a la voluntad general transfieren las voluntades particulares es absoluto. ‘El 3 pacto social da al cuerpo político un poder absoluto sobre todos los suyos, y es este mismo poder el que, dirigido por la voluntad general, lleva, como he dicho, el nombre de soberanía’ (Rousseau, Del contrato social, Alianza Ed., p. 39). No habría por qué buscar otras razones para adoptar una u otra medida legal aparte del sometimiento a la voluntad general, de la cual la ley es expresión, pues ‘la voluntad general es siempre recta y tiende siempre a la utilidad pública’” (U. Ferrer, Estudios sobre la Encíclica Laborem Exercens, pp. 91-92). 1) ¿Es lo mismo voluntad general que bien general querido por las voluntades particulares? 2) ¿Qué es lo que se gana con el contrato social de Rousseau?