Cluny y Lutero

Anuncio
CLUNY
Capital de Saôre−et Loire, junto a los montes del Mâconais, famosa en la historia del monaquismo por su
abadía, centro de una de las ramas más fecundas de la orden benedictina.
Historia y organización
Después de cien años de devastaciones normandas y de injerencias seculares en la administración de los
monasterios, Cluny se adhirió a la reforma carolingia de Benito de Aniano que fue el primero en unificar el
monaquismo occidental siguiendo la regla de san Benito. En el siglo X hubo otros movimientos reformadores
con las mismas raíces que se concretaron en distintos monasterios, entre los que no había vinculación jurídica,
pero sí conocimiento y aprecio mutuo.
¿Cuál fue el motivo de que predominara la reforma cluniacense, siendo así que no era la única?
Reforma que, por otra parte, incidió incluso en España, donde en tiempos de Alfonso VI hizo triunfar la
liturgia romana sobre la mozárabe. Entre los motivos de su importancia destacan la ubicación, la carta
fundacional, una sucesión de grandes personalidades en el cargo de abad y en especial su organización.
Lugar
De hecho, el apacible valle de Grosne era un lugar apartado de la vía de comunicación Saona−Rodano y
preservaba la vida contemplativa. No obstante, era un centro geográfico situado entre Francia de los primeros
Capetos y el imperio germánico que en aquel tiempo llegaba a las orillas del Saona, entre Borgoña y los países
rodanianos e italianos además se podía comunicar con España (rutas de peregrinación a Santiago de
Compostela) por Auvernia y Aquitania. Así pues, las relaciones y la propagación del movimiento cluniacense
siguieron estos grandes ejes.
Carta de fundación
Con fecha de septiembre del año 910 (o según otros cálculos, de 909 o de 911) esta carta, otorgada a los
frailes benedictinos por los dueños del lugar, Guillermo de Aquitania, incluía una clausura primordial: el
monasterio estaría exento, o sea, libre de ingerencias episcopales, señoriales o reales, especialmente en la
elección de su abad. El privilegio tuvo importancia en una época donde el abuso de la encomienda, que se
mantuvo hasta el fin del antiguo régimen, hizo de las abadías la presa de los dientes del poder.
Poner a Cluny solo bajo la dependencia del pontífice romano fue asegurarle una libertad justa, pues el papa
estaba lo bastante lejos y era poderoso como para proteger más que obstaculizar su autonomía. Cluny, en
cambio, se comprometió en apoyar el gobierno papal, y la abadía no faltaría a su deber durante la querella de
las investiduras, ni tampoco durante el cisma de Anacleto, cuando Cluny tomó partido por Inocencio II antes
de la participación de san Bernardo.
Una sucesión de grandes abades
San Odón (927−942), con el cual empezó la expansión cluniacense, de Romainmôtier a Limoges, Fleurg y
Sens, sucedió al primer abad de Cluny, Bernon (910−927). Después del abadiato de Aymard (942−965), quien
consolidó la obra de sus predecesores y la amplió considerablemente (278 cartas de donaciones) vinieron los
tres grandes abades: San Mayeul, primeramente adjunto (948−994), san Odilón (994−1049) y san Hugo
(1049−1109). La palinodia de Pons de Melgueil prestigio universal difícilmente recobrado, tanto en el interior
como en el exterior, por su sucesor, Pedro de Montboisier (1122−1156), quien bien mereció el sobrenombre
1
de Venerable.
Dada la importancia de la misión encomendada por la regla de san Benito al abad (ocupa en el monasterio el
sitio de Cristo) y su nombramiento vitalicio (tan característico del monaquismo, por oposición a los superiatos
temporales de los institutos religiosos más recientes), esta sucesión de largos abadiatos, casi initerrumpida
durante más de dos siglos, constituyó un triunfo capital. Pero lo que más influyó fue que la grandeza moral y
humana de estos abades, como lo atestiguó en pleno concilio el papa Gregorio VII: Ningún otro monasterio lo
iguala, porque no ha habido en Cluny uno solo de estos abades que no haya sido un santo.
Organización
A la muerte de san Hugo (1109), la orden estuvo en su apogeo con 1184 casas, entre las cuales 883 en
Francia, 99 en Alemania y en Suiza, 54 en Lombardía, 31 en España y 44 en Inglaterra. La tendencia fue
claramente centralizadora. Sin embargo, el espíritu de autonomía, fundamental en la regla de san Benito, no
perdería sus derechos. Por ese motivo, las casas sólo subordinadas tuvieron sitio junto a las casas dependientes
(cuyo superior era nombrado y controlado por el abad de Cluny), ya se tratase de las abadías antiguas,
afiliadas a Cluny, o de las cinco hijas principales de la casa central: Souvigny, Sauxillanges, la
Charité−sur−Loire, Saint−des−Champs (en París), y Lewes (Inglaterra). En esta época de feudalidad, la
dependencia era debida más a la personalidad del abad de Cluny que a una ley institucional. Su proyección
espiritual, más aún que sus derechos, aseguró su autoridad.
Una larga supervivencia
La evolución intelectual (desarrollo de la escolástica) o económica, así como las causas más intensas, hizo que
Cluny desde mediados del siglo XII su papel predominante. Cluny se fue apartando de los cistercienses y de
las jóvenes órdenes que iban apareciendo. Nadie pudo cambiar el rumbo de la situación y la orden desapareció
durante la revolución francesa. Paradójicamente sería una comunidad protestante, Taizé, quien, después de la
guerra, difundiría desde el valle de Grosne el espíritu monástico.
El espíritu de Cluny
Lo más admirable era la magnificencia de los oficios litúrgicos y su larga duración, que por su composición
eran exaltantes a causa de la continua alabanza de la naturaleza, del cuerpo, de la condición humana, signo de
la presencia y de la acción de un Dios amante y atrayente. La acción de gracias se transformaba en una
necesidad y en una satisfacción.
Esta espiritualidad que penetró en todos sus escritos, escasos por otra parte, fue el origen del simbolismo
iconográfico y de la arquitectura: la basílica de san Hugo, derruida casi del todo durante la Restauración, sería
su principal expresión. Por otra parte, la influencia política de Cluny parece indiscutible. Debido al desinterés
de los monjes, los primeros Capetos se apoyaron en ellos para reforzar su poder, y el emperador pidió que
actuaran de mediadores en la querella de las investiduras (Hugo intervino en Canussa a favor de Enrique IV
ante Gregorio VII). En realidad, se vieron mezclados en los problemas de su tiempo, en la miseria social y la
incultura religiosa: el arte Cluny era alimento para la fé del pobre. La misericordia irradiada por Cluny
culminó en la Tregua de Diosde san Odilón destinada a remediar los males de la guerra en la acogida de
Abelardo, en la instauración del día de los difuntos.
Trabajo sobre
CLUNYÍNDICE
Página
2
CLUNY
Historia y organización________ 1
Lugar______________________ 1
Carta de fundación____________ 1
Una sucesión de grandes abades_ 2
Organización________________ 2
Una larga supervivencia_______ 2
El espíritu de Cluny___________ 3
LUTERO
Breve comentario_____________ 4
Índice ______________________ 5LUTERO
Religioso agustino alemán, nacido y muerto en Eisleben, Sajonia (1483−1546). Fue el iniciador de la Reforma
protestante. Educado con rigor cruel en su casa y en la escuela, en el monasterio de los agustinos empezó a
sufrir escrúpulos, tristezas y temores excesivos a propósito de su predestinación; hacia 1512 abandonó,
ordenado ya, la causa de la observancia de reforma claustral de su Orden. Un viaje a Roma le impresionó y
debilitó su fervor, ante la ostensible decadencia religiosa. Combatió el valor de las indulgencias con motivo de
las concedidas por el Papa a los que contribuyeran sus limosnas a la terminación de la basílica de San Pedro,
cuya predicación se había encomendado a los dominicos, y se refugió en Wittenberg, bajo la protección de
Federico, elector de Sajona. Allí publicó un programa con 95 proposiciones, y en ellas y otras ulteriores las
hay contra la autoridad del Papa, los votos monásticos, el celibato de los sacerdotes, el culto de los santos, el
dogma de la transubstanciación, el purgatorio y la misa. Por último expuso su interpretación de la justificación
de la fe. Fue excomulgado en 1520, y quemó públicamente la bula del Papa en la plaza de Wittenberg.
Después de casarse en 1525 con una religiosa llamada Catalina de Bora, predicó la Reforma por toda
Alemania, trabajó para organizar su Iglesia por ordenanzas de los príncipes alemanes, y vio, por fin,
asegurado el triunfo de su causa por el pacto de Nuremberg en 1532. Son sus principales obras, además de su
traducción de la Biblia, obra clásica en la literatura alemana, Manifiesto a la nobleza alemana, La cautividad
de Babilonia y Pequeño tratado de la libertad cristiana. Los más recientes estudios, dentro del campo
católico, acerca de la personalidad de Lutero subrayan, sin excusarlo inexcusable, pero con decisión, los
atenuantes que, dado el ambiente que reinaba en la Iglesia en los tiempos del Renacimiento, matizan la
conducta del heresiarca, quizá a veces a tacado con saña y sin el menor rigor histórico. Él fue solamente quien
provocó una rebelión que hacia muchos años estaba latente. Su imaginación e hipersensibilidad no lograron
ser dominadas por su prudencia, habida cuenta de un orgullo que sobrepasó la humildad.
3
Descargar