ORACIONESVOCACIONAL

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ORACION PARA JÓVENES
1. En Búsqueda de Dios
Mi corazón joven busca sentido para mi vida;
mi corazón joven te busca a Ti, Dios mío,
y tiene sed y tiene hambre y tiene ganas de ti,
como la cierva que busca el agua; o el niño hambriento, el pan.
¡Cómo lo siento, Señor!: mi corazón tiene sed de ti;
mi corazón busca en ti a Alguien que llene su existencia.
Te busca con pasión y con fuerza, Oh Dios vivo, Dios de la vida,
y me pregunto a cada paso. ¿Cuándo veré tu rostro, tu faz, Oh Dios?
En mi camino muchas veces no te he buscado y me he perdido.
Mi pecado, mi desorden, mi egoísmo y mi orgullo cegaron las búsqueda.
Mis limitaciones se convirtieron en lágrimas que mojaron mi pan,
y al comerlo me preguntaba de nuevo: ¿Dónde está tu Dios?
2. " SOY JOVEN, SEÑOR"
Soy joven, Señor, y quiero vivir con fuerza y alegría;
soy joven y quiero estrujar mi vida y llegar hasta el fondo;
soy joven y, la verdad, Señor, no sé lo que es vivir a veces;
soy joven y busco caminos, aunque no he encontrado el sendero cierto.
Tú amas la vida, señor Jesús, y quieres al joven en pie, firme;
amas la vida y has roto las ataduras de la muerte, resucitando;
tienes Palabras de vida eterna para el corazón del hombre,
y le has dado el pan de vida para que camine con valor.
Señor de la vida: quiero vivir desde el centro de mi ser.
Señor de la vida: quiero ser feliz y mantener mi dignidad,
Señor de la vida: quiero enraizar mi vida en ti, que eres Amor.
Yo sé, Señor, que hay cosas que matan y llevan a la tumba;
yo sé que cuando vivo mi egoísmo con rabia y desenfreno, me estoy
muriendo;
yo sé que cuando me entrego a la evasión del juego, estoy muriendo;
yo sé que cuando huyo en alas de la velocidad, estoy muriendo;
yo sé que cuando vivo de cosas, de objetos... ¡me estoy muriendo!
Quiero vivir, Señor: hacer de la verdad el camino para mis pasos.
Quiero vivir, Señor: hacer del amor limpio la norma de mi conducta.
Quiero vivir, Señor: hacer de la libertad espacio para mi búsqueda.
Quiero vivir, Señor: hacer del servicio la constante de mi vida.
Quiero vivir, Señor: hacer de la reconciliación un camino de paz.
Quiero vivir, Señor: hacer de la esperanza una fuerza hacia adelante.
Quiero vivir, Señor: hacer de la oración un lugar de encuentro
contigo.
Quiero vivir, Señor: hacer de la justicia un camino hacia el hermano
herido.
Quiero vivir, Señor: hacer de la humildad la base de cuanto soy.
Aquí me tienes en busca de bien y la aceptación de tus mandatos.
Aquí me tienes en lucha contra el mal y en decisión de vivir el bien.
Aquí me tienes en tensión con mi propia vida, con mi corazón.
Aquí me tienes con ganas de ser auténtico, sencillamente yo.
Aquí me tienes junto a ti, Señor Jesús, Señor de la VIDA.
Amén.
3. Oh Divina Providencia
Oh Divina Providencia
Mi suerte te pertenece
Adoro sin resistencias
Tus designios sobre mí
Tú me encontrarás sumisa
A lo que te agradará
Ésta será mi divisa
Hágase tu Voluntad.
Oh! El mas tierno de los Padres
me abandono en tus brazos
sola no puedo hacer nada
tu Gracia dará ese paso.
Quiero este Fiat en mis labios
Lo quiero con ánimo alegre
En el gozo y en la pena
Lo quiero siempre sonriente.
Mi gusto poco importa
Es el tuyo el que yo quiero
No quiero viva o muerta
Sino darte a ti contento.
Brazos de mi Divino Padre
Sean ustedes mi ascensor
Lleva hacia la Luz
A tu pobre hija Señor.
Juliana María Lavrilioux
Fundadora de las hnas. Del Ángel de la Guarda
4. Salmo ante un árbol seco y desnudo
Señor, tu pobreza me conmueve, ahora está tan muerto que sólo unas hojas asoman
entre tanta sequedad.
Me conmueve, Padre este árbol casi sin vida.
Hace tiempo lucía sus hojas, daba frutos, se agradecía su
sombra en verano.
Ahora se encuentra pobre, más pobre que el árbol seco.
Lo ha dado todo, lo ha entregado todo, se ha quedado
sin nada, tan desnudo “como los hijos de la mar”.
Señor, éste árbol me recuerda y sugiere tantas cosas.
Es hermoso darlo todo para que, cuando llegue el día de
partir nos encuentre sin nada.
Es hermoso, Señor, éste árbol; su belleza no es “ la del
mundo”, es la belleza del que envejece y se queda sin
nada a “ Golpe” de entrega.
Ahora han pasado los años, casi toda una vida, y ese
árbol me habla de mí y de ti.
Nuestra vida debe ser dejarse en pobreza y amar desde la
desnudez, desde la belleza del amor que se entrega, con
el único consuelo de escuchar una bienaventuranza: “Bienaventurados los pobres
hasta el final”. Amén.
REFLEXIONA:
Qué sentimientos hay ahora en mí que secan mi búsqueda y mi relación con Dios?
En este momento ¿qué me sostiene en mi relación con Dios?
¿Qué siento se va renovando en mi vida?
¿Para qué o para quién son útiles mis frutos y lo que brota como cambio en mi vida?
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