LAS PRIMERAS PALABRAS DEL NIÑO

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LAS PRIMERAS PALABRAS DEL NIÑO
Mg. MARY JUANA ALARCON NEIRA
Que felicidad tienen los padres al recibir a un nuevo miembro de la
familia y se llenan de alegría cuando su niño empieza a hablar y a
caminar. Esto constituye logros enmarcables, es extraño por eso
que muchos de los padres de familia pasen los dos o tres años de su
vida del niño alentándoles a hablar y a caminar, y los diez años
siguientes ordenándoles a sentarse y a callarse la boca.
Al final del primer año de vida, el niño empieza a pronunciar
las primeras palabras y, entre los 18 y los 24 meses,
aproximadamente, aparecen breves frases compuestas de más de
dos vocablos. En este período rico en estímulos y en experiencias es
cuando el bebé inicia su propio camino, que le llevará, paso a paso, a
alcanzar su madurez lingüística.
Al igual que un niño debe tener experiencia para poder
caminar desde ejercicios básicos que implican el estirarse, flexionar
sus músculos, entre otros antes de que este pueda correr o saltar, al
igual que ello también deben poseer experiencias de hablar antes
de que asumir formas mas elevadas y complicadas del lenguaje
tales como la lectura o escritura. Los niños requieren tantas
experiencias de lenguaje como sea posible, por lo que los padres de
familia y maestros debemos brindarles.
El lenguaje incluye escuchar, hablar, leer y escribir. Para poder
hablar bien un lenguaje una persona debe primeramente oir y
escuchar cómo suenan las palabras. Para que la lectura tenga
sentido, debe estar familiarizado con el concepto de las palabras
que lee. Para escribir libremente y no simplemente copiar, una
persona debe ser capaz de utilizar las palabras en una manera
propia. Cada etapa se base y depende en gran manera de la etapa
precedente.
Las primeras palabras van acompañadas casi siempre de
gestos que ayudan al niño a expresar el mensaje que quiere
transmitir, y son utilizadas como símbolos que sustituyen a los
objetos o a las intenciones. Esta capacidad de expresar las palabras
va unida al desarrollo del pensamiento: hacia los ocho meses, el
niño es capaz de relacionar las diferentes sensaciones visuales,
táctiles y auditivas; el pequeño aprende a elaborar una imagen
mental de lo que ve, escucha o toca, y la traduce en una palabra.
Para estimular al niño a hablar de forma correcta, el ambiente en el
que vive desempeña un papel fundamental, presentamos algunas
sugerencias sencillas a poder trabajar desde casa:
Respetar sus propios ritmos de desarrollo
Animarle a aprender de forma serena, sin forzarle.
Hablarle directamente, mirándole a la cara
Brindarle al niño la oportunidad de estar en contacto con
personas con las que se siente a gusto
Dirigirse a él llamándole por su nombre.
Hablarle de objetos que están físicamente presentes
Hablarle de situaciones o de objetos que le interesan.
Intentar comprender las palabras que dice y animarle a
expresarse mejor
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