Instituto Pensamiento y Cultura en América Latina Enseñar a pensar MODULO 3: PROBLEMAS SOCIALES Y ENSEÑANZA COMO PRÁCTICA SOCIAL Tarea 3 Lectura metodológica: Horizontes de la Razón I GABRIEL ROJO VENCES Mayo , 2009. Horizontes de la Razón una lectura desde mi didactobiografía Gabriel Rojo Vences Leer los planteamientos de Zemelman, nos convoca a mirar-nos como sujetos en movimiento, que como tales podemos establecer relaciones de conocimiento con la realidad para influir sobre ella. Uno de los supuestos epistemológicos que propone Zemelman es que el movimiento organiza el pensamiento y posibilita leer la realidad de manera distinta. Con la intención de construir la significación posible, intentaré significar momentos de mi didactobiografía, recreando la idea de totalidad como forma posible de razonamiento, una forma significativa de reacción está planteada bajo la exigencia de totalidad. Por eso si lo delimitado, lo acotado, lo fragmentario es el punto de partida de toda investigación, el punto de llegada de la totalidad implica manejar lo fragmentario con base en las vinculaciones posibles y desde el imperativo de articular los fenómenos dentro del campo de opciones posibles. De esta forma el contexto observado desde la realidad se denomina articulación. Acá un punto de partida, un fragmento, un momento de mi vida: Nuestro grupo familiar y escolar fue un grupo especialmente vulnerable. El proceso migratorio estaba ligado, generalmente, a condiciones precarias que afectaran nuestro estado de sobrevivencia. La diversidad de manifestaciones vividas de exclusión en mi infancia, tuvieron distintos alcances, desde la familia, hasta la escuela, en esta última deseo hacer una parada para significar los momentos de exclusión vividos. Una de las formas más evidentes de exclusión que se presentaron en los espacios áulicos en la educación primaria, refieren al estilo peculiar del maestro de conducir los procesos de aprendizaje, donde prevalecía la competición por ser el más rápido y más eficiente en los trabajos propuestos por el profesor, sobre todo en los aspectos matemáticos. La ubicación de los estudiantes por filas y mesabancos binarios asignando un valor a cada espacio: la banca del 10, del 9, del 8, del 7, del 6, y las del 5; tomando en consideración las respuestas rápidas y correctas valen ¡que importaba pensar! ¿Qué significaba saber matemáticas? ¡Cuando la matemática escolar no alcanza para responder a las exigencias de la realidad! ¿Cómo se aprende matemáticas en la vida?, y ¿Cuál es la intención de la enseñanza de la matemática en la escuela? ¿Para qué servía aprender matemáticas en la escuela?, ¿A caso memorizar los algoritmos garantizaban el aprendizaje matemático?, ¿Qué se entendía por aprender matemáticas?, ¿Qué relación guardaba el aprendizaje escolar con las situaciones de la vida cotidiana?, ¿Qué significaba pi por radio por altura sobre tres?, y ¿Por qué multiplicar por 7/4 da como producto un resultado que nunca se entendió?, ¿Por qué 3/4 x 2/3 da como producto un resultado menor que cualquiera de las fracciones citadas? ¿Acaso los resultados en los aprendizajes también están supeditados a la marginación y la pobreza? ¿Qué sentimientos se generaban en los estudiantes al no poder superar la banca del 5?, ¿Y los de 10 cómo vivían su proceso de formación? Al descubrir que lo aprendido en la escuela poco o nada se relaciona con la realidad del contexto donde el estudiante se desenvuelve, queda un sentimiento de frustración, de engaño, de desilusión por lo que se aprende en la escuela; en aquel momento no lograba entender lo que estaba ocurriendo, ahora le llamaría a esto exclusión pedagógica De ser alumno de primaria padeciendo las formas de enseñanza en matemáticas a ejercer docencia (asesoría y capacitación) en el campo de las matemáticas; acá otro momento: Para el mes de julio del año 1980 me incorporo al equipo de asesores capacitadores atendiendo el campo de la matemática, actividad que desarrollo durante el ciclo escolar 1980 – 1981, ejerciendo funciones de asesor capacitador de matemáticas, atendiendo el proceso de capacitación de por lo menos 35 Instructores Comunitarios distribuidos en 11 municipios del sur del Estado de México. Segundo momento: Para el año 1982 inicio actividades como profesor de educación especial, en el municipio de Ecatepec Estado de México; en un programa para atender el problema de la reprobación en los primeros grados de educación primaria, me refiero a los Grupos Integrados, donde atendíamos a niños de primer grado reprobados, con un programa de estudios alternativo al plan de estudios oficial, diseñado por la Dirección General de Educación Especial; dicha atención estaba centrada en los campos de lenguaje escrito y matemáticas. Esta experiencia tuvo dos aristas, por un lado la actitud de ignorar mi trabajo por parte del director de la escuela primaria, durante los primeros tres meses, más bien por ser el nuevo de la escuela me excluía de toda actividad académica con sus maestros, antes bien era regularmente amonestado verbal y por escrito por no apegar mi trabajo a los contenidos y secuencia de planes y programas en ese entonces vigentes y por tener mucha basura en mi salón de clases, basura que era mi material didáctico con base en el cual orientaba las prácticas de lectura, escritura y cálculo matemático al plantear y resolver problemas relacionados con la vida cotidiana y el contexto de los niños de ese momento. Para el ciclo escolar 1983 – 1984, (el tercer momento para el análisis) y con base en los resultados obtenidos según la evaluación departamental, soy convocado para desempañar la tarea de asesoría pedagógica en el departamento de Educación Especial, acompañando en su proceso de formación y de práctica a los maestros de Grupos Integrados en el Valle de Toluca. Era mi oportunidad para impulsar formas distintas de encauzar el aprendizaje en matemáticas, desde la tarea del formador de formadores (la asesoría pedagógica) Cuarto momento: Con la intención de avanzar en nuestro proceso de acreditación entre colegas formamos grupos de estudio autónomo; había que acreditar 32 materias y cursar el seminario de titulación en el menor tiempo posible, parecía que la intención de esta etapa formativa, era obtener el título de licenciado para no ser tan cuestionado en el campo profesional. Concluyo la licenciatura en 18 meses y el seminario de titulación en seis semanas, obteniendo además del título de Licenciado en Educación Básica, un estímulo de 49 libros, por el récord nacional para concluir la licenciatura. Una manera voluntaria de responder de manera acrítica a las condiciones institucionales en razón de una necesidad también institucional, desapareciendo por tanto al sujeto 1996 quinto momento: para ese entonces me desempeñaba en la Dirección de Formación Docente, en el Departamento de Actualización, atendiendo el nuevo programa de actualización de los maestros ProNAP, a través de los Centros de Maestros. Desde esta mirada a la vez que realizaba los estudios de maestría, realizaba un estudio sobre las repercusiones que se generarían en la práctica del docente, después de haber acreditado el Curso Nacional de Actualización de Matemáticas, proyecto que a la postre me permitiría obtener el grado de Maestro en Educación Superior. Ahora cuestionarme ¿Cómo Transformar la historia en experiencia? Al mirar/me hacia los momentos que le dan sentido a mi presente, emerge la incertitud, ¿y ahora hacia dónde?, ¿cuáles son las condiciones que hacen posible que le de una nueva significación al acto de pensar la docencia rescatando al sujeto como sujeto histórico y no sólo como receptor del saber acabado? El imperativo expresado en la traducción de la historia en experiencia comporta la necesidad de que los sujetos colocados ante la realidad alcancen la plenitud en el marco de la indeterminación y la incertidumbre. Para efectos del presente trabajo será importante que parta de la diferenciación y articulación entre la experiencia histórica y la epistemológica. En esa medida en la experiencia histórica: será concebida como “el recorte de realidad en que se conjuga lo objetivo, sometido a regularidades, con la capacidad de construir lo objetivamente posible que no necesariamente lo está” [Zemelman, 1992-I: 35]. De esta manera ella cumplirá un papel fundamental en el sentido de que la lectura de la realidad está mediada por la experiencia dada. En esa medida la experiencia epistémica podrá plantearse en el marco de la epistemología zemelmaniana “.. como una exigencia de racionalidad con base en el supuesto de articulación lógica que da cuenta del movimiento de la realidad histórica”.[Zemelman,1992-II: 54-55].