Ponencia: Atención Farmacéutica Domiciliaria (AFD)

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Ponencia: Atención Farmacéutica Domiciliaria (AFD)
Luis Alberto Amaro Cendón
Contador del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos
La población española está envejeciendo. La población de mayores es
creciente y muchos de ellos viven en sus domicilios. Uno de los
principales problemas con que nos encontramos en la ciudadanía
geriátrica es que, en un número considerable de casos, no conseguimos
cumplir los objetivos terapéuticos buscados. ¿ A que es debida esta
situación?. Podemos citar varios factores a este respecto. En primer
lugar, los cambios fisiológicos que se producen en el anciano, hacen
que se varíe la farmacocinética de los medicamentos. Por otra parte, los
ancianos son pacientes que suelen presentar varias patologías, lo cual
no hace sino requerir un mayor número de medicamentos, entre los
que, como es evidente, se pueden dar un incremento de interacciones.
Asimismo, la polimedicación unida a estados de confusión que suelen
ser comunes en estos pacientes, repercute en una mayor probabilidad
de incumplimiento terapéutico.
Pero es que además, tenemos que tener en cuenta una cuestión muy
importante. En ciertas ocasiones, estos pacientes pueden ir por si
mismos a la farmacia, donde pueden ser atendidos por el farmacéutico,
el cual seguirá su terapia farmacológica pudiendo detectar a tiempo los
posibles problemas que puedan surgir. Pero otras veces, en un número
considerable de casos, estos pacientes no pueden acudir a la oficina de
farmacia y es un cuidador, un pariente o incluso un vecino el que lo
hace.
Todos estos factores conforman un colectivo con unas necesidades muy
específicas, y para el cual se ha desarrollado la propuesta de Atención
Farmacéutica Domiciliaria. La intención básica de esta propuesta es,
teniendo en cuenta las circunstancias descritas, proponer un servicio
en el propio domicilio de paciente que se llevaría a cabo por un
farmacéutico especialmente formado. Dentro de los objetivos más
importantes de éste encontraríamos el de contribuir a optimizar el uso
de los medicamentos, disminuir los resultados negativos que puedan
surgir, mejorar la adherencia terapéutica, mejorar el nivel de
comprensión del tratamiento, facilitar la relación con otros
profesionales de la salud y en definitiva contribuir a mejorar la calidad
de vida del enfermo.
Las experiencias de este tipo son escasas no sólo en Europa, sino
también en el resto del mundo. Tan solo encontramos servicios que
podríamos denominar de Atención Farmacéutica Domiciliaria en un
número limitado de países en el entrono internacional. Dentro de ellos,
los sistemas más evolucionados son los de Australia y Nueva Zelanda,
donde ya hay implantados servicios domiciliarios incluidos en la cartera
de servicios del Sistema Nacional de Salud. Otros países con servicios
de
atención
farmacéutica
domiciliaria
donde
hay
trabajos
documentados al respecto son Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Teniendo en cuenta estas experiencias previas y las características
específicas de la población española dependiente, se ha considerado
necesario hacer frente a esta situación desde el Consejo General de
Farmacéuticos. Para ello se ha creado un Grupo de Trabajo de expertos,
del cual me complace entrar a formar parte, que ha intentado proponer
las bases para ofrecer un servicio novedoso en nuestro país de Atención
Farmacéutica Domiciliaria. Fruto de este trabajo, se ha conseguido
elaborar una publicación denominada “Documento Marco de Atención
Farmacéutica Domiciliaria” que contiene una serie de pautas de
actuación y requisitos para poder emprender esta actividad con unos
niveles de calidad y garantías necesarios para poder alcanzar los
objetivos que nos marcamos.
Evidentemente, el servicio de AFD no podrá ser ofrecido a todos los
pacientes indiscriminadamente. Por este motivo, son necesarios unos
criterios objetivos de selección de los mismos, ajustándose siempre a la
máxima de que el servicio de AFD debe prestarse en las situaciones en
que no sea factible el desarrollo de la actividad en la oficina de
farmacia. La detección de los pacientes a incluir en el servicio de AFD
puede ser llevada por el farmacéutico, el médico, los equipos de
atención primaria, los servicios sociales o incluso el propio paciente,
familiares o cuidadores.
Y, ¿cuáles serían los servicios específicos que se pueden ofrecer dentro
de la AFD?. Pues bien, se propone una cartera de servicios que incluye
tres grandes bloques. En primer lugar, tendríamos una revisión del
botiquín con el fin de garantizar el buen estado y conservación de los
medicamentos y productos sanitarios. En segundo lugar, el
farmacéutico también puede ofrecer, en el entorno de la AFD, una labor
de educación sanitaria, informando y aconsejando al mismo paciente, o
a su cuidador, en relación a cuestiones sobre el uso correcto de los
medicamentos, la enfermedad, la utilización de dispositivos, la
reducción de hábitos tóxicos y la promoción de hábitos de vida sanos.
Por último, y en cierta medida, la actividad básica del servicio de AFD,
sería la de la promoción del uso correcto de medicamentos que engloba
las siguientes actividades a realizar en un nivel domiciliario:
seguimiento farmacoterapéutico, detección de problemas y resultados
negativos asociados a los medicamentos y preparación de sistemas
personalizados de dosificación.
Para garantizar la calidad y el óptimo desarrollo de los servicios
descritos, será deseable que las farmacias dispongan de unos requisitos
mínimos tanto de recursos humanos como técnicos, disponiendo de
herramientas necesarias para la consulta y recogida de información,
elaboración de los sistemas personalizados de dosificación, impresión
de etiquetas, recogida de datos, etc. Por otra parte, es asimismo
deseable la correcta formación del farmacéutico en temas relacionados
específicamente con el servicio de AFD que podrían englobarse en un
plan de formación a este respecto. Todo lo anterior hace que se deba
considerar la acreditación de las farmacias que realizan el servicio por
parte de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, con el fin de velar por
los requisitos que aseguren la calidad del servicio de AFD.
Otro tema fundamental en relación al servicio de AFD es la integración
con el resto del equipo pluridisciplinar. Para ello se ha de promover un
circuito de comunicación entre el farmacéutico y el equipo asistencial
mediante un documento de interconsulta. Además se deben establecer
planes de cooperación e intercambio de información con otros
profesionales de la salud, con las autoridades sanitarias y con
organizaciones locales de pacientes.
En definitiva, pues, el novedoso servicio de AFD plantea un equilibrio de
actuaciones donde el paciente es el protagonista sobre el que se
sustenta el proyecto, y el resto se basa en nuestro conocimiento, en una
correcta actuación profesional, y en el saber transmitir y comunicarse
tanto con el paciente y los cuidadores como con el resto del equipo
multidisciplinar. La máxima de esta actuación es que los pacientes
consigan una mejora de su estado de salud.
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