La teoría piagetiana Piaget, durante siete décadas desarrolló un programa de investigación creando la llamada Escuela de Ginebra y convirtiendo su teoría en el referente más importante para la explicación del desarrollo cognitivo del ser humano. Desde el nacimiento hasta la adolescencia, Piaget estudia cómo el conocimiento está representado en la mente, qué funciones u operaciones permiten el cambio de estas representaciones y qué estadios se pueden distinguir a través del desarrollo evolutivo. Para Piaget, la inteligencia tiene su origen en la acción. A través de la experiencia las acciones se van coordinando, formando estructuras cognitivas cada vez más complejas. Coll y Gillièron nos presentan el problema del conocimiento de la siguiente forma. Se distinguían dos tipos de verdades: verdades normativas y verdades de hecho. Las verdades normativas son los conocimientos independientes de toda verificación empírica y de toda creencia individual. Son verdades necesarias y universales. Las afirmaciones como si a = b, y b = c, entonces a = c no obtienen su valor de verdad de la constatación empírica. Las verdades de hecho adquieren su valor de verdad en función de la posibilidad de constatar empíricamente los hechos que enuncian. Por ejemplo, todos los cuervos son negros. Esto será cierto mientras que no encontremos un ejemplo que nos muestre un cuervo rosa. La representación del conocimiento: los esquemas Piaget define cómo se representa el conocimiento en nuestra mente, y para ello se vale de un concepto: la noción de esquema. El ejemplo más sencillo de lo que constituye un esquema lo tenemos en el aprendizaje del bebé para coger objetos. Al nacer todos los bebes poseen un reflejo de prensión, de forma que cuando algo estimula la palma de su mano, ésta se cierra agarrando el objeto. A medida que le bebe se enfrenta con diferentes objetos, el reflejo de prensión se va modificando, adaptándose a la forma, textura o tamaño de los distintos objetos. Como señala Delval, es la resistencia de la realidad la que impulsa el desarrollo del bebe. Al cabo de unos meses el bebé habrá construido un esquema de prensión capaz de adaptarse a diferentes objetos. ¿De qué forma cambian los esquemas? : por modificación o por combinación. • La modificación de un esquema ocurre en situaciones en las que un esquema conocido no puede aplicarse a una situación dada. Por ejemplo, si hemos aprendido a conducir con un coche con cambio manual, cuando vayamos a conducir un coche con cambio automático no podremos aplicar nuestro esquema. Algunos aspectos deben transformarse para adaptarse a la nueva situación. • Sin embargo, a veces hay situaciones en las que es necesario combinar diversos esquemas. Por ejemplo, cuando tenemos jaqueca solemos tomar una pastilla, que se encuentra en un lugar determinado de nuestra casa. Pero, ¿qué podríamos hacer si la jaqueca aparece cuando estamos en un restaurante?. Tenemos un esquema para acabar con el dolor de cabeza: tomar una pastilla. Tenemos un esquema de cómo comportarnos en un restaurante que incluye a quien nos sirve: el camarero. Luego lo más fácil sería pedir una pastilla al camarero. La teoría de los estadios García Madruga y Lacasa señalan 4 condiciones que deben cumplir los estadios: 1 • El orden de sucesión es el aspecto básico y no la edad en la que se alcanza un estadio determinado. Las edades varían según la experiencia social y los niveles de inteligencia. • Cada estadio se caracteriza por una estructura de conjunto que lo define. Estas estructuras pueden ser formuladas en términos algebraicos o lógicos. • Cada estadio integra las características del estadio anterior como una estructura subordinada. • En cada estadio es preciso distinguir entre una fase de preparación y otra de acabamiento. A continuación vamos a distinguir los 4 estadios en los que el conocimiento se organiza durante el proceso de desarrollo cognitivo. • Periodo sensoriomotor (0−18 /24 meses) Los niños parecen conocer el mundo sólo a través de actividades motoras e impresiones sensoriales. No han aprendido aún a utilizar símbolos o imágenes mentales para representar objetos o sucesos. Por ejemplo: si un objeto es ocultado, los niños de cuatro meses de edad no intentarán buscarlo. Para esos niños parece que en realidad "fuera de la vista" significa "fuera de la mente", al menos bajo ciertas condiciones. No obstante hacia los ocho meses de edad la situación cambia. Los niños de esta edad buscarán el objeto. En otras palabras han adquirido una idea básica de la permanencia del objeto. Entendiendo que los objetos continúan existiendo cuando salen de la vista. Entre los 18−24 meses los bebés adquieren la capacidad para formar imágenes mentales de objetos y acontecimientos. Al mismo tiempo el lenguaje se desarrolla hasta un punto en que el pequeño empieza a pensar en términos de símbolos verbales, las palabras. El periodo sensoriomotor fue dividido por Piaget en 6 subestadios: • Subestadio 1. Ejercicio de los reflejos ( hasta el 1º mes): el bebé llega al mundo con unos reflejos que le van a permitir sus primeras interacciones con el medio externo. Algunos de ellos le permitirán construir los primeros esquemas adaptativos. Un ejemplo es el reflejo de succión. A través de la experiencia con diversos objetos chupables, el niño genera un esquema de succión, susceptible de cambiar. • Subestadio 2. Desarrollo de los esquemas por el ejercicio y la coordinación (1−4 meses): aparecen las primeras coordinaciones, por ejemplo, la audición y la visión: el bebé que escucha un sonido y se vuelve hacia él. Otras coordinaciones importantes son las de la succión−prensión y la de la visión−prensión. Aparecen las reacciones circulares primarias, orientadas a actividades sobre el propio cuerpo. Un ejemplo es el niño que accidentalmente se lleva la mano a la boca. Repite este movimiento cíclicamente hasta consolidar un esquema. • Subestadio 3. Descubrimiento accidental de procedimientos orientados hacia el exterior (4−8 meses): el niño comienza a interesarse por su entorno, y aparecen las reacciones circulares secundarias. Su conducta ya no se refiere a su propio cuerpo sino a algún objeto externo. Por ejemplo, si colgamos algún objeto de la cuna es posible que le bebé lo alcance con un movimiento, tras lo cual intentará repetir ese movimiento porque le ha resultado atrayente. El niño ya busca un procedimiento de forma activa para manipular objetos externos, pero sin intencionalidad, ya que no posee la capacidad de anticipar qué es lo que va a ocurrir. • Subestadio 4. La conducta intencional (8−12 meses): aparecen conductas intencionales. Supongamos que un bebé quiere alcanzar un objeto y, en ese momento, interponemos un cojín entre él y el objeto. Mientras que el niño del 3º subestadio reaccionaría sorprendido pero sin resolver el problema, en este subestadio el niño, tras observar la situación, es ya capaz de apartar el cojín y alcanzar el objeto. Son conductas inteligentes. • Subestadio 5. La exploración de nuevos medios (12−18 meses): exploración activa y sistemática del medio. El niño sigue procedimientos de ensayo y error experimentando con las propiedades de los objetos. El ejemplo más característico es una conducta que pone a prueba la paciencia de 2 los adultos. El niño esta sentado en su trona y tiene varios juguetes. De repente empieza a tirarlos y a observar dónde y cómo caen. El adulto se los vuelve a dar y el niño vuelve a tirarlos por el otro extremo de la trona. Este episodio de aprendizaje acaba cuando el adulto desesperado decide retirarle los juguetes. • Subestadio 6. La representación mental (18−24 meses): es capaz de ensayar distintos procedimientos y puede imaginar de forma interna los resultados y anticiparse a las consecuencias. Aparece la invención de nuevos medios por combinación mental. Puede calcular mentalmente el resultado de sus acciones e inventar soluciones sin previa experimentación. • Periodo preoperatorio (1 y medio −2 a 7/8 años) Representan actividades familiares, como fingir que duermen o que comen. Para demostrar ese tipo de juego, deben ser capaces de representar mentalmente esas actividades. En esta etapa del desarrollo cognoscitivo los niños son aún muy inmaduros en muchos aspectos importantes. Primero, están limitados por el egocentrismo, es decir les resulta difícil comprender que los demás pueden percibir al mundo de manera diferente a la suya. También tienen problemas para comprender los términos relacionados como más oscuro, más grande o más pesado. Además, carecen de la capacidad de seriación, es decir, la habilidad de arreglar los objetos en orden a lo largo de alguna dimensión. • Periodo de las operaciones concretas (7/8 − 11/12 años) Los niños en esta etapa piensan más como los adultos que como los niños más pequeños de las etapas anteriores. Los niños adquieren comprensión de los términos de relación y seriación u ordenamiento. También empiezan a hacer un uso mayor de los conceptos al describir y pensar en el mundo físico. De modo que si se les pide que clasifiquen varios objetos, los niños de cuatro años suelen hacerlo sobre la base de color o tamaño; los niños mayores colocan los objetos en categorías conceptuales más complejas. Empiezan a involucrarse en el pensamiento lógico. Si les preguntan "¿por qué fueron tu y tu madre al supermercado?" responderán "porque mi madre necesitaba comprar leche". Es decir, pueden dar una explicación lógica. En contraste, los niños más pequeños pueden responder "porque luego regresamos a la casa". • Periodo de las operaciones formales (11/12 − 15/16 años) Aparición las principales características del pensamiento adulto. Aunque los niños en la etapa de las operaciones concretas pueden pensar de manera lógica, parece que sólo pueden hacerlo con hechos y objetos concretos. En contraste, quienes han alcanzado la etapa de las operaciones formales pueden pensar de manera abstracta. Los niños alcanzan el razonamiento hipotético−deductivo. Así cuando se enfrentan con un problema, pueden formular una teoría de todos los factores posibles, a partir del cual razonan deductivamente para formular hipótesis especificas que pueden probar examinando la evidencia existente. Pero aunque el pensamiento de los niños más grandes o de los adolescentes se parece al de los adultos, aun está lejos del nivel adulto. Así, los niños más grandes, y en especial los adolescentes, suelen utilizar sus nuevas capacidades de razonamiento para construir teorías generales sobre la religión, la política o la ética. Aunque el razonamiento empleado puede ser lógico, las teorías suelen ser ingenuas debido a que los 3 individuos que las construyen no saben lo suficiente de la vida para hacer un trabajo más sofisticado. 4