Riesgo y factores de riesgo en APS (B. Manuel Corujo Martínez)

Anuncio
UNIVERSIDAD NACIONAL DE ENTRE RÍOS
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
Ciclo de Complementación Curricular
Licenciatura en Kinesiología y Fisiatría.
MATERIAL DE ESTUDIO
TEMA:
ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD
Riesgo y factores de riesgo en APS
Profesor:
Dr. Bernardo Manuel Corujo Martínez
ATENCIÓN PRIMARIA DE LA SALUD
Riesgo y factores de riesgo en APS
Riesgo:
“Se define como tal la probabilidad de que un individuo contenga una enfermedad o muera”.
Los factores de riesgo
Son rasgos, características o ciertas condiciones biológicas, psicológicas y sociales que se asocian con un
incremento en la susceptibilidad para desarrollar determinadas enfermedades.
Para ser considerados como tales, los factores de riesgo deben cumplir ciertos requisitos:
1. Asociarse con frecuencia significativa a una determinada enfermedad. El aumento o disminución
del factor de riesgo se acompaña de un aumento o disminución de la enfermedad.
2. Preceder a la enfermedad durante un periodo de tiempo dado.
3. Predecir la ulterior aparición de la enfermedad a la cual predisponen, cuando están presentes.
4. Poseer un carácter patogénico evidente.
Los factores de riesgo, en relación con las enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica,
enfermedad cerebrovascular, arteriosclerosis obliterante de miembros inferiores y otros territorios) están
en relación con el origen y desarrollo de la arteriosclerosis, en particular, la ateromatosis. El conocimiento
de estos factores brinda la posibilidad de emprender acciones y programas de prevención y control en
este grupo de trastornos que en nuestro país representan más de la tercera parte de la mortalidad
general.
CLASIFICACIÓN
1.
No modificables:
a) Edad.
b) Sexo.
c) Historia familiar.
d) Grupo sanguíneo.
2.
Modificables:
a) Mayores:
- Hipertensión arterial.
- Hiperlipidemia (hipercolesterolemia e hipertrigliceridemia).
- Hábito de fumar.
- Diabetes mellitus e intolerancia a los carbohidratos.
- Dietas ricas en grasas saturadas y colesterol.
- Obesidad.
b) Menores:
- Sedentarismo.
- Tensión psicosocial.
- Consumo de drogas anticonceptivas.
- Tipo de personalidad.
- Gota e hiperuricemia.
- Otros:
 Consumo de carbohidratos.
 Ingestión de sal y oligoelementos.
ANÁLISIS DE LOS FACTORES DE RIESGO
Edad
Con el aumento de la edad se eleva proporcionalmente la frecuencia de las enfermedades
cardiovasculares. La cardiopatía isquemia, que tiene una prevalecía en población adulta en general (15
años y más) de un 5 %, alcanza más de un 20 % en los mayores de 65 años.
Las enfermedades cerebrovasculares tienen su mayor frecuencia después de los 50 años y llega a
alcanzar una prevalecía de un 5 % y el tercer lugar entre las causas de muerte, sin aparecer entre las
principales causas de defunción en los menores de esta edad. Estos índices se incrementan después de
los 65 años.
La arteriosclerosis obliterante de los miembros inferiores es poco común antes de los 50 años.
También la mortalidad por enfermedades cardiovasculares aumenta considerablemente con la
edad. Para explicar el efecto acumulativo de la edad, se ha planteado que implica un tiempo
mayor de exposición a los factores de riesgo con una dosis superior de influencias nocivas. Es de
notar que hay individuos que llegan a una edad avanzada sin evidencias de arteriosclerosis, lo que
sugiere que también participan factores genéticos y constitucionales en su aparición y desarrollo.
Sexo
Las enfermedades cardiovasculares son más frecuentes en el sexo masculino. De los 35 a 44 años la
mortalidad por cardiopatía isquémica es 5 veces mayor en los hombres.
Las enfermedades
cerebrovasculares y vasculares (arteriales) periféricas tienen también tasas de morbilidad y mortalidad
más altas en el sexo masculino.
La prevalencia de cardiopatía isquémica es más alta en el hombre y como promedio comienza de 7 a 10
años antes que en las mujeres. Esto se ha tratado de explicar por efectos hormonales (se sabe que los
estrógenos aumentan las lipoproteínas de alta densidad (LAD) que tienen un efecto protector contra la
aterosclerosis).
Después de la menopausia aumenta la frecuencia de cardiopatía isquémica en la mujer, llegando a cifras
similares a la de los hombres pasados los 60 años.
Historia familiar
Está presente como factor de riesgo en la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y los niveles elevados
de lipoproteínas, aunque hay familias que tienen un riesgo elevado de una enfermedad vascular
prematura que no se encuentra asociada a ninguno de los factores de riesgo conocidos, lo cual indica que
hay algunas causales importantes que no han sido aún consideradas.
Grupo sanguíneo
Los grupos A, B y AB tienen mayor riesgo de cardiopatía isquémica que el 0.
Hipertensión Arterial
Predispone a la aterosclerosis, acelera el paso de lípidos a través de las células endoteliales de la íntima y
por tanto es un factor de riesgo importante de la cardiopatía isquémica, trombosis cerebral y
arteriosclerosis obliterante de los miembros inferiores.
También produce la degeneración fibrinoide de las arterias cerebrales y la hemorragia cerebral,
potencializa el desarrollo y la rotura de aneurismas del polígono de Willis y conduce a la insuficiencia renal
crónica y las lesiones rutinarias. El efecto nocivo de la hipertensión arterial radica tanto en la sistólica
como en la diastólica. Es el principal factor de riesgo después de los 45 años.
Hiperlipidemia
Tanto la hipercolesterolemia como la hipertrigliceridemia predisponen a la aterosclerosis y a sus
manifestaciones (cardiopatía isquémica, trombosis cerebral y aterosclerosis obliterante de los miembros
inferiores), así como la hipertensión arterial, la xantomatosis, las colecistopatías e el hipotiroidismo.
Su asociación con la hipercolesterolemia es mucho más fuerte que con el nivel de triglicéridos. Con el
fraccionamiento de las lipoproteínas se ha dado un paso de avance en la comprensión de la influencia de
los lípidos en el desarrollo de la aterosclerosis; las lipoproteínas de baja densidad (LBD) que transportan
del 60 % al 75 del colesterol del plasma tienen una relación directa con el riesgo de cardiopatía
isquémica. Sin embargo, las lipoproteínas de alta densidad (LAD) , que transportan del 20 % al 25 % del
colesterol del plasma (LAD colesterol) tienen una relación inversa, o sea, a mayor cantidad de LAD
colesterol menor será el riesgo de cardiopatía isquémica mientras que las bajas se asocian hasta con una
prevalencia veces mayor, al parecer por la función de las LAD de remover el colesterol de los tejidos.
Las lipoproteínas de muy baja densidad (LMBD) que transportan principalmente triglicéridos endógenos
también aumentan el riesgo de cardiopatía isquémica.
La asociación entre la hiperlipidemia y la presencia de aterosclerosis se deduce de las siguientes
observaciones:
1. El alto contenido de lípidos en las lesiones atéroscleróticas es cualitativamente similar al de la
sangre.
2. Las lesiones pueden producirse incluso en animales con dietas que aumenten los niveles séricos de
los lípidos.
3. Los pacientes con evidencia clínica de aterosclerosis, especialmente aquellos con cardiopatía
isquémica y sobre todo los más jóvenes, tienden a tener mayores niveles de lípidos séricos que las
personas de la misma edad que no tienen aterosclerosis.
4. Los pacientes con varias formas de hiperlipidemias tienen una incidencia aumentada de
aterosclerosis.
5. Hay una correlación estrecha entre la cardiopatía isquémica y los niveles séricos del colesterol y los
triglicéridos.
6. Estudios epidemiológicos muestran que la frecuencia de cardiopatía isquémica es mayor en
poblaciones con niveles elevados de lípidos séricos.
7.
Hábito de fumar
El fumar cigarrillos acelera la aterosclerosis. El riesgo aumenta con el número de cigarrillos fumados, el
grado de inhalación del humo fumando. También se ha comprobado que el en las edades más jóvenes.
El fumar predispone a todas las enfermedades cardiovasculares, y en los hombres que fuman 25
cigarrillos o más al día la tasa de mortalidad por enfermedades coronarías puede ser hasta 15 veces
mayor que en los no fumadores. El fumador de tabaco o pipa tiene menos riesgo que el de cigarrillos.
Está relacionado con los cánceres del pulmón, la laringe, el esófago, el estómago y la vejiga, con afecciones respiratorias: bronquitis crónicas, bronquiectasia, enfisema pulmonar y en la mujer con el aborto,
recién nacidos de bajo peso y problemas funcionales del recién nacido, también se relaciona con la úlcera
gástrica
Se sabe que el monóxido de carbono que se encuentra en el humo de los cigarrillos produce
concentraciones de carboxihemoglobina en la sangre de muchos fumadores hasta de un 10 y un 20 %,
muy superior al 1 % o menos de los no fumadores, lo que disminuye el transporte de oxígeno por la
hemoglobina.
Se ha planteado que el monóxido de carbono aumenta la permeabilidad vascular, por lo que se producen
depósitos de lípidos en las paredes de los vasos y, al mismo tiempo, la disminución del aporte de oxígeno
a la pared arterial (por disminución en su transporte) podría interferir en la normal degradación y
eliminación de lípidos de la íntima arterial, debido a una inhibición de las enzimas encargadas de estos
procesos como consecuencia de la hipoxia.
Se sabe que a niveles más elevados de carboxihemoglobina es mayor la frecuencia de aterosclerosis y
que los fumadores con concentraciones mayores del 5 % tienen un riesgo 20 veces mayor de contraer
aterosclerosis que los fumadores del mismo sexo y edad, con valores inferiores al 3 %.
El humo del cigarrillo deprime los niveles plasmáticos del LAD colesterol, lo que constituye un importante
factor aterogénico.
La exposición al humo puede agravar la broncoconstricción en asmáticos y la angina en pacientes con
insuficiencia coronaría. Las enfermedades respiratorias son más frecuentes en los niños cuyos padres
fuman.
Los no fumadores que inhalar positivamente el humo de cigarrillos pueden ser afectados también por las
alteraciones señaladas.
Diabetes mellitus e intolerancia a los carbohidratos
La aterosclerosis del diabético se asemeja a la del no diabético, pero es más grave y extensa, comienza
más temprano y afecta arterias de menor calibre.
Las mujeres diabéticas, alcanzan índices de enfermedades arteriales próximas o iguales a los de los
hombres no diabéticos. La enfermedad vascular periférico ocurre 11 veces más frecuentemente en el
diabético y se desarrolla 10 años antes que en los no diabéticos. La cardiopatía isquémica es 2 veces más
frecuente en los diabéticos y la trombosis cerebral también tiene una mayor prevalencia entre ellos.
También son frecuentes la obesidad, las nefropatías, políneuropatías, artropatías, retinopatías, la
impotencia, los abortos, las malformaciones fetales, los fetos grandes y los polihidramnios.
La intolerancia a la glucosa también se asocia a un mayor riesgo de aterosclerosis.
La diabetes se acompaña muchas veces de hipertrigliceridemia, hipercolesterolemia e hipertensión
arterial, lo cual reforzarla la predisposición de los diabéticos a la aterosclerosis.
Dietas ricas en grasas saturadas y colesterol
Hay una relación directa entre la ingestión de grasas saturadas y el colesterol por un lado y la cardiopatía
isquémica por el otro. Las poblaciones que obtienen menos calorías de las grasas presentan menos
aterosclerosis que las que ingieren más grasas, éstas se relacionan directamente o agravan distintas
enfermedades: obesidad, diabetes mellitus, hipertensión arterial, hipercolesterolemia, colecistopatías,
pancreatopatías y dispepsias.
Las modificaciones de la dieta pueden cambiar los valores séricos del colesterol de manera previsible en el
hombre; y en los anímales pueden producir lesiones ateroscleróticas o iniciar la regresión de las ya
existentes.
Obesidad
El sobrepeso se asocia con la hipertensión, la aterosclerosis, la diabetes y las hiperlipidemias. La
obesidad predispone a la cardiopatía isquémica, independientemente de otros factores de riesgo, aunque
su efecto es más bien leve y su mayor peso es la predisposición y asociación a los factores ya señalados.
Se relaciona también con: cardiopatías, colecistopatías, pancreatopatías, esteatosis hepática, artropatías,
micosis cutánea y problemas ortopédicos.
Sedentarismo
La falta de actividad física regular predispone a la cardiopatía isquémica. La actitud sedentaria promueve
el hábito de fumar y la cantidad de cigarrillos que se fuma; además, priva de las ventajas del ejercicio
tales como son el desarrollo de la circulación colateral, la mejoría de la función miocárdica, el aumento de
los niveles de LAD y los efectos atenuantes sobre otros factores de riesgo como la obesidad, la diabetes y
la hipertensión arterial. Induce la pérdida de la fuerza muscular, pérdida de agilidad, artropatías,
osteoporosis, congestión pelviana y constipación.
Tensión psicosocial (estrés)
El estrés produce descargas de catecolaminas e incrementos en la frecuencia cardíaca, la presión arterial,
el nivel de lípidos séricos y la viscosidad de la sangre. La tensión mantenida induce a fumar y aumenta la
cantidad de cigarrillos que se consumen.
Hay evidencias de que el estrés se relaciona de manera directa con la hipertensión arterial, la cardiopatía
isquémica y estimula el desarrollo de la aterosclerosis. Puede iniciar, agravar o inestabilizar otras
afecciones como: cefaleas psicógenas, neurosis, ulcera péptico, arritmias, afecciones colónicas y diabetes
mellitus.
Consumo de drogas anticonceptivas
Aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sobre todo en las hipertensas, diabéticas,
fumadoras y mayores de 35 años. Los anticonceptivos incrementan la presión arterial y el riesgo de
tromboembolismo; también producen variaciones desfavorables en los niveles de lipoproteínas.
Tipo de personalidad
El llamado tipo A de personalidad se define como esforzado, terco, compulsivo, agresivo, ambicioso e
impaciente y trata de lograr mucho en poco tiempo. El tipo B es pasivo, lento, no entabla conflictos con
otras personas. Estas formas de conducta no solo dependen de la personalidad del individuo, sino que
también son influidas por el medio. El tipo A tiene una mayor descarga de catecolaminas en respuesta a
los estímulos del medio y una frecuencia 5 veces mayor de infarto del miocardio que el B.
Gota e hiperuricemia
Duplican el riesgo de cardiopatía isquémica, lo que puede deberse a su asociación con la hipertensión
arterial, la hiperlipidemia y la obesidad.
Consumo de carbohidratos
La elevada ingestión de carbohidratos predispone a la obesidad, a la diabetes y también eleva le nivel de
triglicéridos séricos, por lo que aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica.
Ingestión de sal
El consumo alto de sal predispone a la hipertensión, sobre todo en los individuos genéticamente
susceptibles.
Oligoelementos
Protegen contra la cardiopatía isquémica el cromo, el magnesio y el zinc, mientras el cadmio y el
manganeso la favorecen.
Es conveniente señalar que cuando coinciden varios factores de riesgo, su efecto es sinérgico, o sea, que
el peligro que representan de contraer una enfermedad cardiovascular es mayor que la simple suma de
los riesgos de cada uno por separado, ya que se potencializan mutuamente. Por ejemplo, fumar puede
aumentar el riesgo de cardiopatía isquémica de 3 a 5 veces al igual que la hipercolesterolemia, pero
cuando ambos factores se combinan el riesgo aumenta de 14 a 16 veces.
Prevención de las enfermedades cardiovasculares y control de los factores de riesgo
Con las transformaciones socioeconómicas Y los adelantos científico técnicos del presente siglo, el hombre
ha aumentado su expectativa de vida, ha sustituido el trabajo de sus músculos por máquinas y obtiene
cada vez mayores cantidades de alimentos con menos esfuerzo. Sin embargo, al mismo tiempo padece
de más enfermedades crónicas, y entre ellas las que causan mayor mortalidad son las cardiovasculares.
Es lógico suponer que el desarrollo social y los adelantos de la ciencia deben llevar también a prevenir y
curar estas afecciones y así refutar la teoría convergencista de enfermedades de la civilización.
El intento de prevenir las enfermedades cardiovasculares mediante el control de los factores de riesgo
parece ser en el momento actual el arma más poderosa que tenemos contra estas afecciones crónicas.
Promoción de la salud
Son las medidas encaminadas a elevar el nivel de salud de la población y evitar la aparición de los
factores de riesgo. Debe comenzar en la niñez para ser más efectiva e incluye:
1. Llevar una 'dieta adecuada (ingestión correcta de calorías, grasas, carbohidratos y sal, para evitar
la obesidad).
2. Practicar ejercicios físicos.
3. No fumar.
4. Disminuir la tensión psicosocial.
Actualmente se plantea que lo inicial debe ser la prevención primordial preparando a la futura madre para
que el fruto del embarazo esté en condiciones óptimas para la vida.
Protección especifica
Comprende el tratamiento de los factores de riesgo, una vez establecidos, para tratar de evitar la
producción de enfermedades.
Una vez que han hecho su aparición las enfermedades cardiovasculares, el control de los factores de
riesgo previene o retrasa su evolución y complicaciones (rehabilitación).
Hipertensión arterial
La disminución de la presión arterial protege contra los accidentes cerebrovasculares y la insuficiencia
cardíaca, aunque no se ha demostrado que disminuya la incidencia de infarto del miocardio. Hay estudios
recientes que plantean la eficacia del tratamiento de la hipertensión ligera en la prevención de la
cardiopatía isquémica.
Hiperlipidemias
Las lesiones experimentales producidas por la hipercolesterolemia en animales regresan con la
normalización del colesterol. Hay algunas evidencias en humanos de que la disminución del colesterol
protege contra la aterosclerosis.
Hábito de fumar
Es el factor más susceptible de ser modificado.
Al dejar de fumar decrece el riesgo de muerte por cardiopatía isquémica a un 50 % de 1 a 2 años
después del abandono del hábito hasta que, al cabo de 10 años, queda escasamente más elevado que el
de los no fumadores.
Diabetes mellitus
Su tratamiento mejora la expectativa de vida del diabético, aunque se requieren de mayores estudios
para observar su efecto sobre la aterosclerosis.
Es beneficioso el control de otras anomalías metabólicas asociadas como la hipercolesterolemia y el
aumento de los triglicéridos.
Dieta
Hay evidencias de que la introducción de medidas dietéticas disminuye el colesterol sérico y pueden ser
útiles en la prevención de la mortalidad por cardiopatía isquémica. También ciertas manifestaciones de la
enfermedad pueden mejorar con cambios dietéticos; estos beneficios son mayores en el joven, aunque
pueden observarse también en los adultos.
Una adecuada dieta debe incluir cantidades equilibradas de carbohidratos, grasas, proteínas y sal; una
correcta relación entre grasas saturadas y poliinsaturadas, así como un total de calorías acorde con las
necesidades reales del individuo.
Obesidad
El control de la obesidad mediante la disminución de la ingestión calórica, esencialmente carbohidratos, y
la realización de ejercicios físicos diarios, ayuda en el tratamiento de la hipertensión arterial, la diabetes
mellitus y la hipertrigliceridemia.
Además de lo anteriormente citado, el ejercicio físico habitual la reducción del estrés, la variación
favorable del medio social y su influencia sobre la conducta del individuo, así como el control, de otros
factores de riesgo anteriormente expuestos, pueden ayudar a prevenir la enfermedad coronaría clínica y
ser útiles como medidas terapéuticas, una vez que ésta se ha desarrollado.
Factores de riesgo laboral
Plaguicidas
Los trabajadores (fumigadores) que manipulan plaguicidas especialmente organofosforados están
expuestos a:
1. Intoxicación aguda grave (mortal si no se trata rápida y correctamente).
2. Intoxicación crónica.
3.
Medidas de control
Explicar al paciente la necesidad de cumplir las medidas de protección e higiene establecidas, así como de
usar siempre el equipo (capa, careta, etc.) y alertarlo sobre el peligro que representa no usarlos.
Bibliografía Consultada:
Orlando Rigol Ricardo y otros : Medicina General Integral. Tomo I. Capitulo 4” El individuo”. Editorial Pueblo y
Educación.1990pag118-28.

Organización Panamericana de la Salud. Manual sobre el enfoque de Riesgo en la atención maternoinfantil. Washington. 1986.
(Serie Paltex N° 7).

 Ortiz Zulma, Esandi M Eugenia, Bortman M :Epidemiología Básica y Vigilancia en Salud. Módulo 4 .Efecto e impacto en
Epidemiología. RIESGO. Programa Vigía . Ministerio de salud y Acción Social.2000.
 Instituto Nacional de Epidemiología ( INE) Dr Juan H. Jara. Curso de epidemiología general para profesionales, Mar del Plata .
República Argentina. 1977.
 Franco Vega Leopoldo : La salud en el contexto de la nueva salud pública. El concepto de riesgo en la epidemiología actual.
Capitulo 5. Editorial Moderno.2000. pag 63-73.
Descargar