Entrevista Personal con Rafael Vieira, dueño del Oceanario ubicado en la Isla San Martín de Pajarales, Islas del Rosario, y uno de los pocos blancos que habita en las Islas hace más de treinta años, 4 de enero de 2006 El problema de los arrecifes coralinos del Parque Nacional Natural de las Islas del Rosario es causado por el Canal del Dique, y en particular por los nutrientes, sedimentos y corrientes de agua caliente que arroja. Los nutrientes hacen que el alga crezca aceleradamente, cubra el coral e impida que éste se exponga a la luz solar; los sedimentos acaban con la visibilidad y la luz del coral, y el agua caliente lo blanquea. La situación actual del coral es absolutamente deprimente. Yo hace muchos años que no me meto al mar para no ver ese panorama tan desolador; lo que queda es los esqueletos del coral. Hay que reconocer que la gente pobre tiende a depredar el medio ambiente, y que en esa medida los nativos lo han hecho. Además, existen problemas culturales importantes como el mal manejo que los nativos hacen de las basuras y la costumbre que tienen de ir al baño en el monte. Ningún nativo tiene baños en sus casas, e incluso cuando intentamos poner uno como experimento éste fracasó. Éstos son problemas de concientización, que sólo pueden enfrentarse mediante la educación. Nosotros hemos iniciado algunos proyectos de educación ambiental que a la vez permiten la supervivencia de los nativos, como la pesca mediante el “Pallao”. El Pallao es una construcción que se hace en altamar y se baja a la profundidad mediante pesas, y que busca que los pescadores de la zona puedan coger peces pelájicos, estos es, los peces pasajeros que normalmente sólo son cogidos por grandes botes. El Pallao funciona bastante bien e incentiva a los nativos a que no pesquen con dinamita. Sin embargo, es bastante costoso. Ahora bien, hay una cosa clara: si el Estado saca a la gente, ello sería el fin de las Islas del Rosario, pues implicaría que cerrarían el territorio pero que, por la falta de interés que caracteriza a las autoridades del parque, éste terminaría por ser ocupado de nuevo y el ecosistema sería depredado. No obstante, parece ser que la posición de parques es que no quieren gente en las Islas. Pero en las Islas propiamente dichas no hay mucho qué proteger ambientalmente. Aquí no hay nada; la tierra es infértil y lo que valía la pena en realidad era el arrecife de coral. En cuanto al problema de la tierra, la mayor responsabilidad le cabe a los nativos, pues fueron ellos mismos los que vendieron sus tierras, e incluso en varios casos las revendieron cuando los compradores no construían en ellas. Además, el problema del pueblo de Orika consistió en que los nativos decidieron invadir esa tierra ilegalmente y la Fiscalía abrió un proceso penal en su contra. Como en las Islas sólo pueden construirse obras y mejoras con permiso previo, allá no se ha podido construir nada por las buenas. Por ejemplo, logramos que Pedro Gómez accediera a donarles una alberca para que ellos pudieran tener su propia reserva, e incluso accedió a hacerla subterránea y a construir una iglesia encima, por solicitud de los nativos. Sin embargo, al averiguar por los permisos de construcción, Gómez no pudo hacer la donación por tratarse de una ocupación ilegal de la tierra. La idea de que los nativos soliciten la propiedad colectiva de las Islas no me suena mucho, pues creo que la posibilidad de que los blancos empleen a los negros ayuda a quitarle presión al medio ambiente: si los negros tienen trabajo tienden a explotar menos los recursos naturales, y los empleadores les dan educación y evitan así la depredación futura. Además, ¿de qué vivirían los nativos en las Islas si se quedaran solos (sin los blancos)? No tendrían quién los empleara, no podrían hacer artesanías porque no tendrían a quién vendérselas, y agricultura no hay en las Islas. Ante la falta de alternativas económicas sólo los quedaría la pesca, pero es muy difícil hacer empresa sin educación y sin plata.