ENFERMEDAD DE PAKINSON Y MODELOS EXPERIMENTALES Dra. Laura Saldise. Departamento de Neurología Experimental La enfermedad de Parkinson se caracteriza fundamentalmente por la pérdida progresiva de neuronas dopaminérgicas (que segregan el neurotrasmisor dopamina) de un núcleo cerebral: la sustancia negra. La pérdida de estas neuronas y por lo tanto del neurotransmisor, provoca una disminución de la inervación que la sustancia negra emite hacia el núcleo estriado provocando los síntomas parkinsonianos típicos: temblor en reposo, bradicinesia (movimientos lentos), rigidez y trastornos de la marcha, entre los más importantes. Se desconoce el origen de la enfermedad pero se postula que la muerte de estas células se produce mediante un mecanismo de apoptosis. Como consecuencia, los trabajos de investigación sobre esta enfermedad van encaminados a dilucidar el origen de la enfermedad (entre ellos el posible origen inflamatorio) y a encontrar posibles terapias que mejoren los síntomas parkinsonianos, sin provocar una mayor pérdida neuronal. La principal terapia utilizada es el uso de dopamina (levodopa), pero esta terapia tan sólo produce una disminución de los síntomas sin detener la progresión de la enfermedad. Los estudios en animales de experimentación en los últimos años van encaminados a la posible restauración el circuito nigroestriatal (sustancia negraestriado). Entre ellos, se encuentran el uso de factores de crecimiento y el implante de células dopaminérgicas (como son el trasplante de agregados celulares de cuerpo carotídeo) o de células madre que sustituyan a las que se han perdido. Los modelos experimentales que se utilizan son: roedores con 6hidroxidopamina y primates con MPTP. Son modelos que nos permiten hacer una valoración de los síntomas parkinsonianos después del uso de las diferentes terapias en el animal vivo mediante: a) rotaciones con apomorfina y anfetamina y el test de stepping, en roedores; b) test motores finos, escalas de incapacidad, movilidad del animal, apomorfina y PET cerebral, en el caso de primates. Posteriormente, estos modelos nos permiten realizar el estudio postmortem de lo que ha ocurrido en el cerebro de estos animales mediante técnicas inmunocitoquímicas o de biología molecular.