Beneficios de la Actividad Física y el Deporte

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2.- BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y EL DEPORTE
Autor: ADRIANO LOPEZ.- Profesor Emérito de la U.C.A.-Académico-.
Colegiado de Honor.
La realización regular y sistemática de una actividad física ha
demostrado ser una práctica sumamente beneficiosa en la prevención,
desarrollo y rehabilitación de la salud, así como un medio para forjar el
carácter, la disciplina, la toma de decisiones y el cumplimiento de las reglas
beneficiando así el desenvolvimiento del deportista en todos los ámbitos de
la vida cotidiana.
Hoy en día este punto de vista ha sido aceptada por muchos: la mayoría de
las personas pueden beneficiarse de realizar una actividad física de forma
regular. Sin embargo, es frecuente que la gente piense que hace suficiente
ejercicio en su trabajo, otros opinan que son demasiado viejos para
empezar, o que su forma física ya es demasiado mala para intentar
recuperarla. Obesidad, diabetes, hipertensión, o padecer alguna
discapacidad física, pueden ser las razones que desanimen al sujeto para
comenzar a realizar actividad física. Pero en muchas ocasiones son
simplemente la pereza, o las expectativas de fatiga y dolor las que impiden
que ni siquiera llegue a intentarse.
Porque en la actualidad puedo afirmar con evidencia suficientemente
probada que aquellos que llevan una vida físicamente activa pueden
obtener una larga lista de beneficios para su salud, que comentaré de
manera somera a continuación:
* Disminuye el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares en
general y en especial de mortalidad por cardiopatía isquémica o ictus
cerebral. Actúa de manera favorable con la corrección de otros factores de
riesgo conocidos. Y así, previene y/o retrasa el desarrollo de hipertensión
arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos.
Asimismo mejora el perfil de los lípidos en sangre (reduce los triglicéridos
y aumenta el colesterol HDL), disminuye el riesgo de padecer diabetes no
insulino dependiente y mejora la regulación de la glucemia. Incrementa la
utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso. Ayuda a
establecer unos hábitos de vida cardiosaludables en los niños y jóvenes, y a
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combatir los factores (obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia,
sedentarimo, tabaquismo, etc.) que favorecen el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares en la edad adulta.
*Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal. Disminuye el
riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el de colon, uno de los más
frecuentes y sobre el que al parecer existe una mayor evidencia.
*Referente al aparato locomotor, ayuda a mantener y mejorar la fuerza y la
resistencia muscular, incrementando la capacidad funcional para realizar
todas las actividades físicas de la vida diaria. Ayuda a mantener la
estructura y función de las articulaciones. La actividad física de intensidad
moderada, como la recomendada con el fin de obtener beneficios para la
salud, no produce daño articular y por el contrario puede ser beneficiosa
para la artrosis. La actividad física y de forma especial aquella en la que se
soporta peso, es esencial para el desarrollo normal del hueso durante la
infancia y para alcanzar y mantener el pico de masa ósea en adultos jóvenes
y mayores, demorando así la aparición de la osteoporosis, pudiendo evitar
por completo su aparición y siendo útil en su tratamiento, tanto las
causadas por sedentarismo, senilidad o la postmenopaúsica, según la
O.M.S.(Organización Mundial de la Salud).
*Ayuda a conciliar y mejorar la calidad del sueño. Mejora la imagen
personal y permite compartir una actividad sana y lúdica con la familia y
amigos, como excursiones, paseos, juegos, deportes varios, etc. Sabemos
que ayuda a liberar tensiones y mejora el manejo de las situaciones
estresantes, así como a combatir y mejorar los síntomas de la ansiedad y la
depresión, aumentando en general, el entusiasmo y el optimismo.
*Ayuda a controlar y mejorar la sintomatología y el pronóstico en
numerosas enfermedades crónicas (Cardiopatía isquémica, Hipertensión
arterial, Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, Obesidad, Diabetes,
Osteoporosis, etc.). Y puede modificar favorablemente los efectos
perjudiciales de los malos hábitos, como tabaquismo, dietas inadecuadas o
desequilibradas, obesidad, sedentarismo, etc.
*Disminuye la mortalidad tanto en adultos jóvenes como en los de mayor
edad, siendo incluso menor en aquellos que tan sólo mantienen un nivel de
actividad física moderado que en los menos activos o sedentarios. Estudios
rigurosos demuestran que la vida sedentaria aumenta a más del doble el
riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio,
infarto cerebral, etc.) y disminuye en igual proporción en la medida que
aumenta la actividad física de manera continuada.
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*En adultos de edad avanzada, disminuye el riesgo de caídas, ayuda a
retrasar o prevenir las enfermedades crónicas y aquellas asociadas con el
envejecimiento, como estudiaremos con más detenimiento. De esta forma
mejora su calidad de vida y aumenta su capacidad para vivir de forma
independiente.
*Por último, todos estos beneficios tendrán una repercusión final en la
reducción del gasto sanitario. Este es un argumento de peso para que tanto
las administraciones públicas como privadas apoyen la promoción de la
actividad física en todos los estamentos de nuestra sociedad.
CONCRETANDO Y EN RESUMEN:
Sabemos que el organismo humano como consecuencia del
entrenamiento físico regular, presenta en sus diferentes aparatos y sistemas
modificaciones morfológicas y funcionales que denominamos
adaptaciones, las cuales van a permitir por una parte prevenir ó retrasar la
aparición de determinadas enfermedades y por otra parte mejorar la
capacidad de realizar un esfuerzo físico. Una persona entrenada físicamente
será capaz de correr a la parada del autobús sin cansarse demasiado, jugar
con sus hijos con mayor vitalidad e incluso hacer algún alarde con los
amigos en un partido de fútbol.
Indudablemente el ejercicio físico regular nos permite desde el punto de
vista psicológico afrontar la vida con mayor optimismo y mejor
disposición, a la vez que socialmente es un medio de integración en
distintos grupos humanos.
El deporte permite que las personas como entes individuales tengan la
vitalidad, el vigor, la fuerza, la energía fundamental para cumplir con su
deber en el ámbito social en que se desenvuelven. En los deportes o
actividades físicas competitivas se produce un proceso de enseñanzaaprendizaje en equipo, de la necesidad de ayuda, del cumplimiento de las
reglas y el respeto por el contrario, de la subordinación de los triunfos y
galardones individuales por el buen nombre y el triunfo del equipo. Quien
practica un deporte en forma organizada suele ser una persona optimista,
persistente en la lucha por el logro de sus metas, que muestra respeto
mutuo, honradez y sentido de responsabilidad.
La actividad física regular al producir una mejoría en las funciones
orgánicas, parece producir una sensación de bienestar psíquico y una
actitud positiva ante la vida, lo cual a su vez repercute en forma positiva en
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el área somática. Al desarrollar un mejor dominio del cuerpo, una mayor
seguridad y confianza en su desenvolvimiento ante las tareas cotidianas.
Se ha determinado que quienes practican en forma regular cualquier
ejercicio o actividad física, tienen una mejor respuesta ante la depresión,
angustia, miedo y decepciones, y por otro lado, se fortalecen ante el
aburrimiento, tedio y cansancio.
El fortalecimiento de la imagen del propio cuerpo y el concepto personal
fortalecen la voluntad en la persistencia de mejorar y le ofrece a la persona,
una sensación de realización, independencia y control de su vida, a la vez
que se estimula la perseverancia hacia el logro de fines.
PREVENCIÓN DE POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS:
Entre los posibles problemas derivados de la práctica de actividad
física, el más frecuente es el riesgo de lesiones musculoesqueléticas. Este
es fácil de evitar si no se cometen excesos y el nivel de actividad aumenta
de forma lenta y progresiva hasta alcanzar el deseado y tolerado. Por otro
lado, si bien es cierto que el ejercicio físico intenso aumenta
considerablemente el riesgo de eventos cardiovasculares (infarto agudo de
miocardio o muerte súbita cardíaca), tanto en individuos previamente
sedentarios como en aquellos que realizan actividad física de forma regular,
incluso como profesionales del deporte, el riesgo global sigue siendo
claramente inferior en estos últimos, pero indudablemente existe, como
hemos podido conocer recientemente en algún futbolista en activo.
Para aquellos que tengan intención de empezar un programa de actividad
física aunque no sea intensa ni competitiva, todos, pero especialmente si
tienen algún tipo de enfermedad crónica (Cardiopatía isquémica, más o
menos sintomática; Miocardiopatía; Hipertensión arterial; Diabetes
mellitus, etc.), antecedentes personales o familiares de “síndrome
sincopal”, lo que conlleva el riesgo de padecerlo; y para las mujeres de más
de 50 años y varones de más de 40 años, es aconsejable pasar un examen
médico previo serio. Si la actividad física a realizar es intensa, competitiva,
con antecedentes, o para los profesionales del deporte, el estudio
especialmente cardiovascular debe ser más técnico, profundo y por
personal especializado.
La participación en actividades físicas y deportes, puede provocar en
contadas ocasiones, emociones negativas indeseables, como miedo, ira,
agresividad, que pueden llevar el llamado juego “sucio” o duro. Si bien, es
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verdad, que el deporte puede y debe proporcionar al participante las
herramientas para hacerles frente, aprendiendo a controlar sus emociones.
El deporte es una forma de aprender a vivir, al enfrentarse a su parte
negativa en forma cívica, en la lucha no solamente con los demás, sino
consigo mismo, con nuestras apetencias, defectos y virtudes.
Cádiz, 2010-04-09
Fdo.: Adriano López
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