Subido por asdfgh

Organon del arte de curar

Anuncio
ÚJ- , 3»,
M eW H
ì
Î 1 SWJ
< 'S--.
jtös
À-Vl
7
w
X'
«
•
m
\
•i
Ì
*
1 r
i/V
/M '
*
• -
• » » .
' , T*
J
O
J
7 ê
3hkf-
- V-
s»
»
s
M Wλ
SUhp&jf
M
m
Wi
tv«
-
'^f'jEZ ^
m&Y
m
m
»
ir-
Sü Í H K
-"V
Hr
5r
«
1
kr:
it-
i
s
£
i
»
(te
«
àf
ï
r
«
i
ri >
W
\
m
m
mm
-su -i' 4
W
ty.
V 4
à
m
a:
m
•
A
I
•
I
'¿h
r:^ v.
m
4 P
"SA/
m
Kj - h '
«
1
ï x & m m i '
m
'.''v-ff
M
a f ye
ISBËU
m
S El
V
m
a* • Vxt*5T I
>I
5».
*
V
«a
fiet^^ir.,..
ß l - i
— — ¿ Í Q z g i
t f ~ / t >J
'
^
•
W
1 * /^f
r f ^ ' j
¿-1
—
/¿¿ri/tfrv
v v
'
!
f ^ ^ À ^ H ^ ^ y
i
^
' .» * J
¿co
sto
¿¿e*
¿/Pf
¿A^-yH»
. J m
/ ^ / c ^
t r U
¿ â
^
^
.
^
t i - ü i -
¿ O
\ //"t
¿fivnb
0
•^mmJH
»AiO i
'
M - t
¡ ¿
DE LA DOCTRINA MÉDICA HOMEOPATICA:
ORGANON
D E L A R T E DE C U R A R .
mmmi
&atóiH3K3n:[fSJM.R]0
Lilde J.J ííarlinez Madrid
ESP0SIC10N
DE LA DOCTRINA MÉDICA HOMEOPÁTICA:
ORGANOiN
DEL
ARTE
DE
CURAR
POR
£4^44
&&
/*
€4
SAMUEL HAHNEMANN.
TRADUCIDO
DE
I,A
SESTA
EDICION
A L E M A N A , BAJO I.A
MEDICO
DIRECCION
NOMEOPATA.
MADRID.
IMPRENTA DE JULIAN
t
PEÑA,
EDITOR,
CALLE
1853.
DE
S.
BEMARDINO,
N.
1 8 .
;
Ut
u
( , / f - f
f i
*
MIWISfBAB K HSEVS
...
f
¿*&
/iA-t"k
.
i
'
Ti
•
y
. *f
r r ^
t
*
r
.
BIBLIOTECA UNIVEKSJTAM
*
"ALFONSO REYES" I
Wt.1425 •MTaBEr.&SSC®
\
— - ~r
h ^ Á &U-
•
^
$
j
t
»
•i
•• -r r
•
i
f
n
SÍ Ir "
•ì
OaN^
FONDO
A.& PUSUCA DEL ESTADO
ib
AL EXCMO. SR. D. JOAQUÍN DE HYSERN Y MOLLERAS,
Caballero G r a n Cruz d e l a Real O r d e n E s p a ñ o l a Americana d e Isabel la Católica, Comendador d e
n ú m e r o d e l a Real y distinguida E s p a ñ o l a d e C a r los I I I , Oficial d e l a Legión d e Honor d e F r a n c i a ,
condecorado con la Cruz d e Mérito y Distinción d e
Epidemias, y con la Medalla Regia d e O r o d e los
antiguos y Reales Colegios d e Cirujía Médica d e E s p a ñ a , Doctor e n Medicina y C i r u j í a , Vocal del Real
Consejo d e Instrucción P ú b l i c a , Catedrático d e t é r mino d e l a F a c u l t a d d e Medicina d e l a Universidad
Central del R e i n o , Médico Honorario d e C á m a r a
de S . M . C . y primero con ejercicio d e S . A . R . el
S e r m o . S r . Infante d e E s p a ñ a D. Francisco d e P a u l a
Antonio, Académico d e n ú m e r o d e l a Real d e M e d i • ciña y Cirujía d e Castilla la N u e v a , d e Honor y M é rito d e l a Sociedad H a h n e m a n n i a n a , y d e Mérito d e
Quirúrgica Matritense, Director d e la
de Esculapio, Corresponsal d e las R e a l a s Academias
Nacionales d e Medicina y Cirujía d e Sevilla, B a r c e lona la C o r u ñ a , P a l m a , Cádiz, Valladolid y G r a
n a d a , y de la Sociedad Médica d e Emulación, de Rar*
la A c a d e m i a
S18U0TECA UÜLYESSIMÜ
"ALFONSO mñ"
•
^ . 1 4 2 5 eesiBt&t/sa«*
c e l o n a ; Socio d e l a Real Económica Matritense d e l
P a i s , y Corresponsal d e l a Gerundense-, Socio d e l
Instituto Industrial d e E s p a ñ a , y del Ateneo científico, literario y artístico d e M a d r i d ; Corresponsal
de l a Sociedad d e F o m e n t o d e la Ilustración d e B a r celona , y d e l a s Academias y Sociedades científicas
e s t r a n j e r a s d e Medicina d e P a r í s , d e Tolosa de F r a n cia , d e A m b e r e s , d e A t e n a s , d e Lisboa y d e Méjico, etc., e t c . , e t c .
PREFACIO.
f
y 5
L A medicina antigua, que llamarémos alopatía,
EXCMO. S R .
supone
siempre para el tratamiento de las enfermedades, ó una
Acoged benévolo esta débil muestra de respeto, admiración y
afecto, que os dedican, como á uno de los mas dignos é ilustrados intérpretes de la ciencia de Hahnemann, vuestros apasionados
servidores
superabundancia de sangre, que nunca existe, ó principios
y acrimonias morbíficas. Consecuente con su manera de
considerar las enfermedades, extrae la sangre, que tan
necesaria es á la vida, y se propone por medio de vomitivos, purgantes, sialagogos, diuréticos, vegigatorios, cauterios, e t c . , purifTcar la supuesta materia morbífica, a r -
MIGUEL
rastrándola al esterior; pero así no logra otra cosa, sino
VALERO.
JUMAN
PEÑA.
exagerar los padecimientos del enfermo, privando al organismo de la fuerza de resistencia y de la integridad de
los líquidos necesarios á la curación. Con fuertes dosis de
medicamentos heroicos, continuadas por largo tiempo y
renovadas ó alternadas frecuentemente, cuyos efectos, harto
duraderos y temibles, la son desconocidos, desorganiza
poco á poco la armonía del cuerpo humano. Queriendo clisi-
c e l o n a ; Socio d e l a Real Económica Matritense d e l
P a i s , y Corresponsal d e l a Gerundense-, Socio d e l
Instituto Industrial d e E s p a ñ a , y del Ateneo científico, literario y artístico d e M a d r i d ; Corresponsal
de l a Sociedad d e F o m e n t o d e la Ilustración d e B a r celona , y d e l a s Academias y Sociedades científicas
e s t r a n j e r a s d e Medicina d e P a r í s , d e Tolosa de F r a n cia , d e A m b e r e s , d e A t e n a s , d e Lisboa y d e Méjico, etc., e t c . , e t c .
PREFACIO.
f
y 5
L A medicina antigua, que llamarémos alopatía,
EXCMO. S R .
supone
siempre para el tratamiento de las enfermedades, ó una
Acoged benévolo esta débil muestra de respeto, admiración y
afecto, que os dedican, como á uno de los mas dignos é ilustrados intérpretes de la ciencia de Hahnemann, vuestros apasionados
servidores
superabundancia de sangre, que nunca existe, ó principios
y acrimonias morbíficas. Consecuente con su manera de
considerar las enfermedades, extrae la sangre, que tan
necesaria es á la vida, y se propone por medio de vomitivos, purgantes, sialagogos, diuréticos, vegigatorios, cauterios, e t c . , purifTcar la supuesta materia morbífica, a r -
MIGUEL
rastrándola al esterior; pero así no logra otra cosa, sino
VALERO.
JUMAN
PEÑA.
exagerar los padecimientos del enfermo, privando al organismo de la fuerza de resistencia y de la integridad de
los líquidos necesarios á la curación. Con fuertes dosis de
medicamentos heroicos, continuadas por largo tiempo y
renovadas ó alternadas frecuentemente, cuyos efectos, harto
duraderos y temibles, la son desconocidos, desorganiza
poco á poco la armonía del cuerpo humano. Queriendo clisi-
VIII
IX
mular su ignorancia sobre las virtudes de los medicamentos,
propone la medicina antigua con sus heroicos esfuerzos, es
acumula en cada recela muchas sustancias heterogéneas;
muy fácil de conseguir, con solo aprender un poco de los
de donde naturalmente procede, que á la enfermedad ya
métodos acreditados, y cerrar los oídos á la voz déla con-
existente, vienen á añadirse otras medicinales nuevas, im-
ciencia.
posibles las mas veces de curar. Con el objeto de no des-
Jamás faltan razones sofísticas al alópata para dejar á
acreditarse, jamás deja la alopatía, cuando puede, de em-
cubierto su crédito por los daños que ocasiona : la opinion
plear medios que alcancen á paliar ó suspender por algún
de sus maestros y la autoridad de sus libros, son su ga-
tiempo los síntomas, pero dejando detrás de estas paliacio-
rantía y su salvaguardia. Siempre encuentra en ellos razo-
nes ó suspensiones, mayor disposición en el organismo, para
nes para justificar su conducta y sus procedimientos, por
que la enfermedad se reproduzca ó exaspere. Considerando
mas fatales que hayan sido en sus resultados, y aunque
puramente locales, independientes y aisladas todas las afec-
aquella y estos se hallen en oposicion declarada con el buen
ciones que ocupan la parte esterior del cuerpo humano, se
sentido. Solamente cuando una muy larga experiencia ha
dá por satisfecha, suponiendo que las ha curado, cuando
llegado á convencer su razón de los efectos perniciosos de
las ha hecho desaparecer por medio de aplicaciones tópicas,
su pretendido arte, se limita, aun en los casos mas gra-
no habiendo en realidad hecho otra cosa, sino retropulsar
ves, á la espectacion, aunque disimulada con el uso de be-
la enfermedad esterna á un órgano, ó un aparato mas no-
bidas inofensivas; siendo entonces precisamente cuando me-
ble y mas importante á la vida. Y cuando á pesar de esto,
nos se agravan sus enfermos y mueren también menos.
ve crecer la intensidad de la afección, no sabiendo ya con
Antes de esponer los principios y fundamentos de la
qué hacerla frente, intenta modificarla con el uso de los
nueva medicina, que esclusivamente es la única verdade-
alterantes, principalmente los calomelanos, el sublimado
r a , examinaré con afguna detención ese funesto arte, que
corrosivo y las demás preparaciones mercuriales.
d e s p u e s d e u n a serie de siglos no interrumpida, dispone
De esta manera y por tales medios, hace, si no inme-
arbitrariamente de la vida y la salud del género humano,
diatamente mortales, por lo menos incurables, las noventa
y que hace perecer diez veces mas enfermos que las mas
y nueve enfermedades de cada ciento que trata, debilitando
sangrientas guerras, y mas desgraciados que ya eran á
y atormentando continuamente al enfermo, estenuado ya
millones de otros pacientes.
con sus propios males, bien renovando antiguas afecciones,
Lo contrario justamente hace la Homeopatía. Palpable-
ya produciéndole otras nuevas y mas funestas.! El objeto
mente demuestra que las enfermedades no son el producto
que en el tratamiento de las enfermedades parece que se
de ninguna superabundancia de sangre, ni están sosteni2
xi
X
das por ninguna acrimonia en los humores, ni por princi-
La Homeopatía, pues, se presenta como una doctrina
pio alguno morbífico material, sino que consisten única-
médica muy sencilla, proclamando la unidad entre los prin-
mente en la desarmonía dinámica de la fuerza vital, que
cipios y los procedimientos, y formando un conjunto inde-
virtualmente vivifica el cuerpo del hombre. Prueba tam-
pendiente, que rehusa completamente toda asociación con
bién , que la curación de las enfermedades solo puede al-
la perniciosa doctrina de la antigua escuela (*).
canzarse por medio de la reacción de la fuerza vital, ayudada de la virtual del medicamento apropiado; y que tanto
mas segura y pronta es la curación, cuanta mayor energía conserve la fuerza vital. Por eso sustrae al enfermo
de todo lo que pueda debilitarlo, y evita con gran cuidado
cuanto pueda tender á disminuirle la energía de la fuerza
vital, absteniéndose de escitar el dolor, porque el dolor
gasta las fuerzas; no hace uso mas que de aquellos medicamentos, cuyos efectos conoce con exactitud, por su virtud de modificar dinámicamente el organismo ; elige entre
ellos aquel cuya virtud modificadora (enfermedad medicinal) sea susceptible de dominar la enfermedad por su analogía con ella (similia similibus),
administrándolo á dosis
suficientes para producir una reacción saludable, sin escitar dolor, ni causar debilidad. De dónde resulta, que la
enfermedad natural queda extinguida, sin molestia ni tormento para el enfermo, y desde el primer instante en que
el alivio aparece, empieza á recuperar las fuerzas que la
enfermedad le habia quitado. Este trabajo, cuyo objeto en
último término es volver la salud á los enfermos pronta,
suave y completamente, que se presenta, al parecer, tan
sencillo, exige mucho estudio y profundas meditaciones
por parte del médico.
(*) Alguna vez lie aconsejado, siguiendo la costumbre alopática, aplicar en
la espalda, en enfermedades psóricas, un emplasto de p e z , que causa prurito
incómodo, y otras hacer tijeras descargas eléctricas en las paralisis; pero el
tiempo y la experiencia me ha enseñado la inutilidad de estos medios; por eso
declaro mi retractación y arrepentimiento. Como rarísimas veces pueden ser pro vechosos estos medios, y la Homeopatía se ha perfeccionado hasta el punto de no
necesitar esos ni otros auxiliares, retiro desde ahora el consejo que antes había
dado de recurrir á ellos; mucho mas, habiendo pretendido alguno hallar en esto
un motivo plausible para confundir en la práctica los procedimientos alopáticos
con la Homeopatía.
\
INTRODUCCION.
BREVE RESEÑA DE LOS METODOS ALOPATICO Y PALIATIVO DE LAS
ESCUELAS QUE HASTA AHORA HAN DOMINADO EN MEDICINA.
Y
Desde el origen de l a r a z a h u m a n a , h a n estado los h o m b r e s
e s p u e s t o s , y a colectiva, y a individualmente, á la influencia de
c a u s a s m o r b í f i c a s , físicas y m o r a l e s . E n los tiempos primitivos
de la h u m a n i d a d , u n p e q u e ñ o n ú m e r o de remedios e r a n s u f i cientes p a r a d e s t r u i r ó modificar l a acción de aquellas causas
y s u s efectos e n el h o m b r e ; p o r q u e la misma sencillez del m é todo de vida, d a b a l u g a r solamente al desarrollo de m u y p o c a s
e n f e r m e d a d e s . Los p r o g r e s o s de la civilización f u é r o n luego
a u m e n t a n d o l a s c a u s a s m o r b í f i c a s , y haciendo t a m b i é n sentir
la necesidad de b u s c a r auxilios contra ellas. Desde entonces,
es decir, desde la época de H i p ó c r a t e s , dos mil quinientos años
h á , m u c h o s h o m b r e s se h a n dedicado á t r a t a r las e n f e r m e d a des, cada dia m a s multiplicadas, i n v e n t a n d o , m a s bien que b u s cando, remedios q u e oponerlas. De aquí h a n r e s u l t a d o esa multitud de doctrinas a c e r c a de l a n a t u r a l e z a de las e n f e r m e d a des y de sus r e m e d i o s , creándose sistemas en contradicción
a b i e r t a los unos con los o t r o s , y m u c h o s consigo mismo. Cada
XIV
uno d e estos sistemas y teorías sutiles, q u e a d m i r a b a n al m u n I d o p o r su profundidad i n c o m p r e n s i b l e , atraía al r e d e d o r d e s u
a u t o r u n a multitud d e entusiastas prosélitos, á p e s a r d e q u e
n i n g u n a utilidad p r e s t a b a n á los e n f e r m o s , hasta q u e otro
nuevo sistema, casi s i e m p r e e n oposicion c o n el precedente,
lo hacía olvidar d e l t o d o , llevándose e n pos d e sí el f a v o r y l a
benevolencia p ú b l i c a . P e r o n i n g u n o d e estos sistemas se h a l l a b a en armonía con la n a t u r a l e z a ni l a experiencia : todos e r a n
u n tegido d e sutilezas f u n d a d a s en ilusorias consecuencias, i n útiles p a r a aliviar ni c u r a r los e n f e r m o s , p e r o m u y á propósito
p a r a servir d e alimento á eruditas a u n q u e v a n a s discusiones.
Independientemente d e estas t e o r í a s , pero a c o m p a ñ á n d o l a s
en la p r á c t i c a , se f u é c r e a n d o u n m é t o d o , q u e consiste e n a d ministrar y aplicar diferentes mezclas d e medicamentos d e s c o nocidos á distintas clases d e e n f e r m e d a d e s a r b i t r a r i a m e n t e a d m i t i d a s , e n contradicción s i e m p r e con la n a t u r a l e z a y la e x p e r i e n c i a , y p o r consiguiente sin r e s u l t a d o v e n t a j o s o . A esta a n t i g u a medicina, p u e s , e s á l a q u e l l a m a m o s alopatía.
Apreciando los servicios q u e u n g r a n n ú m e r o d e médicos
h a n p r e s t a d o á l a s ciencias auxiliares del a r t e d e c u r a r , á la
físíca, á la química; á la historia n a t u r a l , e n s u s diferentes
r a m o s , y á l a del h o m b r e e n p a r t i c u l a r , l a a n t r o p o l o g í a , la
fisiológica,
la a n a t o m í a , e t c . ; m e o c u p a r é solamente d e l a
p a r t e práctica d e la m e d i c i n a , p a r a d e s m o s t r a r l a imperfección
con q u e hasta a h o r a se h a n t r a t a d o l a s e n f e r m e d a d e s . Mi o b jeto es m u y superior á esta r u t i n a m e c á n i c a , que j u e g a i m p u n e m e n t e con l a vida d e los h o m b r e s , t o m a n d o p o r guía c a t á logos d e r e c e t a s , cuyo n ú m e r o , cada día m a s g r a n d e , p r u e b a
c o m p l e t a m e n t e s u ineficacia. Dejo esto á l a plebe médica,
p a r a o c u p a r m e solamente d e l a medicina r e i n a n t e , que h a l l e g a d o á creer q u e s u a n t i g ü e d a d la i m p r i m e el carácter d e
ciencia.
xv
Esta medicina antigua se h a persuadido d e s e r la única q u e
m e r e c e el título d e r a c i o n a l , p o r q u e e s , según ella dice, la
única también q u e sabe b u s c a r , conocer y s e p a r a r l a causa d e
las e n f e r m e d a d e s , y la q u e esclusivamente sigue el impulso d e
la n a t u r a l e z a en el tratamiento d e los males que aquejan al g é nero h u m a n o .
Tolle causara! esclama sin c e s a r ; pero no pasa nunca d e
esa estéril esclamacion. F i g ú r a s e poder hallar l a causa d e la
e n f e r m e d a d ; p e r o e n realidad no la e n c u e n t r a j a m á s , porque
no pudiendo, como no p u e d e conocerla, m a l p u e d e e n c o n t r a r l a . E n efecto, como la m a y o r p a r t e , p o r n o decir todas l a s
e n f e r m e d a d e s , son d e origen y naturaleza d i n á m i c a , s u causa
nos es desconocida. P o r eso l a medicina a n t i g u a , queriendo
d a r r a z ó n d e lo q u e l a e r a desconocido, se veía e n l a n e c e s i dad d e inventarlo. Comparando p o r u n a p a r t e el estado n o r mal d e los ó r g a n o s internos del cuerpo h u m a n o despues d e l a
m u e r t e ( a n a t o m í a ) , con l a s alteraciones apreciables q u e estas
mismas p a r t e s presentan e n l a s personas m u e r t a s d e e n f e r m e dades (anatomía patológica); y por otra l a s funciones del cuerpo vivo (fisiología), con l a s alteraciones q u e se o b s e r v a n e n
los diferentes estados m o r b o s o s ( s e m e i ó t i c a ) , y deduciendo
conclusiones relativas á la m a n e r a visible con q u e tienen l u g a r
los cambios e n el interior del h o m b r e e n f e r m o ; llegábase á
formar u n a i m a g e n ilusoria y f a n t á s t i c a , haciendo á la e n f e r m e d a d la causa primordial d e ella misma ( 1 ) , sin considerar
(1) Mas conforme á la razón y á la sana filosofía hubiera sido su conducía,
si para tratar una enfermedad, hubiesen inquirido la causa ocasional próxima ó
remota, y despues de haber confirmado con la experiencia un plan de tratamiento
en las enfermedades dependientes de una misma causa ocasional, hubieran podido despues aplicarlo con buen resultado á otras de igual origen; así c o mo, v. g . , el mercurio, q u e conviniendo á las úlceras venéreas, es apropiado
también á las úlceras del glande, aunque no procedan de un coito impuro. Si
que es r e p u g n a n t e al b u e n sentido t e n e r como causa de u n a
cosa á la cosa m i s m a . Siendo esto a s í , ¿cómo p r e t e n d í a , como
no f u e r a e n g a ñ á n d o s e á sí m i s m a , h a c e r de esta esencia d e s c o nocida u n objeto de c u r a c i ó n , prescribiendo contra ella m e d i camentos c u y a v i r t u d c u r a t i v a , al menos en el m a y o r n ú m e r o ,
era desconocida t a m b i é n , y a c u m u l a r m u c h a s de estas s u s t a n cias en lo que l l a m a n f ó r m u l a s ?
El p l a n sublime de e n c o n t r a r a priori la causa interna é i n visible de la e n f e r m e d a d , e s t a b a r e d u c i d o , al menos por los
m a s célebres médicos d e la a n t i g u a e s c u e l a , á b u s c a r a t e n t a mente aquello que p o d i a p r e s u m i r s e q u e e r a el c a r á c t e r g e n é rico de la e n f e r m e d a d ; p e r o en realidad t o m a b a n p o r b a s e los
síntomas mismos ( 1 ) . P r e t e n d í a s e inquirir si e r a el espasmo,
la debilidad ó la p a r a l í s i s , la fiebre ó la inflamación, la i n d u ración ó la obstrucción de tal ó cual ó r g a n o ó a p a r a t o ; el d e fecto ó esceso de o x í g e n o , de c a r b o n o , de h i d r ó g e n o ó de ázoe
en los h u m o r e s ; la exaltación ó disminución de la contractilid a d del sistema a r t e r i a l , venoso ó c a p i l a r u n desquilibrio en
hubieran comprendido que t o d a s las enfermedades crónicas no venéreas reconocen por causa predisponente, y en algunas circunstancias ocasional, la infección
antigua ó reciente del miasma p s ó r i c o , y hubiesen encontrado luego un método
curativo c o m ú n , modificado solamente por consideraciones terapéuticas relativas
á cada caso particular, que les permitiera curarlas t o d a s ; entonces hubieran p o dido afirmar que conocían la causa de las enfermedades crónicas no venéreas, y
que esta causa era muy atendible p a r a tratarlas con buen resultado. P e r o como
no ha sido así, y los médicos hasta hoy no han sospechado la existencia del miasma psórico, cuyo descubrimiento pertenece á la Homeopatía, claro es que no han
podido curar las innumerables afecciones crónicas que afligen al género humano.
Sin e m b a r g o , lisonjéanse de ser los únicos que poseen un tratamiento racional dirigido contra la causa primera d e las enfermedades, sin sospechar siquiera que
todas proceden de un origen psórico, y que no pueden curarse con sus medios de
tratamiento.
(1) E l médico que trata las enfermedades por sus caractéres generales, no
puede llamarse homeópata, p u e s no es mas que un alópata generalizador, p o r q u e
es imposible concebir la Homeopatía sin la mas absoluta individualización.
las proporciones relativas de los agentes de la sensibilidad, de
la irritabilidad ó de la nutrición : y estas c o n g e t u r a s , c o n d e c o r a d a s por la escuela con t a n diferentes y pomposas denominaciones, según la causa que á cada enfermedad se atribuía,
e r a n tenidas como la única racionalidad posible en medicina-,
pero en la práctica e r a n demasiado hipotéticas y falaces p a r a
servir de utilidad alguna á los enfermos. Incapaces de a r r o j a r
luz a l g u n a s o b r e el remedio m a s adecuado p a r a este ó el otro
caso determinado, lisonjeaban g r a n d e m e n t e el amor propio del
q u e , á fuerza de sutilezas metafísicas, las habia dado á luz ; pero
en su aplicación p r á c t i c a , no solo e r a n estériles, sino que i n ducían en g r a v e s errores al que t r a t a b a de o b r a r con arreglo
á ellas. P o r ostentación de lujo erudito, m a s bien que por convicción ó esperanza de alcanzar con ellas la v e r d a d e r a indicación c u r a t i v a , se h a n e n t r e g a d o muchos médicos célebres á
f u n d a r teorías y á establecer hipótesis.
¿ C u á n t a s veces no sucedía que el espasmo ó la p a r a l i s p a recía que se a p o d e r a b a n de una p a r t e del o r g a n i s m o , m i e n t r a s
q u e la inflamación era ostensiblemente dueña de o t r a ?
¿Cuáles e r a n los remedios que debían emplearse contra cada
uno de estos opuestos c a r a c t é r e s generales? Solamente los e s pecíficos, es decir, aquellos cuyos efectos fuesen análogos á la
forma morbífica ( 1 ) . Pero la escuela antigua los desechaba
como peligrosos ( 2 ) , p o r q u e habia en efecto demostrado la experiencia, que las dosis e l e v a d a s , cuyo uso habia sancionado el
t i e m p o , comprometían la vida' en aquellas enfermedades, que
por su semejanza con los síntomas que el medicamento p r o d u (1) Llamados hoy homeopáticos.
(2) En los casos en que la naturaleza habia dado á conocer la virtud curativa d e los medicamentos obrando d e una manera homeopática, la antigua escuela, que no podia esplicar esto, declaraba específicos á estos a g e n t e s ; y esta palab r a , que hablando con propiedad, carecía completamente de sentido, dispensaba
3
cia, d a b a n ocasion á producir otra enfermedad h o m o g é n e a . Por
esto decia, que no se podia ni debia c u r a r por la vía directa y
m a s n a t u r a l , cual es la de emplear remedios específicos, puesto que la mayor p a r t e de los efectos producidos por los m e d i camentos q u e d a b a n desconocidos; y a u n q u e así no fuese, p o r q u e
nunca se podría con semejante c o s t u m b r e de generalizar, l l e g a r á conocer con exactitud la sustancia que debia e m p l e a r s e .
Sin e m b a r g o , como la antigua escuela comprendía bien, que
mejor es seguir el camino recto que estraviarse en senderos
m a l conocidos, todavía a b r i g a b a la pretensión de c u r a r las enfermedades d i r e c t a m e n t e , eliminando su pretendida c a u s a m a terial. Y como la era imposible renunciar á estas ideas g r o s e r a s , hacia u n a i m a g e n de e n f e r m e d a d , ó figurábase descubrir
indicaciones c u r a t i v a s , p o r m a s que no le f u e r a posible r e c o nocer la n a t u r a l e z a , á u n tiempo espiritual y m a t e r i a l , del org a n i s m o , en sus alteraciones vitales y sensitivas, q u e es lo q u e •
constituye las e n f e r m e d a d e s , resultado único de las modificaciones dinámicas.
En r e s ú m e n , la escuela alopática suponía á la materia a l t e r a d a por la e n f e r m e d a d , y a estuviese en el interior del o r g a nismo, y a fuese a r r o j a d a al esterior, como la causa p r o d u c tora de la e n f e r m e d a d misma, ó al menos, la que, en virtud de
su pretendida reacción, la sostenía. E s t a última opinion es la
q u e hoy domina en la escuela.
F u n d a d a en esta r a z ó n , hacía todos los esfuerzos posibles
p a r a espulsar del cuerpo enfermo las q u e ella suponía sellas causas m a t e r i a l e s , p o r q u e así se figuraba q u e producía s e reilexionar ni buscar la razón de por qué y cómo,- eslos medicamentos c u r a b a n .
Mucho tiempo hace que estos estimulantes homogéneos, alterantes ó específicos,
-es d e c i r , homeopáticos, se los mira con prevención por la antigua medicina,
p o r q u e ejercen una influencia e s t i m a d a m e n t e peligrosa. ( R a u , líber d . homeop a t í a Heilberf. Heidclberg. 1 8 2 4 p. 1 0 1 , 1 0 2 ) .
g u r a curación, obrando sobre las causas. De aquí su prescripción de h a c e r v o m i t a r , con el objeto de e v a c u a r la bilis, causa
de l a s fiebres biliosas (1); su método de administrar vomitivos
en las afecciones del estómago (2); su conato en espeler la p i tuita y los v e r m e s indicados en l a palidez de la c a r a , en la
(1) R a u , cuando no estaba perfectamente instruido de la Homeopatía, pero
que abrigaba la convicción profuuda del carácter dinámico de la causa de estas
calenturas, las curaba con una ó dos dosis muy pequeñas d e un medicamento
homeopático, sin administrar ningún e v a c u a n t e , d e lo cual cita dos casos muy
concluventes. (Rau, Über d . homeopath. Heilberf. Ilekklberg. 1 8 2 4 , p. 176).
(2) * En una afección gástrica, que se presenta d e una manera repentina con
eruptos continuos de alimentos indigestos, y generalmente con abatimiento moral , frió en los piés y en las manos, e t c . , la medicina ordinaria solo se ocupa de
lo contenido en el estómago. Según e l l a , debe administrarse un fuerte vomitivo
para procurar la espulsion de las materias alteradas. Las mas veces se cumple
esta indicación por medio del tártaro estibiado, mezclado ó no con la ipepacuana.
P e r o , ¿recobra el enfermo la salud despues de haber vomitado? N o . Estas afecciones gástricas, de origen dinámico, ordinariamente derivan de alguna revolución
moral (contrariedad, disgusto, e s p a n t o ) , de un enfriamiento, d e un trabajo
mentel ó corporal, al cual uno se ha entregado despues de haber comido. El
emético y la ipepacuana no son propios para hacer cesar este desacuerdo dinámico , y ' m u c h o menos con el vómito revolucionario que determinan. Además, los
síntomas morbosos particulares, son una ofensa mas á la salud, y la secreción
biliar se resiente de este desórden; de manera, que si el enfermo no es de una
constitución muy r o b u s t a , debe resentirse por muchos dias de este tratamiento,
dirigido contra la pretendida c a u s a , por mas que se haya espulsado de un modo violento lo contenido en el estómago. Pero , si en lugar d e estos evacuantes,
que tantos perjuicios acarrean, se hace tomar al enfermo una sola vez un glóbulo de azúcar, del volúmen de un grano de mostaza, embebido del jugo muy d i latado d e pulsatila, la que infaliblemente devuelve el órden y la armonía á la
economía entera y en el estómago en particular, se encontrará curado al cabo
de dos horas. Si. hay todavía algunos eruptos, son únicamente de gases sin sabor
ni o l o r ; lo contenido en el estómago no está ya alterado, y á la próxima comida el sugeto ha recobrado su apetito habitual, y se halla en perfecta salud. H e
aquí lo que debe llamarse una verdadera curación, que ha destruido la causa.
La otra no tiene este título, sino por usurpación; no hace mas que fatigar al e n fermo y perjudicarle.
Los medicamentos vomitivos jamás convienen á un estómago lleno de alimen-
bulimia, en los retortijones y a b u l t a m i e n t o de vientre en los
niños ( 1 ) ; su c o s t u m b r e ^ s a n g r a r en las h e m o r r a g i a s ( 2 ) , y
grincipalmenfe la importancia que dá á las emisiones s a n g u í - '
t o s , aunque sean de difícil digestión. E n este caso, la naturaleza sabe desembarazarse completamente por vómitos espontáneos, que ella misma escita, y que
cuando mas, pueden ayudarse con titilaciones mecánicas, ejercidas en el velo del
paladar y en la garganta. Así se evitan los efectos accesorios que resultarían d e
la acción de los vomitivos, y una corta cantidad d e infusión de café basta enton^
ees para hacer pasar á los intestinos las materias que aun quedaban en el estómago. Pero si despues d e haberse llenado otra vez el estómago no retuviese el
alimento, ó si habiendo perdido la irritabilidad necesaria para la manifestación
del vómito espontáneo, y si el enfermo atormentado d e vivos dolores en el epigastrio, no experimentase el menor deseo d e p r o v o c a r ; en esta paralisis de la
viscera gástrica, el efecto del vomitivo sería determinar una inflamación peligrosa, ó mortal, de las vias digestivas, al paso que una infusión de café, dada á muy
cortas y repetidas dosis, reanimaría dinámicamente la debilitada escítabilidad del
estómago, y le pondria en estado de espulsar por sí solo por arriba ó por abaj o , los materiales contenidos en su interior, por grande que fuese la cantidad.
Equivócanse también en esto los médicos ordinarios, queriendo dirigir el t r a t a miento contra la causa.
Cuando el ácido gástrico es muy abundante y refluye á la b o c a , lo que no es
r a r o , la práctica hasta hoy admitida, aun en las enfermedades crónicas, exige la
administración de un vomitivo para desembarazar el estómago. Pero al dia siguiente, ó algunos dias despues, la viscera contiene otro t a n t o , si no m a s , d e
los mismos materiales que poco antes se habían expulsado. L a s accedías ceden
al contrario por sí mismas, cuando se ataca su causa dinámica con una muy corta dosis de ácido sulfúrico muy d i l a t a d o , ó mejor a u n , de un remedio anlipsórico, homeopático á los demás síntomas.
Así es como en muchos tratamientos, que según la escuela antigua sé dirigen
contra la causa morbífica, su objeto favorito es espeler con dificultad y con detrimento del enfermo el producto material del desacuerdo dinámico, sin indagar
en lo mas mínimo el origen dinámico del m a l , y todo lo que de él dimane, p a ra combatirlo homeopáticamente, y t r a t a r de este modo las enfermedades de un
modo racional.
(1) Síntomas que dependen únicamente de un miasma psórico, y que ceden
fácilmente á los antipsóricos (dinámicos), sin vomitivos, ni purgantes.
(2) Aunque casi todas las hemorragias morbosas dependen únicamente de un
desacuerdo dinámico de la fuerza v i t a l , sin embargo, la escuela antigua les s e ñala como causa la superabundancia de sangre, y no puede dejar de prescribir
neas de toda especie, como la principal indicación que h a y q u e
llenar en las inflamaciones ( 1 ) . O b r a n d o de esta m a n e r a , cree
obedecer á las v e r d a d e r a s indicaciones, deducidas de la causa,
y t r a t a r las enfermedades de u n modo racional. T a m b i é n se
sangrías para desembarazar al cuerpo de esta supuesta plenitud. L a s consecuencias fatales que de ello r e s u l t a n , la falla de fuerzas y la t e n d e n c i a , ó aun la
transmisión al tifus, las coloca en la misma enfermedad, de la cual entonces n o
puede triunfar. En una p a l a b r a , cuando el enfermo n o mejora, c r e e , que con
haberse conducido en conformidad al adagio «eausam tolle» ha cumplido, h a blando en su lenguaje, con todo cuanto podia hacerse, sin tener que arrepentirse
del procedimiento.
(1) Aunque no h a y a ni una sola gota de sangre de mas en el cuerpo humano
vivo , no por esto la escuela antigua deja de considerar la plétora y la superabundancia d e sangre como la causa material prinoipal d é l a s inflamaciones, que
debe combatir con sangrías, ventosas escarificadas y sanguijuelas. A e s t o , pues,
es lo que llama ella obrar de un modo racional, y dirigir el tratamiento contra
la causa. En las fiebres inflamatorias generales, y en las pleuresías a g u d a s , considera la linfa coagulable, que existe en la sangre, ó lo q u e se llama costra, c o mo la materia pecante, y se esfuerza cuanto le es posible por hacerla salir p o r
medio de reiteradas sangrías, por mas que dicha costra se vuelve mas espesa y
mas densa á cada nueva emisión de sangre. Si la fiebre inflamatoria n o quiere
ceder , derrama sangre hasta el punto de matar al enfermo, con el fin d e h a cer desaparecer la c o s t r a , ó la supuesta plétora, sin sospechar siquiera que
la sangre inflamada no es mas que un producto de la fiebre a g u d a , de la irritación inflamatoria morbosa, inmaterial ó dinámica, y que esta última es la única
causa del gran trastorno que tiene lugar en el sistema v a s c u l a r , y que se p u e d e
destruir con una dosis mínima de un remedio homeopático; por ejemplo, con un
glóbulo de azúcar embebido d e jugo d e acónito al decillonésimo g r a d o de dilución, evitando los ácidos vegetales; de tal suerte, que la fiebre pleurítica mas viol e n t a , con todos los síntomas alarmantes que la acompañan, se cura completamente en el espacio d e veinte y cuatro h o r a s , cuando m a s , sin ninguna emisión
sanguínea, sin ningún antiflogístico; de modo que si se saca un poco d e sangre
d e la vena para hacer una p r u e b a , no se cubre ya d e costra inflamatoria, mientras que otro enfermo, en un todo semejante, que haya sido t r a t a d o según el
pretendido método racional de la escuela a n t i g u a , si se escapa de la muerte despues de copiosas sangrías y d e crueles sufrimientos, padece muy comunmente
meses enteros, enflaquecido y agotadas sus fuerzas, antes d e poderse tener en
p i é , y aun en muchos casos sucumbe á consecuencia d e una fiebre tifoidea, d e
figura, que ligando u n pólipo, estirpando u n a g l á n d u l a e n g u r g i t a d a , ó destruyéndola por la supuración producida por m e dio de irritantes locales, disecando u n quiste esteatomatoso ó
melicerítico, operando u n a n e u r i s m a , u n a fístula lacrimal ó de
una leucoflegmasia, ó d e una tisis ulcerada, consecuencia demasiado frecuente d e
semejante tratamiento.
El que ha podido apreciar el pulso tranquilo del sugeto una hora antes del escalofrío que precede siempre á la pleuresía a g u d a , no puede dejar de sorprenderse dos horas despues, cuando se ha declarado el calor, persuadiéndole que la
enorme plétora que existe reclama reiteradas sangrías, y admira por qué milagro
se han podido infundir las libras d e s a n g r e , cuya emisión se r e c l a m a , en los
mismos vasos del enfermo que dos horas antes ha visto latir con un movimiento
tan lento. ; P u e d e , sin e m b a r g o , no h a y a en sus venas una onza d e sangre
de mas de la que habia dos horas antes cuando el sugeto estaba en perfecta
salud!
A s í , cuando el partidario d e la medicina alopática practica sus emisiones sanguíneas, no es una sangre supèrflua la que quita al enfermo afectado de una fiebre
a g u d a , puesto que este líquido jamás existe en esceso ; le priva s í , d e la cantidad
de la sangre, normal é indispensable á la vida y al restablecimiento de la salud,
pérdida enorme que ya no e s t á en su poder el reparar. Sin embargo, cree haber
obrado según el axioma causan tollc , al cual dá una falsa interpretación, mientras que la sola y verdadera causa de la e n f e r m e d a d e s , no una superabundancia
d e sangre que en realidad jamás existe, sino una irritación inflamatoria dinámica
del sistema s a n g u í n e o , como lo prueba la curación que en semejante caso se o b tiene por' la administración, á dosis extremadamente f r a c c i o n a d a s , del jugo d e
acónito, que es homeopático á esta irritación.
L a escuela antigua no escasea tampoco las emisiones sanguíneas parciales, y
sobre todo aplicaciones copiosas de sanguijuelas en el tratamiento d e las inflamaciones locales. E l alivio paliativo que de ello resulta en los primeros momentos,
n o va coronado de una curación ràpida y completa : lejos d e e s t o , la debilidad
y el estado valetudinario -á que queda siempre espuesta la parte que d e esta m a nera se ha t r a t a d o , y á veces también todo el resto del c u e r p o , demuestran cuán
mal se habia atribuido la inflamación local á una plétora l o c a l , y cuán tristes son
los resultados de las emisiones s a n g u í n e a s , mientras que esta irritación inflamatoria , d e apariencia local, que es puramente d i n á m i c a , puede destruirse de una
manera pronta y duradera con una corta dosis d e acónito, ó , según las circunstancias , de belladona , medio á favor del cual la enfermedad se cura sin necesid a d d e recurrir á las sangrías, que ninguna utilidad tienen.
a n o , a m p u t a n d o u n pecho canceroso, ó u n m i e m b r o , cuyos
huesos estén c a r i a d o s , h a curado la enfermedad radicalmente,
porque h a destruido la c a u s a . La misma creencia a b r i g a cuando
aplica los repercusivos y seca las úlceras a n t i g u a s de las piern a s con los a s t r i n g e n t e s (óxidos de plomo, cobre ó zinc), a s o ciados á los p u r g a n t e s , que no disminuyen en n a d a el mal primitivo, p e r o que en cambio debilitan al enfermo y le d e s t r u y e n la f u e r z a de reacción y resistencia; cuando cauteriza los
c a n c r o s , l a s v e r r u g a s y los g r a n o s , ó r e p e r c u t e la s a r n a de la
piel con los u n g ü e n t o s de a z u f r e , de p l o m o , zinc ó mercurio;
cuando h a c e , en fin, d e s a p a r e c e r u n a oftalmía con las disoluciones irritantes y a s t r i n g e n t e s , ó calma los dolores en los
m i e m b r o s con el b á l s a m o de O p o d e l d o k , las p o m a d a s a m m o niacales, ó las fumigaciones de á m b a r ó cinabrio. E n todos e s tos casos supone h a b e r extinguido la e n f e r m e d a d , y empleado
u n tratamiento racional dirigido contra la c a u s a . Pero ¡qué
fatales consecuencias no se d e r i v a n de ese t r a t a m i e n t o ! Mas
t e m p r a n o ó m a s t a r d e a p a r e c e n infaliblemente o t r a s e n f e r m e d a d e s , que se consideran como n u e v a s , no siendo en realidad
sino aquellas m i s m a s p r i m i t i v a s , a u n q u e d e s f i g u r a d a s y con
m a s g r a v e carácter que las p r i m e r a s . Esto, que tan alto h a b l a
c o n t r a la m a n e r a de considerar l a s e n f e r m e d a d e s la escuela
a n t i g u a , debería a b r i r l a los ojos y convencerla que la e n f e r m e d a d es de n a t u r a l e z a i n m a t e r i a l , que su origen es d i n á m i c o , y que solamente p u e d e destruirse por u n poder dinámico
/ también.
E n t r e todas las hipótesis que h a n reinado en las escuelas, la
m a s g e n e r a l m e n t e adoptada en los tiempos modernos h a sido
la de las acrimonias y principios morbíficos, y de la necesidad
d e d e s e m b a r a z a r los vasos sanguíneos y linfáticos por medio
de las glándulas salivales y los ó r g a n o s u r i n a r i o s ; el pecho,
por el intermedio de los ganglios traqueales y b r o n q u i a l e s ; el
BIBLIOTECA
M M
"imm
m -
1425
FISHRITL.
estómago y tubo intestinal, p o r el vómito y l a s deposiciones
a l b i n a s ; no creyéndose autorizados los médicos p a r a decir q u e
el cuerpo estaba purificado d e la causa material q u e escita l a
e n f e r m e d a d , ni que s e habia efectuado u n a curación radical,
con a r r e g l o al principio tolle causam, si antes n o se habia e s pelido la causa p o r a l g u n o d e esos emuntorios.
Haciendo a b e r t u r a s en la piel, q u e despues convierte en úlc e r a s crónicas la presencia habitual de u n cuerpo estraño (cauterios, sedales), cree e x t r a e r del cuerpo l a materia pecante, á
la m a n e r a que s e h a c e salir el poso d e u n a vasija, haciéndola
u n taladro en el f o n d o . Con los vegigatorios sostenidos p o r
m u c h o tiempo, está t a m b i é n persuadida d e a r r a s t r a r al e s t e rtor los malos h u m o r e s , sin considerar q u e con todos estos
procedimientos a b s u r d o s y contrarios á la n a t u r a l e z a , no logra
m a s que debilitar los e n f e r m o s , y hacerlos completamente i n curables.
Suponer u n principio morbífico m a t e r i a l , es u n a cosa m u y
c ó m o d a , no solo p o r q u e el entendimiento lo concibe bien, sino
p o r q u e los e n f e r m o s , exigentes siempre respecto á la causa y
naturaleza d e su m a l , se d á n p o r satisfechos con la esplicacion
del médico, f u n d a d a e n esta hipótesis. E n efecto, u n a v e z s u puesta esa t e o r í a , solamente debía t r a t a r s e d e elegir u n a serie
de medicamentos q u e s i r v i e r a n p a r a purificar l a s a n g r e y los
otros h u m o r e s , escitar el sudor, p r o m o v e r l a espectoracion y
limpiar el estómago é intestinos. Y por ésto se comprende bien,
el p o r q u é todas l a s m a t e r i a s médicas que desde Dioscórides se
h a n escrito, g u a r d a n el m a s absoluto silencio acerca d e la a c ción propia y peculiar d e cada m e d i c a m e n t o , limitándose, despues d e h a b e r e n u m e r a d o sus pretendidas v i r t u d e s contra tal ó
cual e n f e r m e d a d nominal de la p a t o l o g í a , á decir que p r o m u e v e la secreción d e l a orina ó el sudor, la espectoracion ó el
flujo m e n s t r u a l , y s o b r e todo que posee la virtud d e e v a c u a r
por vómitos ó p o r c á m a r a s los materiales contenidos e n el tubo
intestinal; p o r q u e e n todos tiempos los esfuerzos del médico s e
h a n dirigido principalmente á espeler del cuerpo enfermo l a s
acrimonias y principios morbíficos m a t e r i a l e s , considerados
como causa d e l a s e n f e r m e d a d e s .
P e r o todo esto n o e r a m a s q u e el resultado d e sueños vanos,
de g r a t u i t a s suposiciones, d e hipótesis desprovistas d e f u n d a mento, hábilmente i n v e n t a d a s p a r a comodidad d e la t e r a p é u t i c a , q u e se envanece d e llenar cumplidamente su misión, c u a n do t r a t a d e combatir los principios morbíficos materiales.
Mas la n a t u r a l e z a d e l a s e n f e r m e d a d e s , s u esencia íntima
y su c u r a c i ó n , n o se sujetan á nuestros caprichos ni á l a s i n venciones d e nuestra i g n o r a n c i a . P o r c o n f o r m a r s e con n u e s t r a s
ilusorias hipótesis, l a s e n f e r m e d a d e s no pueden d e j a r d e s e r
a b e r r a c i o n e s dinámicas q u e e x p e r i m e n t a n u e s t r a vida i n m a t e rial e n s u m a n e r a d e sentir y d e o b r a r ; es d e c i r , e n los c a m bios inmateriales d e n u e s t r a existencia.
Las c a u s a s d e n u e s t r a s e n f e r m e d a d e s no son materiales : la
p r u e b a e s , q u e cualquiera sustancia material e s t r a ñ a i n t r o d u cida e n los v a s o s s a n g u í n e o s , p o r m a s inocente q u e p a r e z c a ,
al instante es repelida p o r l a f u e r z a v i t a l , y si no p u e d e s e r
espeiida, ocasiona l a m u e r t e ( 1 ) . Introdúzcase el m a s pequeño
c u e r p o e s t r a ñ o en n u e s t r a s p a r t e s sensibles, y el principio vital , q u e a n i m a todo n u e s t r o s e r , no descansa h a s t a h a b e r l o
eliminado p o r medio del d o l o r , la f i e b r e , l a supuración ó la
g a n g r e n a . Y este principio v i t a l , t a n activo y t a n vigilante,
(1) La vida cesó d e repente por la inyección d e u n poco d e agua pura e n una
vena (Mull, Ilistory, of royal societij, v o l . iv). E l aire atmosférico introducido
en las v e n a s , ha causado la muerte ( J . H . Y o i g t , Magazin fuer den ncuesten Zusland der Naturkende , t . n i , p . 2 5 ) . Los líquidos, aun los mas s u a v e s , introducidos en las v e n a s , han puesto la vida en peligro ( A u l e n r i e t h , Fisiología, n .
§. 7 8 4 ) .
XXVI
XXVII
¿sufriría con paciencia, en u n a e n f e r m e d a d de la piel que c o n tase veinte a ñ o s , u n principio exantemático material en n u e s tros h u m o r e s , un v i r u s h e r p é t i c o , escrofuloso y gotoso? ¿ Q u é
nosólogo h a visto n u n c a estos principios m o r b í f i c o s , de q u e
h a b l a n con tanta seriedad y a p l o m o , y s o b r e los cuales p r e t e n de f u n d a r u n p l a n de conducta m é d i c a ? ¿Quién p o d r á d e m o s t r a r j a m á s , ni poner á la vista u n principio gotoso, u n v i r u s
escrofuloso ?
Aunque la aplicación de u n a sustancia m a t e r i a l s o b r e la piel,
ó su introducción en una ú l c e r a , h a y a p r o p a g a d o e n f e r m e d a d e s
por infección, ¿quién podría p r o b a r , como t a n f o r m a l m e n t e afirman n u e s t r a s p a t o g e n i a s , que la menor p a r t í c u l a material d e
esta sustancia sea absorvida y p e n e t r e en n u e s t r o s h u m o res? ( 1 ) . Por m a s q u e se l a v e n y limpien las p a r t e s genitales
con la m a y o r prontitud y esmero posible despues de u n coito
i m p u r o , estas precauciones no p r e s e r v a n de la infección de las
úlceras v e n é r e a s . El aliento de u n a persona afecta de v i r u e l a s ,
es suficiente p a r a p r o d u c i r esta t e r r i b l e e n f e r m e d a d en u n niño
sano y r o b u s t o .
¿ Q u é cantidad de este principio material d e b e p e n e t r a r en el
organismo p a r a d e t e r m i n a r en el p r i m e r caso u n a e n f e r m e d a d
(sífilis), que si no se t r a t a específicamente, d u r a r á quizás h a s t a
los últimos dias de la vida, y que ni la m u e r t e p o d r á ocultar ni
b o r r a r sus huellas-, y e n el s e g u n d o , una afección ( v i r u e l a s ) ,
que con t a n t a frecuencia a p a g a la vida en medio de u n a s u p u r a d o n casi g e n e r a l ? ( 2 ) . ¿ E s posible q u e en estas y o t r a s a n á l o g a s
circunstancias a d m i t a m o s con f u n d a m e n t o u n principio material
morbífico, q u e h a y a ido á o b r a r sobre l a s a n g r e ? Muy frecuent e m e n t e se h a observado que c a r t a s escritas en la habitación
de u n e n f e r m o , h a n trasmitido al q u e l a s leia la misma e n f e r m e d a d m i a s m á t i c a . ¿ S u p o n d r é m o s de aquí que h a p e n e t r a d o
en los h u m o r e s a l g u n a cosa material? P u e s concedamos q u e h a
sucedido a s í , y p r e g u n t e m o s a u n : cuando u n a p a l a b r a i n j u riosa ó u n a a f r e n t a c u a l q u i e r a , p r o d u c e en la persona á quien
v a dirigida u n a fiebre biliosa, q u e pone en peligro la vida-,
c u a n d o u n a profecía fatal ó u n emplazamiento, causa la m u e r t e
en la época a n u n c i a d a ; cuando u n a s o r p r e s a a g r a d a b l e ó d e s a g r a d a b l e , s u s p e n d e i n s t a n t á n e a m e n t e el curso de la vida,
¿ d ó n d e está el principio morbífico material, q u e se h a i n t r o d u cido en sustancia en el c u e r p o , y que h a producido la e n f e r m e d a d y que la sostiene?
(1) Habiendo sido mordida una niña de ocho años por un perro rabioso, en Glasc o w , un cirujano escindió al momento toda la parte herida ó señalada por los dientes , lo que no impidió que á los treinta y seis dias despues, se desarrollase la r a b i a ,
d é l a q u e murió á los dos dias. ( N e d . coment. of. Edinb. dec. n , vol. n , 1 7 9 3 ) .
(2) P a r a esplicar la producción de la cantidad tan considerable de materias fecales pútridas y de materias acres ulcerosas, que se observan frecuentemente en las
Los sectarios de la falsa hipótesis de los principios m o r b í f i cos deberían a v e r g o n z a r s e de desconocer, hasta ese e s t r e m o ,
la n a t u r a l e z a espiritual de n u e s t r a v i d a , y el poder dinámico
de l a s c a u s a s m o r b í f i c a s , y m u c h o m a s de su criminal p r o c e
d e r , q u e p o r satisfacer su teoría de limpiar y a r r a s t r a r al estertor la m a t e r i a m o r b í f i c a , c u v a existencia es u n a quimera,
m a t a n á los enfermos en l u g a r de c u r a r l o s .
Los esputos a n o r m a l e s que se o b s e r v a n en ciertas e n f e r m e enfermedades, y poder presentar estas sustancias como la causa que produce y
sostiene el estado m o r b o s o , aunque en el momento de la infección nada de material se haya visto penetrar en el c u e r p o , se ha imaginado otra hipótesis, que
consiste en admitir, que ciertos principios contagiosos muy sutdes, obran en el
cuerpo como fermentos, comunicando su mismo grado de corrupción á los humor e s , v convirtiéndolos de este modo en un fermento común que sostiene y alimenta la enfermedad. Pero ¿por medio d e qué tisanas depurativas se espera desembarazar el cuerpo de un fermento que renace sin cesar, y separarlo tan completamente de la masa de los humores, para que no quede la menor partícula,
la c u a l , según la hipótesis admitida, habria debido corromper todavía estos bu-
d a d e s , ¿ s e r á n , p o r v e n t u r a , la m a t e r i a que l a s p r o d u c e y sostiene? ( 1 ) . ¿No s o n siempre p r o d u c t o s d e l a e n f e r m e d a d , e s
decir, d e la alteración p u r a m e n t e dinámica q u e la vida h a e x perimentado ?
Con estas ideas e r r ó n e a s a c e r c a d e la exencia y origen m a terial d e l a s e n f e r m e d a d e s , n o e s e s t r a ñ o q u e e n todos tiempos
los médicos m a s distinguidos, lo mismo q u e los m a s medianos,
y a u n los hábiles inventores d e l a s m a s sublimes teorías y s i s t e m a s , h a y a n dirigido todos s u s e s f u e r z o s á espulsar la pretendida materia m o r b í f i c a , y q u e la indicación m a s constante h a y a
sido siempre l a d e a r r o j a r del c u e r p o esta m a t e r i a morbífica,
p r o c u r a n d o s u salida p o r medio d e la saliva, l a espectoracion,
el sudor y la orina ; d e limpiarla d e l a s acrimonias ó i m p u r e z a s , que j a m á s existieron; d e a r r a s t r a r al esterior l a causa
i m a g i n a r i a d e la e n f e r m e d a d con a y u d a d e los c a u t e r i o s , sedales y vegigatorios p e r m a n e n t e s ; y h a c e r , e n fin, salir l a materia pecante p o r el tubo intestinal, impelida p o r los laxantes
y p u r g a n t e s , condecorados, p a r a darles m a y o r i m p o r t a n c i a ,
con el pomposo título de aperitivos desostruentes y disolventes.
A h o r a bien : si a d m i t i m o s , como n o p o d e m o s menos d e a d mitir, q u e esceptuando l a s e n f e r m e d a d e s producidas p o r l a i n troducción d e sustancias nocivas e n los ó r g a n o s digestivos y
d e m á s v i s c e r a s h u e c a s , p o r la d e c u e r p o s estraños al t r a v é s
de la piel, e t c . , ¿ q u é perniciosos y fatales n o d e b e n p a r e c e r al
m o r e s , y r e p r o d u c i r , como antes, nuevos principios morbíficos? ¡ A q u é groseras inconsecuencias conducen las hipótesis, aun las mas sutiles, cuando descansan
en u n e r r o r ! Según esta escuela, sería imposible el curar estas enfermedades. L a
sífilis m a s m a r c a d a , despues d e separada la psora que comunmente l a complica,
se cura con la sola influencia de una ó d o s dosis muy pequeñas d e la trigésima
disolución del mercurio metálico, y la alteración sifilítica general d e los humores
se estingue para siempre d e una manera dinámica.
(1) Si así fuese, bastaría sonarse bien los mocos p a r a curarse infalible y r á pidamente cualquier coriza, aun el mas inveterado.
h o m b r e sensato los métodos d e tratamiento que reconocen c o mo b a s e la espulsion ( 1 ) d e este principio imaginario, que n i n g ú n resultado bueno p u e d e n producir e n l a s m a s c o m u n e s y
principales e n f e r m e d a d e s , l a s crónicas, sino q u e h a n d e p e r judicar g r a n d e m e n t e ? Ninguna enfermedad existe que reconozca p o r causa u n principio material : p o r el c o n t r a r i o , todas
son siempre y esclusivamente el resultado d e u n a alteración
especial, dinámica y virtual d e la salud.
L a s m a t e r i a s d e g e n e r a d a s y las i m p u r e z a s apreciables e n las
e n f e r m e d a d e s , no son otra c o s a , sino p r o d u c t o s d e l a s e n f e r m e d a d e s m i s m a s , d e l a s cuales el organismo s a b e d e s e m b a r a zarse a l g u n a s veces d e u n a m a n e r a demasiado e n é r g i c a , sin el
a u x i l i o ' d e l a medicina e v a c u a n t e , p e r o que no dejan d e r e p r o ducirse m i e n t r a s d u r a ' l a e n f e r m e d a d . Estas m a t e r i a s se p r e (1) E n las enfermedades verminosas, la expulsión d e los vermes tiene cierta
apariencia d e necesidad. Hállanse lombrices en algunos niños, y ascárides en m u chos d e ellos; pero estos parásitos dependen d e una afección general, unida a u n
régimen insalubre. Mejórese este régimen y cúrese homeopáticamente la p s o r a ,
siempre mas fácil en esta edad que en cualquiera otra época d e la v i d a , y no
h a b r á y a g u s a n o s , y los niños tendrán una salud completa; al paso que reaparecen en gran número despues del uso d e purgantes, solos ó asociados al semencontra.
P e r o s e dirá tal vez, q u e es menester n o descuidarse ni dejar nada por hacer
para espulsar del cuerpo el vermes s o l i t a r i o , este monstruo creado para torment o del género humano.
Cierto e s q u e se hace salir algunas veces el ténia. ¡ Pero á costa d e cuánt o s sufrimientos consecutivos y d e cuántos peligros para la v i d a ! N o quisiera tener sobre mi conciencia la muerte d e todos aquellos que han debido sucumbir á
la violencia d e los purgantes dirigidos contra este vermes, y los años d e languidez que han sufrido los q u e han escapado d e la muerte. ¿Y cuántas veces s u cede , que despues d e haber repetido por muchos años consecutivos estos p u r gantes, destructores d e la salud y d e la v i d a , el animal no sale, ó si sale s e reproduce? ¿ Q u é s e r í a , p u e s , si no hubiese la menor necesidad d e expulsarlo y
matarlo por medios violentos y crueles, que t a n frecuentemente comprometen la
v i d a d e l enfermo? L a s diversas especies d e ténias solo se encuentran en sugetos
p s ó r i c o s , y desaparecen siempre que se cura la psora. Hasta el momento d e la
«rmsroío K
LECS
IIBLIOTECA üieiVEKSdAttt
x
XXXI
sentan al médico en m u c h a s ocasiones como síntomas m o r b o sos, y le a y u d a n á completar el c u a d r o de la e n f e r m e d a d , q u e
le sirve luego p a r a b u s c a r u n a g e n t e homeopático, propio p a r a
la curación, y '
P e r o los a c t u a l e s sectarios de la antigua e s c u e l a , a d e m á s de
la teoría de expulsión de los principios morbíficos materiales,
reconocen otro m é t o d o , q u e l l a m a n d e r i v a t i v o , y consiste en
e m p l e a r evacuaciones a b u n d a n t e s y v a r i a d a s , pretendiendo con
esto imitar á la n a t u r a l e z a , que en sus esfuerzos espontáneos
p a r a restablecer la salud del o r g a n i s m o e n f e r m o , quita la fieb r e p o r medio del sudor ó la secreción de la o r i n a ; la p l e u r e sía, por epistasis, sudores y esputos mucosos -, o t r a s e n f e r m e dades, por el vómito, la d i a r r e a y las hemorragias-, los dolores
articulares, p o r ulceraciones en l a s p i e r n a s ; las a n g i n a s , p o r
curación viven sin incomodar mucho al h o m b r e , n o en inmediato contacto con los
intestinos, sino envueltos en el residuo d e los alimentos, ó sumidos como en un
mundo propio p a r a e l l o s , donde viven tranquilos, y encuentran lo necesario para su nutrición. D u r a n t e estas circunstancias, no tocan á las paredes del intestin o , ni causan ninguna incomodidad ni daño á la persona que los contiene. P e r o
si se spodera del sugeto alguna enfermedad a g u d a , el contenido en los intestinos
se vuelve insoportable al animal, que se revuelve incesantemente, i r r i t á n d o l a s
p a r e d e s sensibles del t u b o alimenticio, y escitando una especie de cólico espasmódico, q u e no contribuye poco á acrecentar los sufrimientos del enfermo. D e la
misma m a n e r a , el feto no se a g i t a , ni se mueve en la m a t r i z , sino cuando la
madre está e n f e r m a , y permanece tranquilo en el agua en que n a d a , mientras
que aquella está b u e n a .
E s muy digno d e notar q u e los síntomas que se observan en esta época en los
que tienen un vermes solitario, son de tal n a t u r a l e z a , que la tintura de helecho
macho, á la dosis mas p e q u e ñ a , los hace desaparecer rápidamente d e una m a nera homeopática, p o r q u e hace cesar lo que en la enfermedad ocasionaba la agitación del parásito. Hallándose despues el animal á su g u s t o , continúa viviendo
tranquilamente en medio de las materias intestinales, sin incomodar sensiblemente
al enfermo, hasta que el tratamiento antipsórico esté bastante a d e l a n t a d o , p a r a
q u e el vermes ya no encuentre en el contenido del canal intestinal las sustancias
q u e le puedan servir d e a l i m e n t o , y desaparezca para siempre, sin necesidad d e
p u r g a n t e alguno.
U2:[
¿
medio de la salivación, ó por metástasis ó abcesos, que d e t e r mina en o t r a s p a r t e s distantes del m a l .
F u n d a d o s e n e s t o , c r e e n , q u e o b r a n d o así, imitan á la n a turaleza , pero no reflexionan que siguen caminos m u y e s traviados en el tratamiento de la m a y o r p a r t e de las e n f e r m e d a d e s . Teniendo presentes l a s indicaciones de la f u e r z a vital
e n f e r m a , a b a n d o n a d a á sí m i s m a , proceden de una m a n e r a
indirecta ( 1 ) , produciendo irritaciones m a s f u e r t e s p e r o de í n dole distinta, en o t r a s p a r t e s distantes del sitio de la e n f e r m e d a d , promoviendo y sosteniendo evacuaciones por los ó r g a n o s
q u e m a s difieren de los tegidos afectos, con el objeto de a t r a e r
el mal hacia este nuevo ó r g a n o ó a p a r a t o .
E s t a derivación h a sido, y a u n es h o y , uno de los m a s u s u a les y acreditados métodos c u r a t i v o s de la escuela alopática.
Imitando así á la n a t u r a l e z a medicatriz, según l a e s p r e sion usada por a l g u n o s , p r o p ó n e s e escitar e n é r g i c a m e n t e en
las p a r t e s menos e n f e r m a s y q u e pueden resistir mejor la enferm e d a d medicinal, nuevos sintonías, q u e b a j ó l a apariencia de
crisis y en forma de e v a c u a c i o n e s , h a g a n d e r i v a r , s e g ú n ellos,
la e n f e r m e d a d primitiva ( 2 ) , con el objeto de q u e las f u e r z a s
medicatriees de la n a t u r a l e z a p u e d a n efectuar despues la r e solución ( 3 ) .
Los medios que e m p l e a n p a r a conseguir este o b j e t o , son el
(1) En lugar d e estinguir el mal con prontitud y sin agotar las f u e r z a s , como
hace la Homeopatía, con el auxilio de potencias medicinales dinámicas, dirigidas
contra las partes afectas del organismo.
(2) ¡Como si lo inmaterial pudiera derivarse! Siempre es una materia morbífic a , por sutil q u e se la suponga.
(3) Las enfermedades medianamente a g u d a s , son las únicas que acostumbran
á t e r m i t a r s e d e una manera tranquila cuando han llegado al término de su curso n a t u r a l , ya empleando remedios alopáticos que no tengan mucha energía, ya
absteniéndose de todo medio terapéutico; la fuerza vital, reanimándose, sustituye poco á poco el estado normal al a n o r m a l , que desaparece gradualmente.
, ^
,
XXXII
uso de sustancias que p r o m u e v e n el s u d o r y la o r i n a , l a s emisiones s a n g u í n e a s , los sedales y c a u t e r i o s , dando siempre la
preferencia á los irritantes del t u b o digestivo, q u e tienen la
cualidad de p r o v o c a r vómitos ó d e t e r m i n a r c á m a r a s , h a b i e n d o
condecorado á estos últimos con los n o m b r e s de aperitivos y
disolventes ( 1 ) .
Este método derivativo t r a e á su lado otro con el que tiene
g r a n a f i n i d a d , y consiste en la aplicación de e s t i m u l a n t e s a n t a g o n i s t a s , así como los tegidos de l a n a s o b r e la piel, los p e diluvios, los n a u s e a b u n d o s , los t o r m e n t o s del h a m b r e i m p u e s tos al e s t ó m a g o , y todos los medios que escitan d o l o r , inflamación y supuración de las p a r t e s donde se a p l i c a n , como los
sinapismos, los v e g i g a t o r i o s , el t o r b i s c o , los sedales, cauterio,
m o x a s , hierro c a n d e n t e , a c u p u n t u r a , e t c . Con esto se c r e e
t a m b i é n seguir las m i r a s de la n a t u r a l e z a , que a b a n d o n a d a á
sí misma, quiere d e s e m b a r a z a r s e de la e n f e r m e d a d dinámica
p o r medio de dolores en p a r t e s distantes de la e n f e r m a , p o r
metástasis, a b c e s o s , erupciones c u t á n e a s ó ú l c e r a s en s u p u r a c i ó n , cuyos e s f u e r z o s bajo este concepto son todos inútiles
cuando se t r a t a de u n a e n f e r m e d a d c r ó n i c a .
Lo que h a h e c h o p r o d u c i r estos métodos indirectos de la antigua e s c u e l a , lo mismo el derivativo que el a n t a g o n i s t a , n o
h a sido u n razonamiento l ó g i c o , sino u n a imitación r u t i n a r i a ,
que la h a conducido á procedimientos i n e f i c a c e s , debilitantes
P e r o en las enfermedades m u y agudas y en las crónicas, que forman la inmensa
mayoría de aquellas á que el hombre está sujeto, este recurso falta, tanto á la
naturaleza medicatriz como á la escuela antigua; a q u í , los esfuerzos espontáneos
de la fuerza vital y los procedimientos imitadores de la alopatía son impotentes
para conseguir la revolución; y cuando mas, puede alcanzarse una tregua de c o r ta duración, durante la cual el enemigo reúne sus fuerzas, para tarde ó temprano reaparecer mas temible que nunca.
(1) Esta espresion anuncia que se suponía también la presencia de una m a t e ria morbífica para disolver y expulsar.
XX XLLL
y altamente perniciosos; pero que se puede m u y bien a p a r e n tar con ellos que se amortiguan ó desvian las enfermedades,
a u n q u e sustituyendo en realidad á la enfermedad a n t i g u a , otra
n u e v a , m a s peligrosa. Y á semejante r e s u l t a d o , ¿puede con
fundamento d a r s e el n o m b r e de c u r a c i ó n ?
Concretándose á imitar la m a r c h a de la naturaleza en los
esfuerzos que esta h a c e , y que son seguidos de u n resultado
bastante mediano (1) en las enfermedades a g u d a s poco e s t e n s a s , no se hace m a s q u e imitar á la fuerza vital conserv a t r i z , a b a n d o n a d a á sí m i s m a , que fundada ú n i c a m e n t e en las
(1) La medicina ordinaria considera los medios que la naturaleza emplea para rehacerse, en aquellos enfermos que no hacen uso de medicamento alguno,
como modelos perfectos, dignos de imitar. Los miserables y estremadamente incompletos esfuerzos que la fuerza vital hace para auxiliarse á sí misma en las enfermedades a g u d a s , son un espectáculo que debe escitar al hombre á no contentarse con una estéril compasion, y á desplegar todos los recursos de su inteligencia, para conseguir una curación radical, poniendo término á estos tormentos
que la naturaleza se impone á sí misma. Si la fuerza vital no puede curar homeopáticamente una enfermedad ya existente en el organismo, produciendo otra
enfermedad nueva y semejante á esta (§. 4 3 - 4 6 ) , lo que en efecto es muy raro
que esté en su poder (§. 5 9 ) ; y si el organismo, privado de todos los socorrosesteriores , está,por sí solo encargado de triunfar de una enfermedad que acaba de
aparecer (su resistencia es del todo impotente en las afecciones crónicas), no vemos
mas que esfuerzos dolorosos, y muchas veces peligrosos, para salvarse; esfuerzos
que no es raro vayan sucedidos de la muerte.
No sabiendo lo que pasa en la economía del hombre sano, con menos razón
podrémos ver lo que sucede cuando la vida está alterada. Las alteraciones q u e
se verifican en las enfermedades, no se anuncian sino por los cambios perceptibles, por los síntomas, único medio por el que nuestro organismo puede espresar las alteraciones sobrevenidas en su interior; de suerte, que en cada caso dad o , ni siquiera sabemos cuáles son, entre los síntomas, los debidos á la acción
primitiva de la enfermedad, y los que derivan de las reacciones, por medio de
las cuales la fuerza vital propura evitar el peligro. Unos y otros se confunden
entre sí á nuestra v i s t a , y no nos ofrecen sino una imágen reflejada al esterior
de todo el mal interior, puesto que los esfuerzos infructuosos, por los cuales, la
vida, abandonada á sí misma, trata de hacer cesar la enfermedad , son también
sufrimientos del organismo entero. Hé aquí por qué las evacuaciones que la na-
leyes que rigen el o r g a n i s m o , no obra sino en virtud de est a s leyes, sin r a z o n a r ni reflexionar sus actos. Conduciéndose
así, se ha imitado, es cierto, á la naturaleza-, ¿pero qué es
la naturaleza por sí sola, sin la m a n o inteligente del c i r u j a no , p a r a reunir los labios separados de u n a h e r i d a , y aproximarlos por p r i m e r a intención? ¿ Q u é , en u n a f r a c t u r a , p o r
m a s materia ósea que a c u m u l e , p a r a unir los dos estremos
del hueso f r a c t u r a d o ? La n a t u r a l e z a , q u e no pudiendo l i g a r
una arteria h e r i d a , deja m o r i r completamente d e s a n g r a d o u n
h o m b r e lleno de robustez y de v i d a ; q u e ignora el modo de
turaleza ordinariamente promueve á la terminación de las enfermedades, cuya
invasión ha sido repentina, que es lo que se llama crisis, sirven mas bien de perjuicio que de alivio.
Lo que la fuerza vital hace en sus pretendidas crisis, y el modo como las realiza, son misterios para nosotros, del mismo modo que todos los actos interiores que se efectúan en la economía orgánica del hombre. Lo que sin embargo hay
de cierto, es, que durante estos esfuerzos, hay mas ó menos partes que padecen
y se encuentran sacrificadas para salvar lo restante. Estas operaciones de la fuerza v i t a l , como que combaten una enfermedad aguda, según las leyes de constitución orgánica del cuerpo, y no según las inspiraciones de un cálculo reflexivo,
las mas veces no obran sino de un modo alopático. Con el objeto de desembarazar por una crisis los órganos primitivamente afectados, aumenta la actividad
de los órganos secretorios, hácia los cuales deriva la afección de los primeros;
sobrevienen vómitos, diarreas, flujos de orina, sudores, abcesos, etc., y la fuerza nerviosa, atacada dinámicamente, trata en cierto modo de descargarse p o r
medio de productos materiales.
La naturaleza del hombre, abandonada á sí misma, no puede librarse de l a s
enfermedades agudas sino por la destrucción y el sacrificio de una parte del organismo, y si á esto no se sigue la muerte, la armonía de la vida y de la s a lud no puede restablecerse sino de una manera lenta é incompleta.
La grande debilidad, el enflaquecimiento, e t c . , que los órganos que han estado espuestos á los ataques del mal, y aun el cuerpo entero, padecen, despues d e
una curación espontánea, prueban muy exactamente lo que acaba de sentarse.
En una palabra, toda la marcha de las operaciones, por las cuales el organismo por sí solo trata de desembarazarse de las enfermedades que padece, no hace
ver al observador mas que un tegido de sufrimientos, y nada le muestra que
pueda ó que deba imitar, si quiere realmente ejercer el arte de curar.
colocar en su n a t u r a l posicion la cabeza de u n hueso dislocado por consecuencia de u n a lujación, y que impide en m u y
poco tiempo que el cirujano p u e d a reducirlo, por causa de la
inflamación que determina en su alrededor -, que p a r a desemb a r a z a r s e de u n cuerpo estraño violentamente introducido en
la c ó r n e a t r a s p a r e n t e , d e s t r u y e el ojo por supuración-, que
e n u n a hernia e s t r a n g u l a d a , no s a b e r e m o v e r el obstáculo sino por la g a n g r e n a y la muerte-, y q u e ú l t i m a m e n t e , en las
e n f e r m e d a d e s dinámicas, e x a s p e r a con frecuencia el mal por los
cambios de f o r m a que le i m p r i m e , ¿es digna de imitación en
estos y otros casos análogos? ¿ E s suficiente por sí misma p a r a
obtener la curación? Aun h a y m a s : esta fuerza vital no inteligente, está sufriendo siempre la presencia de los g é r m e n e s de
las m a s g r a v e s , l a r g a s y dolorosas enfermedades que afligen al
género h u m a n o tantos siglos h á , la p s o r a , la sífilis, la sicosis,
sin h a c e r n a d a p a r a d e s e m b a r a z a r s e de ellos. Lejos de esto,
ni a u n tiene el poder de m o d e r a r sus e s t r a g o s , ni suspender ó
neutralizar los terribles ;efectos de esas t r e s p l a g a s miasmáticas, y los m i r a , por el c o n t r a r i o , impasible", ir destruyendo poco
á poco la organización de los p o b r e s e n f e r m o s , hasta que la
m u e r t e viene á poner término á sus crueles sufrimientos.
¿Cómo en u n asunto de tanta i m p o r t a n c i a , como es la curación, en u n a cosa que exige tanta meditación, juicio y d i s c e r nimiento, la antigua escuela, que p r e t e n d e el título de r a c i o nal , se h a determinado á tomar como modelo, guía y n o r m a ,
á esta fuerza vital, imitando, sin reflexión ni criterio, los giros
indirectos y revolucionarios que ejecuta en las enfermedades,
c u a n d o se h a concedido al h o m b r e l a r a z ó n , este don precioso
de la Divinidad, p a r a s u p e r a r á la naturaleza, b u s c á n d o l o s socorros' que d e b e p r e s t a r á sus semejantes?
Cuando la escuela médica r e i n a n t e , aplicando, como a c o s t u m b r a , sus métodos antagonista y d e r i v a t i v o , que se apoyan
esclusivamente en la imitación de los actos ejercidos por la
f u e r z a vital, a b a n d o n a d a á si m i s m a , automática y desprovista
de inteligencia, ataca la integridad de ó r g a n o s sanos y los colma
de dolores m a s agudos que los que p r o d u c e la enfermedad m i s m a , contra la cual v a n aquellos dirigidos, ó los o b l i g a , como
f r e c u e n t e m e n t e sucede, á evacuaciones que a g o t a n las f u e r z a s y
los h u m o r e s del enfermo-, su objeto e s , s e g ú n dice, a r r a s t r a r
la actividad morbífica que la naturaleza a c u m u l a b a en los ó r g a n o s primitivamente afectados, quitando así, de u n a m a n e r a
violenta, la enfermedad n a t u r a l , p e r o produciendo otra m a s fuerte, de distinta especie, en u n órgano que hasta entonces habia
estado libre : es d e c i r , sirviéndose de medios indirectos que
d e s t r u y e n la resistencia, a g o t a n las f u e r z a s , y las m a s veces
p r o d u c e n g r a v e s dolores ( 1 ) .
Cuando estos indirectos y falsos a t a q u e s se dirigen á u n a e n f e r m e d a d a g u d a , y por consiguiente de curso r á p i d o , se t r a s porta, es v e r d a d , m u c h a s veces el foco del mal á otros p u n t o s
distantes del que primitivamente o c u p a b a ; pero no por eso se
ha logrado la curación. Y n a d a h a y en este tratamiento r e v o lucionario que se refiera de una m a n e r a directa é inmediata á
(1) La experiencia prueba diariamente la imperfección de este procedimiento
para curar : muy poeas veces se efectúa así una curación perfecta. ¿Podria uno
lisonjearse de haber ganado una victoria, si en lugar de atacar á su enemigo cara á cara y con armas iguales, y terminar el combate por la muerte, se limítase
á incendiar el país que deja tras sí, á corlarle toda retirada, y á destruirlo todo
en derredor suyo? Con tales medios se conseguiría irritar y acrecer el valor de
su adversario, pero no se consigue el objeto deseado; el enemigo no está anonadado, aun existe, y cuando haya podido proveer otra vez sus almacenes, erguirá de nuevo la cabeza, mas temible que antes. Entre tanto el pobre pais, inocente en la cuestión, queda destruido de tal modo, que solo con el tiempo podrá recobrar su antiguo esplendor. Hé aquí lo que sucede á la alopatía en las
enfermedades crónicas, cuando sin curar la enfermedad, arruina y destruye el
organismo por ataques indirectos contra órganos inocentes, distantes del sitio
del mal.
S I F R . Í F ™ 3
E N F E R M O S
'
Y
^MEREZCA
P™-
61 t l t a l
f
« ^ curación. Si se hubiesen evitado estos toase s taques, d . n g i d o s á la vida del resto del o r g a n i s m o , se
h a b n a podido ver m u y frecuentemente desvanecerse la e n f e r medad por s. sola de u n a m a n e r a m a s r á p i d a , dejando en pos
de si m u c h o s menos padecimientos, y sin producir t a n g r a n
p e r i d a de f u e r z a s . A d e m á s , ni el p r o c e d i m L t o de la n a t u r a
a,i3
!
" í o n a ( l a a ® P i p í a s f u e r z a s , ni su imitación a l o p á t i c a , pueden c o m p a r a r s e con el tratamiento homeopático, dinámico y directo, que no atacando ni d e s t r u y e n d o las f u e r z a s del
inmediato
reSt
"Uye
SÍ Ud
"
*
""
m
°d°
pr0nt0
' Parífico
é
Pero en la inmensa m a y o r í a de las e n f e r m e d a d e s , en las
RRRLT1TRATAM?T°SDELA
ak, ™ f
f
68 é m d i r e C t 0 S
SC r e d U M
m k S
á
'
ANTIGUA ESCUELA
Cas¡ n u n c a
-
P">d»cen beneficio
SUSpe,lder
r
q ü e r e a a r e c eP °d e s
e te „ el m
P°«> s ««as
o 1 1
7
7
'° •
P
Pues- ta° P ™ nl c T o
7 7 S e a C ° S t U m b r a á l a a c c i ™ del estimulo
d S l a i e S d e l S¡,i d e l m a l
fermelV
"
°
' p yo req' u»e «los
c s dolores
la en«
se p r e s e a' doblemente
enérgica,
t ener,
' J f e v a c u a c i 0 M S ^ p r u d e n t e s , h a n disminuido
la energía de la f u e r z a vital ( 1 ) .
v. Mientras q u e la m a y o r p a r t e ' d e los a l ó p a t a s , imitando de
una m a n e r a general los esfuerzos y movimientos críticos de la
taVWab e
mente
'
'enil10 i a m á s e s t e
<=>"
esos
" ¿ j * 7
Si en los primeros quince dias,
m entras causan muelos dolores, parecen disminuir, por su antagonismo la en
ermedad cron.ca, mas tarde, cuando el cuerpo se ha habituado
doíor no
e n otro efecto que debilita, al enfermo y abrir asi nn campo mas v ,'o °
la afección crin.ca. ¡Seria posible que en el siglo m hubiese S ü Z J u Z n
emplean!
' *
Cree 10 aSÍ
'
'
M V¡Sla d e la
Pr°W°» «
"
XXXVIII
XXXIX
n a t u r a l e z a , a b a n d o n a d a á s u propia y esclusiva e n e r g í a , i n troducían en l a práctica estas l l a m a d a s derivaciones, e n las que
ellos hacían l a s variaciones que l e s s u g e r í a n sus p r o p i a s ideas-,
o t r o s , proponiéndose á u n objeto m a s elevado, p r o c u r a b a n favorecer d e todas m a n e r a s las tendencias d e l a fuerza vital, cuando esta indica q u e v a á espeler l a enfermedad p o r medio d e
evacuaciones y m e t a s t a s i s , y se dirigían á sostener y activar estas derivaciones y evacuaciones, p o r q u e siguiendo esta c o n d u c t a , estaban persuadidos q u e m e r e c í a n con razón el título d e
ministros de la naturaleza.
-í
Gomo sucede con m u c h a frecuencia, que en las e n f e r m e d a d e s
crónicas, l a s evacuaciones que l a naturaleza espontáneamente
d e t e r m i n a , p r o d u c e n a l g u n a remisión d e ciertos síntomas dolor o s o s , l a antigua escuela infirió d e aquí l a conveniencia d e sost e n e r , escitar, f a v o r e c e r ó a u m e n t a r estas evacuaciones : p e ro no tuvo en cuenta q u e todas estas pretendidas crisis d e la
naturaleza a b a n d o n a d a á sí m i s m a , t a n solamente ofrecen u n
alivio paliativo demasiado f u g a z , y que lejos d e contribuir á l a
v e r d a d e r a y radical c u r a c i ó n , a g r a v a n , p o r el contrario, el m a l
interior primitivo, y a g o t a n l a s f u e r z a s del e n f e r m o . J a m á s se
h a visto el restablecimiento completo y d u r a d e r o d e l a salud
por estos esfuerzos de l a n a t u r a l e z a : n u n c a estas evacuaciones
escitadas e s p o n t á n e a m e n t e p o r el organismo h a n curado r a d i calmente e n f e r m e d a d crónica a l g u n a ( 1 ) . P o r el c o n t r a r i o , en
todos los casos d e esta índole se h a observado q u e despues d e
u n alivio insignificante, c u y a duración v a siendo m a s corta, seg ú n que l a s evacuaciones se v a n repitiendo con m a s frecuencia,
se a g r a v a d e u n a m a n e r a m u y ostensible y significativa, y los
accesos se r e p r o d u c e n á m a s cortas distancias, y cada vez de u n
modo m a s a l a r m a n t e , a u n q u e y a se h a g a n continuas l a s
evacuaciones. A s í , cuando la n a t u r a l e z a , abandonada á s u s
propios recursos e n l a s e n f e r m e d a d e s crónicas, q u e comprometen l a v i d a , n o sabe a y u d a r s e sino p o r l a espresion d e sínt o m a s locales e s t e m o s , c o n el objeto d e r e t i r a r el peligro d e
los ó r g a n o s nobles é indispensables á la v i d a , trasladándolo
por metastasis á los q u e n o lo son tanto -, estos esfuerzos d e la
fuerza vital, e n é r g i c a , pero sin inteligencia, sin reilexion, ni
cálculo, ni criterio, j a m á s producen u n a curación radical y completa : 110 son otra cosa, sino paliaciones y plazos cortos d e
suspension concedidos á la e n f e r m e d a d i n t e r n a , á espensas d e
u n a cantidad e n o r m e d e h u m o r e s y de f u e r z a , sin q u e p o r
esto h a y a perdido n a d a d e su g r a v e d a d la enfermedad primitiva. Sin el auxilio d e u n t r a t a m i e n t o homeopático apropiado,
p o d r á en algunos casos r e t a r d a r s e l a terminación-, p e r o al fin,
la m u e r t e es inevitable.
No satisfecha l a a n t i g u a escuela alopática con imitar e x a g e r a d a m e n t e los esfuerzos d e la naturaleza, a b a n d o n a d a á s u
propia e n e r g í a , dábales a d e m á s u n a interpretación falsa v a b s u r d a . F i g u r á n d o s e que aquellos esfuerzos e r a n v e r d a d e r a m e n te s a l u d a b l e s , p r o c u r a b a favorecerlos p o r todos los medios p o sibles, y a u n a u m e n t a r l o s e x a g e r a d a m e n t e con la esperanza y
l a u d a b l e , pero erróneo objeto, d e destruir radicalmente la e n f e r m e d a d , y p r o c u r a r u n a curación completa. Cuando e n u n a
e n f e r m e d a d c r ó n i c a , l a f u e r z a vital parecía que d o m i n a b a este
ó el otro síntoma interior molesto p o r medio d e u n exantema
h ú m e d o , el ministro de la naturaleza, aplicaba u n epispástico,
ú otro exutorio cualquiera sobre la superficie e n supuración,
p a r a e s t r a e r por la piel u n a m a s g r a n d e cantidad de h u m o r , a y u dando así á la n a t u r a l e z a e n l a c u r a c i ó n , sacando p o r allí del
cuerpo el principio morbífico. P e r o cuando e r a m u y a n t i g u a la
existencia del h e r p e s , el enfermo m u y i r r i t a b l e , y l a acción
del estímulo aplicado demasiado violento, la afección esterna
(1)
Ni las evacuaciones producidas por el arte la lian conseguido tampoco.
aumentaba mucho, sin t r a e r beneficio alguno á la primitiva
enfermedad; se hacían los dolores m a s violentos y l a s incomodidades mas constantes; se quitaba el sueño al e n f e r m o , d i s minuían sus fuerzas y se d e t e r m i n a b a , con b a s t a n t e frecuencia,
una erisipela de mal c a r á c t e r , a c o m p a ñ a d a d e c a l e n t u r a . O t r a s
v e c e s , cuando el remedio o b r a b a m a s suavemente s o b r e l a
afección local, y esta no e r a m u y a n t i g u a , ejercía u n a especie
de homeopatismo e s t e r n a s o b r e el síntoma local q u e l a n a t u r a leza había traído á la piel, p a r a aliviar la e n f e r m e d a d interna,
reproducía esta ú l t i m a , d e donde r e s u l t a b a u n peligro m a y o r ,
y esponia á la f u e r z a vital, p o r l a supresión d e este sistema
local, á u n nuevo y m a s inminente riesgo e n u n a p a r t e m a s
noble y mas indispensable á l a vida. P o r esta causa se p r o d u cían en sustitución oftalmías r e b e l d e s , s o r d e r a s , espasmos d e
estómago, convulsiones epilépticas, accesos d e sofocacion, a t a ques d e apoplegía, lesiones m e n t a l e s , e t c . ( í ) .
Igual pretensión d e f a v o r e c e r el impulso curativo del p r i n cipio vital conducía al ministro de la naturaleza, cuando l a
enfermedad hacía afluir la s a n g r e hacia l a s v e n a s del recto ó
del ano hemorroides ciegas), á echar m a n o d e l a s aplicaciones
de sanguijuelas, o r d i n a r i a m e n t e e n crecido n ú m e r o , p a r a d a r
salida á la sangre p o r este sitio. L a emisión s a n g u í n e a , es
cierto u n alivio, t a n p a s a j e r o l a s m a s v e c e s , q u e no debiera
h a b e r s e fijado la atención e n é l ; p e r o e n c a m b i o , s i e m p r e t r a i a
consigo el aumento d e l a debilidad, y d e t e r m i n a n d o u n a c o n gestión, m a s fuerte hacía la estremidad del tubo intestinal, sin
r e b a j a r p o r eso en n a d a l a e n f e r m e d a d primitiva.
Siguiendo el mismo r u m b o , e n casi todos los casos e n q u e
la fuerza vital e n f e r m a p r o c u r a b a e v a c u a r u n poco d e s a n g r e
(1) Estas son las consecuencias naturales d e la supresión de los síntomas locales de que se trata, consecuencias que el médico alopático mira muchas veces
como enfermedades nuevas y del todo diferentes.
por vómito ó e s p e c t o r a c i o n , e t c . , c o n el objeto d e r e t i r a r el
p e l i g r o . d e u n a afección interna g r a v e , c o a d y u b a b a e n é r g i c a mente estos pretendidos esfuerzos s a l u d a b l e s d e la n a t u r a l e z a ,
y estraia s a n g r e d e l a s v e n a s abundantemente-, lo q u e no i m pedia q u e s o b r e v i n i e r a n g r a v e s a c c i d e n t e s , q u e si la n a t u raleza l o g r a b a r e h a c e r s e s o b r e ellos, s i e m p r e dejaban t r a s si
u n a debilidad p r o f u n d a .
Bajo el p r e t e s t o d e s e c u n d a r l a s m i r a s d e la naturaleza,
c u a n d o u n e n f e r m o padecía f r e c u e n t e s n á u s e a s , s e le p r o d i g a b a n sustancias c a p a c e s d e éscitar el vómito-, lo q u e en v e z
de producir r e s u l t a d o s satisfactorios, t r a i a consecuencias p e l i g r o s a s , serios'accidentes y a u n l a m u e r t e .
En a l g u n a s ocasiones, la fuerza vital p r o d u c e engurgitaciones en l a s g l á n d u l a s l i n f á t i c a s , situadas e s t e r i o r m e n t e , c o n el
objeto d e acallar los gritos d e la e n f e r m e d a d i n t e r i o r . E l ministro de la naturaleza, supone que sirve bien á su ídolo, p r o c u r a n d o l a s u p u r a c i ó n d e estos t u m o r e s , p o r medio d e fricciones y aplicaciones e s t i m u l a n t e s , é introduciendo luego el
bisturí e n e l a é c e s o y a m a d u r o , p a r a h a c e r salir la materia pecante. Pero l a experiencia, u n millón d e veces r e p e t i d a , nos h a
d e m o s t r a d o l a s g r a v e s consecuencias, los interminables males
q u e esta p r á t i c a a b o r t i v a p r o d u c e .
Como los a l ó p a t a s h a n podido o b s e r v a r m u c h a s v e c e s , q u e
los sudores e s p o n t á n e a m e n t e p r o d u c i d o s , ó ciertas deposiciones n a t u r a l e s d e materiales líquidos, aliviaban los padecimientos e n a l g u n o s casos d e e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , se h a n creído
o b l i g a d o s , siguiendo estas indicaciones de l a n a t u r a l e z a , á e s citar en l a s m i s m a s e n f e r m e d a d e s el s u d o r y l a s evacuaciones,
prescribiendo u n tratamiento sudorífico completo y el uso continuado p o r muchos meses y a u n a ñ o s d e lo q u e l l a m a n l a x a n t e s s u a v e s , con el fin d e c u r a r c o n s e g u r i d a d y d e u n a
m a n e r a directa. Pero esta conducta tiene u n resultado c o n t r a G
rio siempre al que se p r o p o n e n : en todos los casos, estos m e dios agravan: la enfermedad p r i m i t i v a .
Cediendo á la influencia de esta t e o r í a , que h a a d o p t a d o
sin e x a m e n y sin criterio, y á p e s a r de no existir f u n d a m e n t o
en q u é a p o y a r l a , el a l ó p a t a , p r e t e n d i e n d o siempre s e c u n d a r
los esfuerzos de la naturaleza ( 1 ) , e x a g e r a el método de e v a c u a r y d e r i v a r , q u e j a m á s conduce al objeto d e s e a d o , sino
q u e acelera la terminación de la e n f e r m e d a d por la m u e r t e , 110
considerando q u e todas las e n f e r m e d a d e s l o c a l e s , e v a c u a c i o nes y derivaciones a p a r e n t e s , son efectos p r o d u c i d o s y s o s t e nidos p o r la fuerza vital a b a n d o n a d a á sí misma, con el objeto
de aliviar y distraer la e n f e r m e d a d p r i m i t i v a , y q u e h a c e n
p a r t e del conjunto de síntomas de la e n f e r m e d a d , c o n t r a c u y a
totalidad no p u e d e h a b e r otro m e d i c a m e n t o eficaz, m a s q u e el
q u e h a y a sido elegido, teniendo en cuenta los fenómenos d e -
(1) N o deja de ser frecuente, sin e m b a r g o , q o e la antigua escuela se p e r m i t a una marcha inversa, es decir, que cuando los esfuerzos de la energía vital
que tienden á aliviar el mal interno por las evacuaciones ó por la producción de
síntomas locales al e x t e r i o r , perjudican notablemente al e n f e r m o , entonces d e s plega contra ellos todo el aparato de sus repercusivos: combate también los dolores crónicos, el insomnio y las diarreas antiguas, con el opio á grandes
dosis; el vómito, con las pociones efervescentes; los sudores fétidos d e los pié?,
con los pediluvios frios y fomentos a s t r i n g e n t e s ; los exantemas, con las p r e p a r a ciones d e plomo y de z i n c ; las hemorragias uterinas, con inyecciones de v i n a g r e ;
los sudores colicuativos, con el suero aluminoso; las poluciones nocturnas, con
una gran cantidad d e alcanfor; los accesos de calor en el cuerpo y en J a cara, con
el nitro, los ácidos vegetales v el ácido sulfúrico; las epistasis, con el taponamiento d e las narices, con torundas embebidas de alcool ó de líquidos astringentes;
las úlceras d e los miembros inferiores, con los óxidos de zinc y d e p l o m o , e t c .
Pero millones de hechos atestiguan lo perjudicial que son los resultados de semejante práctica. El partidario d e la escuela a n t i g u a , asegura de palabra y p o r
escrito, que ejerce una medicina racional y que busca la causa d e las enfermedades para curarlas siempre radicalmente, cuando en verdad no combate mas
que un síntoma aislado, y siempre con gran perjuicio del enfermo.
t e r m i n a d o s por su acción en el h o m b r e sano, en una p a l a b r a ,
u n medicamento homeopático.
Como todo lo que la n a t u r a l e z a a b a n d o n a d a á sí misma
ejecuta con el fin de r e h a c e r s e s o b r e las e n f e r m e d a d e s a g u d a s ,
y especialmente s o b r e las c r ó n i c a s , es b a s t a n t e imperfecto,
c l a r o es, que si el a r t e t r a b a j a en la misma dirección, p e r j u d i ca al e n f e r m o , y tal vez p r o d u c e otra n u e v a e n f e r m e d a d . Üe
n i n g u n a m a n e r a p u e d e r e m e d i a r s e lo que tienen de defectuoso
los esfuerzos de la n a t u r a l e z a , en el tratamiento de las e n f e r m e d a d e s a g u d a s , supuesto que no hallándose el médico con
medios suficientes p a r a seguir las vias o c u l t a s , p o r l a s cuales
la fuerza vital d e t e r m i n a sus actos c r í t i c o s , no p u e d e tampoco
o b r a r m a s q u e al e s t e r i o r , con medios enérgicos, c u y a acción,
no siendo e n t e r a m e n t e análoga á la acción de la n a t u r a l e z a ,
sus efectos son t a m b i é n m a s p e r t u r b a d o r e s y f u n e s t o s . El i n completo alivio que la n a t u r a l e z a l o g r a a l g u n a vez por d e r i vaciones y crisis, 110 p u e d e ser completamente imitado por el
m é d i c o , siguiendo este igual camino-, y á p e s a r de todos sus
esfuerzos, quédase aun m u y a t r a s , en proporcion con el escaso
socorro que le p r e s t a la fuerza vital a b a n d o n a d a á sí p r o p i a .
Escitando la m e m b r a n a p i t u i t a r i a , se h a pretendido d e t e r minar evacuaciones de s a n g r e por las n a r i c e s , imitando las
epistasis n a t u r a l e s , con el objeto de c a l m a r , v . g . , los accesos
de u n a cefalagia c r ó n i c a . De esta m a n e r a se ha l o g r a d o , es
c i e r t o , estraer u n a cantidad de s a n g r e , b a s t a n t e p a r a debilitar al enfermo -, p e r o el alivio q u e se h a c o n s e g u i d o , es m u c h o
m e n o r y m a s p a s a j e r o , que el alcanzado p o r la fuerza vital,
c u a n d o esta p o r su propio i m p u l s o , d e t e r m i n a la salida de a l g u n a s g o t a s de s a n g r e por l a s n a r i c e s .
Los s u d o r e s ó d i a r r e a s críticas, que la f u e r z a vital en su a c ción p e r m a n e n t e , d e t e r m i n a p a r a n e u t r a l i z a r los efectos p e r niciosos de u n a incomodidad repentina , p r o d u c i d a p o r el
XLIV
m i e d o , el t e m o r , u n enfriamiento, u n cansancio, e t c . , son m a s
eficaces p a r a c a l m a r i n s t a n t á n e a m e n t e los sufrimientos a g u d o s
del e n f e r m o , que todos los sudoríficos y p u r g a n t e s de u n a b o tica , que no l o g r a n otra c o s a , cuando se a d m i n i s t r a n en estos
c a s o s , q u e a g r a v a r al e n f e r m o , como nos acredita todos los
dias la experiencia.
Sin e m b a r g o , la f u e r z a v i t a l , sin i n t e l i g e n c i a , sin reflexión,
sin discernimiento, q u e n o p u e d e o b r a r por sí misma, sino conf o r m á n d o s e á la disposición material de n u e s t r o o r g a n i s m o ,
no se nos ha concedido p a r a q u e la t o m e m o s por la mejor y
única guía que d e b a s e g u i r s e en el t r a t a m i e n t o de las e n f e r m e d a d e s , y mucho m e n o s p a r a q u e imitemos servilmente los
incompletos esfuerzos q u e ejecuta p a r a r e h a c e r s e s o b r e ellas.
Si c i e g a m e n t e nos p r o p o n e m o s imitar los actos de la n a t u r a leza, nos e s c u s a r é m o s , es cierto, los t r a b a j o s de inteligencia y
reflexión; p e r o en c a m b i o no l l e g a r e m o s al descubrimiento del
v e r d a d e r o a r t e de c u r a r , y d a r é m o s u n l u g a r p r e f e r e n t e á
esa m a l a copia de los poco eficaces auxilios, que la n a t u r a l e z a ,
a b a n d o n a d a á sus p r o p i a s f u e r z a s , se proporciona p a r a sacudir
las e n f e r m e d a d e s .
¿ Q u é h o m b r e racional p r e t e n d e r í a i m i t a r los e s f u e r z o s cons e r v a d o r e s de la n a t u r a l e z a , cuando estos son p r e c i s a m e n t e
la e n f e r m e d a d m i s m a , ó la f u e r z a vital m o r b o s a m e n t e a f e c t a da ? El a r t e , p u e s , d e b e n e c e s a r i a m e n t e a u m e n t a r el m a l ,
c u a n d o imita los procedimientos de la n a t u r a l e z a , a b a n d o n a d a
á sí m i s m a , y s u s c i t a r p e l i g r o s m a s g r a v e s cuando c o a r t a sus
esfuerzos. El alópata h a c e lo u n o y lo o t r o , y á estos p r o c e dimientos quiere d a r s e el n o m b r e de medicina r a c i o n a l !
N o : esa f u e r z a vital, i n n a t a en el h o m b r e •, q u e preside la
vida de u n a m a n e r a p e r f e c t a m i e n t r a s d u r a la s a l u d ; c u y a
presencia se deja sentir u n i f o r m e m e n t e en todas l a s p a r t e s
del o r g a n i s m o , lo mismo e n la fibra s e n s i b l e , que en la i r r i -
XLV
lable y q u e es su resorte m o t o r , 110 h a sido creada p a r a s e r virnos de guía y auxilio en l a s e n f e r m e d a d e s , ni p a r a e j e r c e r
u n a medicina d i g n a de imitación. N o : la v e r d a d e r a medicina,
o b r a del juicio y la r e f l e x i ó n , es u n invento del ingenio h u m a no , q u e c u a n d o la e n e r g í a automática de la fuerza vital h a
sido impelida á ejercer actos a n o r m a l e s p o r la e n f e r m e d a d ,
s a b e imprimirla u n a modificación m o r b o s a , a n á l o g a , p e r o algo
m a s f u e r t e , por medio de u n m e d i c a m e n t o homeopático; p o r
m a n e r a , que la e n f e r m e d a d n a t u r a l , no p u e d a y a influir s o b r e
e l l a , y q u e d e s p u e s de h a b e r desaparecido la e n f e r m e d a d n a t u r a l , por la acción del m e d i c a m e n t o , la f u e r z a vital r e c o b r a
su primitivo estado n o r m a l , y v u e l v e de nuevo á presidir al
sostenimiento de la s a l u d , sin q u e d u r a n t e estas t r a s f o r m a c i o nes h a y a sufrido n a d a que sea capaz de h a b e r l a debilitado. E s tos son p r e c i s a m e n t e los resultados q u e p o d e m o s conseguir con
los medios q u e nos enseña la medicina h o m e o p á t i c a .
A l g u n o s enfermos, t r a t a d o s con a r r e g l o á los principios que
a c a b a m o s de e n u m e r a r , patrimonio de la a n t i g u a escuela,
c u r a b a n , es c i e r t o , de sus e n f e r m e d a d e s , a u n q u e no en los
casos crónicos, no v e n é r e o s , sino en los casos a g u d o s , q u e
ofrecen m e n o s p e l i g r o . Sin e m b a r g o , solamente p o r medio de
r o d e o s penosos, solían a l c a n z a r s e estas c u r a c i o n e s , y de una
m a n e r a , las m a s veces, t a n imperfecta, q u e n o p o d i a decirse con
r a z ó n , q u e f u e s e n debidas á u n a r t e benéfico y suave en sus
procedimientos. E n las ocasiones en que no se p r e s e n t a b a u n
inminente p e l i g r o , d á b a n s e p o r satisfechos los a l ó p a t a s , u n a s
veces con r e p r i m i r las e n f e r m e d a d e s a g u d a s con las emisiones
s a n g u í n e a s , ó p r o c u r á n d o l a supresión de cualquiera de sus principales síntomas , ó bien por medio de un paliativo enantiopático;
o t r a s veces, suspendiendo por medio de irritantes y revulsivos,
aplicados á p u n t o s distantes del ó r g a n o e n f e r m o , hasta h a b e r se t e r m i n a d o el c u r s o de su revolución n a t u r a l ; es d e c i r , que
IISLIOTECA
XI. VI
se les oponían medios indirectos, q u e sin a t a c a r la c a u s a de la
e n f e r m e d a d , t r a í a n consigo la p é r d i d a de h u m o r e s y de f u e r z a s ,
necesarias p a r a la completa c u r a c i ó n . Conduciéndose de esta
m a n e r a , todo lo q u e e r a necesario p a r a t r i u n f a r de la e n f e r m e d a d , q u e d a b a á cargo de la f u e r z a c o n s e r v a d o r a de la
v i d a , y esta es la que d e b i a , 110 solamente oponerse á la e n f e r m e d a d n a t u r a l a g u d a , sino t a m b i é n á las consecuencias de
u n tratamiento m a l dirigido. E s c e p t u a n d o u n p e q u e ñ o n ú m e r o
de casos debidos á la c a s u a l i d a d , la f u e r z a vital, sin m a s auxilio que su p r o p i a e n e r g í a , era la que debia devolver á su
ritmo n a t u r a l las funciones a l t e r a d a s , lo que hacía de u n a
m a n e r a incompleta las m a s v e c e s , siempre venciendo g r a n d e s
dificultades, y no sin p r o d u c i r t e r r i b l e s accidentes de distinta
naturaleza.
Por esto es m a s q u e d u d o s o , q u e la medicina actual con sus
procedimientos p a r a t r a t a r las e n f e r m e d a d e s a g u d a s , a y u d e
r e a l m e n t e á la n a t u r a l e z a en su t r a b a j o p a r a l o g r a r la c u r a ción, supuesto que ni la alopatía ni la n a t u r a l e z a p u e d e n o b r a r
de u n a m a n e r a d i r e c t a , y los métodos derivativo y a n t a g o nista de la a n t i g u a e s c u e l a , no poseen m a s v i r t u d , que la de
d e s a r m o n i z a r la n o r m a l i d a d del o r g a n i s m o , y p r o d u c i r m a y o r
debilidad de f u e r z a .
La escuela a l o p á t i c a , c u e n t a t a m b i é n con otro método c u r a t i v o , al q u e apellida escitante y fortificante ( 1 ) , y q u e
consiste en el uso de sustancias l l a m a d a s t ó n i c a s , escitantes,
n e r v i n a s , confortativas y fortificantes. Admiración causa v e r l a
e n v a n e c e r s e con este m é t o d o !
¿.Se h a l o g r a d o j a m á s d e s t r u i r la debilidad que p r o d u c e ,
sostiene ó a u m e n t a , p o r r e g l a g e n e r a l , u n a e n f e r m e d a d c r ó n i (1) P r o p i a m e n t e . h a b l a n d o , es enaritiopático, del cual me ocuparé en el
texto del O r g a n o n , . (§. o 9 ) .
M M N
XI, Vil
ca , prescribiendo, como esta escuela a c o s t u m b r a r e í uso del
vino del Rliin ó de Tokay? N u n c a : y como este método no
podía c u r a r la e n f e r m e d a d c r ó n i c a , origen de la d e b i l i d a d , l a s
f u e r z a s del enfermo decaían tanto m a s , c u a n t o mas vino se le
hacía t o m a r , p o r q u e teniendo la f u e r z a vital q u e oponer su
reacción n a t u r a l á estas oscitaciones artificiales, la consecuencia forzosa era la p é r d i d a de f u e r z a , y la producción de u n a
m a y o r debilidad.
¿Ha podido l o g r a r s e j a m á s , que la quina ó las diferentes
sustancias clasificadas con el n o m b r e colectivo de tónicos
a m a r g o s , dén f u e r z a s en estos c a s o s , p o r d e s g r a c i a d e m a s i a do f r e c u e n t e s ? Estos p r o d u c t o s v e g e t a l e s , considerados como
tónicos y fortificantes en toda circunstancia, ¿ n o poseían lo
mismo q u e las p r e p a r a c i o n e s marciales , la p r e r o g a t i v a de
a ñ a d i r males n u e v o s á los a n t i g u o s , por consecuencia de su
acción m o r b í f i c a , sin poder estinguir p o r eso la debilidad d e pendiente de u n a a n t i g u a e n f e r m e d a d desconocida?
¿Los u n g ü e n t o s n e r v i n o s y los tópicos espirituosos y b a l sámicos, h a n disminuido j a m á s , ni d u r a d e r a , ni m o m e n t á n e a mente la paralisis incipiente de u n brazo, ni de u n a p i e r n a , q u e
p r o c e d a , como o r d i n a r i a m e n t e s u c e d e , de u n a e n f e r m e d a d crón i c a , sin que esta se h a y a c u r a d o a n t e s ? ¿ L a s conmociones
eléctricas y g a l v á n i c a s , han tenido j a m á s otro r e s u l t a d o en
circunstancias a n á l o g a s , q u e a g r a v a r poco á poco la paralisis
de la irritabilidad m u s c u l a r , y de la escitabilidad n e r v i o s a , y
h a c e r l a , al fin, c o m p l e t a ?
Los escitantes y afrodisiacos t a n a l a b a d o s , el á m b a r , la t i n tura de c a n t á r i d a s , el c a r d o - s a n t o , la canela y la vainilla, ¿no
concluyen g e n e r a l m e n t e por convertir en una a b s o l u t a i m p o tencia la debilidad g r a d u a l de l a s f a c u l t a d e s virilis, c u y a causa
es siempre u n miasma crónico no a p r e c i a b l e ? —
¿ Cómo puede lisonjearse la escuela antigua de p r o d u c i r
X L VIII
^
una fuerza y u n a escitacion, q u e solamente d u r a a l g u n a s h o r a s ,
c u a n d o el resultado q u e siempre se sigue c o n d u c e al estado
c o n t r a r i o , según la ley de la n a t u r a l e z a de todos los p a l i a tivos ?
El p a s a j e r o y escaso alivio que los escitantes y fortificantes
p r o c u r a n , según el método a n t i g u o , á las p e r s o n a s q u e p a d e cen e n f e r m e d a d e s a g u d a s , n a d a es en comparación de los i n convenientes que r e s u l t a n de su uso en las e n f e r m e d a d e s c r ó nicas.
,
f
Guando la medicina a n t i g u a no s a b e y a q u é h a c e r s e , ni c ó mo a t a c a r á u n a e n f e r m e d a d crónica q u e no cede á n i n g u n o de
los métodos e s p u e s t o s , y q u e se h a a g r a v a d o con ellos, echa
m a n o , á ciegas, de los m e d i c a m e n t o s d e s i g n a d o s con el n o m b r e de alterantes , como son los m e r c u r i a l e s . Los calomelanos,
el sublimado corrosivo, el u n g ü e n t o m e r c u r i a l , c u y a s v i r t u d e s
tanto ensalza en el t r a t a m i e n t o de las e n f e r m e d a d e s crónicas,
a u n las no v e n é r e a s , y q u e con t a n t a p r o d i g a l i d a d usa,
haciéndolos o b r a r p o r t a n l a r g o tiempo en el organismo del
e n f e r m o , v e r d a d es que p r o d u c e n g r a n d e s cambios, pero n u n c a
en sentido f a v o r a b l e ; g e n e r a l m e n t e a c a b a de a r r u i n a r s e la salud por la acción de u n metal t a n pernicioso, cuando no se emplea o p o r t u n a m e n t e , y q u e t a n g r a n d e s servicios p r e s t a , c u a n d o
se usa en dirección h o m e o p á t i c a .
Guando en las fiebres intermitentes endémicas de ciertos
países, y q u e a t a c a n u n n ú m e r o considerable de p e r s o n a s ,
p r e s c r i b e n altas dosis de q u i n a , q u e solo c u r a h o m e o p á t i c a mente l a v e r d a d e r a fiebre p a l ú d i c a , y esto suponiendo q u e la
p s o r a no se o p o n g a á ello, d á n u n a p r u e b a de su inconsiderada
y lijera c o n d u c t a , supuesto que estas fiebres afectan u n carácter distinto y u n tipo diferente cada vez que se p r e s e n t a n , y r e c l a m a n por consiguiente u n nuevo remedio homeopático, el cual
b a s t a en u n a dosis c o r t í s i m a , única ó r e p e t i d a , p a r a c u r a r l a
radicalmente. Gomo estas e n f e r m e d a d e s r e a p a r e c e n por a c c e sos periódicos, y la escuela antigua 110 v e en ellas otra cosa
m a s q u e el tipo, y no conoce ni quiere conocer otros f e b r í f u gos m a s que la q u i n a , s u p o n e , que p a r a c u r a r las c a l e n t u r a s
intermitentes, le basta estinguir el tipo, administrando repetidas
veces g r a n d e s dosis de quina ó de quinina. El e n f e r m o , e n g a ñ a d o por este tratamiento f a l a z , dirigido, no contra su mal,
sino contra el tipo q u e este p r e s e n t a , supone que se ha curado
p o r q u e el tipo se h a destruido, y los n u e v o s sufrimientos que le
a q u e j a n por consecuencia del e x a g e r a d o uso de la q u i n a , los
a t r i b u y e á u n a e n f e r m e d a d n u e v a , independiente de la fiebre
ó de su t r a t a m i e n t o antitípico. El e n f e r m o , t r a t a d o por estos
medios, no tiene y a fiebre, pero se pone pálido y a s m á t i c o ; u n a
f u e r t e l i g a d u r a p a r e c e que oprime c o n s t a n t e m e n t e sus hipocondrios •, pierde el apetito • su sueño es s i e m p r e a g i t a d o ; decae
su fuerza y su v a l o r ; hínchansele con frecuencia las piernas,
el v i e n t r e , y a u n la cara y m a n o s ; y de esta m a n e r a sale c u rado, s e g ú n p r e t e n d e n , del hospital, y c o m u n m e n t e se necesita
un l a r g o y entendido t r a t a m i e n t o homeopático, no y a p a r a restablecerle c o m p l e t a m e n t e la s a l u d , sino p a r a l i b r a r l e de la
m u e r t e q u e de cerca le a m e n a z a .
La escuela a n t i g u a . s e gloría de disipar con el uso de la valeriana , el estupor p r o f u n d o q u e a c o m p a ñ a á ciertas fiebres
n e r v i o s a s , y como el resultado que por este medio obtiene es
siempre de corta d u r a c i ó n , se vé obligado á a u m e n t a r p r o g r e sivamente la dosis de esta r a i z , p a r a r e a n i m a r al enfermo por
a l g u n o s m o m e n t o s , y no t a r d a en convencerse que las m a s altas
dosis no p r o d u c e n el efecto que e s p e r a , al paso q u e la reacción , d e t e r m i n a d a por una s u s t a n c i a , cuya acción estimulante
no es m a s que un simple efecto primitivo, paraliza e n t e r a m e n t e
la f u e r z a v i t a l , y e n t r e g a al enfermo á una m u e r t e s e g u r a ,
que este t r a t a m i e n t o , supuesto r a c i o n a l , h a c e inevitable. Sin
e m b a r g o , n o queriendo l a antigua escuela convencerse d e q u e
en semejante caso,- m a t a á golpe s e g u r o , a t r i b u y e l a m u e r t e
del enfermo á l a malignidad d e la e n f e r m e d a d .
La digital p u r p ú r e a , es quizá entre los paliativos el m a s t e mible y con el que m a s a r r o g a n t e , sin e m b a r g o , se p r e s e n t a
l a escuela alopática, cuando quiere h a c e r q u e b a j e el n ú m e r o
y la fuerza d e los movimientos de sístole y diástoie del c o r a z o n .
La p r i m e r a dosis d e este poderoso m e d i c a m e n t o , que o b r a aquí
de u n a m a n e r a e n a n t i o p á t i e a , disminuye s e g u r a m e n t e el n ú m e r o d e l a s pulsaciones a r t e r i a l e s p o r a l g u n a s horas-, p e r o n o
t a r d a m u c h o el pulso e n r e c o b r a r s u a n t i g u a v e l o c i d a d . Si s e
a u m e n t a l a dosis con el fin d e a m a i n a r d e n u e v o el impulso
del c o r a z o n , t o d a v í a s e logra p o r a l g u n a s horas-, p e r o a u n e s
m a s f u e r t e luego l a reacción. E n t o n c e s dobla el alópata las d o sis d e digital y a c o r t a las distancias d e su administración-, p e r o
. y a n o solamente l a v i r t u d d e esta p l a n t a es c o m p l e t a m e n t e ineficaz p a r a contener l a frecuencia d e los latidos del c o r a z o n ,
sino que el n ú m e r o d e l a s pulsaciones c r e c e h a s t a el p u n t o d e
no p o d e r l a s c o n t a r , y el e n f e r m o , q u e h a p e r d i d o y a el apetito
y l a s f u e r z a s , se e n c u e n t r a í r a s f o r m a d o e n u n v e r d a d e r o c a d á v e r . Los pocos e n f e r m o s , q u e , t r a t a d o s c o n l a digital, e s c a p a n d e l a m u e r t e , caen infaliblemente e n u n a m a n í a i n c u rable (1).
A
Estos son ios tratamientos empleados p o r los a l ó p a t a s .
Los enfermos h a s t a h o y , se v e í a n obligados á s u j e t a r s e á e s tos desastrosos p r o c e d i m i e n t o s , p u e s n i n g ú n alivio h u b i e r a n
(1) Uno d e los jefes d e la escuela
la digital p a r a llenar esta indicación:
gía de la circulación puede apaciguarse
constante niega, sin e m b a r g o , á este
efecto.
a n t i g u a , Huffeland, ensalza, n o o b s t a n t e
"Nadie negará, d i c e , qne la escesiva enercon la digital.» L a experiencia diaria y
remedio enantiopático líeróico semejante
hallado m u d a n d o d e médico, p o r q u e l a instrucción d e todos
ellos procedía del mismo manantial i m p u r o .
La causa f u n d a m e n t a l d e l a s e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , no v e n é r e a s , y los medios apropiados p a r a c u r a r l a s , e r a n d e s c o n o cidos d e los p r á c t i c o s , q u i e n e s , sin e m b a r g o , hacían o s t e n t a ción d e s u s c u r a c i o n e s , d i r i g i d a s , según ellos a f i r m a b a n , cont r a l a s c a u s a s , y del cuidado q u e a p a r e n t a b a n tener en b u s c a r
el o r i g e n d e l a s e n f e r m e d a d e s , p a r a f o r m u l a r s u diagnóstico
razonado ( 1 ) . ¿ C ó m o h u b i e r a n podido c u r a r el inmenso n ú m e ro d e e n f e r m e d a d e s crónicas c o n s u s métodos indirectos, imitaciones peligrosas é imperfectas del impulso d e l a f u e r z a vital
a u t o m á t i c a , impulso q u e no está destinado á servir como m o delo d e la conducta que d e b e seguirse e n medicina?
Los que creían que l a c a u s a d e l a e n f e r m e d a d podía d e d u cirse d e los síntomas que esta e s p r e s a b a , dirigían s u s p r e t e n didas curaciones radicales c o n t r a el e s p a s m o , la inflamación,
la p l é t o r a , l a f i e b r e , la debilidad parcial ó g e n e r a l , l a pituita,
las o b s t r u c c i o n e s , l a p u t r i d e z , etc.-, figurándose q u e iban
á s e p a r a r la causa d e l a e n f e r m e d a d con sus antiespasmódicos,
antiflogísticos, fortificantes, escitantes, antisépticos, f u n d e n t e s , resolutivos, derivativos, e v a c u a n t e s y otros medios a n t a gonistas, cuyos efectos no conocían, sino m u y superficialmente.
P e r o estas v a g a s indicaciones n o son suficientes p a r a b u s c a r
y ^ n c o n t r a r remedios q u e lo s e a n v e r d a d e r a m e n t e p a r a el e n fermo , y menos a u n p a r a hallarlos e n l a materia médica d e la
a n t i g u a e s c u e l a , q u e , como he. demostrado e n otro l u g a r ( 2 ) ,
(1) E n vano Huffeland quiere honrar á su antigua escuela, diciendo, que ella
se entrega á e s t a investigación; porque se sabe q u e antes de la publicación d e
mi Tratado de las enfermedades crónicas, la alopatía había ignorado durante veint e y cinco siglos el verdadero origen de estas afecciones.
(2) Véanse los prolegómenos d e mi Tratado de materia médica pura, t . ¡, p á g i na 1 , cap. Fuentes de la materia médica ordinaria.
se a p o y a , l a s m a s veces, en simples c o n g e l u r a s y e n conclusiones deducidas de los efectos obtenidos d e l a aplicación de esos
medios en l a s e n f e r m e d a d e s .
De u n a m a n e r a m a s irracional y a r r i e s g a d a se procedía a u n ,
c u a n d o dejándose g u i a r p o r indicaciones todavía m a s hipotétic a s , se dirigía la medicación contra l a s u p e r a b u n d a n c i a ó falta
de oxígeno, d e c a r b o n o , d e ázoe ó d e hidrógeno e n los h u m o r e s ; c o n t r a la exaltación ó disminución d e la i r r i t a b i l i d a d , d e
la sensibilidad, de l a n u t r i c i ó n , de l a v a s c u l a r i d a d , d e l a a s t e n i a , e t c . ; sin conocer medio alguno que poseyera l a virtud d e
alcanzar objeto t a n fantástico. P e r o esto no impedia q u e se hiciera ostentación d e estos medios c u r a t i v o s , q u e n i n g u n a v e n taja r e p o r t a b a n al e n f e r m o .
P e r o toda apariencia de t r a t a m i e n t o racional de las e n f e r m e d a d e s , desaparecía al fijar l a atención s o b r e l a c o s t u m b r e c o n s a g r a d a por el tiempo, y a u n f o r m u l a d a como ley, d e asociar diferentes sustancias medicinales p a r a componer lo q u e se l l a m a
u n a receta ó fórmula. P é n e s e á l a cabeza d e esta f ó r m u l a c o n
el n o m b r e d e base u n m e d i c a m e n t o , c u y a esfera medicinal es
c o m p l e t a m e n t e d e s c o n o c i d a , p e r o al cual se le supone la v i r t u d
de combatir el c a r á c t e r principal q u e el médico a t r i b u y e á l a
e n f e r m e d a d ; ú n e n s e a l a b a s e , como ayudantes, u n a , dos ó m a s
s u s t a n c i a s , c u y a m a n e r a d e afectar al organismo no es m e n o s
desconocida q u e la b a s e , p e r o q u e v a n destinadas p o r el m e dico á llenar a l g u n a indicación a c c e s o r i a , ó á d a r m a y o r energ í a á l a v i r t u d c u r a t i v a d e la p r i m e r a ; a ñ á d e s e luego u n correctivo , c u y a s p r o p i e d a d e s medicinales no se conocen mejor
q u e l a s d e los a g e n t e s a n t e r i o r e s ; se mezcla t o d o , haciendo
e n t r a r u n a s v e c e s u n j a r a b e c u a l q u i e r a , ó u n a g u a destilada,
que t a m b i é n posea s u s v i r t u d e s medicinales, y se supone q u e
cada u n o d e los i n g r e d i e n t e s de esta mezcla, u n a v e z introducidos y a e n el c u e r p o d e l e n f e r m o , d e s e m p e ñ a r á el papel q u e el
pensamiento del médico le h a s e ñ a l a d o , sin dejarse p e r t u r b a r
por los d e m á s q u e le a c o m p a ñ a n . El b u e n sentido se opone á
admitir que los medicamentos así mezclados, se conduzcan s i m u l t á n e a m e n t e e n el c u e r p o del enfermo d e la m a n e r a q u e el
médico l e s h a m a n d a d o . U n o d e estos medicamentos d e s t r u y e
al otro total ó p a r c i a l m e n t e e n su modo d e o b r a r , ó le i m p r i me , lo mismo que á los d e m á s d e la m e z c l a , u n nuevo modo
de a c c i ó n , q u e no se h a b í a p r e v i s t o ; d e m a n e r a q u e el efecto
que se e s p e r a b a d e su administración no h a podido p r o d u c i r s e .
. E l inesplicable e n i g m a d e l a s mezclas d e m e d i c a m e n t o s , t r a e
consigo m u c h a s veces u n a modificación d e la e n f e r m e d a d , q u e
no podía e s p e r a r s e , y q u e á veces no puede distinguirse bien
en medio del conjunto d e s í n t o m a s ; d e donde m u c h a s veces
p r o c e d e , que no a t r i b u y é n d o s e esta modificación al uso d e los
medicamentos a d m i n i s t r a d o s , se continúa haciéndolo d e la r e c e t a , hasta d e t e r m i n a r u n a n u e v a e n f e r m e d a d artificial p e r m a nente. De cualquiera m a n e r a , ó se a ñ a d e u n a e n f e r m e d a d a r tificial á l a e n f e r m e d a d o r i g i n a r i a , ó se a g r a v a l a afección p r i mitiva. Si el enfermo n o usa por m u c h o tiempo los medicamentos d e u n a m i s m a receta y se le d a n los componentes d e o t r a s
distintas y v a r i a d a s , con frecuencia resulta por lo m e n o s el a u mento de la debilidad, p o r q u e l a s sustancias que se p r e s c r i b e n
p a r a cumplir con esa indicación, g e n e r a l m e n t e tienen poca ó
n i n g u n a analogía con l a e n f e r m e d a d p r i m i t i v a , y no hacen m a s
que a t a c a r l a integridad del o r g a n i s m o , sin utilidad a l g u n a p a r a el e n f e r m o .
A u n q u e fuese conocida-la acción d e los medicamentos s o b r e
el o r g a n i s m o h u m a n o (y el médico q u e pone u n a r e c e t a , la
m a y o r p a r t e d e l a s veces, n o conoce ni la centésima p a r t e d e
los que formula ) , mezclando m u c h o s d e e l l o s , algunos d e los
cuales s o n y a c o m p u e s t o s , y cada u n o difiere m u c h o d e los
otros r e l a t i v a m e n t e á su energía especial , y o r d e n a n d o q u e el
enfermo tome esta mezcla incalificable á g r a n d e s dosis y f r e c u e n t e m e n t e r e p e t i d a s , p r e t e n d i e n d o u n efecto c u r a t i v o , c o m e t e r i a u n a b s u r d o , que no p u e d e menos de reconocer todo
h o m b r e que no a b r i g u e prevenciones y q u e esté a c o s t u m b r a d o
á reflexionar ( 1 ) . El resultado de esta medicación es n a t u r a l m e n t e opuesto al que se e s p e r a . Con ella se p r o d u c e n cambios,
es v e r d a d , pero 110 h a y uno solo que v e n g a f a v o r a b l e , ni sea
conforme al objeto que se desea.
Si y o p r e g u n t a r a a h o r a , á cuál de estas m a n i o b r a s , e j e c u t a d a s á ciegas en el c u e r p o del h o m b r e enfermo, se podría l l a m a r .
c o n f u n d a m e n t o curación, ¿ q u é se m e r e s p o n d e r í a ? Que n i n g u na seguramente.
La curación solo d e b e e s p e r a r s e de la reacción de la f u e r z a
v i t a l , despues que esta f u e r z a h a r e c o b r a d o su r i t m o n a t u r a l
de actividad, en v i r t u d de u n m e d i c a m e n t o a p r o p i a d o . E n v a n o
se e s p e r a r í a conseguirla estenuando el c u e r p o , s e g ú n los p r e ceptos de lo q u e se h a llamado el a r t e de c u r a r . ¡Y sin e m (1) H o m b r e s ha habido en la escuela ordinaria que han reconocido lo absurdo de las mezclas d e medicamentos, aun cuando ellos mismos siguiesen esta etern a r u t i n a , condenada por su razón. Ilerz, se espresa d e la manera siguiente:
(Journal de Huffeland, n . pág. 33.) «Si se t r a t a de hacer que cese el estado inflama»torio, no empleamos solamente el nitro, ni la sal amoniaco, ni los ácidos ve»getales, sino que ordinariamente mezclamos muchos antiflogísticos, ó bien los h a »cemos alternar los unos con los otros. Si se t r a t a d e resistir á la p u t r i d e z , n o
«nos basta p a r a alcanzar este o b j e t o , administrar en gran cantidad d e cualquiera
« d e los antisépticos conocidos, la quina, los ácidos minerales, el á r n i c a , la ser» p e n t a r i a , e t c . ; m a s bien reunimos muchos d e ellos, esperando mejores resultados
»de su acción combinada, ó b i e n , ignorando lo que mas convendría en el caso
« p r e s e n t e , acumulamos muchas sustancias, y dejamos á la casualidad el cuidado
» d e hacer que se produzca por unas ó por otras, el alivio que deseamos. Así es raro
« q u e s e escite el s u d o r , que se purifique la s a n g r e , que se resuelvan obstruc» c i o n e s , que se p r o v o q u e la espectoracion, y aun que se p u r g u e , con la ayuda
» d e un solo medio. P a r a obtener este resultado, nuestras fórmulas son siempre
»complicadas, casi nunca son simples y p u r a s ; no podemos considerarlas como
»experimentos relativos á los efectos de las diversas sustancias que entran en su
b a r g o , la escuela a n t i g u a no s a b e oponer á la m a r c h a de las
e n f e r m e d a d e s crónicas, m a s que medios propios p a r a martirizar
á los e n f e r m o s , a g o t a r las f u e r z a s , e s t r a e r los h u m o r e s y
a c o r t a r la v i d a ! ¿Cómo p u e d e salvarse d e s t r u y e n d o ? Y si la
medicina a n t i g u a , d e s t r u y e n d o p r e t e n d e s a l v a r , ¿ m e r e c e el t i tulo con r a z ó n de a r t e de c u r a r ? O b r a n d o
artis, de la m a nera m a s opuesta á su objeto, y haciendo lo contrario de lo que
seria conveniente e j e c u t a r , y esto de u n a m a n e r a , que casi se
halla uno inclinado á creer que es con intención decidida de
h a c e r daño -, ¿es posible q u e d e b a m o s tolerarla y la dejemos p r e conizar t r a n q u i l a m e n t e sus curaciones racionales?
E n estos últimos tiempos se ha e x a g e r a d o tanto en su c r u e l d a d p a r a con los e n f e r m o s , y en lo a b s u r d o de sus métodos de
t r a t a m i e n t o , que todo o b s e r v a d o r imparcial lo lia llegado á conocer', y hasta los médicos salidos de su propio s e n o , movidos
por su conciencia, como K r u g e r - H a u s e n , se h a n visto o b l i g a dos á confesarlo p ú b l i c a m e n t e .
»composicion. A la v e r d a d , en nuestras fórmulas establecemos doctoralmenle
»una gerarquía entre los medios, y llamamos lase á aquel á quien propiamente
» h a b l a n d o confiamos el e f e c t o , dando á los otros el nombre d e ayudantes,
cor»rectivos, etc. P e r o es evidente-, que esta clasificación es en gran p a r t e arbitraria.
»Los a y u d a n t e s contribuyen también al efecto t o t a l como la b a s e , aunque no
»podemos determinar su grado d e acción. La influencia d e los correctivos sobre
»las virtudes d é l o s dichos medios, tampoco 5 puede ser indiferente; deben a u »mentarlas, disminuirlas, ó imprimirlas otra dirección. E l cambio saludable q u e
»determinamos con la a y u d a d e s e m e j a n t e f ó r m u l a , debe siempre ser considerando como el resultado de la reunión de su contenido, sin que d e ello p o d a m o s
»deducir n a d a relativo á la actividad especial de cada uno de los medicamentos
»de que se compone. Sabemos m u y poco para conocer lo que h a y d e esencial
»en todos los medicamentos, y nuestros conocimientos son muy limitados p a r a
» saber las afinidades que se desplegan, quizá por centenares, cuando se mezclan
»los unos con los o t r o s , para que podamos decir con certeza cuáles son el modo
» v el grado de energía de una sustancia, aun la mas indiferente en apariencia,
»cuando esté introducida en el cuerpo humano, combinada con las otras.»
Tiempo e r a y a d e que l a eterna sabiduría del Criador y cons e r v a d o r d e los h o m b r e s , pusiese término á estas a b o m i n a c i o n e s , y que hiciese a p a r e c e r u n a m é d i c i p . c o n t r a r i a , que e n v e z
de a g o t a r los h u m o r e s y l a s f u e r z a s , p o r medio d e vomitivos,
p u r g a n t e s , b a ñ o s ' c a l i e n t e s , sudoríficos y sialagogos-, d e d e r r a m a r á t o r r e n t e s la s a n g r e indispensable á l a vida-, d e a t o r mentar „con toda clase d e medios dolorosos-, d e a ñ a d i r i n c e s a n temente n u e v a s e n f e r m e d a d e s á las a n t i g u a s , y d e h a c e r i n c u r a b l e s á estas ú l t i m a s p o r el uso prolongado d e m e d i c a m e n t o s
h e r o i c o s , desconocidos e n s u m a n e r a d e obrar-, e n u n a p a l a b r a , d e colocar los b u e y e s d e t r a s d e l a r a d o , y d e a l l a n a r s i n
piedad a n c h o camino á la m u e r t e , economiza todo lo posible l a
f u e r z a d é l o s e n f e r m o s , y l e s lleve con suavidad y p r o n t i t u d á
u n a curación d u r a d e r a , c o n el auxilio d e u n corto n ú m e r o » d e
a g e n t e s simples, bien conocidos e n su acción, elegidos con d i s cernimiento y administrados á dosis f r a c c i o n a d a s . ¡ Tiempo e r a
y a d e que se descubriese la H o m e o p a t í a ! ¡
EJEMPLOS Í
CURACIONES HOMEOPATICAS,
VERIFICADAS I N V O L U N T A R I A M E N T E
POR MÉDICOS DE LA ESCUELA
fe
;
ANTIGUA
;
La observación, el estudio, la meditación y la experiencia
m§ h a n e n s e ñ a d o , q u e la m a r c h a q u e d e b e seguirse p a r a o b t e n e r v e r d a d e r a s curaciones, s u a v e s , p r o n t a s , s e g u r a s y d u r a d e r a s , consiste e n elegir con acierto p a r a c a d a caso individual d e e n f e r m e d a d , u n medicamento, capaz d e producir p o r
su propia virtud u n a afección semejante á la q u e se p r e t e n d e
c u r a r , que es precisamente lo contrario d e lo que enseñan los
preceptos alopáticos.
Este nuevo método d e t r a t a r l a s e n f e r m e d a d e s , nadie antes
q u e y o lo h a e n s e ñ a d o , ni puesto en práctica. P e r o si este m é todo e s él único q u e está en a r m o n í a con la v e r d a d , d e lo q u e
p o d r á adquirirse entero convencimiento leyendo este l i b r o , tenemos derecho á e s p e r a r , q u e , a u n q u e desconocido p o r t a n
l a r g a série d e siglos, cada u n o d e estos nos o f r e z c a , sin e m b a r g o , p r u e b a s decisivas d e su existencia ignorada ( 1 ) . Esto
en efecto es lo q u e s u c e d e .
(1) La verdad es eterna, como la misma Divinidad, y los hombres, aunque
pueden olvidarla por mucho tiempo, llega por fin el día , en que cumpliendo los
altos designios de la Providencia, sus rayos penetran la nube d e las preocupaciones y derraman una claridad benéfica, que nada es capaz de estinguir en adelante.
Tiempo e r a y a d e que l a eterna sabiduría del Criador y cons e r v a d o r d e los h o m b r e s , pusiese término á estas a b o m i n a c i o n e s , y que hiciese a p a r e c e r u n a m é d i c i p . c o n t r a r i a , que e n v e z
de a g o t a r los h u m o r e s y l a s f u e r z a s , p o r medio d e vomitivos,
p u r g a n t e s , b a ñ o s ' c a l i e n t e s , sudoríficos y sialagogos-, d e d e r r a m a r á t o r r e n t e s la s a n g r e indispensable á l a vida-, d e a t o r mentar „con toda clase d e medios dolorosos-, d e a ñ a d i r i n c e s a n temente n u e v a s e n f e r m e d a d e s á las a n t i g u a s , y d e h a c e r i n c u r a b l e s á estas ú l t i m a s p o r el uso prolongado d e m e d i c a m e n t o s
h e r o i c o s , desconocidos e n s u m a n e r a d e obrar-, e n u n a p a l a b r a , d e colocar los b u e y e s d e t r a s d e l a r a d o , y d e a l l a n a r s i n
piedad a n c h o camino á la m u e r t e , economiza todo lo posible l a
f u e r z a d é l o s e n f e r m o s , y l e s lleve con suavidad y p r o n t i t u d á
u n a curación d u r a d e r a , c o n el auxilio d e u n corto n ú m e r o » d e
a g e n t e s simples, bien conocidos e n su acción, elegidos con d i s cernimiento y administrados á dosis f r a c c i o n a d a s . ¡ Tiempo e r a
y a d e que se descubriese la H o m e o p a t í a ! ¡
EJEMPLOS Í
CURACIONES HOMEOPATICAS,
VERIFICADAS I N V O L U N T A R I A M E N T E
POR MÉDICOS DE LA ESCUELA
fe
;
ANTIGUA
;
La observación, el estudio, la meditación y la experiencia
m§ h a n e n s e ñ a d o , q u e la m a r c h a q u e d e b e seguirse p a r a o b t e n e r v e r d a d e r a s curaciones, s u a v e s , p r o n t a s , s e g u r a s y d u r a d e r a s , consiste e n elegir con acierto p a r a c a d a caso individual d e e n f e r m e d a d , u n medicamento, capaz d e producir p o r
su propia virtud u n a afección semejante á la q u e se p r e t e n d e
c u r a r , que es precisamente lo contrario d e lo que enseñan los
preceptos alopáticos.
Este nuevo método d e t r a t a r l a s e n f e r m e d a d e s , nadie antes
q u e y o lo h a e n s e ñ a d o , ni puesto en práctica. P e r o si este m é todo e s él único q u e está en a r m o n í a con la v e r d a d , d e lo q u e
p o d r á adquirirse entero convencimiento leyendo este l i b r o , tenemos derecho á e s p e r a r , q u e , a u n q u e desconocido p o r t a n
l a r g a série d e siglos, cada u n o d e estos nos o f r e z c a , sin e m b a r g o , p r u e b a s decisivas d e su existencia ignorada ( 1 ) . Esto
en efecto es lo q u e s u c e d e .
(1) La verdad es eterna, como la misma Divinidad, y los hombres, aunque
pueden olvidarla por mucho tiempo, llega por fin el día , en que cumpliendo los
altos designios de la Providencia, sus rayos penetran la nube d e las preocupaciones y derraman una claridad benéfica, que nada es capaz de estinguir en adelante.
58
Los enfermos q u e e n cualquiera época h a n sido c u r a d o s d e
una m a n e r a p r o n t a , d u r a d e r a , positiva y manifiesta p o r el
auxilio d e a l g ú n medicamento y n o p o » circunstancia a l g u n a
f a v o r a b l e , ó p o r q u e l a e n f e r m e d a d a g u d a h u b i e s e llegado á su
resolución n a t u r a l , ó p o r q u e l a s f u e r z a s del enfermo h a y a n
r e c o b r a d o , e n fin, poco á poco su r i t m o n o r m a l , d u r a n t e u n
tratamiento alopático, ó antipáiico ( p o r q u e s e r c u r a d o d i r e c t a m e n t e , dista mucho d e serlo p o r una via i n d i r e c t a ) , estas e n f e r m e d a d e s h a n c e d i d o , a u n q u e ignorándolo el médico, á l a acción v i r t u a l d e u n r e m e d i o h o m e o p á t i c o ; e s d e c i r , á l a acción
virtual d e u n a g e n t e q u e poseia la facultad d e producir p o r si
mismo u n estado m o r b o s o , semejante á aquel p a r a c u y a d e s aparición se e m p l e a b a .
Hasta en l a s v e r d a d e r a s c u r a c i o n e s , o b t e n i d a s e n virtud d e
la acción d e m e d i c a m e n t o s c o m p u e s t o s , c u y o s ejemplos 110 son
m u y f r e c u e n t e s , se o b s e r v a , que l a acción del remedio que d o m i n a b a á l a d e los d e m á s d e l a m e z c l a , e r a s i e m p r e d e índolehomeopática.
Aun se nos presenta m a s evidente esta v e r d a d e n ciertos casos, e n que los médicos, olvidando la p r á c t i c a rutinaria d e m e z clar m u c h o s m e d i c a m e n t o s e n cada r e c e t a , h a n conseguido
p r o n t a s curaciones c o n el auxilio d e u n m e d i c a m e n t o simple.
Entonces, se veia con s o r p r e s a q u e r r á debida á u n a sustancia
medicinal, capaz d e p r o d u c i r por sí m i s m a u n a e n f e r m e d a d s e m e j a n t e á l a que c u r a b a , a u n cuando el médico n o supiera lo
que hacía, y no o b r a s e de esta m a n e r a , sino olvidando los t e r minantes preceptos d e su escuela. Administrando u n m e d i c a mento contrario al q u e s u terapéutica le s e ñ a l a b a , p o r esta única r a z ó n destruía l a e n f e r m e d a d y restablecía la salud d e su
enfermo.
Yoy á citar algunos ejemplos d e estas curaciones h o m e o p á ticas ,• verificadas i n v o l u n t a r i a m e n t e p o r médicos d e l a a n t i g u a
y
59
e s c u e l a , c u y a interpretación, clara y precisa, se e n c u e n t r a en la
doctrina médica hoy reconocida con el n o m b r e d e Homeopatía,
sin que p o r esto sea necesario tenerlos como a r g u m e n t o s en fav o r d e esta ú l t i m a , supuesto q u e 110 tiene necesidad d e apoyo
ni sosten ( 1 ) .
El autor del Tratado de las epidemias, que se a t r i b u y e á Hipp ó c r a t e s ( 2 ) , h a b l a de u n cólera m o r b o , rebelde á todos los remedios , y q u e se c u r ó ú n i c a m e n t e con el lieleboro blanco, planta que p o r sí misma produce el c ó l e r a , como h a n o b s e r v a d o
F o r e e s t , L e d e l , R a i m a n n y otros m u c h o s ( 3 ) .
La sudeta inglesa q u e se p r e s e n t ó e n 1 8 4 5 , y q u e , m a s
mortífera que la misma p e s t e , m a t a b a , según W i l l i s , noventa
y n u e v e enfermos d e cada cien a t a c a d o s , no pudo s e r d o m i n a da hasta q u e se administraron sudoríficos á los enfermos. Desde aquella época m u r i e r o n m u y pocas p e r s o n a s , según o b s e r va Sennert ( 4 ) .
U n flujo d e v i e n t r e , q u e d a t a b a d e m u c h o s a ñ o s y q u e a m e (1) Si en los casos que voy á referir, las dosis d e los medicamentos han sido
superiores á las que prescribe la medicina homeopática, naturalmente d e esto se
sigue, el peligro que en general ocasionan las altas dosis de agentes homeopáticos.
Sin e m b a r g o , en diversas circunstancias, q u e no siempre e s fácil descubrir, c o munmente se observa, que dosis m u y considerables de remedios homeopáticos, curan sin causar perjuicio notable, y a porque la sustancia medicinal ha perdido su
e n e r g í a , y a porque sobrevienen evacuaciones a b u n d a n t e s , teniendo p o r resultado destruir la mayor parte del efecto del remedio, ya en fin, porque el estómogo
ha recibido al mismo tiempo otras sustancias capaces d e neutralizar el poder d e
las dosis por su acción antidotarla.
(2)
(3)
Al principio del lib. v .
P . F O R E E S T . xvni. obs. 4 4 . L E D E L , Mise. nat. cur. dee. ni, ann.í, obs. 6 5 .
R É I M A N N , Brest,
Samm, 1 7 2 4 , p . 5 3 3 . — En este ejemplo y en todos los demás, n o
he querido citar mis propias observaciones, ni las d e mis discípulos, acerca d e
las propiedades especiales d e cada medicamento, sino solamente las d e los m é dicos de los tiempos pasados. Mi objeto ha sido probar, q u e la medicina homeopática podria haberse descubierto antes. ,
^
( í ) D e f e b r i b u s , iv. cap. 1 5 .
v*«i
1 •
nazaba y a u n a m u e r t e inevitable, despues d e h a b e r usado g r a n
n ú m e r o d e medicamentos, todos ineficaces, f u é curado con g r a n
sorpresa d e Fischer ( 1 ) , d e u n a m a n e r a p r o n t a y d u r a d e r a , p o r
medio d e u n p u r g a n t e , administrado p o r u n empírico.
La experiencia diaria, y M u r r a y , á quien cito como p u d i e r a
citar á muchos o t r o s , colocan entre los síntomas principales que
produce el tabaco, al v é r t i g o , l a s n á u s e a s y la ansiedad p r e cordial. Pues Diemerbroech se c u r ó d e los v é r t i g o s , n á u s e a s y
ansiedad precordial ( 2 ) , con el uso d e l a p i p a , cuando se v i ó
atacado d e estos síntomas en medió d e los socorros q u e su d e b e r
le obligaba p r e s t a r á l a s victimas d e las e n f e r m e d a d e s epidémicas d e Holanda.
Los perjudiciales efectos q u e a l g u n o s a u t o r e s , .Georgi ( 3 ) ,
entre o t r o s , a t r i b u y e n a l agaricus muscarias, que usan los h a bitantes d e K a m t s c h a t k a , y q u e consisten e n t e m b l o r e s y convulsiones epilépticas, s e h a n convertido e n efectos saludables
en manos d e G . - G . W h i s t l i n g ( 4 ) , que h a empleado este h o n g o
con éxito feliz contra las convulsiones a c o m p a ñ a d a s d e t e m b l o r ,
y e n l a s d e J . G . B e r n h a r d t ( 5 ) , q u e t a m b i é n se h a s e r v i do d e él v e n t a j o s a m e n t e contra u n a especie d e epilepsia.
La observación recogida p o r M u r r a y ( 6 ) , d e q u e el aceite de
anis mitiga los dolores d e v i e n t r e , y c u r a los cólicos gaseosos,
ocasionados p o r los p u r g a n t e s , no d e b e s o r p r e n d e r n o s , c u a n do sabemos que J . P . A l b r e c h e t ( 7 ) h a o b s e r v a d o dolores d e
H U F F E L A N D ' S Journal fuer, praktische
Heilkumde, x, I V , p . 1 2 7 .
(2) Tractatus de peste. Amsterdam. 1 6 6 5 , p . 2 7 3 .
(3) Beschreibung aller Nationen desrussischen Reiches, p . 7 8 , 2 6 7 , 2 8 1 , 3 2 1 .
329, 332.
(1)
Diss. de virt. agar. muse. l e n a , 1 7 1 8 , p . 1 3 .
(5) Chyen. Yers. und Erfahrungen. Leipsick, 1 7 5 4 ; obs. 5 ; p . 3 2 4 . — G r u n e r ;
De viribus agar. mus. l e n a , 1 7 7 8 , p . 1 3 .
(6) Appar. medie. 1 , p . 4 2 9 , 4 3 0 .
(7) Mis. nat. cur., dec. TI. aun. 8 , obs. 1 6 9 .
e s t ó m a g o p r o d u c i d o s p o r esta s u s t a n c i a , y P . Foreest ( 1 ) , c ó licos violentos p r o d u c i d o s p o r la acción de este líquido. Si F . H o f f m a n n preconiza la v i r t u d d e l a yerba de san Juan, ó ciento en
rama contra m u c h a s h e m o r r a g i a s ; si G . E . S t a h l , B u c h w a l d
y Loeseke h a n reeococidq útil este v e g e t a l contra el flujo h e m o r r o i d a l a b u n d a n t e ; si Q u a r i n y los r e d a c t o r e s d e l a coleccion
d e B r e s l a u , refieren curaciones d e hemoptisis p o r esta planta-,
y si T h o m a s i u s , s e g ú n refiere H a l l e r , l a h a empleado con feliz
éxito e n la metrorragia-, estas curaciones se refieren evidentem e n t e á la v i r t u d q u e goza la y e r b a d e s a n J u a n , d e producir
flujos d e s a n g r e , y la h e m a t u r i a , como lo h a o b s e r v a d o
G . H o f f m a n n ( 2 ) , y s o b r e t o d o de producir epistasis, como B o c k l e r ( 3 ) lo h a c o n f i r m a d o .
Scevolo ( 4 ) , e n t r e otros m u c h o s , h a c u r a d o u n a emisión d e
orina p u r u l e n t a y dolorosa p o r medio d e la gayuba, y esto n o
h u b i e r a tenido l u g a r , si esta planta no hubiese poseído l a v i r tud d e p r o v o c a r p o r sí misma a r d o r e n el acto d e o r i n a r , y e m i sión d e orina v i s c o s a , como lo h a reconocido S a u v a g e s ( 5 ) .
A u n q u e los e x p e r i m e n t o s n u m e r o s o s d e S t o e r c k , M a r g e s ,
Planchón, Dumonceau, F . G. Junker, Schinz, Ehrmann y
o t r o s , no h u b i e s e n d e m o s t r a d o q u e el colchico c u r a u n a e s p e cie d e h i d r o p e s í a , debería y a h a b e r s e esperado q u e f u e r a así,
atendida l a v i r t u d especial que tiene d e disminuir l a secreción
r e n a l , al mismo tiempo q u e escita los deseos d e orinar y d e t e r m i n a l a espulsíon d e u n a corta cantidad d e este líquido, d e
u n color rojo encendido, como lo h a n visto S t o e r c k ( 6 ) y d e
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
•
Observat. et eurationes. l¡b. 2 1 7 .
De medican, officinal. L e y d . 1 7 3 8 .
Cynosura mal. med. cont. p . 5 5 2 .
GiRARDi.De üvaursi. P a d . 1 7 6 4 .
Nossolog., 1 1 1 ; p . 2 0 0 .
Lib. de colchico. Yien. 1 7 6 3 , p . 1 2 .
B e r g e ( 1 ) . T a m b i é n e s e v i d e n t e q u e la curación d e u n asma
hipocondriaco, c o n s e g u i d a p o r Goerilz ( 2 ) con auxilio del
colchico, y la d e u n a s m a con h i d r o t o r a x , alcanzada p o r
Stoerck ( 3 ) con el uso d e dicha p l a n t a , estriban e n la facultad
homeopática que posee el colchico d e producir el a s m a y la
d i s n e a , como h a c o m p r o b a d o B e r g e ( 4 ) .
La raiz d e jalapa, s e g ú n Muralto ( o ) h a o b s e r v a d o , c a u s a ,
independientemente d e l o s cólicos, u n a g r a n d e inquietud y agitación. E l médico, f a m i l i a r i z a d o con l a s v e r d a d e s de la H o m e o p a t í a , e n c u e n t r a m u y n a t u r a l y lógica la propiedad q u e G . W .
W e d e l ( 6 ) a t r i b u y e con r a z ó n á l a j a l a p a d e c a l m a r los dolores d e vientre, que h a c e n g r i t a r á los niños, poniéndolos e n a g i tación c o n t i n u a , y p r o c u r a r l e s u n sueño t r a n q u i l o .
M u r r a y , Hillary y S p i e l m a n a t e s t i g u a n , y l a experiencia
diaria lo c o n f i r m a , q u e l a s hojas del sen p r o d u c e n cólicos, y
según G. Hoffmann (7) y F . Hoffmann (8), determinan"también flatos y agitación e n l a s a n g r e ( 9 ) , causa ordinaria d e l i n s u m i ó . P u e s D e t h a r d i n g (10), se h a a p r o v e c h a d o de esta v i r t u d
homeopática del s e n , p a r a c a l m a r "violentos cólicos y l i b r a r á
los enfermos del insomnio.
S t o e r c k , h o m b r e d e g r a n talento y p e n e t r a c i ó n , c o m p r e n dió, q u e el dictamo p r o d u c í a f r e c u e n t e m e n t e u n flujo mucoso
(1)
(2)
1213.
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
Journal de Medicine, X X I I .
A.-E. Buechener, Miscell. phis med. mathem, a n n . 1 7 2 8 . jul.p.
Erfurt, 1732.
I b i d . cas. 1 1 , 1 3 . C o n t . c a s . 4 , 9 .
I b i d . , loe. c i t .
Miscell. nat. cur. cap. d e c . n , a . 7 , obs. 1 1 2 .
Opiolg., l i b . l , p . l , . i , p . 3 8 .
De medicin. officin., l i b . i .
Diss. de malina, §. 16.
MURRAY,
1212
uterino ( 1 ) , y q u e esto 110 e r a sino e n v i r t u d d e la facultad que
poseía esta planta d e c u r a r l e u c o r r e a s c r ó n i c a s , d e lo que l l e gó á convencerse, administrando el díctamo en los flujos v a g i nales c r ó n i c o s ( 2 ) .
Stoerck h u b i e r a t a m b i é n debido a d m i r a r s e d e h a b e r c u r a d o
u n e x a n t e m a g e n e r a l , crónico, h ú m e d o y fajadénico, c o n i a clematide derecha ( 3 ) , despues d e h a b e r reconocido, q u e esta planta tiene la virtud d e p r o d u c i r u n a erupción psórica e n todo el
cuerpo ( 4 ) .
Si l a eufrasia h a c u r a d o , s e g ú n observación d e M u r r a y (5)
u n a especie de o f t a l m í a , ¿cómo h a podido h a c e r l o sino e n v i r t u d d e la facultad inherente á este v e g e t a l , o b s e r v a d a p o r L o bel ( 6 ) , d e escitar cierta f o r m a d e inflamación d e los ojos?
S e g ú n J . H . L a n g e ( 7 ) , la nuez moscada se h a m o s t r a d o
m u y eficaz en los vértigos histéricos. P u e f la causa d e este f e nómeno e s p u r a m e n t e h o m e o p á t i c a , p o r q u e administrada la
nuez moscada á g r a n d e s dosis á u n h o m b r e en e s t a d o d e b u e n a
s a l u d , d á l u g a r , s e g ú n Schmid (8) y Cullen ( 9 ) , á la pérdida
d e los.sentidos v á u n a insensibilidad g e n e r a l .
La c o s t u m b r e antiquísima d e e m p l e a r el a g u a d e rosas al esterior contra ciertas o f t a l m í a s , p a r e c e s e r u n testimonio d e la
propiedad curativa d e ciertos males de los ojos, q u e l a s flores
del rosal tienen la v i r t u d d e p r o d u c i r , efecto q u e E c h l i u s (10),
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
l o e . c i t . II, p . 5 0 7 .
(10) Ephem. nat. cur. cent. 1 0 , obst. 7 6 .
(10)
Lib. de flamm. Jovis. Vien. 1769. c a p . 2.
Ibid., cap. 9.
I b i d . , cap. 13.
I b i d . , cap. 33.'
Appar. medie., II, p . 221.
Slirp. Adversar.,
219.
Domest. Brvnswic. 136.
Mise. nat. cur., dec. II; ann. 2 , obs. 120.
Arzneimittllehre,
II. p . 233.
A D A M I , Vita medie,
p. 7 2 .
Ledet (1) y Rau (2) h a n visto y c o m p r o b a d o m u c h a s v e c e s .
Si el zumaque venenoso, s e g u n d e Rossi ( 3 ) , V a n Möns (4),
J . Monti (5), Sybel (6) y otros, tiene l a p r o p i e d a d d e producir
unos pequeños g r a n o s e n la superficie del cuerpo hasta cubrirla
poco á poco, fácilmente se c o m p r e n d e la virtud que tiene el m i s mo z u m a q u e d e c u r a r homeopáticamente a l g u n a s especies d e
herpes, como Dufresnoy y Y a n Möns nos lo d e m u e s t r a n . ¿A qué
d e b e atribuirse l a curación d e u n a paralisis d e los m i e m b r o s
inferiores, a c o m p a ñ a d a de debilidad d e las facultades i n t e l e c t u a les, como cita Alderson ( 7 ) , obtenida por el uso del z u m a q u e
v e n e n o s o , sino á l a propiedad q u e esta p l a n t a tiene d e p r o ducir u n g r a n decaimiento d e f u e r z a s m u s c u l a r e s , p e r t u r b a n do l a s facultades intelectuales del individuo, hasta el p u n t o
de persuadirle q u e v á á m o r i r , como lo h a visto Zadig (8)?
La dulcamara h a c u r a d o , s e g ú n G a r r e r e ( 9 ) , m u y g r a v e s
e n f e r m e d a d e s , c a u s a d a s p o r u n enfriamiento. P u e s esto consiste
en q u e la d u l c a m a r a tiene la v i r t u d d e d e t e r m i n a r , e n épocas
f r í a s y h ú m e d a s , molestias semejantes á l a s q u e r e s u l t a n d e u n
e n f r i a m i e n t o , como el mismo C a r r e r e ( 1 0 ) y S t a r c k e h a n v i s to ( 1 1 ) ; Fritze ( 1 2 ) h a o b s e r v a d o que la d u l c a m a r a p r o d u c e con-
Mise. nat. curios., dec. n , ann. 2 , obs. 1 4 0 .
Uber den Werth des homeop. H e i l b e r f , p . 7 3 .
Obs. de nonnullis plantis queepro venenalis habentur. Pise. 1 7 6 7 .
D U F R E S N O Y , Uber den wurzelnden
Sumaeh, p . 2 0 6 .
Acta Inst. Bonon.se. et a r t . ni. p . 1 6 5 .
En med. Annalen., 1 8 1 1 , julio.
En Samm. I. aus. Abh. f . pr. Aertzte, x v m , 1 ,
H U F F E L A N D ' S Journal
der prak. Heilk. v, p . 3 .
(9)
C A R R E R E Y S T A R C K E , Abhandl.
ueberdie Eigenschaft des Nachtschattens
Bittersuesse. Yena, 1 7 8 6 , p . 2 0 2 3 .
(10) Ibid.
( 1 1 ) C A R R E R E ibid.
(12) Annalen des klinischen Instituts, n i . p . 4 5 .
vulsiones, y De Ilaen ( 1 ) ha c o m p r o b a d o el mismo efecto, a c o m p a ñ a d o d e defino. Pues delirio y convulsiones se h a n c u n d o
p o r este último médico con dosis m u y pequeña^ d e d l a m a r a
E n v a n o se buscaría e n el campo d e l a s hipótesis la razón, p o r
la cual la d u l c a m a r a se h a y a mostrado t a n eficaz en la c u r a ción d e u n a f o r m a d e h e r p e , e n presencia d e C a r r e r e ( 2 ) d e
Fouquet ( 3 ) y d e P o u p a r t (4); pero l a observación filosófica
que la Homeopatía reclama p a r a c u r a r c o n s e g u r i d a d , nos h a
d e m o s t r a d o la virtud que tiene esta y e r b a d e p r o d u c i r u n a e s pecie d e h e r p e . C a r r e r e h a visto, q u e la administración d e la
d u l c a m a r a dió origen á u n a erupción herpética, que llegó á cub r i r en quince días toda la superficie del c u e r p o (o)- otra a u e
tuyo su asiento e n l a s m a n o s (6), y o t r a , p o r último, q u e se
lijo en los labios d e la v u l v a ( 7 ) .
R u e c k e r (8) h a visto u n a hidropesía g e n e r a l debida al uso de
lal escrofilam. G a t a q u e r (9) y Cirillo (10) h a n c u r a d o h o m e o páticamente a n o s a r c a s con el uso d e esta y e r b a
Boerhaave ( 1 1 ) , S y d e n h a m (12) y Radcliff ( 1 3 ) K a n c u r a d o
una especie d e hidropesía, administrando l a s flores del saúco.
(1) Ratio medendi, t . iv, p . 2 2 8
(2) Ibid. p . 9 2 .
(3) R A Z O U Z , tablas nosológicas, p . 2 7 5 .
(4) Traite des dartres. París 1 7 8 2 p 1 8 4 1 9 2
(5) Ibid. p . 9 6 .
(6) I b i d . p . 1 4 9 .
(7) I b i d . p . 1 6 4 .
(8) Commerc. liter. Noric., 1 7 3 1 , p. 372.
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
95, ( 0 98
oder
VmUChemBemerck
-
derEdinb
-
Cesellschaft. Altenbourg, 1 7 6 2 .
(10) Consult. medichi, t . m , Naples, 1 7 3 8
(11) Historia plantarum, P . 1 , p . 2 0 7 .
(12) Opera, p . 4 9 6 .
(13) I I A L L E R , ArzneimiUellehere, p . 349.
Vn,
p.
60
Halleí (1) nos enseña q u e ei saúco, d e t e r m i n a u n a hinchazón s e rosa en toda l a superficie del cuerpo, p o r s u sola aplicación.
De H a e n (2) Sarcone, (3) y P r i n g l e ( 4 ) , respetando la v e r dad y la experiencia, confiesan q u e h a n c u r a d o p l e u r e s í a s
con l a escita, raiz c u y a g r a n d e a c r i t u d debía h a c e r l a p r o s c r i birse e n u n a e n f e r m e d a d , p a r a cuyo t r a t a m i e n t o no admite l a
escuela r e i n a n t e , m a s q u e remedios r e f r e s c a n t e s , antiflogísticos y d e m u l c e n t e s . P e r o n o p o r eso h a dejado d e desaparecer el dolor d e c o s t a d o , b a j o l a influencia d e esta p l a n t a ,
en virtud d e l a l e y homeopática, p o r q u e J . G, W a g n e r (o) había y a observado, q u e su acción d e t e r m i n a b a u n a especie d e
pleuresía v d e inflamación del p u l m ó n .
D. C r u g e r , R a y , Ivellner, K a a u - B o e r h a a v e y m u c h o s otros
prácticos (6),' h a n observado q u e el daturas Iramomum, produce convulsiones con g r a n delirio. P u e s m u c h o s médicos, p r e c i s a m e n t e p o r esta propiedad, l a h a n u s a d o p a r a c u r a r l a d e m o nomania ( 7 ) , delirio fantástico a c o m p a ñ a d o d e espasmos en los
miembros, Sidren (8) y W e d e m b e r g (9). Si por el auxilio de est a p í a n t a h a podido Siden (10) c u r a r dos casos de corea, p r o d u cido el uno p o r ei miedo y otro p o r el v a p o r d e l m e r c u r i o , h a
sido justamente p o r l a v i r t u d q u e el estramonio posee d e escitar movimimientos involuntarios e n los m i e m b r o s ; como K a a u (1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
impetum
(7)
(8)
(9)
(10)
Y I C A T , Planlesvéneneuses,
p. 125.
Ratio medendi, P . i, p . 1 3 .
Geschichte der Krankh. in Neapel, t . i, 1 7 5 .
Obs. on the diseases of the army, e d . 7 , 1 4 3 .
Observationcs clinicce, Lubeck, 1 7 3 7 .
C Cruger, Mise. nat. cur., dec. m a n n . 2 . obs. 8 8 . K a a u - B o e r h a a v e ,
faciens. L e y d . 1 7 4 5 , p . 2 8 2 , Kellner, Bresl. Samm. 1 7 2 .
Veckoskrift for Lvkare, vi, p . 4 8 .
Diss. de stramonii usu in malis convulsis. Upsal, 1 7 7 3 .
Diss. destramonii usu. Upsal., 1 7 7 3 .
Diss. morborum casus, spec. i . Upsal., 178o."
6 7
Boerhaave y Lobstein hau o b s e r v a d o . Sciienck, entre m u c h o s
o t r o s , h a c o m p r o b a d o la facultad q u e el estramonio tiene d e
estinguir l a memoria-, p o r lo q u e no d e b e m o s a d m i r a r n o s q u e
Schinz y S a u v a g e s , h a y a n c u r a d o lesiones c e r e b r a l e s , con pérdida d e l a m e m o r i a . P o r último, si Schmalz (1) h a c u r a d o c o n
el uso d e esa y e r b a u n a melancolía m a n i a c a , es p o r q u e ella
posee, e n t r e sus v i r t u d e s , l a d e p r o v o c a r u n estado análogo en
el h o m b r e sano, s e g ú n Da Costa ( 2 ) .
Percival, Stahl y Q u a r i n , entre otros m u c h o s médicos, h a n
c o m p r o b a d o e n la quina, l a virtud de p r o d u c i r pesadez d e e s t ó m a g o . M o r t o n , F r i b o r g , Bauer y Quarin, h a n visto p r o v o c a r á
esta planta el vómito y la diarrea-, D . C r u g e r y el mismo M o r ton, el síncope; T h o m s o n , R i c h a r d , Stahl y C . E . Fischcz,
u n a g r a n debilidad y u n a especie d e itericia-, Quarin y F r i s c h e r , a m a r g o r d e b o c a y tensión del b a j o v i e n t r e . P r e c i s a m e n te e n los casos en que estos síntomas se e n c u e n t r a n , es en los
q u e Tortí y Cleghorn recomiendan solamente r e c u r r i r á l a quin a . Los b u e n o s resultados obtenidos del u s o d e esta corteza en
ese estado d e languidez, c o n digestiones laboriosas y falta d e
apetito, que vienen en pos de l a s fiebres a g u d a s , especialmente
cuando h a n sido t r a t a d a s con s a n g r í a s y otros medios e v a c u a n tes y debilitantes, se f u n d a n en la propiedad inherente á este
a r b u s t o d e producir u n estremo abatimiento d e f u e r z a s , q u i t a r
la e n e r g í a á todas l a s funciones o r g á n i c a s y morales, h a c e r
penosas l a s digestiones y suprimir el a p e t i t o , como lo han o b s e r v a d o repetidamente C l e g h o r n , F r i b o r g , C r u g e r , R o m b e r g ,
S t h a l , Thomson y otros m u c h o s .
¿Cómo h u b i e r a n podido contenerse los flujos d e s a n g r e , c o n
la ipecacuana, t a n t a s veces como los h a n contenido Baglivio,
B a r b e y r a c , Gianella, D a l b e r g , Bergiris y o t r o s , si este m e d i (1)
Chir. und mediz-in. Vorfaelle. Leipzic, 178Í, p . 178.
(2)
SCIIENCK, 1 , o b s . 1 3 9 .
camento no poseyera la cualidad de producir h e m o r r a g i a s , c o mo h a n manifestado t e r m i n a n t e m e n t e M u r r a y , Scott y Geoffroy?
¿Cómo podría s e r t a n beneficioso su uso e n el a s m a , y s o b r e
todo en el asma espasmódico, como lo enseña Ákenside (1), Mey e r § ) , - B a n g ( 3 ) , Stoll ( 4 ) , Fouquet (5) y R a n o e ( 6 ) , s i n o
tuviese en sí misma la facultad d e producir el a s m a e n g e n e r a l
y el a s m a espasmódico e n p a r t i c u l a r , sin escitar evacuación
a l g u n a , como el mismo M u r r a y ( 7 ) , Geoffroy (8) y Scott (9)
h a n observado q u e d e t e r m i n a e n la economía h u m a n a ? Y e n
vista d e estas p r u e b a s , p u e d e n exigirse, ni desearse o t r a s m a s
concluyentes, de que p a r a la curación d e l a s e n f e r m e d a d e s , deb e n s e r administrados los medicamentos, en razón d e los efectos morbosos que p r o d u c e n ?
No sería fácil c o m p r e n d e r , cómo el haba de S. Ignacio h a y a podido m o s t r a r s e t a n eficaz e n u n a especie d e convulsión
c o m o H e r r m a n n ( l O ) , Y a l e n t i n ( l l ) y u n escritor anónimo (12)
a s e g u r a n , si no tuviese e n sí m i s m a la facultad d e producir
cpjyulsiones s e m e j a n t e s , como Y e r g i n s ( 1 3 ) , Camelli (14) y
Durius (15) h a n c o m p r o b a d o .
(1) Medical Trans., i. n.° 7 , p . 3 9 .
(2) Diss. deipecac. rafracta dosi usu, p . 3 4 .
(3) Praxis méd., p . 3 4 6 .
(4) Prcelectiones, p . 2 2 1 .
(5) Journal de medicine, t . 6 2 , p . 1 3 7 .
(6) Act. reg. soc. med. Hafn. n, p . 1 6 3 . ID, p . 3 6 1 .
(7) Med, pract. Bibl. p . 2 3 7 .
(8) Traite de Matren medicale, u, p . 1 5 7 .
(9) Med. comment. of. Edirib. iv, p . 7 4 .
», p . 2 3 1 .
L a s p e r s o n a s q u e h a n recibido g o l g e s c o n t u n d e n t e s , e x p e r i m e n t a n dolores d e c o s t a d o , conatos á vomitar . p u n z a d a s y a r dor e n los hipocondrios, c o n a n s i e d a d , t e m b l o r e s y sobresaltos involuntarios, semejantes á los que d e t e r m i n a n l a s c o n m o ciones eléctricas; y tanto en el estado d e sueño como en el d e
vigilia, se siente h o r m i g u e o en l a p a r t e a f e c t a , etc. Como el
armca montana tiene la v i r t u d d e p r o d u c i r en el h o m b r e sano
u n estado a n á l o g o , como a t e s t i g u a n l a s observaciones d e M e z a , Y i c a t , Crichthon, Collin, A a s k o w , S t o l l y J . - C . L a n g e , f á cilmente s e c o m p r e n d e que esta p l a n t a , c u r e los accidentes q u e
resultan d e u n g o l p e , d e u n a c a í d a , d e u n a contusíon, como
lo h a n e x p e r i m e n t a d o u n a multitud de médicos y pueblos e n t e ros, desde la m a s r e m o t a a n t i g ü e d a d .
E n t r e l a s alteraciones q u e la belladona p r o d u c e e n el h o m b r e e n estado d e s a l u d , se h a l l a n síntomas, cuyo g r u p o c o m pone u n cuadro parecido á la hidrofobia, c a u s a d a por la m o r d e d u r a d e u n p e r r o r a b i o s o , e n f e r m e d a d q u e M a y e r n e (1),
Munch "(2), Buchholz (3) y Neimike (4) h a n curado perfecta y
completamente con esta planta ( 5 ) . Lo mismo los q u e padecen
la hidrofobia, q u e los que h a c e n uso d e la belladona, están p r i Praxeos in morbis internis syntogma allerum. Vien., 1 6 9 7 , p. 1 3 6 .
Beobachtungen bey angewendeter Belladone beyden Mebschen Stendal, 1 7 8 9 .
Heilsame Wirkungen der Belladone in ausgebrochener Wuth. E r f u r t , 1 7 8 o .
(4)
J . H . M U N C H ' S Beobachtungen,
t. 1 , p. 7 4 .
(o) Si con frecuencia ha sucedido que la belladona n o h a y a tenido b u e n r e sultado en la rabia declarada, no s e debe olvidar que solo p u e d e curar aquí, por
la facultad que tiene d e producir síntomas semejantes á los d e la e n f e r m e d a d , y
q u e p o r consiguiente solo debiera emplearse á l a s m a s cortas dosis posibles, c o m o todos los remedios homeopáticos, lo que s e demostrará en el Organon. P e r o
las mas veces se ha dado á dosis enormes, d e manera que los enfermos morían
inevitablemente, no d e la e n f e r m e d a d , sino d e l remedio. Sin embargo, puede
muy bien suceder, q u e exista una especie d e hidrofobia y d e rabia en el alto
g r a d o , y que por consiguiente, según la diversidad d e síntomas, el remedio h o meopático mas conveniente sea unas veces el beleño y otras el estramonio.
(1)
(2)
(3)
vados d e s u e ñ o ; s u respiración e s difícil; devórales u n a sed
a r d i e n t e , a c o m p a ñ a d a d e a n s i e d a d ; cuando se les p r e s e n t a n l í quidos, los r e c h a z a n i n m e d i a t a m e n t e ; tienen encendido el r o s t r o y los ojos'fijos y centellantes ( F . G . Griuim); e x p e r i m e n t a n
sofocacion, c u a n d o se les h a c e b e b e r (E. G a m e r a r i u s y Sauter);
g e n e r a l m e n t e no p u e d e n t r a g a r cosa a l g u n a ( M a y , L o t t m g e r ,
Sicelins, B u c h a v e , D ' H e r i n o n , M a n e t t i , Y i c a t , C i d l e n ) ; s i e n t e n a l t e r n a t i v a m e n t e t e r r o r y deseos d e m o r d e r á l a s p e r s o n a s
que l e s r o d e a n ( S a u t e r , D u m o u l i n , M u c h a v e , M a r d o r f ) ; e s c u p e n á s u alrededor ( S a u t e r ) ; quieren h u i r (Dumoulin, E . G m e l i n , B u e h o z ) , y están afectados d e u n a continua agitación
(Goucher, E . Gmelin, S a u t e r ) . T a m b i é n la belladona h a c u r a d o
a l g u n a s especies d e m a n í a y d e m e l a n c o l í a , d e lo q u e h a y muchos casos citados p o r E v e r s , S c h m u c k e r , S c h m a l z , M u n c h ,
p a d r e é hijo, y otros-, y esto h a sido, por l a v i r t u d q u e la b e l l a dona posee d e p r o d u c i r d e m e n c i a s , t a l e s como l a s s e ñ a l a d a s
p o r R a u , G r i m m , H a s e n e s t , M a r d o r f , H o y e r , Dillenius y
otros.
Despues d e h a b e r t r a t a d o H e n n i n g (1) inútilmente por e s p a cio d e t r e s meses u n a a m a u r o s i s c o n m a n c h a s a b i g a r r a d a s e n
los o j o s , con m u c h o s y diferentes m e d i c a m e n t o s , c r e y ó que est a e n f e r m e d a d podia s e r m u y b i e n r e s u l t a d o d e l a g o t a , sin
e m b a r g o d e que el enfermo n u n c a se h a b i a quejado d e esta e n f e r m e d a d , y se decidió á prescribirle l a b e l l a d o n a (2), l a q u e
p r o d u j o u n a curación pronta y e s e n t a d e inconvenientes. Si
H e n n i n g , h u b i e r a sabido, al elegir este r e m e d i o , q u e solo p u e -
(1)
HUFFJELAKD'S Journal,
xxv, i v , p . 7 , 7 4 .
(2) Solo p o r conjetura se h a honrado á la .belladona, colocándola en el n ú m e r o d e los remedios, apropiados para la curación d e l a gota. L a e n f e r m e d a d q u e
podria tener todavía el derecho d e apropiarse el nombre d e g o t a , no puede, n ^
podrá curarse jamás con la belladona.
de c u r a r s e u n a e n f e r m e d a d con el auxilio d e medios que p r o duzcan síntomas análogos á los d e la e n f e r m e d a d m i s m a , y
q u e l a b e l l a d o n a , según la l e y inmutable d e l a n a t u r a l e z a , no
podía menos d e c u r a r h o m e o p á t i c a m e n t e , supuesto que - s e g ú n
Buchholz (1) y Sauter ( 2 ) , escita p o r sí misma u n a especie d e
a m a u r o s i s con m a n c h a s a b i g a r r a d a s en los ojos, antes h u b i e r a
elegido la b e l l a d o n a , y antes también h u b i e r a curado al e n fermo.
El beleño, h a c u r a d o , s e g ú n testimonio d e M a y e r n e (3),
S t o e r c k , Collin y o t r o s , espasmos que tenían g r a n semejanza
con l a epilepsia. E n l a s o b r a s d e E . G a m e r a r i u s , C. Seliger,
H u n e r w o l f , A . H a m i l t o n , P l a n c h ó n , Da Gosta y o t r o s , s e lee,
q u e el beleño tiene la propiedad d e escitar movimientos c o n vulsivos análogos á l a epilepsia, y esta e s l a razón p o r qué el
b e l e ñ o h a c u r a d o espasmos epileptiformes.
F o t h e r g i l l ( 4 ) , S t o e r c k , H e l w i g y O f t e r d i n g e r , h a n empleado el beleño e n ciertas f o r m a s d e enagenacion m e n t a l , c o n
b u e n resultado ; y m u c h o s b u e n o s efectos m a s se h u b i e r a n conseguido del uso del b e l e ñ o , si los médicos n o h u b i e r a n hecho
aplicación d e esta planta á o t r a s f o r m a s de enagenacion m e n t a l ,
que las que tienen analogía con la especie d e l o c u r a estúpida,
descrita p o r Y a n - H e l m o n t , \ Y e d e l , J . - G . Gmelin, L a s e r r e ,
H u n e r w o l f , A . H a m i l t o n , K i e r n a n d e r , J . S t e n d m a n n , Tozzetti,
j . F a b e r y W e n d t , como efecto d e la administración del b e leño.
A g r u p a d o s los síntomas que h a n visto estos últimos o b s e r v a d o r e s producir al b e l e ñ o , constituyen el cuadro d e u n h i s t e rismo en el m a s alto g r a d o . P u e s en l a s Actas de los curiosos
(1)
Mem. ofthemed.
(2)
HLFFELASD'S
(3)
(4)
Ibid.t.x,.
Prax. med. p . 2 3 .
v , i,
soc. ofLondon,
1 , p. 310, 314.
p . 2 5 2 .
v
%
m
m
,
•
«H^SS
Jé?? mc
prrES"
-
de la naturaleza (1), y en l a s o b r a s d e J . A . P . Gessner y Stoe r e k se e n c u e n t r a n observaciones d e histerismo en el m a s alto
g r a d o , c u r a d o con esta p l a n t a .
S c h e n k b e c h e r (2) n u n c a hubiera logrado c u r a r u n vértigo,
que d a t a b a d e veinte a ñ o s , si el beleño n o poseyera e n m u y
alto g r a d o l a virtud d e p r o d u c i r g e n e r a l m e n t e u n estado p a r e cido, como afirman H u n e r w o l f , B l o m , N a v i e r , Planchón, Sloa n e , S t e d m a n n , Greding, W e p f e r , Yicat y B e r n i g a u .
M a y e r A b r a m s o n (3), a t o r m e n t ó p o r espacio de m u c h o t i e m po á u n h o m b r e poseído d e l a m a n í a d e los celos, haciéndole
t o m a r i n f r u c t u o s a m e n t e g r a n n ú m e r o d e m e d i c a m e n t o s , hasta
q u e p o r ú l t i m o , le administró el beleño, como soporífico, y produjo con él, u n a curación p r o n t a y r á p i d a . Si h u b i e r a podido
sospechar q u e el uso del beleño determina la aparición d e la
m a n í a d e los celos e n u n a persona s a n a , y hubiese conocido la
ley h o m e o p á t i c a , única b a s e s e g u r a d e l a t e r a p é u t i c a , d e s d e el
principio h u b i e r a administrado a l enfermo el b e l e ñ o , y le h u b i e r a c u r a d o con s e g u r i d a d , evitándole l a s molestias de los r e medios , q u e n o siendo h o m e o p á t i c o s , n i n g ú n beneficio podían
producirle.
L a s complicadas f ó r m u l a s que H e c k e r (4) empleó con r e s u l tado feliz e n u n caso d e contracción espasmódica d e los p á r p a d o s , h u b i e r a sido completamente i n ú t i l , si l a casualidad no h u biese h e c h o e n t r a r e n ellas al b e l e ñ o , q u e según W e p f e r (4),
p r o d u c e u n a afección a n á l o g a en l a s p e r s o n a s s a n a s .
(1) Memf. the med. soc of London, i v , obs. 8 .
(2) Von der Kinkina, Schierling, Bilseukraut, u. s. W. Riga, 1 7 6 9 , p . 1 6 2 ,
Anh a n g .
(3)
H O F F E L A N D ' S Journnl,
xix, n , p. 60.
(4) I b i d . i . p . 3 5 4 .
(5) De cicuta aquatica. Bai. 1 7 1 6 , p . 3 2 0 .
W i t h e r i n g (1) solamente p u d o triunfar d e u n a constricción
espasmódica d e la f a r i n g e con imposibilidad d e t r a g a r c u r do echo mano del b e l e ñ o , c u y a virtud especial consiste
e n d e e r m m a r constricción espasmódica d e la g a r a n t a con
imposibilidad d e d e g l u t i r , c o m o Tozzetti, H a J l t o n ! B e r n i g a n S a u v a g e s y H u n e r w o l f h a n visto p r o d u c i r al beleño
¿ b e n a t a n s a l u d a b l e m e n t e eficaz el alcanfor en l a s fiebres
entas, l l a m a d a s n e r v i o s a s , como p r e t e n d e Huxliam (2) en
las cuales es t a n poco elevado el c a l o r , t a n e m b o l a d a la sensibilidad, y l a s f u e r z a s g e n e r a l e s t a n considerablemente d i s m i n u i d a s , si el r e s u l t a d o d e su acción inmediata e n el o r g a nismo n o fuera e n u n todo s e m e j a n t e á aquel e s t a d o , como
lian podido o b s e r v a r G . A l e x a n d e r , Cullen y Hoffmann?
Los vinos g e n e r o s o s , t o m a d o s á p e q u e ñ a s d o s i s , c u r a n
homeopáticamente la fiebre inflamatoria simple. C . Crivellaü ( 3 ) , H Augenius ( 4 ) , A . Mundella ( o ) , y dos a u t o r e s a n ó nimos (6 , nos h a n dejado e n s u s libros testimonios d e esta
v e r d a d . Antes h a b i a c u r a d o Asclepiades (7) u n a inflamación del
c e r e b r o , con u n a pequeña cantidad d e vino. U n delirio febril
con respiración e s t e r t o r o s a , parecido á l a e m b r i a g u e z que p r o d u c e el v i n o , se curó en una sola noche, en que R a d e m a c h e r (8)
desesperado d e no aliviar con n i n g ú n medio á u n enfermo que
t e m a con estos s í n t o m a s , le hizo t o m a r u n a corta cantidad d e
vino. Y ¿dejarémos d e reconocer en esto el poder d e u n a i r r i t a ción a n a l o g a medicinal?
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
Edimb. med, comment, , dec. 11, B , v i , p . 2 6 3 .
Opera t . i , p . 1 7 2 ; 1.11, p . 8 4 . '
Tratalto deW uso e nwdo]di dure el vino nelle febri acute. Roma, 1 6 0 0
Epist. t . i i , lib. 2 e p . 8 .
Epist. 1 4 . B á l . , 1 5 3 8 .
(6)
(7)
Ehf.nat. cur., dec. n , ann. 2 , obs. 53,-GazzeUe d e s a n t é , 1 7 8 8 .
Cml. Aurel. Acul. 1 . 1 , c . 1 6 .
H D F F E L A N D ' S Journal,
XVI, P . 9 2 .
(8)
Una infusión f u e r t e d e the, causa palpitaciones d e corazon y
ansiedad á las personas no a c o s t u m b r a d a s á s u uso, p e r o t o m a do el the á p e q u e ñ a s dosis, e s u n excelente remedio contra l a
ansiedad y las palpitaciones, c u a n d o estas p r o c e d e n de o t r a s p a u s a s , como lo h a c o m p r o b a d o G . L . Rail ( 1 ) .
U n estado parecido á l a a g o n í a , e n el cual el e n f e r m o e x p e r i m e n t a b a convulsiones q u e le p r i v a b a n del conocimiento, a l t e r n a n d o con accesos de d i s n e a , suspiros e n t r e c o r t a d o s y e s t e r tores, con frío glacial e n todo el c u e r p o , lividez de los piés v; d e
las m a n o s , y debilidad del pulso; conjunto d e accidentes a n á l o go al que S c h w e i k e r t y otros h a n o b s e r v a d o , que resulta de l a
acción del opio, f u é t r a t a d o sin b u e n éxito al principio, p o r
Stiitz (2), c o n el álcali, p e r o d e s p u e s c u r ó d e u n a m a n e r a p r o n ta y d u r a d e r a con auxilio del opio. ¿Quién no v e a q u í el m é todo homeopático p u e s t o en p r á c t i c a , a u n q u e ignorándolo el
mismo que lo e m p l e a ? E l o p i o , s e g ú n Y i c a t , J . G . G r i m m ,
y o t r o s , escita u n a g r a n d e y casi irresistible tendencia al s u e ño con sudores a b u n d a n t e s y delirio comatoso. P u e s este f u é
el motivo principal p a r a q u e Osthoff ( 3 ) n o lo a d m i n i s t r a s e e n
una fiebre epidémica, que p r e s e n t a b a síntomas m u y p a r e c i d o s a
estos, p o r q u e l a doctrina q u e este médico p r o f e s a b a l e prohibía
t e r m i n a n t e m e n t e h e c h a r m a n o d e l opio e n semejantes c i r c u n s t a n c i a s . Sin e m b a r g o , a p u r a d o s i n f r u c t u o s a m e n t e todos los r e medios conocidos, y p e r s u a d i d o d e q u e i b a á m o r i r el e n f e r m o ,
adoptó el partido d e darle u n poco d e opio, cuyo efecto f u e t a n
saludable como debia s e r l o , s e g ú n l a l e y e t e r n a h o m e o p á t i c a .
J . Lind ( 4 ) , declara q u e el opio q u i t a los dolores d e cabeza,
(1)
Uber den Werth des homceopalhischen Heüf. Heidelberg, 1 8 2 4 , p . 7 5 .
(2). I I Ü F F E L A K D ' S Journal,-x, i v .
(3^ En Salzb. med. ckirurg. Zeitung , 1 8 0 5 , n i , p . 1 1 0 .
(4) Vers. ueber die KraMeiten denen die Europagr in hcisen Iilimalen
íen, sind. R i g a .
unlemor-
c u a n d o á estos a c o m p a ñ a g r a n calor en la piel y dificultad d e
t r a s p i r a r ; p e r o Liug i g n o r a b a que este efecto saludable del opio,
e r a debido á la facultad que e n sí mismo tiene esta sustancia de
producir e n el h o m b r e , en perfecta salud, síntomas morbosos
análogos, á despecho d e los a x i o m a s de la escuela alopática.
H a n existido, sin e m b a r g o , médicos, p o r c u y a imaginación h a
pasado esta v e r d a d como u n r e l á m p a g o , p e r o 110 p o r eso h a n
s o s p e c h a d o , siquiera, la l e y homeopática. Alston ( 1 ) , dice que
el opio e s u n medio calefaciente, pero q u e no p o r eso deja d e
s e r apropiado p a r a m o d e r a r . e l c a l o r .
De la G u e r e n n e ( 2 ) , hizo uso del opio e n u n a fiebre, a c o m p a ñ a d a d e violenta cefalalgia, c o n tensión y d u r e z a del pulso,
s e q u e d a d y dureza d e la piel, calor ardiente y sudores debilit a n t e s , i n t e r r u m p i d o s cada momento p o r la agitación contíuua
en q u e el enfermo se h a l l a b a . Aquí el opio le dió u n resultado
m u y f a v o r a b l e , pero i g n o r a b a que este ventajoso éxito, h a b i a
sido debido á la propiedad q u e el opio posee d e p r o d u c i r u n
estado febril a n á l o g o , e n l a s personas dotadas d e b u e n a salud,
como lo h a n c o m p r o b a d o m u c h o s o b s e r v a d o r e s . E n u n a c a l e n t u r a soporosa, en que el enfermo se h a l l a b a tendido, con los ojos
a b i e r t o s , r í g i d a s l a s e s t r e m i d a d e s , el pulso intermitente y p e queño , estertorosa y difícil la r e s p i r a c i ó n , h a b i e n d o también
perdido el uso d e la palabra-, síntomas todos p e r f e c t a m e n t e
análogos á los que el mismo opio tiene l a v i r t u d d e p r o v o c a r ,
s e g ú n atestiguan Delacroix, R a d e m a c h e r , C r u m p e , Pyl, Yicat,
S a u v a g e s y otros muchos-, esta sustancia fué la única que p r o dujo b u e n o s r e s u l t a d o s , y á l a que debió G . - L . H o f f m a n u (3),
la curación homeopática del e n f e r m o . W i r t h e n s o n ( 4 ) , S i d e n (1)
(2)
(3)
(4)
Edimb. Versuchen, v . P . l , a r t . 1 2 .
R Ó E M E » , Annalender
Arsueimittellher,
i, u , p . 0 .
VonScharboch, Luslseuche, u . s . w . Munster, 1 7 8 7 , p . 2 9 5 .
Opii vires fibra: cordis debilitare, etc. Munster, 1 7 7 5 .
h a m (1) y M a r c u s (2) h a n l o g r a d o t a m b i é n c u r a r con el opio
m u c h a s fiebres letárgicas g r a v e s . La curación que o b t u v o De
Meza (3) d e u n l e t a r g o , con el auxilio del opio, despues d e h a b e r inútilmente p r o b a d o otros m u c h o s medios, pudo alcanzarse,
en virtud de la p r o p i e d a d q u e esta sustancia tiene de p r o d u c i r el
l e t a r g o , en cuyo caso claro es q u e o b r ó h o m e o p á t i c a m e n t e .
Despues d e m u c h o tiempo d e h a b e r m a r t i r i z a d o c o n remedios
inconducentes, es decir, no homeopáticos, á u n e n f e r m o , a t a c a do d e u n a afección nerviosa r e v e l d e , cuyos m a s culminantes
síntomas eran la insensibilidad y entorpecimiento de los b r a z o s ,
de los m u s l o s , y d e l v i e n t r e . G . - C . Mathsei ( 4 ) , consiguió al
fin su curación con el opio, q u e s e g ú n S t u f e , J . Y o u n g y otros,
tiene l a virtud d e p r o d u c i r p o r su propia a c c i ó n , accidentes semejantes d e g r a n i n t e n s i d a d ; de donde se d e d u c e e v i d e n t e m e n t e , q u e en esta ocasion c u r ó e n v i r t u d de la ley homeopática. ¿A
q u é d e b e atribuirse l a c u r a c i ó n del l e t a r g o , q u e c o n t a b a m u chos d i a s , obtenida p o r Huffeland ( 5 ) , con la administración
del opio, sino es a l a ley que r i g e l a Homeopatía, hasta h o y desconocida ? U n a epilepsia q u e s e manifestaba solamente m i e n t r a s
dormia el enfermo, y De H a e n conoció q u e no e r a s u e ñ o n a t u r a l ,
sino u n a especie d e epilepsia l e t á r g i c a , con respiración e s t e r t o rosa, semejante e n u n todo á la que el opio p r o d u c e e n l a s
p e r s o n a s s a n a s , cedió ú n i c a m e n t e á la administración d e este
m e d i c a m e n t o , q u e t r a s f o r m ò el l e t a r g o e n sueño v e r d a d e r o y
r e p a r a d o r , librando a l e n f e r m o d e la epilepsia ( 6 ) . ¿Cómo h u b i e r a podido suceder q u e el o p i o , q u e e s , como todos s a b e n ,
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
Opera, p . 6 5 4 .
Magazin fuer Therapie, 1.1, p . 7 .
Act. reg. soc. med. Hafn. n i , p . 2 0 2 .
S T R Ü V E ' S Triumph.
derHeilk, n i .
H U F F E L Á N D ' S Journal,
xii, 1 .
Ratio medendi, v , p . 1 2 6 .
e n t r e todas l a s sustancias v e g e t a l e s , la q u e e n m a s pequeña dosis p r o d u c e la constipación m a s f u e r t e y d u r a d e r a , f u e s e , sin
e m b a r g o , u n o d e los remedios m a s poderosos q u e p u e d e n u s a r se e n l a s constipaciones, q u e p o n e n en g r a n riesgo la vida sino f u e r a e n virtud d e la l e y homeopática t a n desconocida ' es
decir , si la n a t u r a l e z a no nos hubiese concedido medicamentos
especiales, que por su propia acción de p r o d u c i r e n f e r m e d a d e s
artificiales, venciese las n a t u r a l e s a n á l o g a s ? El opio, cuya prim e r a impresión es t a n eficaz p a r a constipar el v i e n t r e , f u é
también el único medio d e salvación q u e Tralles (1) encontró
p a r a c u r a r u n a constipación, r e b e l d e hasta e n t o n c e s , á todos
los medios aconsejados p o r los A . A . , d e que v a habia echado
m a n o inútilmente. Lentilius ( 2 ) , G . W . Wedel ( 3 ) , W i r t h e n s o n , Bell, Heister y Richter ( 4 ) , h a n confirmado t a m b i é n la
eficacia curativa del opio en esta e n f e r m e d a d , a u n administrado solo. Bolín había aprendido, que-los opiados p o r sí solos p o • dian determinar l a evacuación d e los materiales coníenidos en
los intestinos, en el cólico llamado miserere ( 5 ) ; y el g r a n d e
H o f f m a n n a d m i n i s t r a b a , en los casos m a s peligrosos de esta e n f e r m e d a d , solamente el opio, unido á su licor anodino (6). ¿ Y
podrían esplicarnos racionalmente este hecho y otros s e m e j a n t e s , todas l a s teorías que a b r i g a n los doscientos mil v o l ú m e n e s
q u e pesan s o b r e l a tierra-, e l l o s , q u e no reconocen d e n i n g u n a
m a n e r a la l e y terapéutica d e la Homeopatía? ¿ S o n acaso s u s
doctrinas l a s que p u e d e n llevarnos al descubrimiento d e esta
(1)
(2)
(3;
(4)
Berlín,
(5)
(6)
Opii usus et abusus, sect. n , p . 2 6 0 .
Eph. nat. cur., dec. m , ann, 1 . A p p . p . 1 3 1 .
Opiologia, p . 1 2 0 .
Anfangegruende der Wundarzneikunde,
v, §. m.-Chronische
1 8 1 6 , II, p . 2 2 0 .
De officio medici.
Medicin. ral. system. t . iv, t . II, p . 2 9 7 .
Krankhexten.
ley n a t u r a l , t a n ostensiblemente e s p r e s a d a e n todas l a s c u r a ciones r e a l e s , p r o n t a s y d u r a d e r a s ? ¿ P u e d e n esas teorías c o n ducirnos á administrar medicamentos p a r a c u r a r las e n f e r m e d a d e s , tomando p o r guía la semejanza d e efectos e n el h o m b r e
sano con l o s síntomas q u e aquellas p r e s e n t e n ? De n i n g u n a
manera.
La sabina, administrada p o r R a v e (1) y W e d e k i n d ( 2 ) , h a
coibido m e t r o r r a g i a s m u y graves-, y público es e n t r e los médicos, q u e este a r b u s t o p r o d u c e h e m o r r a g i a s u t e r i n a s y determin a el aborto en l a s m u j e r e s s a n a s . ¿ Q u i é n n o v e aquí l a l e y
h o m e o p á t i c a , q u e m a n d a t r a t a r l a s e n f e r m e d a d e s similia similibus?
¿El almizcle sería p o r v e n t u r a el ejercicio d e l a s v a r i a s c l a ses d e a s m a e s p a s m ó d i c o , c o m p r e n d i d a s b a j o l a denominación
de a s m a d e M i l l a r , si no t u v i e r a e n sí m i s m a esta sustancia la
p r o p i e d a d d e escitar sofocaciones espasmódicas, sin tos , como
h a o b s e r v a d o J . H o f f m a n n ? (3)
Si l a l e y h o m e o p á t i c a n o f u e r a cierta y positiva, ¿cómo h a bía l a vacuna d e p r e s e r v a r d e l a s v i r u e l a s ? E s t a s e n f e r m e d a des tienen d e c o m ú n , sin c o n t a r c o n o t r a s relaciones d e s e m e janza q u e l a s u n e n e n t r e s í : q u e n o se manifiestan m a s q u e
u n a vez e n el curso d e l a vida-, que d e j a n cicatrices i g u a l m e n t e
p r o f u n d a s ; que l a s dos p r o d u c e n l a tumefacción d e l a s g l á n d u las a x i l a r e s , u n a fiebre m u y parecida; l a rubicundez inflamatoria, como aureola d e c a d a grano, y ú l t i m a m e n t e , l a oftalmía y
las convulsiones. A u n l a v a c u n a destruiría l a v i r u e l a recien
d e s a r r o l l a d a , es d e c i r , q u e c u r a r í a esta e n f e r m e d a d y a e x i s t e n t e , si no la s u p e r a s e e n i n t e n s i d a d . P a r a d e t e r m i n a r este
efecto, no le falta m a s q u e u n g r a d o d e e n e r g í a , q u e , s e g ú n la
(1)
(2)
(3)
Beobachtungen mil Schluesse, n , p . 7 .
Ü U F F E L A S D ' S , Journal,
x , 1 , p . Ti.
.1Icd. ration, systcm., III, p . 9 2 .
- ...
%
•/;79
¿ fc .....
lev n a t u r a l , d e b e coincidir con la semejanza homeopática, p a r a
que l a curación p u d i e r a verificarse (§. 1 5 2 ) . Considerada l a vacuna como medio h o m e o p á t i c o , no p u e d e s e r eficaz sino cuando se emplea antes d e q u e a p a r e z c a n las viruelas, q u e son m a s
enérgicas que ella. E m p l e a d a d e esta m a n e r a l a v a c u n a , p r o duce u n a e n f e r m e d a d m u y análoga á la v i r u e l a , siéndola p o r
consiguiente h o m e o p á t i c a ; y como el cuerpo h u m a n o n o p u e d e ,
g e n e r a l m e n t e h a b l a n d o , s e r atacado p o r segunda v e z d e u n a
enfermedad d e esta clase, se e n c u e n t r a p a r a e n adelante p r e cabido del contagio d e la v i r u e l a ( 1 ) .
Público e s , que la retención d e orina es uno de los sínlomas
m a s constantes que p r o d u c e la administración ó aplicación d e
las cantáridas, como h a sido suficientemente demostrado p o r
J . C a m e r a r i u s , B a c c i u s , Fabricio d e Hilden, F o r e e s t , J . L a n z o n i , Y a n d e r Wiel y Werlhoff (2). P o r consiguiente, l a s c a n t á r i d a s , administradas al interior y con ciertas precauciones,
deben ser u n remedio homeopático m u y precioso en los casos d e
retención dolorosa d e o r i n a . Y esto es lo q u e sucede efectivam e n t e . Sin hacer mención d e los médicos g r i e g o s , q u e en v e z
de n u e s t r a s c a n t á r i d a s , emplean el melce cichorii d e F a b r i cios, Capo di Y a c c a , Fabricio d e A q u a p e n d e n t e , Riedlin.
T . Bartholin ( 3 ) , Y o u n g ( 4 ) , Smitli ( 5 ) , R a y m o n d ( 6 ) , D e M e -
(1) Posible nos parece también en algunos otros casos esta curación profiláctica ó preservadora. Los trabajadores en l a n a , creemos que pueden preservarse d e
la sarna, llevando consigo azufre pulverizado; y la fiebre escarlatina, hallar su preservativo en la administración d e una pequeñísima dosis d e belladona.
(2)
Fragmenta deviribus medicamentorum jtositivis. H A I I X E M . Leipsick, 1 8 0 5 , i,
p. 8 3 .
(3) Epist. 4 , p . 3 4 5 .
(4) Phil. trans., n . 2 8 0 .
(5) Medie, communications, ii, p . 505.
(6) Auserles. Abhaudl. fuer jn'act. Acrzt., M,P. 300.
za ( 1 ) , Brisbane ( 2 ) , y otros m u c h o s , h a n curado perfectamente con auxilio d e l a s c a n t á r i d a s , iscurias m u y dolorosas q u e n o
e r a n el resultado d e u n obstáculo mecánico. S i d e n h a m h a visto
p r o d u c i r s e los mejores efectos p o r este medio en casos a n á l o gos ; lo alaba m u c h o , y lo h u b i e r a usado de m u y b u e n a voluntad,
si l a s tradiciones d e la e s c u e l a , que suponiéndose m a s sabia que
la n a t u r a l e z a , o r d e n a demulcentes y relajantes e n s e m e j a n t e s
c i r c u n s t a n c i a s , n o le h u b i e s e prohibido, contra su propia c o n vicción, usar el remedio especifico homeopático ( 3 ) . Werlhoff,
p r i m e r o , y despues S a c h s d e L e w e n h e i m , Haíinaeus, B a r t h o lin y Lister h a n a d m i n i s t r a d o l a s cantáridas, á m u y cortas d o sis, logrando con ellas h a c e r q u e d e s a p a r e c i e r a n síntomas m u y
manifiestos y g r a v e s q u e e m p e z a b a n á d e c l a r a r s e ( 4 ) . Este r e sultado lo h a n determinado l a s cantáridas, en v i r t u d de l a p r o piedad que g o z a n , según lo atestiguan casi todos los o b s e r v a dores , d e producir u n a iscuria dolorosa c o n a r d o r e n l a orina
é i n f l a m a c i ó n d é l a u r e t r a ( W e n d t ) , y a u n p o r la sola a p l i c a ción al e s t e r i o r , u n a especie d e g o n o r r e a inflamatoria ( W i c h mmann) (5).
El uso interno del azufre, p r o d u c e m u y f r e c u e n t e m e n t e , e n
l a s personas irritables, u n t e n e s m o , a c o m p a ñ a d o m u c h a s veces
de f u e r t e s dolores e n el hipogastrio y v ó m i t o s , como a f i r m a
(1) Act. reg. soc. med. Hafn.,u,
p . 302.
(2) Auserles. Fwlle, A l t e n b . 1 7 7 6 .
(3) Opera, ed. Reichel, t . n , p . 1 2 4 .
(4) Digo los síntomas m a s graves que empiezan á declararse, p o r q u e el e s t o del tratamiento exige otras consideraciones; p u e s , aun cuando h a y a gonorreas
tan tijeras, que luego desaparezcan p o r sí mismas, y casi sin ningún auxilio, se
encuentran otras d e mas g r a v e d a d , principalmente aquellas que han venido á ser
t a n comunes desde las campañas de los franceses, y que se comunican por el coito,
como la síGlis, aunque sean d e una naturaleza completamente distinta.
(5)
Auswahl ausden Nurnberger
gelehrten ünterhaltungen.
i, p . 2 4 9 .
W a l t e r (1). Pues en v i r t u d d e esta propiedad del azufre, es c o mo h a podido c u r a r esta sustancia afecciones disentéricas ( 2 )
y u n tenesmo h e m o r r o i d a l , según Werlhoff ( 3 ) , y cólicos p r o ducidos p o r h e m o r r o i d e s , según R a v e ( 4 ) . Todo el m u n d o sabe
q u e l a s a g u a s d e Toeplitz, como todas las sulfurosas templadas
y calientes, ocasionan la aparición d e u n exantema m u y p a r e cido á la s a r n a , q u e ataca á los t r a b a j a d o r e s e n l a n a . P u e s j u s j u s t a m e n t e , p o r esta virtud homeopática de las a g u a s sulfurosas,
es p o r lo que son útiles p a r a la curación d e m u c h a s erupciones
psoricas. ¿ H a b r á u n medio m a s sofocante que el v a p o r del azuf r e en combustión? P u e s Rouquet ( o ) tiene á este v a p o r como
el medio m a s eficaz y s e g u r o p a r a volver la vida á las p e r s o n a s
asfixiadas p o r cualquiera otra c a u s a .
Los médicos ingleses, h a n hallado en el ácido nítrico, s e g ú n
leemos en los escritos d e Beddoes y o t r o s , u n poderoso' r e m e dio contra la salivación y l a s úlceras de la boca, producidas por
el uso del m e r c u r i o . E l ácido nítrico no h u b i e r a sido útil en
este c a s o , si e n sí mismo no tuviera la facultad d e producir la
salivación y úlceras en la boca-, y esto no solo en virtud d e su
administración al i n t e r i o r , sino aplicándolo en b a ñ o á la s u p e r f i cie del c u e r p o , como h a n demostrado Scott (6) y Blair ( 7 ) .
Alyon ( 8 ) , L u k e ( 9 ) , J . P e r r i a r ( 1 0 ) y G . Kellie ( 1 1 ) , h a n
(1)
(2)
(3)
Prog. de sulphure et marte. Leipzick, 1 7 4 3 , p . o .
Med. National-Zeilung,
1798, p . 1 5 3 .
Observat. defebribus, p . 3, 6 .
(4)
H U F F E L A N D ' S , Journal,
vii, n, p . 1 6 8 .
(o) Edimb. med. comment., ix.
(6) H U F F E L A N D ' S Journal, iv, p . 353.
(7) Acueste Efahrungen, G l o g . , 1 8 0 1 .
(8) Mém. déla Soc. d'emulation, i, p . 1 9 5 . '
(9)
Beddoes.
(10) Sammlung auscrks. Abhandl. fuer pract, A e r z t . , n .
(11) Ibid. x.x, i.
visto producirse ú l c e r a s en la b o c a , a c o m p a ñ a d a s de salivación,
como resultado del uso interior del ácido nítrico.
Fritze ( 1 ) h a visto p r o d u c i r s e u n a especie d e tétanos, p o r
efecto d e un b a ñ o da potasa cáustica, y A . d e H u m b o l d t h a l o g r a d o , con auxilio d e la sal d e t á r t a r o f u n d i d a , q u e es u n a especie d e potasa semicáustica, a u m e n t a r s e l a irritabilidad y contractilidad de los m ú s c u l o s , hasta el p u n t o d e ocasionar l a r i gidez tetánica ( 2 ) . L a virtud curativa q u e la potasa cáustica
posee c o n t r a l a s v a r i a s clases d e t é t a n o s , e n l a s q u e Stutz y
o t r o s m u c h o s l a h a n hallado t a n v e n t a j o s a , ¿podria esplicarse
de u n a m a n e r a m a s sencilla y v e r d a d e r a q u e p o r la v i r t u d q u e
tiene este álcali d e producir esos efectos homeopáticos?
El arsénico, c u y a influencia p o d e r o s a en el o r g a n i s m o d á lug a r á creer que p u e d e s e r mas t e r r i b l e en m a n o s d e u n i g n o r a n t e , q u e útil y saludable e n l a s d e u n sabio-, el arsénico,
p u e s , n o h u b i e r a podido efectuar t a n t a s y t a n s o r p r e n d e n t e s
curaciones d e c á n c e r e s , s e g ú n testimonio d e i n n u m e r a b l e s m é dicos, e n t r e los que citaré solamente á Falopio ( 3 ) , B e r n h a r di (4) y Roennow ( o ) , si este óxido metálico no gozase d e la
virtud homeopática d e c a u s a r en l a s personas s a n a s , t u b é r c u l o s
m u y dolorosos y difíciles d e c u r a r , s e g ú n A m a t u s Lusitanus ( 6 ) ; p r o f u n d a s ulceraciones d e m a l c a r á c t e r , s e g ú n H e inreich ( 7 ) y K n a p e ( 8 ) , y ú l c e r a s c a n c e r o s a s , según í l e i n ze ( 9 ) . No estarían los a n t i g u o s t a n contestes e n elogiar el e m (1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
(9)
Journal, x a . i, p . 1 1 6 .
Versuch ueber die gereizte MascM und Nervenfaser.
Deulceribus et tumoribus, lib. 2 . Yenec. , 1 5 6 3 .
Journal de méd., chir. et pharm,, L V I I , 1 7 5 2 .
Konigl. vetensk. Handl. f . a. 1 7 7 6 .
Obs. etcur., cent, n , cur! 3 4 .
Act. nat. cur., H, obs. 1 0 .
Annalem der Staatsarztíeyk,
i. i.
H U F F E L A D ' S , Journal,
1 8 1 3 , setiembre, p . 4 8 .
HUFFELAND'S,
Posen Berlin, 1 7 9 7 .
plasto, magnético ó arsenical, de Angel Sala (1), contra los bubon e s pestilenciales y el c a r b u n c o , si el mismo arsénico 110 tuviese la propiedad d e c a u s a r t u m o r e s inflamatorios, con m a r c a d a
tendencia á l a g a n g r e n a , según h a n vistoDegner (2) y Pfann (3),
y c a r b u n c o s y p ú s t u l a s m a l i g n a s , como h a n c o m p r o b a d o V e r zascha (4) y Pfann ( 5 ) . ¿De dónde p r o c e d e la virtud curativa
del arsénico en a l g u n a s f o r m a s d e fiebres intermitentes-, v i r t u d
q u e atestiguan millares d e ejemplos, pero que a u n no se tiene
precaución b a s t a n t e en su aplicación práctica, y q u e p r e c o n i zada y a hace m u c h o s siglos p o r Nicolás M y r e p s u s , ha sido p l e n a m e n t e c o m p r o b a d a despues p o r S l e v o g t , Molitor, Jacobi,
J . C. B e r n h a r d t , F a u v e , Brera, D a n v i n , M a y , J a c k s o n J u n g k e n
y F o w l e r , si n o estuviera f u n d a d a e n l a v i r t u d d e producir la
fiebre, que todos los o b s e r v a d o r e s , principalmente A m a t u s L u s i t a n u s , D e g n e r , B u e h h o l z , H e u n y K n a p e h a n señalado entre
los inconvenientes de. l a administración d e esta sustancia? Parece i n d u d a b l e que el arsénico es u n remedio eficacísimo c o n t r a í a
a n g i n a d e p e c h o , c o m o E . Alexander (6) a f i r m a , si se atiende á
que Tachenius, Guilbert, Preussius, Thilenius y Pyl lian visto que
este óxido d e t e r m i n a b a u n a fuerte opresion de pecho, Griselius ( 7 )
u n a disnea sofocante, y Majault ( 8 ) , e n fin, accesos súbitos d e
a s m a , a c o m p a ñ a d o s d e u n a g r a n postración de f u e r z a s .
A
L a s convulsiones que p r o d u c e el cobre, y , s e g ú n Tondi, R a m s a y , F a b a s , Pyl y Cosmier, la ingestión d e alimentos ó bebidas
(1)
463.
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
Anatom.
vitrioli,
t r . JI. In Opp. med cliym.,
Francf., 1647, p. 3 8 1 ,
Act. nat. cur., vi.
Annalem der Staatsarzneykunde , loe. c i t .
Obs. medt. cent. B á l . , 1 6 7 7 , obs. 6 6 .
Sammlung merktcuerd. Fcelle. N u r e m b e r g . 1 7 5 0 , p . 1 1 9 - 1 3 0 .
Med. comm. ofEdimb'., dec. ii, t . i, p . 8 5 .
Mise. nat. cur., dec. i, an. 2 , p . 1 4 9 .
Sammlung auserles. Abhandl. , va, i.
c a r g a d a s d e partículas cobrizas-, los ataques repetidos de e p i lepsia , q u e en presencia d e J . L a c e r n e ( 1 ) , lia determinado l a
permanencia d e una moneda d e cobre introducida en el e s t ó m a go , y a l a vista d e Pfundel ( 2 ) , p o r la ingestión d é l a sal a m o niaco cobriza en l a s viás digestivas, esplican m u y c l a r a m e n t e
á los médicos q u e se tomen l a molestia d e r e f l e x i o n a r , p o r q u é
el cobre h a podido c u r a r l a corea , s e g ú n atestiguan R . \ \ i lan ( 3 ) , W a l c k e r ( 4 ) „ Tliessink ( 5 ) y Delarive ( 6 ) ; p o r q u é
las preparaciones cobrizas h a n c u r a d o t a n f r e c u e n t e m e n t e de epilepsia , según confirman los hechos citados por B a t t y , Baumcs,
Bierling, B o e r h a a v e , C a u s l a n d , C u i t e n , D u n c a n , Feuerstein,
Hevelius, Lieb, M a g e n n i s , C . - F . Michaelis, R e i l , R u s s e l , Stis e r , Thilenius, W e i s s m a n n , W e i z e n b r e y e r , W h i t h e r s y o t r o s .
Si con el estemo h a n podido c u r a r P o t e r i u s , W e p f e r , F .
H o f f m a n n , R . A . B o g e l , T h i e r r y y Albrecht u n a forma d e tisis, u n a fiebre héctica, u n asma mucoso y c a t a r r o s crónicos,
es p o r q u e esté metal posee la facultad cíe p r o d u c i r u n a especie
de tisis, como Stahl (7) h a c o m p r o b a d o . Si el estaño no produjer a en las p e r s o n a s s a n a s , dolores g a s t r á l g i c o s , como h a n o b s e r vado Slhal (8) y Geischlaeger ( 9 ) , ¿ cómo h u b i e r a este último
curado los violentos dolores d e estómago, q u e h a curado c o n
el auxilio d e este metal?
La obstinada y tenaz constipación, y la pasión iliaca q u e el
•
.
(1) Le morlis int. capitis. A m s t e r d . , 1 7 5 8 , p . 2 5 3 .
(2) H Ü F F E L A N D ' S , Journal, n, p . 2 6 4 ; Burdacb, System, der Arzneien. i, Leipzick, 1 8 0 7 , p . 2 8 4 .
(3) Samrnl. auserles. Ahhandl., x n , p . 6 2 .
(4) I b i d . xi, 3 , p . 6 7 2 .
(5) Waarnemingen, n.° 1 8 .
(6) R U I I N ' S , phys. med, Journal, 1 8 0 0 , enero p . 5 8 .
(7) Mat. med., cap. 6, p . 8 3 .
(8) Ibid. .
(9) Ü U F F E L A K D ' S , Journal, x, m , p . 1 6 5 .
plomo tiene la facultad d e p r o d u c i r , como h a n podido o b s e r v a r
I h u m b e r g , Wilson, Luzuriaga y o t r o s , ¿no nos dice c l a r a m e n te q u e este metal posee l a virtud de c u r a r esas mismas afecciones? P o r q u e este, lo mismo q u e todos los m e d i c a m e n t o s , d e b e n
su v i r t u d c u r a t i v a á l a facultad q u e poseen d e producir e n l a s
personas dotadas de b u e n a s a l u d , síntomas análogos á los q u e
presentan l a s e n f e r m e d a d e s que pueden c u r a r . P o r esta razón
e s , por lo q u e Angel Sala (1) h a c u r a d o con el plomo u n a especie
de ileo, y J . Agrícola ( 2 ) , u n a constipación, q u e p o r su tenacidad comprometía m u y seriamente la vida del e n f e r m o . L a s
pildoras s a t u r n i n a s , con las que m u c h o s médicos, C h i r a c , VanHelmont, Naudeau, Pererius, Rivinus, Sydenham, Zacutus
L u s i t a n u s , Bloch y otros m u c h o s , h a n podido v e n c e r c o n s t i p a ciones o b s t i n a d a s y la pasión iliaca, no o b r a b a n d e una m a n e r a
mecánica e n razón d e su peso, p o r q u e si este h u b i e r a sido el
motivo d e su eficacia, el o r o , cuyo peso específico es m a y o r
que el del plomo, h u b i e r a sido preferible en estos casos-, sino q u e
o b r a b a n solamente como r e m e d i o , e n razón d e su cualidad s a t u r n i n a , y c u r a b a n homeopáticamente. Si Otton Tachenius y
S a x t o r p h , h a n curado con el plomo hipocondrios epidémicos,
preciso es r e c o r d a r que este metal tiende p o r sí mismo á p r o ducir afecciones hipocondriacas , como p u e d e c o m p r o b a r s e en l a
descripción q u e hace Luzuriaga (3) d e s u s efectos p e r j u diciales.
No d e b e s o r p r o n d e r n o s que h a y a M a r c u s ( 4 ) curado e n p o co tiempo u n a hinchazón inflamatoria d e l a l e n g u a y f a r i n g e
con el mercurio, remedio, q u e , según la experiencia diaria y
(1)
(2)
(3)
(4)
Opera, p . 2 1 3 .
Comment. in J. Poppiichym. med., Leipzick, 1 6 3 8 , p . 2 2 3 .
Recueil, period. de litterature, i, p . 2 0 .
Magazin, n, n.
mil veces repetida p o r todos los médicos, tiene tendencia especifica á p r o d u c i r la inflamación d e l a s p a r t e s i n t e r n a s d e la
b o c a , no solamente en virtud de su administración a l interior, s i no por sola s u aplicación, b a j o l a f o r m a d e u n g ü e n t o ó emplasto , s o b r e cualquiera p a r t e d e l a superficie del c u e r p o , c o mo lian e x p e r i m e n t a d o D e g n e r ( 1 ) , F r i e s e ( 2 ) , Alberti (3),
Engel ( 4 ) y otros m u c h o s . La debilidad d e l a s facultades intelectuales ( S w e d i a n e r ) ( o ) ; l a estupidez ( D e g n e r ) (6) y l a e n a genacion mental ( L a r r e y ) ( 7 ) , q u e s e h a n d e c l a r a d o como r e sultados del u s o del m e r c u r i o , unidas á l a p r o p i e d a d casi e s p e cífica q u e tiene este metal d e p r o d u c i r l a salivación, esplican
cómo G . P e r f e t ( 8 ) h a c u r a d o d e u n a m a n e r a p e r m a n e n t e y
radical con el m e r c u r i o , u n a p r o f u n d a melancolía, que a l t e r n a b a con u n flujo d e saliva a b u n d a n t e . ¿ P o r qué h a n dado t a n b u e n
r e s u l t a d o los m e r c u r i a l e s á Seelig (9) e n l a a n g i n a , a c o m p a ñ a d a d e p ú r p u r a , y en o t r a s esquinencias d e c a r á c t e r g r a v e á
Hamilton ( 1 0 ) , H o f f m a n n ( 1 1 ) , M a r c u s ( 1 2 ) , R u s h ( 1 3 ) , G o l den (14), Railey y Michaelis? ( 1 5 ) . P o r q u e este metal evidentemente p r o d u c e e n l a s p e r s o n a s s a n a s u n a especie d e a n g i n a
(1)
(2)
(3)
(4)
(8)
(6)
(7)
(8)
(9)
(10)
(11)
(12)
(13)
(14)
(15)
Act. nat. cur., vi, a p p .
Geschichte und Versuche einer chirurg. Gesellschaft. Copenhag., 1 7 7 4 .
Jurisprudentia medica, v, p . 6 0 0 .
Specimina medica, Berlin, 1 7 8 1 , p . 9 9 .
Traite des maladies vénér., H, p . 3 6 8 .
Loc. cit.
Descript. de l'Egypte, 1 . 1 .
Amalen einer Austalt fuer Wahnsinnige. H a n o v . , 1 8 0 4 .
H Ü F F E L A M > ' S , Journal,
xvi, i, p . 2 4 .
Edimb. med. comment., ix, i, p . 8 .
Medie. Wochenblatt, 1 7 8 , núm. i .
Magazin fuer specielle Therapie, II, p . 3 3 4 .
Medie, inquir, and observ., n ú m . 8 .
Med. obs. and. inquir., n ú m . 1 9 , p . 2 1 1 .
R I C H T E R S , chirurg.
Biblioth., v, p . 7 3 7 - 7 3 9 .
de l a s m a s molestas ( 1 ) . ¿ N o ha logrado S a u t e r (2) la c u r a ción homeopática d e u n a inflamación ulcerosa de la b o c a , acomp a ñ a d a d e aftas y de u n a fetidez d e l aliento, parecida á la q u e
se observa en el tialismo, prescribiendo u n a disolución d e s u blimado corrosivo en g a r g a r i s m o s ? ¿No es u n a curación h o meopática también la conseguida p o r Bloch ( 3 ) , haciendo desa p a r e c e r con p r e p a r a c i o n e s mercuriales l a s aftas b u c a l e s , s u puesto que dicha sustancia tiene entre sus propiedades especiales, la d e p r o v o c a r una especie particular de a f t a s , como a f i r m a n Schlegel (4) y T h . A c r e y ? (5)
H e c k e r ( 6 ) h a usado con resultado feliz contra u n a caries
por consecuencia d e l a s v i r u e l a s , m u c h a s mezclas d e m e d i c a m e n t o s , e n l a s que, p o r f o r t u n a p a r a el e n f e r m o , e n t r a b a el
m e r c u r i o , al que se c o m p r e n d e bien q u e cedió la e n f e r m e d a d ,
supuesto que el mercurio es u n o d e los pocos medicamentos
q u e tienen la facultad d e producir la c a n e s , como desgraciadamente lo acreditan tantos tratamientos mercuriales e x a g e r a d o s ,
bien contra la sífiles, bien contra o t r a s e n f e r m e d a d e s ; entre
muchos, los de G. P . Michaelis ( 7 ) . Este a g e n t e medicinal, t a n t e mible cuando se prolonga s u uso p o r m u c h o t i e m p o , ó en d o sis e x a g e r a d a s , y que llega á constituirse en causa d e t e r m i n a n (1) Se lia querido también curar el croup por medio del mercurio, pero casi
nunca s e lia conseguido; p o r q u e este metal n o e s capaz d e producir por sí mism o , en la membrana mucosa d e la traquea, u n cambio análogo á la modificación
particular que esta enfermedad imprime en ella. E l hígado de azufre calcáreo, q u e
escita la t o s , impidiendo la respiración, y mejor aun, como lo lie experimentado,
la esponja tostada, obran d e una manera homeopática en sus efectos especiales, y
por consiguiente son muy eficaces, sobre todo en dosis muy fraccionadas.
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
H Ü F F E L A N D ' S , Journal,
XII, N .
Medie. Bemerk., p . 1 6 1 .
H Ü F F E L A N D ' S , Journal,
VII, 1 4 .
Lond. med. journ., 1 7 8 8 .
fluFFELAXD s, Journal, i, p . 3 6 2 .
Ibid., 1 8 0 9 , VI, junio, p . 5 7 .
^
I
F
A
R
T
IEQ*
/
"i
.
''
te d e la caries, ejerce, sin e m b a r g o , una beneficiosa influencia
homeopática e n aquellas caries q u e suceden á las lesiones m e cánicas d e los h u e s o s , d e lo q u e nos h a n legado m u y terminantes ejemplos J . Schlegel (1) , Foerdens (2) y J . M . Muller (3).
Las curaciones de caries, no v e n é r e a s , q u e h a n conseguido con
el mercurio J . F . G . Neu ( i ) y J . D . Metzger (5) ', nos d a n una
p r u e b a concluyente d e la virtud curativa homeopática que g o za esta sustancia.
Leyendo l a s o b r a s que t r a t a n d e l a electricidad, con aplicación á la t e r a p é u t i c a , sorprende, c i e r t a m e n t e , l a g r a n analogía
q u e existe entre l a s incomodidades y accidentes m o r b o s o s q u e
h a determinado este a g e n t e , y los síntomas del todo s e m e j a n tes, q u e h a curado homeopáticamente d e u n a m a n e r a p r o n t a y
d u r a d e r a . Inmenso es el catálogo d e los a u t o r e s q u e h a n o b s e r v a d o , entre los efectos primitivos d é l a electricidad positiva, la
aceleración del pulso-, y Sauvages (6), Délas (7) y B a r i l l o n ( 8 ) ,
h a n visto accesos completos d e fiebre, causados por la electricid a d . La facultad q u e este imponderable tiene d e producir la
fiebre, es la causa á q u e debe atribuirse, el q u e Gardini (9),
Wilkinson ( 1 0 ) , S y m e (11) y Wesley ( 1 2 ) , h a y a n curado con
(1) H U F F E L A S D ' S , Journnl, v, p . 605-610.
(2) Ibid. s , ii.
(3) Obs. med chir., n , cas. 1 0 .
( í ) Diss. med.pract. Gffittin., 1 7 7 6 .
(5) Adversaria, P . n , sect. 4 .
(6) Bertholon de St. Lazare, Medicinische Elektricilcet.
p. 239,240.
(7) Ibid. p . 2 3 2 .
(8) Ibid. p . 2 3 3 .
(9) Ibid. p . 2 3 2 .
(10) Ibid. p . 2 5 1 .
(11) Ibid. p . 2 5 0 .
(12) Ibid. p . 2 í 9 .
ella u n a fiebre terciana, y Zetzel (1) y Willermoz (2), también
h a y a n podido l o g r a r con su uso la curación radical d e fiebres
c u a r t a n a s . Público es, que l a electricidad escita en los músculos
contracciones, semejantes á los movimientos convulsivos. P u e s
i>e S a u s ( 3 ) , producía p o r medio d e ella, t a n t a s veces como lo
i n t e n t a b a , convulsiones d u r a d e r a s en el brazo de u n a joven q u e
se sometía al e x p e r i m e n t o . E n virtud d e esta facultad', que goza
la electricidad, De S a u s ( í ) y Francklin ( 5 ) , la h a n aplicado
con éxito feliz al tratamiento d e las convulsiones, v T h e d e n (6)
h a conseguido con ella volver l a voz y la p a l a b r a / r e s t a b l e c i e n do t a m b i é n l a s d e m á s f u n c i o n e s , á una niña d e diez a ñ o s
a la q u e u n r a y o h a b í a dejado m u d a , con parálisis del b r a z o izq u i e r d o , movimiento continuo oscilatorio involuntario d é l a s
piernas, y contracción espasmódica d é l o s dedos d e la otra man o . T a m b i é n determina la electricidad u n a especie d e ciática
como h a n o b s e r v a d o Jallabert (7) y otro (8) -, p o r cuva razón
h a podido c u r a r homeopáticamente este imponderable* la r e f e rida n e u r a l g i a , como lo h a n comprobado H i o r t b e r g , Lovet,
A r r i g o n i , Daboueis, M a u d u y t , S y m e y W e s l e y . Muchos m é dicos h a n curado una especie de oftalmía p o r medio d e la elect r i c i d a d , es decir, p o r medio d e la virtud q u e esta posee d e
p r o d u c i r inflamaciones en los o j o s , como atestiguan l a s o b s e r vaciones d e P . Dickson 9) y Bertholon ( 1 0 ) . P o r ú l t i m o , si la
.
Leipzick, 1 7 8 8 , t . i,
..
*
i
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
(8)
Berth. de St. Lazare, Medicinische Electricilal, Leipzvck, 1 7 8 8 , 1 . 1 , p. 5 2 .
Ibid. p . 250.
Ibid. p . 274.
Ibid.
Recueil sur l'clecl. medie, u, p . 386.
Neue Bemerkauger und Erfahrungen, m .
Experiences et observations sur,
Uleclncité..
Philos. trans., v o l . 63.
(9)
BERTHOLON,
. (10) Loe. cit,, p .
loe.
cit.,
296.
p .
466.
electricidad, aplicada p o r F u s h e l , h a curado v a r i c e s , esto lia
sido en virtud del poder q u e tiene p a r a d e t e r m i n a r l a aparición
de t u m o r e s varicosos, como h a . c o m p r o b a d o J a l l a b e r t ( 1 ) .
Cuenta A l b e r s , que u n b a ñ o caliente á cien g r a d o s del t e r m ó m e t r o d e F a h r e n h e i t , hizo disminuir considerablemente el
calor d e u n a fiebre a g u d a , y b a j a r al pulso veinte latidos p o r
minuto. Lœffler lia r e c o n o c i d o , que los fomentos calientes s o n
m u y útiles en l a s encefalitis, c a u s a d a s por l a insolación ó el calor d e l a s estufas ( 2 ) ; v Callisen (3) dice, q u e l a s afusiones d e
a g u a caliente s o b r e l a c a b e z a , son el remedio m a s eficaz d e
todos los que conoce, p a r a c u r a r las inflamaciones del c e r e b r o .
•
Haciendo abstracción d e aquellos casos, e n q u e los médicos
ordinarios h a n llegado á conocer, n o p o r s u s propias i n d a g a ciones, sino p o r el e m p i r i s m o d e l v u l g o , el remedio específico
de u n a e n f e r m e d a d , q u e s i e m p r e s e p r e s e n t a con los mismos
c a r a c t è r e s , p o r consiguiente, a q u e l c o n cuyo auxilio podían
c u r a r l a d e u n a m a n e r a d i r e c t a , como el m e r c u r i o en l a s enfermedades v e n é r e a s , el á r n i c a e n los d e s ó r d e n e s producidos pollas contusiones, l a quina e n l a fiebre intermitente d e los p a n t a n o s , los polvos d e a z u f r e e n l a sarna recien d e s a r r o l l a d a , etc.;
e s c e p t u a n d o , r e p i t o , estos c a s o s , v e r e m o s , casi sin escepcion,
que los tratamientos d e l a s e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , e m p r e n d i dos con t a n g r a n d e s a p a r i e n c i a s d e sabiduría p o r los p a r t i d a r i o s d e l a escuela a n t i g u a , n o h a n tenido m a s resultado q u e
a t o r m e n t a r los e n f e r m o s , a g r a v a r s u e s t a d o , y conducirlos en
•último término al s e p u l c r o , imponiendo gastos ruinosos á s u s
familias.
A l g u n a s veces, u n a p u r a casualidad l e s conducía al t r a t a -
(i)
Loe. cit.
(2)
IIÜFPELANU'S,
(3)
Journal M , p . 6 9 0 .
Act. soc. med. I l a f n . , i v , p . 4 1 0 .
miento homeopático ( 1 ) , pero sin conocer la lev en virtud d e
la cual se verifican y deben verificarse estas c ú r a l a
J » . pues d e la m a y o r importancia p a r a el bien del g é n e r o
h u m a n o , i n d a g a r cómo se h a n verificado, propiamente h a b l a n d o , estas curaciones, t a n notables por su r a r e z a , como por s ^ s
fectos sorprendentes. E l p r o b l e m a es d e g r a n d e Ínteres! Éf c
ivamente e n c o n t r a m o s , y los ejemplos que a c a b a n d e citarse
o d e m u e s t r a n suficientemente, que estas curaciones solo se h a n
hecho p o r medio d e medicamentos homeopáticos; esto es d e
medicamentos que poseen la facultad d e producir u n es'tado
m o r b o s o , analogo á la enfermedad q u e s e t r a t a b a d e c u r a r
E s t a s curaciones se h a n hecho d e u n a m a n e r a pronta y d u r a d e r a , p o r medio de medicamentos elegidos p o r casualidad en
contradicción con todos los sistemas y todas l a s terapéuticas d e
J t L ^ l t ^
0
'
Creen
Tler
membrana
d e ,a piel l a materia d e , a
traspiración,
del frío d e l a f i p h r Á l ' ™ f *
> Por
enfriamientos, cuando en medi
del n o d e la fiebre dan a beber una infusión d e (lores d e saúco, planta q u e liene la facultad h o m e o p a t í a d e hacer que cese una fiebre semejante y d e réstabl c al enfermo cuya curación es tanto m a s pronta y mas segura, y sin sudor,
c o a r t o menos beba d e esta infusión, y sin tomar otra cosa. Cubren muchas vece
d e cataplasmas calientes, y renovadas frecuentemente, los tumores, cuya inflamación escesiva acompañada d e insoportables dolores, n o permite q u e la s u p u r a ción s e establezca : bajo la influencia d e este tópico, la inflamación n o tarda en
c e d e r , los dolores d.sminuyen, y e l a b e e s o s e manifiesta, como se conoce por el
aspecto reluciente, el tinte amarillo y la blandura que presentan. Creen entonces
haber reblandecido el tumor por la humedad, mientras que n o han hecho otra cosa mas que destru.r homeopáticamente el esceso d e inflamación, por el calor mas
uerte d e la cataplasma, y hacer posible, d e este modo, la pronta manifestación de
Ja supuración. ¿ P o r qué emplean con.ventaja, en algunas oftalmías, el óxido rojo
(le mercurio, q u e constituye la base d e la pomada d e Saint-Ives, v q u e si s e
concede a alguna sustancia el poder d e inflamar el o j o , debe esta necesariamente
poseerle. ¿Es difícil conocer que obran aquí homeopáticamente? ¿Cómo u n poco'
de jugo d e perejil procuraría un alivio instantáneo en la disuria, tan frecuente
en los niños, y en la gonorrea ordinaria; principalmente t a n notable en los vanos
y dolorosos esfuerzos para orinar que la acompañan, si este jugo no posevese
por si mismo la facultad d e escitar, en los sugetos s a n o s , conatos dolorosos para
su tiempo-, m u c h a s veces sin saber lo que h a c í a n , ni por qué
o b r a b a n de este m o d o , confirmando por los h e c h o s , y contra
su v o l u n t a d , la necesidad de la sola l e y n a t u r a l en terapéutica,
la de la H o m e o p a t í a ; ley á cuya investigación no h a n p e r m i tido e n t r e g a r s e h a s t a a h o r a las p r e o c u p a c i o n e s m é d i c a s , á p e sar del n ú m e r o infinito de hechos y de indicios q u e deberían
h a b e r inducido á su descubrimiento.
La misma medicina doméstica, ejercida por p e r s o n a s e s t r e n a s á n u e s t r a p r o f e s i o n , a u n q u e d o t a d a s de u n juicio sano y de
u n espíritu o b s e r v a d o r , h a b í a h a l l a d o , q u e el método h o m e o pático era el m a s s e g u r o , el mas racional y el menos espuesto
á fatales equivocaciones.
Aplícase l a colicostra helada en los m i e m b r o s que a c a b a n de
c o n g e l a r s e , ó b i e n se los frota con nieve (1).
orinar v casi imposibles d e satisfacer, y si por consiguiente, no curara homeopáticamente? La raiz d e saxífraga m a y o r , que promueve una abundante secreción
d e mucosidades en los bronquios y en la laringe, sirve p a r a combatir .con ex.to la
angina llamada m u c o s a ; y también se detienen algunas metrorragias con una
corta dosis de las hojas de s a b i n a , que poseen por sí mismas la propiedad de d e terminar hemorragias u t e r i n a s ; en una y otra circunstancia se obra sin conocer a
lev homeopática. E l opio, q u e á c o r t a s dosis estriñe el vientre, se ha encontrado
ser uno de los principales y mas seguros medios contra la const.pacion q u e acompaña á las hernias estranguladas y al Íleo, sin que este descubrimiento h a y a conducido al d e la ley homeopática, cuya influencia era, sin embargo, en semejante
caso t a n sensible. Se han curado úlceras n o venéreas de la g a r g a n t a , con cortas
dosis d e m e r c u r i o , que entonces obraba homeopáticamente. Muchas veces se ha
detenido la diarrea por medio del ruibarbo, que determina evacuaciones albinas.
S e h a curado la rabia con la b e l l a d o n a , , q u e ocasiona una especie de hidrofobia.
S e ha hecho cesar, como por encanto, el coma, t a n peligroso en las fiebres agudas,
por medio de una corta dosis d e opio, sustancia dotada de virtudes calefacientes
v estupefacientes. ¡ Y despues d e tantos ejemplos que tan alto h a b l a n , se ven t o davía médicos que persiguen la Homeopatía con un encarnizamiento, q u e solo demuestra una conciencia atormentada de remordimientos, en un corazon incapaz
d e enmendarse!
, .
..
,
(1) M . L u x ha establecido sobre estos ejemplos, sacados d e la practica doméstica , su método curativo per Ídem (wqualia aqualibm) que designa con el nom-
El cocinero que se q u e m a una m a n o , la presenta al fuego,
á cierta distancia, sin a t e n d e r al aumento de dolor que r e sulta al principio; p o r q u e la experiencia le h a e n s e ñ a d o , que,
obrando así, p u e d e en m u y poco tiempo, y á veces en pocos
m i n u t o s , c u r a r perfectamente la q u e m a d u r a y h a c e r que
bre de Isopatia, y que algunas cabezas escéntricas miran .como el nec plus ultra
del arte de c u r a r , sin saber cómo podrán realizarlo.
Pero la cuestión toma otro a s p e c t o , si se juzgan concienzudamente estos ejemplos. Las fuerzas puramente físicas, son de una naturaleza diferente de las fuerzas
dinámicas d e los medicamentos, en su acción en el organismo viviente.
E l calor y el frió del aire ambiente, del agua ó de los alimentos y b e b i d a s , no
ejercen por sí mismos una influencia absolutamente perjudicial en un cuerpo sano.
Una de las condiciones del sostenimiento d e la salud, es, que el frió y el calor a l ternen , pero por sí solos no obran como medicamentos. Cuando en las enfermedades se conducen como medios c u r a t i v o s , no es en virtud de su esencia, ó porque sean sustancias por sí mismas perjudiciales, como lo son los medicamentos,
aun en las dosis mas fraccionadas, sino únicamente por razón de su cantidad, mas
ó menos considerable, es decir, por su grado d e temperatura; del mismo modo,
q u e , valiéndome d e un ejemplo de fuerzas puramente físicas, una masa de plomo
aplasta dolorosamente mi m a n o , no porque sea plomo, puesto que una lámina
delgada d e plomo no produciría este e f e c t o , sino porque encierra mucho metal y
es muy pesada.
Si pues el frió y el c a l o r , son útiles en ciertas afecciones del c u e r p o , tales c o mo las congelaciones y las q u e m a d u r a s , es solamente por razón del grado ; así
t a m b i é n , solamente cuando llegan á un grado estremo, es cuando atacan la salud
del cuerpo.
Una vez esto bien establecido, encontramos, que en los ejemplos sacados de la
práctica doméstica, no es la aplicación prolongada del grado del frió que ha congelado el miembro, el que le restablece isopálicaraeníe, puesto que muy lejos de
e s t o , extinguiría la vida irremisiblemente, sino la de un frió aproximado tan solo
(homeopáticamente), y llevado poco á poco á una temperatura soportable. Así,
l a colicostra h e l a d a , que dentro de una habitación se aplica sobre un miembro
congelado, no t a r d a en deshelarse, en tomar por grados la temperatura de la h a bitación, y en curar también el miembro de una manera física homeopática. Igualm e n t e , una q u e m a d u r a , hecha en la mano con agua hirviendo, no cura volviend o á aplicar agua h i r v i e n d o , sino solamente por medio de la acccion de un calor
un poco menos v i v o , sumergiendo el miembro en un líquido calentado á sesenta
grados, cuya temperatura disminuye á cada instante, hasta nivelarse con la del
desaparezca c o m p l e t a m e n t e el dolor y la rubicundez (1).
O t r a s personas o b s e r v a d o r a s , p e r o i g u a l m e n t e e s t r a ñ a s á la
m e d i c i n a , por e j e m p l o , los b a r n i z a d o r e s , aplican s o b r e l a s q u e m a d u r a s una sustancia que por sí m i s m a escita u n a sensación
de a r d o r semejante-, v . g . , el espíritu de vino (2) caliente, ó
aposento. Del mismo m o d o , p a r a presentar otro ejemplo d e acción física, el dolor y la tumefacción, causados por un golpe recibido en la f r e n t e , disminuyen
homeopáticamente cuando se apoya sobre dicha p a r t e , con energía al principio, y
luego con una fuerza siempre decreciente, mientras que un golpe semejante al
que los ha ocasionado, lejos de c a l m a r l o s , los aumentaríaisopáticamente.
P o r lo que respecta á los hechos que M . L u x refiere como curaciones isopátic a s , tales como unas contracturas en el h o m b r e y una parálisis de los riñones
en un p e r r o , ocasionadas unas y otras p o r un enfriamiento, y que cedieron en
poco tiemqo al baño frió, no pueden esplicarse por la isopotía. Los accidentes
que designan bajo el nombre de e n f r i a m i e n t o s , son atribuidos impropiamente al
f r i ó , puesto que muy comunmente se ven s o b r e v e n i r , en los sugetos predispuestos , despues de la acción de una corriente rápida de a i r e , aun cuando ni siquiera fuese fresco. Los diversos efectos del b a ñ o frió en el organismo vivo en el estado de salud y d e e n f e r m e d a d , no pueden tampoco mirarse bajo un solo punto
d e vista, .para que sobre ellos pueda fundarse un sistema arriesgado. Que el m e dio mas seguro p a r a curar la mordedura d e las serpientes venenosas, sea el aplicar en la úlcera porciones de estos animales, como lo dice L u x , es una aserción
que merece colocarse entre las fábulas que nos han trasmitido nuestros padres,
hasta que se haya confirmado por experimentos que no admitan d u d a . E n fin,
q u e un hombre hidrófobo haya sido c u r a d o en Rusia, según se dice, administrándole la saliva d e un perro r a b i o s o , no es suficiente para inducir á un médico
concienzudo á repetir semejante p r u e b a , ni p a r a justificar la adopcion d e un sistema, tan poco verosímil, como el d e la isopatía.
(1) Fernel ( T h e r a p . , lib. vi, c a p . 2 0 . ) consideraba ya la esposicion d e la
parte quemada al f u e g o , como el medio m a s á propósito para hacer cesar el dolor. J . Hunter (on the blood, p . 2 1 8 ) cita los graves inconvenientes que resultan
del tratamiento de las quemaduras con el a g u a f r i a , y prefiere mucho el método
d e aproximar las partes al fuego. En esto se separa de las doctrinas médicas tradicionales, que prescriben los refrigerantes en la inflamación (contraria
contrariis);
porque la experiencia l e h a b i a enseñado, q u e un calor homeopático (similiasimilibus) era el medio mas saludable.
(2) Sydenham (Opera, p . 2 7 1 . ) d i c e , q u e las reiteradas aplicaciones del alcohol, sou preferibles á todo otro medio en las q u e m a d u r a s . B . Bell. (System, of
la esencia de trementina ( 1 ) , y se c u r a n también en pocas h o r a s , sabiendo b i e n , q u e los u n g ü e n t o s llamados r e f r e s c a n tes no producirían el mismo resultado en igual n ú m e r o de
surgery,
1 7 8 9 ) respeta igualmente la experiencia, que indica los remedios h o meopáticos como los únicos eficaces. H é aquí el modo como se espresa: «El a l b o h o l es uno d é l o s mejores remedios contra las quemaduras d e todo género.
»Cuando se aplica, parece, al principio, acrecentar el dolor (véase mas ade»lante, 1 6 4 ) , pero e s t e n o tarda en apaciguarse, y en ser reemplazado por un senti»miento agradable de calma. Nunca es tan poderoso este método como cuando
»se sumerge la parte en el alcohol; pero si no puede practicarse la inmersión , es
»menester tener la quemadura continuamente cubierta d e una compresa empapa» d a en dicho líquido.» Yo a ñ a d o , que el alcohol caliente, y aun muy caliente,
alivia de una manera m a s pronta y mas cierta, porque es mas homeopático que
el alcohol frió. Esto es lo que la experiencia confirma.
(1) E . K e n t i s h , que tenia que curar obreros quemados , comunmente d e u n
modo horrible , en las minas de ulla, por la esplosion d e gases inflamables, les
hacía aplicar esencia de trementina caliente ó alcohol, como el mejor medio que
se podia emplear en las quemaduras graves (Essay on burus, Londres, 1 7 9 8 ) .
Ningún tratamiento puede ser mas homeopático que e s t e , ni hay tampoco o t r o
q u e sea mas eficaz.
R e i s t e r , cirujano hábil y hombre de buena fé, recomienda también esta práctica, según su propia experiencia (Inslit. chirurg., 1.1, p. 3 3 3 ) ; ensalza la aplicación d e la esencia d e trementina, de alcohol y d e cataplasmas, tan calientes como
pueda el enfermo soportarlos.
P e r o nada demuestra mejor la admirable preeminencia del método homeopático,
es d e c i r , de la aplicación en las parles quemadas de sustancias que esciten por
sí mismas una sensación de calor y de a r d o r , sobre el método paliativo, que
consiste en hacer uso de medios refrigerantes y frigoríficos, como los experimentos puros en q u e , para comparar los resultados de estos dos procedimientos contrarios, s e h a n aplicado simultáneamente en un mismo s u g e l o y en quemaduras d e
igual g r a d o .
J . B e l l , teniendo que curar á una señora que se habia quemado ambos b r a zos con c a l d o , cubrió el uno con la esencia d e t r e m e n t i n a , y el otro le hizo s u mergir en el agua fria. E l primero no causaba ya ningún dolor á la media hora,
mientras que el segundo continuó todavía doloroso por espacio de seis horas;
desde que lo separó del agua, experimentaba en él dolores mas agudos, y la c u ración de este brazo exigió mucho mas tiempo que la del otro.
J . Anderson (en Kentish., loe. cit., p : 4 3 ) ha curado también una mujer q u e
se habia quemado la cara y brazos con manteca hirviendo. «Algunos minutos des-
meses, y que el a g u a fria no b a r i a m a s q u e e m p e o r a r el
mal (1) "
Por poco a c o s t u m b r a d o q u e el s e g a d o r esté á los licores
f u e r t e s , j a m á s b e b e a g u a fria cuando el a r d o r del sol y la f a tiga del t r a b a j o le h a n ocasionado u n a fiebre a r d i e n t e : el p e ligro de o b r a r a s í , le es bien conocido, y b e b e u n poco de
cualquier licor escitante, u n sorbo de a g u a r d i e n t e . La e x p e riencia, f u e n t e p u r a de t o d a ' v e r d a d , le h a convencido d é l a s
ventajas y de la eficacia de este procedimiento h o m e o p á t i c o ; y
el calor y el cansancio q u e e x p e r i m e n t a , no t a r d a en disminuirse (2).
Médicos lian existido t a m b i é n , que h a n sospechado, que los
» p u e s , se cubrió la cara, que estaba muy roja y dolorosa con aceite d e tremen»tina; en cuanto al b r a z o , la enferma lo habia ya sumergido en el agua f r i a , y
»manifestó deseos d e esperar el efecto' de este t r a t a m i e n t o . Ál cabo d e siete lloa r a s , el rostro estaba mejor y la enferma muy aliviada. P o r lo que respecta al
»brazo, al r ; d e d o r del cual seliabia renovado continuamente el líquido, t e n i a e n
»él dolores vivos desde que lo sacó del a g u a , y la inflamación se habia aumenta »do manifiestamente. Al día s i g u i e n t e , supe que la enferma tenia grandes dolo» r e s , la inflamación se habia estendido por encima del c o d o , se habian reven»tado muchas y g r a n d e s ampollas, y se habian formado gruesas escaras en el
»brazo y m a n o , que se cubrieron entonces con una cataplasma caliente. La cara
»no causaba la menor sensación dolorosa; mas fué preciso emplear los emolientes
»por espacio de quince d i a s p a r a conseguir la curación del brazo.»
¿Quién no vé aquí la inmensa ventaja del tratamiento homeopático, es decir,
de un agente productor de los efectos semejantes á los del mismo m a l , sobre el
método antipático que prescribe la escuela antigua?
(1) J . Hunter no es el único q u e señala los graves inconvenientes del tratamiento de las q u e m a d u r a s por medio del agua fria. f a b r i c i o d e Hilden (De
combustmíbus libellus, Bal., 1 6 0 7 , cap. v, p . n.) asegura i g u a l m e n t e , que los
fomentos frios son muy perjudiciales en estos casos, puesto que producen efectos muy d e s a g r a d a b l e s , como la inflamación, supuración y á veces la gangrena.
(2) Zimmermann (De l'Experiénce, t. n . ) nos enseña, que los habitantes de
países cálidos lo usan con el mas feliz é x i t o ; y que acostumbran beber una corta
cantidad de licor espirituoso cuando se sienten muy acalorados.
medicamentos c u r a b a n las e n f e r m e d a d e s , por la virtud que «rozan de producir síntomas morbosos análogos (1)
Así el autor del libro f f c / í t o ' ™ ™
(2) que
hace p a r t e de la coleccion de las o b r a s c o m p r e n d i d a s baio el
n o m b r e de Hipócrates, dice estas notables p a l a b r a s : A I ¿ T ¿ Í ^ x
VOU505 ^érat
J V T ¿ i f M M ^poe(pe^eya
^
v f n a t m r a i h ¿ r ó é p ì t n '¿fieT$ a s o v i p r á .
Médicos menos antiguos h a n conocido y p r o c l a m a d o la v e r dad del método homeopático. Boulduc (3) llegó á comprender
que la propiedad p u r g a n t e del r u i b a r b o , era la causa de la f a cultad que esta raiz tiene de contener la d i a r r e a .
Detharding ha descubierto ( 4 ) , que la infusión de sen alivia los cólicos en los a d u l t o s , en virtud de la propiedad que
tiene de producir cólicos e n las personas que gozan de b u e n a
salud.
Bertholon (5) dice, que la electricidad disminuye v a c a b a
por hacer que desaparezca u n dolor m u y análogo al q u e ella
misma p r o d u c e .
T h o u r y (6) a s e g u r a que la electricidad positiva acelera por
si misma el pulso-, pero que también lo hace lento, cuando la
aceleración es escesi va p o r causa de la e n f e r m e d a d .
Stoerck (7) ha sospechado, q u e teniendo el estramonio l a p r o (1)
patía,
mismo
lencio
idea.
(2)
(3)
(í)
(5)
(6)
(7)
Al citar los siguientes pasajes d e escritores que han presentido la Homeomí intención no es la d e probar la excelencia de este m é t o d o , que por sí
se establece, sino la d e evitar que me se acuse d e haber pasado en siestas especies d e presentimientos, p a r a apropiarme la propiedad de la
Bal. 1 5 8 8 , p . 7 2 .
Meni, de V Ac. roy., 1 7 1 0 .
Eph. nat. cur., cent. x. obs. 7 6 .
Medicinische Elecktricitast, » . p . 1 5 y 2 8 2 .
Mem. leída en la Aead. de Caen.
Libell. de stramon, p. 8 .
piedad d e d e s a r r e g l a r la moral y d e producir l a manía en l a s
personas s a n a s , se podría m u y bien administrar á los m a n i a cos , p a r a devolverles la r a z ó n , determinando u n cambio e n
sus ideas.
P e r o d e todos los médicos, aquel c u y a convicción b a j o este
p u n t o d e vista s e encuentra espresada d e u n modo m a s formal,
es la d e Danés Stlial ( 1 ) , q u e s e esplica e n los términos s i guientes : «La r e g l a admitida e n medicina, d e t r a t a r l a s e n f e r m e d a d e s p o r medios contrarios ú opuestos á los efectos q u e
»estas p r o d u c e n (contraria contrariis), es completamente falsa
»y a b s u r d a . Estoy persuadido, p o r e l contrario, q u e las e n f e r » m e d a d e s ceden á los agentes que Oéterminan u n a afección s e m e j a n t e (similia similibus); l a s q u e m a d u r a s , p o r medio del
»calor del fuego á q u e se a p r o x i m a l a parte-, l a s congelacio» n e s , p o r l a aplicación d e nieve y d e a g u a f r i a ; l a s i n f l a m a »ciones y l a s contusiones, p o r medio d e los espirituosos. D e
»este modo h e conseguido h a c e r d e s a p a r e c e r la disposición á
»las accedías con cortas dosis d e ácido sulfúrico, en casos en
»que inútilmente se habían a d m i n i s t r a d o u n a multitud d e p o l »vos absorventes.»
A s í , p u e s , m a s d e u n a v e z se h a estado cerca d e l a g r a n
v e r d a d ; pero n u n c a se h a fijado bien l a atención e n ella-, y d e
este m o d o , l a precisa r e f o r m a q u e l a antigua terapéutica debía sufrir p a r a d a r entrada al v e r d a d e r o a r t e d e c u r a r , á la
medicina positiva y c i e r t a , n o ha podido establecerse definitivamente h a s t a nuestros dias.
(1) J . H U M M E L , Conmment. de artliritide larri tartana,
Aagra et sc.orbuto. B u d i n g . , 1 7 3 8 , p . 4 0 - 4 2 .
quam scorbutica,
seu po-
O R G A M DE LA MEDICINA.
1 . La p r i m e r a , la esclusiva misión del médico, es la d e
volver la salud á los enfermos ( 1 ) : esto es lo q u e se llama
curar.
La perfectibilidad del a r t e , consiste en restablecer la s a lud d e u n a m a n e r a p r o n t a , s u a v e y d u r a d e r a , s e p a r a n d o y
d e s t r u y e n d o totalmente la e n f e r m e d a d , d e l modo menos p e r j u dicial , y por el camino m a s corto y s e g u r o , conduciéndose en
v i r t u d de inducciones fáciles d e c o m p r e n d e r .
(1) S u misión no e s , como h a n creido tantos médicos , que h a n gastado s u
tiempo y sus fuerzas para alcanzar celebridad, la d e inventar sistemas, combinando teorías y vanas hipótesis acerca d e la esencia íntima d e la v i d a , y la p r o d u c ción d e las enfermedades en el interior invisible del c u e r p o ; ó la d e querer esplicar incesantemente los fénomenos morbosos y su causa p r ó x i m a , que siempre
se nos ocultará, enredado todo esto en un laberinto d e abstracciones ininteligibles, cuya pompa dogmática impone á los ignorantes, al paso que los enfermos
suspiran en vano por socorros. Bastantes desvarios científicos t e n e m o s , á los que
se dá el nombre d e Medicina teórica ,' y p a r a los q u e se han instituido c á t e dras especiales. Tiempo es y a de q u e todos los que s e llaman médicos, cesen a l
fin d e engañar á la pobre humanidad con palabras q u e n a d a significan, y d e
que empiecen á obrar racionalmente, esto es, á consolar y curar en realidad á los
enfermos.
piedad d e d e s a r r e g l a r la moral y d e producir l a manía en l a s
personas s a n a s , se podría m u y bien administrar á los m a n i a cos , p a r a devolverles la r a z ó n , determinando u n cambio e n
sus ideas.
P e r o d e todos los médicos, aquel c u y a convicción b a j o este
p u n t o d e vista s e encuentra espresada d e u n modo m a s formal,
es la d e Danés Stlial ( 1 ) , q u e s e esplica e n los términos s i guientes : «La r e g l a admitida e n medicina, d e t r a t a r l a s e n f e r m e d a d e s p o r medios contrarios ú opuestos á los efectos q u e
»estas p r o d u c e n (contraria contrariis), es completamente falsa
»y a b s u r d a . Estoy persuadido, p o r e l contrario, q u e las e n f e r »medades ceden á los agentes que Oéterminan u n a afección s e m e j a n t e (similia similibus); l a s q u e m a d u r a s , p o r medio del
»calor del fuego á q u e se a p r o x i m a l a parte-, l a s congelacio» n e s , p o r l a aplicación d e nieve y d e a g u a f r i a ; l a s i n f l a m a »ciones y l a s contusiones, p o r medio d e los espirituosos. D e
»este modo h e conseguido h a c e r d e s a p a r e c e r la disposición á
»las accedías con cortas dosis d e ácido sulfúrico, en casos en
»que inútilmente se habían a d m i n i s t r a d o u n a multitud d e p o l »vos absorventes.»
A s í , p u e s , m a s d e u n a v e z se h a estado cerca d e l a g r a n
v e r d a d ; pero n u n c a se h a fijado bien l a atención e n ella-, y d e
este m o d o , l a precisa r e f o r m a q u e l a antigua terapéutica debía sufrir p a r a d a r entrada al v e r d a d e r o a r t e d e c u r a r , á la
medicina positiva y c i e r t a , n o ha podido establecerse definitivamente h a s t a nuestros dias.
(1) J . H U M M E L , Conmment. de artliritide larri tartarea,
Aagra et scorbuto. B u d i n g . , 1 7 3 8 , p . 4 0 - 4 2 .
quam scorbutica,
seu po-
O R G A M DE LA MEDICINA.
1 . La p r i m e r a , la esclusiva misión del médico, es la d e
volver la salud á los enfermos ( 1 ) : esto es lo q u e se llama
curar.
La perfectibilidad del a r t e , consiste en restablecer la s a lud d e u n a m a n e r a p r o n t a , s u a v e y d u r a d e r a , s e p a r a n d o y
d e s t r u y e n d o totalmente la e n f e r m e d a d , d e l modo menos p e r j u dicial , y por el camino m a s corto y s e g u r o , conduciéndose en
v i r t u d de inducciones fáciles d e c o m p r e n d e r .
(1) S u misión no e s , como h a n creido tantos médicos , que h a n gastado s u
tiempo y sus fuerzas para alcanzar celebridad, la d e inventar sistemas, combinando teorías y vanas hipótesis acerca d e la esencia íntima d e la v i d a , y la p r o d u c ción d e las enfermedades en el interior invisible del c u e r p o ; ó la d e querer esplicar incesantemente los fénomenos morbosos y su causa p r ó x i m a , que siempre
se nos ocultará, enredado todo esto en un laberinto d e abstracciones ininteligibles, cuya pompa dogmática impone á los ignorantes, al paso que los enfermos
suspiran en vano por socorros. Bastantes desvarios científicos t e n e m o s , á los que
se dá el nombre d e Medicina teórica , " y p a r a los q u e se han instituido c á t e dras especiales. Tiempo es y a de q u e todos los que s e llaman médicos, cesen a l
fin d e engañar á la pobre humanidad con palabras q u e n a d a significan, y d e
que empiecen á obrar racionalmente, esto es, á consolar y curar en realidad á los
enfermos.
3 . Cuando el médico d e s c u b r e lo que h a y digno d e c u r a r s e
en l a s e n f e r m e d a d e s , esto e s , en cada caso m o r b o s o individual
(indicación, conocimiento de la enfermedad)-, cuando adquiere
un conocimiento exacto y preciso del p o d e r curativo de los medicamentos, es decir, d e la v i r t u d de cada medicamento en particular (conocimiento de las virtudes medicinales)-, c u a n d o
guiado p o r lógicos y seguros razonamientos, s a b e elegir la s u s tancia, que p o r su virtud especial, es l a m a s a p r o p i a d a á cada
caso (elección del medicamento), adoptando p a r a ella la m a s
conveniente forma d e p r e p a r a c i ó n , y aprecia l a dosis á q u e d e b e a d m i n i s t r a r s e , decidiendo oportunamente e n qué c i r c u n s t a n cias d e b e repetirse esta dosis-, en u n a p a l a b r a , c u a n d o h a c e
aplicación tal d e lo que h a y d e curativo e n los medicamentos, á
lo que h a y ostensiblemente d e a n o r m a l e n el e n f e r m o , q u e d e b a seguirse la curación-, y cuando e n cada caso especial, conoce á fondo los obstáculos que s e oponen al restablecimiento d e
la salud, y sabe destruirlos y separarlos, p a r a q u e este restablecimiento sea duradero-, entonces y solo entonces, se conduce d e
u n a m a n e r a racional en a r m o n í a con el objeto que se propone,
y m e r e c e el título d e v e r d a d e r o médico.
4 . También el médico tiene l a misión d e c o n s e r v a r l a s a l u d , c u a n d o , conociendo l a s c a u s a s q n e la d e s a r r e g l a n , y p r o d u c e n y sostienen l a s e n f e r m e d a d e s , sabe s e p a r a r l a s del h o m b r e sano.
5 . Guando se t r a t a d e l o g r a r la curación d e u n e n f e r m o , el
médico d e b e hacer uso d e todo cuanto pueda i l u s t r a r l e , y a r e lativamente á la causa ocasional m a s p r o b a b l e d e la e n f e r m e d a d a g u d a , y a sobre l a s principales fases d e l a e n f e r m e d a d
c r ó n i c a , q u e le p u e d a n conducir á e n c o n t r a r l a c a u s a f u n d a m e n t a l d e e s t a , debida s i e m p r e á u n m i a s m a crónico. E n estas
i n d a g a c i o n e s , d e b e tener m u y presente l a constitución física
del enfermo, especialmente si se t r a t a de una afección crónica-, l a s
revoluniones s o b r e v e n i d a s en su génio y c a r á c t e r , s u s o c u p a ciones, s u método d e v i d a , s u s h á b i t o s , s u s relaciones d o m é s ticas y sociales, su e d a d , s e x o , e t c .
6 . El o b s e r v a d o r , atento y libre d e preocupaciones, c u a l quiera q u e sea el g r a d o d e talento d e q u e se halle dotado
conociendo la futilidad d e l a s indagaciones metafísicas, no
acreditadas p o r la experiencia, no v e en cada enfermedad s i no modificaciones en el estado del organismo del enfermo, a c c e sibles a los s e n t i d o s , señales d e e n f e r m e d a d , s í n t o m a s , a c c i dentes, es decir, declinaciones del estado d e salud anterior
sentidas p o r el mismo e n f e r m o , y observados p o r el médico v
por las personas q u e le r o d e a n . E l g r u p o d e estos síntomas
a p r e c i a b l e s , r e p r e s e n t a la e n f e r m e d a d e n toda s u latitud v
constituye l a v e r d a d e r a y única f o r m a q u e d e ella puede concebirse ( 1 ) .
(1) Yo no comprendo cómo h a podido suceder q u e en el lecho del enfermo
s.n observar con cuidado los síntomas, y dirigiendo el tratamiento en s u consecuencia , s e h a y a creído que n o era preciso buscar, y que ni aun se sabria hallar
lo que en una enfermedad h a y que c u r a r , sino en el interior del organismo, q u é
es inaccesible a nuestros sentidos. N o concibo cómo se ha podido tener la ridicula pretensión d e conocer el cambio sobrevenido en este interior invisible, sin
atender a los s í n t o m a s ; d e volverle á las condiciones del órden normal p o r m e dio d e medicamentos desconocidos, y d e presentar este método como el solo
fundado y racional L o que se manifiesta á los sentidos por medio d e los síntomas,
¿ n ó es pues para el médico la enfermedad en sí misma, puesto q u e jamás puede
verse el ser espiritual, la fuerza v i t a l , que crea esta e n f e r m e d a d , q u e nunca s e
tiene necesidad d e v e r l a , bastando para poder curarla la intuición d e sus efectos
morbosos? ¿ P u e s q u é mas quiere la escuela antigua con esta prima causa, q u e
busca en el m t e n o r donde nuestros sentidos no alcanzan, mientras q u e desprecia la parte sensible y apreciable d e la e n f e r m e d a d , es d e c i f , los síntomas q u e
nos hablan un lenguaje tan claro? «El médico que se entretiene en indagar cor s a s ocultas en el interior del organismo, está espuesto á engañarse todos los
»días. Fero el homeópata, trazando con cuidado el cuadro fiel del grupo entero
» d e síntomas, se proporciona una guia, c o n q u e puede c o n t a r ; y cuando ha conse»guido hacer que desaparezcan todos los síntomas, ha destruido también con to-
7 . Gomo en u n a e n f e r m e d a d en q u e no h a y a q u e s e p a r a r u n a
causa, q u e ostensiblemente la h a y a producido, ó l a sostenga
[causa ocasional) ( 1 ) , no p u e d e a p r e c i a r s e otra cosa m a s q u e
los síntomas; así t a m b i é n es necesario no desatender, e n c u a n t o
nos sea posible, l a presencia d e u n miasma y l a s circunstancias
accesorias, ni q u e los síntomas solo nos sirvan d e n o r t e p a r a
la elección de los medios curativos. E l conjunto d e los síntomas,
esta i m á g e n apreciable de l a esencia íntima d e l a e n f e r m e d a d ,
es d e c i r , d e l a lesión d e l a f u e r z a v i t a l , d e b e s e r el p r i m e r o y
principal medio que nos indique el m e d i c a m e n t o necesario, y e l
único q u e determine la elección del remedio m a s conveniente
p a r a destruir l a e n f e r m e d a d . E n u n a p a l a b r a , lo único d e q u e
el médico d e b e o c u p a r s e e n cualquier caso particular d e e n f e r m e d a d , e s d e l a totalidad de los síntomas q u e esta e s p r e s a ( 2 ) ;
p o r q u e esto es t a m b i é n lo único que tiene q u e combatir con los
medios que su a r l e le p r o p o r c i o n a , p a r a c u r a r { ^ e n f e r m e d a d ,
frasformándola
en s a l u d .
8 . Ningún experimento es c a p a z , no solamente d e p r o b a r ,
p e r o ni a u n de h a c e r s o s p e c h a r , que despues d e l a completa desaparición d e los síntomas a p r e c i a b l e s , q u e d e ó p u e d a q u e d a r
otra cosa m a s que la salud, y q u e no se h a y a destruido c o m p l e t a m e n t e la forma m o r b o s a , que existia e n el interior del o r g a nismo ( 1 ) .
9 . E n el estado d e s a l u d , l a fuerza vital que dinámicamente a n i m a la p a r t e material del c u e r p o , tiene u n poder ilimitado,
sosteniendo todas las p a r t e s del organismo en u n a a r m o n í a h a bitual , a d m i r a b l e , tanto r e l a t i v a m e n t e á los movimientos como
á la sensibilidad; d e m a n e r a , q u e el espíritu dolado d e razón
q u e reside e n nosotros, p u e d e e m p l e a r l i b r e m e n t e estos instrum e n t o s ágiles y sanos p a r a cumplir con el objeto elevado d e
n u e s t r a existencia.
»»da seguridad la causa interna y oculta d e la enfermedad.»» ( R a u . l o e . c i t ,
»»p. 1 0 3 . )
(1) Público e s , que todo médico que raciocina, empieza siempre por separar
la causa ocasional, d e manera que la enfermedad cede ordinariamente por sí mism a . P o r eso se quitan las flores demasiado olorosas, que causan el síucope y a c cidentes histéricos; se estrae d e la cornea el cuerpo estraño; que produce u n a
oftalmía ; se levanta el apósito m u y a p r e t a d o , q u e amenaza la gangrena d e un
miembro, para aplicarlo mejor d e n u e v o , s e pone á descubierto y se liga la arteria , cuya herida ha ocasionado una hemorragia alarmante ; s e trata d e d a r salida
por medio d e l vómito á las b a y a s d e belladona introducidas en el e s t ó m a g o ; s e
estraen los cuerpos estraños introducidos en l a s aberturas del c u e r p o , la nariz,
la faringe, el oido, la u r e t r a , el recto, la vagina; se tritura la piedra en la vegig a , se abre el ano imperforado del recien n a c i d o , e t c .
(2) N o sabiendo muchas veces la antigua escuela á qué otro medio recurrir,
ha intentado combatir y suprimir con varios medicamentos uno solo d e los síntomas producidos p o r las enfermedades. Este método conocido bajo el nombre d e
medicina sintomática, h a escitado con razón el desprecio g e n e r a l , n o solo p o r q u e
no procura ninguna ventaja positiva, sino también porque d e ella resultan graves
inconvenientes. Un síntoma por sí solo, no constituye la enfermedad, á la manera que una sola pierna, no constituye el hombre entero. E s t e método, era tanto mas
perjudicial, cuanto que a t a c a n d o á u n síntoma aislado, únicamente se le combatía con u n remedio opuesto (es d e c i r , d e una manera enantiopática y paliativ a ) ; d e suerte que despues d é un alivio d e corta duración , s e le veia reaparecer
mas grave q u e nunca.
(1) Cuando un enfermo ha sido curado p o r un verdadero m é d i c o , d e m o do que n o quede la menor s e ñ a l , ni el sintonía mas lijero d e la enfermedad, y
cuando lodos los signos d e la salud h a y a n reaparecido d e un modo duradero,
¿puede s u p o n e r s e , sin ofender la inteligencia humana , que todavia la enfermedad
existe en el interior ? Esto e s , sin embargo , lo que pretende uno d e los principales jefes d e la escuela a n t i g n a , I t u f f e l a n d , cuando dice q u e «la Ilomeopatía
p u e d e bien quitar los sintonías, pero que la enfermedad persiste.» ¿ O b r a así por
despecho de los progresos que la Homeopatía hace para felicidad del género humano , ó porque todavía tiene u n a idea grosera d e la e n f e r m e d a d , y la c o n sidera , n o como una modificación dinámica del organismo, sino como una
cosa material, capaz d e quedar o c u l t a , despues d e c u r a d a , en algún rincón del
interior del c u e r p o , y d e tener algún dia el capricho d e presentarse aun en m e dio d e la salud mas floreciente? ¡ H a s t a donde llega la ceguedad d e la patología
antigua! Con tales-antecedentes, n o es d e admirar que solo h a y a producido una
terapéutica, cuyo único objeto es b a r r e r el cuerpo del pobre enfermo.
I
1 0 . El organismo material, destituido de la f u e r z a vital, n o
p u e d e sentir, ni o b r a r , ni ejecutar acto a l g u n o p a r a su propia
conservación (1). Al ser inmaterial q u e le vivifica en el estado
de salud y de e n f e r m e d a d , es ú n i c a m e n t e á quien debe el s e n timiento y el cumplimiento de sus funciones animales.
11.
Cuando u n a e n f e r m e d a d se a p o d e r a del h o m b r e , esta
fuerza v i t a l activa p o r sí m i s m a , y manifiesta en todas las p a r tes del c u e r p o , es la p r i m e r a q u e se resiente de l a intluencia
dinámica del a g e n t e hostil á la salud y á la v i d a . U n a vez desarmonizada esta fuerza v i t a l , ella sola es la q u e p u e d e escitar
al organismo las d e s a g r a d a b l e s sensaciones que experimenta, y
determinarlo á e j e c u t a r las acciones a n o r m a l e s , que conocemos
con el n o m b r e de e n f e r m e d a d . Siendo esta fuerza inaccesible
por sí m i s m a , y s o l a m e n t e a p r e c i a b l e por los efectos que p r o d u c e en el organismo , no espresa ni p u e d e espresar su d e s a r monía , sino p o r la manifestación a n ó m a l a e n la m a n e r a de sentir y de o b r a r de la p a r t e de l a organización accesible á los
sentidos del o b s e r v a d o r y del médico, q u e es á lo que l l a m a m o s
síntomas.
12. La f u e r z a v i t a l desarmonizada es l a que p r o d u c e las
enfermedades (2). Los fenómenos m o r b o s o s apreciables s o l a m e n t e por nuestros sentidos, nos d a n r a z ó n del cambio interno,
ó mejor dicho, e s p r e s a n la totalidad del desacuerdo interior, en
u n a p a l a b r a , nos p o n e n de manifiesto toda la e n f e r m e d a d . P o r
consiguiente, la c u r a c i ó n , esto e s , la desaparición de todos los
(1) E s t á m u e r t o , y sometido desde entonces al ¡Dllujo del mundo físico est e r i o r ; se p u t r e f a c e , y se resuelve en sus elementos químicos.
(2) D e ninguna utilidad sería al médico saber, y siempre lo 'ignorará, cómo
la fuerza vital determina al organismo á producir los fenómenos morbosos, es decir, cómo produce la enfermedad. El Criador d e la vida no ha hecho accesible á
nuestros sentidos, mas que lo q u e es necesario conocer en la enfermedad, p a r a
poderla curar.
<
—
1
Y
>
¿-C4
-I
/ZJ3-S
J
A^/T
'- Af-'-'-f.
IOS
.
MI-
'
c
V
cambios apreciables, incompatibles con el estado n o r m a l de la
Aída, o la cesación de todo el a p a r a t o morboso apreciable s u pone , n e c e s a r i a m e n t e , y tiene como condicion precisa el r e s tablecimiento de la fuerza vital á su integridad completa v la
vuelta entera del organismo á la s a l u d .
1 3 . Dedúcese de a q u í , que la e n f e r m e d a d , inaccesible á los
procedimientos mecánicos de la cirujía, no es cosa distinta del
todo viviente del organismo, y de la f u e r z a vital, inmaterial v
oculta en el interior del c u e r p o , cualquiera q u e sea el g r a d o
de sutileza que p r e t e n d a atribuírsele. Esta idea solo p u e d e s e r minar en las. cabezas i m b u i d a s en las doctrinas del materialismo Ella es la que por el espacio de m u c h o s siglos h a ido llev a n d o . a la medicina por falsos y tortuosos c a m i n o s , s e p a r á n dola de su v e r d a d e r o destino.
1 4 . E n t r e todos los cambios morbosos invisibles que t i e n e n l u g a r en el i n t e r i o r del c u e r p o h u m a n o , y c u y a curación
puede v e r i f i c a r s e , ninguno h a y que deje de insinuarse al o b s e r v a d o r atento por medio de señales y síntomas bien a p r e c i a bles. La bondad infinitamente sabia del S u p r e m o C r e a d o r v
conservador de la vida de los h o m b r e s , así lo ha dispuesto. '
1 5 . El desacuerdo de la f u e r z a vital, que rige el o r g a n i s mo h u m a n o , a u n q u e invisible p a r a nosotros, no constituye en
efecto, m a s que una e n t i d a d , con el conjunto de síntomas que
produce esta fuerza en la organización, que hieren nuestros
sentidos y r e p r e s e n t a n la enfermedad existente. Aunque el o r ganismo es el instrumento material de la v i d a , no se le podría
concebir, si no fuese animado por la f u e r z a vital que lo rige de
la misma m a n e r a que tampoco puede comprenderse esta fuerza
vital aislada é independiente del o r g a n i s m o . Los dos no f o r m a n
m a s que un sér, a u n q u e nuestro entendimiento los divida p a r a
comodidad, en dos entidades distintas y s e p a r a d a s .
1 6 . Siendo nuestra fuerza vital un poder dinámico, la i n lí
•'
fluencia sobre el organismo sano de los a g e n t e s hostiles, q u e
vienen á p e r t u r b a r la armonía del juego de la v i d a , no p u e d e
tampoco afectarla, sino de u n a m a n e r a p u r a m e n t e dinámica.
P o r esto, el médico puede solo r e m e d i a r estos desacuerdos (enfermedades)-, valiéndose de sustancias que posean también f u e r . zas ó v i r t u d e s modificadoras d i n á m i c a s , ó v i r t u a l e s , cuya i m presión p e r c i b e por medio de la sensibilidad n e r v i o s a , p r e s e n t e
en todas p a r t e s . Por esto también, los medicamentos no pueden
restablecer, y no restablecen la salud y la a r m o n í a de la v i d a , sino o b r a n d o sobre ella d i n á m i c a m e n t e , despues que la observación atenta de los cambios a p r e c i a b l e s por los s e n t i dos en el estado de la persona (conjunto de síntomas), h a s u ministrado al médico nociones tan completas de la e n f e r m e d a d ,
como le son necesarias p a r a poder e m p r e n d e r con acierto la
curación.
1 7 . El estado que sucede á la c o m p l e t a desaparición de lodos los síntomas y accidentes perceptibles de la e n f e r m e d a d , y
que coincide siempre con la estincion de las a n o m a l í a s i n t e r n a s
en que se f u n d a b a la dolencia, es decir, la total destrucción de
la enfermedad (1), p r u e b a , de u n a m a n e r a m u y t e r m i n a n t e ,
que el médico solamente tiene q u e d e s t r u i r los s í n t o m a s , p a r a
•
.
{1) Un sueño, un presentimiento, una visión fantástica, percibida por una
imaginación supersticiosa, una profecía solemne de una muerte infalible, á cierto
dia, á cierta hora, muchas veces han producido todos los síntomas de una enfermedad incipiente y progresiva, las señales de una muerte próxima y la misma
muerte en el momento indicado; lo que no hubiera tenido lugar, si en el interior
del cuerpo no se hubiera verificado un cambio correspondiente al estado que se
espresaba al esterior. Por la misma razón , en casos de esta naturaleza, á veces
se ha llegado, bien engañando al enfermo, ya persuadiéndole, en contra de su
creencia, á disipar todos los signos morbosos que anunciaban la aproximación cié
la muerte, y á restablecer la salud; lo que no hubiera podido suceder, si el remedio moral no hubiese hecho cesar los cambios morbosos internos y estemos,
euvo resultado debia ser la muerte.
hacer que simultáneamente desaparezca el estado morboso y el
d e s a c u e r d o de la f u e r z a vital; esto e s , p a r a estinguir toda la
e n f e r m e d a d misma (1). Destruir la e n f e r m e d a d , es restablecer
la s a l u d , única y esclusiva misión del médico, cuando está p e netrado de sus d e b e r e s , que consisten en socorrer á su p r ó j i mo , y no en disertar d o g m á t i c a m e n t e sobre lo que no es c o m prensible p a r a el e n f e r m o , ni p a r a él m i s m o .
1 8 . De esta eterna v e r d a d , q u e n a d a h a y en las e n f e r m e dades que deba atenderse p a r a su curación m a s que los síntom a s , se infiere l ó g i c a m e n t e , que p a r a la elección del remedio
no p u e d e h a b e r en ellos otra indicación m a s que el conjunto de
síntomas o b s e r v a d o s en cada caso p a r t i c u l a r .
1 9 . No siendo las e n f e r m e d a d e s m a s q u e cambios en el
estado g e n e r a l del o r g a n i s m o , q u e se anuncian por medio de
señales m o r b o s a s , y no pudiendo efectuarse la curación m a s
que por la conversión del estado de e n f e r m e d a d al de salud,
concíbese, sin dificultad, que los medicamentos no podrían c u r a r las e n f e r m e d a d e s , si no tuviesen la facultad de c a m b i a r el
estado general del h o m b r e , q u e consiste en sensaciones y a c ciones, y en cuya única facultad se f u n d a su virtud c u r a t i v a .
'20. P o r los solos esfuerzos de la inteligencia es imposible
reconocer en sí misma esta f a c u l t a d , oculta en la esencia íntima de los medicamentos- esta aptitud v i r t u a l , p a r a modificar
(1) El Soberano conservador de los hombres no podia manifestar su sabiduría y su bondad en la curación de las enfermedades que les afligen, sino haciendo ver claramente al médico lo que tiene que quitar á estas enfermedades, para
destruirlas, y de este modo restablecer la salud. ¿Qué deberíamos pensar de su
Sabiduría y de su bondad, si, como lo pretende la escuela dominante, que supone
llevar su mirada adivinadora á la esencia íntima de las cosas, lo que necesita curarse en las enfermedades, estando envuelto en una mística oscuridad, y encerrado en el interior oculto del organismo, el hombre se viese por esta misma razón reducido á la imposibilidad de reconocer el mal, y por consiguiente de curarlo?
fluencia sobre el organismo sano de los a g e n t e s hostiles, q u e
vienen á p e r t u r b a r la armonía del juego de la v i d a , no p u e d e
tampoco afectarla, sino de u n a m a n e r a p u r a m e n t e dinámica.
P o r esto, el médico puede solo r e m e d i a r estos desacuerdos (enfermedades)-, valiéndose de sustancias que posean también f u e r . zas ó v i r t u d e s modificadoras d i n á m i c a s , ó v i r t u a l e s , cuya i m presión p e r c i b e por medio de la sensibilidad n e r v i o s a , p r e s e n t e
en todas p a r t e s . Por esto también, los medicamentos no pueden
restablecer, y no restablecen la salud y la a r m o n í a de la v i d a , sino o b r a n d o sobre ella d i n á m i c a m e n t e , despues que la observación atenta de los cambios a p r e c i a b l e s por los s e n t i dos en el estado de la persona (conjunto de síntomas), h a s u ministrado al médico nociones tan completas de la e n f e r m e d a d ,
como le son necesarias p a r a poder e m p r e n d e r con acierto la
curación.
1 7 . El estado que sucede á la c o m p l e t a desaparición de lodos los síntomas y accidentes perceptibles de la e n f e r m e d a d , y
que coincide siempre con la estincion de las a n o m a l í a s i n t e r n a s
en que se f u n d a b a la dolencia, es decir, la total destrucción de
la enfermedad (1), p r u e b a , de u n a m a n e r a m u y t e r m i n a n t e ,
que el médico solamente tiene q u e d e s t r u i r los s í n t o m a s , p a r a
•
.
{1) Un sueño, un presentimiento, una visión fantástica, percibida por una
imaginación supersticiosa, una profecía solemne de una muerte infalible, á cierto
dia, á cierta hora, muchas veces han producido todos los síntomas de una enfermedad incipiente y progresiva, las señales de una muerte próxima y la misma
muerte en el momento indicado; lo que no hubiera tenido lugar, si en el interior
del cuerpo no se hubiera verificado un cambio correspondiente al estado que se
espresaba al esterior. Por la misma razón , en casos de esta naturaleza, á veces
se ha llegado, bien engañando al enfermo, ya persuadiéndole, en contra de su
creencia, á disipar todos los signos morbosos que anunciaban la aproximación de
la muerte, y á restablecer la salud; lo que no hubiera podido suceder, si el remedio moral no hubiese hecho cesar los cambios morbosos internos y estemos,
euvo resultado debia ser la muerte.
hacer que simultáneamente desaparezca el estado morboso y el
d e s a c u e r d o de la f u e r z a vital; esto e s , p a r a estinguir toda la
e n f e r m e d a d misma (1). Destruir la e n f e r m e d a d , es restablecer
la s a l u d , única y esclusiva misión del médico, cuando está p e netrado de sus d e b e r e s , que consisten en socorrer á su p r ó j i mo , y no en disertar d o g m á t i c a m e n t e sobre lo que no es c o m prensible p a r a el e n f e r m o , ni p a r a él m i s m o .
1 8 . De esta eterna v e r d a d , q u e n a d a h a y en las e n f e r m e dades que deba atenderse p a r a su curación m a s que los síntom a s , se infiere l ó g i c a m e n t e , que p a r a la elección del remedio
no p u e d e h a b e r en ellos otra indicación m a s que el conjunto de
síntomas o b s e r v a d o s en cada caso p a r t i c u l a r .
1 9 . No siendo las e n f e r m e d a d e s m a s q u e cambios en el
estado g e n e r a l del o r g a n i s m o , q u e se anuncian por medio de
señales m o r b o s a s , y no pudiendo efectuarse la curación m a s
que por la conversión del estado de e n f e r m e d a d al de salud,
concíbese, sin dificultad, que los medicamentos no podrían c u r a r las e n f e r m e d a d e s , si no tuviesen la facultad de c a m b i a r el
estado general del h o m b r e , q u e consiste en sensaciones y a c ciones, y en cuya única facultad se f u n d a su virtud c u r a t i v a .
'20. P o r los solos esfuerzos de la inteligencia es imposible
reconocer en sí misma esta f a c u l t a d , oculta en la esencia íntima de los medicamentos- esta aptitud v i r t u a l , p a r a modificar
(1) El Soberano conservador de los hombres no podia manifestar su sabiduría y su bondad en la curación de las enfermedades que les afligen, sino haciendo ver claramente al médico lo que tiene que quitar á estas enfermedades, para
destruirlas, y de este modo restablecer la salud. ¿Qué deberíamos pensar de su
Sabiduría y de su bondad, si, como lo pretende la escuela dominante, que supone
llevar su mirada adivinadora á la esencia íntima de las cosas, lo que necesita curarse en las enfermedades, estando envuelto en una mística oscuridad, y encerrado en el interior oculto del organismo, el hombre se viese por esta misma razón reducido á la imposibilidad de reconocer el mal, y por consiguiente de curarlo?
el estado del cuerpo h u m a n o , y p a r a c u r a r las e n f e r m e d a d e s .
Solo por medio de la experiencia, y de la observación de los
efectos que p r o d u c e , influyendo en el estado general de la econ o m í a , se puede c o n o c e r l a , y tener u n a idea c l a r a , no de su
esencia, pero sí de su v i r t u a l i d a d .
2 1 . Siendo, p u e s , imposible a p r e c i a r en sí misma la esencia curativa de los m e d i c a m e n t o s , cosa que nadie se a t r e v e r í a
á d u d a r , y no pudiendo tampoco los experimentos hechos en
personas s a n a s , a u n los ejecutados por o b s e r v a d o r e s los m a s
hábiles y perspicaces, d a r n o s á conocer en los medicamentos
otra cosa, m a s que la facultad que poseen de producir ciertos
cambios en el estado g e n e r a l de la e c o n o m í a , sobre todo en el
h o m b r e s a n o , en el que p r o d u c e n m u c h o s síntomas m o r b o s o s
bien c a r a c t e r i z a d o s ; d e b e m o s inferir de a q u í , q u e al o b r a r los
medicamentos como r e m e d i o s , no p u e d e n ejercer su virtud curativa , sino en virtud, de la facultad que poseen de modificar el
estado g e n e r a l del o r g a n i s m o , dando origen á síntomas e s p e ciales propios. Por consiguiente, es necesario fijar la atención
tan solo en los accidentes m o r b o s o s que los medicamentos p r o ducen en el h o m b r e s a n o , como la única manifestación posible
de la virtud curativa que g o z a n , si se quiere saber cuáles e n fermedades p u e d e cada medicamento c u r a r .
2 2 . Como en las e n f e r m e d a d e s no a p a r e c e n a d a que sea
necesario destruir, m a s que el g r u p o de los síntomas que la
e s p r e s a n ; como n a d a tampoco se d e s c u b r e en los m e d i c a m e n tos , m a s que la facultad de producir síntomas morbosos en los
h o m b r e s sanos, y de hacerlos d e s a p a r e c e r en los enfermos-, dedúcese de a q u í , que los medicamentos no t o m a n el c a r á c t e r de
r e m e d i o s , v que solo estinguen las e n f e r m e d a d e s , escitando
ciertos accidentes ó s í n t o m a s ; ó , p a r a espresarnos m a s c l a r a m e n t e , produciendo una e n f e r m e d a d artificial, que d e s t r u y a
los síntomas y a existentes, que constituyen la enfermedad n a -
tural que se quiere c u r a r . Sigúese también de e s t o , q u e p a r a
estinguir la totalidad de síntomas de una e n f e r m e d a d es m e nester b u s c a r u n medicamento que tenga tendencia á p r o d u c i r
síntomas semejantes, ó contrarios, según cual sea el medio que
la experiencia nos enseñe que es el m a s fácil, m a s cierto v m a s
d u r a d e r o de quitar los síntomas de la enfermedad, va el dé oponer a ellos síntomas medicinales semejantes, ó contrarios (1).
2 3 . Todos los e n s a y o s , hechos-con c u i d a d o ; todos los e x p e r i m e n t o s , ejecutados con proligidad y e x a c t i t u d , nos d e m u e s t r a n , q u e los síntomas m o r b o s o s continuos, lejos de p o d e r ser vencidos y estinguidos por los síntomas medicinales
opuestos, como los que escita el método antipático, e n a n t i o p á t ' c o , o paliativo, r e a p a r e c e n , por el contrario, m a s intensos
que a n t e s , y se a g r a v a n de un modo m u v manifiesto, despues
que habían parecido c a l m a r s e por a l g ú n tiempo (§. 5 8 , 6 2 y 6 9 ) .
No q u e d a , p u e s , otro medio de e m p l e a r los m e d i c a mentos con criterio y seguridad de b u e n r e s u l t a d o , m a s que el
método h o m e o p á t i c o , q u e e n s e ñ a , p a r a dirigirse con acierto
contra ía universalidad de los sistemas de cada caso morboso
p a r t i c u l a r , b u s c a r , entre todos los m e d i c a m e n t o s , aquel c u y a
(1) El otro m o d o , diferente de estos d o s , de emplear los medicamentos conas enfermedades, es el método alopático, aquel que administra remedios, que
producen síntomas sm ninguna relación directa con la enfermedad, no siendo semejantes, ni opuestos, s.no absolutamente heterogéneos. Ya he demostrado en la
introducción, que este método es una imitación grosera y nociva de los esfuerzos imperfectos del impulso ciego y puramente instintivo que la fuerza vital, perturbada por alguna fatal influencia, promueve, para salvarse, escitando y sosteniendo una enfermedad en el organismo; pues la fuerza vital solo ha sido creada
para sostener la armonía en el organismo, mientras dura la salud; pero una vez
desarreglada, no es ya apta para restablecerse en el estado normal. Sin embargo, y a pesar de sus inconvenientes, la escuela actual se sirve de este método
hace tantos siglos, que el verdadero médico no puede callar las opresiones que
ha sufrido el género humano, durante millares de años, b a j o l o s gobiernos absolutos y despóticos.
acción se conozca con precisión y exactitud e n el h o m b r e sano,
y que esté dotado d e la facultad d e producir u n a enfermedad
artificial, semejante á la n a t u r a l q u e se tiene á la vista.
2 5 . La única guía infalible del a r t e d e c u r a r , la e x p e r i mentación p u r a ( 1 ) , nos enseña, e n todos los ensayos v e r i f i c a dos con esmero y e x a c t i t u d , q u e el medicamento, que o b r a n d o
en h o m b r e s e n estado d e completa s a l u d , ha producido síntom a s semejantes á los q u e presenta l a enfermedad q u e se i n tenta c u r a r , goza t a m b i é n en realidad la v i r t u d , cuando se
emplea e n dosis suficientemente a t e n u a d a s ; d e destruir d e u n a
m a n e r a p r o n t a , d u r a d e r a y r a d i c a l , la universalidad d e l o s
síntomas del presente caso m o r b o s o , e s decir (§. 6 - 1 6 ) , la
e n f e r m e d a d toda entera; t a m b i é n nos enseña, q u e todos los medicamentos c u r a n l a s e n f e r m e d a d e s q u e presentan síntomas que
se asemejen en lo posible á los q u e ellos tienen la facultad d e
escitar, y q u e cuando e s completa l a s e m e j a n z a , no h a y enferm e d a d que no ceda á su acción.
2 6 . Este fenómeno se f u n d a e n la ley. n a t u r a l que rige l a
H o m e o p a t í a ; l e y desconocida h a s t a h o y , a u n q u e a l g u n a vez se
h a y a sospechado y entrevisto, y a u n q u e en todos tiempos h a y a
(1) N o hablo d e una experimentación, semejante á la que tanto lisonjea á
nuestros prácticos vulgares, despues que por espacio de tantos años han combatido
con una porcion d e recetas complicadas, una multitud d e enfermedades, que j a más se han tomado la pena d e examinar con atención, pero q u e fieles á los e r rores d e la escuela, lian creido que eran suficientemente conocidas con solo saber
e l nombre que la patología las señalaba, y creyendo ver en ellas u n principio
morbífico imaginario, ó alguna otra anomalía interna, n o menos hipotética. A la
v e r d a d , ven siempre en ellas alguna cosa, pero n o saben lo que v e n , y llegan á
resultados que solo Dios podría desenredar en medio d e un t a n gran concurso d e
fuerzas como hacen obrar sobre un objeto desconocido; resultados que no pueden
conducir á ninguna inducción. Cincuenta años d e semejante experiencia son como
cincuenta años pasados e n mirar por u n kaliscopio, q u e lleno d e cosas desconocidas y variadas, girara continuamente sobre s í : se habrían visto millares d e fig u r a s , cambiando á cada momento, sin poder hacerse cargo d e ninguna d e ellas.
sido el f u n d a m e n t o d e toda v e r d a d e r a c u r a c i ó n . Esta l e y puede
f o r m u l a r s e a s í : una enfermedad dinámica en el organismo viviente , se vence y destruye de un modo duradero por otra mas
fuerte, siempre que esta, sin ser de la misma especie que ella,
se le asemeje mucho en la manera de manifestarse (1).
2 7 . El poder curativo de los m e d i c a m e n t o s , se deriva
(§. 1 2 - 2 6 ) de la virtud q u e ellos tienen en sí mismos de producir
sintomas semejantes á los d e la e n f e r m e d a d , y d e u n a energía
s u p e r i o r á la d e estos. De donde se sigue, q u e la enfermedad
no p u e d e ser d o m i n a d a , destruida y c u r a d a d e u n a m a n e r a seg u r a , p r o n t a , d u r a d e r a y r a d i c a l , sino p o r medio d e la virtud
de u n medicamento, que sea capaz d e producir u n g r u p o de sínt o m a s , semejante á la totalidad d e los d e a q u e l l a , y dotado al
mismo tiempo d e u n a e n e r g í a superior á la que ella t e n g a .
(1) Asi es como se tratan los males físicos y morales. ¿Por qué desaparece el
brillante Júpiter en el crepúsculo d e la m a ñ a n a , de los nervios ópticos del q u e
le comlempla ? P o r q u e un poder s e m e j a n t e , pero mas fuerte, los primeros albores
del di.a, obra entonces en sus órganos. ¿ Q u é se hace para calmar los nervios olfatorios, ofendidos por olores desagradables? Tomar t a b a c o , que afecta la nariz
de un modo semejante, pero mas fuerte. Ni con la música, ni con cualquiera e s pecie d e dulces, se podría curar el disgusto del o l f a t o , porque estos objetos son
relativos á los nervios d e otros sentidos. ¿ P o r qué medio se sofocan en el oido
compasivo d e los concurrentes, los lamentos del infeliz condenado al suplicio d e
los azotes? Con el agudo sonido del p i t o , unido al ruido del t a m b o r . ¿Con q u é
medio se modera el ruido lejano del cañón e n e m i g o , q u e causaría terror en el
alma del soldado ? Con el eco d e los tambores, las trompetas y los clarines. Esta
compasion y este terror no hubieran podido reprimirse con las arengas , ni con
la distribución d e uniformes brillantes. A s í también la tristeza y los pesares se
estinguen con la noticia, a u n q u e sea f a l s a , d e un peligro mas graude, sobrevenido á otra persona querida. Los inconvenientes d e una alegría muy viva se evitan
con el café, q u e por si mismo dispone el alma á impresiones agradables, n a sido
preciso que los alemanes, sumidos despues d e muchos siglos en la apatía y en
la esclavitud, fuesen arruinados bajo el yugo tiránico d e los e s t r a n j e r o s , para
que s e despertára en ellos el sentimiento de la dignidad d e hombre, y levantasen,
en fin, la cabeza por primera vez.
' .
, •
.
•
'
y
r
•'Si
muoteca
"ALFONSO
vm
i
2 8 . Como esla regla terapéutica de la n a t u r a l e z a se e s p r e sa evidentemente en todos los e x p e r i m e n t o s y ensayos bien dirigidos, y sus resultados nos manifiestan siempre, que el hecho
es cierto, nada importa s a b e r ó i g n o r a r su teoría y esplicacion
científica. Yo por mi p a r t e doy poca i m p o r t a n c i a á las e s p i r a ciones que de este hecho pudieran i n t e n t a r s e ; sin e m b a r g o , la
que voy á esponer, me parece, e n t r e t o d a s la que pueden s u ponerse, la mas verosímil, porque se f u n d a esclusivamente. en
pruebas derivadas de la experiencia.
2 9 . En toda e n f e r m e d a d , q u e no siendo del esclusivo dominio de la cirujia, proceda solamente d e u n d e s a r r e g l o p a r t i c u lar de la fuerza que dinámicamente r i g e el organismo, relativamente á la satisfacción de l a s acciones y sensaciones, el r e m e dio homeopático t r a e á esta f u e r z a u n a e n f e r m e d a d medicinal, ó
artificial, a n á l o g a , pero algo m a s f u e r t e , q u e reemplaza á la
enfermedad n a t u r a l . Cediendo entonces al impulso del instinto,
la fuerza vital, que y a no está e n f e r m a m a s que d é l a afección
medicinal, pero que es afectada m a s f u e r t e m e n t e que a n t e s , se
ve obligada también á desplegar m a s e n e r g í a con esta n u e v a
enfermedad ; pero la acción del p o d e r medicinal que la d e s a r moniza, siendo de poca duración ( 1 ) , n o t a r d a en t r i u n f a r ; de
(1) Lo fugaces que son en su acción las p o t e n c i a s , capaces de producir e n fermedades artificiales, que conocemos con el n o n b r e de medicamentosas,
hace,
q u e , á pesar de su superioridad sobre las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s , la fuerza vital
triunfe con mas facilidad de ellas que de estas ú l t i m a s . Como que las enfermedades naturales tienen una duración larga , y á v e c e s t a n estensa como la misma
vida (psora, sífilis, sycosis), jamás la fuerza vital p u e d e por sí sola vencerlas.
E s menester, pues, que el médico la afecte con m a s energía por medio de un
agente, capaz de producir una enfermedad muy a n á l o g a , pero dotado de una p o tencia superior (remedio homeopático). I n t r o d u c i d o este agente en el estómago
ó respirado por la nariz, hace violencia, en c i e r t o modo á la ciega é instintiva
fuerza vital, y su impresión se coloca en el lugar d e la enfermedad natural hasta
entonces existente, de tal modo, que la fuerza v i t a l solo queda afectada d é l a e n fermedad medicamentosa, y muchas veces por m u y poco tiempo, porque la acción
m a n e r a q u e , como p r i m e r o habia sido librada de la e n f e r m e dad n a t u r a l , queda despues libre t a m b i é n de la enfermedad
medicinal artificial, que sustituyó á a q u e l l a , y por consiguiente se restablece la salud en la vida del o r g a n i s m o . E s t a ° h i p é tesis, que es m u y verosímil, está f u n d a d a en las siguientes
proposiciones.
3 0 . Los m e d i c a m e n t o s , i n d u d a b l e m e n t e p o r q u e depende
de nosotros v a r i a r su dosis, parecen t e n e r u n a facultad de desa r m o n i z a r el c u e r p o h u m a n o , m u y superior á la de las i r r i t a ciones morbíficas naturales-, p o r q u e las e n f e r m e d a d e s n a t u rales se c u r a n y se vencen por medio de medicamentos a p r o piados.
3 1 . Las potencias e s t r a ñ a s , t a n t o . físicas como morales,
que afectan nuestra v i d a , á las que d a m o s el n o m b r e de i n fluencias m o r b í f i c a s , no poseen de u n modo absoluto la f a c u l tad de a l t e r a r la salud ( 1 ) , nosotros solamente e n f e r m a m o s
bajo su influencia, cuando nuestro organismo está suficientemente predispuesto á resentirse de la acción de las c a u s a s
morbíficas, y á dejarse conducir por ellas á u n e s t a d o , en que
las sensaciones que experimenta y las acciones que ejecuta, son
diferentes de las que se efectúan en el estado n o r m a l . Estas potencias no p r o d u c e n siempre la e n f e r m e d a d en todos los h o m b r e s , ni en un mismo h o m b r e en todas circunstancias.
del medicamento ( ó el curso de la enfermedad determinada por é l ) dura muv
poco La curación de enfermedades que contaban ya muchos años, obtenida
( i : 4 6 ) por la aparición d e la viruela y del sarampión ( q u e una y otra solo
duran algunas s e m a n a s ) , es un fénomeno del mismo género.
(1) Cuando digo que toda enfermedad es una a b e r r a c i ó n , ó un desacuerdo
del estado de s a l u d , no pretendo dar una esplicacion metafísica d e la naturaleza
intima de las enfermedades en general, ó de algún caso morboso particular. Solo
qu.ero designar con esto , que las enfermedades no son, ni pueden s e r , mas que
cambios mecánicos ó químicos de la sustancia material del cuerpo , y que no d e penden de un principio morbífico m a t e r i a l , sino que únicamente son alteraciones espirituales ó dinámicas de la vida.
3 2 . Cosa muy distinta es lo que sucede con las potencias
morbíficas artificiales, q u e l l a m a m o s medicamentos. E n efecto,
u n v e r d a d e r o medicamento, o b r a siempre de la misma m a n e r a ,
en todos tiempos y circunstancias, sobre todos los h o m b r e s
q u e se someten á su acción, y escita en ellos los síntomas que
le son propios; produciendo t a m b i é n algunos apreciabies á
nuestros sentidos, cuando se a d m i n i s t r a n á dosis f u e r t e s . De
modo, que todo el o r g a n i s m o h u m a n o v i v i e n t e , d e b e , en todos
tiempos y de u n modo a b s o l u t o , ser a t a c a d o , y en cierto modo
infectado por la enfermedad medicinal; lo q u e , como he dicho
a n t e s , no sucede con respecto á las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s .
3 3 . Resulta, p u e s , incontestablemente de todas las o b s e r vaciones ( 1 ) , que el o r g a n i s m o h u m a n o tiene m u c h a y m a s
g r a n d e propensión á d e j a r s e desarmonizar por las potencias
medicinales, que por las influencias morbíficas y los miasmas
contagiosos; ó lo que es lo mismo, que las influencias morbíficas
tienen u n poder muy s u b o r d i n a d o , y a u n con frecuencia m u y
condicional, de escitar e n f e r m e d a d e s , m i e n t r a s q u e las p o t e n cias medicinales lo tienen a b s o l u t o , directo é infinitamente s u perior.
3 4 . El esceso de intensidad, q u e por medio de los m e d i c a m e n t o s , se produce en las e n f e r m e d a d e s artificiales, no es la
ú n i c a y esclusiva condicion p a r a q u e p u e d a n aquellos c u r a r las
e n f e r m e d a d e s naturales. P a r a que tenga l u g a r una curación,
es necesario, en primer l u g a r , q u e exista la m a y o r semejanza
.(1) H é aquí un hecho notable de este género : cuando despues del año 1 8 0 1 ,
la liebre escarlatina lisa de S y d e n h a m reinaba todavía d e vez en cuando, d e una
manera epidémica entre los niños, atacaba sin escepcion los que no la habian padecido en otra epidemia p r e c e d e n t e ; pero en la epidemia , d e que yo fui testigo
en K m n i g s l u t t e r , todos los niños que tomaron por algún tiempo una muy corta
dosis d e belladona, no padecieron esta enfermedad, eminentemente contagiosa.
P a r a que los medicamentos puedau preservar de uua enfermedad epidémica, es
menester, que su poder de modificar la fuerza v i t a l , sea superior al d e esta.
posible entre la enfermedad n a t u r a l y la artificial que el medic a m e n t o tiene la facultad de producir en el organismo h u m a n o ,
p a r a que esta misma semejanza dé l u g a r , en razón de la m a y o r
intensidad que v i r t u a l m e n t e posee, s o b r e la que tiene la e n f e r m e d a d n a t u r a l , á q u e se verifique la sustitución, quitando á
esta última su influencia s o b r e la f u e r z a vital. Y tanttr es esto
cierto, q u e la naturaleza por sí m i s m a , no puede c u r a r una e n fermedad y a existente, añadiendo á ella otra n u e v a desemejante,
por intensa que esta s e a , y que el médico no tiene igualmente
el poder de obtener curaciones, cuando emplea medicamentos
que no son susceptibles de producir, en el h o m b r e s a n o , un e s tado morboso semejante á la e n f e r m e d a d que v a á t r a t a r .
3 o . P a r a d e m o s t r a r m a s p a l p a b l e m e n t e estas v e r d a d e s ,
fijemos la atención en la m a r c h a de la n a t u r a l e z a , cuando dos
e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s d e s e m e j a n t e s , se e n c u e n t r a n reunidas
en u n mismo individuo, y en el resultado del t r a t a m i e n t o , s e g ú n los procedimientos ordinarios de la medicina alopática, incapaces de producir u n estado morboso artificial, semejante
al que se desea c u r a r . Este e x á m e n d e m o s t r a r á , por una
p a r t e , que la n a t u r a l e z a no tiene el poder de c u r a r una e n f e r m e d a d y a existente por medio de otra enfermedad desemejante
a u n q u e sea m a s f u e r t e , y por o t r a , que los m e d i c a m e n t o s , a u n
ios.mas enérgicos, jamás pueden curar una enfermedad cualq u i e r a , c u a n d o no son homeopáticos.
3 6 . I.—Si las dos e n f e r m e d a d e s desemejantes q u e se r e ú nen en u n h o m b r e , tienen u n a fuerza i g u a l , ó si la antigua es
m a s enérgica q u e la nueva , esta es r e c h a z a d a del cuerpo por la
que existia y a a n t e s , y no p o d r á establecerse en él. Así un
h o m b r e , afectado y a de u n a e n f e r m e d a d crónica g r a v e , no se
resentirá de los ataques de u n a disenteria o t o ñ a l , ni de otra
epidemia m o d e r a d a . . S e g ú n L a r r e y ( 1 ) , la peste de Levante no
(1)
Mém. y obsenat.,
Description de l'Egyplc,
1.1.
3 2 . Cosa muy distinta es lo que sucede con las potencias
morbíficas artificiales, q u e l l a m a m o s medicamentos. E n efecto,
u n v e r d a d e r o medicamento, o b r a siempre de la misma m a n e r a ,
en todos tiempos y circunstancias, sobre todos los h o m b r e s
q u e se someten á su acción, y escita en ellos los síntomas que
le son propios; produciendo t a m b i é n algunos apreciabies á
nuestros sentidos, cuando se a d m i n i s t r a n á dosis f u e r t e s . De
modo, que todo el o r g a n i s m o h u m a n o v i v i e n t e , d e b e , en todos
tiempos y de u n modo a b s o l u t o , ser a t a c a d o , y en cierto modo
infectado por la enfermedad medicinal; lo q u e , como he dicho
a n t e s , no sucede con respecto á las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s .
3 3 . Resulta, p u e s , incontestablemente de todas las o b s e r vaciones ( 1 ) , que el o r g a n i s m o h u m a n o tiene m u c h a y m a s
g r a n d e propensión á d e j a r s e desarmonizar por las potencias
medicinales, que por las influencias morbíficas y los miasmas
contagiosos; ó lo que es lo mismo, que las influencias morbíficas
tienen u n poder muy s u b o r d i n a d o , y a u n con frecuencia m u y
condicional, de escitar e n f e r m e d a d e s , m i e n t r a s q u e las p o t e n cias medicinales lo tienen a b s o l u t o , directo é infinitamente s u perior.
3 4 . El esceso de intensidad, q u e por medio de los m e d i c a m e n t o s , se produce en las e n f e r m e d a d e s artificiales, no es la
ú n i c a y esclusiva condicion p a r a q u e p u e d a n aquellos c u r a r las
e n f e r m e d a d e s naturales. P a r a que tenga l u g a r una curación,
es necesario, en primer l u g a r , q u e exista la m a y o r semejanza
.(1) H é aquí un hecho notable de este género : cuando despues del año 1 8 0 1 ,
la fiebre escarlatina lisa de S y d e n h a m reinaba todavía d e vez en cuando, d e una
manera epidémica entre los niños, atacaba sin escepcion los que no la habian padecido en otra epidemia p r e c e d e n t e ; pero en la epidemia , d e que yo fui testigo
en K r e n i g s l u t t e r , todos los niños que tomaron por algún tiempo una muy corta
dosis d e belladona, no padecieron esta enfermedad, eminentemente contagiosa.
P a r a que los medicamentos puedau preservar de uua enfermedad epidémica, es
menester, que su poder de modificar la fuerza v i t a l , sea superior al d e esta.
posible entre la enfermedad n a t u r a l y la artificial que el medic a m e n t o tiene la facultad de producir en el organismo h u m a n o ,
p a r a que esta misma semejanza dé l u g a r , en razón de la m a y o r
intensidad que v i r t u a l m e n t e posee, s o b r e la que tiene la e n f e r m e d a d n a t u r a l , á q u e se verifique la sustitución, quitando á
esta última su influencia s o b r e la f u e r z a vital. Y tanttr es esto
cierto, q u e la naturaleza por sí m i s m a , no p u e d e c u r a r una e n fermedad y a existente, añadiendo á ella otra n u e v a desemejante,
por intensa que esta s e a , y que el médico no tiene igualmente
el poder de obtener curaciones, cuando emplea medicamentos
que no son susceptibles de producir, en el h o m b r e s a n o , un e s tado morboso semejante á la e n f e r m e d a d que v a á t r a t a r .
3 o . P a r a d e m o s t r a r m a s p a l p a b l e m e n t e estas v e r d a d e s ,
fijemos la atención en la m a r c h a de la n a t u r a l e z a , cuando dos
e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s d e s e m e j a n t e s , se e n c u e n t r a n reunidas
en u n mismo individuo, y en el resultado del t r a t a m i e n t o , s e g ú n los procedimientos ordinarios de la medicina alopática, incapaces de producir u n estado morboso artificial, semejante
al que se desea c u r a r . Este e x á m e n d e m o s t r a r á , por una
p a r t e , que la n a t u r a l e z a no tiene el poder de c u r a r una e n f e r m e d a d y a existente por medio de otra enfermedad desemejante
a u n q u e sea m a s f u e r t e , y por o t r a , que los m e d i c a m e n t o s , a u n
ios.mas enérgicos, jamás pueden curar una enfermedad cualq u i e r a , c u a n d o no son homeopáticos.
3 6 . I.—Si las dos e n f e r m e d a d e s desemejantes q u e se r e ú nen en u n h o m b r e , tienen u n a fuerza i g u a l , ó si la antigua es
m a s enérgica q u e la nueva , esta es r e c h a z a d a del cuerpo por la
que existia y a a n t e s , y no p o d r á establecerse en él. Así un
h o m b r e , afectado y a de u n a e n f e r m e d a d crónica g r a v e , no se
resentirá de los ataques de una disenteria o t o ñ a l , ni de otra
epidemia m o d e r a d a . . S e g ú n L a r r e y ( 1 ) , la peste de Levante no
(1)
Mém. y obsenat.,
Description de l'Egyplc,
1.1.
s e presenta en los l u g a r e s en q u e reina el escorbuto, ni t a m poco sufren su infección l a s p e r s o n a s q u e p a d e c e n h e r p e s . E l
raquitismo, según J e n u e r , impide que la v a c u n a se desarrolle.
Hildenbrand a s e g u r a , q u e los tísicos no se resienten d e l a s c a lenturas epidémicas, á n o s e r q u e estas sean m u y intensas.
3 7 . De la misma m a n e r a , u n a e n f e r m e d a d crónica a n t i g u a n o puede s e r vencida p o r el método ordinario alopático,
es d e c i r , por la acción d e medicamentos que n o p r o d u z c a n en
el h o m b r e sano u n estado análogo al q u e aquella p r e s e n t a ; y
generalmente resiste á t o d o s los tratamientos d e este género,
a u n q u e se continúen ó v a r í e n p o r años e n t e r o s , á menos q u e
110 sean demasiado violentos, p o r q u e e n este caso la m u e r t e
pone u n término anticipado á l a e n f e r m e d a d . Esta aserción se
halla todos los dias c o m p r o b a d a por l a p r á c t i c a , y n o necesita
ejemplos que l a a p o y e n .
3 8 . II.—Si la e n f e r m e d a d n u e v a desemejante de la a n t i g u a ,
es m a s fuerte que e s t a , l a s u s p e n d e , hasta que aquella h a t e r minado su curso y se h a curado-, entonces vuelve á r e a p a r e c e r
la antigua. Tulpius nos d e m u e s t r a ( 1 ) , que habiendo contraído
dos niños la t i ñ a , c e s a r o n d e e x p e r i m e n t a r accesos d e epilepsia , á los cuales h a b í a n estado sujetos h a s t a e n t o n c e s , p e r o
que estos accesos se p r e s e n t a r o n n u e v a m e n t e , despues d e l a
desaparición del e x a n t e m a d e l a c a b e z a . Schoepf h a visto estinguirse l a s a r n a , manifestándose el e s c o r b u t o , y r e n a c e r d e s pues d é l a curación d e esta e n f e r m e d a d ( 2 ) . U n tifus violento
ha suspendido los p r o g r e s o s d e u n a tisis p u l m o n a r u l c e r o sa . q u e siguió la m a r c h a t a n pronto como cesó l a afección
tifoidea (3). La m a n í a q u e se declara en u n tísico, oculta la ti%
(1)
(2)
(3)
:
>. ¿V
Obs., lib. i, obs. 8 .
Journal, x v , n .
C H E V A L I E R , Nuevos anales de la medicina francesa de Huffeland, 11, p . 1 9 2 .
HUFFELAKD'S ,
sis con lodos s u s s í n t o m a s ; pero la e n f e r m e d a d del pulmón r e nace y m a t a al enfermo, s í cesa l a enagenacion menlal (1).
Cuando el sarampión y la viruela reinan j u n t o s , y c u a n d o a m b a s afecciones a t a c a n á u n mismo n i ñ o , r e g u l a r m e n t e el s a r a m p i ó n , y a d e c l a r a d o , es detenido p o r la v i r u e l a , q u e e m pieza á manifestarse -, y no v u e l v e á seguirse su curso hasta
q u e esta esté c u r a d a . Sin e m b a r g o , Muget h a visto también (2)
s u s p e n d e r s e p o r espacio d e cuatro dias u n a v i r u e l a , completamente d e s a r r o l l a d a , á consecuencia d e l a inoculación, p o r u n
sarampión q u e s o b r e v i n o , y despues d e c u y a descamación volvió aquella á r e v e r d e c e r s e , p a r a luego r e c o r r e r s u s periodos
hasta el fin. Se h a visto t a m b i é n á la erupción del s a r a m p i ó n ,
en el sesto día d e inoculado, detener el t r a b a j o inflamatorio d e
esta ú l t i m a , y la viruela no p r e s e n t a r s e hasta que el otro e x a n t e m a h u b o cumplido su período septenario ( 3 ) . E n u n a e p i d e mia r u b c ó l í c a , el s a r a m p i ó n se declaró e n m u c h o s inoculados
c u a t r o ó cinco dias despues d e la inoculación, y hasta su e n t e r a desaparición, no se p r e s e n t ó la erupción d e la v i r u e l a , q u e
emprendió d e nuevo la m a r c h a y la siguió de una m a n e r a r e g u lar ( 4 ) . L a v e r d a d e r a fiebre escarlatina d e S i d e n h a m ( o ) a c o m p a ñ a d a d e a n g i n a , desapareció al cuarto día d e su c u r s o ,
por la manifestación d e l a v a c u n a , la q u e continuó su m a r c h a
(1) Manía ptkisi superveniens
rum mox redit phthisis et occidit,
p. 171.
. (2)
(3)
(4)
eam cum ómnibus suis phmomenis aufert, veabeunle mania. R e i l , Memor, f a c s . , III v
Edimb. med. comment., t . i, i .
H U . N T E R . Traite des
maladiesvénériennes.
R A I N A Y , Med. comment. of. Edimb., ra., p . 4 8 0 .
J.
(o) W i t h e r i n g y Plenciz h a n descrito m u y exactamente esta forma de escarl a t i n a , que s e diferencia mucho d e la miliar purpúrea ( R o o d v o n k ) , n o obstant e que á esta última se le pretendía llamar también escarlatina. Solamente en estos dos últimos años, se han presentado con alguna semejanza los síntomas d e estas dos enfermedades.
r e g u l a r hasta la terminación, reapareciendo entonces d e n u e v o
la escarlatina. Pero como estas dos e n f e r m e d a d e s p a r e c e q u e
tienen con poca diferencia la misma e n e r g í a , t a m b i é n se h a obs e r v a d o , q u e la v a c u n a h a suspendido su curso en el día octavo,
desapareciendo su areola r o j a , p a r a h a c e r l u g a r á la e r u p ción d e u n a v e r d a d e r a e s c a r l a t i n a , q u e continuó hasta complet a r s u m a r c h a o r d i n a r i a , en cuyo instante continuó aquella l a
s u y a , hasta t e r m i n a r l a completa y r e g u l a r m e n t e ( 1 ) . U n a v a cuna e n el octavo día estaba próxima á su completo desarrollo,
c u a n d o ' a p a r e c i ó el s a r a m p i ó n , q u e en el momento la hizo e s tacionaria , y solo despues d e s u descamación concluyó su m a r cha-, d e m a n e r a q u e s e g ú n K o r t u m ( 2 ) , al décimo seslo dia tenia el aspecto que ordinariamente presenta al décimo. Se h a visto
q u e d a r inoculada l a v a c u n a e n medio d e u n s a r a m p i ó n d e c l a r a d o , sin e m p e z a r á r e c o r r e r sus períodos, hasta q u e h a pasado la otra afección, lo q u e igualmente nos d e m u e s t r a el mismo K o r t u m (3). Yo mismo h e tenido ocasion de ver una angina
p a r o t i d e a , que desapareció p o r h a b e r s e establecido l a acción
de la v a c u n a , y solo cuando esta a c a b ó s u c u r s o , y h u b o d e s • aparecido la areola roja d e los g r a n o s , s e manifestó e n l a s
g l á n d u l a s p a r ó t i d a s y maxilares u n a n u e v a inflamación, a c o m p a ñ a d a d e liebre , y recorrió su período ordinario de siete dias.
Esto e s lo que t a m b i é n sucede e n todas l a s e n f e r m e d a d e s d e s e m e j a n t e s ; la m a s f u e r t e suspende l a m a s débil, á no suceder
q u e se compliquen, lo q u e r a r a vez o c u r r e en l a s afeccion e s a g u d a s , p e r o sin q u e p o r esto j a m á s se c u r e n r e c í p r o c a mente.
3 9 . La escuela médica o r d i n a r i a , h a presenciado estos h e chos p o r el espacio d e m u c h o s siglos -. h a visto la impotencia de
Medizinische Amalen, 1 8 0 0 , a g o s t o , p . 7 4 7 .
Jownal, xx, m , p . 5 0 .
(T)
JENNER,
(2)
HUFFELASD'S,
(3)
Loe. cit.
la naturaleza p a r a c u r a r una enfermedad c u a l q u i e r a , si otra
llegaba á unirse á la p r i m e r a , y la e r a desemejante-, y á p e s a r
de e s t o , no h a dejado d e continuar tratando l a s e n f e r m e d a d e s
crónicas con los medios alopáticos, es decir, c o n a g e n t e s q u e
no e s t a b a n dotados con la v i r t u d d e producir u n a afección a r tificial, a n á l o g a á la n a t u r a l , q u e se intentaba c u r a r , sino q u e
por el c o n t r a r i o , poseían la facultad d e provocar u n a m u y d e semejante. ¿ Y q u é juicio debemos f o r m a r d e la escuela médica
q u e así se conduce? Y a u n q u e los médicos no h u b i e r a n puesto
la atención como d e b i a n , e n la m a r c h a d e la n a t u r a l e z a , ¿ n o
h u b i e r a n debido reflexionar, .por los funestos resultados d e
sus procedimientos, q u e se h a l l a b a n en u n camino estraviado,
q u e los alejaba cada v e z m a s del término d e su viaje y del o b jeto d e su misión? ¿No debian h a b e r considerado, q u e r e c u r riendo p o r c o s t u m b r e á los medios alopáticos violentos, en los
casos d e e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , no hacían sino producir u n a
e n f e r m e d a d artificial, desemejante á la p r i m i t i v a , y que si la
t u e r z a d e a q u e l l a , oscurecía por algún tiempo á l a n a t u r a l , ó la
obligaba á suspender su curso mientras d u r a b a su acción p r o pia , había luego de r e a p a r e c e r esta con doble violencia? Así es
como limpian real y visiblemente los p u r g a n t e s enérgicos y r e petidos, cualquiera e x a n t e m a psórico de la piel-, pero cuando
el enfermo no p u e d e y a sufrir la acción continuada d e estos
medios, y h a y u r g e n t e y perentoria necesidad d e a b a n d o n a r
el empleo d e los p u r g a n t e s , entonces la erupción cutánea
r e a p a r e c e , tal como antes existia, ó bien la psora interna se
manifiesta p o r u n síntoma cualquiera a l a r m a n t e , supuesto q u e
a d e m a s d e no h a b e r disminuido en nada la afección primitiva
se desarreglan las digestiones y se aniquilan las fuerzas del e n f e r m o . Asi t a m b i é n , c u a n d o los médicos ordinarios, p r o d u c e n y
sostienen ulceraciones en la superficie del c u e r p o , c r e y e n d o
destruir p o r medio d e ellas una afección c r ó n i c a , j a m á s consi-
g u e n el objeto q u e se proponen, es d e c i r , qfie j a m á s curan-,
p o r q u e estas ú l c e r a s facticias, son e n t e r a m e n t e e s t r a ñ a s y alopáticas al mal i n t e r n o . Sin e m b a r g o , como la irritación causada por muchos c a u t e r i o s , es las m a s veces u n a e n f e r m e d a d m a s
e n é r g i c a , a u n q u e d e s e m e j a n t e al estado morboso primitivo,
suele á veces r e d u c i r al silencio á este por a l g ú n tiempo-, pero
solo se logra s u s p e n d e r l e , debilitando por g r a d o s al e n f e r m o .
Una epilepsia, s u p r i m i d a d u r a n t e m u c h o s años por medio de
cauterios, r e a p a r e c í a c o n s t a n t e m e n t e , y m a s violenta que nunca , cuando se t r a t a b a de suprimir el e x u t o r i o , como lo atestig u a Pechlin ( 1 ) y o t r o s . P e r o no son m a s alopáticos los p u r g a n t e s , respecto de la s a r n a , ó los cauterios, respecto de la e p i lepsia , que las mezclas de ingredientes desconocidos, que se
usan en la práctica v u l g a r , lo son r e l a t i v a m e n t e á las o t r a s i n n u m e r a b l e s f o r m a s d e e n f e r m e d a d . E s t a s mezclas no h a c e n m a s
que debilitar al e n f e r m o y suspender la e n f e r m e d a d por m u y
corto espacio de t i e m p o , sin poder curarle-, a d e m a s de que su
empleo repetido, n u n c a deja de a ñ a d i r al antiguo u n nuevo e s tado morboso.
4 0 . I I I . — T a m b i é n p u e d e suceder, que la n u e v a e n f e r m e dad , despues de h a b e r m i n a d o p o r espacio de m u c h o tiempo el
o r g a n i s m o , c o n c l u y a p o r u n i r s e con la afección a n t i g u a , á p e s a r
de su d e s e m e j a n z a , y que r e s u l t e de aqui u n a e n f e r m e d a d c o m plicada , pero de t a l m a n e r a , sin e m b a r g o , que cada u n a ocupe
su región especial e n el o r g a n i s m o , y q u e se instale en los órganos que le c o n v e n g a n , a b a n d o n a n d o los d e m á s á la q u e no se le
a s e m e j a . Asi, u n a persona sifilítica p u e d e t a m b i é n hacerse s a r nosa , y r e c í p r o c a m e n t e -, p u e s siendo a m b a s e n f e r m e d a d e s d e semejantes, no p o d r í a n destruirse y c u r a r s e la una á la o t r a .
Cuando la erupción psórica e m p i e z a , los síntomas venéreos se
oscurecen; pero c o m o la enfermedad v e n é r e a , es al menos tan
(1)
Obs.phys.
med.,
[ib. 2, obs. 3 0 .
fuerte como la s a r n a , se a m a l g a m a n con el tiempo las dos a f e c ciones la una con la otra (1), de modo que cada una se apodera
ú n i c a m e n t e de las p a r t e s del organismo q u e le son propias v el
sugeto se pone m a s enfermo y m a s difícil de c u r a r .
Concurriendo dos e n f e r m e d a d e s a g u d a s contagiosas d e s e mejantes entre sí, como, v . g . , el sarampión y la viruela
f r e c u e n t e m e n t e la u n a suspende el curso de la o t r a , s e s u n t e n e m o s dicho a n t e s . Sin e m b a r g o , se h a n visto epidemias viol e n t a s , en las q u e , dos e n f e r m e d a d e s desemejantes h a n invadido simultáneamente á u n mismo individuo, complicándose así la
u n a y la otra por cierto espacio de tiempo. E n una epidemia, en
que las viruelas y el s a r a m p i ó n r e i n a b a n á la v e z , hubo t r e s
cientos casos en que una de estas e n f e r m e d a d e s suspendió á la
otra , de m a n e r a que el sarampión no empezó á salir hasta veinte días despues de la erupción de la v i r u e l a , y la viruela diez v
siete o diez y ocho dias despues de la del s a r a m p i ó n , es decir
despues del curso total de la p r i m e r a e n f e r m e d a d . Pero h u b o
uno de ellos en el que P. Russel (2) encontró simultáneamente
estas d s e n f e r m e d a d e s desemejantes en el mismo sugeto. R a i n e y (3) ha o b s e r v a d o la viruela y el s a r a m p i ó n á la v e / en
dos ninas. J Maurice ( 4 ) . d i c e , q u e no ha e n c o n t r a d o mas que
dos hechos de este «género en toda su p r á c t i c a . E n c u é n t r a l e
ejemplos s e m e j a n t e s en EtmuIIer (5) y en a l g u n o s otros autores.
(1)
Experimentos exactos y curaciones que he obtenido de esta especie de
T S S !
AS
Sm
' " " " C ° DVENCÍD0 QUE D ° RESU,TAN DE -
I d o c T , '
° q H C e S t 3 S 6 X 1 S t e n s i r a u l t á « " t e en la economía, c a pando cada una las partes que están en armonía con ella. E n efecto la c u n d o , ,
m e d ^ o ? n a manera T P l e t a ' a,terDand0
el me'rcur o
medios propios para curar la sarna , administrados todos según
las dosis yv eell mmo
0
o
d o de preparación convenientes.
~
(2) Tmmctions
ofsoc. forthe improvem. ofrnd. and. Mr. Itnowl „
(-*} Med. comment. of. Edimb. m , p . 4 8 0 .
(4) Med. and phys.journal,
1705.
(o) Opera , ii , p. i, cap. 1 0 .
Zencker (1) h a visto á la v a c u n a seguir su curso r e g u l a r , e n
unión con la fiebre miliar p u r p ú r e a y el sarampión -, y J e n n e r h a
visto t a m b i é n r e c o r r e r á la v a c u n a sus períodos ordinarios, e n
medio d e u n tratamiento m e r c u r i a l , dirigido contra la infección
sifilítica.
4 1 . La coexistencia simultánea, y l a s complicaciones d e
m u c h a s e n f e r m e d a d e s e n u n mismo individuo, q u e p r o c e d e n
de la acción m u y p r o l o n g a d a d e los medicamentos no a p r o piados que en mal hora u s a la medicina alopática, son infinitam e n t e m a s frecuentes q u e los ocasionados p o r la n a t u r a l e z a .
Repitiendo con frecuencia el empleo d e remedios i n c o n v e n i e n tes , se concluye o r d i n a r i a m e n t e p o r a ñ a d i r á l a e n f e r m e d a d
n a t u r a l q u e se intenta c u r a r , otros n u e v o s estados m o r b o s o s ,
casi siempre m u y - r e b e l d e s , resultado inmediato y natural d e
las v i r t u d e s y propiedades especiales d e aquellos m e d i c a m e n t o s . No pudiéndo estos estados c u r a r p o r u n a irritación
a n á l o g a , es d e c i r , h o m e o p á t i c a m e n t e , u n a afección crónica, con
la que no tienen n i n g u n a s e m e j a n z a , se asocian poco á poco
con esta ú l t i m a , y a ñ a d e n así una n u e v a enfermedad facticia á
la antigua -, d e m a n e r a , q u e el individuo , se h a c e m u c h o m a s
e n f e r m o y difícil d e c u r a r , y a u n m u c h a s veces i n c u r a b l e . M u chos h e c h o s consignados e n los diarios y . e n los t r a t a d o s d e
m e d i c i n a , a p o y a n esta aserción. S e e n c u e n t r a también u n a
p r u e b a d e e s t o , en los casos frecuentes en q u e l a s úlceras s i filíticas, s o b r e t o d o , cuando v a n complicadas con la afección
p s ó r i c a , y a u n con la g o n o r r e a y l a sicosis, lejos d e c u r a r s e
por medio d e tratamientos l a r g o s ó repetidos, con dosis consid e r a b l e s d e p r e p a r a c i o n e s m e r c u r i a l e s , mal elegidas, s e colocan en el o r g a n i s m o al lado d e la e n f e r m e d a d m e r c u r i a l c r ó n i ca , que poco á poco se desarrolla (2) , y forma con ella u n a
(1)
(2)
:
Journal x v n .
P o r q u e , independientemente d e los síntomas análogos á los d e la enfer-
Í1CFFELAKD'S ,
complicación m o n s t r u o s a , designada con el n o m b r e d e sífilis
l a n a d a , q u e s i n o es absolutamente i n c u r a b l e , solo á fuerza d e
tiempo, constancia y medicamentos homeopáticos apropiados
p u e d e ser v e n c i d a .
4 2 . La naturaleza m i s m a , como y a h e m o s dicho, tolera,
en a l g u n a s circunstancias, la coincidencia d e dos ó m a s e n f e r medades e n u n mismo individuo. Pero también es necesario no
p e r d e r d e v i s t a , que esta misma complicación, tiene l u g a r s o lamente e n e n f e r m e d a d e s desemejantes, q u e , según l a s leyes
d é l a n a t u r a l e z a , n o pueden destruirse y c u r a r s e r e c í p r o c a mente. Esta complicación se verifica, según p a r e c e , d e tal man e r a , q u e las dos ó m a s enfermedades, se r e p a r t e n , p o r decirlo
a s í , el o r g a n i s m o , y cada u n a de ellas, v a á establecerse en las
p a r t e s que m a s le convienen -, distribución q u e p u e d e hacerse
sin p e r j u d i c a r á la unidad d e la v i d a , p o r la desemejanza q u e
tienen e n t r e sí m i s m a s .
4 3 . • P e r o c u a n d o dos e n f e r m e d a d e s s e m e j a n t e s , se encuent r a n r e u n i d a s en un mismo o r g a n i s m o , e s decir, cuando á la
enlermedad y a existente, se a ñ a d e otra q u e la e s semejante
entonces es distinto el resultado. Así la curación p u e d e verificarse
por la via d e la naturaleza ; así es como el médico d e b e c o n d u cirse para c u r a r .
4 4 . Dos e n f e r m e d a d e s diferentes, pero s e m e j a n t e s , q u e inv a d e n u n mismo o r g a n i s m o , no pueden rechazarse m ù t u a m e n t e , como e n la p r i m e r a de l a s hipótesis a n t e r i o r m e n t e s u p u e s t a s , ni suspenderse la una á la o t r a , como en la s e g u n d a , d e
m a n e r a , q u e la antigua reaparezca despues d e la curación d e
medad venérea, que le permiten curar homeopáticamente esta última el m e r cur.o produce también muchos otros, q u e no se asemejan á los d e la sífilis y
que cuando se administra á altas dosis, s o b r e lodo en la complicación tan común con la psora, engendran nuevos males y ejercen grandes estragos en el o r ganismo.
^ m m i t o m n i m
ÍÜLIOTEa UMirarMíA
trJ
" A M S O MYES" i
' '¿25 ESBT&22Y. KOTCt
Zencker (1) h a visto á la v a c u n a seguir su curso r e g u l a r , e n
unión con la fiebre miliar p u r p ú r e a y el sarampión -, y J e n n e r h a
visto t a m b i é n r e c o r r e r á la v a c u n a sus períodos ordinarios, e n
medio d e u n tratamiento m e r c u r i a l , dirigido contra la infección
sifilítica.
4 1 . La coexistencia simultánea, y l a s complicaciones d e
m u c h a s e n f e r m e d a d e s e n u n mismo individuo, q u e p r o c e d e n
de la acción m u y p r o l o n g a d a d e los medicamentos no a p r o piados que en mal hora u s a la medicina alopática, son infinitam e n t e m a s frecuentes q u e los ocasionados p o r la n a t u r a l e z a .
Repitiendo con frecuencia el empleo d e remedios i n c o n v e n i e n tes , se concluye o r d i n a r i a m e n t e p o r a ñ a d i r á l a e n f e r m e d a d
n a t u r a l q u e se intenta c u r a r , otros n u e v o s estados m o r b o s o s ,
casi siempre m u y - r e b e l d e s , resultado inmediato y natural d e
las v i r t u d e s y propiedades especiales d e aquellos m e d i c a m e n t o s . No pudiéndo estos estados c u r a r p o r u n a irritación
a n á l o g a , es d e c i r , h o m e o p á t i c a m e n t e , u n a afección crónica, con
la que no tienen n i n g u n a s e m e j a n z a , se asocian poco á poco
con esta ú l t i m a , y a ñ a d e n así una n u e v a enfermedad facticia á
la antigua -, d e m a n e r a , q u e el individuo , se h a c e m u c h o m a s
e n f e r m o y difícil d e c u r a r , y a u n m u c h a s veces i n c u r a b l e . M u chos h e c h o s consignados e n los diarios y . e n los t r a t a d o s d e
m e d i c i n a , a p o y a n esta aserción. S e e n c u e n t r a también u n a
p r u e b a d e e s t o , en los casos frecuentes en q u e l a s úlceras s i filíticas, s o b r e t o d o , cuando v a n complicadas con la afección
p s ó r i c a , y a u n con la g o n o r r e a y l a sicosis, lejos d e c u r a r s e
por medio d e tratamientos l a r g o s ó repetidos, con dosis consid e r a b l e s d e p r e p a r a c i o n e s m e r c u r i a l e s , mal elegidas, s e colocan en el o r g a n i s m o al lado d e la e n f e r m e d a d m e r c u r i a l c r ó n i ca , que poco á poco se desarrolla (2) , y forma con ella u n a
(1)
(2)
:
Journal x v n .
P o r q u e , independientemente d e los síntomas análogos á los d e la enfer-
Í1CFFELAKD'S ,
complicación m o n s t r u o s a , designada con el n o m b r e d e sífilis
l a n a d a , q u e s i n o es absolutamente i n c u r a b l e , solo á fuerza d e
tiempo, constancia y medicamentos homeopáticos apropiados
p u e d e ser v e n c i d a .
4 2 . La naturaleza m i s m a , como y a h e m o s dicho, tolera,
en a l g u n a s circunstancias, la coincidencia d e dos ó m a s e n f e r medades e n u n mismo individuo. Pero también es necesario no
p e r d e r d e v i s t a , que esta misma complicación, tiene l u g a r s o lamente e n e n f e r m e d a d e s desemejantes, q u e , según l a s leyes
d é l a n a t u r a l e z a , n o pueden destruirse y c u r a r s e r e c í p r o c a mente. Esta complicación se verifica, según p a r e c e , d e tal man e r a , q u e las dos ó m a s enfermedades, se r e p a r t e n , p o r decirlo
a s í , el o r g a n i s m o , y cada u n a de ellas, v a á establecerse en las
p a r t e s que m a s le convienen -, distribución q u e p u e d e hacerse
sin p e r j u d i c a r á la unidad d e la v i d a , p o r la desemejanza q u e
tienen e n t r e sí m i s m a s .
4 3 . • P e r o c u a n d o dos e n f e r m e d a d e s s e m e j a n t e s , se encuent r a n r e u n i d a s en un mismo o r g a n i s m o , e s decir, cuando á la
enlermedad y a existente, se a ñ a d e otra q u e la e s semejante
entonces es distinto el resultado. Así la curación p u e d e verificarse
por la via d e la naturaleza ; así es como el médico d e b e c o n d u cirse para c u r a r .
4 4 . Dos e n f e r m e d a d e s diferentes, pero s e m e j a n t e s , q u e inv a d e n u n mismo o r g a n i s m o , no pueden rechazarse m ù t u a m e n t e , como e n la p r i m e r a de l a s hipótesis a n t e r i o r m e n t e s u p u e s t a s , ni suspenderse la una á la o t r a , como en la s e g u n d a , d e
m a n e r a , q u e la antigua reaparezca despues d e la curación d e
medad venérea, que le permiten curar homeopáticamente esta última el m e r cur.o produce también muchos otros, q u e no se asemejan á los d e la sífilis y
que cuando se administra á altas dosis, s o b r e lodo en la complicación tan común con la psora, engendran nuevos males y ejercen grandes estragos en el o r ganismo.
^ m m i t o m n i m
ÍÜLIOTEa UMirarMíA
trJ
" A M S O MYES" i
' '¿25 ESBT&22Y. KOTCt
la n u e v a , ni existir en íin, como en la t e r c e r a , la una al lado
de la o t r a , f o r m a n d o u n a e n f e r m e d a d doble ó complicada.
4 5 . i N o ! Dos e n f e r m e d a d e s que se diferencian en cuanto
al género (§. 26 y su n o t a ) , p e r o que se a s e m e j a n m u c h o en
cuanto á sus efectos, es d e c i r , en cuanto á los síntomas y p a decimientos que determinan, se d e s t r u y e n m u t u a m e n t e , cuando
reunidas se encuentran en u n mismo individuo. La m a s f u e r t e
d e s t r u y e á la m a s débil. Este fenómeno no es difícil de c o n c e b i r . La enfermedad m a s f u e r t e que s o b r e v i e n e , teniendo analogía con la antigua en su modo de o b r a r , i n v a d e , y a u n con
p r e f e r e n c i a , las p a r t e s que h a b í a a t a c a d o hasta entonces esta
ú l t i m a , la que m a s débil q u e ella, se e s l i n g u e , sin e n c o n t r a r
dónde ejercer su actividad (1). E n otros términos', c u a n d o la
f u e r z a vital, desarmonizada p o r u n a potencia m o r b í f i c a , llega
á ser afectada por u n a n u e v a potencia a n á l o g a , p e r o de m a y o r
e n e r g í a , no siente y a m a s que la impresión de e s t a ; y r e d u c i da la precedente á la condicion de una simple f u e r z a sin m a t e ria , s o b r e que ejercer su influencia m o r b í f i c a , deja por consiguiente de existir.
4 6 . Muchos ejemplos podrían citarse de e n f e r m e d a d e s que
la naturaleza ha curado h o m e o p á t i c a m e n t e , por o t r a s enfermedades que determinan síntomas a n á l o g o s y s e m e j a n t e s . P e r o si
se desean hechos exactos é i n d u d a b l e s , preciso es limitarse al
escaso n ú m e r o de e n f e r m e d a d e s , s i e m p r e s e m e j a n t e s entre sí,
que tomando su origen en la existencia de u n m i a s m a p e r m a nente , merecen por esta r a z ó n , designarse con u n n o m b r e p a r ticular. E n t r e estas e n f e r m e d a d e s , p r e s é n t a s e en p r i m e r término , la v i r u e l a , t a n rica en el n ú m e r o é intensidad de sus s í n t o m a s , y que h a curado u n a multitud de afecciones c a r a c t e r i z a d a s por síntomas análogos á los s u y o s .
(1) De la misma manera que la luz de una b u g i a , deja d e afectar el nervio
óptico, cuando los rayos del sol, cuya luz es mas v i v a , vienen á herir la vista.
Las oftalmías violentas que a m e n a z a n la pérdida de la vista,
son uno de los accidentes m a s comunes de las viruelas P u e s
Dezoteux (1) y Leroy ( 2 ) , refieren cada uno u n caso de o f t a l mía c r ó n i c a , que fué c u r a d a por medio de la inoculación de
una m a n e r a perfecta y d u r a d e r a . Una c e g u e r a , q u e , ' s e g ú n Klein ( 3 ) , d a t a b a de dos a ñ o s , y que habia sido c a u sada por la r e p e r c u r s i o n de la t i n a , cedió c o m p l e t a m e n t e á la
viruela.
¿ C u á n t a s veces no ha sucedido q u e la viruela ocasione la
s o r d e r a y la disnea? J . - F . Closs (4) la ha visto c u r a r estas dos
afecciones, c u a n d o llegó á su m á x i m u n de intensidad. La t u mefacción de los testículos, a u n q u e sea m u y considerable, es
uno de los síntomas f r e c u e n t e s de la v i r u e l a . S e g ú n Klein ( 5 )
este e x a n t e m a h a c u r a d o h o m e o p á t i c a m e n t e u n a entumecencia
voluminosa y d u r a del testículo izquierdo, que habia r e s u l t a do de u n a contusion-, y con ella se c u r ó t a m b i é n un infarto a n á logo del testículo, á la vista de dicho o b s e r v a d o r (6).
En el n ú m e r o de los accidentes que determina la viruela
cuentase una especie de disenteria-, por c u y a r a z ó n esta enferm e d a d ha c u r a d o h o m e o p á t i c a m e n t e la disenteria, s e g ú n refiere F. Wendt (7).
Todo el m u n d o s a b e , q u e c u a n d o i n v a d e la v i r u e l a , d e s p u e s
de inoculada la v a c u n a , en el momento d e s t r u v e á esta homeop á t i c a m e n t e , y no le permite seguir su curso-, tanto p o r q u e tiene m a s fuerza que e l l a , como p o r q u e se le a s e m e j a m u c h o . P o r
(1)
(2)
(3)
Ji]18NeUé
Traite de l'inoculation, p . 1 8 9 .
Heilkunde fur Mutler, p . 3 8 4 .
Interpres clinicus, p . 2 9 3 .
Heikrt
der
Kinderpoclten.
Ulm., 1 7 6 9 , p . 6 8 ; y Specim.,
(.')) Interpres
clinicus.
(6) Not. act. nat. cur., yol. i, obs. 2 2 .
(7) Nachricht ton dem Krankenistitut zu Erlangen.
1783.
obs.
la misma r a z ó n , cuando la v a c u n a se a c e r c a al término d e la
m a d u r e z , s u grande semejanza con la v i r u e l a , h a c e q u e h o meopáticamente disminuya y suavice b a s t a n t e á esta última,
cuando llega á d e c l a r a r s e , y la i m p r i m e u n c a r á c t e r m a s b e nigno, como lo afirman M u h r y (1) y otros m u c h o s autores.
La v a c u n a , además d e l a s p ú s t u l a s p r e s e r v a t i v a s d e l a s v i r u e l a s , p r o d u c e también u n a erupción cutánea g e n e r a l d e otra
n a t u r a l e z a . Este exantema consiste e n g r a n o s cónicos, o r d i n a riamente p e q u e ñ o s , r a r a vez g r u e s o s y s u p u r a n t e s , secos, r o deados d e u n a areola roja poco e s t e n s a , m u c h a s veces mezcladas con p e q u e ñ a s m a n c h a s r e d o n d e a d a s d e u n color r o j o , y
a c o m p a ñ a d a s á veces d e u n vivo p r u r i t o . E n m u c h o s niños, este
exantema precede algunos dias á l a aparición d e la areola roja
de la v a c u n a , pero lo m a s c o m u n m e n t e se d e c l a r a d e s p u e s , y
desaparece al cabo de a l g u n o s dias, dejando en l a piel p e q u e ñas m a n c h a s rojas y d u r a s . Solo e n razón d e su analogía con
este e x a n t e m a , es como la v a c u n a , luego como h a prendido,
hace d e s a p a r e c e r homeopáticamente d e u n modo completo y
d u r a d e r o las erupciones c u t á n e a s , c o m u n m e n t e m u y a n t i g u a s
é i n c ó m o d a s , que existen en ciertos n i ñ o s , como lo atestiguan
g r a n n ú m e r o de observadores ( 2 ) .
La v a c u n a , cuyo síntoma especial e s l a tumefacción del b r a zo (3), h a curado, despues d e su e r u p c i ó n , u n b r a z o que estaba t u m e f a c t o y medio paralizado ( 4 ) .
La fiebre d ¿ la vacuna q u e coincide con l a formación d e la
areola r o j a , h a curado h o m e o p á t i c a m e n t e dos fiebres i n t e r m i t e n t e s , c o m o manifiesta H a r d e g e ( 5 ) ; lo q u e viene á c o r r o b o . (1)
Robert
Wülam.
(2)
C L A V I E R , HCREL
(3)
Balhorn,
(í)
(O)
DESORMEAUX,
1808,
x v ,
206.
Journal, x, 11.
S T E V E N T O N , Amales of medicine,
D u n c a n , vol. i , p . n , n . 0 9 .
I T L ' F F E L A N D S , JoWllUl, X X , 111.
HOFFELASD'S ,
r a r la observación hecha p o r J . H u n t e r ( 1 ) , q u e dos fiebres ó
e n f e r m e d a d e s semejantes no p u e d e n existir á la v e z unidas e n
un mismo individuo ( 2 ) .
La coqueluche y el sarampión tienen, r e l a t i v a m e n t e á la fieb r e y al c a r á c t e r d e la t o s , m u c h a semejanza e n t r e s í . P u e s
Iiosquillon (3) ha o b s e r v a d o en u n a e p i d e m i a , en que estas dos
afecciones r e i n a b a n á la vez y u n i d a s , q u e muchos niños q u e
tuvieron el s a r a m p i ó n , n o fuéron atacados d e la coqueluche. Y
todos s e g u r a m e n t e s e hubieran librado d e e l l a , y p a r a siempre,
así como t a m b i é n h u b i e r a n en adelante quedado inaccesibles al
contagio del s a r a m p i ó n , si la coqueluche no fuese u n a e n f e r m e d a d , q u e solo se asemeja en parte al s a r a m p i ó n , es decir, si
tuviese u n e x a n t e m a análogo al de esta última lié aquí por qué
el s a r a m p i ó n no pudo p r e s e r v a r homeopáticamente d e la coquel u c h e , sino á cierto n ú m e r o d e n i ñ o s , y solo d u r a n t e la e p i demia .
Pero cuando el sarampión e n c u e n t r a u n a e n f e r m e d a d s e m e j a n t e á su síntoma p r i n c i p a l , el e x a n t e m a , p u e d e sin c o n t r a dicción estinguiiia y c u r a r l a homeopáticamente. Así e s como se
(1) Trailé de la maladie venerienne, P a r í s , 1 7 8 7 .
(2) E n las ediciones anteriores del Organon, he citado en este lugar ejemplos
de afecciones crónicas, curadas p o r la s a r n a , q u e , según los descubrimientos que
lie presentado en el primer tomo d e mi Tratado de las enfermedades crónicas, solo
pueden considerarse, b a j o cierto punto d e vista, como curaciones'homeopáticas.
Los grandes males vencidos d e este modo (asmas sofocantes y tisis ulceradas)
eran ya desde el principio d e origen p s ó r i c o ; eran síntomas d e una psora antigua
completamente desarrollada en el interior, que llegaban á poner la vida en pelig r o , y que la aparición d e una erupción psórica, determinada p o r una nueva infección , la reducía á la forma simple d e una enfermedad psórica primitiva , con
lo que s e lograba hacer desaparecer el mal antiguo y los síntomas alarmantes.
La vuelta d e la enfermedad á la forma primitiva , no puede considerarse como
un medio curativo homeopático d e los síntomas desarrollados d e una psora antig u a , en una situación, infinitamente mas favorable, d e poderse curar con m a s
facilidad con el uso d e los medicamentos antipsóricos.
(3)
Cuu.EN, Elemcnt,
o medicin.
pract.
p . ir, i . c a p . 7 .
curó u n h e r p e s crónico, ó al menos desapareció su principal
síntoma ostensible de un modo p r o n t o , perfecto y duradero,
por la erupción del s a r a m p i ó n , como lo ha observado K o r t u m (1). Una erupción miliar, que hacía seis años q u e cubria
la c a r a , el cuello y el b r a z o , causando u n ardor insoportable,
y que se renovaba e n todos los cambios atmosféricos, se r e d u jo p o r la aparición del sarampión, á u n a simple tumefacción de
la p i e l : despues de cesado el s a r a m p i ó n , s e curó l a erupción
miliar, y no volvió á reproducirse j a m á s ( 2 ) .
4 7 . Todos estos ejemplos, enseñan al médico, en l e n g u a j e
claro y persuasivo, d e qué m a n e r a d e b e h a c e r l a elección e n t r e los agentes ó potencias capaces d e producir enfermedades
artificiales, como son los medicamentos, p a r a c u r a r de un m o do s e g u r o , pronto , y d u r a d e r o , á imitación de l a naturaleza.
4 8 . Estos mismos, e j e m p l o s , d e m u e s t r a n terminantemente,
que j a m á s l o s esfuerzos de la energía v i t a l , n i el a r t e del m é dico , pueden curar u ñ a enfermedad cualquiera con una p o t e n cia morbífica, que no la s e a análoga y s e m e j a n t e , p o r m a s
enérgica que esta sea-, y q u e solamente puede v e r i f i c á r s e l a
curación, por medio de u n a potencia m o r b í f i c a , apta p a r a determinar síntomas semejantes, y algo m a s f u e r t e s . La causa y
razón de esto, se f u n d a en las leyes fijas é irrevocables d e l a
n a t u r a l e z a , leyes hasta a h o r a desapercibidas y a u n d e s p r e ciadas p o r los médicos.
4 9 . Mucho mayor n ú m e r o de estas curaciones h o m e o p á t i cas naturales encontraríamos, si los o b s e r v a d o r e s , p o r u n a
p a r t e , hubiesen puesto m a s g r a n d e atención 'en ellas, y l a n a t u r a l e z a , p o r otra , dispusiese de m a s considerable n ú m e r o de
enfermedades, capaces de c u r a r y c u r a r s e homeopáticamente.
(1)
(2)
Journal, x x , 111, p . 5 0 .
loe. cit., p . 8 5 .
5 0 . La naturaleza misma casi n o puede disponer de otros
medios homeopáticos m a s q u e las enfermedades m s n ^ t s
poco n u m e r o s a s , q u e se presentan siempre s m i t
i
mismas como la s a r n a , el sarampión y l Á i r u e l a
P r d
estas potencias morbíficas, l a s u n a s , como la viru la Y
sa
l a m p ó n , son m a s peligrosas y mas a l a r m a n t e s q u e la nf medad que podrían curar-, y la o t r a , la s a r n a , exige ella Z
. m a despues d e h a b e r efectuado la curación, 1 uso d e „ !
á
: i X C e S Para
" V G Z ' - c o n s t a n c i a s ue : a
otra h a c e n su u s o como medios homeopáticos, difícil i n cierto y peligroso. Y a d e m á s , ¡ c u a n pocas enfermedades se
encuentran que pudieran tener u n remedio h o m e o p l t c o t a
ó r n e l a , el sarampión y la s a r n a ! La n a t u r a l e z a , pues Cól mente puede c u r a r u n corto n ú m e r o de enfermedade c o f e s l
medms a r r i e s g a d o s , no pudiendo servirse de e l l o s ^ o
C
;
P
,AS DOSIS DE ESTAS
c f n o so I ; R , T ¡
nL Z
' m ° a S d e l 0 S « l e n t o s ' susceptibles de s e r
a t e n u a d a s en razón de las circunstancias-, y p a r a cura - la a
Hgua enfermedad a n á l o g a , de que un h o m b r e e Z c t ^ l
afectado le a b r u m a n con la pesada y peligrosa car "a de a
eu ermedad e n totalidad, variólica, Vubeóííca 6 psórfea N o
ob tan te, s e ha visto q u e su concurso h a producido al g n a ' s ve
ees brillantes curaciones homeopáticas, q u e son otras t i n t a s
p r u e b a s irrecusables en apoyo de esta g r n d e T ú n a 1 J v te
• g t o * ^ la naturaleza 5 * *
*
dios que produzcan síntomas semejantes á los de aquellas.
o í . Estos hechos serían ya suficientes p a r a revelar al m é
toh
J r w acaba de enunciarse. ; C u á n L s u ^ £
t
m en estos casos que tiene el genio del h o m b r e sobre lá n a turaleza g r o s e r a , que o b r a sin reflexión! ¡Y cuánto n a s e m u t -
HCFFELAND'S,
RAU,
(1)
Y el miasma exantemático d e la vacuna que existe en la linfa vacúnica.
17
isnrasfMB t? tüjpr t m .
t&UQTECI ÜJmSíTSite
.
131
tiplican l a s potencias m o r b í f i c a s h o m e o p á t i c a s , p o r medio d e
l o s m e d i c a m e n t o s esparcidos e n t o d a la c r e a c i ó n , d e l a s q u e
p u e d e d i s p o n e r el médico p a r a alivio d e l a s dolencias d e s u s
h e r m a n o s ' E n ellas e n c u e n t r a l o s m e d i o s p a r a d e t e r m i n a r e s t a d o s m o r b í f i c o s t a n v a r i a d o s , c o m o v a r i a d a s son l a s e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s , á l a s q u e d e b e n servir d e r e m e d i o s h o m e o p a - .
ticos. S o n potencias m o r b í f i c a s c u y a f u e r z a s e e x t i n g u e p o r si
m i s m a d e s p u e s de e f e c t u a d a l a c u r a c i ó n , y q u é no e x i g e n , com o l a s a r n a , otros medios p a r a d e s t r u i r l a á su v e z . S o n i n fluencias q u e el médico p u e d e a t e n u a r a l infinito, y c u y a dosis
p u e d e d i s m i n u i r hasta r e d u c i r l a s á u n a f u e r z a u n poco s u p e r i o r
á l a b l e la enfermedad natural semejante, en cuya curación
d e b e n e m p l e a r s e . Con t a n preciosos r e m e d i o s , n o s e necesitan
a t a q u l violentos dirigidos al o r g a n i s m o p a r a e s t i r p a r u n m a l
a n t i g u o y p e r t i n a z ; y el paso d e l estado d e e n f e r m e d a d a l d e
s a l u d d u r a d e r a , se h a c e d e u n m o d o s u a v e é i n s e n s i b l e , y c o n
frecuencia bastante rápido.
52
Despues de e j e m p l o s d e u n a evidencia t a n p a l p a b l e ,
p a r e c e imposible q u e todo m é d i c o q u e r a c i o c i n e , insista t o d a v í a e n la aplicación del m é t o d o a l o p á t i c o o r d i n a r i o y e n el e m p l e o d e m e d i c a m e n t o s , c u y o s efectos n o tienen n i n g u n a r e l a ción d i r e c t a ú homeopática con l a e n f e r m e d a d , y q u e a t a c a n e l
c u e r p o e n s u s partes m e n o s e n f e r m a s , p r o d u c i e n d o e v a c u a c i o n e s contra-irritaciones, d e r i v a c i o n e s , e t c . E s imposible q u e
p e r s i s t a e n l a adopcion d e u n m é t o d o , q u e consiste e n p r o d u cir á e s p e n s a s de l a s f u e r z a s d e l e n f e r m o , l a manifestación d e
u n estado morboso d e l todo diferente d e l a afección p r i m i t i v a ,
c o n dosis elevadas de m e z c l a s e n l a s q u e e n t r a n m e d i c a m e n tos í a m a y o r parte desconocidos. E l u s o d e s e m e j a n t e s m e z c l a s
n o p u e d e t e n e r otro r e s u l t a d o q u e el q u e d i m a n a d e l a s l e y e s
g e n e r a l e s d e la n a t u r a l e z a , c u a n d o u n a e n f e r m e d a d d e s e m e j e s e u n e á otra e n el o r g a n i s m o h u m a n o , e s decir, q u e la
p r i m i t i v a , lejos d e c u r a r s e , s i e m p r e s e a g r a v a . De*la a p l i c a ción d e este método p o d r á n r e s u l t a r e n t o n c e s t r e s efectos : 1
Si el t r a t a m i e n t o a l o p á t i c o , a u n q u e m u y l a r g o , e s s u a v e , la
e n f e r m e d a d n a t u r a l p e r m a n e c e r á e n eí mismo e s t a d o , y e l
e n f e r m o solo h a b r á p e r d i d o p a r t e d e s u s f u e r z a s , p o r q u e ,
c o m o h e m o s v i s t o , l a afección a n t i g u a q u e y a existia e n el o r g a n i s m o , n o p e r m i t e q u e s e e s t a b l e z c a e n él u n a afección d e s e m e j a n t e m a s d é b i l . 2-.° Si los r e m e d i o s alopáticos a t a c a n l a
e c o n o m í a c o n v i o l e n c i a e l m a l primitivo p a r e c e r á q u e cede
por algún tiempo, pero reaparecerá con igual fuerza cuando
m e n o s , l u e g o q u e s e i n t e r r u m p a el tratamiento-, p o r q u e , c o m o
h e m a n i f e s t a d o y a , siendo la n u e v a e n f e r m e d a d m a s f u e r t e ,
acalla y s u s p e n d e p o r a l g ú n tiempo á la m a s débil y d e s e m e j a n t e , q u e existia a n t e s d e ella. 3 . ° E n fin, si l a s ' p o t e n c i a s
a l o p á t i c a s s e p o n e n e n uso á dosis e l e v a d a s y p o r m u c h o t i e m p o , este t r a t a m i e n t o , sin c u r a r la e n f e r m e d a d p r i m i t i v a , no .
h a r á m a s q u e a ñ a d i r n u e v a s e n f e r m e d a d e s artificiales, y h a r á
la c u r a c i ó n m a s difícil d e o b t e n e r , p o r q u e , c o m o s e h a visto
t a m b i é n , c u a n d o l l e g a n á e n c o n t r a r s e d o s afecciones c r ó n i c a s
d e s e m e j a n t e s y d e i g u a l i n t e n s i d a d , s e colocan la u n a al lado d e
la o t r a e n el o r g a n i s m o , y s e e s t a b l e c e n e n él s i m u l t á n e a m e n t e .
5 3 . L a s c u r a c i o n e s v e r d a d e r a s y s u a v e s solo s e verifican
p o r medio d e la H o m e o p a t í a . E s t e p r o c e d i m i e n t o , como y a lo
h e m o s reconocido a n t e r i o r m e n t e ( § . 7 - 2 3 ) , c o n s u l t a n d o la e x periencia y a y u d á n d o n o s el raciocinio, e s el único con el c u a l
p u e d e el a r t e c u r a r l a s e n f e r m e d a d e s d e un m o d o m a s cierto,
mas rápido y mas duradero , porque se funda en una lev eterna
é infalible d e la n a t u r a l e z a .
5 4 . Y a h e m o s notado a n t e r i o r m e n t e ' ( § . 4 3 - 4 9 ) , q u e el p r o c e d e r h o m e o p á t i c o e s el único v e r d a d e r o , p o r q u e d e los t r e s e s clusivos m o d o s con q u e p u e d e n e m p l e a r s e los m e d i c a m e n t o s cont r a l a s e n f e r m e d a d e s , solo a q u e l e s el que c o n d u c e en línea recta
.
tiplican l a s potencias m o r b í f i c a s h o m e o p á t i c a s , p o r medio d e
l o s m e d i c a m e n t o s esparcidos e n t o d a la c r e a c i ó n , d e l a s q u e
p u e d e d i s p o n e r el médico p a r a alivio d e l a s dolencias d e s u s
h e r m a n o s ' E n ellas e n c u e n t r a l o s m e d i o s p a r a d e t e r m i n a r e s t a d o s m o r b í f i c o s t a n v a r i a d o s , c o m o v a r i a d a s son l a s e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s , á l a s q u e d e b e n servir d e r e m e d i o s h o m e o p a - .
ticos. S o n potencias m o r b í f i c a s c u y a f u e r z a s e e x t i n g u e p o r si
m i s m a d e s p u e s de e f e c t u a d a l a c u r a c i ó n , y q u é no e x i g e n , com o l a s a r n a , otros medios p a r a d e s t r u i r l a á su v e z . S o n i n fluencias q u e el médico p u e d e a t e n u a r a l infinito, y c u y a dosis
p u e d e d i s m i n u i r hasta r e d u c i r l a s á u n a f u e r z a u n poco s u p e r i o r
á l a b l e la enfermedad natural semejante, en cuya curación
d e b e n e m p l e a r s e . Con t a n preciosos r e m e d i o s , n o s e necesitan
a t a q u l violentos dirigidos al o r g a n i s m o p a r a e s t i r p a r u n m a l
a n t i g u o y p e r t i n a z ; y el paso d e l estado d e e n f e r m e d a d a l d e
s a l u d d u r a d e r a , se h a c e d e u n m o d o s u a v e é i n s e n s i b l e , y c o n
frecuencia bastante rápido.
52
Despues de e j e m p l o s d e u n a evidencia t a n p a l p a b l e ,
p a r e c e imposible q u e todo m é d i c o q u e r a c i o c i n e , insista t o d a v í a e n la aplicación del m é t o d o a l o p á t i c o o r d i n a r i o y e n el e m p l e o d e m e d i c a m e n t o s , c u y o s efectos n o tienen n i n g u n a r e l a ción d i r e c t a ú homeopática con l a e n f e r m e d a d , y q u e a t a c a n e l
c u e r p o e n s u s partes m e n o s e n f e r m a s , p r o d u c i e n d o e v a c u a c i o n e s contra-irritaciones, d e r i v a c i o n e s , e t c . E s imposible q u e
p e r s i s t a e n l a adopcion d e u n m é t o d o , q u e consiste e n p r o d u cir á e s p e n s a s de l a s f u e r z a s d e l e n f e r m o , l a manifestación d e
u n estado morboso d e l todo diferente d e l a afección p r i m i t i v a ,
c o n dosis elevadas de m e z c l a s e n l a s q u e e n t r a n m e d i c a m e n tos í a m a y o r parte desconocidos. E l u s o d e s e m e j a n t e s m e z c l a s
n o p u e d e t e n e r otro r e s u l t a d o q u e el q u e d i m a n a d e l a s l e y e s
g e n e r a l e s d e la n a t u r a l e z a , c u a n d o u n a e n f e r m e d a d d e s e m e j e s e u n e á otra e n el o r g a n i s m o h u m a n o , e s decir, q u e la
isnrasfMB t? tüjpr t m .
t&UQTECI ÜJmSíTSite
131
p r i m i t i v a , lejos d e c u r a r s e , s i e m p r e s e a g r a v a . De*la a p l i c a ción d e este método p o d r á n r e s u l t a r e n t o n c e s t r e s efectos : 1
Si el t r a t a m i e n t o a l o p á t i c o , a u n q u e m u y l a r g o , e s s u a v e , la
e n f e r m e d a d n a t u r a l p e r m a n e c e r á e n eí mismo e s t a d o , y e l
e n f e r m o solo h a b r á p e r d i d o p a r t e d e s u s f u e r z a s , p o r q u e ,
c o m o h e m o s v i s t o , l a afección a n t i g u a q u e y a existia e n el o r g a n i s m o , n o p e r m i t e q u e s e e s t a b l e z c a e n él u n a afección d e s e m e j a n t e m a s d é b i l . 2-.° Si los r e m e d i o s alopáticos a t a c a n l a
e c o n o m í a c o n v i o l e n c i a e l m a l primitivo p a r e c e r á q u e cede
por algún tiempo, pero reaparecerá con igual fuerza cuando
m e n o s , l u e g o q u e s e i n t e r r u m p a el tratamiento-, p o r q u e , c o m o
h e m a n i f e s t a d o y a , siendo la n u e v a e n f e r m e d a d m a s f u e r t e ,
acalla y s u s p e n d e p o r a l g ú n tiempo á la m a s débil y d e s e m e j a n t e , q u e existia a n t e s d e ella. 3 . ° E n fin, si l a s ' p o t e n c i a s
a l o p á t i c a s s e p o n e n e n uso á dosis e l e v a d a s y p o r m u c h o t i e m p o , este t r a t a m i e n t o , sin c u r a r la e n f e r m e d a d p r i m i t i v a , no .
h a r á m a s q u e a ñ a d i r n u e v a s e n f e r m e d a d e s artificiales, y h a r á
la c u r a c i ó n m a s difícil d e o b t e n e r , p o r q u e , c o m o s e h a visto
t a m b i é n , c u a n d o l l e g a n á e n c o n t r a r s e d o s afecciones c r ó n i c a s
d e s e m e j a n t e s y d e i g u a l i n t e n s i d a d , s e colocan la u n a al lado d e
la o t r a e n el o r g a n i s m o , y s e e s t a b l e c e n e n él s i m u l t á n e a m e n t e .
5 3 . L a s c u r a c i o n e s v e r d a d e r a s y s u a v e s solo s e verifican
p o r medio d e la H o m e o p a t í a . E s t e p r o c e d i m i e n t o , como y a lo
h e m o s reconocido a n t e r i o r m e n t e ( § . 7 - 2 3 ) , c o n s u l t a n d o la e x periencia y a y u d á n d o n o s el raciocinio, e s el único con el c u a l
p u e d e el a r t e c u r a r l a s e n f e r m e d a d e s d e un m o d o m a s cierto,
mas rápido y mas duradero , porque se funda en una lev eterna
é infalible d e la n a t u r a l e z a .
3 1 . Y a h e m o s notado a n t e r i o r m e n t e ' ( § . 4 3 - 4 9 ) , q u e el p r o - c e d e r h o m e o p á t i c o e s el único v e r d a d e r o , p o r q u e d e los t r e s e s clusivos m o d o s con q u e p u e d e n e m p l e a r s e los m e d i c a m e n t o s cont r a l a s e n f e r m e d a d e s , solo a q u e l e s el que c o n d u c e en línea recta
á u n a c u r a c i ó n s u a v e , sin que p o r otra p a r t e p e r j u d i q u e ni d e bilite al e n f e r m o . E l método homeopático p u r o , e s t a m b i é n s e g u r a m e n t e e l único por el cual puede él a r t e efectuar curaciones,
del mismo m o d o que e s cierto que no s e p u e d e tirar m a s q u e u n a
linea .recta d e u n punto á otro.
5 5 . El s e g u n d o m o d o d e e m p l e a r los medicamentos en l a s
e n f e r m e d a d e s , al que llamo alopático ó heteropático, e s el q u e
se h a e m p l e a d o m a s g e n e r a l m e n t e hasta el d i a . Sin a t e n d e r ,
p r o p i a m e n t e h a b l a n d o , lo q u e h a y d e e n f e r m o e n el organismo,
a t a c a l a s p a r t e s que la e n f e r m e d a d m a s h a r e s p e t a d o , p a r a der i v a r ó a t r a e r el m a l hacia ellas. No h a b l a r é aqui d e este m é t o d o , p o r q u e y a h e m o s t r a t a d o d e él en l a Introducción.
5 6 . E l t e r c e r o y último modo d e e m p l e a r los m e d i c a m e n tos c o n t r a l a s e n f e r m e d a d e s (1), es el a n t i p á t i c o , enantiopático
ó paliativo. E s t e método es d e l q u e m a s s e h a n servido hasta
a h o r a los m é d i c o s p a r a h a c e r c r e e r que aliviaban los e n f e r m o s ,
y con el c u a l m a s h a n contado p a r a g a n a r s u confianza, e n g a ñ á n d o l o s c o n u n alivio i n s t a n t á n e o . Y a m o s á d e m o s t r a r c u á n
poco eficaz e s , y h a s t a q u é p u n t o e s nocivo e n l a s e n f e r m e d a des que n o t i e n e n u n curso m u y r á p i d o . A l a v e r d a d , es lo
único q u e e n l a ejecución d e l plan del t r a t a m i e n t o d e los a l ó p a t a s , t i e n e relación con u n a p a r t e d e los padecimientos c a u sados p o r l a e n f e r m e d a d n a t u r a l . P e r o , ¿ e n q u é consiste esta
relación? E x a m i n é m o s l a , - y l a v e r é m o s a p a r e c e r t a l , q u e es
p r e c i s a m e n t e lo que m a s d e b e r í a e v i t a r s e , si n o s e quisiera eng a ñ a r á los e n f e r m o s , ni b u r l a r s e d e ellos.
{1) Aun po-dria admitirse un cuarto modo d e emplear los medicamentos contra las e n f e r m e d a d e s , á s a b e r : el m é t o d o isopático, q u e consiste en tratar una
enfermedad p o * el mismo miasma q u e la ha producido. P e r o , aun suponiendo
que esto fuera p o s i b l e , descubrimiento que á la verdad sería muy precioso, como
no s e a d m i n i s t r a r í a el miasma á los enfermos sino despues d e haberle modificado
hasta cierto p u n t o p o r las preparaciones q u e se le hacen s u f r i r , la curación solo
se verificaría esa este caso oponiendo simillimuni
simillimo.
5 7 . E l médico ordinario que quiere p r o c e d e r s e g ú n el m é todo a n t i p a t i c e , n o atiende m a s que á u n solo s í n t o m a , aquel
de q u e m a s se q u e j a el e n f e r m o , y olvida todos los d e m á s p o r
n u m e r o s o s que s e a n . P r e s c r i b e contra este síntoma u n remedio
conocido p a r a p r o d u c i r el efecto d i r e c t a m e n t e contrario -, p o r q u e , s e g ú n el a x i o m a contraria contrariis, p r o c l a m a d o p o r e s pacio d e m a s d e mil y quinientos años p o r la a n t i g u a escuela
este remedio es d e l q i ^ e d e b e e s p e r a r el auxilio (paliativo)
m a s p r o n t o P o r esta r a z ó n , administra g r a n d e s dosis d e opio
c o n t r a los dolores d e toda especie, p o r q u e esta sustancia e m bota r á p i d a m e n t e la sensibilidad. P r e s c r í b e l a misma d r o g a contra
teJarrcM.
p o r q u e en poco tiempo detiene el movimiento
peristáltico d e l canal intestinal, al que priva d e su sensibilidad
Le propina i g u a l m e n t e c o n t r a el insomnio, p o r q u e , p r o d u « i n m e d i a t a m e n t e u n estado d e estupor y d e e n t o r p e c i m i e n t o E m plea p u r g a n t e s c u a n d o el enfermo está a t o r m e n t a d o p o r m u c h o
lempo por el e s t r e ñ i m i e n t o . H a c e poner en a g u a fría la m a n o
e s c a l d a d a , c u y a f r i a l d a d p a r e c e q u e quita d e pronto v como
por e n c a n t o , los dolores a g u d o s d e la q u e m a d u r a . C u a n d o u n
enfermo s e queja d e frío y d e falta d e calor vital, le h a c e e n t r a r e n u n b a ñ o c a l i e n t e , q u e le r e a n i m a a l instante. Al que s e
queja d e u n a debilidad h a b i t u a l , le aconseja b e b e r vino que a l
m o m e n t o p a r e c e r e s t a b l e c e r l e l a s f u e r z a s . Algunos otros m e dios antipatices, es d e c i r , contrarios á los síntomas, están puesos en uso -, pero q u e d a n , sin e m b a r g o , m u y pocos d e s p u e s d e
los e n u m e r a d o s , p o r q u e el médico ordinario solo conoce los
efectos propios o primitivos d e u n cortísimo n ú m e r o d e m e d i camentos.
5 8 . N o insistiré en d e m o s t r a r el vicio, q u e afecta á este
método d e limitarse á u n solo s í n t o m a , y p o r consiguiente á u n a
p e q u e ñ a p a r t e del t o d o , d e c u y a conducta n a d a debe e s p e r a r s e
p a r a el alivio del conjunto d e l a e n f e r m e d a d , que e s lo único á
que el médico d e b e a s p i r a r . P r e g u n t a r é , sin e m b a r g o , á la experiencia p a r a s a b e r de e l l a , si e n t r e los casos en q u e se h a
hecho así u n a aplicación antipática de medicamentos c o n t r a u n a
e n f e r m e d a d crónica ó continua,, podría citarnos uno solo, en el
c u a l , el alivio d e corta d u r a c i ó n q u e por medio de él se o b t i e n e , no h a y a sido seguido de u n a a g r a v a c i ó n manifiesta, no solo
del síntoma paliado al principio, sino de toda la e n f e r m e d a d .
P u e s todos los q u e h a n o b s e r v a d o a t r i t a m e n t e , c o n v e n d r á n
q u e en este lijero alivio antipático de corta d u r a c i ó n , el estado
del e n f e r m o e m p e o r a s i e m p r e sin escepcion, a u n q u e el médico
v u l g a r intente p o r lo c o m ú n esplicar esta a g r a v a c i ó n m u y e v i d e n t e , a t r i b u y é n d o l a á la m a l i g n i d a d de la e n f e r m e d a d p r i m i t i v a , ó á la manifestación de u n a n u e v a (1).
5 $ . J a m á s s e h a t r a t a d o n i n g ú n síntoma g r a v e de u n a e n f e r m e d a d c o n t i n u a con tales r e m e d i o s , contrarios ó paliativos,
sin q u e al c a b o d e a l g u n a s h o r a s h a y a dejado de r e a p a r e c e r el
m a l , e v i d e n t e m e n t e m a s g r a v e . A s í , p a r a disipar u n a tendencia
habitual á a d o r m e c e r s e , se a d m i n i s t r a b a c a f é , cuyo efecto
primitivo es c a u s a r v i g i l i a ; p e r o luego q u e esta acción h a b í a
(1) A u n q u e los médicos no se h a y a n , como d e b i a n , dedicado hasta ahora á
la o b s e r v a c i ó n , sin e m b a r g o , n o h a n podido dejar de apercibirse de que el e m pleo d e los paliativos va seguido infaliblemente de u n a agravación del mal. E n cuéntrase un ejemplo sorprendente, de este género en J . H . Schulz. (Diss. qua
corporis humani momentanearum
alterationum
specimim quídam
expenduntur.
Hall., 1 7 4 1 , 2 8 ) . U n a cosa semejante nos testifica W i l l i s . (Pharm.rat.,
sed. 7
cap. i , p. 298) : opiata dolores atrocissimos plerumque seiknt atque indolentiam
procurant, eamque.....
aliquamdiuetpro
statu
quodam tempore continuant, quo spatio
elapso, dolores mox recrudescunt et brevi adsolitam ferociam augentur. I b i d . p . 2 9 5 :
Exactis opii viribus illico redeunt tormina, nec atrocitatem suani remittunt, nisi dum
ab eodem pharmaco rursiis incautantur. Así t a m b i é n , J . Hunter (Tratado de las e n fermedades v e n é r e a s ) d i c e , q u e el vino aumenta la energía en las personas débiles, sin comunicarles u n v e r d a d e r o v i g o r , y que las fuerzas se rebajan despues en
la misma proporcion q u e habían sido escitadas; de manera, q u e n a d a gana el enfermo con su u s o ; a n t e s al c o n t r a r i o , pierde la mayor p a r t e d e sus fuerzas.
p a s a d o , la propensión al sueño reaparecía mas f u e r t e que a n t e s .
C u a n d o u n h o m b r e padecía insomnio, sin a t e n d e r p a r a n a d a á
los otros síntomas de su e n f e r m e d a d , se le hacía t o m a r el opio,
que en virtud de su acción p r i m i t i v a , le p r o c u r a b a d u r a n t e la
noche u n sueño de entorpecimiento y e s t u p o r ; pero el insomnio
se hacía m a s pertinaz las noches siguientes. Se oponía el opio
á las d i a r r e a s c r ó n i c a s , sin tener en consideración los otros s í n t o m a s , p o r q u e su efectpprimitivo es el estreñimiento de vientre-,
p e r o despues de h a b e r l o suspendido p o r a l g ú n t i e m p o , la d i a r r e a reaparecía m a s molesta q u e a n t e s . Los dolores v i v o s , que
se r e p r o d u c í a n por accesos f r e c u e n t e s , se c a l m a b a n m o m e n t á n e a m e n t e , es cierto, b a j o la influencia del opio, que e m b o t a b a
la sensibilidad -, p e r o j a m á s d e j a b a n de r e n o v a r s e con m a y o r
i n t e n s i d a d , y a u n m u c h a s veces en u n g r a d o insoportable", ó
bien e r a n r e e m p l a z a d o s por otro accidente m u c h o p e o r . El médico v u l g a r no conoce n a d a mejor q u e el opio contra la tos a n t i g u a , c u y o s accesos se p r e s e n t a n principalmente d u r a n t e la
n o c h e , puesto q u e su efecto primitivo es extinguir toda especie
de i r r i t a c i ó n ; p u e d e m u y bien s u c e d e r , q u e el e n f e r m o e x p e r i mente alivio en la p r i m e r a noche-, pero en las noches s i g u i e n t e s , la tos r e a p a r e c e r á m a s intensa que n u n c a ; y si el médico
se obstina e n c o m b a t i r l a por medio del mismo paliativo, a u mentando g r a d u a l m e n t e la dosis, se unen á ella la fiebre v los
sudores n o c t u r n o s . Se h a creído disipar la debilidad de la v e g i ga y la retención de la o r i n a , que es su consecuencia, administ r a n d o la tintura de c a n t á r i d a s que estimula las vías urinariaspero si en -verdad r e s u l t a n al principio a l g u n a s e v a c u a c i o n e ¡
t o r z a d a s , la v e g i g a se h a c e despues menos i r r i t a b l e , menos s u s ceptible de c o n t r a e r s e , y está m a s espuesta á u n a parálisis. Se
a l a b a n de poder combatir u n a disposición inveterada al e s t r e ñimiento , con p u r g a n t e s á dosis a l t a s , q u e p r o d u c e n a b u n d a n t e s
y frecuentes d e y e c c i o n e s ; pero el efecto s e c u n d a r i o de este tra-
lamienlo, es estreñir a u n m a s el v i e n t r e . U n médico v u l g a r aconseja b e b e r vino con el fin de liacer q u e desaparezca u n a debilid a d c r ó n i c a ; pero como este liquido solo estimula m i e n t r a s d u r a
su efecto primitivo; el r e s u l t a d o de la reacción es disminuir a u n
m a s las f u e r z a s . Se q u i e r e calentar y fortificar u n estómago frió
y perezoso, con el uso de los a m a r g o s y de las e s p e c i a s ; pero
el efecto secundario de e s t o s paliativos, q u e solo escitan m i e n t r a s d u r a su acción p r i m i t i v a , es a c r e c e n t a r todavía la iuaccion
de l a viscera g á s t r i c a . S e h a i m a g i n a d o q u e los b a ñ o s calientes
convenian p a r a r e m e d i a r la falta h a b i t u a l de calor v i t a l ; p e r o
al salir del a g u a , los e n f e r m o s están todavía m a s a b a t i d o s , m a s
difíciles de c a l e n t a r s e y m a s sensibles al frió q u e a n t e s . La i n mersión en el a g u a fría alivia i n s t a n t á n e a m e n t e los dolores causados por u n a f u e r t e q u e m a d u r a ; pero luego este dolor se a u m e n t a h a s t a u n g r a d o i n c r e í b l e , la inflamación se estiende á
l a s p a r l e s vecinas y a d q u i e r e m a y o r intensidad. Se p r e t e n d e
c u r a r u n romadizo a n t i g u o con los e s t o r n u t a t o r i o s , p o r q u e e s citan la secreción de l a s m u c o s i d a d e s n a s a l e s ; y en último r e sultado se o b s e r v a , q u e e s t e método a c a b a s i e m p r e p o r a g r a v a r
el a c c i d e n t e , p a r a c u y a c u r a c i ó n se h a b í a creído ú t i l . La e l e c tricidad y el g a l v a n i s m o , potencias que e n su principio ejercen
g r a n d e influencia e n el movimiento m u s c u l a r , restituyen con
prontitud la movilidad á m i e m b r o s l a r g o tiempo debilitados y
casi p a r a l i z a d o s : p e r o su efecto secundario es la estincion total
de la irritabilidad m u s c u l a r y u n a parálisis c o m p l e t a . La s a n g r í a se dice ser m u y á p r o p ó s i t o p a r a h a c e r q u e cese el aflujo
habitual de s a n g r e á la c a b e z a ; p e r o de su uso s e s i g u e , q u e
,1a s á n g r e s e dirige con m a s a b u n d a n c i a á las p a r t e s s u p e r i o r e s .
La generalidad de los m é d i c o s tan solo s a b e oponer al a n i q u i l a miento casi paralítico d e l o físico y de lo m o r a l , q u e es uno de
los síntomas p r i n c i p a l e s del t i f u s , la v a l e r i a n a á altas dosis;
p o r q u e esta planta es u n o de los m a s poderosos estimulantes
que se c o n o c e n ; pero no h a n observado que la esciiacion p r o ducida por la valeriana es u n p u r o efecto primitivo, v que d de o b r a r ^
f ^ T ™ ' * *
i-posibilidad
de o b r a r , es d e c i r , la parálisis del c u e r p o v la d e b i l i d a d de e s píritu a u m e n t a n infaliblemente ; no h a n notado*; que los e n f e r mos , a quienes se administra la valeriana en semejante caso
opuesto o antipático, son precisamente á los que la m u e r t e a r
r e b a t a casi con s e g u r i d a d . Cuando en las c a q u e x i a s , el pulso
es pequeño y a c e l e r a d o , los médicos de la antigua escuela ( 1 )
consiguen hacerle lento por espacio de m u c h a s h o r a s con u n a
p r i m e r a dosis de digital p u r p ú r e a , cuyo efecto primitivo es p r o c u r a r lentitud en la c i r c u l a c i ó n ; pero no t a r d a luego el pulso
en r e c o b r a r la misma velocidad que antes t e n i a ; dosis repetida
•
y sucesivamente m a s f u e r t e s de digital p r o d u c e n cada vez m e
no es r e s u l t a d o s , y a c a b a n por ser i m p o t e n t e s ; el n ú m e r o de
pulsaciones llega á ser incalculable d u r a n t e la reacción, e h u e ñ o
se pierde con el apetito y las f u e r z a s , y es inevitable u n a m u e r t e
p r o n t a , si no se declara la m a n í a . E n una p a l a b r a , la a n i g u a
escuela j a m a s lia tenido en c u e n t a , que m u c h a s veces el efec
secundario de los medicamentos antipáticos, es a c r e c e n t a r el
m a l , y a u n d e t e r m i n a r a l g u n a cosa todavía p e o r : la experiencia
nos suministra b a s t a n t e s p r u e b a s de esto capaces
d e " !
zarnos.
""
Cuando llegan á manifestarse estos resultados fatales
60
que d e b e n n a t u r a l m e n t e esperarse de los medicamentos a n t i p a s
tos
el medieo v u l g a r espera salir del conflicto administrando
una dosis m a y o r , cada vez que el mal se a g r a v a . Pero de esto
tampoco se sigue sino un alivio de corta d u r a c i ó n ; v de la n cesidad en que se e n c u e n t r a de a u m e n t a r incesantemente la dosis del paliativo, resulta u n a s veces que se declara una e n f e r (1)
HIFFEI.AND :
Die homeeopatie, p. 2 0 .
raedad m a s g r a v e , o t r a s que la vida se pone en peligro , y m u c h a s q u e el enfermo s u c u m b e . J a m á s se obtiene d e este modo
la curación d e u n m a l q u e date d e a l g ú n t i e m p o , y menos a u n
si e s i n v e t e r a d o .
6 1 . S i l o s médicos hubiesen querido reflexionar s o b r e los
tristes resultados d e la aplicación d e los r e m e d i o s antipáticos,
h u b i e r a n h a c e m u c h o tiempo encontrado esta g r a n d e v e r d a d :
q u e solo siguiendo
una mar cha opuesta á la que hasta ahora han
seguido, es como se puede alcanzar un método de tratamiento,
que produzca curaciones reales y duraderas. H u b i e r a n conocido
q u é , así como u n efecto medicinal contrario á l o s síntomas d e
la e n f e r m e d a d , remedio a d m i n i s t r a d o a n t i p á t i c a m e n t e , n o p r o porciona m a s q u e u n alivio d e corta d u r a c i ó n , d e s p u e s del
cual el m a l e m p e o r a c o n s t a n t e m e n t e ; del mismo modo el m é todo i n v e r s o , es d e c i r , l a aplicación homeopática d e los m e d i c a m e n t o s , s u administración , f u n d a d a e n la analogía entre los
síntomas q u e p r o d u c e n y de los d e la e n f e r m e d a d , d e b e proporcionar u n a curación perfecta y d u r a d e r a , con tal q u e se t e n g a
cuidado q u e l a s dosis e n o r m e s d e q u e h a c e n uso se s u s t i t u y a n
p o r o t r a s , t a n débiles como sea posible. Mas á p e s a r d e l a s
poquísimas dificultades q u e p r e s e n t a esta serie d e raciocinios;
á p e s a r d e q u e n i n g ú n médico h a obtenido u n a curación v e r d a d e r a d e e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , á no s e r que p o r casualidad
p r e d o m i n a r a e n sus f ó r m u l a s u n medicamento h o m e o p á t i c o ; á
p e s a r d e este otro h e c h o , no menos positivo, q u e l a naturaleza
j a m á s h a conseguido u n a curación r á p i d a y completa sino p o r
medio d e u n a e n f e r m e d a d s e m e j a n t e , que h a a ñ a d i d o á l a a n tigua (§. 4 6 ) ; á p e s a r d e todo e s t o , no h a n podido . d u r a n t e
t a n l a r g a serie d e siglos, l l e g a r á u n a v e r d a d , l a única e n la
que se e n c u e n t r a l a salud d e los enfermos.
6 2 . Queriendo esplicarme á m í m i s m o , por u n a p a r t e , los
perniciosos resultados del tratamiento antipático ó paliativo,
por otra , los felices resultados que p o r el contrario p r o d u c e el
método h o m e o p á t i c o , lo h e conseguido p o r medio d e las consideraciones siguientes, q u e se d e r i v a n d e hechos n u m e r o s o s , y
q u e nadie h a encontrado antes que y o , a u n q u e se hubiesen t e nido , p o r decirlo a s í , en la m a n o , y fuesen d e u n a evidencia
tan perfecta y d e u n a importancia infinita p a r a la medicina.
6 3 . Toda potencia que obra s o b r e la v i d a , todo m e d i c a m e n t o , desarmoniza m a s ó menos la fuerza vital, y p r o d u c e
en el h o m b r e cierto c a m b i o , q u e p u e d e d u r a r m a s corto ó mas
l a r g o tiempo. L l á m a s e este cambio efecto primitivo. A u n q u e
producido á la v e z p o r l a f u e r z a vital y p o r la fuerza medicin a l , p e r t e n e c e , sin e m b a r g o , m a s á la potencia, c u y a acción
se ejerce s o b r e nosotros. P e r o n u e s t r a fuerza vital tiende siemp r e a desplegar su energía contra esta influencia. E l efecto que
de aquí r e s u l t a , q u e pertenece á n u e s t r a f u e r z a vital d e c o n s e r v a c i ó n , y q u e depende d e su actividad a u t o m á t i c a , lleva el
n o m b r e d e efecto secundario ó d e reacción.
6 4 . Mientras d u r a el efecto priniftivo d e las potencias
morbíficas artificiales ( m e d i c a m e n t o s j % b r e u n c u e r p o sano, la
tuerza vital p a r e c e q u e desempeña u n papel p u r a m e n t e pasivo
como si estuviese obligada á s u f r i r l a s impresiones d e la p o tencia esterior y á d e j a r s e modificar p o r ella. Pero m a s tarde,
p a r e c e que s e despierta e n cierto modo. E n t o n c e s , si h a y a l g ú n estado d i r e c t a m e n t e contrario al efecto primitivo ó á la
impresión que h a recibido, manifiesta u n a tendencia á p r o d u cirle,, en relación con su propia e n e r g í a y con el g r a d o de i n fluencia ejercida p o r la potencia m o r b o s a artificial ó medicinal:
si en la naturaleza no existe u n estado d i r e c t a m e n t e opuesto á
este efecto primitivo, intenta establecer su propia p r e p o n d e r a n cia, b o r r a n d o el cambio que s e h a producido e n ella p o r u n a
acción esterior, la del m e d i c a m e n t o , y sustituvendo á él su
propio estado n o r m a l .
6 5 . Los ejemplos del p r i m e r caso son m u y sencillos y n u merosos. U n a m a n o que h a estado s u m e r g i d a en el a g u a c a liente, tiene en los p r i m e r o s m o m e n t o s m u c h o m a s calor q u e
la otra que no h a sufrido la inmersión .(efecto primitivo) ; p e r o
a l g ú n tiempo despues de h a b e r l a r e t i r a d o del a g u a y secado
b i e n , llega á ponerse m u c h o m a s fria q u e la del lado opuesto
(efecto secundario). El g r a n calor que proviene de u n ejercicio
violento (efecto primitivo), es seguido de escalofrios y de frió
(efecto secundario). El h o m b r e que a y e r se habia calentado,
b e b i e n d o vino a b u n d a n t e (efecto primitivo), hoy es sensible á
la m e n o r corriente de aire (efecto s e c u n d a r i o ) . U n b r a z o que
h a p e r m a n e c i d o por m u c h o tiempo en a g u a de n i e v e , está m a s
pálido y m a s frió que el otro (efecto p r i m i t i v o ) ; p e r o retíresele
luego del a g u a y séquesele con c u i d a d o , y se p o n d r á , no solo
m a s caliente que el o t r o , sino a u n q u e m a n t e , rojo é inflamado
(efecto secundario). El café f u e r t e , n o s estimula al principio
(efecto p r i m i t i v o ) ; p e f b luego nos deja u n a pesadez y t e n d e n cia al sueño (efecto s e c u n d a r i o ) , q u e d u r a n m u c h o t i e m p o , si
no las h a c e m o s desapaníí&r de nuevo p o r a l g ú n tiempo y de u n
modo p u r a m e n t e paliativo, repitiendo el uso del café. Despues
de h a b e r s e p r o c u r a d o el s u e ñ o , ó m a s b i e n , u n entorpecimiento
p r o f u n d o por medio del opio (efecto p r i m i t i v o ) , el sueño es m a s
difícil en la noche siguiente (efecto s e c u n d a r i o ) . Al e s t r e ñ i miento producido por el opio (efecto primitivo), sucede la diarr e a (efecto s e c u n d a r i o ) ; y á las evacuaciones d e t e r m i n a d a s por
los p u r g a n t e s (efecto p r i m i t i v o ) , sucede una constipación y un
estreñimiento de vientre q u e d u r a m u c h o s dias (efecto s e c u n dario). Así es como al efecto primitivo de las altas dosis de
una potencia que modifica p r o f u n d a m e n t e el estado de un
cuerpo s a n o , la f u e r z a vital, por su r e a c c i ó n , j a m á s deja de
oponer un estado d i r e c t a m e n t e c o n t r a r i o , con tal que se halle
en disposición de p r o d u c i r a l g u n o .
6 6 . Pero el c u e r p o sano no presenta, ningún signo de reacción en sentido c o n t r a r i o , despues de la acción de una dosis
débil y homeopática de las potencias q u e cambian el modo de
su vitalidad. V e r d a d e s , que u n a corta dosis de cualquiera de
estos a g e n t e s p r o d u c e efectos primitivos a p r e c i a b l e s , c u a n d o
p a r a ello se emplea la atención n e c e s a r i a ; pero la reacción
que luego ejerce el organismo viviente, j a m á s escede al g r a d o
necesario p a r a el restablecimiento del estado n o r m a l .
6 7 . E s t a s v e r d a d e s incontestables, que por sí m i s m a s se
nos presentan cuando p r e g u n t a m o s á la n a t u r a l e z a y á la e x periencia, esplícan por u n a p a r t e los ventajosos resultados del
método homeopático, y por otra d e m u e s t r a n lo a b s u r d o que
es t r a t a r las e n f e r m e d a d e s con medios antipáticos v p a l i a t i vos ( 1 ) . •
68.
E x a m i n a n d o lo que sucede en las curaciones h o m e o -
páticas , vemos á la v e r d a d que las dosis i n f i n i t a m e n t e , p e q u e ñ a s , que bastan p a r a v e n c e r y destruir las e n f e r m e d a d e s n a cí)
Solamente en casos muy apremiantes, en que el peligro que corre la vida
y lo inminente de la muerte no diesen tiempo á un medicamento homeopático para
obrar, y no admitiesen dilación de algunas horas ni aun minutos en enfermedades
sobrevenidas de repente en sugetos que poco antes estaban sanos, como las asfixias, la fulguración, la sofocacion, la congelación, la sumersión, e t c . , solo en
estos casos es permitido y aun conveniente empezar, á lo menos para reanimar la
irritabilidad y la sensibilidad, con la ayuda de los paliativos, tales como lijeras
conmociones eléctricas, lavativas de café muy cargadas, olores escitantes, la acción progresiva del calor, etc. Luego que la vida física se halla r e a n i m ó l a , eí
juego de los órganos que la sostienen recobra otra vez su curso r e g u l a r , puesto
que aquí no habia enfermedad (*), sino suspensión ó depresión de la fuerza vital,
( * ) La nueva secta ecléctica de los insuficiencistas se apova , pero en vano
en estas palabras, para admitir por todas partes escepciones de la regla en las
enfermedades, y poder aplicar á su gusto los paliativos alopáticos : parece que
solo obra asi para ahorrarse el trabajo de buscar el remedio homeopático nue
conviene exactamente á cada caso morboso, ó mas bien para no obrar romo e!
medico homeópata, al mismo tiempo que se da e,l carácter de t a l ; pero sus hp~
«líos corresponden a sus principios, y se reducen á muv poca co*a
t u r a l e s , por la analogía que existe e n t r e los síntomas de e s t a s
últimas y los de los medicamentos, dejan al principio en el org a n i s m o , despues de la extinción de la e n f e r m e d a d primitiva,
una lijera afección medicinal, que sobrevive á aquella. P e r o la
exigüidad de las dosis h a c e esta e n f e r m e d a d tan sencilla, pasajera y susceptible de disiparse p o r si m i s m a , que el o r g a n i s m o
no tiene necesidad de desplegar contra ella u n a reacción s u p e rior á la que es necesaria p a r a elevar el estado p r e s e n t e al
g r a d o habitual de la s a l u d , es d e c i r , p a r a r e s t a b l e c e r completamente á esta última ; p u e s extinguidos todos los síntomas de
la enfermedad p r i m i t i v a , n o necesita g r a n d e s esfuerzos p a r a
conseguir este objeto (§. 0 5 ) .
6 9 . Precisamente sucede todo lo contrario con el método
antipático ó paliativo. El síntoma medicinal, q u e el médico
opone al síntoma morboso (como el entorpecimiento que c o n s tituye el efecto primitivo del opio, opuesto á u n dolor a g u d o ) ,
no es del todo estraño y alopático á este último. H a y entre estos dos síntomas u n a reacción e v i d e n t e , p e r o i n v e r s a . La d e s trucción del síntoma morboso debería efectuarse en esté caso
por u n síntoma medicinal opuesto. P u e s h é aquí lo que es i m posible ; p o r q u e a u n q u e sea cierto q u e el remedio antipático
que por otra parte se encontraba por sí misma en el estado de salud. Aquí se colocan también diversos antídotos en los envenenamientos repentinos : los álcalis,
contra los ácidos minerales; el hígado de azufre, contra los venenos metálicos; el
café, el alcanfor y la ipecacuana, contra los envenenamientos por el opio, etc.
Aunque algunos de sus síntomas solo correspondan antipáticamente á algunos
sintonías morbosos de mediana ó de poca importancia, no debe inducirnos á creer
que el remedio homeopático haya sido mal elegido. Con tal que los otros síntomas de Ja enfermedad, los que son mas fuertes y mas marcados, los q u e , en fin,
la caracterizan, encuentren en el remedio síntomas que los cubran y los destruyan , los síntomas antipáticos poco numerosos que han podido manifestarse, desaparecen por sí mismos luego que ha cesado de obrar el remedio, efectuándose
muy en breve la curación.
o b r a precisamente en el punto enfermo del o r g a n i s m o , del mismo modo que lo haria un remedio h o m e o p á t i c o , se limita á
c u b r i r en cierto modo el síntoma morboso n a t u r a l , y á hacerlo
insensible por cierto espacio de tiempo. En el p r i m e r m o m e n t o
de la acción del paliativo, el o r g a n i s m o no siente ninguna
afección d e s a g r a d a b l e por p a r t e del síntoma m o r b o s o , ni por
la del síntoma m e d i c i n a l , que p a r e c e n d e s t r u i r s e r e c í p r o c a mente y n e u t r a l i z a r s e de un m o d o , por decirlo a s í , dinámico.
Esto es lo q u e sucede p r e c i s a m e n t e con el dolor y la facultad
estupefaciente del opio ; puesto que en el p r i m e r m o m e n t o , el
organismo p a r e c e h a l l a r s e s a n o , no e x p e r i m e n t a n d o ni s e n s a ción dolorosa ni entorpecimiento. Pero no pudiendo el síntoma
medicinal opuesto o c u p a r en el o r g a n i s m o el mismo sitio de la
enfermedad y a e x i s t e n t e , como sucede por el método h o m e o pático, en que el remedio p r o d u c e una e n f e r m e d a d artificial
semejante á la e n f e r m e d a d n a t u r a l , solamente q u e es u n poco
m a s f u e r t e q u e e l l a , no pudiendo por consiguiente ser afectada
la fuerza v i t a l , p o r el medicamento que se e m p l e a , de u n a
n u e v a e n f e r m e d a d semejante á la que le afectaba hasta e n t o n c e s , no p u e d e extinguirse esta ú l t i m a . La n u e v a e n f e r m e d a d
pone c i e r t a m e n t e insensible al o r g a n i s m o en los p r i m e r o s m o m e n t o s , por u n a especie de neutralización dinámica ( 1 ) , si debo
(1) Las sensaciones contrastantes ú opuestas, no se neutralizan de un modo
permanente en el cuerpo del hombre vivo, como las sustancias dotadas de propiedades opuestas lo hacen en un laboratorio químico , donde se v e , por ejemplo
unirse el acido sulfúrico y la potasa, formando un cuerpo muy diferente de ellos
una sal neutra, que ni es ácido ni álcali, y que no se descompone por el fuego
l a l e s combinaciones, que producen alguna cosa de estable y de neutro, jamás
se efectúan en nuestros órganos sensitivos, relativamente á las impresiones dinám.cas de naturaleza opuesta. Al principio hay ciertamente una apariencia de neutralización ó de destrucción recíproca ; pero las sensaciones opuestas no se destruyen la una á la otra de un modo duradero. Una persona afligida, solo suspende
por un instante la espresion de su dolor á la vista de un espectáculo alegre; pero
e s p r e s a r m e a s í ; p e r o no t a r d a en extinguirse por sí misma,
como toda afección m e d i c i n a l ; y entonces, no solamente deja
á la e n f e r m e d a d e n el mismo estado en q u e se h a l l a b a anteriorm e n t e , sino que t a m b i é n , como solo p u e d e n a d m i n i s t r a r s e los
paliativos á g r a n d e s dosis, p a r a p r o p o r c i o n a r u n alivio a p a r e n t e , obliga á la f u e r z a vital á escitar u n estado o p u e s t o . ( § . 6 3
á 6 5 ) al q u e h a b i a producido el medicamento paliativo, y á d e t e r m i n a r u n efecto c o n t r a r i o ál del r e m e d i o , es d e c i r , á d a r
origen á u n e s t a d o a n á l o g o á la e n f e r m e d a d n a t u r a l , todavía
no d e s t r u i d a . P r o v i n i e n d o , p u e s , esta adición de la misma
fuerza vital ( l a r e a c c i ó n c o n t r a el p a l i a t i v o ) , no p u e d e d e j a r
de a u m e n t a r la intensidad y la g r a v e d a d del m a l (1). A s í , el
síntoma m o r b o s o ( p a r t e de la e n f e r m e d a d ) se a g r a v a luego que
h a cesado el e f e c t o del paliativo, y tanto m a s cuanto m a y o r e s
h a n sido las dosis de q u e se h a hecho u s o . P a r a no salir del
ejemplo de que n o s h e m o s servido y a , cuanto m a y o r es la cantidad de opio a d m i n i s t r a d o p a r a mitigar el d o l o r , tanto m a s
este se a c r e c i e n t a , d e s p u e s q u e el opio h a dejado de o b r a r ( 2 ) .
muy pronto olvida las distracciones, y sus lágrimas corren con mas abundancia
que antes.
(1) Por clara que sea esta proposicion, ha sido, no obstante, mal interpret a d a , y se ha opuesto contra ella, que un paliativo debe también curar p o r su
efecto consecutivo, q u e se parece á la enfermedad existente, de la misma manera
que un remedio homeopático lo hace per su efecto primitivo. P e r o , al esponer esta
objecion, no se ha tenido p r e s e n t e , que el efecto consecutivo nunca es un p r o ducto del medicamento, y que siempre resulta de la reacción que la fuerza vital
ejerce en el organismo ; que por consiguiente, cuando se emplee un paliativo, esta
reacción es un estado semejante al síntoma de la enfermedad, que ha quedado
intacto por el medicamento, y que aun se encuentra aumentado por el mismo.
(2) Así en el oscuro calabozo en que el prisionero apenas distingue los cuerpos que le rodean, si s e enciende un poco de alcohol, se esparce alrededor de él
una claridad tanta m a s resplandeciente, cuanto mayor era la oscuridad; pero,
cuando se extingue la llama, cuanto mas brillante esta ha sido, mas oscuras p a recen al infortunado l a s tinieblas que le envuelven, y con mucha mayor dificultad distingue lo que l e rodea.
7 0 . Despues de lo q u e a c a b a de e s p o n e r s e , no se p o d r á n
poner en d u d a las v e r d a d e s siguientes :
1 . ' El médico solo tiene que c u r a r los sufrimientos del e n f e r m o y las alteraciones del ritmo n o r m a l que son apreciables
p o r los sentidos, es d e c i r , la totalidad de los síntomas po m e l o de los cuales la e n f e r m e d a d indica el medio m a s apropiado
p r a s o c o r r e r l a ; todas las causas internas que p r e t e n d a n a t r i b u i r s e á esta e n f e r m e d a d , todos los c a r a c t é r e s ocultos que quier a n c o n c e d é r s e l a , todos los principios materiales de q u e se
supusiera h a c e r l a d e p e n d e r , serian otros tantos sueños v a n o s .
t i desacuerdo a que nosotros d a m o s el n o m b r e de enf e r m e d a d , no p u e d e t.rasformarse en s a l u d , sino p o r otro d e s a c u e r d o producido p o r medio de medicamentos. La v i r t u d c u ativa de estos últimos consiste ú n i c a m e n t e en el cambio q u e
Ia
s i n r m n ^ r i T n l a r d h 0 D ? r e ' 68 d e d r '
Pro<Inccion dYf
síntomas morbosos específicos. Los experimentos hechos en
personas s a n a s es el medio mejor y m a s p u r o de reconocer esta
3.* S e g ú n todos los hechos conocidos, es imposible c u r a r
la enfermedad n a t u r a l p o r medio de medicamentos que posean
p o r si mismos la facultad de producir en el h o m b r e sa'no „
S S R A
J
UN
p r
T O M A ARTIFICIAI D E S E N I E J A N T E E I
r a u n a Curaci0n real
La nat
-
^
r
°f
™ l e z a por
1 sola tampoco produce la c u r a c i ó n , cuando una e n f e r m e d a d
e « t a g n e por medio de una s e g u n d a enfermedad desemejante
añadida a la o t r a , por f u e r t e que sea esta n u e v a afección.
'
4.
l o d o s los hechos se r e ú n e n también p a r a d e m o s t r a r
que un m e d i c a m e n t o , susceptible de dar o r i g e n , en el h o m b r e
sano , a un síntoma morboso opuesto á la enfermedad que se
t r a t a de c u r a r , no p r o d u c e m a s que un alivio p a s a j e r o en la
enfermedad a n t i g u a , n u n c a p r o c u r a la c u r a c i ó n , y la de a r !
a p a r e c e r s i e m p r e , al cabo de cierto tiempo, m a s g r a v e de lo
19
i
11
i iI
H
fifi
É L
II1
que era a n t e s . El método antipático y p u r a m e n t e paliativo e s ,
pues, del todo contrario al objeto que s e p r o p o n e en las e n f e r medades antiguas y de a l g u n a i m p o r t a n c i a .
5 / E l tercer m é t o d o , el único que queda á que p o d e r n o s
dirigir, el h o m e o p á t i c o , q u e calculando bien la dosis, emplea
contra la totalidad d e los síntomas d e u n a e n f e r m e d a d n a t u r a l ,
u n medicamento capaz de p r o d u c i r , e n el h o m b r e s a n o , síntom a s t a n semejantes como sea posible á los q u e s e o b s e r v a n en
el enfermo, es el único e n r e a l i d a d s a l u d a b l e , el único q u e destruye las e n f e r m e d a d e s , ó las a b e r r a c i o n e s p u r a m e n t e d i n á m i cas de l a f u e r z a v i t a l , d e u n modo fácil, completo y d u r a d e r o .
La misma naturaleza n o s lo enseña en ciertos casos fortuitos,
en que, añadiendo á u n a e n f e r m e d a d existente u n a e n f e r m e d a d
4 ^ / L u f ^ s . u e v a q u e se le a s e m e j a , l a c u r a con prontitud y p a r a s i e m p r e .
W
U -
Como
«*an0 s e p u e d e d u d a r q u e l a s e n f e r m e ( l a d e s d e l
hombre no consisten m a s que e n g r u p o s d e ciertos s í n t o m a s , y
que la posibilidad d e destruirlas p o r medio d e medicamentos,
es decir, d e volverlas á l a s a l u d , objeto d e toda v e r d a d e r a curación, depende ú n i c a m e n t e d e l a facultad inherente á l a s s u s tancias medicinales de p r o d u c i r síntomas m o r b o s o s semejantes
á los de la afección n a t u r a l , l a m a r c h a q u e d e b e seguirse en el
tratamiento se r e d u c e á los t r e s p u n t o s s i g u i e n t e s :
1.° ¿ P o r qué via llega el médico á a v e r i g u a r lo que n e c e sita saber r e l a t i v a m e n t e á la e n f e r m e d a d , p a r a poder e m p r e n der su curación?
' 2.° ¿Cómo d e b e estudiar los i n s t r u m e n t o s destinados á la
curación d é l a s e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s , es d e c i r , l a potencia
morbífica de los medicamentos ?
3.° ¿Cuál es el mejor modo d e aplicar estas potencias morbíficas
artificiales (los medicamentos) p a r a l a curación de l a s
enfermedades?
n .
El p r i m e r punto exige que entremos desde luego en
a l g u n a s consideraciones g e n e r a l e s . Las e n f e r m e d a d e s del h o m b r e f o r m a n dos clases. L a s u n a s son operaciones r á p i d a s d e la
f u e r z a vital salida d e s u ritmo n o r m a l , que t e r m i n a n e n u n
tiempo m a s ó menos l a r g o , pero siempre d e mediana duración.
Estas se l l a m a n e n f e r m e d a d e s agudas. L a s o t r a s , poco m a n i fiestas y a u n m u c h a s veces imperceptibles e n su principio. se
a p o d e r a n del o r g a n i s m o c a d a u n a á su m o d o , le desarmonizan
d i n á m i c a m e n t e , y poco á poco le alejan d e tal modo del estado
de s a l u d , que la automática energía vital destinada al m a n t e n i miento d e e s t a , q u e se llama fuerza vital, n o p u e d e oponerlas
sino una resistencia i n c o m p l e t a , m a l dirigida é inútil, y que en
la impotencia e n que se encuentra d e extinguirlas por sí misma,
se v e obligada á dejarlas a u m e n t a r , hasta que p o r fin ocasion a n l a destrucción del o r g a n i s m o . Estas se conocen con el nomb r e d e e n f e r m e d a d e s crónicas, y provienen d e la infección
u n m i a s m a crónico t a m b i é n .
^
7 3 . Las e n f e r m e d a d e s a g u d a s p u e d e n dividirse e n dos c a tegorías. L a s u n a s a t a c a n á h o m b r e s a i s l a d o s , espueslos á l a
influencia d e causas perjudiciales. Los escesos en b e b e r y com e r , la falta d e alimentos necesarios, l a s violentas impresiones
físicas, el enfriamiento, el escesivo c a l o r , l a s f a t i g a s , los e s f u e r z o s , e t c . , ó las .estilaciones, l a s afecciones m o r a l e s , son
f r e c u e n t e m e n t e su c a u s a . Pero l a s m a s veces dependen d e r e crudecencias p a s a j e r a s d e una psora l a t e n t e , q u e vuelve á ocult a r s e y á q u e d a r s e i n a c t i v a , c u a n d o la e n f e r m e d a d crónica no
es violenta, ó cuando h a sido c u r a d a c o n m u c h a prontitud.
O t r a s a t a c a n á m u c h o s individuos á la v e z , y se desarrollan
a c á y acullá (esporádicamente), b a j o el imperio d e influencias
telúricas é h i g r o m é t r i c a s , c u y a acción se e n c u e n t r a n dispuestos á sentir u n corto n ú m e r o d e h o m b r e s . A esta clase p e r t e necen t a m b i é n , con poca diferencia, l a s que a t a c a n á m u c h o s
h o m b r e s á la vez -, y si dependen entonces d e u n a misma c a n -
s a , se manifiestan por medio d e síntomas m u y análogos ( e p i demias) , y se vuelven c o n t a g i o s a s c u a n d o o b r a n en m a s a s cerr a d a s y compactas de i n d i v i d u o s . E s t a s e n f e r m e d a d e s ó fieb r e s (1) son todas de u n a n a t u r a l e z a especial, y como los c a sos individuales que se m a n i f i e s t a n tienen igual o r i g e n , p o n e n
t a m b i é n constantemente á l o s q u e las p a d e c e n en u n estado
m o r b o s o idéntico en t o d o , q u e a b a n d o n a d o á sí m i s m o , termina
en poco tiempo por la m u e r t e ó la c u r a c i ó n . La g u e r r a , las
inundaciones y el h a m b r e s o n c o n frecuencia las causas de e s t a s e n f e r m e d a d e s ; pero p u e d e n d e p e n d e r t a m b i é n de m i a s m a s
a g u d o s que r e a p a r e c e n s i e m p r e b a j o la m i s m a f o r m a , y á los
q u e p o r consiguiente se d a n n o m b r e s p a r t i c u l a r e s . De estos
m i a s m a s , los unos no a t a c a n a l h o m b r e sino u n a sola vez en
el curso de su v i d a , como la v i r u e l a , el s a r a m p i ó n , la c o q u e l u c h e , la fiebre escarlatina ( 2 ) de S y d e n h a m , e t c . , y los otros
p u e d e n afectarle repetidas v e c e s , como la peste de L e v a n t e , la
fiebre a m a r i l l a , el cólera m o r b o asiático, etc.
7 4 . Desgraciadamente t o d a v í a d e b e m o s c o n t a r en el n ú m e r o de enfermedades c r ó n i c a s , estas afecciones t a n g e n e r a l i (1) El homeópata, que no participa de las preocupaciones de la escuela
médica ordinaria, es decir, que no asigna como ella áestas fiebres un número determinado , del cual la naturaleza no p u e d e p a s a r , ni les impone nombres que
obliguen á seguir tal ó cual marcha trazada en el tratamiento , no reconoce tampoco las denominaciones de fiebre de l a s cárceles, fiebre biliosa, tifus, fiebre pútrida, fiiebre nerviosa, fiebre mucosa : cura todas las enfermedades, tratando á
cada una según lo que presenta de particular.
(2) Despues de 1 8 0 1 , los médicos han confundido una miliar purpúrea venida del Oeste (roodvonli) con la fiebre escarlatina, aunque los signos de estas
dos afecciones son del todo diferentes, aunque el acónito es el medio curativo y
preservativo de la primera, y la belladona el de la segunda, y por fin, aunque
siempre la primera afecta la forma e p i d é m i c a , mientras que la otra las mas veces
es esporádica. Ambas afecciones parece q u e en estos últimos tiempos se han confundido, en algunas localidades, con u n a fiebre eruptiva de una especie particular , contra la cual estos remedios no h a n sido perfectamente homeopáticos.
z a d a s , q u e los a l ó p a t a s ocasionan con el nso p r o l o n g a d o de
medicamentos heroicos á crecidas dosis y siempre en a u m e n t o
con el a b u s o de los c a l o m e l a n o s , del sublimado corrosivo del
u n g ü e n t o m e r c u r i a l , del nitrato de p l a t a , del iodo, del opio
de la v a l e r i a n a , de la quina y de la quinina, de la digital del 9
acido p r ú s i c o , del a z u f r e y del ácido sulfúrico, de los p u r g a n - *
tes p r o d i g a d o s d u r a n t e a ñ o s e n t e r o s , de s a n g r í a s y s a n g u i j u e las de los cauterios, de los s e d a l e s , etc. Todos estos medios
debilitan sin compasion l a f u e r z a v i t a l , y si es que esta no s u c u m b e poco á poco y de u n modo particular á la acción de cada
sustancia, a l t e r a n á lo menos su ritmo n o r m a l de tal modo q u e
p a r a g a r a n t i r la vida de los agentes hostiles, se ve obligada á
modificar el organismo, á extinguir ó exaltar la sensibilidad ó la
escitabilidad en u n p u n t o cualquiera, á dilatar ó e s t r e c h a r e n d u r e c e r o r e b l a n d e c e r ciertas p a r t e s , á p r o v o c a r acá y allá l e siones o r g a m c a s , en una p a l a b r a , m u t i l a r el c u e r p o , tanto en
su interior como en su esterior (1).
Tó
Estos t r a s t o r n o s de la s a l u d , debidos á la fatal p r á c tica de la a l o p a t í a , de la que se han visto los m a s tristes e j e m plos en los tiempos m o d e r n o s , constituyen las m a s peligrosas é
i n c u r a b l e s de todas las e n f e r m e d a d e s crónicas. Mucho siento
v e r m e en la necesidad de decir, que p a r e c e imposible d e s c u b r i r
o i m a g i n a r u n medio p a r a c u r a r l a s , cuando l l e g a n á cierto
grado.
7 6 . El T o d o p o d e r o s o , al c r e a r la H o m e o p a t í a , solo nos h a
dado a r m a s contra las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s . En cuanto á
estos desórdenes que u n falso a r t e h a f o m e n t a d o , m u c h a s veces
f ¡ P ° r í ' ¡ i m o e n f e r m o » b e , el que lo ha t r a t a d o , descubriendo
en la autops.a del cadáver los desórdenes orgánicos que son el resultado de su
Z T t ' i v o
e J
T ^
FeSentarl0S
dC
4 l0S ¡nC DS0,ables
~
°
«
a
P " * - ~ u n m a
contienen los productos
s a , se manifiestan p o r medio d e síntomas m u y análogos ( e p i demias) , y se vuelven c o n t a g i o s a s c u a n d o o b r a n en m a s a s cerr a d a s y compactas de i n d i v i d u o s . E s t a s e n f e r m e d a d e s ó fieb r e s (1) son todas d e u n a n a t u r a l e z a especial, y como los c a sos individuales que se m a n i f i e s t a n tienen igual o r i g e n , p o n e n
t a m b i é n constantemente á l o s q u e l a s p a d e c e n e n u n estado
m o r b o s o idéntico en t o d o , q u e a b a n d o n a d o á sí m i s m o , termina
en poco tiempo p o r l a m u e r t e ó la c u r a c i ó n . L a g u e r r a , l a s
inundaciones y el h a m b r e s o n c o n frecuencia l a s causas d e e s t a s e n f e r m e d a d e s ; pero p u e d e n d e p e n d e r t a m b i é n d e m i a s m a s
a g u d o s que r e a p a r e c e n s i e m p r e b a j o l a m i s m a f o r m a , y á l o s
q u e p o r consiguiente se d a n n o m b r e s p a r t i c u l a r e s . D e estos
m i a s m a s , los unos no a t a c a n a l h o m b r e sino u n a sola v e z e n
el curso d e su v i d a , como l a v i r u e l a , el s a r a m p i ó n , l a c o q u e l u c h e , la fiebre escarlatina ( 2 ) d e S y d e n h a m , e t c . , y los otros
p u e d e n afectarle repetidas v e c e s , como l a peste d e L e v a n t e , l a
fiebre a m a r i l l a , el cólera m o r b o asiático, e t c .
7 4 . Desgraciadamente t o d a v í a d e b e m o s c o n t a r e n el n ú m e r o d e enfermedades c r ó n i c a s , estas afecciones t a n g e n e r a l i (1) El homeópata, que no participa de las preocupaciones de la escuela
médica ordinaria, es decir, que no asigna como ella áestas fiebres un número d e terminado , del cual la naturaleza no p u e d e p a s a r , ni les impone nombres q u e
obliguen á seguir tal ó cual marcha trazada en el tratamiento , no reconoce tampoco las denominaciones de fiebre de l a s cárceles, fiebre biliosa, tifus, fiebre p ú trida, fiiebre nerviosa, fiebre mucosa : cura todas las enfermedades, tratando á
cada una según lo que presenta de particular.
(2) Despues de 1 8 0 1 , los médicos han confundido una miliar purpúrea venida del Oeste (roodvonli) con la fiebre escarlatina, aunque los signos de estas
dos afecciones son del todo diferentes, aunque el acónito es el medio curativo y
preservativo de la primera, y la belladona el de la segunda, y por fin, aunque
siempre la primera afecta la forma e p i d é m i c a , mientras que la otra las mas veces
es esporádica. Ambas afecciones parece q u e en estos últimos tiempos se han confundido, en algunas localidades, con u n a fiebre eruptiva de una especie particular , contra la cual estos remedios no h a n sido perfectamente homeopáticos.
z a d a s , q u e los a l ó p a t a s ocasionan con el nso p r o l o n g a d o d e
medicamentos heroicos á crecidas dosis y siempre en a u m e n t o
con el a b u s o d e los c a l o m e l a n o s , del sublimado corrosivo del
u n g ü e n t o m e r c u r i a l , del nitrato d e p l a t a , del iodo, del opio
de la v a l e r i a n a , d e la quina y d e la quinina, d e la digital d e l 9
acido p r ú s i c o , d e l a z u f r e y del ácido sulfúrico, d e los p u r g a n - *
tes p r o d i g a d o s d u r a n t e a ñ o s e n t e r o s , d e s a n g r í a s y s a n g u i j u e las d e los cauterios, d e los s e d a l e s , e t c . Todos estos medios
debilitan sin compasion l a f u e r z a v i t a l , y si es que esta no s u c u m b e poco á poco y d e u n modo particular á la acción de cada
sustancia, a l t e r a n á lo menos su ritmo n o r m a l d e t a l modo q u e
p a r a g a r a n t i r l a vida d e los agentes hostiles, s e v e obligada á
modificar el organismo, á extinguir ó exaltar la sensibilidad ó la
escitabibdad e n u n p u n t o cualquiera, á dilatar ó e s t r e c h a r e n d u r e c e r o r e b l a n d e c e r ciertas p a r t e s , á p r o v o c a r acá y allá l e siones o r g a m c a s , en una p a l a b r a , m u t i l a r el c u e r p o , tanto e n
su interior como e n su esterior ( 1 ) .
7 5 . Estos t r a s t o r n o s d e l a s a l u d , debidos á la fatal p r á c tica d e l a a l o p a t í a , d e la que se han visto los m a s tristes e j e m plos en los tiempos m o d e r n o s , constituyen l a s m a s peligrosas é
i n c u r a b l e s d e todas l a s e n f e r m e d a d e s crónicas. Mucho siento
v e r m e en la necesidad d e decir, que p a r e c e imposible d e s c u b r i r
o i m a g i n a r u n medio p a r a c u r a r l a s , cuando l l e g a n á cierto
grado.
7 6 . E l T o d o p o d e r o s o , al c r e a r la H o m e o p a t í a , solo nos h a
dado a r m a s contra l a s e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s . E n cuanto á
estos desórdenes q u e u n falso a r t e h a f o m e n t a d o , m u c h a s veces
f ¡ P ° r í ' ¡ i m o ¿ e n f e r m o » b e , el que lo ha t r a t a d o , descubriendo
en la autops.a del cadáver los desórdenes orgánicos que son el resultado de su
Z T t ' i v o
e J
T ^
FeSentarl0S
4 l0S¡nC DS0,ables
°
de anatomía patoiógica
P " * -
~ u n m a
i
o
s
«
A r a n t e años e n t e r o s , en el interior y el esterior del organismo
h u m a n o , con medicamentos y tratamientos nocivos, solo p e r tenece á la fuerza vital el r e p a r a r l o s , cuando no h a sido d e masiado debilitada, y cuando p u e d e , sin que n a d a la t u r b e ,
! c o n s a g r a r años enteros á u n a o b r a tan laboriosa. Todo lo mas,
P q u e puede h a c e r s e , es auxiliarla con medios dirigidos contra
a l g ú n miasma crónico que pudiera m u y bien e n c o n t r a r s e todavía oculto. No h a y ni puede h a b e r medicina h u m a n a que pueda
conducir al estado normal estas i n n u m e r a b l e s a n o m a l í a s , tan
comunmente e n g e n d r a d a s por el método alopático.
7 7 . Se dá m u y impropiamente el dictado de crónicas á l a s
enfermedades que padecen los h o m b r e s que e s t á n sometidos
incesantemente á influencias nocivas, de l a s que podrían s u s traerse-, que h a c e n habitualmente uso de alimentos ó bebidas perjudiciales á la e c o n o m í a ; que se e n t r e g a n á escesos ruinosos p a r a la s a l u d ; . que c a r e c e n á cada instante de las cosas
necesarias á la v i d a ; que viven en p a r a j e s mal s a n o s , y sobre
todo, en sitios p a n t a n o s o s ; que no h a b i t a n m a s que cuevas ú
otros l u g a r e s estrechos y sin ventilación; que c a r e c e n de aire
y de movimiento; que se debilitan por t r a b a j o s escesivos de
cuerpo ó de espíritu, y que se e n c u e n t r a n c o n t i n u a m e n t e d e v o r a d o s por el p e s a r , etc. E s t a s e n f e r m e d a d e s , ó m a s bien,
estas privaciones de salud, q u e uno mismo se ocasiona, desaparecen por el solo hecho de u n cambio de r é g i m e n , á m e n o s
que no exista a l g ú n miasma c r ó n i c o , y no se les p u e d e dar el
n o m b r e de enfermedades crónicas.
7 8 . L a s v e r d a d e r a s enfermedades crónicas n a t u r a l e s , son
aquellas que d e b e n su origen á u n miasma c r ó n i c o , q u e p r o g r e s a n incesantemente, cuando no se les oponen medios c u r a tivos específicos, y q u e , á pesar de todas las precauciones
i m a g i n a b l e s , relativamente al régimen de cuerpo y espíritu,
a b r u m a n al h o m b r e con padecimientos, q u e siempre v a n en
a u m e n t o hasta el término
mentos m a s numerosos y
puesto que el vigor de la
nero de vida y la e n e r g í a
t r a ellos.
de su existencia. Estos son los t o r m a s g r a n d e s de la especié h u m a n a *
constitución, la r e g u l a r i d a d del g é de la fuerza vital, n a d a p u e d e n c o n -
7 9 . E n t r e estas e n f e r m e d a d e s miasmáticas c r ó n i c a s , q u e
cuando no se c u r a n , solo se extinguen con la v i d a , la sífilis e^
la sola que se h a conocido hasta el día. La s i c o s i s , d é l a que
tampoco p u e d e t r i u n f a r la fuerza vital por sí s o l a , no h a sido
considerada como u n a e n f e r m e d a d miasmática crónica interna,
f o r m a n d o u n a especie a p a r t e , y se la creia c u r a d a despues de
la destrucción de las escrecencias de la p i e l , sin a t e n d e r á que
su foco ó manantial existia s i e m p r e .
8 0 . Pero la p s o r a es u n m i a s m a crónico i n c o m p a r a b l e mente m a s i m p o r t a n t e que esos dos. Aquellos r e v e l a n la afección
i n t e r n a ó específica de donde p r o v i e n e n , el uno por medio de
ú l c e r a s , y el otro por escrecencias en forma de coliflores. Despues que la psora h a infectado todo el o r g a n i s m o , anuncia su
miasma crónico interno por u n a erupción cutánea particular, á
la que a c o m p a ñ a n u n p r u r i t o voluptuoso i n s o p o r t a b l e y u n olor
especial. Esta psora es la sola y v e r d a d e r a c a u s a f u n d a m e n t a l
y productora de las i n n u m e r a b l e s f o r m a s m o r b o s a s (1) que
(1) Doce años de investigaciones me han sido necesarios para encontrar el
origen de este increíble número de afecciones crónicas, descubrir esta grande verdad, desconocida de todos mis-predecesores y contemporáneos, establecer las b a ses de su demostración, y reconocer al mismo tiempo los principales medios curativos propios para combatir todas las formas de esta hydra de mil cabezas. Mis
observaciones relativas á este punto están consignadas en el tratado de las enfermedades crónicas, que he publicado en 1 8 2 8 . Antes de haber profundizado esta
importante materia, solo podia enseñar á combatir todas las enfermedades crónicas como entidades aisladas, por medio de sustancias medicinales, conocidas hasta
entonces por sus efectos en el hombre sano, de modo que mis discípulos trataban
cada caso de afección crónica, como una enfermedad independiente, como un
bajo los n o m b r e s de debilidad n e r v i o s a , histerismo, hipocond r í a , m a n í a , m e l a n c o l í a , d e m e n c i a , f u r o r , epilepsia y e s p a s mos de toda especie-, r e b l a n d e c i m i e n t o de los huesos ó r a q u i tismo , scoliosis y cifosis, c a r i e s , c á n c e r , f u n g u s h e m a t o d e s ,
tegidos accidentales, g o t a , h e m o r r o i d e s , ictericia y cianosis;
S t o ™ ' w ' d e , a f e f W s crónicas
secundarios
de la p s o r a ) s,n contar la variedad infinita de complexiones
ndiv, „ales. Asi, p u e s , no debe sorprendernos que o r g a d s m
tan diferentes, penetrados del miasma psórico v sometídTs 4
tantas influencias nocivas estertores é interiores, L m o con
Ü
c u e n c a o b r a n sobre ellos de un modo p e r m a n e n t e , ofrezcan
ambien un n u m e r o incalculable de afecciones, de alteraciones
J de ma es, que la antigua patología (1) hasta ahora ha citado
A h i d r o p e s í a , a m e n o r r e a , g a s t r o r r a g i a , epistaxis, hemoptisis,
h e m a t u r i a , m e t r o r r a g i a , a s m a y supuración de los pulmones,
impotencia y e s t e r i l i d a d , h e m i c r á n e a , s o r d e r a , c a t a r a t a y
a m a u r o s i s ; mal de p i e d r a , parálisis, abolicion de u n sentido,
dolores de toda especie, e t c . ; figuran en las patologías como
otras t a n t a s e n f e r m e d a d e s p r o p i a s , distintas é independientes
u n a s de o t r a s .
^
8 1 . El paso de este m i a s m a al t r a v é s de millones de o r g a nismos h u m a n o s en el c u r s o de a l g u n o s c e n t e n a r e s de g e n e r a ciones, y el e s t r a o r d i n a r i o desarrollo que con este motivo h a
debido a d q u i r i r , esplican h a s t a cierto p u n t o , cómo p u e d e a h o r a m a n i f e s t a r s e - b a j o f o r m a s tan d i f e r e n t e s , s o b r e t o d o , si se
tiene en consideración el n ú m e r o infinito de circunstancias ( 1 )
que ordinariamente c o n t r i b u y e n á la manifestación de esta
w
^
a
S
S
S
S
grupo distinto de síntomas, lo q u e no impedia el q u e las aliviaran con frecuencia lo bastante, para que la humanidad doliente pudiera felicitarse de los beneficios de la nueva medicina. ¡ Cuánto mas satisfecha no debe estar la escuela moderna, ahora que se ha aproximado mucho mas á la razón , y que para la curación de los males crónicos, debidos á la p s o r a , ha encontrado remedios mas
homeopáticos aun (los antipsóricos), entre los cuales el verdadero médico elige
aquellos, cuyos síntomas medicinales corresponden mejor á la enfermedad crónica
que quiere curar!
(1) Algunas de estas c a u s a s , que modificando la manifestación de la psora,
le imprimen la forma de enfermedades crónicas, dependen evidentemente, ya
del clima y de la constitución individual, ya de la influencia especial del sitio
que se habita, ya de las diversidades que presenta la educación física y moral de
la juventud, en unas partes d e s c u i d a d a , en otras retardada por mucho tiempo, y
en otras llevada al esceso; del abuso que se hace de ella en las relaciones de la
vida, del réjimen, de las pasiones, de las costumbres; de los usos y de los
hábitos.
^
S
&
R
&
E
S
T
T
S
S
T
T
«
^ g a s n s a S S ^
" d e las cárceles, de ios campamentos; de las liebres m t Z Z
wl
P
CS
'
154
8 2 . Aunque el descubrimiento de este g r a n m a n a n t i a l de
afecciones crónicas b a y a hecho dar á la medicina algunos p a s o s
m a s hacia el de la n a t u r a l e z a del m a y o r n ú m e r o de e n f e r m e dades que se p r e s e n t a n al médico p a r a su t r a t a m i e n t o , sin e m b a r g o , en cada e n f e r m e d a d crónica ( p s o r a ) que el médico
h o m e ó p a t a es l l a m a d o , no d e b e cuidar menos que antes de o b s e r v a r bien los síntomas preciables y todo lo que tienen de
p a r t i c u l a r , porque no es m a s posible en estas e n f e r m e d a d e s
que en las o t r a s , obtener una v e r d a d e r a curación sin indivi» versas uno de los nombres que han sido introducidos en la patología, y arreglar
»despues su conducta médica según el nombre d e que se hubiera de este modo
»abusado. Svdenham es el único que ha comprendido esta verdad (opp. cap. 2,
..de M o r b . Épid. p. 4 3 ) , porque insiste en que no se debe creer jamás en Ja
«identidad de una enfermedad epidémica con otra que ya se ha manifestado, y
»tratarla en consecuencia d e esta semejanza, porque las epidemias que se han
»declarado en tiempos diversos, siempre han sido diferentes unas d e o t r a s : Ani.. mum admiratione percellit, quam discolor ct sui plañe dissimÜis morborum epide»micorum facies; auce tam aperta horum morborum diversitas tum propriis ac sih
»peculiaribus symtomatis, tum ctiam medendi raime quam hi ab illis disparem sibi
»uindieant, satis illuscescit. Ex quibus constat, morbos epidémicos, utut externa
»quatantenus specie et symptomatis aliquot utrisque pariter convenire paulo incaulio»ribus videantur, ne lamen ipsa, sibene adverteris animum, aliena esse admodum
»indolis et distare ut aera lupinis.»
E s claro, por consiguiente, "que estos nombres inútiles de enfermedades, de que
tanto se a b u s a , no deben tener ninguna influencia en el plan del tratamiento
adoptado por un verdadero médico, que s a b e n o deberse juzgar y tratar las enfermedades según la semejanza nominal de un síntoma aislado, sino según el conjunto d e todos los signos del estado individual d e cada e n f e r m o ; pues su deber
es indignar escrupulosamente los males, y no el darles importancia con hipótesis
gratuitas. Sin e m b a r g o , si se cree necesitar algunas veces nombres para darse a
entender al vulgo en pocas p a l a b r a s , cuando se habla d e un enfermo en particul a r , no deben al menos emplearse mas que palabras colectivas. Debe decirse por
ejemplo, el enfermo tiene una especie de c ó r e a , una especie de hidropesía una
especie d e fiebre nerviosa, una especie de fiebre'intermitente. Pero no se debe
decir j a m á s , tiene la córea, la hidropesía, la fiebre nerviosa, la fiebre intermit e n t e , etc.; porque seguramente no existen enfermedades permanentes y siempre
semejantes á sí mismas que merezcan estas denominaciones.
155
v é J S :,<:.:...
dualizar cada caso particular de un modo riguroso y absoluto.
Solamente es menester distinguir, si la enfermedad es a g u d a ó
c r ó n i c a , porque en el p r i m e r caso, los síntomas principales se
manifiestan con m a s r a p i d e z , el cuadro de la enfermedad se
traza en mucho menos tiempo, y hay m u c h a s menos p r e g u n t a s
q u e h a c e r , presentándose por sí mismos la m a y o r p a r t e de los
signos á los sentidos del observador ( 1 ) .
8 3 . Este exámen de un caso p a r t i c u l a r de enfermedad,
que tiene p o r objeto presentarla bajo las condiciones de la i n dividualidad, solo e x i g e , por p a r t e del médico, u n espíritu sin
p r e v e n c i ó n , sentidos p e r f e c t o s , atención al o b s e r v a r , y fidelidad al trazar el r e t r a t o de la e n f e r m e d a d . Contentarémonos
con esponer aquí los principios generales de la m a r c h a que d e be s e g u i r s e , y solo, se a d o p t a r á n aquellos que son aplicables á
cada caso especial.
8 4 . El enfermo hace la relación de lo que e x p e r i m e n t a ; las
personas que le r o d e a n refieren de qué se ha quejado, cómo
se ha c o m p o r t a d o , y lo que han observado en é l ; el médico
v é , e s c u c h a ; en u n a p a l a b r a , observa con todos sus sentidos
lo que h a y de a n o r m a l y estraor dina rio en el enfermo. Lo e s cribe todo en el p a p e l , aun con las mismas p a l a b r a s de qué
este último y los asistentes se han servido. Los deja a c a b a r sin
interrumpirlos (2), á menos que no se pierdan en digresiones
inútiles, y solamente tiene cuidado de prevenirles al empezar,
que h a b l e n con lentitud, p a r a poderles seguir escribiendo lo
que crea necesario a n o t a r .
8 5 . A cada n u e v a circunstancia que el enfermo ó los asistentes r e f i e r a n , el médico empieza otra línea, á fin de que los
(1) Por consiguiente, la marcha que voy á trazar para la investigación de los
síntomas, solo conviene en parte á las enfermedades agudas.
(2) Toda interrupción rompe el enlace de ideas del que h a b l a , y no le vuelven despues á la memoria del mismo modo que 'quería espresarlas al principio.
v
sintonías estén escritos s e p a r a d a m e n t e los unos debajo de los
otros. Procediendo a s i , s e r á .fácil a ñ a d i r á cada UDO de ellos,
además de las noticias v a g a s que le h a y a n comunicado al principio, las nociones e x a c t a s q u e p u d i e r a adquirir despues.
8 6 . Cuando el enfermo y las p e r s o n a s que le r o d e a n h a n
concluido su relación e s p o n t á n e a , el médico se informa con
mas precisión de cada s í n t o m a , y p r o c e d e p a r a esto del modo
siguiente. Vuelve á leer t o d o s cuantos le h a n s e ñ a l a d o , y al
tratar de cada uno en p a r t i c u l a r , p r e g u n t a , por ejemplo,' ¿ á
qué época se verificó tal a c c i d e n t e ? ¿ F u é antes del uso de los
medicamentos que el e n f e r m o h a tomado hasta a h o r a , ó m i e n tras los t o m a b a , ó s o l a m e n t e a l g u n o s dias despues de h a b e r
dejado su uso? ¿Qué dolor, q u é sensación, e x a c t a m e n t e descritos, se ha manifestado en t a l p a r t e del cuerpo? ¿ Q u é sitio ocupaba con exactitud? ¿ Se b a c í a sentir solamente el dolor por
accesos, ó bien era continuo y sin cesar? ¿Cuánto tiempo duraba? ¿A qué época del día ó de la n o c h e , y en qué situación
del cuerpo era m a s v i o l e n t o , ó cesaba del todo? ¿Cuál era el
carácter exacto de tal a c c i d e n t e , de tal c i r c u n s t a n c i a ?
8 7 . El médico h a c e q u e le precisen de este modo cada u n o
de los indicios que le h a b í a n dado al principio, sin que j a m á s
sus p r e g u n t a s estén c o n c e b i d a s de s u e r t e que dicten en cierto
modo la respuesta (1), ó p o n g a n al enfermo en el caso de no
tener que responder m a s q u e sí ó n ó . O b r a r de otro modo* sería esponer al p r e g u n t a d o á n e g a r ó a f i r m a r , por indiferencia
ó por complacer al m é d i c o , una cosa f a l s a , ó s o l a m e n t e v e r dadera á medias, ó del t o d o diferente de lo que r e a l m e n t e
sucede. Así, p u e s , de esto r e s u l t a r í a u n c u a d r o infiel de la e n -
(1) P o r ejemplo, el médico no d e b e d e c i r , ¿tal ó cual cosa ha sucedido de
este modo? Dar semejante giro á s u s p r e g u n t a s , es sugerir al enfermo respuestas
falsas é indicaciones engañosas.
1ot 7
f e r m e d a d , y por consiguiente una mala elección de los medios
curativos.
8 8 . Cuando el médico e n c u e n t r a , q u e , en esta relación esp o n t a n e a , no se ha hecho mención, ya de m u c h a s p a r t e s ó
funciones del c u e r p o , ya de las disposiciones del espíritu p r e g u n t a si tienen todavía algo que decir con respecto á tal p a r t e
o tai función, ó tal ó cual disposición m o r a l (1)- pero t e n d r á
g r a n cuidado de sujetarse á términos g e n e r a l e s , con el fin de
que la persona que le suministre las aclaraciones, se vea o b l i g a d a a esplicarse de una m a n e r a categórica.
89
Cuando el enfermo ( p o r q u e á escepcion de las e n f e r medades s i m u l a d a s , á él es á quien debemos referirnos con frecuencia en todo lo que tiene relación con los síntomas que e x perimenta) h a suministrado por sí mismo todas las noticias n e c e s a r i a s , y completado bien el cuadro de la enfermedad el
medico p u e d e h a c e r a l g u n a s p r e g u n t a s especiales, si no está
suficientemente enterado (2).
(1) P o r ejemplo: ¿ rige de vientre el enfermo? ¿Cómo orina ? Cómo es el sueno d u r a n t e e l d,a y la noche? 6 C u á l es la disposición de su espíritu v de
h„_
uu) 6 H a s t a que punto es dueño de sus sentidos? ¿ D ó n d e siente la s e d ' ¿ Q u é
g
experunenta en la boca? ¿Cuáles son los alimentos y bebidas que mas
T l l ^
l ? l 0 § ^ m a S lG r e P u § n a n - ¿Encuentra á cada alimento a
cada bebida, el sabor que debe t e n e r , ú otro gusto estraño? ¿Cómo se ¡ente
I7.a,T a Tus
m > i " C O moÍ da° ?su ^ vientre?
^ a , g D n a C°Sa q ü e * * " l a t i v a m e S
X
sus miembros,
02) Por ejemplo: ¿cuántas veces ha obrado el enfermo? ¿De qué naturaleza
eran as „ a t e r í a s ? ¿Las deyecciones blanquecinas eran mucosas ó f e c a l e s ? £
bda de los escrementos iba acompañada de dolores ó no? ¿De qué naturaleza son
precisamente estos dolores y dónde se hacen sentir? ¿Q„é es lo que el enfermo a
echado por a r n b a ? ¿El mal gusto que tiene en la boca es pútrido' amargo,
2 2
u otro? ¿Se hace sentir a n t e s , durante ó despues d e comer* ¿Á qué época d l l Í a
lo expetimenta particularmente? ¿ Q u é gusto tienen los erupíos? ¿La orina e t
Ó
f e | D , " r b , a , a c a l >o ^ algún tiempo de estar en reposo? ¿Qué color «
,
momento de su sa da? ¿Cuál es el color d e su sedimento? ¿Cómo se com rt
enfermo «„entras duerme? ¿Se q u e j a ? ¿ J i m e ? ¿Habla? ¿ G r i t a ? ¿Se d i s ^ c m
9 0 . Despues q u e el médico ha concluido de escribir todas
las respuestas, a n o t a a d e m á s lo que él mismo o b s e r v a en el enfermo (1), y t r a t a de s a b e r si lo que el v é , existia ó no m i e n tras que el enfermo gozaba todavía de s a l u d .
sobresaltos? ¿Ronca al inspirar ó al espirar? ¿Está siempre echado de espaldas, ó
de qué lado? ¿Se cubre bien con la r o p a , ó no la puede aguantar? ¿Se dispierta
fácilmente, ó tiene el sueño profundo? ¿Cómo se encuentra al despertarse? ¿Se
manifiesta comunmente tal ó cual incomodidad? ¿Y en qué ocasion? ¿Es cuando
el enfermo está sentado, echado, en pié ó andando? ¿Es solamente en ayunas por
la mañana temprano, ó solamente por la n o c h e , ó despues de la comida? ¿Cuándo se ha presentado el frió? ¿ Ha sido solamente una sensación de frió, ó tenia a'
mismo tiempo un frió verdadero? ¿Tenia la piel caliente mientras se quejaba de
frió? ¿Experimentaba solamente una sensación de frió sin escalofrios? ¿Tenia calor
sin que tuviera encendida la cara? ¿Qué partes del cuerpo se advertían calientes
al tacto? ¿Se quejaba el enfermo de calor sin tener la piel caliente ? ¿Cuánto
tiempo ha durado el f r i ó , y cuánto el calor? ¿Cuando se ha presentado la sed?
¿Durante el frió, el calor, antes ó despues? ¿Era muy intensa? ¿ Q u é deseaba beber el enfermo? ¿Cuándo se ha presentado el sudor? ¿Ha sido al principio ó al fm
del calor? ¿Cuánto tiempo ha pasado entre uno y otro ? ¿Ha sobrevenido durante
el sueño ó estando despierto? ¿Cuál era su abundancia? ¿Era caliente ó frió? ¿En
qué partes del cuerpo se presentó? ¿Qué olor tenia? ¿De qué se quejaba el enfermo ante? ó durante el frió, durante ó despues del calor, durante ó despues del
sudor, etc.?
(1) Por ejemplo: ¿cómo se ha conducido el enfermo durante la visita? ¿ E s taba de mal h u m o r , irritado, brusco, lloroso,tímido, desesperado; ó triste, tranquilo ó confiado, etc.? ¿Se hallaba sumido en el e s t u p o r , ó en general no estaba
en su sano juicio? ¿Está ronco? ¿Habla muy bajo? ¿Dice cosas fuera de propósito?
¿Se observa algo de insólito en su conversación? ¿ Q u é color tiene su c a r a , sus
ojos ó su piel en general? ¿Cuál es el grado de espresion y de vivacidad del rostro
y de sus ojos? ¿Cómo están la lengua, la respiración, el olor del aliento y el oído? ¿Las pupilas están dilatadas ó muy contraidas? ¿Con qué prontitud y basta
qué grado se mueven en la luz y en la oscuridad? ¿Cuál es el estado del pulso
y del vientre? ¿La piel está madorosa ó caliente? ¿Fria ó seca? ¿En tal ó cual parte del cuerpo ó en todo él? ¿Está echado el enfermo con la cabeza doblada hacia
atrás, con la boca medio ó enteramente abierta, ó con los brazos cruzados por
encima de la cabeza? ¿Está acostado de espaldas ó en cualquiera otra posicion?
¿Le cuesta mas ó menos trabajo el incorporarse en la cama? Eñ una palabra, e^
médico tiene en cuenta todo lo que ha podido observar y que le'parece digno de
ser anotado.
9 1 . Los síntomas que existen y lo que el médico observa
m i e n t r a s h a c e uso de un medicamento, ó poco tiempo despues.
no d a n la i m á g e n p u r a de la e n f e r m e d a d . Por el c o n t r a r i o , los
síntomas y las incomodidades que se han manifestado antes del
uso de los medicamentos, ó m u c h o s dias despues q u e se ha cesado de administrarlos , dan una v e r d a d e r a nocion de la forma
originaria de esta e n f e r m e d a d . Estos s o n , p u e s , los que con
preferencia d e b e a n o t a r el médico. Cuando la afección es c r ó nica y ha hecho ya uso el enfermo de remedios, p u e d e dejársele algunos dias sin administrarle n i n g u n o , ó al menos sin a d ministrarle otra cosa q u e sustancias no medicinales, y se difiere
e n t r e tanto el e x á m e n riguroso-, p o r q u e este es el medio de obt e n e r los síntomas p e r m a n e n t e s en toda su p u r e z a , y de poder
f o r m a r s e u n a i m á g e n fiel de la e n f e r m e d a d .
9 2 . Pero cuando se trata de u n a enfermedad a g u d a , que
presenta inminente peligro, y cuando el médico n a d a puede
a v e r i g u a r con respecto al estado que h a precedido al uso de los
remedios, entonces se contenta con o b s e r v a r el conjunto de
síntomas tal como estos últimos lo h a n modificado, para comprender el estado presente de la e n f e r m e d a d ; es decir, de p o der a b r a z a r en u n solo cuadro la afección primitiva y la a f e c ción medicinal a d j u n t a , q u e , habiéndose hecho ordinariamente
m a s g r a v e y m a s peligrosa que la o t r a , con medios las m a s
veces contrarios á los que hubieran debido a d m i n i s t r a r s e , r e clama con urgencia auxilios prontos y la aplicación inmediata
del remedio homeopático apropiado, p a r a que el enfermo no
perezca á consecuencia del tratamiento irracional q u e ha s u sufrido.
9 3 . Si la enfermedad a g u d a ha sido ocasionada
po a n t e s , ó si la enfermedad crónica lo ha sido h a c e
nos tiempo, por un acontecimiento n o t a b l e , que el
sus p a r i e n t e s , p r e g u n t a d o s en secreto, no quieren
poco tiemm a s ó meenfermo ó
descubrir,
será menester que el médico use de destreza y circunspección
p a r a llegar á conocer esta circunstancia ¡1).
9 4 . Al enterarse de la e n f e r m e d a d c r ó n i c a , es necesario
t o m a r bien en cuenta las circunstancias p a r t i c u l a r e s en que ha
podido encontrarse el e n f e r m o respecto á sus ocupaciones o r d i n a r i a s , á su género de v i d a h a b i t u a l , y á sus relaciones d o mésticas. Se examina si h a y algo en estas circunstancias q u e
h a y a podido originar ó q u e sostenga la enfermedad , p a r a que
en la curación pueda s e p a r a r s e todo lo q u e e n c o n t r á r e s o s p e choso (2).
9 o . El e x á m e n de los síntomas p r e c e d e n t e m e n t e e n u m e r a dos y de todos los otros signos de la e n f e r m e d a d , d e b e , pues,
en las afecciones crónicas, s e r tan r i g u r o s o como sea p o s i b l e , y
descender a u n á minuciosidades. E n efecto, en estas e n f e r m e (1) Si las causas de la enfermedad tienen algo de humillante, y los enfermos
ó los que les rodean vacilan en confesarlas, ó al menos en declararlas espontáneamente , el médico debe descubrirlas con preguntas hechas con circunspección,
por medio de informes tomados en secreto. En el número de estas causas se colocan
las tentativas de suicidio, el onanismo, el abuso de los placeres del a m o r , los
desórdenes contra-naturales, los escesos en la comida ó bebida, el abuso de alimentos , la infección venérea ó p s ó r i c a , un amor desgraciado, los celos, las contrariedades domésticas, la indignación, la tristeza debida á las desgracias de familia, los malos tratamientos, la imposibilidad de vengarse, un espanto supersticioso,
el hambre, una deformidad en las partes genitales, una hernia, un prolapso, etc.
(2) En las enfermedades crónicas de las mujeres es menester tener particular
cuidado con el embarazo, la esterilidad, la propensión al acto venéreo, á los
partos y abortos, la lactancia y al estado del flujo menstruo. P o r lo que respecta
á este último, jamás se olvidará p r e g u n t a r , si viene á épocas muy aproximadas
ó distantes, cuánto tiempo d u r a , si la sangre huye sin interrupción ó solamente
por intervalos, cuál es la cantidad de flujo, si la sangre es de color subido, si
antes ó despues de este se presenta la leucorrea; pero se cuidará sobre todo
de averiguar cuál es el estado físico y moral, qué sensaciones y qué dolores se
manifiestan antes, durante ó despues de las reglas; si la mujer es atacada de flujo
blanco, de qué naturaleza es, q u é sensaciones le acompañan, en fin, en qué circunstancias y en qué ocasiones ha parecido.
d a d e s son m a s p r o n u n c i a d o s , se asemejan menos á las afecciones a g u d a s , y exigen ser estudiados con m a s cuidado si se
quiere q u e el tratamiento t e n g a feliz éxito. Por una p a r t e los
enfermos se h a n a c o s t u m b r a d o de tal modo á sus l a r g o s s u f r i mientos, que fijan poco ó n a d a la atención en pequeños síntom a s , que m u c h a s veces c a r a c t e r i z a n y a u n deciden la elección
del r e m e d i o , m i r á n d o l o s , por decirlo a s í , como enlazados de
un modo necesario á su estado físico, como f o r m a n d o p a r t e de
la s a l u d , c u y a v e r d a d e r a sensación h a n olvidado despues de
q u i n c e o veinte a ñ o s q u e hace q u e p a d e c e n , y respecto de los
cuales ni a u n i m a g i n a n q u e p u e d a existir la m e n o r conexion entre ellos y la afección principal.
96
P o r otra p a r t e , los mismos enfermos tienen u n h u m o r
de tal modo diferente del que tenían en estado de salud q u e
a l g u n o s , n o t a b l e m e n t e los hipocondriacos y o t r a s p e g o n a s
sensibles é i m p a c i e n t e s , describen sus sufrimientos con colores
demasiado v i v o s , y se sirven de espresiones e x a g e r a d a s p a r a
q u e el médico les s o c o r r a con prontitud ( 1 ) .
9 7 . O t r o s , al c o n t r a r í o , y a por indolencia, va por u n pudor mal e n t e n d i d o , y a en fin p o r u n a especie de a p a c i b i l i d a d ó
de t i m i d e z , g u a r d a n silencio en m u c h o s de sus males no los
indican sino con p a l a b r a s o s c u r a s , ó los señalan como de m u v
poca i m p o r t a n c i a .
• ( 1 ) , E J 5 ¡ P 0 C 0 D d r i a C 0 ' a u n e l «MS ¡"soportable, jamás imagina accidentes é
mcomod.dades que en realidad no sienta. Puede uno asegurarse de esto, comparando los queg.dos del enfermo en épocas diferentes, al paso que el médico no le
-ta nada o al menos no le administra ninguna sustancia medicinal. Unicamente «e
debe rebajar un poco la importada de sus lamentos, ó al menos atribuir la energía de las espresiones de que se sirve, á una escesiva sensibilidad. Bajo este con
c e p t o , la misma exageración que hace del cuadro de sus sufrimientos é un síntoma importante en la serie de aquellos que componen la imagen de la enfermedad
El caso es enteramente diferente en los maniacos, y en los que fingen estar enfermos por malicia ó por otra causa.
8«STOK?9AD K XEH8 INI
SilLIOTKA UHIVERSITtóU
"ALFONSO REYES"
9 8 . Pues si es cierto que se debe tener presente, s o b r e
t o d o , lo que el mismo enfermo diga de sus males y de sus sensaciones, y preferir las espresiones de que se sirve p a r a p i n t a r l a s , p o r q u e las p a l a b r a s casi siempre se modifican p a s a n d o
por la boca de los que le r o d e a n , no lo es menos que en t o d a s
las enfermedades, y especialmente en aquellas q u e tienen u n
carácter crónico, el médico debe estar dotado de una g r a n
circunspección, tacto, conocimiento del corazon h u m a n o , p r u dencia y paciencia, p a r a llegar á formarse una i m a g e n v e r d a dera y completa de la enfermedad y de todos sus detalles.
99* El estudio de las e n f e r m e d a d e s a g u d a s y de las recient e m e n t e d e c l a r a d a s . es en general m a s fácil, p o r q u e el e n f e r mo y los q u e le rodean observan m u y bien la diferencia e n t r e
el estado actual y la salud q u e h a c e poco se h a p e r d i d o , c u y a
i m á g e n conservan todavía reciente en la m e m o r i a . El médico
en este caso debe igualmente saberlo todo, pero no necesita
anticiparse á los indicios, que la m a y o r p a r t e se presentan por
sí mismos.
1 0 0 . Por lo que toca á la investigación del conjunto de
síntomas de enfermedades epidémicas y esporádicas, es m u y
indiferente que haya ó no existido y a en el m u n d o , una a f e c ción semejante bajo tal ó cual n o m b r e . La novedad ó el c a r á c ter de especialidad de u n a afección de este g é n e r o , no induce
n i n g u n a diferencia, ni en el modo de estudiarla, ni en el de
t r a t a r l a . E n efecto, si se quiere ser v e r d a d e r o médico, debe
m i r a r s e siempre la imágen p u r a de cada enfermedad q u e domina a c t u a l m e n t e , como u n a cosa n u e v a y desconocida, estudiarla á fondo en sí m i s m a , es decir, no atender j a m á s á la hipótesis en l u g a r de la observación, ni tampoco m i r a r u n caso
d a d o de enfermedad como conocido, ya en su totalidad, y a solam e n t e en p a r t e , sino despues de h a b e r profundizado con cuidado todo lo que ella manifieste. Esta conducta es tanto mas
163
U
m
m m m , ^
necesaria en este caso, cuanto que toda epidemia reinante es
bajo muchos aspectos, un fenómeno de especie particular que
cuando se examina con atención, se vé diferir mucho d¿ las
otras epidemias antiguas á las que se habia dado inmotivadamente el mismo n o m b r e . Preciso e s , sin e m b a r g o , esceptuar
las epidemias que provienen de un miasma siempre semejante á
si m i s m o , como la v i r u e l a , el s a r a m p i ó n , etc.
1 0 1 . Puede suceder q u e el médico q u e t r a t a por primera
vez a un h o m b r e afectado de enfermedad epidémica no e n cuentre inmediatamente la imágen perfecta de la afección
puesto que solo despues de h a b e r observado muchos casos e¿
cuando se llega á conocer bien la totalidad de los síntomas v
los signos de estas enfermedades colectivas. Sin e m b a r g o un
medico ejercitado, podrá muchas veces, desde el primero ó s e gundo e n f e r m o , a p r o x i m a r s e de tal modo al verdadero estado
de la e n f e r m e d a d , que conciba una imágen característica de
ella, y q u e posea aun los medios de determinar el remedio h o meopático á que se debe r e c u r r i r p a r a combatir la epidemia.
1 0 2 . Si se tiene cuidado de escribir los síntomas o b s e r v a dos en m u c h o s casos d e esta especie, el cuadro que se ha t r a zado de la enfermedad vá siempre perfeccionándose. No será
ni m a s e s t e n s o , ni m a s v e r b o s o , sino mas e x a c t o , mas c a r a c terístico, y a b r a z a r á mejor las particularidades de la e n f e r m e dad colectiva. Por una p a r t e , los síntomas generales ( p o r
e j e m p l o , falta de apetito, pérdida del sueño, e t c . ) adquieren
un g r a d o m a y o r de precisión; por o t r a , los síntomas que mas
s o b r e s a l e n , especiales, r a r o s , aun en la epidemia, v propios
tan solo de un corto n ú m e r o de afecciones, se dan á ¿ o m o r e n der y f o r m a n el c a r á c t e r de la enfermedad (1). Todas las per(1) Entonces es cuando el estudio de los casos subsiguientes de mostrar al
medico q u e , con el auxilio de los primeros, ha encontrado ya un remedio apro-
sanas a t a c a d a s de epidemia tienen c i e r t a m e n t e una e n f e r m e d a d
del mismo o r i g e n , y p o r consiguiente i g u a l ; pero la estension
toda entera de u n a afección de este g é n e r o y la totalidad de sus
s í n t o m a s , cuyo conocimiento es necesario p a r a f o r m a r s e u n a
i m á g e n completa del e s t a d o m o r b o s o , y elegir según esto el
remedio homeopático q u e m a s c o n v e n g a con el conjunto de a c cidentes , no pueden o b s e r v a r s e en u n solo e n f e r m o : p a r a conseguirlo , es m e n e s t e r d e d u c i r l o s por abstracción del c u a d r o de
padecimientos de m u c h o s e n f e r m o s dotados de una constitución
diferente.
1 0 3 . Este método, q u e es indispensable seguir en l a s e n fermedades epidémicas, a g u d a s la m a y o r p a r t e , he debido
aplicarlo t a m b i é n , de u n m o d o m a s r i g u r o s o de lo que hasta
a h o r a se h a b i a h e c h o , á l a s e n f e r m e d a d e s crónicas p r o d u c i d a s
por u n m i a s m a , q u e en el fondo s i e m p r e es semejante á sí mism o , y p a r t i c u l a r m e n t e á l a p s o r a . E s t a s afecciones r e c l a m a n
en efecto que se estudie el conjunto de s u s s í n t o m a s , p o r q u e
cada enfermedad no p r e s e n t a sino a l g u n o s , no o f r e c e , por d e cirlo a s í , m a s que una p o r c i o n de fenómenos m o r b o s o s , cuya
coleccion entera forma el c u a d r o completo de la enfermedad
considerada en su c o n j u n t o . Solo o b s e r v a n d o u n g r a n n ú m e r o
de personas afectadas de e s t a s especies de afecciones, es como
uno p u e d e e n t e r a r s e de l a totalidad de los síntomas que p e r t e necen á cada m i a s m a c r ó n i c o , al de la p s o r a en p a r t i c u l a r ,
condicion indispensable p a r a llegar al conocimiento de los m e dicamentos que siendo a p r o p i a d o s p a r a c u r a r h o m e o p á t i c a m e n t e
la caquexia entera , son al mismo tiempo los v e r d a d e r o s r e m e dios de todos los males crónicos individuales, de que ella es
el origen.
rimadamente homeopático, si la elección fué b u e n a , ó si debe recurrir á un medio mas apropiado aun.
1 0 4 . Una vez escrita la i m á g e n de la e n f e r m e d a d , ó en
otros t é r m i n o s , la totalidad de los síntomas que caracterizan el
caso presente (1), está hecho lo m a s difícil. El médico d e b e despues t e n e r s i e m p r e á la vista esta i m á g e n , que sirve de base al
t r a t a m i e n t o , s o b r e todo en las e n f e r m e d a d e s crónicas. Puede
considerarla en todas sus p a r t e s y h a c e r sobresalir los signos
c a r a c t e r í s t i c o s , á fin de oponer á estos s í n t o m a s , es decir, á
la e n f e r m e d a d m i s m a , u n remedio e x a c t a m e n t e homeopático
cuya elección h a y a sido determinada por la n a t u r a l e z a de l o ¡
accidentes morbosos que él mismo ocasiona en su acción p u r a .
Durante el curso de este tratamiento, es menester o b s e r v a r los
efectos del remedio y los cambios sobrevenidos en el estado del
e n f e r m o , p a r a b o r r a r del cuadro primitivo de síntomas los que
y a no existen en totalidad, a n o t a r los que no han desaparecido
mas que en parte, y a ñ a d i r todo cuanto h a y a podido s o b r e v e n i r .
(1) Los médicos de la escuela antigua están muv atrasados en este punto No
solo se entregan á u n a investigación rigurosa de todas las circunstancias de la
enfermedad, smo que con frecuencia interrumpen al enfermo en la relación detallada que quiere hacer de sus sufrimientos, para apresurarse á escribir una receta
compuesta de ingredientes, cuyo verdadero efecto no conocen. Ningún médico
alópata se mforma con precisión de todas las particularidades de la enfermedad
que tiene a la vista, y mucho menos ninguno de ellos ha pensado ponerlas por
escrito. Cuando vuelve á ver al enfermo al cabo de muchos dias, ha olvidado en
gran parte ó del todo las lijeras nociones que le habian dado, v que han borrado
de su memoria las visitas multiplicadas que ha hecho á otras personas. Todo ha
entrado por un oido y salido por el otro. En su nueva visita, se reduce igualmente a algunas cuestiones generales, aparenta que toma el pulso, mira la leng u a , y al momento, sin motivo racional, escribe otra receta, ó hace continuarla
antigua. Despues, despidiéndose con aseo, corre á ver los otros cincuenta ó sesenta desgraciados entre los cuales tiene que dividir la mañana, sin que su inteligencia se fatigue por el menor esfuerzo. Hé aquí como lo que hay de mas serio
en el mundo, el exámen concienzudo de cada enfermo y el tratamiento fundado en esta esploracion, es tratado por hombres que se llaman médicos, que
pretenden ejercer una medicina racional. El resultado es casi generalmente malo,
como es regular, y sin embargo, los enfermos se ven obligados á dirigirse á e s t o ¡
hombres, ya porque no hay otros mejores, ya por seguir la costumbre.
1 0 5 . El segundo punto del d e b e r del v e r d a d e r o médico e s
el e x a m i n a r los instrumentos destinados á la curación de l a s
e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s , estudiar la potencia morbífica de los
m e d i c a m e n t o s , p a r a que c u a n d o se trate de c u r a r , p u e d a e n contrar uno, cuya serie de síntomas constituya u n a e n f e r m e d a d
facticia, t a n semejante como sea posible al conjunto de los principales síntomas de la e n f e r m e d a d n a t u r a l que se quiere h a c e r
desaparecer.
1 0 6 . Se necesita conocer en toda su estension la potencia
morbífica de los medicamentos. E n otros t é r m i n o s , es preciso
que todos los síntomas y cambios que son susceptibles de s o brevenir por la acción de cada uno de ellos en la e c o n o m í a , h a y a n sido o b s e r v a d o s , todo lo posible, antes de poder uno e n t r e g a r s e á la esperanza de e n c o n t r a r e n t r e ellos remedios h o meopáticos contra la m a y o r p a r t e de las e n f e r m e d a d e s n a turales.
1 0 7 . Si para conseguir este objeto no se administrasen
los medicamentos m a s q u e á p e r s o n a s e n f e r m a s , a u n c u a n d o
se prescribiesen simples y uno p o r u n o , se vería m u y poco ó
nada de sus efectos p u r o s , p o r q u e mezclándose los síntomas de
la enfermedad natural y a existente con los que producen los
agentes medicinales, sería m u y r a r o q u e se p u d i e r a n apercibir
estos últimos de u n modo bien claro.
1 0 8 . No h a y , p u e s , medio m a s s e g u r o y m a s n a t u r a l , par a encontrar infaliblemente los efectos propios de los m e d i c a mentos en el h o m b r e , q u e ensayarlos s e p a r a d a m e n t e los u n o s
de los otros y á dosis m o d e r a d a s , en personas s a n a s , y n o t a r
los cambios que de ello r e s u l t a n en lo físico y en lo m o r a l , es
d e c i r , los elementos de e n f e r m e d a d que estas sustancias son
capaces de producir ( 1 ) ; p o r q u e como h e m o s visto y a (§. 2 4 ,
(1)
Ningún médico, que yo s e p a , á escepcion del grande é inmortal Haller,
2 7 ) , toda la virtud c u r a t i v a de los medicamentos está fundada
únicamente en el poder que tienen de modificar el estado del
H o m b r e , y p r o c e d e de la o b s e m c i o n de los efectos q u e r e s u l tan del ejercicio de esta f a c u l t a d .
1 0 9 . He sido el p r i m e r o que he seguido este camino con
una p e r s e v e r a n c i a que no podía n a c e r y sostenerse (1) sino de
la intima convicción de esta g r a n v e r d a d , tan preciosa p a r a
el g é n e r o h u m a n o , q u e la administración homeopática de los
medicamentos es el solo método cierto de c u r a r las e n f e r m e dades ( 2 ) .
ha sospechado, en el curso de veinte y cinco siglos, este método tan natural, tan
absolutamente necesario, y tan únicamente v e r d a d e r o , de observar los efeclos
puros y propios de cada medicamento, para de aquí deducir cuáles son las enermedades q u e podría c u r a r . Solo H a l l e r , antes que yo, ha comprendido la necesidad de seguir esta marcha. (Prefacio de su P h a r m a c o p a * H e l v e t . , Bale 1771
tn fot., p . 1 2 ) : Nempepnmum
incorpore sano medela tentanda est, sine peregrina
mSCella;
odoro( ue
et s
l
«P°re eJ™ exploralis, exigua illius dosis úgerenda et ad
mnesquw inde conlingunt, affecciones, quis pulsus, quis calor, qum respiratio aua
nam excrehones, attendendum. Inde ad ductum phwnomenorum,
in sano obviorum
iranseas ad experimenta in corpore cegroto, etc. P e r o ningún médico se ha aprovéc h e l o de este precioso a v i s o , ni siquiera se ha fijado en él la atención.
(1) H e colocado los primeros frutos de mis t r a b a j o s , tales como podían ser
en un opusculo titulado : Fragmenta de viribus medicamentorum positivis, sive in
sano corpore humano observatis, p. i, „ , Leipzick, 1 8 0 5 , en 8." Otros mas m a d u ros lo han sido en las diversas ediciones d e mi Materia médica pura y en mi Tratado de las enfermedades
crónicas.
(2) N o p u e d e haber otro verdadero medio de curar las enfermedades dinámicas (es decir, no quirúrgicas) que la Homeopatía, del mismo modo que no es p o sible tirar mas que una línea recta entre dos puntos dados. E s menester, pues,
haber profundizado m u y poco el estudio d e la Homeopatía, no haber visto jamás
ningún t r a t a m i e n t o homeopático bien motivado, no haber sabido juzgar hasta qué
punto los métodos alopáticos están destituidos d e fundamento, é ignorar qué consecuencias, las unas malas, las otras aun espantosas, ocasionan, p a r a querer hacer marchar estos detestables métodos á la par con la verdadera medicina, y presentarlos como hermanos necesarios á esta. La Homeopatía p u r a , que nunca falta
á su objeto, que obtiene feliz é x i t o , casi siempre rechaza toda asociación de est e género.
•
1 1 6 . Estudiando l o q u e los a u t o r e s h a n escrito s o b r e los
efectos nocivos d e s u s t a n c i a s medicinales, q u e p o r descuido,
intención criminal, ó d e otro modo, h a b í a n llegado e n g r a n cantidad al estómago d e p e r s o n a s s a n a s , h e visto cierta coincidencia e n t r e estos hechos y l a s o b s e r v a c i o n e s q u e habia recogido
en mí mismo y en o t r o s , c u a n d o hacía e x p e r i m e n t o s con el objeto d e reconocer el m o d o d e o b r a r d e l a s m i s m a s sustancias
en el h o m b r e sano. S e h a n citado como casos d e e n v e n e n a miento y como p r u e b a d e los efectos perniciosos inherentes al
uso d e estos agentes e n é r g i c o s , creyéndose satisfechos con s e ñ a l a r u n peligro. A l g u n o s los a n u n c i a n también p a r a ostentar
la habilidad q u e h a n d e s p l e g a d o , e n c o n t r a n d o medios p a r a
restablecer poco á p o c o l a salud d e los q u e la h a b í a n perdido
de u n modo t a n v i o l e n t o . M u c h o s , e n ñ n , p a r a d e s c a r g a r su
conciencia d e l a m u e r t e d e los e n f e r m o s , a l e g a n l a malignidad
de estas sustancias, q u e entonces l l a m a n v e n e n o s . Ninguno h a
sospechado siquiera, q u e los síntomas en los q u e solo querían
v e r p r u e b a s d e la a c c i ó n tóxica d e los c u e r p o s capaces d e p r o ducirlos, e r a n indicios ciertos q u e r e v e l a b a n l a e x i s t e n c i a , e n
estos mismos c u e r p o s , d e la facultad d e e x t i n g u i r , á título d e
remedio , los s í n t o m a s s e m e j a n t e s d e e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s .
Nadie h a pensado q u e l o s m a l e s q u e estilan son el anuncio d e
su homeopaticidad s a l u d a b l e . N a d i e h a c o m p r e n d i d o q u e la o b servación de los c a m b i o s á que d a n l u g a r los medicamentos e n
los sugetos sanos, s e a el único medio d e reconocer l a s virtudes
curativas d e que e s t á n d o t a d o s , p o r q u e n o se p u e d e llegar á
este r e s u l t a d o , ni p o r r a z o n a m i e n t o s á priori, ni p o r el olor,
el s a b o r ó el aspecto d e l a s sustancias medicinales, ni p o r el
análisis químico, ni p o r la administración á los e n f e r m o s d e
recetas en l a s q u e s e asocian u n m a y o r ó m e n o r n ú m e r o d e
d r o g a s . N a d i e , en fin, h a presentido q u e estas relaciones d e
enfermedades m e d i c i n a l e s suministrarían u n día los elementos
•'»uorfCA
*
IRJ
unimsimt
de una v e r d a d e r a y p u r a materia médica , ciencia q u e d e . d e
su origen hasta el dia, no ha consistido m a s que en u n c ú m u l o
de c o n g e l a r a s y d e ficciones, ó q u e , en otros t é r m i n o s , no h a
tenido todavía u n a existencia real ( 1 ) .
1 1 1 . La conformidad d e mis observaciones s o b r e los e f e c tos p u r o s d e los m e d i c a m e n t o s con estas a n t i g u a s a d v e r t e n c i a s
hechas con intenciones m u y d i f e r e n t e s , y a u n la d e estos ú l t i mos tiempos con otras del mismo g é n e r o q u e se e n c u e n t r a n
e s p a r c i d a s e n los escritos d e diversos a u t o r e s , nos convencen
fácilmente q u e l a s sustancias medicinales, d a n d o origen á u n
cambio morboso en el h o m b r e s a n o , siguen l a s leves n a t u r a l e s
positivas y e t e r n a s , y q u e en virtud d e estas l e v e s , p r o d u c e n
cada una, e n razón d e su individualidad, cierto^ síntomas m o r bosos q u e j a m á s dejan d e escitar.
112
En l a s descripciones que los a u t o r e s antiguos nos han
dejado d e l a s consecuencias f r e c u e n t e m e n t e f u n e s t a s q u e a c a r r e a n los medicamentos tomados á dosis t a n e x a g e r a d a s se o b s e r v a n también síntomas que n o se lian mostrado al principio
de estos tristes acontecimientos, sino solamente hacia el fin v
q u e s o n d e n a t u r a l e z a del todo opuesta á los d e l período incipiente. Estos síntomas, contrarios al efecto primitivo (§ 6 3 ) ó
a la acción p r o p i a m e n t e dicha d e los m e d i c a m e n t o s s o b r e 'el
c u e r p o , son debidos á la reacción d e la fuerza vital del o r g a nismo. Constituyen el efecto secundario (§. 6 2 , 6 7 ) del q u e
r a r a s veces se o b s e r v a n señales c u a n d o se e m p l e a n á dosis mod e r a d a s á título d e ensayo , y del que n u n c a ó casi nunca queda vestigio a l g u n o cuando las dosis son débiles, p o r q u e , en l a s
curaciones h o m e o p á t i c a s , la reacción del o r g a n i s m o viviente no
escede d e lo que e s r i g u r o s a m e n t e necesario p a r a r e s t a b l e c e r
el estado n o r m a l d e la salud (§. 6 7 ) .
(1)
Prolegómenos á mi M A T E R I A
MEDICA P L U A ,
t . i.
1 1 3 . L a s sustancias narcóticas son tas ú n i c a s q u e e n esto
se e s c e p t u a n . Gomo en su efecto primitivo extinguen tanto la
sensibilidad y la sensación como la i r r i t a b i l i d a d , sucede con
b a s t a n t e frecuencia , c u a n d o se las e n s a y a en p e r s o n a s s a n a s ,
a u n á dosis m o d e r a d a s , que se o b s e r v a en la reacción u n a exaltación de la sensibilidad y u n a c r e c e n t a m i e n t o de irritabilidad.
1 1 1 . P e r o , á esccpeion de los n a r c ó t i c o s , todos los m e d i c a m e n t o s q u e se e n s a y a n á dosis m o d e r a d a s en sugetos sanos,
solo dejan percibir sus efectos p r i m i t i v o s , es d e c i r , los síntom a s q u e indican modificar el r i t m o h a b i t u a l de la s a l u d , y e s citar un estado m o r b o s o p o r m a s ó m e n o s tiempo.
1 1 5 . E n t r e los efectos primitivos de a l g u n o s m e d i c a m e n t o s , se e n c u e n t r a n m u c h o s ' q u e e s t á n opuestos en p a r t e , ó al
menos bajo ciertos aspectos a c c e s o r i o s , á otros síntomas q u e
a p a r e c e n a n t e s ó d e s p u é s . E s t a circunstancia no b a s t a , sin e m b a r g o , p a r a considerarlos como efectos consecutivos p r o p i a m e n t e d i c h o s , ó como un simple resultado de la reacción de
la fuerza vital. F o r m a n s o l a m e n t e u n a alteración de diversos
p a r a s i s m o s de la acción primitiva , á los cuales d a m o s el nomb r e de afectos a l t e r n a n t e s . v-"/v •'
1 1 6 . Algunos síntomas son p r o d u c i d o s f r e c u e n t e m e n t e por
los medicamentos en u n g r a n n ú m e r o de personas sometidas ai
e n s a y o ; otros se manifiestan r a r a v e z , y a l g u n o s solamente en
ciertos individuos.
1 1 7 . A esta última categoría pertenecen las idiosincrasis.
P o r e s t a s , se entiende u n a s constituciones p a r t i c u l a r e s , que,
a u n q u e s a n a s , tienen u n a tendencia á dejarse poner en u n e s tado m a s ó menos pronunciado de e n f e r m e d a d por ciertas cosas q u e parecen no h a c e r n i n g u n a i m p r e s i ó n , ni producir c a m bios en m u c h a s o t r a s p e r s o n a s (1). Pero esta falta de acción
(1)
El olor de las rosas p r o d u c e desmayos á algunas p e r s o n a s ; otras contraen
s o b r e tal ó cual persona , no es m a s que a p a r e n t e . En efecto
como a producción de cualquier cambio morboso supone en
la sustancia medicinal facultad de o b r a r , y en la fuerza vital
que a n i m a el o r g a n i s m o la aptitud de ser afectada por ella las
alteraciones manifiestas de la salud q u e tienen l u g a r en' las
idiosincrasis, no pueden atribuirse ú n i c a m e n t e á la constitución
p a r icular del sugeto. Se vé uno obligado al mismo tiempo á
atribuirlas a las cosas que las h a n o r i g i n a d o , y en las que
d e b e residir la facultad de ejercer la misma influencia en todos
;Os h o m b r e s e u n e s t a sola diferencia, q u e entre los sugetos q u e
gozan de b u e n a s a l u d , no se e n c u e n t r a m a s q u e u n corto n ú m e r o q u e tenga tendencia á dejarse p o n e r por ella en un e s t a do morboso tan evidente. Lo que p r u e b a q u e estas potencias
impresionan en realidad á todos los h o m b r e s , es que c u r a n
h o m e o p á t i c a m e n t e , en todos los e n f e r m o s , los mismos síntom a s m o r b o s o s q u e aquellos c u y a manifestación parece- que ellas
m i s m a s tan solo p r o d u c e n en las personas de ciertas idiosincrasis ( 1 ) •
1 1 8 . Cada medicamento p r o d u c e efectos p a r t i c u l a r e s en
el c u e r p o del h o m b r e , y n i n g u n a otra sustancia medicinal
p u e d e dar origen á otros q u e sean e x a c t a m e n t e semejantes (2).
1 1 9 . De la misma m a n e r a que cada especie de p l a n t a d i e n f e r m e d a d e s , á veces alarmantes, despnes de haber comido almejas, cangrejos
ó huevos de b a r b o , ó despues de haber tocado las hojas de ciertos zumaque,, etc
(1) Asi es como la princesa María P o r p h y r o g é n é t e , en presencia de su tía
Ludoxia h a c a volver en s í , r o d á n d o l e con agua de rosas, á su hermano el emp e r a d o r Alexis, q u e padecía frecuentemente síncopes. (Ilisl. hjz. Alexias, lib 1 3
p . 5 U á , ed P o s s e r ) . Horstius ( O p p . ,„. p. 3 9 . ) ha encontrado muy eficaz en el
s i n c o p e , el vinagre rosado.
(2) E s t a v e r d a d habia sido reconocida también P o r Haller (prefacio d e su
tus. slvp Helv.J Latet inmensa virium diversitas in üt ipsis plantis,
quarumfacies
externas dudum novimus, animus quasi el quodeumque ecelestius habenl, nondum
peí speximus.
fiere d e todas las d e m á s en su c o n f i g u r a c i ó n , su modo propio
de v e g e t a r y c r e c e r , su sabor y s u o l o r ; de la misma m a n e r a
q u e cada mineral difiere de los o t r o s r e s p e c t o á sus c u a l i d a d e s
esteriores y sus propiedades q u í m i c a s , circunstancia q u e por
si sola h u b i e r a debido ser b a s t a n t e p a r a evitar toda confusion,
así también todos estos cuerpos difieren entre sí r e s p e c t o á sus
efectos m o r b í f e r o s , y por consiguiente á sus efectos c u r a t i vos ( 1 ) . Cada sustancia ejerce en la salud del h o m b r e u n a i n fluencia particular y d e t e r m i n a d a , q u e n o p e r m i t e se la c o n f u n d a con n i n g u n a otra (2).
1 2 0 . E s menester , p u e s , d i s t i n g u i r bien los m e d i c a m e n tos unos de o t r o s , puesto q u e de ellos d e p e n d e n la vida y la
m u e r t e , la enfermedad y la salud d e los h o m b r e s . P a r a esto, es
necesario h a c e r con c u i d a d o e x p e r i m e n t o s p u r o s , teniendo p o r
objeto el manifestar las f a c u l t a d e s que les p e r t e n e c e n y los
v e r d a d e r o s efectos q u e p r o d u c e n e n las p e r s o n a s s a n a s . Procediendo. a s í , se a p r e n d e á c o n o c e r l o s bien y á evitar toda e q u i vocación al aplicarlos al t r a t a m i e n t o de l a s e n f e r m e d a d e s , por(1) El que sabe que la acción de cada sustancia en el hombre se diferencia d e
la de todas las demás, y aprecia la importancia de este hecho, comprende sin dificultad, q u e , médicamente hablando, no p u e d e haber sucedáneos, es d e c i r , medicamentos equivalentes 6 capaces de reemplazarse mutuamente. Solo el que n o
conoce ios efectos puros y positivos de las sustancias medicinales, es el que p u e d e
ser bastante insensato para hacernos c r e e r , que un remedio puede reemplazar á
o t r o , y produciré! mismo efecto saludable e n un caso dado de enfermedad. Así
es como los niños, en su simpleza, c o n f u n d e n las cosas mas esencialmente diferentes , porque apenas las conocen mas q u e p o r su esterior y no tienen l a menor
idea de sus propiedades íntimas, ni d e su v e r d a d e r o valor intrínseco.
(2) Si esta es exactamente la verdad, c o m o no hay d a d a , ua médico deseoso
d e pasar por hombre r a z o n a b l e y detener t r a n q u i l a su conciencia, no puede prescribir en lo sucesivo mas medicamentos que aquellos cuyo verdadero valor conozca perfectamente, es decir, euvá acción baya-estudiado en hombres sanos, cou
bastante cuidado, para estar persuadido q u e tal ó cuál de entre ellos es el que
puede producir un estado morboso mas a n á l o g o á la enfermedad natural que se
trata de curar; porque, como hemos visto y a , ni el hombre, ni la n a t u r a l e z a p r o -
que no h a y m a s que u n remedio bien elegido que p u e d a d a r al
e n f e r m o , de un modo p r o n t o y d u r a d e r o , el m a y o r de los b i e nes de la t i e r r a , la salud del c u e r p o y la tranquilidad del a l m a .
1 2 1 . Cuando se estudian los efectos de los medicamentos
en el h o m b r e s a n o , no se d e b e p e r d e r de vista que basta a d • ministrar las sustancias l l a m a d a s heróicas á dosis poco e l e v a das, p a r a que p r o d u z c a n cambios a u n en la salud de las personas
r o b u s t a s . Los medicamentos de n a t u r a l e z a menos f u e r t e , deben
a d m i n i s t r a r s e á dosis m a s e l e v a d a s , si se quiere t a m b i é n e x p e r i m e n t a r su acción. En fin, c u a n d o se trata de conocer la de las
sustancias m a s d é b i l e s , no se pueden elegir p a r a s u j e t a r s e á la
experiencia, sino p e r s o n a s que a d e m á s de estar exentas de enferm e d a d , t e n g a n una constitución d e l i c a d a , irritable y sensible.
1 2 2 . E n las experiencias de este g é n e r o , de las que d e p e n d e la certeza del a r t e de c u r a r y la conservación de todas
las generaciones v e n i d e r a s , solo se e m p l e a r á n medicamentos
q u e se conozcan bien, y respecto de los q u e se tenga la c o n vicción de que están p u r o s , q u e no son falsificados y que p o seen toda su e n e r g í a .
curan jamás una curación completa, pronta y d u r a d e r a , de otro modo sino con
el auxilio de un medio homeopático. A s í , pues," ningún médico puede evitar en
adelante entregarse á estas indagaciones, sin las cuales tampoco podria adquirir
respecto a los med.camentos, los conocimientos indispensables al ejercicio de s J
profesion, que han sido descuidados hasta el dia. La posterioridad creerá difícilmente que hasta ahora los prácticos se hayan limitado á administrar á ciegas, en
las enfermedades, remedios c u y o valor ignoraban, y cuyos efectos puros y dinámicos jamás se habian estudiado en el hombre sano; que hayan tenido la costumbre de asociar muchas de estas sustancias desconocidas, cuva acción es tan diversificada , y que hayan abandonado despues al azar el cuidado de arreglar todo fo
que de esto podía resultar al enfermo. Así es como un insensato entraben el taller
de un artista, y coge con ambas manos todas las herramientas que se le presentáis
a Ja vista, y se figura qne con su auxilio podrá concluir una obra que vé bosquejada. ¿Quién duda que la echará á perder por su ridículo modo de trabajar v
también que acaso la mutilará irreparablemente?
1 2 3 . Cada uno de estos medicamentos d e b e t o m a r s e b a j o
a forma simple y exenta de todo artificio. P o r lo que toca á
las plantas i n d í g e n a s , se e s p r i m e su j u g o , q u e se mezcla con
un poco de alcohol p a r a impedir q u e se c o r r o m p a . Respecto á
los vegetales exóticos, se los p u l v e r i z a , ó bien se p r e p a r a con
ellos una tintura alcohólica, q u e se mezcla con cierta cantidad
de a g u a , antes de a d m i n i s t r a r l a . P o r ú l t i m o , las sales y las
gomas no d e b e n disolverse en a g u a hasta el m o m e n t o mismo
en que se v a n á t o m a r . Si no se p u e d e p r o p o r c i o n a r la p l a n t a
m a s que en el estado s e c o , y tiene al mismo tiempo virtudes
poco enérgicas, se la e n s a y a b a j o la forma de infusión, es d e cir , que d e s p u e s de h a b e r l a hecho pedazos m e n u d o s , se vierte
sobre ella a g u a hirviendo, en la q u e se deja por a l g ú n tiempo;
la infusión d e b e b e b e r s e i n m e d i a t a m e n t e despues de su p r e p a ración y m i e n t r a s está caliente; p o r q u e todos los jugos de plantas
y todas las infusiones v e g e t a l e s , á las q u e no se a ñ a d e alcohol,
pasan r á p i d a m e n t e á la f e r m e n t a c i ó n , á la corrupción, y p i e r den asi su virtud m e d i c i n a l .
124. Cada sustancia medicinal q u e se somete á e n s a y o s de
este género , d e b e e m p l e a r s e sola y p e r f e c t a m e n t e p u r a . Es
preciso g u a r d a r s e bien de asociar á ella n i n g u n a sustancia e s t r a ñ a , y de t o m a r n i n g ú n m e d i c a m e n t o , y a el mismo dia , ya
menos todavía en los s i g u i e n t e s , si es q u e se quiere o b s e r v a r
los efectos que es c a p a z de p r o d u c i r .
125. El r é g i m e n h a de ser m u y m o d e r a d o m i e n t r a s d u r a
la experiencia. Es preciso a b s t e n e r s e todo lo posible de e s p e cias, y contentarse con alimentos simples, que solo sean n u t r i tivos. evitando con cuidado las l e g u m b r e s v e r d e s ( 1 ) , l a s r a i ces, las e n s a l a d a s y las sopas de y e r b a s , alimentos q u e , á
enn^rvL198 Prepara1CÍ00eS*Culinarias ^ e x p e r i m e n t a d o ,
c o n s e r v a n siempre a l g ú n poco de energía medicinal, que t u r b a r í a la acción del m e d i c a m e n t o . La bebida será la misma que
se usa d i a r i a m e n t e , p r o c u r a n d o tan solo q u e sea todo lo m e n o s
e s t i m u l a n t e posible (1).
eumenos
1 2 6 . La persona sujeta á la experimentación d e b e evitar
m i e n t r a s ella d u r e , el e n t r e g a r s e á t r a b a j o s penosos de c u e r p o
y de e s p í r i t u , a escesos y á pasiones d e s o r d e n a d a s . Es m e n e s ter q u e n i n g ú n negocio u r g e n t e le impida el o b s e r v a r con c u i d a d o , q u e por sí mismo p o n g a una atención escrupulosa en
todo c u a n t o suceda en su i n t e r i o r , sin que n a d a le distraiga en
fin, q u e una á la salud del c u e r p o el g r a d o de inteligencia n e cesario p a r a poder designar y describir c l a r a m e n t e las s e n s a ciones q u e e x p e r i m e n t a .
1 2 7 . Los medicamentos deben ser e x p e r i m e n t a d o s tanto en
n o m b r e s como en m u j e r e s , p a r a evidenciar todos los cambios
relativos al sexo q u e son a p t o s á p r o d u c i r .
1 2 8 . L a s observaciones m a s recientes h a n d e m o s t r a d o que
as sustancias medicinales no m a n i f i e s t a n , ni con m u c h o , la
totalidad de las f u e r z a s o c u l t a s , c u a n d o se t o m a n en estado
g r o s e r o , o tales como la n a t u r a l e z a nos las p r e s e n t a . No d e s a r r o l l a n c o m p l e t a m e n t e sus virtudes sino d e s p u e s de h a b e r
sido llevadas á u n alto g r a d o de dilución por medio de la t r i turación y de la s u c c u s i o n , modo m u y sencillo de manipular
que desarrolla á u n g r a d o increíble y pone en plena acción sus
f u e r z a s ocultas hasta entonces, y hasta cierto p u n t o s u m i d a s
en el s u e n o . Está reconocido en el d i a , que el mejor modo de
e n s a y a r u n a s u s t a n c i a , a u n q u e sea r e p u t a d a por d é b i l , consistí (1)
a
(1) Se puede permitir el uso de guisantes, de las judias verdes y aun de las
zanahorias, por ser legumbres verdes que tienen menos virtudes medicinales.
La persona que se somete á las experiencias no debe estar acostumbrada
so de v.no puro
t
P
del aguardiente, del c a í e ó del té, ó al menos ha de hacer
q U e ha abandonado
U l £ 'r °,
^ t a s bebidas nocivas, de las cuales las unas
son escitantes v las otras medicinales.
te en t o m a r d u r a n t e m u c h o s días s e g u i d o s , c u a t r o ó seis g l ó bulos e m p a p a d o s en su trigésima dilución, q u e se disuelven con
un poco de a g u a y se t o m a n en a y u n a s .
1 2 9 . Si esta dosis p r o d u c e m u y débiles e f e c t o s , se p u e d e ,
p a r a hacerlos m a s p r o n u n c i a d o s y m a s sensibles, a u m e n t a r
cada dia a l g u n o s g l ó b u l o s h a s t a que el c a m b i o sea apreciableporque un medicamento no afecta á todos los s u g e t o s con la
misma f u e r z a , en cuyo p u n t o reina u n a g r a n d i v e r s i d a d . Se vé
a l g u n a s veces que u n a p e r s o n a , q u e p a r e c e d e l i c a d a , a p e n a s
se afecta por u n m e d i c a m e n t o q u e se conoce por m u y e n é r g i co , y que se le habia a d m i n i s t r a d o á dosis m o d e r a d a s , mientras
q u e lo es m u y f u e r t e m e n t e p o r o t r a s sustancias m u c h o m a s débiles. Asimismo, h a y p e r s o n a s m u y r o b u s t a s q u e e x p e r i m e n t a n síntomas morbosos, c o n s i d e r a b l e s por p a r t e de a g e n t e s medicinales, s u a v e s en la a p a r i e n c i a , y que p o r el contrario sienten
poco los efectos de otros m e d i c a m e n t o s m a s f u e r t e s . P e r o , como
j a m á s se sabe a n t i c i p a d a m e n t e cuál de estos dos casos t e n d r á l u g a r , es m u y del caso que se empiece por una dosis p e q u e ñ a , y que
despues se a u m e n t e de dia en dia, si es q u e se j u z g a necesario.
1 3 0 . Si desde el p r i n c i p i o , y p o r p r i m e r a v e z , se h a dado
u n a dosis demasiado f u e r t e , resulta u n a v e n t a j a , y e s , q u e la
p e r s o n a que se somete á la e x p e r i m e n t a c i ó n , a p r e n d e cuál es el
ó r d e n con que se s u c e d e n los s í n t o m a s , y p u e d e a n o t a r con
exactitud el momento en q u e cada u n o a p a r e c e ; cosa m u y i m p o r t a n t e p a r a el conocimiento del c a r á c t e r de los medicamentos,
p o r q u e el órden de los e f e c t o s primitivos y el de los efectos a l ternantes se manifiesta d e l modo m e n o s e q u í v o c o . Así también
u n a débil dosis b a s t a m u c h a s v e c e s , c u a n d o el s u g e t o en quien
se hace la experiencia está dotado de u n a g r a n sensibilidad , y
c u a n d o se o b s e r v a con m u c h a atención. La d u r a c i ó n de la a c ción de un medicamento solo se p u e d e s a b e r c o m p a r a n d o entre
sí los resultados de m u c h a s experiencias.
1 3 1 . Cuando p a r a adquirir solamente a l g u n a s nociones se
ve uno precisado á d a r por espacio de muchos dias seguidos
P a s i v a m e n t e m a y o r e s del medicamento á u n a misma
p e r s o n a , se a p r e n d e m u y bien de este modo á conocer los V
versos estados morbosos que por lo g e n e r a l esta sustancia puede p r o d u c i r , pero no se adquiere n i n g ú n indicio acerca de su
sucesión p o r q u e la dosis siguiente c u r a m u c h a s veces uno ú
otro de los síntomas provocados por la p r e c e d e n t e , ó p r o d u c e
en su l u g a r u n estado opuesto. Los síntomas de esta naturaleza
d e b e n ser anotados entre dos paréntesis, como equívocos hasa que nuevas experiencias m a s p u r a s h a y a n decidido si se d e b e
*er en ellos u n a reacción del o r g a n i s m o , ó u n efecto a l t e r n a n t e
del medicamento.
1 3 2 . P e r o cuando el único objeto es i n d a g a r los síntomas
que una sustancia medicinal, débil, s o b r e todo, puede producir
por S 1 m i s m a , sin atender á la sucesión de estos síntomas v á
la duración de la acción del m e d i c a m e n t o , es preferible a u mentar diariamente la dosis por m u c h o s dias seguidos. El efecto
del medicamento todavía desconocido, a u n el mas s u a v e se
manifestará de esta m a n e r a , sobre todo si se le ensaya en una
persona sensible.
133.
Cuando la persona que se somete á la e x p e r i m e n t a ción siente una incomodidad por parte del medicamento es útil
y a u n necesario p a r a la determinación exacta del síntoma que
tome sucesivamente diversas posiciones y observe los cambios
que de ellas resulten. De esta m a n e r a o b s e r v a r á si por los movimientos comunicados á la parte afecta, a n d a n d o en la habitación o al aire libre, manteniéndose en pié, sentada ó echada
el síntoma a u m e n t a , disminuye ó se disipa, y si vuelve ó no
tomando la primera posicion, si cambia bebiendo ó comiendo
h a b l a n d o , tosiendo, estornudando ó cumpliendo cualquiera otra
í u n c o n del c u e r p o . Debe o b s e r v a r igualmente á qué hora del
23
te en t o m a r d u r a n t e m u c h o s días s e g u i d o s , c u a t r o ó seis g l ó bulos e m p a p a d o s en su trigésima dilución, q u e se disuelven con
un poco de a g u a y se t o m a n en a y u n a s .
1 2 9 . Si esta dosis p r o d u c e m u y débiles e f e c t o s , se p u e d e ,
p a r a hacerlos m a s p r o n u n c i a d o s y m a s sensibles, a u m e n t a r
cada dia a l g u n o s g l ó b u l o s h a s t a que el c a m b i o sea apreciableporque un medicamento no afecta á todos los s u g e t o s con la
misma f u e r z a , en cuyo p u n t o reina u n a g r a n d i v e r s i d a d . Se vé
a l g u n a s veces que u n a p e r s o n a , q u e p a r e c e d e l i c a d a , a p e n a s
se afecta por u n m e d i c a m e n t o q u e se conoce por m u y e n é r g i co , y que se le habia a d m i n i s t r a d o á dosis m o d e r a d a s , mientras
q u e lo es m u y f u e r t e m e n t e p o r o t r a s sustancias m u c h o m a s débiles. Asimismo, h a y p e r s o n a s m u y r o b u s t a s q u e e x p e r i m e n t a n síntomas morbosos, c o n s i d e r a b l e s por p a r t e de a g e n t e s medicinales, s u a v e s en la a p a r i e n c i a , y que p o r el contrario sienten
poco los efectos de otros m e d i c a m e n t o s m a s f u e r t e s . P e r o , como
j a m á s se sabe a n t i c i p a d a m e n t e cuál de estos dos casos t e n d r á l u g a r , es m u y del caso que se empiece por una dosis p e q u e ñ a , y que
despues se a u m e n t e de dia en dia, si es q u e se j u z g a necesario.
1 3 0 . Si desde el p r i n c i p i o , y p o r p r i m e r a v e z , se h a dado
u n a dosis demasiado f u e r t e , resulta u n a v e n t a j a , y e s , q u e la
p e r s o n a que se somete á la e x p e r i m e n t a c i ó n , a p r e n d e cuál es el
ó r d e n con que se s u c e d e n los s í n t o m a s , y p u e d e a n o t a r con
exactitud el momento en q u e cada u n o a p a r e c e ; cosa m u y i m p o r t a n t e p a r a el conocimiento del c a r á c t e r de los medicamentos,
p o r q u e el órden de los e f e c t o s primitivos y el de los efectos a l ternantes se manifiesta d e l modo m e n o s e q u í v o c o . Así también
u n a débil dosis b a s t a m u c h a s v e c e s , c u a n d o el s u g e t o en quien
se hace la experiencia está dotado de u n a g r a n sensibilidad , y
c u a n d o se o b s e r v a con m u c h a atención. La d u r a c i ó n de la a c ción de un medicamento solo se p u e d e s a b e r c o m p a r a n d o entre
sí los resultados de m u c h a s experiencias.
1 3 1 . Cuando p a r a adquirir solamente a l g u n a s nociones se
ve uno precisado á d a r por espacio de muchos dias seguidos
P a s i v a m e n t e m a y o r e s del medicamento á u n a misma
p e r s o n a , se a p r e n d e m u y bien de este modo á conocer los V
versos estados morbosos que por lo g e n e r a l esta sustancia puede p r o d u c i r , pero no se adquiere n i n g ú n indicio acerca de su
sucesión p o r q u e la dosis siguiente c u r a m u c h a s veces uno ú
otro de los síntomas provocados por la p r e c e d e n t e , ó p r o d u c e
en su l u g a r u n estado opuesto. Los síntomas de esta naturaleza
d e b e n ser anotados entre dos paréntesis, como equívocos hasa que nuevas experiencias m a s p u r a s h a y a n decidido si se d e b e
*er en ellos u n a reacción del o r g a n i s m o , ó u n efecto a l t e r n a n t e
del medicamento.
1 3 2 . P e r o cuando el único objeto es i n d a g a r los síntomas
que una sustancia medicinal, débil, s o b r e todo, puede producir
por S 1 m i s m a , sin atender á la sucesión de estos síntomas v á
la duración de la acción del m e d i c a m e n t o , es preferible a u mentar diariamente la dosis por m u c h o s dias seguidos. El efecto
del medicamento todavía desconocido, a u n el mas s u a v e se
manifestará de esta m a n e r a , sobre todo si se le ensaya en una
persona sensible.
133.
Cuando la persona que se somete á la e x p e r i m e n t a ción siente una incomodidad por parte del medicamento es útil
y a u n necesario p a r a la determinación exacta del síntoma que
tome sucesivamente diversas posiciones y observe los cambios
que de ellas resulten. De esta m a n e r a o b s e r v a r á si por los movimientos comunicados á la parte afecta, a n d a n d o en la habitación o al aire libre, manteniéndose en pié, sentada ó echada
el síntoma a u m e n t a , disminuye ó se disipa, y si vuelve ó no
tomando la primera posicion, si cambia bebiendo ó comiendo
h a b l a n d o , tosiendo, estornudando ó cumpliendo cualquiera otra
í u n c o n del c u e r p o . Debe o b s e r v a r igualmente á qué hora del
23
dia ó de la noehe se manifiesta de preferencia. Todas estas particularidades d e s c u b r e n lo que h a y de peculiar y caracterísco
en cada síntoma.
1 3 4 . Todas l a s potencias esteriores, y principalmente los
medicamentos, tienen la propiedad de producir-, en el estado
del organismo viviente, cambios p a r t i c u l a r e s que v a r í a n p a r a
cada una de ellas. Pero los síntomas propios de u n a sustancia
medicinal c u a l q u i e r a , no se manifiestan en la misma persona,
ni simultáneamente, ni en el curso de u n a misma experiencia;
por el c o n t r a r i o , se vé á u n a misma persona sentir de p r e f e r e n cia v a e s t e , y a a q u e l , en u n a segunda ó t e r c e r a experiencia,
de manera que en la c u a r t a , o c t a v a , d é c i m a , e t c . , quizás r e a parecerán m u c h o s de los síntomas q u e se manifestaron y a en la
segunda, s e s t a , n o v e n a , etc. Los síntomas tampoco se p r e s e n tan á t a s mismas h o r a s .
1 3 5 . Solo por medio de observaciones multiplicadas, en un
gran n ú m e r o de individuos de a m b o s sexos, convenientemente
elegidos y tomados de todas constituciones, es como se llega á
conocer de u n modo casi completo el conjunto de todos los e l e mentos morbosos que u n medicamento tiene el poder de p r o ducir. Unicamente se tiene la certeza de estar al corriente
de los síntomas que u n a g e n t e medicinal p u e d e p r o d u c i r , e s
decir, de las facultades p u r a s que posee p a r a modificar y a l t e rar la salud del h o m b r e , cuando las p e r s o n a s que h a c e n u n
segundo ensayo observen pocos accidentes nuevos, y casi s i e m pre los mismos síntomas que habían observado otras antes que
ellas.
1 3 6 . ' Aunque u n medicamento sometido á la experiencia
en u n h o m b r e sano no p u e d a , como a c a b o de decir, manifestar
en una sola persona todas las alteraciones de salud que es c a paz de p r o d u c i r , y no las p o n g a en evidencia m a s que en c i e r íe número de sugetos diferentes los unos de los otros, tanto por
su constitución física como por sus disposiciones morales sin
e m b a r g o no es menos cierto que una ley eterna é inmutable
de a naturaleza le ha dado una tendencia de producir estos
síntomas en lodos los h o m b r e s (§. 1 1 0 ) . Por esta razón, c u a n do se d a a u n enfermo afectado de males semejantes á los que
nacen de él, p r o d u c e todos sus efectos, a u n aquellos que r a r a
vez ocasiona en las personas sanas. Administrado entonces a u n
á dosis las m a s d é b i l e s , produce en el e n f e r m o , si ha sido e l e gido homeopáticamente, u n estado artificial parecido á la e n f e r m e d a d n a t u r a l que la c u r a de un modo rápido y d u r a d e r o
1 3 7 . Cuanto m a s m o d e r a d a sea la dosis del medicamento
q u e se quiere e n s a y a r , sin p a s a r m a s allá de ciertos límites
tanto m a s pronunciados serán también los efectos primitivos'
que son los que principalmente importa c o n o c e r ; no se v e r á n
m a s q u e estos, ni h a b r á ninguna señal de reacción. S u p o n g a mos por otra p a r t e que la persona á quien está confiada la e x periencia, a m a la v e r d a d , q u e es m o d e r a d a bajo todos c o n c e p tos, q u e tiene u n a sensibilidad m u y d e s a r r o l l a d a , v que se
observa con toda la atención de que es capaz. Al contrario si
la dosis es escesiva, no solamente se manifestarán m u c h a s reacciones entre los s í n t o m a s , sino que también los efectos primitivos se p r e s e n t a r á n de u n modo tan precipitado, tan violento y
tan confuso, que será imposible hacer n i n g u n a observación
precisa. Añádese a d e m á s el peligro que de ello puede resultar
a e x p e r i m e n t a d o r , peligro que no p u e d e m i r a r con indiferencia
e que respeta á sus semejantes y ve un h e r m a n o hasta en el
ultimo h o m b r e del pueblo.
1 3 8 . Suponiendo que h a y a n sido satisfechas todas las c o n diciones que precedentemente hemos asignado (§. 124
127)
p a r a que la experimentación p u r a sea v á l i d a , las incomodidades, los accidentes y las alteraciones de la salud que se m a n i heslen mientras d u r a la acción de un m e d i c a m e n t o , dependen
de esta sustancia s o l a , y d e b e n s e r anotadas como p e r t e n e cientes esclusivamente á e l l a , a u n cuando m u c h o tiempo antes
el experimentador hubiese notado espontáneamente síntomas
semejantes. La reaparición d e estos síntomas e n el curso d e l a
experiencia, p r u e b a solamente, que e n virtud de su constitución
propia, esta persona tiene u n a predisposición especial á q u e se
manifiesten en é l . E n el caso presente, son efectos del m e d i c a mento, porque no se p u e d e admitir q u e se produzcan p o r sí
mismos e n el momento e n q u e u n poderoso agente médico d o mina toda l a economía.
1 3 9 . Cuando el médico n o h a experimentado el remedio en
si mismo, y lo h a hecho e n s a y a r p o r otra p e r s o n a , e s m e n e s ter que esta escriba las s e n s a c i o n e s , incomodidades, accidentes
y cambios que experimente en el momento en que l a s sienta.
Es menester también que indique el tiempo que s e h a pasado
desde que h a tomado el m e d i c a m e n t o hasta l a manifestación d e
cada síntoma, y q u e h a g a conocer l a duración d e e s t e , si se
prolonga m u c h o . E l médico l e e esta relación e n presencia del
que h a hecho la experiencia inmediatamente despues d e c o n cluida-, ó si dura mucho t i e m p o , l a lee cada d i a , p a r a que el
e x p e r i m e n t a d o r , teniendo a u n la memoria fresca , p u e d a r e s ponder á l a s p r e g u n t a s q u e será del caso dirigirle r e l a t i v a m e n te á l a naturaleza precisa d e cada s í n t o m a , y ponerle e n estado,
y a d e a ñ a d i r los nuevos detalles que r e c o j a , y a d e h a c e r l a s
rectificaciones y modificaciones necesarias ( 1 ) .
1 4 0 , Si la persona q u e experimenta n o sabe escribir, será
menester que cada dia el médico le p r e g u n t e , p a r a s a b e r d e
ella lo que h a e x p e r i m e n t a d o . P e r o este e x á m e n debe limitarse
(1) E l que comunica al público los resultados de semejantes experiencias, es
responsable del carácter de la persona que se ha sometido á ellas y de las aserciones que emite con respecto á la misma. Esta responsabilidad es de derecho,
puesto que se trata del bienestar d e la humanidad doliente,
enmendado m a s arriha u SÍ GG\ „
. H
sahW ,
¿ a r r i n a (§. 8 4 , 99), como precauciones indispens a b l e s , cuando se toman los informes q u e se n e c e s i t a n !
W
el cuadro d e las enfermedades n a t u r a l e s
"
^
1 4 1 . I ero todas las experiencias p u r a s , relativas á los cam
^TiTT**simples
producen
en
n o m b r e , y a los síntomas morbosos q u e pueden producir en
S A , U D sEeXrEáNnT siembre a q u e l
q u ;n
c sa personas
Í D Í X *s aBn Ua sE, Nl aAs mejores
'
°
capaz de analizar s u s sensaciones, h a g a e n sí mismo c o n l a s
S
T
2 1 ^
«
}
1 E n
(1)
a C a t o
'
q
°e
de
CUaDd
« i r s e .
°
86 h a e x
Nunca ^ e e s t T m a s
P — a d o
en uno
cuanto al modo d e s a b e r conducirse e n l a s e n f e r -
Las experiencias hechas en uno mismo tienen todavía una ventaja mi*
e
0
lener
primer lugar
de
I TZ EZN tT ZT ZL ÍT ;*QUE , T - C 7 ATIVA DE L0S' R E M E D I 0 S ' S E FUNDA
q U eg0Zan d e
,
T
P r o d u c i r ^ m b i o s en el estado físico y moral
del hombre E n segundo lugar, enseñan á comprender sus propias s e n s l i o n
su moral, origen de toda verdadera sahiduriaf y hacen^d S
6 a 0bservac,0n
Z : : ,
'
' t a n «ecesario al médico. Las observaciones hecnas en otros, no son tan exactas como la que uno hace en sí mismo. El que oberva a ios otros, s.empre debe temer que no experimenten precisamente lo que
dicen o que no espresen de un modo conveniente lo que sienten. Jamás está
cierto de no haber sido engañado, á lo menos en parte. Este obstáculo para el
conocimiento de la verdad, que no puede evitarse enteramente cuando uno se
mlorma de los síntomas morbosos producidos en otro por la acción de los medicamentos, no existe en los ensayos que hace uno en sí mismo. El que se somete
a la experiencia sabe con exactitud lo que siente, y cada nuevo ensayo que hace
en su propia persona, es para él un motivo de estender mas todavía sus investigaciones, haciéndolas con otros medicamentos. Cierto, como está, de no enga-
m e d a d e s , en particular las c r ó n i c a s ; que m u c h a s sou s e m e jantes á sí m i s m a s , p a r a d e s c u b r i r , entre los síntomas d é l a
afección p r i m i t i v a , a l g u n o s de los q u e pertenecen al m e d i c a mento simple aplicado á la curación (1), es u n objeto de i n vestigaciones q u e exige u n a g r a n d e capacidad de juicio, y q u e
es preciso confiar á los maestros en el a r t e de o b s e r v a r .
1 4 3 . Cuando despues de h a b e r experimentado de este m o do u n g r a n n ú m e r o de medicamentos simples en el h o m b r e san o , se h a n anotado cuidadosa y fielmente todos los elementos
de e n f e r m e d a d , todos los síntomas que pueden producir por sí
m i s m o s , como potencias morbíficas artificiales, entonces solamente se t e n d r á u n a v e r d a d e r a m a t e r i a m é d i c a , es decir, un
cuadro de los efectos p u r o s é infalibles (2) de las sustancias
medicinales simples. De este modo se poseerá u n código de la
n a t u r a l e z a , en el que e s t a r á n escritos u n n ú m e r o considerable
de s í n t o m a s , propios á cada uno de los a g e n t e s , que se h a y a n
sometido á la experiencia. Estos síntomas, p u e s , son los e l e ñarse, se hace por lo mismo mas hábil en el arte tan importante de observar, y
redobla al mismo tiempo su celo, porque este le enseña á conocer el verdadero
valor d e los recursos del arte, cuya escasez es todavía tan grande. N o se crea
tampoco que las pequeñas incomodidades que se contraen ensayando los medicamentos sean jerjudiciales á su salud. Al contrario, la experiencia prueba que
hacen al organismo mas apto para rechazar todas las causas morbosas, naturales
ó artificiales, y le endurecen contra su influencia. La salud se hace mas sólida y
el cuerpo mas robusto.
(1) Los síntomas que en el curso de toda enfermedad solo se habian notado
mucho tiempo antes, ó que ni aun habian sido observados jamás, son por consiguiente nuevos y pertenecen al remedio.
(2) E n estos últimos tiempos se ha confiado el cuidado de experimentar los
medicamentos á personas desconocidas y distantes, que se hacian pagar para
cumplir este encargo, y cuyas observaciones se publicaban despues. Pero este
método parece que priva de garantía moral, de certeza y de todo valor real, á
este importante trabajo ¿'sobre el que deben fundarse las bases de la única medicina verdadera.
mentos de las e n f e r m e d a d e s artificiales, con c a v o auxilio se
c u r a r á n algún dia m u c h a s e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s semejantes
Estos son tos únicos v e r d a d e r o s instrumentos homeopáticos es
d e c i r , específicos, capaces de producir curaciones ciertas v
duraderas.
1 4 4 . Debe esciuirse s e v e r a m e n t e de esta materia médica
todo lo que sea c o n g e t u r a , aserción g r a t u i t a ó ficción. En ella
no se d e b e encontrar m a s que el l e n g u a j e p u r o de la n a t u r a l e za , examinada con cuidado y de b u e n a fé.
1 4 o . Se necesitaría s e g u r a m e n t e un n ú m e r o m u y consider a b l e de medicamentos, c u y a acción p u r a en las personas s a nas fuese bien conocida, p a r a q u e nos hallásemos en estado de
encontrar contra cada una de las i n n u m e r a b l e s e n f e r m e d a d e s
n a t u r a l e s q u e afectan al h o m b r e , u n remedio homeopático,
es d e c i r , u n a potencia morbífica artificial que fuese a n á loga ( 1 ) . Sin e m b a r g o , gracias á la multitud de elementos
morbosos que cada uno d é l o s medicamentos enérgicos q u e
hasta el dia se h a n ensayado en sugetos sanos h a n permitido
o b s e r v a r , solo queda en el dia u n corto n ú m e r o de e n f e r m e dades contra las que no se puede e n c o n t r a r , entre estas s u s tancias, u n remedio homeopático r a z o n a b l e , que restablezca
la salud de u n modo s u a v e , s e g u r o y v e r d a d e r o , es decir, con
u n a certeza infinitamente m a y o r q u e la q u e se tendría r e c u r riendo á las terapéuticas generales y especiales de la medicina
(1) Al principio yo solo estudié los efectos puros de ios medicamentos, la
principal y mas importante de mis ocupaciones; despues me han ayudado algunos médicos jóvenes, cuyas observaciones he examinado escrupulosamente. Pero,
¡qué no se conseguirá hacer en materia de curaciones, en el inmenso dominio de
enfermedades, cuando numerosos observadores, de cuya exactitud podamos estar
seguros, hayan contribuido, con investigaciones hechas en sí mismos, á enriquecer esta materia médica, la única que puede ser verdadera! Entonces el arte de
curar se aproximará, en cuanto á su certeza, á las ciencias matemáticas.
r K s i
«fttBO g ¡ n
^
alopática, cuyas mezclas de medicamentos desconocidos n o
hacen mas que desnaturalizar y a g r a v a r las enfermedades c r ó nicas, y r e t a r d a n mas bien q u e aceleran l a curación de las e n fermedades a g u d a s .
¿r*
1 4 6 . El tercer punto del deber de u n v e r d a d e r o médico,
es emplear del modo mas conveniente l a s potencias morbíficas
artificiales ( m e d i c a m e n t o s ) , cuyos efectos p u r o s h a y a n sido
confirmados e n el h o m b r e s a n o , p a r a p r o c u r a r la curación homeopática de las enfermedades n a t u r a l e s .
1 4 7 . E n t r e estos medicamentos, aquel cuyos síntomas c o nocidos tienen m a s semejanza con la totalidad d e los q u e
caracterizan u n a e n f e r m e d a d n a t u r a l d a d a , debe ser el r e medio m a s a p r o p i a d o , el m a s ciertamente homeopático q u e se
pueda emplear contra esta e n f e r m e d a d ; es su remedio específico.
1 4 8 . Un medicamento q u e posee l a facultad d e producir
una enfermedad artificial t a n semejante como sea posible á l a
enfermedad n a t u r a l contra l a q u e se e m p l e a , y q u e se a d m i nistre en dosis conveniente, afecta p r e c i s a m e n t e , e n su acción
dinámica sobre la fuerza vital morbosamente desarmonizada,
las partes del organismo q u e hasta entonces habían estado s u jetas á la enfermedad n a t u r a l , y p r o m u e v e e n ellas l a e n f e r medad artificial que puede producir p o r su naturaleza. S i g ú e se de aquí, que desde este momento l a fuerza vital automática
no sufre y a p o r esta ú l t i m a , y q u e solo está afectada de l a
otra. P e r o , siendo m u y débil l a dosis del r e m e d i o , l a e n f e r medad medicinal desaparece luego p o r sí misma. Vencida, c o mo lo es toda afección medicinal moderada p o r l a energía
desarrollada de la f u e r z a vital, deja el cuerpo libre de todo
sufrimiento, es d e c i r , e n u n estado de salud perfecta y d u radera.
1 4 9 . Guando h a sido bien hecha la aplicación del medica-
m e n t ó , de modo q u e sen , w f ,
enfermedad natural a g u 7 a a l ™ m e h 0 m o ^ ¡ c o m
,
P W
p o r o s a q u e pueda s e r ^ d
'
^
si
' e . y en un corto n ú m e r o de d a s
*
« recienP C m a s ant
Toda señal de malestar d e s a p a r e c e - ñ „
° °
¡8ua
J > ™ g u n resto d e la e Z í Z 'ar ifi ^ T " '
¿
Ó medicinal
se restablece p o r una t m s Í 0 n
. t h
P
ÍDSeDsible
'o que toca i los m i l e s c r « c o S v „ r
? '
- >
complicados, exigen mas T e n J
^
£
q u e
6
aS e a b n
dades medicinales crónicas q u e la l ^
,'
»'
— t e determina a , l a d o V í
^
¡
¡
J
»«fe. Hll
«.»Cha circunspección, y „ „ n a d a Z
7
W
.
u
d
de
circunstancias
diversas
L
,
T
r
"
m
"
°
•
E C L A
;
L A
-
<
m i a , e s
' 1»= » P ™ e d
T
¡-?°, * * ^
=ber cumplido fielmente sus debe e s
7
'
<!el que s e e m r e g a á este estudio c ^ ^
T
v sin embargo el único para curar las enferma e s *
ríos d e la nueva secta b a s t a r d a , , „ e „ „
T
res
de
l
Homeopatía,
prescribe
e
d
c
me
f
"
a
s
m
(qu^uü » buccairt „ ,J , y qae 2 2 , ? ^
R
i
r
^ s r i t t a t W
^
»
T
"
e
« « ™ . 4
a de
b
» bella r e c o ^
mi
""d°S0'
P™%
á
'
i d a
q e
decWo
asi
"
^
- «¡» 'eHexil
E , E 5 I D 0
S D
rAL™
-
-
~
que acusan d e imperfecta? Estos hombre
' °« ia m ™ > «beW»,
« b a s t a n t e , atribuyen el mal faite S W m r f t ó 7 S ' °
« " P l e a u , y recurren en seguida á \l ZnZ
' P e " a $ h w M ° P t e < * .>®ie
d<1 h a l o a l ¡ a
son mas familiares, como a l g i a s d o e e u l d B
P
• q5fa
* «che onzas, etc. Si el enfermo Z l
3 Í '
P>
salvarle con n i „ g „ „ 0 [ r o m é í 0 l ) d
"
^ « » n , u e no hubieran podido
me,Iios
t mados sin gran trabajo d e la rutina d a a „ ° 1
- i''°e ^
>
el honor d e la curación. Si s u c u m b e , « ¿ f f i L T ? ' '
— « *
se ha descuidado nada d e todo cuanto l !
° " l l a s í n d o l e s < m no
p0<Ma
le- ¡ Q u i é n querrá h o n r a d ¿ I J S i ^ ^ f
para s i ar
»los entre los adeptos d e í W ^ f S S ? * " J
admita
me
P
d i c i n a homeopática ?
' P W 0 toeíc0' 4
»e dá el nombre
r K s i
«fttBO g ¡ n
^
alopática, cuyas mezclas de medicamentos desconocidos n o
hacen mas que desnaturalizar y a g r a v a r las enfermedades c r ó nicas, y r e t a r d a n mas bien q u e aceleran l a curación de las e n fermedades a g u d a s .
¿r* ^ y ^ ^ o
1 4 6 . El tercer punto del deber de u n v e r d a d e r o médico,
es emplear del modo mas conveniente l a s potencias morbíficas
artificiales ( m e d i c a m e n t o s ) , cuyos efectos p u r o s h a y a n sido
confirmados e n el h o m b r e s a n o , p a r a p r o c u r a r la curación homeopática de las enfermedades n a t u r a l e s .
1 4 7 . E n t r e estos medicamentos, aquel cuyos síntomas c o nocidos tienen m a s semejanza con la totalidad d e los q u e
caracterizan u n a e n f e r m e d a d n a t u r a l d a d a , debe ser el r e medio m a s a p r o p i a d o , el m a s ciertamente homeopático q u e se
pueda emplear contra esta e n f e r m e d a d ; es su remedio específico.
1 4 8 . Un medicamento q u e posee l a facultad d e producir
una enfermedad artificial t a n semejante como sea posible á l a
enfermedad n a t u r a l contra l a q u e se e m p l e a , y q u e se a d m i nistre en dosis conveniente, afecta p r e c i s a m e n t e , e n su acción
dinámica sobre la fuerza vital morbosamente desarmonizada,
las partes del organismo q u e hasta entonces habían estado s u jetas á la enfermedad n a t u r a l , y p r o m u e v e e n ellas l a e n f e r medad artificial que puede producir p o r su naturaleza. S i g ú e se de aquí, que desde este momento l a fuerza vital automática
no sufre y a p o r esta ú l t i m a , y q u e solo está afectada de l a
otra. P e r o , siendo m u y débil l a dosis del r e m e d i o , l a e n f e r medad medicinal desaparece luego p o r sí misma. Vencida, c o mo lo es toda afección medicinal moderada p o r l a energía
desarrollada de la f u e r z a vital, deja el cuerpo libre de todo
sufrimiento, es d e c i r , e n u n estado de salud perfecta y d u radera.
1 4 9 . Guando h a sido bien hecha la aplicación del medica-
m e n t ó , de modo q u e sen , w f ,
enfermedad natural a g u 7 a a l ™ m e h 0 m o ^ ¡ c o m
,
P W
p o r o s a q u e pueda s e r ^ d
'
^
si
' e . y en un corto n ú m e r o de d a s
*
« recienP C m a s ant
Toda señal de malestar d e s a p a r e c e - ñ „
° °
¡8ua
J > »ingun resto d e la e Z í Z 'ar ifi ^ T " '
¿
Ó medicinal
se restablece p o r una t m s Í 0 n
. t ta
P
ÍDSeDsible
'o que toca i los m i l e s c r « c o S v „ r
? '
- >
complicados, exigen mas T e n J
^
£
q u e
6
aS e a b n
dades medicinales crónicas q u e la l ^
,'
»'
— t e determina a , l a d o V í
^
¡
¡
J
»«fe. Hll
«.»Cha circunspección, y „ „ n a d a Z
7
W
.
u
d
de
circunstancias
diversas
L
,
T
r
"
m
"
°
•
E C L A
;
L A
-
<
m i a , e s
' 1»= » P ™ e d
T
¡-?°, * * ^
=ber cumplido fielmente sus debe e s
7
'
<!el que s e e m r e g a á este estudio c ^ ^
T
v sin embargo el único para curar las enferma e s *
ríos d e la nueva secta b a s t a r d a , , „ e „ „
T
res
de
l
Homeopatía,
prescribe
e
d
c
me
f
"
a
s
m
(qu^uü » buccairt „ ,J , y qae 2 2 , ? ^
R
i
r
^ s r i t t a t W
^
»
T
"
e
« « ™ . 4
a de
b
» bella r e c o ^
mi
""d°S0'
P™%
á
'
i d a
q e
decWo
asi
"
^
- «¡» 'eHexil
E , E 5 I D 0
S D
rAL™
-
-
~
que acusan d e imperfecta? Estos hombre
' °« ia m ™ > «beW»,
« b a s t a n t e , atribuyen el mal faite S W m r f t ó 7 S ' °
« " P l e a u , y recurren en seguida á \l ZnZ
' P e " a $ h w M ° P t e < * .>®ie
d<1 h a l o a l ¡ a
son mas familiares, como a l g i a s d o e e u l d B
P
• q5fa
* «che onzas, etc. Si el enfermo Z l
3 Í '
P>
salvarle con n i „ g „ „ 0 [ r o m é í 0 l ) d
"
^ « » n , u e no hubieran podido
me,Iios
t mados sin gran trabajo d e la rutina d a a „ ° 1
- i''°e ^
>
el honor d e la curación. Si s u c u m b e , « ¿ f f i L T ? ' '
— « *
se ha descuidado nada d e todo cuanto l !
° " l l a s í n d o l e s < m no
p0<Ma
le- ¡ Q u i é n querrá h o n r a d ¿ I J S i ^ ^ f
para s i ar
»los entre los adeptos d e í W ^ f S S ? * " J
admita
me
P
d i c i n a homeopática ?
' P W 0 toeíc0' 4
»e dá el nombre
ha podido d e s t r u i r , exigen s o b r e todo u n tiempo muy l a r g o ,
y a u n con frecuencia se hacen i n c u r a b l e s p o r l a s sustracciones
de líquidos y d e f u e r z a v i t a l , q u é son el resultado d e los m e dios d e tratamiento á q u e t a n aficionados se m u e s t r a n los
partidarios d e esa medicina.
1 5 0 . Si a l g u n o se queja d e u n o ó d o s síntomas poco m a nifiestos , que h a notado h a c e poco t i e m p o , el médico no debe
v e r en esto u n a e n f e r m e d a d p e c f e c t a , q u e r e c l a m e seriamente
los auxilios del a r t e . U n a p e q u e ñ a modificación en el régimen
y e n el género d e v i d a , b a s t a o r d i n a r i a m e n t e p a r a disipar t a n
lijeras indisposiciones.
1 5 1 . Pero c u a n d o los s í n t o m a s , poco n u m e r o s o s , d e q u e
se queja el e n f e r m o , tienen m u c h a violencia, el médico o b s e r v a d o r descubre ordinariamente m u c h o s otros todavía , que. son
menos m a r c a d o s y q u e le d a n u n a i m a g e n completa d e l a e n fermedad.
1 5 2 . Cuanto m a s intensa es la e n f e r m e d a d a g u d a , m a s
numerosos y manifiestos son o r d i n a r i a m e n t e los síntomas q u e
la componen, y m a s fácil es t a m b i é n e n c o n t r a r u n remedio
que le c o n v e n g a , con tal q u e los m e d i c a m e n t o s conocidos e n
su acción positiva, entre los cuales se d e b e e l e g i r , sean en n ú m e r o suficiente. E n t r e l a s series d e síntomas d e u n g r a n n ú m e r o d e medicamentos, no es difícil e n c o n t r a r u n o q u e c o n tenga elementos m o r b o s o s , d e los cuales se p u e d a componer
u n conjunto d e síntomas m u y a n á l o g o á la totalidad d e los s í n tomas de la enfermedad n a t u r a l q u e s e tiene á la v i s t a . P u e s
este medicamento es j u s t a m e n t e el remedio q u e se d e s e a .
1 5 3 . Cuando se b u s c a u n remedio homeopático específico,
es decir, cuando se c o m p a r a el conjunto de signos d e la e n f e r medad natural con las series d e síntomas d e los medicamentos
bien conocidos, p a r a e n c o n t r a r e n t r e estos últimos u n a p o t e n cia morbífica artificial, semejante al m a l n a t u r a l , c u y a c u r a -
cion está en p r o b l e m a , es menester s o b r e todo, y casi esclusi
v a m e n t e , atenerse á los síntomas p r e d o m i n a n t e s , singulares
^ o r d i n a r i o s y característicos (1); p o r q u e á estos e s á l o ¡
q u e principal mente deben c o r r e s p o n d e r los síntomas s e m e j a n tes en la s e n e d e los q u e n a c e n del medicamento que se busca
p a r a que este último sea el remedio q u e mejor convenga p a r a
e m p r e n d e r la curación. P o r el c o n t r a r i o , los síntomas g e n t es y v a g o s , como la falta d e a p e t i t o , el dolor d e cabeza la
l a n g u i d e z , el sueño a g i t a d o , el m a l e s t a r g e n e r a l , e t c m e recen poca a t e n c i ó n , p o r q u e casi todas las e n f e r m e d a d e s y casi
todos los medicamentos p r o d u c e n fenómenos a n á l o g o s .
1 5 4 . Cuantos m a s síntomas a b r a c e la c o n t r a - i m á g e n f o r m a d a con la serie d e los del m e d i c a m e n t o , q u e p a r e c e m e r e c e r
a p r e f e r e n c i a , y cuanto m a s s e m e j a n t e son á los síntomas e s u a o r d m a r i o s , p r o n u n c i a d o s y c a r a c t e r í s t i c o s , d e la e n f e r m e dad n a t u r a l , tanto m a y o r será la semejanza d e u n a v otra
p a r t e , y con t a n t a m a s razón este m e d i c a m e n t o será c o n v e n i e n t e , homeopático y específico e n esta circunstancia U n a
e n t e r m e d a d q u e no d a t a d e m u c h o s dias cede o r d i n a r i a m e n t e , sin g r a v e s i n c o m o d i d a d e s , á la p r i m e r a dosis d e este
remedio.
1 5 5 . Digo sin graves incomodidades, p o r q u e , c u a n d o u n
remedio p e r f e c t a m e n t e homeopático o b r a e n el organismo solo
son eficaces los síntomas c o r r e s p o n d i e n t e s á los d e la e n f e r m e d a d , q u e t r a b a j a n e n extinguir estos ú l t i m o s , poniéndose e n su
l u g a r . L o s otros s í n t o m a s , c o m u n m e n t e n u m e r o s o s , q u e la
sustancia medicinal p r o d u c e , y q u e n o corresponden á la e n f e r m e d a d p r e s e n t e , casi no se d a n á c o n o c e r , al paso q u e el
enfermo se m e j o r a p o r m o m e n t o s . La razón d e esto e s , q u e la
(1) M . d e Bcenninghausen ha hecho un gran servicio á la Homeopatía, con su
hsposiem de los síntomas que caracterizan, los medicamentos
anlipsóricos.
dosis d e u n m e d i c a m e n t o q u e s e quiere u s a r h o m e o p á t i c a m e n t e ,
necesitándose s e r m u y p e q u e ñ a , dicha sustancia se e n c u e n t r a
m a s débil p a r a m a n i f e s t a r aquellos s í n t o m a s q u e no son h o meopáticos en las p a r t e s del c u e r p o exentas d e e n f e r m e d a d . No
d e j a , p u e s , o b r a r m a s q u e á s u s síntomas homeopáticos s o b r e
ios p u n t o s del o r g a n i s m o que e s t á n y a a t a c a d o s de la irritación
que resulta d e l o s s í n t o m a s análogos d e la e n f e r m e d a d n a t u r a l , p a r a escitar á l a f u e r z a vital e n f e r m a á producir u n a
afección a n á l o g a , p e r o m a s f u e r t e , q u e extinga l a e n f e r m e d a d
natural.
1 5 6 . Sin e m b a r g o , casi n o h a y remedio homeopático a l g u n o , p o r bien e l e g i d o q u e h a y a sido, q u e , p a r t i c u l a r m e n t e
dado á u n a dosis m u y a t e n u a d a , n o p r o d u z c a a l m e n o s , d u r a n t e su a c c i ó n , i n c o m o d i d a d e s t i j e r a s , ó a l g ú n p e q u e ñ o s í n t o m a n u e v o , e n l o s e n f e r m o s irritables y m u y sensibles. E s
casi i m p o s i b l e , e n e f e c t o , q u e los síntomas del m e d i c a m e n t o
c u b r a n t a n e x a c t a m e n t e los d e la e n f e r m e d a d , como u n t r i á n g u l o p u e d e h a c e r l o c o n r e s p e c t o á otro q u e t e n g a á n g u l o s y
l a d o s iguales á los s u y o s . P e r o esta a n o m a l í a , insignificante e n
u n caso f a v o r a b l e , s e e x t i n g u e sin t r a b a j o p o r l a e n e r g í a p r o pia del o r g a n i s m o v i v i e n t e , y el enfermo no lo a p e r c i b e , á n o
ser q u e esté dotado d e u n a sensibilidad escesiva. Y n o p o r eso
p r o g r e s a m e n o s el restablecimiento d e l a s a l u d , á n o s e r q u e
lo i m p i d a n influencias e s t r a ñ a s , e r r o r e s d e l r é g i m e n ó p a siones.
1 5 7 . P e r o , a u n q u e s e a cierto que u n remedio h o m e o p á t i co, a d m i n i s t r a d o a c o r t a dosis, extingue, t o t a l m e n t e l a e n f e r m e d a d a g u d a q u e e s a n á l o g a , sin manifestar s u s otros s í n t o m a s n o h o m e o p á t i c o s , es d e c i r , sin escitar n u e v a s y g r a v e s
i n c o m o d i d a d e s , s e o b s e r v a , sin e m b a r g o , q u e casi siempre
p r o d u c e , poco d e s p u e s d e h a b e r l o t o m a d o el e n f e r m o , al c a b o
de u n a ó m u c h a s h o r a s , s e g ú n l a dosis, u n a especie d e p e q u e -
ñ a a g r a v a c i ó n q u e d e tal modo se p a r e c e á la afección p r i m i t i v a , q u e el mismo enfermo la toma p o r u n a u m e n 1 1
propia e n f e r m e d a d . Pero en realidad n o m i n a s " i t Z
medicinal, m u y a n á l o g a al m a l primitivo, q1 u e la escede
un
eüe u n
poco e n intensidad.
1 3 8 . Esta p e q u e ñ a a g r a v a c i ó n homeopática del m a l en l a ,
p r i m e r a s h o r a s , presagio feliz, q u e l a s m a s veces a n u n i l q u
I e n f e r m e d a d a g u d a cederá á la p r i m e r a dosis, es co a a
o esta a e r a d e lo r e g u l a r ; p o r q u e la e n f e r m e d a d m e d t e S
d e b e n a t u r a l m e n t e s e r u n poco m a s f u e r t e que el m a l T a r a C l
y a extinción se destina , si s e quiere que la supe™ y a u r "
de uusmo modo que u n a e n f e r m e d a d n a t u r a l n o p u e d e dest ^
y hacer cesar otra q u e se le a s e m e j a , sino cuando t^ene m
f u e r z a e intensidad q u e ella ($. 4 3 , 4 8 ) .
1 5 9 . Cuanto m a s débil es la dosis del remedio homeopático
auto m a s h j e r o y d e corta duración es t a m b i é n el a u m e n 0
a p a r e n t e d e la e n f e r m e d a d en las p r i m e r a s h o r a s
6 0 . Sin e m b a r g o , como es casi imposible a t e n u a r b a s tante l a dosis d e u n remedio homeopático p a r a q u e este n o s e a
susceptible d e a l i v i a r , d e esceder y c u r a r p e r f e c t a m e l h
dos» d e este m e d i c a m e n t o , que no es la m a s p e q u e ñ a posible
a l 0 d a
P
f o c a s i o n a r una agravación homeopática
qUG traSCUrre
t o m " )
deSpUeS
boíl n a t l f P l d e r a n f a Ud Me ,e0xSa Ss í n et 0r amca¡s
q u e d
e n f e
™
I a
medicina,es sobre los
d o r n a s morla enfermedad, ha sido obser
1 Son Z2°7;álcos' Tnd0,acasua,idad Ieshacía ** - -el
vada tamü
' *
P
^ ^
de que seTe aumenta
' d ? U C S d e h a b e r t o m a d o e l a z u f r e > * queja
erUPCI D
consuela d ciéndole 1
° ' *
^ 0 0 Sabe la causa d e
6 8 m e DS e S l e r qUN
U 6 Salga al esterior toda Ja s a
E
m
a
poderse curar npni
? F
P r o d a c i d o P°r e l ™ ante, d e
panencia d e una exasperac.on de la sarna. Leroy asegura que el pen-
^
S
Í
T
1 6 1 . Si refiero á la primera ó á las p r i m e r a s h o r a s la agí-ag r a v a c i ó n h o m e o p á t i c a , ó m a s bien la acción primitiva del r e medio homeopático, q u e p a r e c e que a u m e n t a u n poco los s í n t o m a s de la enfermedad n a t u r a l , esto es aplicable solamente á
las afecciones a g u d a s y sobrevenidas r e p e n t i n a m e n t e (1). P e r o
cuando los m e d i c a m e n t o s , c u y a acción se prolonga m u c h o ,
tienen que combatir u n mal antiguo ó m u y a n t i g u o , q u e por
consiguiente una dosis d e b e o b r a r por espacio de m u c h o s dias
s e g u i d o s , entonces se v é salir de tiempo en t i e m p o , d u r a n t e
los seis, ocho ó diez p r i m e r o s d i a s , a l g u n o s de los efectos p r i mitivos de estos medicamentos, a l g u n a s de estas exasperaciones
aparentes de los síntomas del mal p r i m o r d i a l , q u e d u r a n u n a
ó m u c h a s h o r a s , mientras que el alivio g e n e r a l se efectúa de
u n modo sensible en los intervalos. Pasado este corto n ú m e r o
de d i a s , el alivio producido por los efectos primitivos del m e dicamento continúa todavía m u c h o s dias sin q u e n a d a lo t u r b e .
162.
Siendo m u y limitado el n ú m e r o de medicamentos,
Sarniento (viólala tricolor] empezó por empeorar una erupción de la c a r a , c u y a
curación produjo despues; pero no sabia que este aumento aparente del mal p r o viniese únicamente de que se habia administrado á muy fuerte dosis el medicam e n t o , que en este c a s o , era homeopático. Lysons (Med. trans., vol. u , L o n dres, 1 7 7 2 ) , dice que las enfermedades d e la piel que mejor ceden á la corteza
del roble, son las que esta sustancia hace aumentar al principio. Si él no hubiese
administrado, según acostumbra la medicina alopática, la corteza del roble á
dosis enormes, sino q u e , como lo exija su carácter homeopático, la hubiese hecho tomar á dosis e s t i m a d a m e n t e débiles, los e x a n t e m a s , contra los cuales la
prescribía, hubieran curado sin experimentar este aumento d e i n t e n s i d a d , ó al
menos hubiera sido muy poco pronunciado.
(1) Aunque el efecto d e los medicamentos que están dotados por si mismos
de la acción mas prolongada, se disipa rápidamente en las enfermedades a g u d a s ,
d u r a largo tiempo en las crónicas (que proceden d e la psora), y d e aquí proviene que los medicamentos antipsóricos no producen muchas veces esta exasperación homeopática en las primeras h o r a s , pero la determinan m a s tarde y á horas
diferentes en los ocho ó diez primeros dias.
cuya acción p u r a y v e r d a d e r a se conozca con exactitud s u c e de a l g u n a s veces q u e solo se e n c u e n t r a n en la serie de'síntom a s del m e d i c a m e n t o m a s h o m e o p á l i c o , u n a porcion de los
síntomas de la e n f e r m e d a d que se tiene q u e c u r a r , y q u e p o r
consiguiente se vé el médico obligado á e m p l e a r esta iniper
tecta potencia morbífica artificial, á falta de otra que lo sea
4
d
menos.
1 6 3 . E n este caso no d e b e e s p e r a r s e del remedio una c u ración completa y exenta de inconvenientes. D u r a n t e su uso se
ven s o b r e v e n i r a l g u n o s a c c i d e n t e s , q u e no se o b s e r v a n a n t e s
en la e n f e r m e d a d , y que son síntomas accesorios dependientes
de u n medicamento i m p e r f e c t a m e n t e a p r o p i a d o . Este i n c o n v e n i e n t e , no impide, es v e r d a d , q u e el remedio extinga u n a
g r a n p a r t e del m a l , es d e c i r , los síntomas m o r b o s o s s e m e j a n tes a los síntomas medicinales, y q u e de aquí resulte un p r i n cipio de curación bien pronunciado-, p e r o no se o b s e r v a m e n o s
la provocacion de a l g u n o s males accesorios, q u e tienen la v e n t a j a de s e r s i e m p r e m u y m o d e r a d o s cuando la dosis es c o n v e nientemente atenuada.
1 6 4 . El corto n ú m e r o de síntomas homeopáticos q u e se
e n c u e n t r a e n t r e los del m e d i c a m e n t o , al que h a c e r e c u r r i r t a
falta d e otro m a s a p r o p i a d o , j a m á s p e r j u d i c a á la curación
c u a n d o se compone en g r a n p a r t e de los síntomas e s t r a o r d í n a n o s , q u e distinguen y c a r a c t e r i z a n la e n f e r m e d a d ; v no por
eso deja de e f e c t u a r s e la curación sin g r a v e s incomodidades.
1 6 o . P e r o c u a n d o , e n t r e los síntomas del medicamento
e l e g i d o , no se e n c u e n t r a n i n g u n o p e r f e c t a m e n t e semejante á
los s í n t o m a s m a s m a r c a d o s y característicos de la e n f e r m e d a d ,
v el m e d i c a m e n t o no c o r r e s p o n d e á esta ú l t i m a , m a s q u e r e s pecto á los accidentes g e n e r a l e s y v a g o s (desfallecimiento, lang u i d e z , dolor de c a b e z a , e t c . ) , y c u a n d o , e n t r e los m e d i c a mentos conocidos, no se p u e d e elegir otro m a s homeopático,
el médico no debe prometerse un resultado ventajoso inmediato
de la administración de un remedio tan imperfecto,
1 6 6 . Este caso e s , sin e m b a r g o , m u y r a r o , p o r q u e el n ú m e r o de m e d i c a m e n t o s , Cuyos efectos p u r o s se c o n o c e n , h a
a u m e n t a d o mucho en estos últimos t i e m p o s , y c u a n d o se e n cuentra , los inconvenientes que de él d i m a n a n , disminuyen si
desde luego p u e d e emplearse u n remedio cuyos síntomas se
asemejen m a s á los de la e n f e r m e d a d .
1 6 7 . En e f e c t o , si el uso del remedio i m p e r f e c t a m e n t e
homeopático, que se emplea al p r i n c i p i o , a c a r r e a males a c c e sorios de a l g u n a g r a v e d a d , no se a g u a r d a , en las e n f e r m e d a des a g u d a s , á que la p r i m e r a dosis h a y a cumplido del todo su
acción : antes que esto s u c e d a , se e x a m i n a de n u e v o el estado
modificado del e n f e r m o , y se u n e lo q u e q u e d a de los síntomas
primitivos á los síntomas recientemente a p a r e c i d o s , p a r a f o r m a r una n u e v a i m a g e n de la e n f e r m e d a d .
1 6 8 . Entonces se e n c u e n t r a m a s f á c i l m e n t e , e n t r e los medicamentos conocidos, un remedio a n á l o g o , del que b a s t a r á
h a c e r uso u n a sola v e z , si no p a r a d e s t r u i r e n t e r a m e n t e la e n f e r m e d a d , al menos p a r a h a c e r la curación m a s fácil. Si este
nuevo medicamento no b a s t a p a r a restablecer completamente
la s a l u d , se v u e l v e á e x a m i n a r lo q u e q u e d a del estado m o r b o s o , y se elige luego el remedio homeopático m a s apropiado á
la i m á g e n que se o b t e n g a . De este modo se continúa hasta h a ber conseguido el o b j e t o , es decir, h a s t a volver al e n f e r m o el
pleno goce de la s a l u d .
1 6 9 . Puede s u c e d e r , q u e , e x a m i n a n d o por p r i m e r a vez
una e n f e r m e d a d , y eligiendo t a m b i é n por p r i m e r a vez el r e m e dio, se encuentre q u e la totalidad de los síntomas no esté s u f i cientemente cubierta por los elementos morbíficos de u n solo
m e d i c a m e n t o , lo q u e esplica el corto n ú m e r o de estos cuya a c ción pura es bien conocida,.' y que dos remedios rivalizan en
I9.T
otro. Sin e m b a r g o , no es a d m t i l ?
""" m a s Para
P ' e a d o entre estos d , , s ; : ; , r
j : u 5 U e S de * *
»
J zsue m a s
v e n i e n t e , se dé luego el otro „ Z
"
«m5 6
ab endo
c i r c u n s t a n c i a s , este no „ f i
"
'
las
todavía s o s t e n t e . . ^ T r í ^ ^ r e S ' ° d e ' ° S S Í " 1 ' ™ e x a m i n a r de n u e v o el e J o H ? ?
!• C a S ° ' S e r í a a m s » ™
* m la i m á g e n
t
l
í
^
^JU?gar'
P a t — t e
, 0 1 . cfirivcndn'j
Í n d a r
<°do el resto de los síntom
y e t t ' „ „ r T 6 '
^
remed 0 lan C M r e
mente como sea posible al r , ' , , L
,
'
a t e n d e r en n a d a al m e d am 1
° PreSeBfe deI mal •
empleado p o r h a b e r p a r e c e
" t SU ° r í g e u s e h a b i a
q u e el s e g u n d o de o 2 1
a-™*"' P°Cas veces s » ^ e r á
j u z g a d o convenien c S ¡
^
* Pr¡"CÍpi° 88 h a b i a °
CD 6 S t c m o m e i
^ después de un nuevo e J l
» ° - l'ero
eafermo
centraseq„e
^
'
C QVe,M Se
este
Para darle la p r e f e r í
* °
'
™
" « "»»¡vo
P o r l i g ^ I Í S S
süa nar,
i
~
l w i dl! la
"
-„éreas, ,as
P s o r a , m u c h a s veces se nece
c u i i s ' d e b e ser
7
,'
S^solaa^ dosis
sT Rf 0™m^rtT ^s .::r
I R '
) a
S
mio desínlTl
Aíata
6
U
^ 'le él una
80 a d a l i n i s t r e
T
í1^10"^
I
que
Ó
E
DESPUES
<W demasiado corto n ü -
a e crmedad circHsianda
-
««*«
el médico no debe prometerse u n resultado ventajoso inmediato
de la administración d e u n remedio t a n imperfecto,
1 6 6 . Este caso e s , sin e m b a r g o , m u y r a r o , p o r q u e el n ú m e r o d e m e d i c a m e n t o s , Cuyos efectos p u r o s se c o n o c e n , h a
a u m e n t a d o mucho e n estos últimos t i e m p o s , y c u a n d o s e e n cuentra , los inconvenientes que d e él d i m a n a n , disminuyen si
desde luego p u e d e emplearse u n remedio cuyos síntomas se
asemejen m a s á los d e la e n f e r m e d a d .
1 6 7 . E n e f e c t o , si el u s o del remedio i m p e r f e c t a m e n t e
homeopático, que s e emplea al p r i n c i p i o , a c a r r e a males a c c e sorios d e a l g u n a g r a v e d a d , n o se a g u a r d a , en l a s e n f e r m e d a des a g u d a s , á que l a p r i m e r a dosis h a y a cumplido del todo s u
acción : antes que esto s u c e d a , se e x a m i n a d e n u e v o el estado
modificado del e n f e r m o , y s e u n e lo q u e q u e d a de los síntomas
primitivos á los síntomas recientemente a p a r e c i d o s , p a r a f o r m a r una n u e v a i m a g e n d e la e n f e r m e d a d .
1 6 8 . Entonces se e n c u e n t r a m a s f á c i l m e n t e , e n t r e los m e dicamentos conocidos, u n remedio a n á l o g o , del q u e b a s t a r á
h a c e r uso u n a sola v e z , si n o p a r a d e s t r u i r e n t e r a m e n t e l a e n f e r m e d a d , al menos p a r a h a c e r l a curación m a s fácil. Si este
nuevo medicamento n o b a s t a p a r a restablecer completamente
la s a l u d , se v u e l v e á e x a m i n a r lo q u e q u e d a del estado m o r b o s o , y se elige luego el remedio homeopático m a s apropiado á
la i m á g e n que se o b t e n g a . D e este modo se continúa hasta h a ber conseguido el o b j e t o , es decir, h a s t a v o l v e r al e n f e r m o el
pleno goce d e la s a l u d .
1 6 9 . Puede s u c e d e r , q u e , e x a m i n a n d o p o r p r i m e r a v e z
una e n f e r m e d a d , y eligiendo t a m b i é n p o r p r i m e r a vez el r e m e dio, se encuentre q u e la totalidad d e los síntomas no esté s u f i cientemente cubierta p o r l o s elementos morbíficos d e u n solo
m e d i c a m e n t o , lo q u e esplica el corto n ú m e r o d e estos cuya a c ción p u r a e s bien conocida,.' y q u e d o s remedios rivalizan en
I9.T
otro. Sin e m b a r g o , no es a d m t i l ?
" " "m a s Para
P ' e a d o entre estos d , , s ; : ; , r
j : u 5 U e S de * *
»
J zsue m a s
v e n i e n t e , se d é luego el otro „ Z
"
«m5 6 ab end
rarabia
c i r c u n s t a n c i a s , este no „
w
"
'
°
do l a s
todavía subsistentes
" e » .L i l ? reS'° d e '°S SÍDtomas
c a m i n a r d e n u e v o el e J o H ? ? !• C a S ° ' S e r í a n c c e ® ¡ < >
* m la i m á g e n
t
l
í
^ ^JU?gar'
P a t — t e
, 0 1 . convendría
^
<°do el resto d e los síntom
ye t t ' „ „ r T 6 ' Índa^r
remecl 0 t a n conv
mente como sea posible al r , ' , , L
,
'
ea t e n d e r e n n a d a al m e d a m 1
° PreSMle ** m l •sin
empleado p o r h a b e r p a S T
^ ^ " t SU ° r í g e u s e h a b i a
q u e el s e g u n d o d e o 2 1
•",eJ°r- P ° C a s v e c e s s » ^ e r á
j u z g a d o convenien c S ¡
^
* Pri"CÍpi° 88 h a b i a °
Cn estc mo e 1
^ después d e u n nuevo
"
» " « - l>ero
eafermo
contraseque
^
'
caC QVe,M Sería este
p a r a darle la p r e f e r í
* °
'
" « '"'"¡vo
por
süa nar,
S
S
S
i
f
;
~
" venéreas, las p e
sor
P a , m u c h a s veces se nece
l w i dl! la
sola dosis f ™ T
S a S
^ ^ T
M
0
Aíata
S
CUII
RT .::R
R ^ ^ I
mio desinlTl
)a
'
6
f"''"'^
I
a e
S
80 adlninislre
D E B E SER
7 ,'
R 1
M C e ,lel
e ol una
^
^ m a s i a d o corto n ü -
crmedad circHsianda
-
d
««*«
«filiOTKA UKimsiTA&l
de los remedios homeopáticos c o n o c i d o s , pueda p r e s e n t a r el
m a s perfecto de todos los métodos c u r a t i v o s .
1 7 3 . L a s únicas e n f e r m e d a d e s q u e p a r e c e n tener pocos
síntomas, p o r c u y a razón s e p r e s t a n m a s difícilmente á l a c u ración, son las q u e se podrían l l a m a r p a r c i a l e s , p o r q u e no
tienen m a s que uno ó dos s í n t o m a s principales y p r e d o m i n a n tes que ofuscan á casi todos los d e m á s . La m a y o r p a r t e d e e s t a s enfermedades s o n c r ó n i c a s .
1 7 4 . Su síntoma principal p u e d e s e r , ó u n mal interno, p o r
ejemplo, u n a cefalalgia q u e d u r e m u c h o s años, u n a d i a r r e a inv e t e r a d a , una antigua c a r d i a l g í a , e t c . , ó u n a lesión e s t e r n a .
Estas últimas afecciones son l a s q u e m a s p a r l c u l a r m e n t e s e
llaman enfermedades locales.
1 7 5 . Con respecto á l a s e n f e r m e d a d e s parciales d e la p r i m e r a especie, l a falla d e atención p o r p a r t e del m é d i c o , e s
comunmente la sola causa q u e impide percibir l o s otros s í n t o m a s , con cuyo auxilio podria c o m p l e t a r el c u a d r o d e l a e n f e r medad.
1 7 6 . Hay sin e m b a r g o u n corto n ú m e r o d e e n f e r m e d a d e s ,
q u e á pesar de todo el cuidado con que se l a s e x a m i n a al principio (§. 8 4 , 9 8 ) , no manifiestan m a s q u e u n o ó dos síntomas
constantes y v i o l e n t o s , existiendo lodos los d e m á s solo e n u n
g r a d o poco pronunciado.
1 7 7 . Para t r a t a r con b u e n éxito este c a s o , q u e p o r otra
p a r t e se presenta r a r a v e z , se empieza p o r e l e g i r , s e g ú n la
indicación de los síntomas poco n u m e r o s o s que s e o b s e r v a n , el
medicamento que p a r e c e s e r m a s h o m e o p á t i c o .
1 7 8 . Podrá suceder q u e este r e m e d i o , elegido s e g ú n todas
las exigencias d e l a l e y h o m e o p á t i c a , ofrezca la e n f e r m e d a d
artificial que su analogía con l a e n f e r m e d a d n a t u r a l h a c e a p r o piada para verificar l a destrucción d e esta ú l t i m a ; y esto es
tanto m a s posible, c u a n t o m a s n o t a b l e s , m a s p r o n u n c i a d o s
y m a s característicos son los síntomas d e la e n f e r m e d a d n a 1 7 9 . P e r o lo q u e m a s c o m u n m e n t e s u c e d e , es que no c o n v e n g a m a s q u e en p a r t e á la e n f e r m e d a d , y que no se a d a l
h
ser ff uu nn dd aa dd a1 1 ^
^
^
" *7br
d
e n u n n ú m e r o suficiente d e síntomas
180
No o b r a n d o entonces el m e d i c a m e n t o s o b r e u n a e n f e r m e d a d á la que no c o r r e s p o n d e m a s q u e en p a r t e , p r o d u c i r á m a l e s accesorios, como en los casos ( § . 1 6 2 y siguientes)
en q u e la elección del remedio h a sido imperfecta p o r la e s c a sez d e los remedios homeopáticos, y d a r á origen á m u c h o s a c cidentes pertenec,entes á la serie d e s u s propios síntomas P e ro estos accidentes son i g u a l m e n t e síntomas propíos d e la e n f e r m e d a d m i s m a los q u e hasta entonces el enfermo no había
notado, o no había e x p e r i m e n t a d o sino m u v r a r a v e z y n U e
no h a c e m a s q u e desarrollarse e n m a y o r g r a d o . S e m a n i f e s t a r a n o s e e x a s p e r a r á n a c c i d e n t e s , q u e poco tiempo a n t e s el
enfermo n o p e r c i b í a , ó q u e no sentía sino d e u n modo m u y
\ago.
1 8 1 . S e o b j e t a r á quizás q u e los males accesorios y los
nuevos s í n t o m a s d e l a e n f e r m e d a d q u e entonces a p a r e c e n d e ben a t r i b u i r s e al remedio q u e a c a b a d e a d m i n i s t r a r s e . Tal es
en efecto su o r i g e n ( 1 ) . Sin d u d a provienen d e este remedio
(§. 1 0 a ) . Pero p o r eso no son m e n o s los síntomas q u e la e n f e r m e d a d podía producir p o r sí misma e n el e n f e r m o , y el m e dicamento e n su calidad d e p r o v o c a d o r d e accidentes s e m e j a n t e s , solamente los h a hecho m a n i f e s t a r , los ha obligado á
a p a r e c e r . E n u n a p a l a b r a , la totalidad d e los síntomas q u e
entonces s e p r e s e n t a n , d e b e ser considerada como p e r t e n e c i e n (1) A menos que no sean debidos á un gran esceso en el régimen, á una n a sion violenta ó a un movimiento tumultoso en el organismo, como el establecimiento o cesación d e las reglas, la concepción, el p a r t o , e t c .
7 ! t C A MVBtsr r u u
-:
196
te á la e n f e r m e d a d m i s m a , como siendo su v e r d a d e r o estado
a c t u a l , bajo cuyo punto de vista se la d e b e considerar p a r a el
tratamiento.
1 8 2 . Así e s , q u e la elección de los m e d i c a m e n t o s , casi
inevitablemente imperfecta á c a u s a del c o r t o n ú m e r o de síntom a s p r e s e n t e s , hace, sin e m b a r g o , el servicio de c o m p l e t a r el
conjunto d e síntomas de la e n f e r m e d a d , y facilita de este modo
la investigación d e u n s e g u n d o r e m e d i o m a s h o m e o p á t i c o .
1 8 3 . A m e n o s , p u e s , q u e la violencia de los accidentes
n u e v a m e n t e d e s a r r o l l a d o s n o exija p r o n t o auxilio, lo q u e d e b e
s e r m u y r a r o á causa d e la exigüidad de las dosis h o m e o p á t i c a s , p a r t i c u l a r m e n t e e n las e n f e r m e d a d e s m u y crónicas', es
n e c e s a r i o , c u a n d o el p r i m e r m e d i c a m e n t o no p r o d u c e y a n a d a
v e n t a j o s o , t r a z a r u n n u e v o c u a d r o de la e n f e r m e d a d , s e g ú n el
cual se elige u n s e g u n d o r e m e d i o homeopático que esté bien
conforme á su estado a c t u a l . Esta elección s e r á tanto m a s f á cil , cuanto m a s n u m e r o s o y m a s completo es el n ú m e r o de
síntomas ( 1 ) . 1 8 4 . Despues del efecto completo de cada d o s i s , se c o n t i n u a a u n o b s e r v a n d o el estado de lo que q u e d a de e n f e r m e d a d ,
s e ñ a l a n d o los s í n t o m a s t o d a v í a s u b s i s t e n t e s , y la i m a g e n q u e
de aquí r e s u l t a , sirve p a r a e n c o n t r a r u n n u e v o r e m e d i o t a n
homeopático c o m o sea posible. Esta m a r c h a es la q u e es m e nester, s e g u i r h a s t a la c u r a c i ó n .
18o.
E n t r e las e n f e r m e d a d e s p a r c i a l e s , las q u e se l l a m a n
(1) U n caso mny raro en las enfermedades crónicas, pero que se encuentra
con bastante frecuencia en las a g u d a s , es a q u e l en q u e , á pesar d e la exigüidad
d e los síntomas, el enfermo se siente m u y mal, de manera que este estado p u e d e
atribuirse al entorpecimiento de la sensibilidad, que no permite al sugeto percibir con claridad los dolores y las incomodidades. E n semejante caso, el opio hace
cesar este e s t a d o de estupor del sistema nervioso, y los síntomas d e la enfermedad se demuestran con claridad d u r a n t e la reacción del organismo.
™ r e s , y que el resto del e u e r o n o t
m e d a d ; proposicion a b s u r d a en eo í
a P caciones terapéuticas las
o
t
'f
h
vt
T
*
Par,eS
' "
*
,a
C8te
Mfer
4
1 « 6 - Aquellas e n f e r m e d a d e s l l a m a d a ! i ,
g e n es r e c i e n t e , y q u e proceden
*
• cuyo o r í É
na caus
t e n o r , parecen ser las únicas n i l í
"
» esl
- e nombre. Pero
e
n
*
q u e la lesion
poco g r a v e : p o r q u e si es de a l ,
» muy
1
,0d
ganismo v i v i e r e a t o ,
& T C
* '
°
® u j í a es á la que pertenece d
os „ S f d' e l C " * ' a
socorros mecánicos á las p a r t e s afectada
!
/
rar
d fin d e s e a
y extinguir los obstáculos t
.
"
P meCánÍC S
Dc 8e
oponen á la c u r a c i ó n , la «le soló d c h e
° «
vital. Aquí se colocan, p o T j e í o
1 I T * * ^
^
8
,a reu
"T® '
"
"ion de los b o r d e s de las heridas l e ,
raCC1
e s t r a ñ o s , que h a n peneTrado e „ l °"
'°S CUerPos
h
' « r a de J
^
^
po q u e p e r j u d i c a á la economía J a p a r a
1
a
derra
m e s ó colecciones de líquidos la ,,„¡„„ 2 i
~
" r
«do,
¿
^
d>o de un vendaje a p r o p i a d o , etc. P e r o cuando
1
lesiones el o r g a n i s m o entero r e c l a m é „
r ( , s d i ! t I f *
vos p a r a q u e pueda cumplir la obra de h n ,
Por ejemplo, se necesita L r r i r f m e d t a m e Z ' T
^
p o n e r fin á una fiebre violenta p r o c e d í d e 2 T ' " ° S
- n , de u n a dislaceracion de las
^ ¿ • ¡ Z ^ T "
dones y v a s o s , c u a n d o es menester comba fr e d o L ? '
T
Por una q u e m a d o r a ó p o r una
las funciones del médico d i n á m i c o , y s e h a c e n necesarios los
auxilios d e l a H o m e o p a t í a .
1 8 7 . P e r o es m u y diferente lo q u e sucede c o n respecto á
los m a l e s , c a m b i o s y sufrimientos q u e sobrevienen e n l a s u perficie d e l c u e r p o sin t e n e r p o r c a u s a u n a violencia esterior,
ó al m e n o s á consecuencia d e u n a lesión esterior casi insignificante. E s t a s e n f e r m e d a d e s tienen su origen en u n a afección int e r n a . E s , p u e s , t a n a b s u r d o como peligroso el considerarlas
c o m o síntomas p u r a m e n t e l o c a l e s , y t r a t a r l a s esclusivamente,
ó con corta diferencia, p o r medio de aplicaciones tópicas, como
si s e t r a t a s e d e u n caso q u i r ú r g i c o , s e g ú n lo h a n h e c h o h a s t a
a h o r a los médicos d e todos los siglos.
1 8 8 . S e d á á estas e n f e r m e d a d e s el epíteto d e locales,
p o r q u e se c r e e q u e son afecciones esclusivamente fijadas e n l a s
p a r t e s esteriores, en l a s q u e el o r g a n i s m o t o m a poca ó n i n g u na p a r t e , como si en cierto modo i g n o r a s e su existencia ( 1 ) .
1 8 9 . Sin e m b a r g o , b a s t a l a m e n o r reflexión p a r a c o n c e bir , que u n mal e s t e r n o , q u e n o h a sido ocasionado p o r u n a
g r a v e violencia ejercida e n el e s t e r i o r , n o p u e d e n a c e r , ni
persistir, ni m e n o s a u n e m p e o r a r , sin u n a c a u s a i n t e r n a , sin
la cooperacion del o r g a n i s m o e n t e r o , sin q u e , p o r c o n s i g u i e n t e , este último esté e n f e r m o . No podría m a n i f e s t a r s e si l a salud
general n o estuviese d e s a r m o n i z a d a , si l a fuerza vital d o m i n a n t e , si todas l a s p a r t e s sensibles é i r r i t a b l e s , todos los ó r ganos vivientes d e l c u e r p o no t o m a s e n p a r t e . S u producción
no podría concebirse, s i n o fuese el r e s u l t a d o d e u n a alteración
de la vida e n t e r a ; t a n í n t i m a m e n t e e s t á n e n l a z a d a s l a s p a r t e s
del cuerpo las u n a s con l a s o t r a s , y f o r m a n u n todo indivisible,
atendido el modo d e sentir y d e o b r a r . No p u e d e , p u e s , sobrevenir u n a e r u p c i ó n e n los l a b i o s , u n p a n a d i z o , sin q u e p r e c e -
d e n t e y s i m u l t á n e a m e n t e no h a y a a l g ú n d e s a r r e g l o en el i n t e rior del o r g a n i s m o .
190
Todo v e r d a d e r o t r a t a m i e n t o médico d e u n m a l s o brevenido e n l a s p a r t e s esteriores del c u e r p o sin violencia e s erior d e b e pues, t e n e r p o r objeto la extinción y la curación
a beneficio d e remedios internos, del m a l general q u e sufre el
o r g a n i s m o e n t e r o . Solo d e este modo p u e d e s e r racional s e guro y radical.
1 9 1 . E s t a proposicion está puesta f u e r a d e d u d a por la e x p e r i e n c i a , q u e d e m u e s t r a q u e todo remedio interno enérgico
p r o d u c e i n m e d i a t a m e n t e , despues d e h a b e r sido a d m i n i s t r a d o
c a m b i o s considerables e n el estado general d e l e n f e r m o v e n
particular e n el d e l a s p a r t e s esteriores a f e c t a d a s , q u e la m e dicina v u l g a r mira como a i s l a d a s , a u n c u a n d o estas p a r t e s e s tén situadas e n l a s estremidades d e l c u e r p o . Estos cambios son
de u n a naturaleza la m a s s a l u d a b l e ; consisten en l a curación
del h o m b r e todo entero, q u e h a c e d e s a p a r e c e r al mismo tiempo
el m a l l o c a l , sin q u e sea necesario e m p l e a r n i n g ú n remedio
e s t e r i o r , con t a l q u e el remedio interior q u e s e dirige contra
el conjunto d e la enfermedad h a y a sido bien elegido y p e r f e c t a mente homeopático.
1 9 2 . El mejor modo d e a l c a n z a r este o b j e t o , consiste en
t o m a r en consideración, c u a n d o se examina u n caso d e e n f e r m e d a d , n o solamente el c a r á c t e r exacto d e la afección local,
sino t a m b i é n todas l a s d e m á s alteraciones q u e s e observan en
el estado del e n f e r m o sin que se l a s p u e d a a t r i b u i r á la acción
de los m e d i c a m e n t o s . Todos estos s í n t o m a s deben estar r e u n i dos e n u n a i m á g e n c o m p l e t a , á fin d e q u e s e p r o c e d a á la i n vestigación d e u n remedio homeopático c o n v e n i e n t e , entre l o s
m e d i c a m e n t o s , c u y o s síntomas morbosos sean bien conocidos
p o r la experimentación fisiológica.
193.
(1)
Este es uno d e los infinitos absurdos perniciosos de la antigua escuela.
Este r e m e d i o , administrado ú n i c a m e n t e al interior,
y del cual una sola dosis bastará si el mal es de origen reciente, cura simultáneamente la enfermedad general del cuerpo y
la afección local. Semejante efecto por parte del medicamento
debe probarnos, que el mal local dependía únicamente de una
enfermedad de todo el cuerpo, y que es menester considerarle como una parte inseparable del todo, como uno de los
síntomas mas considerables y mas predominantes de la enfermedad general.
1 9 4 . E n las afecciones locales a g u d a s , q u e se h a n d e s a r rollado r á p i d a m e n t e , y e n l a s q u e existen y a d e l a r g a fecha,
no conviene h a c e r l a aplicación de n i n g ú n tónico e n l a p a r t e
e n f e r m a , aunque este s e a la misma sustancia q u e t o m a d a i n t e riormente fuese homeopática ó especifica, y a u n cuando s e a d ministrase simultáneamente este agente medicinal al interior.
Pues las afecciones locales a g u d a s , como inflamaciones, erisip e l a s , e t c . , que h a n sido p r o d u c i d a s , n o p o r lesiones esternas
de una violencia proporcionada á l a d e aquellas, sino p o r c a u sas dinámicas ó i n t e r n a s , ceden ordinariamente á los remedios
interiores susceptibles de p r o d u c i r cierto estado interno v e s tenio semejante al q u e existe en la actualidad (1). Si con estos
medios no desapareciesen del t o d o , si á p e s a r d e la r e g u l a r i dad del género de v i d a , queda a u n a l g ú n vestigio d e e n f e r m e d a d , que l a fuerza vital no h a podido volver á l a s condiciones
del estado n o r m a l , entonces la afección local a g u d a e r a , como
con frecuencia sucede, el p r o d u c t o de l a animación de l a psora
hasta entonces adormecida e n el interior del o r g a n i s m o , q u e
se halla e n disposición de manifestarse b a j ó l a forma d e una enfermedad crónica.
1 9 5 . E n estos casos, q u e n o son r a r o s , p a r a o b t e n e r u n a
curación radical, es menester dirigir u n tratamiento a n t i p s ó r i (1)
P o r ejemplo, el acónito, el rhus, la belladona, el mercurio, e t c .
experiitab a Í s S
interno es el L c o n e c e Í r i
.q» -
r
* ^
n
"
o r d
™
amienl
Mti
°
e n t e
Psó™
,ocaies
son
(les se e f e c t a r h T
2 " " ^ ^"i
0
"
d e eslas
^rmeda-
SSHápS
rnrnsm
hacer c r e e r .„justamente q u e la curación es completa ó J
riorment
'
S
"'tla
P
° r 61 r ™
d i
°
adrainistrad
R
°
. 1 9 8 - Igual motivo debe hacer q u e se desprecie ta áulica
c-on p u r a m e n t e local, á los síntomas esteriores
n a e
-
R : ™ ;
C A
-
D E
I O
R
E D
—
- *
i
.
m a , cuando se administran al interior P o r m . e
s. nos limitamos á suprimir ¡ocalmente esto
om ¿ s e ¿
tade inmediatamente una oscuridad impenetrable en el tra mterno
'
Para el restablecimiento perfe o e
c u r a r e s t a ulli
(1)
La erupción psórica reciente, tas úlceras, las verrugas.
y del cual una sola dosis b a s t a r á si el mal es de origen recient e , cura simultáneamente la enfermedad g e n e r a l del cuerpo v
la afección local. Semejante efecto por p a r t e del medicamento
debe p r o b a r n o s , que el mal local dependía únicamente de una
enfermedad de todo el c u e r p o , y q u e es menester consider a r l e como una p a r t e inseparable del t o d o , como uno de los
síntomas m a s considerables y m a s predominantes de la e n f e r medad g e n e r a l .
1 9 4 . E n las afecciones locales a g u d a s , q u e se han d e s a r rollado r á p i d a m e n t e , y en las q u e existen ya de l a r g a fecha,
no conviene h a c e r la aplicación de n i n g ú n tónico en la p a r t e
e n f e r m a , aunque este sea la misma sustancia que t o m a d a i n t e riormente fuese homeopática ó especifica, y a u n cuando se a d ministrase simultáneamente este agente medicinal al interior.
Pues las afecciones locales a g u d a s , como inflamaciones, erisip e l a s , e t c . , que h a n sido p r o d u c i d a s , no por lesiones esternas
de una violencia proporcionada á la de aquellas, sino por c a u sas dinámicas ó i n t e r n a s , ceden ordinariamente á los remedios
interiores susceptibles de p r o d u c i r cierto estado interno v e s tenio semejante al q u e existe en la actualidad (1). Si con estos
medios no desapareciesen del t o d o , si á p e s a r de la r e g u l a r i dad del género de v i d a , queda a u n a l g ú n vestigio de e n f e r m e d a d , que la fuerza vital no h a podido volver á las condiciones
del estado n o r m a l , entonces la afección local a g u d a e r a , como
con frecuencia sucede, el p r o d u c t o de la animación de la psora
hasta entonces adormecida en el interior del o r g a n i s m o , que
se halla en disposición de manifestarse b a j ó l a forma de una enfermedad crónica.
1 9 5 . E n estos casos, q u e no son r a r o s , p a r a o b t e n e r una
curación radical, es menester dirigir un tratamiento a n t i p s ó r i (1)
experiitab
interno es el
no son
a
Í
s
des A f e c t a ™ T 2
S
r
to¡LÍIi°ÍT'fel
o r d
* ^
n
"amiento
—
"UC 'a
CUraCÍ n
°
de
™ e n t e
a
« e o
únicas.
CSlas
SSHápS
rnrnsm
hacer creer .„justamente q u e la curación es completa ó
J R
S t l a P r 61 r
riorment
'
"'
°
™ d i ° adrainistrad°
. 198- Igual motivo debe hacer q u e se desprecie la anlica
c-on p u r a m e n t e local, á los síntomas esteriores e u a en
d ™ a t t C a ' de l 0 r e d —
que tienen el poder
. c u r a r e s t a u 1 1 ™ , cuando se administran al interior P o r m . e
s. nos limitamos á suprimir ¡ocalmente esto
om ¿
7 1
tade m m e d l a , á m e n t e una oscuridad impenetrable en el t a mterno
' " » * * > Pa>'a el restablecimiento perfe o e
Por ejemplo, el acónito, el rhus, la belladona, el mercurio, etc.
(1)
La erupción psórica reciente, las úlceras, las verrugas.
t v m s m M M
B8ÍTC lESfi
II8LI0TÉCA UHIVEBSITAm
;
la s a l u d ; desaparece el síntoma principal, la afección l o c a l , y
no quedan mas que los otros s í n t o m a s , mucho menos significativos y constantes, m u c h a s veces poco característicos para
que d e ellos se p u e d a f o r m a r u n a imagen clara y completa d e
la e n f e r m e d a d .
1 9 9 . Si el remedio homeopático d e l a enfermedad no s e
hubiese encontrado todavía ( 1 ) , cuando ha sido destruido el
síntoma local p o r la cauterización, la escisión o l a s aplicaciones
desecantes, el caso se hace mucho mas embarazoso, por causa
de la incertidumbre y d e l a inconstancia d e los síntomas q u e
quedan todavía-, p o r q u e el síntoma esterno, q u e es el que mejor
que cualquiera otra circunstancia hubiera podido guiar en la
elección del remedio, é indicar cuánto tiempo se debe emplear
al interior p a r a extinguir enteramente la enfermedad , se halla
sustraído de la observación.
2 0 0 . Si todavía este síntoma existiese, y se hubiera podidido encontrar el remedio homeopático conveniente al conjunto
de la e n f e r m e d a d ; u n a vez descubierto este remedio, la p e r sistencia d e l a afección local anunciaría q u e l a curación no e r a
aun p e r f e c t a , mientras q u e s u desaparición probaria q u e se
ha estirpado el mal en su r a í z , y que la curación es absoluta,
ventaja q u e j a m á s se apreciaría debidamente.
2 0 1 . E s evidente q u e l a fuerza vital, afectada de una e n fermedad c r ó n i c a , de l a q u e n o puede triunfar por su. propia
energía, n o se decide á originar una afección local en una p a r te c u a l q u i e r a , sino con el fin d e apaciguar u n mal interno que
amenaza estrellar los resortes esenciales de su vida, y destruir
la vida m i s m a , abandonándole órganos cuya integridad no es
absolutamente necesaria á l a existencia. Su objeto es t r a s p o r (1)
«J sicos".
Como sucedia antes d e mí respecto á los remedios antipsóricos y antisi-
>
•
'
"MF0ÉS5O RETES"
203 .
!£25 iOíTTSclY f ••••'
¡ar en cierto modo la enfermedad d e u n lugar á otro v •„ r
- un mal estenio á otro interno. La afecc o 1 c ' h a c e r a 'r
e este modo la enfermedad m t e r i o r , pero sin pod
„ S
d sra
rla
;
™
esencialmente (1). Sin e m b a r g o , el m 1
es otra cosa q u e una parte de la enfermedad gener
pe, o ""
parte q u e la fuerza vital orgánica ha aumentado mucho v
a trasportado á la superficie esterior del c u e r p o , d o n d e ' "
g r o es m e n o r , con el fin de disminuir la afección Ínter o
e ono por
,,t.ma; a[
progresa
se
esla
poco a poco, de modo que la naturaleza se vé o b l i g a b a n
« a r y a g r a v a r también el síntoma local, á fin de que c
S
S
Í
^
r
f r , 0 P M l 0 - * procurándola u n a
especie de alivio. As. las ulceras antiguas d e l a s piernas se
hacen mayores con tal que no esté c u r a d a la p s o r a L e r n a y
ulceras venereas a u m e n t a n mientras n o se cure la sífilis i n t e r n a , a medida q u e con el tiempo la enfermedad total se
desarrolla y adquiere m a s intensidad.
m
Si el médico, imbuido de los preceptos d e la escuela
ordinaria destruye el mal local p o r remedios esteriores p e r suadido de c u r a r así la enfermedad entera, la naturaleza reemplaza este síntoma , despertando los padecimientos interiores v
los demás s í n t o m a s , q u e aunque y a existían, parecían habelestado adormecidos hasta entonces, exasperando la enfermedad interna. E s pues f a l s o , q u e , como se acostumbra decir
los remedios e s t e m o s h a y a n hecho e n t r a r entonces el mal local
en el c u e r p o , ó que le h a y a n repercutido sobre los nervios.
(1) Los cauterios de los médicos d e la antigua escuela producen alguna c o s l
« l o g a . Estas úlceras, q u e el arte produce en el esterior, a p a c i g u a n L v b e
muchas enfermedades crónicas internas, pero solo tas redncen al silencio m ,
espacio de tiempo muy corto, sin poderlas curar: por otra parle, debilitan el
organismo, y le causan una impresión mucho mas profunda <,ue la q u e hariac la
mayor parle de las metástasis producidas instintivamente por la fuerza vital
20 i
2 0 3 . Todo t r a t a m i e n t o esterno de un síntoma l o c a l , -cuyo
objeto es extinguirle en la superficie del c u e r p o sin c u r a r la
enfermedad miasmática i n t e r n a , como p o r e j e m p l o , p r o p o n e r se descubrir la erupción sarnosa de la piel p o r medio de u n t u r a s , h a c e r que se cicatrice u n a ú l c e r a v e n é r e a c a u t e r i z á n d o la , separar u n a vegetación por medio de la l i g a d u r a ó del
hierro rusiente-, este pernicioso m é t o d o , tan g e n e r a l m e n t e e m pleado hoy d i a , es el principal origen de las i n n u m e r a b l e s e n f e r m e d a d e s crónicas, q u e llevan n o m b r e ó que no lo tienen,
b a j o cuyo peso gime la h u m a n i d a d e n t e r a . E s t a es u n a de l a s
acciones m a s criminales de q u e h a podido h a c e r s e culpable la
medicina. Sin e m b a r g o , se h a o b r a d o asi hasta a h o r a , y no se
enseña todavía en l a s escuelas otra r e g l a de conducta (1).
2 0 4 . Si se esceptuan los m a l e s crónicos que dependen de
la insalubridad del g é n e r o de vida h a b i t u a l , y estas i n n u m e r a b l e s e n f e r m e d a d e s medicamentosas (§. 7 4 ) , que son p r o ducidas por falsos y peligrosos métodos de t r a t a m i e n t o , c u y o
uso gusta tanto prolongar á los médicos de la antigua escuela,
en las afecciones c o m u n m e n t e t i j e r a s , todas las d e m á s e n f e r medades c r ó n i c a s , sin escepcion, dependen de un miasma crónico, de la sífilis, de la sicosis, y s o b r e todo de la psora , que
se e n c o n t r a b a posesionada del o r g a n i s m o entero y p e n e t r a b a
todas sus p a r t e s , a u n a n t e s de la aparición del síntoma local
primitivo , erupción p s ó r i c a , ú l c e r a ó b u b ó n , ó v e g e t a c i ó n , y
q u e c u a n d o se le quita este s í n t o m a , estalla i n e v i t a b l e m e n t e
t a r d e ó t e m p r a n o , d a n d o origen á u n a multitud de afecciones,
de las cuales n i n g u n a sería tan f r e c u e n t e si los médicos s i e m pre c u r a r a n r a d i c a l m e n t e los mismos m i a s m a s , y los e x t i n (1) Porque todos los medicamentos que se prescribían al interior en semejantes casos, solo servían para agravar el mal, porque 110 poseian la virtud especifica de curarle en su totalidad, pero que, sin embargo, atacaban el organismo, le
debilitaban v le ocasionaban otras enfermedades medicinales crónicas.
g u i e r a n en el organismo con remedios homeopáticos internos
s m a t a c a r sus síntomas locales por medio de tópicos.
h meÓpata jan ás trata los sínt
mitivnJ H
°
'
° ™ s Primitivos de los miasmas crónicos, ni los males secundarios q u e
resultan de su desarrollo con medios locales que obren v a
uu modo dinámico ( 1 ) , y a mecánico. Cuando los uno's ó l o s
otros a p a r e c e n , se limita ú n i c a m e n t e á c u r a r el g r a n miasma
que constituye su b a s e , y de este modo los síntomas primiUvos y los síntomas secundarios desaparecen p o r sí mismos Pero , como comunmente no era este el método que se seguía a n tes de el, y como d e s g r a c i a d a m e n t e las m a s veces encuentra
los síntomas primitivos ( 2 ) y a b o r r a d o s del esterior por los m é dicos que le han p r e c e d i d o , por lo r e g u l a r tiene que o c u p a r s e
c e l o s síntomas s e c u n d a r i o s , d é l o s m a l e s producidos por el
desarrollo de los m i a s m a s , y s o b r e todo de las e n f e r m e d a d e s
crónicas originadas por u n a p s o r a i n t e r n a . Acerca de este pun-
]n,l1,)/°r
C0D
y!en^J°
110
Pued0
aconse
j a r , por ejemplo, la destrucción
local del cáncer de los lab.os ó de la cara (¿fruto de «na psora muy desarrollada?) con la pomada arsenical de Fray Cosme, no solo porque este método es
muy doloroso y falla muchas veces, sino también, y sobre todo porqne semejante
medio dinámico, aunque libre localmente el cuerpo de la úlcera cancerosa no
disminuye en nada la enfermedad fundamental, de modo que la fuerza vital conservadora de la vida se vé obligada á trasladar el foco del gran mal que existo
en su interior, a una parle mas esencial (como sucede en todas las metástasis)
y a producir de este modo la ceguera, la sordera, la demencia, el asma sofocat.vo, la hidropesía, la apoplegía, etc. Pero la pomada arsenical tampoco llega á
destruir la ulcera local, sinocuaudo noes muy estensa, y la fuerza vital conserva
grande energía; pues en tales casos, todavía es posible curar enteramente el
mal primitivo. La estirpacion del cáncer, ya en la cara, va en el pecho, y la de
los tumores enquistados, dan absolutamente igual resultado. La oper'arion es
seguida de un estado un poco mas peligroso todavía, ó á lo menos se ha anticipado la época de la muerte. Estos efectos.han tenido lugar en un sin número de
casos; pero la antigua escuela no por esto persiste siempre menos en su ceguedad.
(2)
Erupción psórica, úlceras, bubones, vegetaciones.
»
to, remito á mi Tratado de las enfermedades crónicas, en el
que y a h e indicado la m a r c h a q u e se d e b e seguir d e u n modo
tan riguroso como e r a posible á u n h o m b r e solo h a c e r l o d e s pués d e l a r g o s años d e o b s e r v a c i ó n , d e experiencia y m e d i tación.
2 0 6 . Antes d e e m p r e n d e r la curación d e u n a e n f e r m e d a d
c r ó n i c a , es necesario i n d a g a r con el m a y o r cuidado ( 1 ) si el
enfermo h a sido infectado d e la sífilis ó d e la gonorrea-, p o r q u e
si así fuese, el tratamiento debería recibir u n a impulsión e s p e cial en este sentido, y a u n n o tener otro o b j e t o , si solo existiesen señales de sífilis ó d e sicosis, lo q u e e n el día es m u y r a r o .
P e r o , a u n e n el caso q u e se tuviese que c u r a r la p s o r a , es p r e ciso i g u a l m e n t e a v e r i g u a r si h a habido u n a infección d e este
g é n e r o , puesto que entonces h a b r í a complicación d e dos e n f e r m e d a d e s , lo q u e sucede c u a n d o los signos no son bien puros-,
p o r q u e s i e m p r e , ó casi s i e m p r e , c u a n d o el médico c r e e tener
á la vista u n a a n t i g u a e n f e r m e d a d v e n é r e a , es m a s b i e n u n a
complicación d e la p s o r a y d e la sífilis lo q u e s e le p r e s e n t a ,
por s e r el miasma psórico interno la causa f u n d a m e n t a l m a s
f r e c u e n t e d e l a s e n f e r m e d a d e s c r ó n i c a s , q u e m u c h a s veces l a s
a v e n t u r a d a s m a n i o b r a s d e la -alopatía d e s f i g u r a n y e x a s p e r a n
monstruosamente.
(1) Cuando se toman informes d e este género, es preciso no dejarse engañar
con las aserciones de los enfermos y de sus parientes, que asignan por causas d e
las enfermedades crónicas, aun las mas graves é inveteradas, un enfriamiento
sufrido muchos años a n t e s , un susto recibido en otro t i e m p o , un esfuerzo, un
pesar, etc. Estas causas son demasiado tijeras para engendrar una enfermedad
crónica eo un cuerpo s a n o , para sostenerla aüos enteros, y hacerla mayor cada
a ñ o , como sucede en todas las afecciones crónicas procedentes d e una psora
desarrollada. Causas mucho mas importantes que estas deben haber presidido al
nacimiento y progresos d e un mal crónico, grave y pertinaz, y las q u e acaban
de enumerarse son propias cuando mas para sacar un miasma crónico de su ador
mecimiento letárgico.
De S Í L f ' ' f q U e P r e C , e d e 6 8 C i e r l ° ' e l n i é d i c o homeópata deb e también informarse d e los tratamientos alopáticos á l o s
1
enfermo crónico h a podido estar espuesto hasta en ton e M
s medicamentos que usó d e preferencia y m a s frecue e l e
to; de l a s a g u a s minerales á que h a r e c u r r i d o v de los efectos
q u e d e su uso h a r e p o r t a d o . Estas nociones le "son
p a r a concebir hasta qué punto la e n f e r m e d a d h a d e g e n T d T d
su estado primitivo corregir en p a r t e estas a l t e r a d o n e s a r faciales .si es posible c o n s e g u i r l o , ó al menos evitar los m e d i c a m e n t o s de q u e se h a a b u s a d o hasta entonces
de T n J l f T * q U e , h a y q U C h 3 C e r d e s p u e s e s ¡ A m a r s e
d e la edad del e n f e r m o , d e su género d e v i d a , d e su régimen
de sus ocupaciones, d e su situación d o m é s t i c a , d e sus relaciones s o c a l e s , etc. Se examina si estas diversas circunstancias
contribuyen a a c r e c e n t a r el m a l , y hasta qué punto pueden f a vorecer el tratamiento ó serle desfavorables. No se olvidará
tampoco d e investigar si la disposición de espíritu y el modo de
pensar del enfermo ponen obstáculo á la curación si es m e
nester imprimirlos otra dirección, favorecerlos ó modificarlos
2 0 9 . Solo despues d e m u c h a s conferencias c o n s a g r a d a s
p a r a p r o c u r a r s e todos los indicios p r é v i o s , e s c u a n d o el m é d i co p r o c u r a t r a z a r , según l a s r e g l a s precedentemente e s p u e s t a s , u n cuadro t a n completo como sea posible de la enfermed a d , p a r a poder a n o t a r los síntomas principales y c a r a c t e r í s t i c o s , según los cuales elige el p r i m e r remedio antipsórico ú
o t r o , tomando p o r g u i a , al principio del t r a t a m i e n t o , la a n a logia t a n g r a n d e como sea posible d e los síntomas.
2 1 0 . A la psora se refieren casi todas l a s e n f e r m e d a d e s
que otras veces h e llamado parciales, y que parecen m a s difíciles d e c u r a r e n razón d e este mismo c a r á c t e r , que consiste en
que todos s u s d e m á s accidentes desaparecen a n t e u n g r a n síntoma p r e d o m i n a n t e . Aquí se colocan l a s enfermedades del e s -
w
™ » J l 8 K Wmo IES»
•anona u a m m m
píritu y de la moral. Estas afecciones no f o r m a n , sin e m b a r g o ,
u n a clase a p a r t e y del todo s e p a r a d a de las d e m á s , p o r q u e el
estado de la moral y del espíritu cambia en todas las e n f e r m e dades l l a m a d a s corporales ( 1 ) , y se le debe c o m p r e n d e r e n t r e
los síntomas principales que importa a n o t a r , cuando se quiere
trazar una imágen fiel de la e n f e r m e d a d , s e g ú n la cual se la
p u e d a luego combatir h o m e o p á t i c a m e n t e con éxito.
2 1 1 . Es tal su importancia , que el estado n o r m a l del e n fermo , es m u c h a s v e c e s el que decide p a r t i c u l a r m e n t e la e l e c ción del remedio homeopático-, p o r q u e este estado es un s í n t o m a c a r a c t e r í s t i c o , y u n o de los que menos debe olvidar u n
médico habituado á h a c e r observaciones e x a c t a s .
2 1 2 . El criador de los a g e n t e s medicinales, h a atendido
t a m b i é n s i n g u l a r m e n t e á este elemento principal de todas las
e n f e r m e d a d e s : al cambio del estado de la moral y del espíritu,
p o r q u e no existe u n solo medicamento heroico que no p r o d u z c a
u n cambio notable en el h u m o r y en el modo de p e n s a r del sugeto sano á quien se a d m i n i s t r a , y cada sustancia medicinal
produce uno diferente.
2 1 3 . J a m á s se c u r a r á de u n modo conforme á la n a t u r a l e za, es d e c i r , de u n m o d o h o m e o p á t i c o , mientras que en cada
caso individual de e n f e r m e d a d , a u n la m a s a g u d a , no se atien(1) j u c h a s veces se encuentran enfermos q u e , á pesar de estar sujetos h a ce muchos años á males muy dolorosos, han conservado, sin embargo, un humor
apacible y complaciente, de manera que escitan toda nuestra compasion y respeto. Pero cuando se ha triunfado del mal, lo que con frecuencia es posible por
el método homeopático, se vé presentarse á veces un cambio de carácter el mas
terrible,' y reaparecer la ingratitud, la dureza de corazon, la maldad refinada,
los caprichos repugnantes, que formaban el carácter del sugeto antes d e q u e
cayese enfermo. Otras veces, un hombre, que cuando bueno era pacífico, se
hace atolondrado, violento, caprichoso, insoportable ó impaciente y desesperado cuando cae enfermo. No es raro que la enfermedad embrutezca al hombre de
talento, que haga de un ingenio débil otro de mas capacidad, y de un ser apático un hombre lleno de presencia de espíritu y resolución.
¡
. 1 sin loma del „ „ i ¡ „
«
,1
-ü.
Lo que tengo que decir acerca del tratamiento de las
afecciones del espíritu y d é l a m o r a l , se r e d u c i r á p u e s á po
p a l a b r a s p o r q u e no se pueden c u r a r de otro m o d o d fer
de todas as d e m á s e n f e r m e d a d e s , es d e c i r , q u e en c a d a ca o
m d m d u a l , es menester o p o n e r u n r e m e d i o , c u y a potencia m o r
sea s
e
m
f l o
posible á la e n f e r m e d a d m i s m a
on respecto al efecto que produce en el c u e r p o y en e
ma
de las personas s a n a s .
%
215
Casi todas las e n f e r m e d a d e s , que se llaman afeccion e s del espíritu y de la m o r a l , no son otra cosa m a s que enfermedades del c u e r p o en las q u e la alteración d é l a s facultades
morales é intelectuales se ha hecho superior á los otros síntomas
c u y a disminución se verifica m a s ó menos r á p i d a m e n t e , q u ¿
a c a b a por t o m a r el c a r á c t e r de una enfermedad parcial y casi
de una afección local.
2 1 6 . No son r a r o s los casos, en las e n f e r m e d a d e s l l a m a das corporales, que a m e n a z a n la existencia, como la supuración
del p u l m ó n , la alteración de cualquier otra viscera esencial, la
fiebre p u e r p e r a l , e t c . , en los que a u m e n t a n d o r á p i d a m e n t e ' d e
intensidad el síntoma m o r a l , la e n f e r m e d a d degenera en u n a
especie de m a n í a , de melancolía ó de f u r o r , lo que a p a r t a el
peligro de la m u e r t e que hasta eutonces resultaba de los s í n (1) El acónito rara vez ó nunca produce una curación rápida y duradera
cuando el humor del enfermo es igual y apacible; ni la nuez vómica, cuando eí
caracter es suave y flemático; ni la pulsatila, cuando es alegre, sereno y obstin a d o ; ni el haba de S. Ignacio, cuando el humor es invariable y poco impresionable á las penas, ni á los sustos.
w
™ » J l 8 8í Wmo IES»
IIllIOTEa WEISIT^SA
píritu y de la moral. Estas afecciones no f o r m a n , sin e m b a r g o ,
u n a clase a p a r t e y del todo s e p a r a d a de las d e m á s , p o r q u e el
estado de la moral y del espíritu cambia en todas las e n f e r m e dades l l a m a d a s corporales ( 1 ) , y se le debe c o m p r e n d e r e n t r e
los síntomas principales que importa a n o t a r , cuando se quiere
trazar una imágen fiel de la e n f e r m e d a d , s e g ú n la cual se la
p u e d a luego combatir h o m e o p á t i c a m e n t e con éxito.
2 1 1 . Es tal su importancia , que el estado n o r m a l del e n fermo , es m u c h a s v e c e s el que decide p a r t i c u l a r m e n t e la e l e c ción del remedio homeopático; p o r q u e este estado es un s í n t o m a c a r a c t e r í s t i c o , y u n o de los que menos debe olvidar u n
médico habituado á h a c e r observaciones e x a c t a s .
2 1 2 . El criador de los a g e n t e s medicinales, h a atendido
t a m b i é n s i n g u l a r m e n t e á este elemento principal de todas las
e n f e r m e d a d e s : al cambio del estado de la moral y del espíritu,
p o r q u e no existe u n solo medicamento heroico que no p r o d u z c a
u n cambio notable en el h u m o r y en el modo de p e n s a r del sugeto sano á quien se a d m i n i s t r a , y cada sustancia medicinal
produce uno diferente.
2 1 3 . J a m á s se c u r a r á de u n modo conforme á la n a t u r a l e za, es d e c i r , de u n m o d o h o m e o p á t i c o , mientras que en cada
caso individual de e n f e r m e d a d , a u n la m a s a g u d a , no se atien(1) j u c h a s veces se encuentran enfermos q u e , á pesar de estar sujetos h a ce muchos años á males muy dolorosos, han conservado, sin embargo, un humor
apacible y complaciente, de manera que escitan toda nuestra compasion y respeto. Pero cuando se ha triunfado del mal, lo que con frecuencia es posible por
el método homeopático, se vé presentarse á veces un cambio de carácter el mas
terrible,' y reaparecer la ingratitud, la dureza de corazon, la maldad refinada,
los caprichos repugnantes, que formaban el carácter del sugeto antes d e q u e
cayese enfermo. Otras veces, un hombre, que cuando bueno era pacífico, se
hace atolondrado, violento, caprichoso, insoportable ó impaciente y desesperado cuando cae enfermo. No es raro que la enfermedad embrutezca al hombre de
talento, que haga de un ingenio débil otro de mas capacidad, y de un ser apático un hombre lleno de presencia de espíritu y resolución.
¡
. 1 sin loma del „ „ i ¡ „
«
.1
-ü.
Lo que tengo que decir acerca del tratamiento de las
afecciones del espíritu y d é l a m o r a l , se r e d u c i r á p u e s á po
p a l a b r a s p o r q u e no se pueden c u r a r de otro m o d o d fer
de todas as d e m á s e n f e r m e d a d e s , es d e c i r , q u e en c a d a ca o
m d m d u a l , es menester o p o n e r u n r e m e d i o , c u y a potencia m o r
M e a sea semejante en todo lo posible á la e n f e r m e d a d m i s m a
on respecto al efecto que produce en el c u e r p o y en e
ma
de las personas s a n a s .
%
215
Casi todas las e n f e r m e d a d e s , que se llaman afecciones del espíritu y de la m o r a l , no son otra cosa m a s que enfermedades del c u e r p o en las q u e la alteración d é l a s facultades
morales é intelectuales se ha hecho superior á los otros síntomas
cuya disminución se verifica m a s ó menos r á p i d a m e n t e , q u ¿
a c a b a por t o m a r el c a r á c t e r de una enfermedad parcial y casi
de una afección local.
2 1 6 . No son r a r o s los casos, en las e n f e r m e d a d e s l l a m a das corporales, que a m e n a z a n la existencia, como la supuración
del p u l m ó n , la alteración de cualquier otra viscera esencial, la
fiebre p u e r p e r a l , e t c . , en los que a u m e n t a n d o r á p i d a m e n t e ' d e
intensidad el síntoma m o r a l , la e n f e r m e d a d degenera en u n a
especie de m a n í a , de melancolía ó de f u r o r , lo que a p a r t a el
peligro de la m u e r t e que hasta eutonces resultaba de los s í n (1) El acónito rara vez ó nunca produce una curación rápida y duradera
cuando el humor del enfermo es igual y apacible; ni la nuez vómica, cuando eí
caracter es suave y flemático; ni la pulsatila, cuando es alegre, sereno y obstin a d o ; ni el haba de S. Ignacio, cuando el humor es invariable y poco impresionable á las penas, ni á los sustos.
m a s físicos. Estos se alivian hasta el punto de volver casi al estado de s a l u d , ó m a s bien disminuyen de tal modo que y a no
p u e d e percibirse su presencia sino poniendo u n a p e r s e v e r a n t e
atención en las observaciones. De este m o d o , d e g e n e r a n en u n a
e n f e r m e d a d parcial, y por decirlo así l o c a l , en la q u e el síntom a m o r a l , antes m u y l i j e r o , h a t o m a d o tal p r e p o n d e r a n c i a q u e
se ha hecho el m a s n o t a b l e de todos-, que o c u p a en g r a n p a r t e
el l u g a r de los d e m á s , y q u e a p a c i g u a su violencia, o b r a n d o
s o b r e ellos á la m a n e r a de u n paliativo. En u n a p a l a b r a , el
mal de los ó r g a n o s materiales de n u e s t r o c u e r p o , h a sido t r a s p o r t a d o á los ó r g a n o s espirituales del a l m a , q u e n i n g ú n anatómico h a podido tocar todavía ni t o c a r á j a m á s con su e s c a l pelo.
2 1 7 . E n las afecciones de este g é n e r o , es necesario p r o c e der con un cuidado m u y p a r t i c u l a r en la investigación del c o n junto de los s i g n o s , tanto con r e s p e c t o á los síntomas c o r p o r a les , como n o t a b l e m e n t e con respecto al síntoma principal y car a c t e r í s t i c o , el estado del espíritu y de la m o r a l . Este es el
solo medio de e n c o n t r a r , e n el n ú m e r o de m e d i c a m e n t o s c u y o s
efectos p u r o s son conocidos, un remedio h o m e o p á t i c o , q u e teng a la potencia de extinguir la totalidad del mal á la vez-, es de- ,
c i r , cuya serie de síntomas propios contenga los que se asemej a n todo lo p o s i b l e , no solamente á los sintonías c o r p o r a l e s del
caso p r e s e n t e de e n f e r m e d a d , sino t a m b i é n , y s o b r e t o d o , á
s u s síntomas m o r a l e s .
2 1 8 . P a r a llegar á poseer la totalidad de los s í n t o m a s , es
m e n e s t e r en p r i m e r l u g a r escribir e x a c t a m e n t e todos los que
ofrezca la e n f e r m e d a d corporal antes del momento en q u e p o r
el predominio del síntoma m o r a l h a d e g e n e r a d o en afección del
espíritu y del a l m a . E s t a s nociones l a s s u m i n i s t r a r á n las p e r sonas q u e r o d e a n al e n f e r m o .
2 1 9 . C o m p a r a n d o estos síntomas p r e c e d e n t e s de la e n f e r -
m e d a d corporal con las señales q u e de ella todavía subsisten
en la actualidad , pero casi b o r r a d a s , y q u e , aun en esta é p o c a , se hacen a veces bastante sensibles cuando h a v a l g ú n m o mento lucido, ó cuando la e n f e r m e d a d mental experimenta una
disminución p a s a j e r a , d a n u n pleno convencimiento de que
a u n q u e e n c u b i e r t o s , j a m á s h a n dejado de existir.
2 2 0 . Si á todo esto se a ñ a d e el estado de la m o r a l y del e s p í r i t u , q u e las personas colocadas al rededor del enfermo y el
médico mismo h a n o b s e r v a d o con la m a y o r atención , se tiene
una imagen completa de la e n f e r m e d a d , y se p u e d e desde luego
proceder a la indagación del medicamento homeopático propio
p a r a curarla-, es decir, si la afección mental tiene y a a l g ú n
tiempo de d u r a c i ó n , de aquel de e n t r e los medios antipsóricos
que tengan la propiedad de producir síntomas semejantes v
principalmente u n desorden análogo en las facultades m o l
rales.
2 2 1 . Sin e m b a r g o , si b a j o la influencia del miedo, del p e s a r , de las bebidas e s p i r i t u o s a s , e t c . , el estado de calma y
tranquilidad ordinario del enfermo h a sido r e e m p l a z a d o súbitamente por la demencia ó por el f u r o r , ofreciendo t a m b i é n el
c a r á c t e r de u n a enfermedad a g u d a , no se p u e d e , a u n q u e casi
siempre la afección p r o c e d e de u n a psora i n t e r n a , combatir
desde luego con el uso de los remedios antipsóricos. Es m e n e s ter que en p r i m e r l u g a r se le o p o n g a n los apsóricos, por e j e m p l o , el acónito, la b e l l a d o n a , el e s t r a m o n i o , el beleño, el
m e r c u r i o , e t c . , á dosis e s t i m a d a m e n t e débiles, á fin de disminuirla lo suficiente p a r a volver la psora á su anterior c o n dición l a t e n t e , lo que h a c e q u e el enfermo parezca r e s t a blecido.
2 2 2 . Pero es menester g u a r d a r s e m u y bien de considerar
como c u r a d a á la persona que se ha librado así de u n a e n f e r medad a g u d a de la m o r a l ó del espíritu por remedios apsóricos.
B«ftEtSíMB K.HEV6 t f M
I1BL1GTECA á r a s I T A l U ;
m
Lejos de e s t o , es menester a p r e s u r a r s e á e m p e z a r u n t r a t a miento antipsórico p r o l o n g a d o , p a r a d e s e m b a r a z a r l e del m i a s m a crónico, que a u n q u e h a vuelto á su estado l a t a n t e anterior,
no está m e n o s dispuesto á r e a p a r e c e r de n u e v o (1). P e r o , no
h a y q u e t e m e r u n acceso semejante al q u e se h a hecho cesar,
c u a n d o el enfermo sigue e x a c t a m e n t e el g é n e r o de vida q u e se
le h a p r e s c r i t o .
2 2 3 . M a s si no se r e c u r r e al tratamiento a n t i p s ó r i c o , se
p u e d e e s t a r casi s e g u r o que b a s t a r á u n a causa, a u n q u e sea m a s
l i j e r a q u e la que h a producido la p r i m e r a aparición de la m a nía, p a r a ocasionar u n s e g u n d o acceso m a s g r a v e y m a s p r o longado , d u r a n t e el cual la psora se d e s a r r o l l a r á p o r lo r e g u l a r de u n a m a n e r a c o m p l e t a , y d e g e n e r a r á en u n a e n a g e n a cion m e n t a l periódica ó c o n t i n u a , c u y a curación será m a s d i fícil de o b t e n e r p o r medio de los antipsóricos.
2 2 4 . E n los casos en q u e la enfermedad m e n t a l no e s t u viera t o d a v í a d e s a r r o l l a d a , y en que se d u d a r a de si en r e a l i dad r e s u l t a de u n a afección c o r p o r a l , ó si es m a s bien la c o n secuencia d e u n a educación m a l dirigida, de h á b i t o s viciosos,
de u n a m o r a l i d a d p e r d i d a , de u n espíritu d e s c u i d a d o , de la
superstición ó de la i g n o r a n c i a , el siguiente medio p o d r á h a (1) S u c e d e , aunque muy raramente, que una afección del espíritu ó de la
m o r a l , que dura ya algún tiempo., cesa por sí misma por el trasporte de la enfermedad interna á órganos del cuerpo menos importantes. En estos casos poco
comunes es e n los que se vé á algunos hombres salir de los establecimientos de
locos, en apariencia curados. Fuera de estos casos, dichos establecimientos quedan siempre llenos, y los nuevos enagenados no pueden entrar en ellos hasta que
l a muerte h a y a establecido algunas vacantes. ¡ Ninguno sale curado de un modo
real y d u r a d e r o ! Prueba evidente, entre otras t a n t a s , de la nulidad de la medicina, á la q u e ridiculamente dan el apellido de racional. ¿Cuántas veces, por el
contrario, la pura y verdadera medicina, la H o m e o p a t í a , no ha conseguido restablecer la s a l u d del cuerpo y del espíritu á los enagenados, restituyéndolos al
m u n d o , del cual y a estaban separados?
i
"ALFONSO REYES"
s^ntcsásSr
brío, m a s a b a t i d o y m a s inconsolable, el maniaco m a s m a l
c o s o y exasperado, el demente m a s imbécil (1) "
"lah¿ Í S . También e x i s t e n , como a c a b a m o s de v e r a l e , , ™ ,
™
' d e . l a , ^ g e n e r a c i ó n de nna enfermedad corporal y
que, estando el cuerpo poco a f e c t a d o , tienen su origen en J a l
c a c o n e s , el despecho, las ofensas g r a v e s , y sobre todo el
miedo y d t e r r o r . Estas también influyen con d
£ „
salud del cuerpo , y m u c h a s veces la c o m p r o m e t e n en alto
226
Solo en las e n f e r m e d a d e s m e n t a l e s , e n g e n d r a d a s de
este modo y alimentadas por el a l m a m i s m a , es en las que se
p u e d e c o n t a r con los remedios m o r a l e s , pero con tal que sean
todavía recientes y que no h a y a n alterado m u c h o el estado del
c u e r p o . En este caso es posible que la confianza que se inspira
al e n f e r m o . las exhortaciones bienhechoras que se le prodigan
los discursos sensatos que se le dirigen, y m u c h a s veces u n
e n g a ñ o disfrazado con a r t e , restablezcan p r o n t a m e n t e la salud
del alma , y mediante un r é g i m e n conveniente, vuelva también
el c u e r p o á las condiciones del estado n o r m a l .
(1) Parece que el espíritu siente, i p e s a r suyo, la verdad de estas representaciones , y obra sobre el cuerpo como si quisiera restablecer la armonía destruidapero este se rehace por su enfermedad en los órganos del espíritu y del alma y
aumenta el d e s i r d e n , que ya reina en ellos, rechazando sobre estos mismos sus
propios sufrimientos.
2 2 7 . Pero como estas e n f e r m e d a d e s se originan igualmente de u n miasma p s ó r i c o , q u e no e s t a b a en disposición de d e s arrollarse de u n a m a n e r a c o m p l e t a , la p r u d e n c i a exige q u e se
someta al enfermo á u n t r a t a m i e n t o antipsórico r a d i c a l , si se
quiere evitar q u e se r e p r o d u z c a la misma e n f e r m e d a d mental,
lo que sucede f r e c u e n t e m e n t e .
2 2 8 . E n las e n f e r m e d a d e s del espíritu y de la m o r a l p r o ducidas por u n a afección del o r g a n i s m o , cuya curación se o b tiene únicamente p o r un m e d i c a m e n t o homeopático a n t i p s ó r i c o , ayudado de u n g é n e r o de vida s a b i a m e n t e calculado , es
bueno, sin e m b a r g o , unir á estos medios u n cierto r é g i m e n , al
que debe estar sujeta el a l m a - Es m e n e s t e r , q u e b a j o este asp e c t o , el médico y los q u e le r o d e a n al e n f e r m o , o b s e r v e n
escrupulosamente, r e s p e c t o á él, la conducta q u e se h a y a creído
la m a s conveniente. Al m a n í a c o f u r i o s o , se opone la c a l m a y
la s a n g r e fria de u n a v o l u n t a d firme é inaccesible al temor -, al
que se desahoga d e sus sufrimientos con l á g r i m a s y p a d e c i mientos, se le m u e s t r a u n a m u d a compasion con la espresion de
las facciones y el c a r á c t e r de la m í m i c a ; se oye en silencio la
habladuría del i n s e n s a t o , sin d a r l e á e n t e n d e r , sin e m b a r g o ,
que no se tiene n i n g u n a a t e n c i ó n , y lo contrario se h a c e con
aquel cuyos actos ó discursos son r e p u g n a n t e s . Por lo que toca
á los estragos q u e podría c o m e t e r el m a n í a c o , basta t a n solo
prevenirlos é i m p e d i r l o s , sin r e p r e n d e r l e j a m á s , y es m e n e s t e r
disponerlo todo de m a n e r a , que no se r e c u r r a j a m á s á los castigos y tormentos c o r p o r a l e s ( 1 ) . Esta última condicion es tan(1) Escandaliza realmente y subleva á las almas sensibles la crueldad y la
dureza que desplegan en muchas casas de locos en Inglaterra y en Alemania,
los médicos, que sin conocer el único verdadero método de curar las enfermedades mentales, los remedios antipsóricos que contra ellas se emplean, se dan por
satisfechos con torturar y postrar á fuerza de golpes á los séres mas dignos de
compasion entre lodos los desgraciados. Valiéndose de tan escandalosos medios,
to m a s fácil de cumplir, cuanto que el uso de los medios c o e r D a r t a ° , H n d e G S C T r S e C ° n k r e P » a d e «os e n f e r m o s
p a r a t o m a r los remedios-, p o r q u e , con el método homeopático
las dosis son t a n débiles, que las sustancias m e d i c m a l e s S
se d e s c u b r e n por el g u s t o , pudiéndolas h a c e r t r a g a r al
mo en su bebida sin q u e lo a d v i e r t a .
X -
2 2 9 . La contradicción, las amonestaciones demasiado v i v a s , las exhortaciones m u y a c e r b a s y la violencia, son tan
poco oportunas como una condescendencia débil y tímida v
no perjudican menos en el tratamiento de las e n f e r m e d a d e s
mentales. Pero sobre t o d o , la ironía y el e n g a ñ o que pueden
o b s e r v a r s e o adivinar por el s e m b l a n t e , irritan á los maníacos
y a g r a v a n su estado. El médico y el que los v i g i l a , s i e m p r e
han de hacerles creer que gozan de su r a z ó n . Deben t a m b i é n
alejar de ellos todos los objetos esteriores que pudieran t u r b a r
sus sentidos ó su a l m a . P a r a su espíritu envuelto en u n a n u b e
no h a y distracciones. P a r a su alma s u b l e v a d a ó lánguida bajó
el y u g o de u n cuerpo e n f e r m o , no h a y ni recreos saludables
ni medios de i l u s t r a r s e , ni posibilidad de c a l m a r s e con p a l a b r a s , l e c t u r a s ú otro medio. Nada p u e d e infundirles la c a l m a ,
si no es la curación. La tranquilidad y el bienestar solo se a p o d e r a n de su a l m a cuando el organismo ha r e c o b r a d o la s a l u d .
2 3 0 . Si el remedio antipsórico que se ha elegido p a r a u n
caso dado de enagenacion m e n t a l , afección q u e , como es s a bido, se e n c u e n t r a diversificada al infinito, es p e r f e c t a m e n t e
homeopático á la imágen fiel del estado de la e n f e r m e d a d , conformidad tanto m a s difícil de e n c o n t r a r , c u a n t o m a s considese hacen inferiores á los carceleros de las casas de corrección; porque estos se
portan así con los criminales y por razón de la misión que se les ha conferido,
mientras que aquellos, demasiado ignorantes ó perezosos para buscar un método
conveniente de tratamiento, ejercen esa bárbara crueldad sobre enfermos inocentes, indignados de no poderlos curar.
r a b i e es el n ú m e r o de los medicamentos bien conocidos, c u a n to m a s intenso sea el síntoma p r i n c i p a l , es d e c i r , el estado
moral del e n f e r m o , entonces la m a s pequeña dosis b a s t a con
frecuencia p a r a p r o d u c i r en poco tiempo un alivio m a s p r o n u n ciado, q u e el q u e se h u b i e r a podido obtener de todos los d e más medios alopáticos, administrados á dosis las m a s f u e r t e s
y p r o d i g a d a s , casi hasta el punto de producir la m u e r t e . Puedo
a f i r m a r despues de una l a r g a experiencia, que la superioridad
de la Homeopatía sobre todos los otros métodos curativos i m a ginables, en ninguna p a r t e se presenta con tanta brillantez c o mo en las enfermedades mentales a n t i g u a s , q u e deben su o r í gen á afecciones corporales, ó que se h a n desarrollado al mismo
tiempo que ellas.
2 3 1 . H a y todavía una clase de e n f e r m e d a d e s que merece
u n e x á m e n m u y p a r t i c u l a r , y son, no solamente las que r e a p a r e c e n á épocas fijas, como las i n n u m e r a b l e s fiebres i n t e r m i tentes y las afecciones en apariencia no febriles q u e afectan la
misma f o r m a , sino t a m b i é n aquellas en las que ciertos estados
morbosos a l t e r n a n con otros á épocas i r r e g u l a r e s .
2 3 2 . Estas ú l t i m a s , las enfermedades a l t e r n a n t e s , son
igualmente m u y diversificadas ( 1 ) , pero todas pertenecen á la
g r a n d e serie de las crónicas. La m a y o r p a r t e son un resultado
del desarrollo de la psora-, a l g u n a s v e c e s , pero r a r a m e n t e , v a
(1) También es muy posible que alternen juntos dos ó tres estados diferentes. Puede s u c e d e r , por ejemplo, por lo que toca á la alternativa de dos estados
diferentes, que se manifiesten ciertos dolores en las estremidades inferiores luego
que desaparece una oftalmía, y que en seguida vuelva esta apenas hayan cesado
los dolores; ó que los espasmos y las convulsiones alternen inmediatamente con
otra cualquiera afección, ya de todo el c u e r p o , ya de alguna de sus partes. P e ro también es posible, en casos de una triple alianza de estados alternativos en
una enfermedad continua, que á una superabundancia aparente de s a l u d , á una
exaltación de las facultades del cuerpo y del espíritu (alegría insólita, viveza escesiva, sensación exagerada de bienestar, apetito inmoderado, e t c . ) , se v e a s u -
complicada con un miasma sifilítico, por cuya razón se curan
ó típicas s L o n S ! f T e d a d f i n t e r m t a t e s P u e n t e dichas
eme I n t
* * l a S q u e r e a P a r e c e u n e s t * d o morboso
semejante al que exist.a anteriormente, despues de un intervalo bas ante r e g u l a r de bienestar aparente y se e x t i n g u e de
nuevo negó que ha durado un espacio d e / t i e m p o d e t m l
nado Este fenómeno se verifica, no solamente en las n u m e r o sa variedades de fiebres intermitentes, sino también en las
enlermedades eu apariencia apirécticas que se presentan v d e s aparecen en épocas fijas.
234. Los estados morbosos, en apariencia apirécticos que
atectan un tipo bien pronunciado, es decir, que r e a p a r e c e n á
épocas tijas en un mismo s u g e t o , y q u e , en g e n e r a l , no se
manitiestan de una m a n e r a esporádica ó epidémica, pertenecen
todos a la clase de las enfermedades crónicas. La m a y o r p a r t e
dependen de una afección psórica p u r a , r a r a m e n t e complicada
con la sifiles, y se combaten con éxito con el género de t r a t a miento que exige esta enfermedad. Sin e m b a r g o , algunas v e ces es necesario emplear como medio intercurrente una corta
dosis homeopática de q u i n a , p a r a extinguir completamente su
tipo intermitente.
.
ceder
^ ^ m e n t e un humor sombrío y melancólico, una insoportable disposición a la hipocondría, con alteración de muchas funciones vitales, de la digestión, del sueño, e t c . , y que á este segundo estado suceda, de un modo mas ó
menos pronto, la sensación del mal estar que el sugeto experimenta habitualmente. l o r lo común no queda el menor vestigio del estado anterior, cuando se restablece el nuevo; pero muchas veces quedan todavía algunas señales. En ciertas
circunstancias, los estados morbosos que alternan juntos, son, por su naturaleza,
enteramente opuestos el uno al otro, como por ejemplo, la melancolía v la locura alegre, ó el furor.
2 3 5 . Con respecto á las fiebres intermitentes ( 1 ) que r e i n a n esporádica ó epidémicamente, y no las que son endémicas
en sitios p a n t a n o s o s , v e m o s con frecuencia q u e cada uno de
sus accesos ó paroxismos está compuesta igualmente de dos estados a l t e r n a n t e s contrarios, frió y calor, ó calor y frió-, pero lo
m a s f r e c u e n t e es de t r e s , f r i ó , calor y s u d o r . Por esto se n e cesita q u e el remedio q u e se elige contra ellas, y q u e en g e n e r a l se t o m a de la clase de los apsóricos experimentados, pueda
i g u a l m e n t e , que es lo m a s s e g u r o , e s c i t a r , en las p e r s o n a s
s a n a s , dos ó t r e s estados alternantes s e m e j a n t e s , ó á lo m e n o s
q u e t e n g a la facultad de producir por sí mismo con todos s u s
síntomas accesorios, aquel de los dos ó t r e s estados a l t e r n a n t e s , f r i ó , calor y sudor , q u e sea m a s f u e r t e y mas p r o n u n c i a d o . No obstante , los síntomas del estado del enfermo d u r a n t e
(1) Hasta ahora la patología, que aun no ha salido de su infancia, no conoc e mas que una fiebre intermitente, á la q u e también denomina algida. N o admite otra diferencia que la del tiempo en que se r e p r o d u c e n los accesos, en lo
que se fundan las denominaciones, de fiebre c o t i d i a n a , terciana, cuartana, e t c .
P e r o , además de la diversidad que ofrecen relativamente á sus épocas de r e a p a rición , las fiebres intermitentes presentan todavía otras diferencias mas i m p o r t a n t e s . E n t r e estas fiebres , hay muchas á las que no se p u e d e dar el nombre d e
a l g i d a s , porque sus accesos consisten únicamente en calor; otras que no están
caracterizadas mas que por el frió, seguido ó no d e sudor; en otras todo el c u e r po del enfermo está helado, y sin embargo, experimenta una sensación de calor,
ó bien escitan en él la sensación d e f r i ó , a u n q u e su cuerpo parezca m u y caliente
c u a n d o se le t o c a ; en m u c h o s , uno d e los paroxismos se limita á escalofríos ó á
f r í o , que reemplaza inmediatamente el bienestar, y el que viene despues no consiste mas q u e en c a l o r , seguido ó no de s u d o r ; aquí el frió y el calor ceden á
una apirexia completa, mientras que el paroxismo siguiente, que comunmente
solo tiene lugar al cabo de muchas h o r a s , está marcado únicamente por s u d o r e s ; en ciertos c a s o s , no se observa ninguna señal de s u d o r ; en o t r o s , el a c ceso se c o m p o n e únicamente de sudor, sin frió ó sin c a l o r , ó d e sudor solamente d u r a n t e el calor. E x i s t e n todavía una infinidad de diferencias relativas, sobre
t o d o á los síntomas accesorios, al carácter particular del dolor d e cabeza, al mal
gusto de b o c a , al dolor de estómago, al v ó m i t o , á la d i a r r e a , á la falta ó al
la a p i r e x i a , son los que principalmente deben servir de guia
p a r a elegir el medicamento homeopático (1).
2 3 6 . El método m a s conveniente y m a s útil en estas enferm e d a d e s , consiste en dar el remedio inmediatamente ó á lo
menos poco tiempo despues de h a b e r cesado el acceso. A d m i nistrado de este modo, tiene tiempo de producir en el o r g a n i s mo todos los efectos que dependen de él p a r a restablecer la
salud s m violencia y sin desorden-, al paso que si se hiciere
tomar antes del paroxismo, aun cuando fuese homeopático ó
especifico en el m a s alto g r a d o , su efecto coincidiría con la r e novación natural de la e n f e r m e d a d , y p r o v o c a r í a en el o r g a nismo u n combate t a l , una reacción t a n v i v a , que el enfermo
perdería á lo menos mucho de sus f u e r z a s , y su vida podría
también c o r r e r peligro ( 2 ) . Pero cuando se dá el medicamento
grado d e sed, al género de dolores que se sienten en el cuerpo y miembros, al sueno al d e l i r i o , á las alteraciones del h u m o r , á los e s p a s m o s , e t c . , que se manifiestan durante ó despues del f r i ó , durante ó despues del calar, d u r a n t e ó despues del s u d o r ; todo esto sin contar con multitud d e variedades. Estas son seguramente fiebres intermitentes muy diversas unas de o t r a s , de las cuales, cada
una reclama un método de tratamiento homeopático que le sea apropiado! Verdad es, y debemos confesarlo, que casi todas pueden ser suprimidas (lo que
sucede muy á m e n u d o ) , p o r grandes y enormes dosis de quina ó de sulfato de
quinina, es d e c i r , que-estas sustancias impiden su reaparición periódica y destruyen su tipo; pero cuando el medicamento se ha usado contra fiebres intermitentes á las que n o c o n v e n i a , el enfermo no se ha c u r a d o , sino porque se ha
extinguido el tipo-de su afección; está enfermo d e otro m o d o , y comunmente
mucho mas que antes; está sujeto á una enfermedad químíca especial y crónica,
que la verdadera medicina cura sin dificultad en corto espacio de tiempo. ¡ I á
esto se quiere dar el nombre d e c u r a r !
(1) M. Boenninghausen ha sido el primero que ha discutido este objeto tan
v a s t o , y el que ha facilitado con sus investigaciones la elección del remedio que
conviene en las diversas epidemias de fiebres intermitentes.
(2) Se tiene la prueba de esto en los c a s o s , por desgracia demasiado frecuentes , en que una dosis moderada de o p i o , administrada durante el frió que
precede á la calentura, ha causado de un modo pronto la muerte,del,enfermo.
»lliñMB K Mffnñ icsc
"muso
fe*. 1*25
ms"
"iiigtka
220
después d e cesado el acceso, y a n t e s q u e el paroxismo p r ó x i mo se p r e p a r e , a u n d e lejos, á r e a p a r e c e r , el organismo se
halla en la mejor disposición posible p a r a dejarse modificar
tranquilamente p o r el remedio y volver asi al estado d e
salud. .
2 3 7 . Si el tiempo d é l a apirexia es muy c o r t o , como en
a l g u n a s calenturas g r a v e s , ó si es m a r c a d o p o r accidentes
que s e refieren al paroxismo p r e c e d e n t e , entonces es m e n e s t e r
administrar el remedio homeopático t a n pronto como el sudor
ó los otros síntomas que indican el fin del acceso empiecen á
disminuir.
2 3 8 . Solo cuando el medicamento conveniente h a e x t i n guido con u n a sola dosis m u c h o s síntomas y h a vuelto m a n i fiestamente la s a l u d , r e a p a r i c i e n d o , sin e m b a r g o , al cabo d e
a l g ú n tiempo indicios d e u n n u e v o a c c e s o , es cuando se p u e d e
y se debe repetir el mismo r e m e d i o , con tal q u e sea la misma
la totalidad d e los síntomas. M a s esta reaparición d e la m i s m a
c a l e n t u r a , despues d e u n intervalo ele s a l u d , n o es posible sino
cuando la causa que h a producido í a e n f e r m e d a d p o r p r i m e r a
vez continúa todavía ejerciendo su influjo s o b r e l a misma p e r s o n a , como sucede e n los l u g a r e s pantanosos. E n s e m e j a n t e
caso, no se llega m u c h a s veces á o b t e n e r u n a curación d u r a dera , sino alejando al sugeto d e esta causa o c a s i o n a l ; p o r
ejemplo, aconsejándole q u e v a y a á h a b i t a r u n pais m o n t a ñ o s o ,
si es que la fiebre que padecía e r a producida p o r los efluvios d e
los p a n t a n o s .
2 3 9 . Como casi todos los m e d i c a m e n t o s , ejerciendo s u a c ción p u r a , escitan u n a c a l e n t u r a p a r t i e u l a r , y a u n u n a especie
de fiebre intermitente, q u e difiere d e todas l a s d e m á s p r o d u cidas p o r otros m e d i c a m e n t o s , la g r a n lista d e sustancias m e dicinales nos ofrece los medios d e combatir homeopáticamente
todas l a s fiebres intermitentes n a t u r a l e s . Ya encontramos rnu-
m
,; J
L F m
mmmZ
^ ES"
ellos eficaces contra estas afecciones, entre el corto n u m e r o d e
^ a m e n t o s que h a n sido ensayados hasta el día e
n
»
r ^ r e C ° n 0 C Í d 0 q u e 11,1 A c á m e n l o es hode
Z T n l eSPeClfiC° e ü U M 6 p Í d e m Í a "
i erm tente,, y se e n c u e n t r a , sin e m b a r g o , a l g ú n enfermo q u e
no s e cura d e u n modo completo, sin q u e se oponga á la
uracion la influencia d e u n a comarca p a n t a n o s a ' entonces
U obstáculo procede constantemente d e u n miasma p s ó r i co oculto, y p o r consiguiente se deben u s a r los remedios a n hasta
s
e ^ y a restablecido p e r f e c t a m e n t e la
ml
4
L
C U a n d 0
S
2 4 1 . L a s fiebres intermitentes que se declaran epidémicamente en lugares en que p o r otra parte no son epidémicas, son
enfermedades crónicas compuestas d e accesos a g u d o s aislados
Cada epidemia especial tiene su c a r á c t e r propio c o m ú n á todos
los individuos que a t a c a , y q u e , cuando se h a reconocido con
arreglo al conjunto de síntomas comunes á todos los enfermos,
indica también el remedio homeopático ó específico que conviene en todos los casos. E n efecto, este remedio c u r a casi g e n e ralmente los enfermos q u e antes de la epidemia gozaban d e
una salud soportable, es decir, q u e no e s t a b a n atacados de
u n a afección crónica debida al desarrollo d e la p s o r a .
Pero si en u n a epidemia de fiebres intermitentes se han d e jado p a s a r los primeros accesos sin c u r a r l o s , ó si los enfermos
han sido debilitados p o r falsos tratamientos alopáticos, e n t o n ces la p s o r a , que d e s g r a c i a d a m e n t e existe en u n t a n g r a n n ú mero d e i n d i v i d u o s , a u n q u e en estado d e l e t a r g o , se d e s a r r o lla , reviste aquí el tipo intermitente, y hace en apariencia el
papel d e fiebre intermitente e p i d é m i c a ; de s u e r t e q u e el m e d i camento que h u b i e r a sido saludable en los primeros p a r o x i s m o s , y que r a r a m e n t e pertenece á la clase d e los antipsóricos.
|f
$
I
•;.]• i
m
M
i:
deja de convenir, y ya no p u e d e ser de n i n g ú n auxilio. Desde
entonces y a no se tiene á la vista m a s que una fiebre i n t e r m i t e n t e psórica, de la que ordinariamente se triunfa con u n a c o r ta cantidad de azufre ó de hígado de a z u f r e , que r a r a vez h a y
necesidad de repetir.
2 4 3 . E n las fiebres i n t e r m i t e n t e s , comunmente m u y g r a v e s , que afectan á u n individuo aislado, exento de toda influencia de emanaciones p a n t a n o s a s , se debe, como en las e n f e r m e d a d e s a g u d a s en g e n e r a l , á las que se asemejan bajo el punto
de vista de su origen psórico, empezar ensayando, por espacio
de a l g u n o s dias, un remedio no antipsórico, homeopático al c a so q u e se p r e s e n t a ; p e r o , si t a r d a en conseguirse la curación,
esto p r u e b a que se trata' de u n a psora que está en el m o m e n t o
de d e s a r r o l l a r s e , y q u e los antipsóricos son desde entonces los
.únicos medios de q u e se p u e d e e s p e r a r u n éxito feliz.
2 4 4 . L a s fiebres intermitentes endémicas en las c o m a r c a s
p a n t a n o s a s y en los paises sujetos á las inundaciones, e m b a r a zan mucho á los médicos de la escuela reinante. Sin e m b a r g o ,
u n h o m b r e p u e d e a c o s t u m b r a r s e en su j u v e n t u d á la influencia
de u n pais cubierto de p a n t a n o s , y vivir sano en él, con tal
q u e g u a r d e u n género de vida r e g u l a r , y que no esté sujeto á
la miseria, las fatigas ó las pasiones deprimentes y d e s t r u c t o r a s . Las fiebres intermitentes endémicas le a t a c a r á n cuando
m a s á su llegada al pais-, p e r o u n a ó dos cortas dosis de quina,
p r e p a r a d a según el método h o m e o p á t i c o , b a s t a r á n p a r a l i b r a r le d e ella con p r o n t i t u d , si no se separa de la r e g u l a r i d a d en su
m o d o d e v i v i r . Pero cuando u n h o m b r e que h a c e bastante e j e r cicio y que sigue u n r é g i m e n conveniente en todo lo relativo al
espíritu y al c u e r p o , no c u r a de u n a fiebre intermitente de los
p a n t a n o s por la influencia de este solo medio, se d e b e estar
cierto que existe en él una psora próxima á d e s a r r o l l a r s e , y
q u e su fiebre intermitente solo cederá á un tratamiento a n t i -
psórico (1). Si este sugeto a b a n d o n a al momento el l u g a r p a n tanoso , p a r a habitar en otro montañoso y seco, sucede a l g u nas veces que r e c o b r a en él la s a l u d , y la fiebre le a b a n d o n a
cuando a u n no habia echado p r o f u n d a s raices, es decir que la
psora pasa otra vez á su estado latente, p o r q u e no habia llegado todavía a su último g r a d o de d e s a r r o l l o ; pero j a m á s se c u r a , ni goza nunca de una salud p e r f e c t a , si no se somete al uso
de los remedios antipsóricos.
^
£ - 2 4 5 . Despues de h a b e r visto la consideración que merecen
en los tramientos homeopáticos, las variedades principales de
las enfermedades, y las circunstancias particulares q u e pueden
ofrecer, p a s a r e m o s á los remedios mismos, al modo de servirse
de ellos, y al género de vida que el enfermo d e b e o b s e r v a r
mientras está sometido á su acción. Todo alivio en las enfermedades a g u d a s ó crónicas, que se manifiesta f r a n c a m e n t e , y h a ce progresos continuos, es un estado q u e , por mucho tiempo
que dure, prohibe formalmente la repetición de un medicamento cualquiera; porque aquel que el enfermo h a tomado continúa
todavía produciendo el bien que de él puede e s p e r a r s e . Toda
nueva dosis de un remedio c u a l q u i e r a , a u n del q u e se ha d a do últimamente , que hasta en este momento se ha mostrado
s a l u d a b l e , no haria m a s que alterar el t r a b a j o de la c u ración.
2 4 6 . Sucede a l g u n a s veces, cuando la dosis del m e d i c a mento homeopático es m u y p e q u e ñ a , que si n a d a t u r b a la a c ción de este r e m e d i o , continúa lentamente el alivio del e n f e r m o , y llena en c u a r e n t a , cincuenta ó cien dias, todo el bien
que se puede e s p e r a r de él en la circunstancia en que se le em(1) Dosis considerables y frecuentemente repetidas de quina y de sulfato de
quinina, pueden muy bien librar al enfermo de los accesos típicos de la fiebre
intermitente de los pantanos, pero no por esto queda menos e n f e r m o , aunque
de otro m o d o , mientras no se le administren remedios antipsóricos.
m
plea. Pero por u n a p a r t e , este caso es m u y r a r o , v por otra,
importa m u c h o al médico como al enfermo q u e este largo p e riodo se r e d u z c a á la m i t a d , á una c u a r t a p a r t e ó a u n m a s si
p u e d e ser, á fin de obtener u n a curación m u c h o m a s p r o n t a .
Observaciones h e c h a s recientemente y repetidas u n g r a n n ú m e ro de v e c e s , n o s h a n demostrado que se p u e d e llegar á esle
r e s u l t a d o , con t r e s condiciones-, p r i m e r a m e n t e , que la elección
del medicamento h a y a sido\perfectamente homeopática bajo t o dos aspectos; en s e g a n d o l u g a r , que se dé á la dosis m a s p e q u e n a , que es la m e n o s susceptible de d e s o r d e n a r la f u e r z a v i tal , c o n s e r v a n d o con todo bastante energía p a r a modificarla
convenientemente-, en fin, que esta débil p e r o eficaz dosis del
medicamento elegido con u n cuidado escrupuloso, se repita en
los intervalos q u e la experiencia enseña q u e conviene mejor p a r a a c e l e r a r c u a n t o sea posible la c u r a c i ó n , sin q u e por eso la
fuerza vital, q u e d e b e c r e a r por .medio de él u n a afección m e dicinal a n á l o g a á la e n f e r m e d a d n a t u r a l , p u e d a sentirse o b l i g a d a á producir reacciones c o n t r a r i a s al objeto que se quiere
conseguir.
2 4 7 . Bajo estas condiciones, las dosis mínimas de u n r e medio p e r f e c t a m e n t e homeopático pueden ser r e p e t i d a s , con un
éxito manifiesto, y á veces increíble, á distancias de catorce, d o c e , diez, ocho y siete dias. Se las puede todavía a p r o x i m a r m a s
en las e n f e r m e d a d e s crónicas q u e difieren poco de las afecciones
a g u d a s , y q u e piden p r o n t o auxilio. Los intervalos pueden d i s minuir t a m b i é n en las e n f e r m e d a d e s a g u d a s , y reducirse á
veinte y c u a t r o , d o c e , ocho y c u a t r o h o r a s . En fin, pueden ser
de u n a hora y a u n de cinco minutos solamente en las afecciones m u y a g u d a s ; y por ú l t i m o , se a t e n d e r á á la rapidez m a s
o menos g r a n d e del c u r s o de la enfermedad y de la acción del
medicamento q u e se e m p l e a .
248.
La dosis de u n mismo medicamento, se repite m u -
g m v e s , no inherentes á la afección que se quiere c u r a r no es
el conveniente p a r a producir una v e r d a d e r a curación i ) n o
E
menester T f " ^
» *
S
e
menester, si la agravación es c o n s i d e r a b l e , a p r e s u r a r s e á r e c u r r i r al a n t i d o t o , p a r a extinguirla en p a r t e , a n t e s de elegir un
medicamento, cuyos síntomas se asemejen m a s á los de fa e n -
™
°
°r a c c i d e n t e s n ° 8 0 , 1 m u y g r a v e s , d a r en s e guida otro remedio que tenga m a s homeopaticidad con el estado
actual de la e n f e r m e d a d .
Esta
. m \
conducta d e b e r á seguirse m a s estrictamente t o davía si en un caso u r g e n t e , el médico o b s e r v a d o r , q u e i n v e s tiga con cuidado todo cuanto o c u r r e , advierte al cabo de seis
ocho o doce h o r a s que se ha e n g a ñ a d o en la elección del ú l t i mo r e m e d i o , porque el estado del enfermo e m p e o r a un poco de
Hora en hora, y porque se manifiestan nuevos síntomas. En s e -
(1) Habiendo probado la experiencia que es casi imposible atenuar la dosis
ue un remedio perfectamente homeopático, sin que baste á producir un alivio
pronuncado en la enfermedad contra la que se dirige ( 1 6 1 , 179), sería obrar en
sentido inverso al objeto propuesto, y querer perjudicar al enfermo, el imitarla
medicina vulgar, q u e , cuando no obtiene alivio, ó ve empeorar la enfermedad
repite el mismo medicamento, doblando la dosis, en la persuasión que no habia
producido su efecto por haberle dado en corta cantidad. Si el enfermo no ha comet.do ningún estravío en el régimen, ya físico, ya moral; todo aumento, toda
agravación que se anuncia por síntomas nuevos, demuestra solamente que el remedio elegido no era homeopático al caso presente, pero nunca prueba que la
dosis haya sido demasiado débil.
m e j a n t e c a s o , le es p e r m i t i d o , y a u n e s t á o b l i g a d o á r e p a r a r
la falta q u e h a c o m e t i d o , eligiendo o t r o r e m e d i o h o m e o p á t i c o
q u e no solo c o n v e n g a al e s t a d o a c t u a l d e la e n f e r m e d a d , s i n o
q u e sea t a m b i é n el m a s a p r o p i a d o p o s i b l e (§. 1 6 1 ) .
h a c e n p o r decirlo así m a s n a t u r a l e s . Lo
el haba de
San Ignacio, el zumaque venenosoy q u i z á s t a m b i é n la bryonia,
251.
Hay algunos medicamentos, por ejemplo,
c u y a f a c u l t a d de m o d i f i c a r el e s t a d o del h o m b r e consiste p r i n c i p a l m e n t e e n efectos a l t e r n a n t e s ,
encuentra m a s ' T s ¿
^
O r n ó se
e n c u e n t r a m a s á su g u s t o , e s t á m a s t r a n q u i l o , tiene m a s líber
a d ele espíritu r e n a c e en él el v a l o r , y t o d a ¿ s u s u n e t n e s ¡
especie d e s í n t o m a s d e a c -
ción p r i m i t i v a q u e son en p a r t e o p u e s t o s los u n o s á los o t r o s .
Si d e s p u e s d e h a b e r p r e s c r i t o u n a d e e s t a s s u s t a n c i a s , en
con-
secuencia d e u n a elección r i g u r o s a m e n t e h o m e o p á t i c a , el m é -
contrario
i e r m o e m p e o r a , a u n q u e sea m u y l i j e r a m e n t e ;
zíñurel
sucede
e
s
e
perdbt
? i r i t u dei e n f e r r a ° ' e n iodas
m
' e ü l ° d a S l 3 S P ° s i c i 0 1 i e s <* ue t ( ) m a , al7 ¡ i
go d e msolito q u e no se escapa á u n o b s e r v a d o i a t e n t o p e r o
q u e se e n c u e n t r a m u c h a dificultad en d e s c r i b i r ( 1 )
'
2o4
geSt0S
Si se a ñ a d e a d e m á s , bien la a p a r i c i ó n d e n u e v o s s i u -
o m a s , bien la e x a s p e r a c i ó n d e los q u e existían a n t e s , ó al c o n -
dico no v i e s e s o b r e v e n i r n i n g ú n alivio, u n a s e g u n d a dosis , t a n
t i a n o , la disminución d e los s í n t o m a s p r i m i t i v o s , sin q u e
a t e n u a d a c o m o la p r i m e r a , y q u e p o d r í a a d m i n i s t r a r s e y a al ca-
h a y a n m a n i f e s t a d o o t r o s nuevos-, el médico d o t a d o d e u n e s p í -
b o d é a l g u n a s h o r a s , si la e n f e r m e d a d f u e s e a g u d a , le c o n -
ritu o b s e r v a d o r y a t e n t o , y a no p o d r á d u d a r si la e n f e r m e d a d
d u c i r í a p r o n t a m e n t e a L o b j e i o en la
se h a m e j o r a d o ó a g r a v a d o , a u n q u e se e n c u e n t r e n a l g u n o s e n -
m a y o r p a r t e d é los c a -
sos ( 1 ) .
252.
f e r m o s i n c a p a c e s d e d e c l a r a r si están m e j o r
P e r o si r e l a t i v a m e n t e á
los d e m á s m e d i c a m e n t o s , se
viese en u n a e n f e r m e d a d c r ó n i c a (psórica), q u e el r e m e d i o m a s
ó peor,
v
se
otros
t a m b i é n q u e no q u i e r e n d e c i r l o .
255.
Sin e m b a r g o , a u n en este último caso, se p u e d e t e -
h o m e o p á t i c o ( a n t i p s ó r i c o ) , a d m i n i s t r a d o á la dosis c o n v e n i e n t e
n e r uua p l e n a y e n t e r a convicción, volviendo á t o m a r d e n u e v o
(la m a s p e q u e ñ a p o s i b l e ) , no p r o p o r c i o n a s e n i n g ú n a l i v i o , e s t o
todos l o s . s í n t o m a s q u e se h a n a n o t a d o eu el c u a d r o d e la e n f e r -
s e r i a u n a señal c i e r t a q u e la c a u s a q u e sostiene la
m e d a d , y r e v i s á n d o l o s uno d e s p u e s d e o t r o d e a c u e r d o con el
enfermedad
s u b s i s t e t o d a v í a , y q u e en el g é n e r o d e vida del e n f e r m o , ó en
lo q u e le r o d e a , h a y a l g u n a c i r c u n s t a n c i a q u e d e b e s e p a r a r s e ,
si se q u i e r e q u e la c u r a c i ó n sea d u r a d e r a .
253.
E n t r e los s i g n o s q u e en t o d a s l a s e n f e r m e d a d e s , s o b r e
todo e n a q u e l l a s
c u y o e a r á c t e r es a g u d o , a n u n c i a n
u n lijero
principio d e alivio ó d e a g r a v a c i ó n , q u e á c u a l q u i e r a sea d a d o
o b s e r v a r , los m a s m a n i f i e s t o s y s e g u r o s se d e d u c e n d e l h u m o r
del e n f e r m o y del m o d o c o m o se c o m p o r t a b a j o t o d o s c o n c e p t o s .
(1) Como lo lie demostrado en los Prolegómenos del articulo consagrado al
haba d e S . Ignacio (Tratado de materia médica pura).
(1) Los signos d e alivio relativos al humor y al espíritu del enfermo s e ma
niuestan poco tiempo despues que ha tomado el remedio, cuando la dosis'ha sido
convenientemente atenuada, es d e c i r , t a n pequeña como sea posible. Una dosis
mas fuerte d e la que la necesidad e x i g e , aun del remedio mas homeopático obra
con demasiada violencia, y produce en seguida una alteración muv grande y pro
longada en las facultades intelectuales y morales, para que se pueda reconocer
el alivio en el estado d e estas últimas. Haré observar a q u í , q u e esta regla tan
importante, es una d e aquellas contra las que mas pecan los homeópatas principiantes y los médicos que pasan d e la antigua escuela á la nueva. Alucinados estos por las preocupaciones, temen en semejante caso recurrir á las mas pequeñas
dosis de las mas altas diluciones, y s e privan también d e las grandes ventajas,
que d e ellas se han obtenido mil y mil veces reiteradas; no pueden hacer lo que'
reclama la verdadera H o m e o p a t í a , y se creen sin embargo sus adeptos.
mejanle c a s o , le es p e r m i t i d o , y a u n está obligado á r e p a r a r
la falta q u e h a cometido, eligiendo otro remedio homeopático
que no solo convenga al estado actual d e la e n f e r m e d a d , sino
que sea también el m a s apropiado posible (§. 1 6 1 ) .
2 5 1 . H a y algunos m e d i c a m e n t o s , p o r ejemplo, el haba de
San Ignacio, el zumaque venenosoy quizás t a m b i é n la bryonia,
c u y a facultad de modificar el estado del h o m b r e consiste p r i n cipalmente e n efectos a l t e r n a n t e s , especie d e síntomas d e a c ción primitiva que son en p a r t e opuestos los u n o s á los o t r o s .
Si despues d e h a b e r prescrito una d e estas s u s t a n c i a s , en c o n secuencia d e u n a elección r i g u r o s a m e n t e h o m e o p á t i c a , el m é dico no viese sobrevenir n i n g ú n alivio, u n a s e g u n d a dosis , t a n
atenuada como la p r i m e r a . y que podría a d m i n i s t r a r s e y a al cabo d é a l g u n a s h o r a s , si la enfermedad fuese a g u d a , l e c o n d u c i r á p r o n t a m e n t e a l j o b j e t o en la m a y o r p a r t e d é los c a sos ( 1 ) .
2 5 2 . Pero si relativamente á los d e m á s m e d i c a m e n t o s , se
viese en u n a enfermedad crónica (psórica), que el remedio m a s
homeopático (antipsórico), administrado á la dosis conveniente
(la m a s pequeña posible), no proporcionase ningún alivio, esto
seria u n a señal cierta q u e la causa que sostiene la e n f e r m e d a d
subsiste t o d a v í a , y q u e en el género d e vida del enfermo, ó en
lo que le r o d e a , h a y a l g u n a circunstancia que d e b e s e p a r a r s e ,
si se quiere que la curación sea d u r a d e r a .
2 5 3 . E n t r e los signos q u e en todas l a s e n f e r m e d a d e s , s o b r e
todo e n aquellas cuyo e a r á c t e r es a g u d o , anuncian u n lijero
principio d e alivio ó d e a g r a v a c i ó n , que á cualquiera sea dado
o b s e r v a r , los m a s manifiestos y seguros se deducen d e l h u m o r
del enfermo y del modo como se comporta b a j o todos conceptos.
(1) Como lo he demostrado en los Prolegómenos del articulo consagrado al
haba d e S . Ignacio (Tratado de materia médica pura).
encuentra m a s ' T s ¿
^
^ r m o se
encuentra m a s á su g u s t o , está m a s tranquilo, tiene m a s líber
a d ele espíritu renace en él el v a l o r , y toda¿ sus u n e t n e s ¡
hacen p o r decirlo así m a s n a t u r a l e s . Lo contrario s u c e d e s e
iermo e m p e o r a , a u n q u e sea m u y l a m e n t e ; e p e r d b t
EL
7 ¡ i m
PIRITU DEI E N F E M
EN
R
°
'
¿
geSt0S e ü l daS l3S
sici01ies
'
°
P°
<*ue
5
I
al-
go d e msolito q u e no se escapa á u n o b s e r v a d o i atento pero
que se e n c u e n t r a m u c h a dificultad en describir ( 1 )
'
2o4
Si se a ñ a d e además, bien la aparición d e n u e v o s s m omas, bien la exasperación d e los q u e existían antes, ó al c o n t i a n o , la disminución d e los síntomas primitivos, sin q u e s e
h a y a n manifestado otros nuevos-, el médico dotado d e u n e s p í ritu o b s e r v a d o r y atento , y a no podrá d u d a r si la enfermedad
se h a mejorado ó a g r a v a d o , a u n q u e se encuentren algunos e n fermos incapaces d e declarar si están mejor ó p e o r , v otros
también que no quieren decirlo.
2 5 5 . Sin e m b a r g o , a u n en este último caso, se puede t e ner una plena y entera convicción, volviendo á tomar d e nuevo
todos los.síntomas que se h a n anotado eu el cuadro d e la e n f e r m e d a d , y revisándolos uno despues d e otro d e a c u e r d o con el
i l'-i'í'; •
(1) Los signos d e alivio relativos al humor y al espíritu del enfermo s e ma
niliestan poco tiempo despues que ha tomado el remedio, cuando la dosis'lia sido
convenientemente atenuada, es d e c i r , t a n pequeña como sea posible. Una dosis
mas fuerte d e la que la necesidad e x i g e , aun del remedio mas homeopático obra
con demasiada violencia, y produce en seguida una alteración muv grande y pro
longada en las facultades intelectuales y morales, para que se pueda reconocer
el alivio en el estado d e estas últimas. Haré observar a q u í , q u e esta regla tan
importante, es una d e aquellas contra las que mas pecan los homeópatas principiantes y los médicos que pasan d e la antigua escuela á la nueva. Alucinados estos por las preocupaciones, temen en semejante caso recurrir á las mas pequeñas
dosis de las mas altas diluciones, y s e privan también d e las grandes ventajas,
que d e ellas se han obtenido mil y mil veces reiteradas; no pueden hacer lo que'
reclama la verdadera H o m e o p a t í a , y se creen sin embargo sus adeptos.
enfermo. C u a n d o este último no a c u s a m a s síntomas de los q u e
y a se t e n í a n ; c u a n d o ninguno de los accidentes se lia a g r a v a do-, en fin, c u a n d o se h a notado y a cierto alivio en las f a c u l t a des morales é intelectuales, es indispensable que el medicamento h a y a producido una disminueion esencial de la e n f e r m e d a d ,
ó si todavía h a t r a s c u r r i d o poco tiempo desde su a d m i n i s t r a ción , que esté p r ó x i m o á p r o d u c i r l a . P e r o si habiendo sido bien
e l e g i d o , t a r d a r á el alivio en manifestarse, d e b e r á atribuirse á
a l g u n a falta c o m e t i d a p o r el e n f e r m o , ó á la escesiva duración
de la a g r a v a c i ó n homeopática (§. 157) p r o d u c i d a p o r la s u s tancia m e d i c i n a l , en cuyo último caso d e b e r e m o s concluir que
la dosis 110 ha sido b a s t a n t e p e q u e ñ a .
¿ 5 6 . P o r o t r a p a r t e , si el e n f e r m o aqueja a l g ú n síntoma
importante r e c i e n t e m e n t e d e s a r r o l l a d o , q u e a n u n c i e que el m e dicamento no h a sido bien h o m e o p á t i c o , p o r m a s que diga
que se siente m e j o r , el médico, lejos de creerlo, d e b e al c o n trario considerar su estado como m a s g r a v e que a n t e s , y m u y
luego se c o n v e n c e r á de ello p o r sus propios ojos.
2 5 7 . El v e r d a d e r o médico se g u a r d a r á m u y bien de a f i cionarse á ciertos remedios que la casualidad le ha p r o p o r c i o nado con f r e c u e n c i a o c a s i o n d e e m p l e a r con feliz resultado. Esta predilección m u c h a s veces le h a r í a olvidar otros que serían
m a s homeopáticos y p o r consiguiente m a s eficaces.
2 5 8 . I g u a l m e n t e p r o c u r a r á no t o m a r prevención contra r e medios que le h a y a n h e c h o sufrir a l g ú n r e v é s por h a b e r l o s
elegido m a l , e s d e c i r , p o r su propia f a l t a . T e n d r á siempre
presente en su m e m o r i a esta g r a n d e v e r d a d : que, de todos los
medicamentos c o n o c i d o s , uno solo m e r e c e la p r e f e r e n c i a , y es
aquel cuyos s í n t o m a s t e n g a n m a s semejanza con la totalidad de
los que carazterizan la e n f e r m e d a d . No d e b e e s c u c h a r n i n g u n a
pasión mezquina en u n a s u n t o tan serio.
2 5 9 . Como en la práctica de la Homeopatía es necesario
q a e las dosis sean m u y p e q u e ñ a s , fácilmente se concibe que es
preciso s e p a r a r del régimen y del género de vida de
W
medlrin
> ^
^
^
* * *
SObre
eIl S
°
¡
'^ncia
medicinal c u a l q u i e r a , p a r a que el efecto de dosis tan p e q u e ñ a s
extraño*"¡f)
T
*
Ó tUrbado
riin un
^
Amulante
2 0 0 . En las e n f e r m e d a d e s crónicas es en donde ¿ o r l a
s e p a r a r con cuidado todos los obstáculos de este género p u e s to que ordinariamente ya son a g r a v a d a s por ellos, ó por otros
errores del régimen m u c h a s veces desconocidos (2).
2 6 1 . El régimen que m a s conviene en las e n f e r m e d a d e s
c r ó n i c a s , mientras se hace uso de m e d i c a m e n t o s , consiste en
s e p a r a r todo lo que puede contrariar ó impedir la curación v
en p r o p o r c i o n a r , según la n e c e s i d a d , condiciones inversas,
prescribiendo, por ejemplo, las distracciones inocentes, el e j e r cicio activo al g r a n d e aire y sin a t e n d e r al tiempo, los a l i m e n tos convenientes, nutritivos y privados de virtudes medicinales, etc.
(1) El dulce sonido de la llauta que de lejos y en el silencio de la noche,
dispone un corazon sensible al entusiasmo religioso, en vano hiere el aire cuando
va acompañado de gritos y ruidos disonantes.
(2) Por ejemplo, el café, el té y la cerveza, que contienen sustancias vegetales
dotadas de propiedades medicamentosas, que 110 sean apropiadas al estado del
enfermo; los licores preparados con aromas medicinales, todas las clases de ponche, el chocolate con especias, las aguas de olor y perfumes de todas clases, los
ramilletes de flores muy olorosas, las preparaciones dentífricas, pulverizadas ó
líquidas, en que entran sustancias medicinales, las perfumadas, los manjares
muy codimentados, las pastas y sorbetes aromatizados, las legumbres, que consisten en yerbas, raices ó renuevos medicinales, el queso añejo, las carnes saladas ó ahumadas, el tocino y la manteca de puerco, de ganso y de p a t o , la ternera muy jóven, los alimentos ácidos. Todas estas sustancias ejercen una acción medicinal accesoria, y debe abstenerse de ellas el enfermo. Se prohibirá también el abuso de los placeres de la mesa, aun del azúcar y de la sal. Tampoco
se permitirán las bebidas espirituosas, el calor escesivo de las habitaciones, los
vestidos de franela sóbrela piel, que deben reemplazarse en verano con vestidos
2 6 2 . Por el c o n t r a r í o , en las e n f e r m e d a d e s a g u d a s , e s ceptuando la e n a g e n a c i o n m e n t a l , el instinto c o n s e r v a d o r de la
vida habla con t a n t a claridad y precisión, que el médico solo
tiene que r e c o m e n d a r á los asistentes q u e no contraríen la n a turaleza , r e h u s a n d o al enfermo lo que pide con i n s t a n c i a , ó
persuadiéndole á t o m a r cosas q u e r e p u g n e .
2 6 3 . La m a y o r p a r t e de los alimentos y bebidas q u e deben
darse á una persona a t a c a d a de una e n f e r m e d a d a g u d a , no son,
es v e r d a d , mas que medios paliativos y aptos á lo m a s p a r a
proporcionar un alivio m o m e n t á n e o , pero no t i e n e n , p r o p i a mente h a b l a n d o , c u a l i d a d e s medicinales, y corresponden s o l a mente á una especie de necesidad. Con tal que la satisfacción
que bajo este aspecto s e proporciona al enfermo no salga de los
justos límites, los débiles obstáculos que podría oponer á la
curación radical de la e n f e r m e d a d (1) son c u b i e r t o s , v con
esceso, por la potencia del remedio homeopático, por la l i b e r tad en que queda la f u e r z a vital, y por la calma q u e sigue á la
posesion de un objeto a r d i e n t e m e n t e deseado. La t e m p e r a t u r a
primero de algodon y d e s p u e s de lienzo, la vida sedentaria en lugares n o ventilados , el abuso del ejercicio p u r a m e n t e pasivo, á caballo , en c o c h e , ó en c o lumpio, la lactancia d e m a s i a d o p r o l o n g a d a , el hábito d e acostarse por la siesta,
el dormir mucho t i e m p o , los placeres n o c t u r n o s , la falta de limpieza, los placeres sexuales contra n a t u r a l e s , las lecturas eróticas. S e evitarán los motivos d e
cólera, de pesar y de d e s p e c h o , el juego tomado con pasión, los t r a b a j o s corporales ó intelectuales f o r z a d o s , la permanencia en sitios pantanosos, el habitar
lugares en que no se r e n u e v a el aire, la represión, las necesidades urgentes, etc.
T o d a s estas influencias deben evitarse ó alejarse en lo posible, si se quiere o b tener la curación, que estos obstáculos harian difícil ó quizás imposible. Algunos
de mis discípulos parece q u e quieren hacer un régimen mas difícil de observar,
prohibiendo todavía otras cosas bastante diferentes, lo q u e no m e r e c e a p r o b a r s e .
(1) Sin e m b a r g o , este c a s o sucede muy rara vez. A s í , por e j e m p l o , el enfermo nunca tiene sed mas q u e de agua pura en las enfermedades francamente
inflamatorias, que tan imperiosamente reclaman el a c ó n i t o , c u v a acción s e destruiría introduciendo en el organismo bebidas con ácidos vegetales.
de la habitación y el n ú m e r o de cubiertas deben igualmente
r e g u l a r s e según los deseos del e n f e r m o , en las e n f e r m e d a d e s
a g u d a s . Se c u . d a r á de evitar todo lo que pudiera causarle una
tuerte emocion de espíritu, ó q u e b r a n t a r su moral.
264. El v e r d a d e r o médico no puede contar con la virtud
curativa de los m e d i c a m e n t o s , sino cuando los posee tan p u r o s y tan perfectos como es posible. Necesita, p u e s , s a b e r
apreciar su p u r e z a en él inferno.
2 6 o . P a r a el médico, es un caso de conciencia tener la
intima convicción de q u e el enfermo toma siempre el remedio
que en realidad le conviene.
2 6 6 . L a s sustancias que proceden del reino animal y del
reino v e g e t a l , no gozan plenamente de sus virtudes medicinales sino cuando son c r u d a s (1).
2 6 7 . El modo m a s perfecto y s e g u r o de a p o d e r a r s e de la
virtud medicinal de las plantas i n d í g e n a s , que pueden o b t e nerse f r e s c a s , consiste en esprimir el j u g o , que se mezcla en
(1) Las sustancias animales y vegetales crudas tienen mas ó menos virtudes
medicinales, y pueden modificar el estado del hombre, cada una á su modo. Las
plantas y los animales d e que se alimentan los pueblos civilizados tienen sobre
las demás la ventaja de contener la mayor cantidad de partes nutritivas, y de tener virtudes medicinales menos enérgicas, q u e todavía disminuyen por ías preparaciones que se las hace s u f r i r , como la espresion del jugo nocivo (el cazabe
en América), la fermentación (la pasta de que se hace el p a n , la de la colicost r a , etc.), las fumigaciones, la coccion, la torrefacción, etc., que destruyen ó
disipan las partes á q u e se adhieren estas virtudes medicinales. La adición de la
sal (salazón) y del vinagre (salsas, ensaladas), p r o d u c e también este efecto, p e ro resultan de ello otros inconvenientes.
Las p l a n t a s dotadas de virtudes njedicinales mas enérgicas, se despojan igualmente d e ellas en todo ó en p a r t e , cuando se las trata del mismo modo. Las raices del lirio cárdeno, de rábano silvestre, d e peonía y de aro seguino , se hacen
casi inertes p o r la desecación. El jugo de los vegetales mas violentos, se r e d u c e
en una masa del todo i n e r t e por la acción del c a l o r , que sirve para preparar los
e s t r a d o s ordinarios. Basta dejar en reposo por algún tiempo el jugo d e la planta
mas p e l i g r o s a , para que pierda todas sus propiedades; por sí mismo pasa rápi-
K KKV0 Uffll
I I W O T K A UMIYEISITílU
seguida exactamente con partes iguales de alcohol. Se deja en
reposo la mezcla por espacio de veinte y cuatro h o r a s , en un
frasco tapado, y despues de h a b e r decantado el líquido claro,
en cuyo fondo se encuentra un sedimento fibroso y. albuminoso,
se le conserva p a r a el uso medicinal (1). El alcohol que se ha
añadido al jugo se opone al desarrollo de la fermentación q u e
ya en adelante no puede efectuarse. Se conserva este líquido
al abrigo de los rayos del sol, en frascos de vidrio bien t a p a dos. De este modo, la virtud medicinal de las plantas, se c o n serva e n t e r a , perfecta y sin la menor alteración (2).
<
-.,.->.
¡ ,¡.;i ..... „,. . .
d a m e n t e á la fermentación vinosa, cuando la temperatura es moderada ; luego
despues se a g r i a , y en seguida se p u d r e , lo que acaba de destruir toda su virtud medicinal; el sedimento que entonces se deposita en el fondo no es mas que
una fécula inerte. L a s yervas verdes, que se ponen en m o n t o n e s , pierden también la mayor parte de lo que tienen de medicinal por la especie de exudación
ó de sudor que experimentan.
(1) Bucholz (Taschenbuch fuer Scheidehiemtter und Apotheker , 1 8 1 o , i. vi) asegura á sus lectores, y el q u e ha dado cuenta de su libro, en la Leipziger
Literaturseilung, 1 8 1 6 , núm. 8 2 , n o lo c e n s u r a , que este modo d e preparar los medicamentos se d e b e á la campaña d e la Rusia (1812), de donde ha venido á Alemania. P e r o refiriéndole en las propias palabras d e la primera edición de mi Oryanon, se olvida decir que soy y o el inventor; ya lo habia yo publicado dos años
antes d e la campaña de Moscou (en 1 8 1 0 ) . ¡Se prefiere mas bien fingir que un
descubrimiento ha venido de los desiertos del Asia, que h o n r a r con él á u n c o m patriota! Verdad es que en otro tiempo se mezclaba el alcohol con el jugo d e las
p l a n t a s , con el fin, por e j e m p l o , d e conservarlas algún tiempo antes d e p r e p a rar eon ellas e s t r a d o s ; pero esta adición jamás se ha hecho con la mira de administrar despues esta mezcla como remedio.
(2) A u n q u e partes iguales de alcohol y d e jugo recientemente exprimido,
sea generalmente la proporcion que mejor conviene para precipitar la materia
fibrosa y la albúmina , sin e m b a r g o , h a y plantas m u y cargadas de mucosidades,
como la consuelda, el pensamiento, e t c . , que exigen ordinariamente doble cantidad d e alcohol. E n cuanto á las plantas poco ricas en j u g o , como el oleandro,
el boj, la sabina, el galo, el ládano, e t c . , es preciso empezar p o r machacarlas
hasta que formen u n a pasta homogénea y h ú m e d a , á la que luego se a ñ a d e d o ble cantidad de a l c o h o l , que se une al jugo v e g e t a l , y permite obtenerle por la
2 6 8 . En cuanto á las plantas, cortezas v raices exóticas
q u e no pueden obtenerse en su estado fresco", un médico p r u dente j a m a s se fiará de otro para proporcionárselas en forma de
polvo. Antes de usarlas en su práctica, p r o c u r a r á tenerlas enteras, y no p r e p a r a d a s , p a r a poderse convencer de su pureza (1).
2 6 9 . Por un procedimiento que le es propio y que no h a bía sido ensayado antes de e l l a , la medicina homeopática
desarrolla de tal modo las virtudes medicinales dinámicas de
sustancias g r o s e r a s , que les dá á todas una acción de las m a s
penetrantes, aun á aquellas que antes de h a b e r sido t r a t a d a s
de este modo no ejercían la menor intluencia medicinal sobre
el cuerpo del h o m b r e .
acción de la p r e n s a ; pero pueden también triturarse estas plantas secas con azúcar de leche, hasta el millonésimo g r a d o de atenuación, disolver entonces un
grano d e este p o l v o , y servirse d e la disolución para obtener las diluciones siguientes (§. 2 7 1 ) .
(1) P a r a conservarlas en forma de p o l v o s , se necesita una precaución no
usada hasta el dia en las b o t i c a s , donde no pueden g u a r d a r s e , sin que se alteren , ni aun los polvos bien desecados d e sustancias animales v vegetales. Esto
consiste en que las materias vegetales, aunque sean perfecamente s e c a s , retienen todavía cierta cantidad de h u m e d a d , condiciou indispensable para la coherencia d e su tegido, que no impide que la droga permanezca incorruptible mientras se conserva toda entera, pero que se hace perjudicial luego que se la pulveriza. De aquí se sigue, que una sustancia animal v vegetal, que estaba bien
seca cuando e n t e r a , dá un polvo lijeramente h ú m e d o , que no t a r d a en alterarse
y enmohecerse en los f r a s c o s , aunque estén bien t a p a d o s , si antes no se ha t e nido el cuidado de privarles de toda su humedad. El mejor modo d e conseguirlo
consiste en estenderle sobre un plato de hoja d e l a t a , de b o r d e s e l e v a d o s , que
se calienta en un baño d e arena. Desecados de este modo y conservados en frascos bien tapados y sellados, quedan inalterables, y conservan completamente sus
virtudes primitivas, sin enmohecerse j a m á s , ni criar mitas. Se debe tener cuidado de poner los frascos al abrigo de la l u z , en cajas ó g a b e t a s . Cuando
el aire penetra en los frascos, estando estos espuestos á la acción d e los r a y o s del
sol ó d é l a luz d i f u s a , las sustancias animales \ vegetales pierden cada dia m a s
sus virtudes medicinales, lo que sucede cuando están en g r a n d e s porciones, v
principalmente bajo la forma de polvo.
2 7 0 . Se t o m a n dos gotas de la mezcla de p a r l e s iguales d e
u n jugo vegetal fresco y a l c o h o l , se las h e c h a en n o v e n t a y n u e v e gotas de a l c o h o l , y se d a n dos f u e r t e s sacudidas al f r a s c o
q u e contiene el líquido. Se tienen en seguida otros veinte y n u e v e frascos llenos en sus t r e s c u a r t a s p a r t e s con noventa y n u e v e gotas de alcohol, y en cada uno de los cuales se echa una
gota del líquido contenido en el precedente, cuidando siempre de
dar dos sacudidas á cada frasco ( 1 ) . El último ó el trigésimo
contiene la dilución al decillonésimo g r a d o de potencia ( x ) , la
que se emplea con m a s f r e c u e n c i a .
2 7 1 . Todas las d e m á s sustancias destinadas á los usos de
la medicina homeopática , como los metales p u r o s , los óxidos
y súlfuros metálicos, las o t r a s sustancias m i n e r a l e s , el petróleo, el f ó s f o r o , las p a r t e s y j u g o s de las plantas q u e solo
pueden proporcionarse en el estado s e c o , las sustancias a n i males , las sales n e u t r a s , e t c . , se llevan al millonésimo g r a do de atenuación p u l v e r u l e n t a , p o r medio de una trituración
q u e d u r a tres h o r a s ; d e s p u e s de la cual se disuelve un g r a n o
del polvo, y se t r a t a la disolución en veinte y siete frascos s u c e sivos , del mismo m o d o que se h a hecho respecto de los j u g o s
( 1 ) F u n d á n d o m e en experiencias multiplicadas y observaciones exactas, y
queriendo fijar un término preciso y medio al desarrollo de la virtud d e los
medicamentos l í q u i d o s , h e prescrito que no se d e n m a s que dos sacudidas á
cada f r a s c o , en lugar d e dar m a s , como antes lo hacía, lo q u e desarrollaba
demasiado la potencia d e los r e m e d i o s . H a y homeópatas q u e llevan consigo los
medicamentos homeopáticos en forma liquida, mientras hacen sus visitas, y
pretenden que por este medio y con el tiempo sus virtudes no adquieren mas
desarrollo. Sostener semejante t é s i s , es p r o b a r que no s e posee un espíritu d e
observación bien riguroso. H e disuelto un grano d e anatron en media onza d e
agua mezclada con un p o c o d e a l c o h o l , y p o r espacio de media hora h e sacudido sin interrupción, el frasco lleno en sus dos t e r c e r a s p a r t e s , y he encontrado que esta mezcla igualaba en energía á la trigésima dilución.
vegetales, á fin de elevarlas al trigésimo g r a d o de desarrollo de
s u potencia ( 1 ) .
2 7 2 . E n n i n g ú n caso es necesario emplear mas de un m e dicamento á la vez ( 2 ) .
2 7 3 . No se concibe que pueda q u e d a r la menor d u d a r e s pecto á si es m a s r a z o n a b l e y mas conforme á la naturaleza no
emplear á la v e z , en una e n f e r m e d a d , m a s que una sola s u s tancia medicinal bien conocida, ó prescribir una mezcla de m u chos medicamentos diferentes.
2 7 4 . Cuando el v e r d a d e r o médico e n c u e n t r a en los medicamentos simples y no mezclados todo lo que p u e d e d e s e a r , es
decir, potencias morbíficas artificiales que, por su facultad homeopática, c u r a n completamente las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s ,
y como es un p r e c e p t o m u y p r u d e n t e no e m p l e a r n u n c a m u c h a s
fuerzas p a r a lo q u e se puede cumplir con u n a s o l a , j a m á s d e b e r á dar á la vez como remedio m a s que u n solo medicamento
simple. P u e s s a b e , q u e , a u n cuando se hubiesen estudiado en
el h o m b r e sano los efectos específicos y puros de todos los m e dicamentos simples, no podríamos por eso e n c o n t r a r n o s en e s tado de p r e v e r y calcular el modo con que estas sustancias
mezcladas entre sí pueden c o n t r a r i a r s e y modificarse r e c í p r o camente e n sus efectos. Tampoco ignora que un medicamento
simple, administrado en una e n f e r m e d a d , cuyo conjunto de
síntomas se asemeja perfeclamcnte á los s u y o s , basta por sí
solo p a r a c u r a r l a de una m a n e r a perfecta. Está bien convenci( 1 ) Como se ha dicho con mas estension todavía en los discursos que p r e ceden á la exposición d e los síntomas d e los medicamentos que comprende el
primer tomo del Tratado de materia médica pura.
( 2 ) Algunos homeópatas han e n s a y a d o , en los casos en que un medicamento
convenia á una p a r t e d e los síntomas y un segundo á otra p a r t e , dar los dos
medicamentos á la vez ó casi á un mismo tiempo; pero prevengo seriamente que
es menester guardarse d e este proceder, que nunca es necesario a u n q u e á vece«
parezca que podria ser útil.
2 7 0 . Se t o m a n dos gotas de la mezcla de p a r l e s iguales d e
u n jugo vegetal fresco y a l c o h o l , se las h e c h a en n o v e n t a y n u e v e gotas de a l c o h o l , y se d a n dos f u e r t e s sacudidas al f r a s c o
q u e contiene el líquido. Se tienen en seguida otros veinte y n u e v e frascos llenos en sus t r e s c u a r t a s p a r t e s con noventa y n u e v e gotas de alcohol, y en cada uno de los cuales se echa una
gota del líquido contenido en el precedente, cuidando siempre de
dar dos sacudidas á cada frasco ( 1 ) . El último ó el trigésimo
contiene la dilución al decillonésimo g r a d o de potencia ( x ) , la
que se emplea con m a s f r e c u e n c i a .
2 7 1 . Todas las d e m á s sustancias destinadas á los usos de
la medicina homeopática , como los metales p u r o s , los óxidos
y súlfuros metálicos, las o t r a s sustancias m i n e r a l e s , el petróleo, el f ó s f o r o , las p a r t e s y j u g o s de las plantas q u e solo
pueden proporcionarse en el estado s e c o , las sustancias a n i males , las sales n e u t r a s , e t c . , se llevan al millonésimo g r a do de atenuación p u l v e r u l e n t a , p o r medio de una trituración
q u e d u r a tres h o r a s ; d e s p u e s de la cual se disuelve un g r a n o
del polvo, y se t r a t a la disolución en veinte y siete frascos s u c e sivos , del mismo m o d o que se h a hecho respecto de los j u g o s
( 1 ) F u n d á n d o m e en experiencias multiplicadas y observaciones exactas, y
queriendo fijar un término preciso y medio al desarrollo de la virtud d e los
medicamentos l í q u i d o s , h e prescrito que no se d e n m a s que dos sacudidas á
cada f r a s c o , en lugar d e dar m a s , como antes lo hacía, lo q u e desarrollaba
demasiado la potencia d e los r e m e d i o s . H a y homeópatas q u e llevan consigo los
medicamentos homeopáticos en forma liquida, mientras hacen sus visitas, y
pretenden que por este medio y con el tiempo sus virtudes no adquieren mas
desarrollo. Sostener semejante t é s i s , es p r o b a r que no s e posee un espíritu d e
observación bien riguroso. H e disuelto un grano d e anatron en media onza d e
agua mezclada con un p o c o d e a l c o h o l , y p o r espacio de media hora h e sacudido sin interrupción, el frasco lleno en sus dos t e r c e r a s p a r t e s , y he encontrado que esta mezcla igualaba en energía á la trigésima dilución.
vegetales, á fin de elevarlas al trigésimo g r a d o de desarrollo de
s u potencia ( 1 ) .
2 7 2 . E n n i n g ú n caso es necesario emplear mas de un m e dicamento á la vez ( 2 ) .
2 7 3 . No se concibe que pueda q u e d a r la menor d u d a r e s pecto á si es m a s r a z o n a b l e y mas conforme á la naturaleza no
emplear á la v e z , en una e n f e r m e d a d , m a s que una sola s u s tancia medicinal bien conocida, ó prescribir una mezcla de m u chos medicamentos diferentes.
2 7 4 . Cuando el v e r d a d e r o médico e n c u e n t r a en los medicamentos simples y no mezclados todo lo que p u e d e d e s e a r , es
decir, potencias morbíficas artificiales que, por su facultad homeopática, c u r a n completamente las e n f e r m e d a d e s n a t u r a l e s ,
y como es un p r e c e p t o m u y p r u d e n t e no e m p l e a r n u n c a m u c h a s
fuerzas p a r a lo q u e se puede cumplir con u n a s o l a , j a m á s d e b e r á dar á la vez como remedio m a s que u n solo medicamento
simple. P u e s s a b e , q u e , a u n cuando se hubiesen estudiado en
el h o m b r e sano los efectos específicos y puros de todos los m e dicamentos simples, no podríamos por eso e n c o n t r a r n o s en e s tado de p r e v e r y calcular el modo con que estas sustancias
mezcladas entre sí pueden c o n t r a r i a r s e y modificarse r e c í p r o camente e n sus efectos. Tampoco ignora que un medicamento
simple, administrado en una e n f e r m e d a d , cuyo conjunto de
síntomas se asemeja perfeclamcnte á los s u y o s , basta por sí
solo p a r a c u r a r l a de una m a n e r a perfecta. Está bien convenci( 1 ) Como se ha dicho con mas estension todavía en los discursos que p r e ceden á la exposición d e los síntomas d e los medicamentos que comprende el
primer tomo del Tratado de materia médica pura.
( 2 ) Algunos homeópatas han e n s a y a d o , en los casos en que un medicamento
convenia á una p a r t e d e los síntomas y un segundo á otra p a r t e , dar los dos
medicamentos á la vez ó casi á un mismo tiempo; pero prevengo seriamente que
es menester guardarse d e este proceder, que nunca es necesario a u n q u e á vece«
parezca que podria ser útil.
d o , en fin, de q u e , a u n en el caso m a s f a v o r a b l e , aquel en
q u e el remedio no estuviese e n t e r a m e n t e en a r m o n í a con el mal,
respecto á la semejanza de los s í n t o m a s , produciría al m e n o s
a l g ú n p r o v e c h o á la m a t e r i a m é d i c a , p u e s los n u e v o s síntomas
q u e en semejante caso escitaria, c o n f i r m a r í a los q u e había p r o ducido anteriormente, en las experiencias h e c h a s en p e r s o n a s
s a n a s , v e n t a j a de que se priva usando medícantos c o m p u e s tos^).
2 7 5 . La apropiación de un medicamento á u n caso d a d o
de e n f e r m e d a d , no se f u n d a solamente en la elección p e r f e c t a mente homeopática, sino también en la precisión, ó m a s bien
en la exigüidad de la dosis á q u e se d á . Si se a d m i n i s t r a u n a
dosis demasiado fuerte de 1111 r e m e d i o , a u n q u e sea p e r f e c t a m e n t e homeopático, p e r j u d i c a r á infaliblemente al enfermo, p o r
m a s que la sustancia medicinal sea saludable por su n a t u r a l e z a ; p o r q u e la impresión que de ella resulta es m u y f u e r t e , y
tanto m a s vivamente s e n t i d a , cuanto q u e en v i r t u d de su c a rácter homeopático, el remedio obra precisamedte en las p a r tes del organismo que m a s h a n sentido los efectos de u n a e n fermedad natural.
2 7 6 . P o r esta razón es por la que un m e d i c a m e n t o , a u n que sea homeopático, p e r j u d i c a c o n s t a n t e m e n t e cuando se dá á
m u y alta dosis, y es tanto m a s nocivo cuanto m a s f u e r t e es la
dosis. P e r o la misma elevación de la dosis ocasiona tanto m a s
perjuicio al e n f e r m o , cuanto m a s homeopático es el remedio, y
m a s desarrollada su potencia dinámica (2); y una fuerte dosis
( 1 ) El médico que raciocina se contentará con dar al interior, el remedio
que habrá elegido tan homeopático como sea posible; dejará á los rutineros las
tisanas las aplicaciones de saquitos de y e r b a s , los fomentos con cocimientos vegetales, lavativas, fricciones con tal ó cual especie de ungüento.
( 2 ) Los elogios que algunos homeópatas, poco numerosos en verdad, han
prodigado en estos últimos tiempos á las fuertes dosis, dependen por una parte,
d e semejante medicamento d a ñ a r á mucho m a s que una dosis
igual de sustancia medicinal a l o p á t i c a , es decir, sin relación
ninguna de conveniencia con la e n f e r m e d a d , p u e s entonces la
a g r a v a c i ó n homeopática (§. 1 5 7 . 1 6 0 ) , es decir, la e n f e r m e d a d artificial, m u y a n á l o g a á la e n f e r m e d a d n a t u r a l que el
remedio ha escitado en las p a r t e s m a s afectadas del o r g a n i s m o , llega h a s t a el p u n t o de d a ñ a r , m i e n t r a s q u e , si h u b i e r e
sido en justos limites, h u b i e r a curado con s u a v i d a d . El e n f e r m o , á la v e r d a d , no s u f r e y a n a d a de enfermedad primitiva
q u e ha sido destruida h o m e o p á t i c a m e n t e ; sino que p a d e c e m u cho m a s de la enfermedad medicinal, que ha sido m a s f u e r t e
y d e j a debilidad qufie es su consecuencia.
2 7 7 . Por la misma r a z ó n , y p o r q u e u n remedio dado á
dosis b a s t a n t e débil se m u e s t r a de una eficacia tanto m a s m a ravillosa, cuanto m a s homeopática se ha hecho la elección- un
m e d i c a m e n t o , cuyos síntomas propios estén p e r f e c t a m e n t e en
a r m o n í a con los de la e n f e r m e d a d , d e b e r á ser tanto m a s s a l u d a b l e . c u a n t o m a s se a p r o x i m e su dosis á la exigüidad á q u e
necesita r e d u c i r s e p a r a producir suavente la curación.
2 7 8 . T r á t a s e a h o r a de s a b e r cuál es el s r a d o de e x i g ü i d a d que conviene mejor p a r a d a r á la vez el c a r á c t e r de
exactitud y de suavidad á los benéficos efectos q u e se quiere
p r o d u c i r , es d e c i r , c u a n t o se d e b e disminuir la dosis del r e m e dio homeopático en un caso dado de e n f e r m e d a d p a r a o b t e n e r
la mejor curación posible de esta ú l t i m a . Fácilmente se c o n c i b e , que no es menester dirigirse á las c o n g e t u r a s teóricas p a r a obtener la solucion de este ploblema , p o r q u e por medio de
ellas no p u e d e e s t a b l e c e r s e , con respecto á cada m e d i c a m e n t o
d e que habian elegido las primeras diluciones del medicamento, como vo mismo
10 bacía, con corta diferencia, hace veinte años, cuando todavía la experiencia
no me había .lustrado, y por otra, de que los medicamentos elegidos por ello*
no eraB perfectamente homeopáticos.
sfliratsiisAD k m¿iQ i m
IIIUOTECA UK1VERSITAI1A
en particular, á qué dosis basta darlo p a r a producir el efecto
homeopático y p r o c u r a r una curación tan p r o n t a como s u a v e .
Todas las sutilezas imaginables, de n a d a sirven en este caso.
Solo por medio de experimentaciones p u r a s y de observaciones
exactes se puede alcanzar este objeto. Sería u n a b s u r d o o b j e t a r con las g r a n d e s dosis que emplea la práctica alopática v u l g a r , cuyos medicamentos no se dirigen á las mismas partes
a f e c t a s , sino solo á las q u e no son atacadas por la e n f e r m e d a d .
Nada puede concluirse de esto contra la debilidad de las dosis,
cuya necesidad en los tratamientos homeopáticos demuestran
las experiencias p u r a s .
2 7 9 . Estas experiencias p u r a s establecen de un modo a b s o luto, que cuando la enfermedad no depende manifiestamente de
u n a alteración profunda de un ó r g a n o i m p o r t a n t e , a u n q u e sea
de la misma clase de las crónicas y de las c o m p l i c a d a s , y
cuando se tiene cuidado de s e p a r a r de la enfermedad toda i n fluencia medicinal e s t r a ñ a , la dosis del remedio homeopático
j a m á s sería bastante débil para hacerle inferior en fuerza á la
enfermedad n a t u r a l , que puede extinguir y c u r a r esta última,
mientras conserve la energía necesaria p a r a p r o v o c a r , i n m e diatamente despues de h a b e r sido t o m a d a , síntomas s e m e j a n tes á los suyos y un poco mas intenso. (§. 1 5 7 - 1 6 0 ) .
2 8 0 . Esta proposicion sólidamente establecida por la e x periencia , sirve de regla p a r a a t e n u a r la dosis de todos los medicamentos homeopáticos, sin escepcion, hasta un g r a d o tal,
q u e despues de h a b e r sido introducidos en el c u e r p o , no p r o duzcan m a s q u e una agravación casi insensible. Poco importa
entonces q u e la atenuación llegue hasta el punto de p a r e c e r
imposible á los médicos v u l g a r e s , cuya imaginación solo se
alimenta con ideas materiales y groseras ( 1 ) . Las declamacio(1)
¡Que aprendan los matemáticos que en cualquier número de p a r t e s en
"ALFONSO m ñ "
239
Xm ¿, Iá25 ESaTmfYJIfSKi
nes deben cesar cuando la infalible experiencia ha pronunciado
su fallo.
2 8 1 . Todos los enfermos t i e n e n , principalmente en lo r e lativo á su e n f e r m e d a d , u n a tendencia increíble á sentir la a c ción de las potencias medicinales homeopáticas. No h a y un
h o m b r e , por robusto que s e a , q u e afectado de una e n f e r m e dad c r ó n i c a , ó de lo q u e se llama un mal l o c a l , no perciba
luego un cambio favorable en la parte e n f e r m a , despues de
que se divida una sustancia, cada una sin embargo contiene todavía una corta
porcion de e l l a , q u e , por consiguiente, la mas pequeña partícula que se pueda
imaginar no deja de ser alguna c o s a , y n o se convierte en nada! ¡Que a p r e n dan los físicos que h a y inmensas potencias que no tienen peso como el calórico,
la luz. e t c . , y que por esto m i s m o , son infinitamente aun mas lijeras que el
contenido medicinal d e las mas pequeñas dosis de la Homeopatía! Q u e pesen si
p u e d e n , las palabras ofensivas q u e p r o d u c e n una fiebre biliosa, ó la noticia
aflictiva d e la m u e r t e d e un hijo ú n i c o , que hace perecer á una m a d r e cariñosa!
Qué t o q u e n , por espacio d e un cuarto d e hora solamente, un imán capaz d e
sostener cien libras, y los dolores que experimentarán Ies demostrará que las
influencias imponderables pueden también producir sobre el hombre los efectos
medicinales mas violentos! Q u e los que d e entre ellos sean de una complexión
débil, se hagan aplicar suavemete á la boca del estómago durante algunos minutos la estremidad del pulgar d e un magnetizador que ha fijado su voluntad, v
las sensaciones desagradables que experimentarán, les harán arrepentirse bien
pronto d e haber querido asignar límites á la actividad de la naturaleza.
El a l ó p a t a , que ensayando el método homeopático, no se atreva á administrar
dosis tan débiles y a t e n u a d a s , solo tiene que preguntarse ¿qué arriesga prescribiéndolas? Si en ellas no hubiese nada mas de real que lo que tiene d e peso, si
todo lo que hubiese debiera juzgarse igual á cero, una dosis que le parece no
ser nada no podría tener otro resultado peligroso mas que el no producir ningún
efecto, lo q u e al menos es mucho mas inocente que los resultados á que conducen las fuertes dosis de medicamentos alopáticos. ¿Por qué quiere creer á su
inexperiencia llena de preocupaciones, mas competente que una experiencia de muehos años que se apoya en hechos? P o r otra p a r t e , el medicamento homeopático,
en cada división ó dilución, adquiere un nuevo grado de potencia por la agitación
que se le imprime, medio desconocido antes de mí, de desarrollar las virtudes
inherentes á las sustancias medicinales, y que es tan enérgico, que en estos últimos
tiempos, la experiencia me ha obligado á reducir á dos el número de sacudidas,
en lugar de diez que prescribia antes á cada dilución.
h a b e r lomado el remedio homeopático c o n v e n i e n t e , á la m a s
pequeña dosis p o s i b l e , que en u n a p a l a b r a no experimente,
por efecto de esta s u s t a n c i a , una impresión superior á la q u e
p r o d u c i r í a en un niño de veinte y cuatro h o r a s que estuviese
s a n o . ¡Cuán ridicula e s , p u e s la incredulidad p u r a m e n t e t e ó r i ca . que r e h u s a s u j e t a r s e á la evidencia de los hechos!
2 8 2 . Por débil q u e sea la dosis de u n r e m e d i o , con tal q u e
produzca la m a s lijera a g r a v a c i ó n h o m e o p á t i c a , con tal q u e
pueda dar origen á síntomas semejantes á los de la e n f e r m e d a d
primitiva, pero un poco mas f u e r t e s , a t a c a con preferencia,
y casi esclusivamente, las p a r t e s y a afectas del o r g a n i s m o q u e
están fuertemente i r r i t a d a s y m u y dispuestas á recibir u n a i r r i tación semejante á la s u y a . De este modo s u s t i t u y e á la e n f e r m e d a d n a t u r a l otra e n f e r m e d a d artificial, q u e se la p a r e c e m u cho y q u e solamente es un poco m a s f u e r t e . El organismo v i viente no sufre y a m a s que de esta última a f e c c i ó n , q u e , s e g ú n su naturaleza y la exigüidad de la dosis por la cual ha
sido p r o d u c i d a , cede luego á los esfuerzos q u e hace la f u e r z a
vital p a r a restablecer el o r d e n n o r m a l , y deja a s í , c u a n d o la
afección era a g u d a , el c u e r p o exento de s u f r i m i e n t o s , es decir,
sano.
2 8 3 . P a r a p r o c e d e r de un modo conforme á la n a t u r a l e z a ,
un v e r d a d e r o médico, no administra el r e m e d i o homeopático
sino á la dosis e x a c t a m e n t e necesaria p a r a e s c e d e r y extinguir
ia e n f e r m e d a d p r e s e n t e , de m a n e r a , q u e , si por uno de estos
e r r o r e s p e r d o n a b l e s á la debilidad h u m a n a , se hubiese elegido
un medicamento inapropiado , el daño q u e de ello resultaría sería tan lijero, que p a r a r e p a r a r l e sería suficiente la e n e r g í a
de la f u e r z a vital y la administración de o t r o remedio m a s h o meopático , dado t a m b i é n á la m a s pequeña dosis posible.
2 8 4 . El efecto de l a s dosis tampoco se debilita en la m i s ma proporcion que disminuye la cantidad material del m e d i c a -
m e n t ó , en las preparaciones homeopáticas. Ocho g o t a s de tint u r a . tomadas de una v e z , no producen en el c u e r p o h u m a n o
un efecto c u a t r o veces m a y o r que u n a dosis de dos g o t a s , y
solo lo p r o d u c e n doble con corta diferencia. Del mismo modo",
u n a gota de la mezcla de una gota de tintura con diez gotas de
u n líquido sin propiedades medicinales, no p r o d u c e u n efecto
décuplo del de u n a gota diez veces m a s dilatada, sino solamente u n efecto a p e n a s d o b l e . La p r o g r e s i ó n continúa así, según la
misma ley , de m a n e r a que u n a gota de la dilución m a s dilatad a , debe todavía p r o d u c i r , y produce en r e a l i d a d , u n efecto
m u y considerable (1).
2 8 5 . Se a t e n ú a t a m b i é n la fuerza del medicamento d i s m i n u y e n d o el v o l ú m e n de la d o s i s , es d e c i r , q u e c u a n d o en vez
de h a c e r t o m a r u n a gota entera de una dilución c u a l q u i e r a , se
d á u n a pequeñísima fracción de esta gota (2), se consigue p e r (1) Supongamos que una gota de una mezcla que contiene un décimo de
grano de sustancia medicinal, produce un e f e c t o = a ; una gota de otra mezcla,
que contenga solamente un centésimo de grano de esta misma sustancia, solo
producirá poco mas ó menos un e f e c t o , = 3 | 2 ; si contiene un diez milésimo de
grano del medicamento, el efecto s e r á = 3 [ 4 ; si contiene un diez millonésimo, el
efecto sera 3|8, y así sucesivamente en igual volúmen de dosis. E l efecto del r e medio sobre el cuerpo humano, solo se debilita la mitad con corta diferencia, cada vez que su cantidad disminuye las nueve décimas partes de lo que era antes. Yo
he visto muchas veces á una gota de tintura de la nuez vómica, al decillonésimo
grado de dilución, producir exactamente la mitad del efecto, que otra al quintillonésimo grado, cuando las administraba una y otra á una misma persona y en
las mismas circunstancias.
(2) Lo mejor que para esto puede hacerse, es emplear pequeños glóbulos ó
confites de azúcar del tamaño de un grano de la semilla d e adormidera. Uno de
estos glóbulos, impregnado del medicamonto é introducido en el vehículo, forma
una dosis que contiene cerca de la trescentésima parte de una g o t a ; porque trescientos glóbulos de este tamaño se empapan lo suficiente cou una gota de a l cohol. Poniendo en la lengua uno de estos glóbulos, sin beber nada despues, se
disminuye considerablemente la dosis. Pero si, siendo mas sensible el enfermo,
hay necesidad de emplear la dosis mas débil posible, y obtener no obstante el
mas pronto resultado, se sirve tan solo de una simple y única inspiración.
31
rectamente el objeto que se p r o p o n e , que es h a c e r su efecto
menos pronunciado. La razón de eslo es fácil de c o n c e b i r : h a biendo disminuido el v o l u m e n de la d o s i s , se sigue q u e d e b e
ponerse en contacto con m e n o s n e r v i o s , y q u e aquellos quienes
ella se pone en contacto , c o m u n i c a n i g u a l m e n t e la v i r t u d del
remedio al o r g a n i s m o e n t e r o , p e r o en g r a d o m u c h o m a s
débil.
, . .
••86
P o r la misma r a z ó n , el efecto de u n a dosis h o m e o p á tica se a u m e n t a en proporcion de la m a s a del liquido en que
se disuelve p a r a h a c e r l a t o m a r al e n f e r m o , a u n q u e la cantidad
de la sustancia medicinal sea la m i s m a ; y e n t o n c e s , encontrándose el medicamento en contacto con u n a superficie m a s . e s t e n sa el n ú m e r o de n e r v i o s que sienten su efecto es m u c h o m a s
considerable. A u n q u e p r e t é n d a n l o s t e ó r i c o s , q u e la acción del
medicamento se debilita dilatándole en u n l i q u i d o , la e x p e r i e n cia p r u e b a p r e c i s a m e n t e lo c o n t r a r i o , al m e n o s en lo relativo a
los medios homeopáticos (1).
287
Débese sin e m b a r g o o b s e r v a r q u e h a y una g r a n d e
d i f e r e n c i a e n t r e m e z c l a r i m p e r f e c t a m e n t e la sustancia medicinal con cierta cantidad de líquido , y h a c e r esta mezcla d e una
m a n e r a tan íntima ( 2 ) , que las m e n o r e s fracciones del liquido
(1) El vino y el alcohol, los mas simples de todos los escitantes, son los solos
cuyo efecto estimulante y embriagante, disminuye cuando se cblatan en mucha
a S
S Cuando digo íntma, quiero decir, que sacudiendo una vez la gota de HJ d medicinal c ¿ cien gotas de alcohol, es d e c i r , qne tomando en la
rasco que contiene el t o d o , y sacudiéndolo fuertemente sm mover mas que u
vez el brazo de arriba á abajo con fuerza, obtendré ya su mezcla exacta, pero
que d o s , tres ó diez movimientos semejantes, harán la mezcla mas toa todavía es decir, desarrollará mas la virtud medicinal, desplegaran en cierto modo
la potencia del medicamento, y harán mucho mas penetrante su a c c o n sobre los
nervios. Así pues, cuando se procede á la dilución de las s u s t a n c a s me,bc,nale
« muv prudente no dar mas qne dos sacudidas á cada uno de los veinte o rem
frascos sucesivos, cuando solo se quiere desarrollar moderadamente la potencia
c o n t e n g a n una cantidad de medicamento proporcioualmente
igual á la q u e exista en todas las d e m á s . E n efecto, la mezcla
tiene u n a potencia medicinal m u c h o m a y o r en el s e g u n d o caso
q u e en el p r i m e r o . De aquí p u e d e n deducirse las r e g l a s que se
deben seguir en la administración de las dosis, cuando sea necesario debilitar todo lo posible el efecto de los r e m e d i o s , p a r a
q u e p u e d a n soportarlos los e n f e r m o s mas sensibles. (1).
2 8 8 . La acción de los medicamentos líquidos s o b r e el homb r e es t a n p e n e t r a n t e , se p r o p a g a con tanta rapidez y de un
modo t a n g e n e r a l , desde el punto irritable y sensible que ha
recibido p r i m e r o la impresión de la sustancia medicinal, á t o d a s las d e m á s p a r t e s del c u e r p o , que casi se ve uno inclinado á d a r l e el n o m b r e de un efecto e s p i r i t u a l , dinámico ó
virtual.
2 8 9 . T o d a s las p a r t e s de nuestro c u e r p o , que poseen el
sentido del tacto, son igualmente susceptibles de recibir la i m presión de los medicamentos, y de p r o p a g a r l a á las otras p a r tes ( 2 ) .
; .
2 9 0 . Despues del e s t ó m a g o , la l e n g u a y la boca son las
, ,11 -v
, , I i'ii i' •"• • '
activa. Será bueno t a m b i é n , al triturar los p o l v o s , no insistir mucho en la trituración en el mortero; asi, cuando sea necesario mezclar un grano del medicamento con los primeros cien granos de azúcar de leche, solo se triturará con
fuerza durante una hora,/espacio de tiempo del que tampoco se debe pasar en las
atenuacionek siguientes,.para que el desarrollo de la fuerza del remedio no esceda de sus límites.
(1) Cuanto mas altas se hacen las diluciones, teniendo cuidado de comunicar á cada uno dos sacudidas, tanto mas rápida y penetrante parece que se hace
la acción medicinal, que la preparación ejerce sobre la fuerza vital y el estado
del sugeto. P o r este medio la fuerza disminuye muy p o c o , aunque se aumente
demasiado la dilución, y en lugar de detenerse, como de ordinario sucede, en
la x, que casi siempre es bastante, se llegue á l a xx, L, c ó mas; solo la duración d é l a acción es la que en este caso parece disminuirse.
(2) La falta del sentido del olfato no impide que los medicamentos que huele el enfermo ejerzan completamente sobre él su acción medicinal y curativa.
rectamente el objeto que se p r o p o n e , que es h a c e r su efecto
menos pronunciado. La r a z ó n de esto es fácil de c o n c e b i r : h a biendo disminuido el v o l u m e n de la d o s i s , se sigue q u e d e b e
ponerse en contacto con m e n o s n e r v i o s , y que aquellos quienes
ella se pone en contacto , c o m u n i c a n i g u a l m e n t e la v i r t u d del
remedio al o r g a n i s m o e n t e r o , p e r o en g r a d o m u c h o m a s
débil.
, . .
••86
P o r la misma r a z ó n , el efecto de u n a dosis h o m e o p á tica se a u m e n t a en proporcion de la m a s a del liquido en que
se disuelve p a r a h a c e r l a t o m a r al e n f e r m o , a u n q u e la cantidad
de la sustancia medicinal sea la m i s m a ; y e n t o n c e s , encontrándose el medicamento en contacto con u n a superficie m a s e s t e n sa el n ú m e r o de n e r v i o s que sienten su efecto es m u c h o m a s
considerable. A u n q u e p r e t é n d a n l o s t e ó r i c o s , q u e la acción del
medicamento se debilita dilatándole en u n l i q u i d o , la e x p e r i e n cia p r u e b a p r e c i s a m e n t e lo c o n t r a r i o , al m e n o s en lo relativo a
los medios homeopáticos (1).
287
Débese sin e m b a r g o o b s e r v a r q u e h a y una g r a n d e
d i f e r e n c i a e n t r e m e z c l a r i m p e r f e c t a m e n t e la sustancia medicinal con cierta cantidad de líquido , y h a c e r esta mezcla d e una
m a n e r a tan íntima ( 2 ) , que las m e n o r e s fracciones del liquido
(1) El vino y el alcohol, los mas simples de todos los escitantes, son los solos
cuyo efecto estimulante y embriagante, disminuye cuando se dilatan en mucha
a S
S Cuando digo íntma, quiero decir, que sacudiendo una vez la gota de líqu d medicinal c ¿ cien gotas de alcohol, es d e c i r , que tomando en la mano e
rasco que contiene el t o d o , y sacudiéndolo fuertemente sm mover mas que u
vez el brazo de arriba á abajo con fuerza, obtendré ya su mezcla exacta, pero
que d o s , tres ó diez movimientos semejantes, harán la mezcla mas toa todavía es decir, desarrollará mas la virtud medicinal, desplegaran en cierto modo
la potencia del medicamento, y harán mucho mas penetrante su a c c o n sobre los
nervios. Así pues, cuando se procede á la dilución de las s u s t a n c a s me,bc,nale
« muv prudente no dar mas que dos sacudidas á cada uno de l o a n t e o rem
frascos sucesivos, cuando solo se quiere desarrollar moderadamente la potencia
c o n t e n g a n una cantidad de medicamento proporcioualmente
igual á la q u e exista en todas las d e m á s . E n efecto, la mezcla
tiene u n a potencia medicinal m u c h o m a y o r en el s e g u n d o caso
q u e en el p r i m e r o . De aquí p u e d e n deducirse las r e g l a s que se
deben seguir en la administración de las dosis, cuando sea necesario debilitar todo lo posible el efecto de los r e m e d i o s , p a r a
q u e p u e d a n soportarlos los e n f e r m o s mas sensibles. (1).
2 8 8 . La acción de los medicamentos líquidos s o b r e el homb r e es t a n p e n e t r a n t e , se p r o p a g a con tanta rapidez y de un
modo t a n g e n e r a l , desde el punto irritable y sensible que ha
recibido p r i m e r o la impresión de la sustancia medicinal, á t o d a s las d e m á s p a r t e s del c u e r p o , que casi se ve uno inclinado á d a r l e el n o m b r e de un efecto e s p i r i t u a l , dinámico ó
virtual.
2 8 9 . T o d a s las p a r t e s de nuestro c u e r p o , que poseen el
sentido del tacto, son igualmente susceptibles de recibir la i m presión de los medicamentos, y de p r o p a g a r l a á las otras p a r tes ( 2 ) .
; .
2 9 0 . Despues del e s t ó m a g o , la l e n g u a y la boca son las
, ,11 -v
, , I i'ii i'
• '
activa. Será bueno t a m b i é n , al triturar los p o l v o s , no insistir mucho en la trituración en el mortero; así, cuando sea necesario mezclar un grano del medicamento con los primeros cien granos de azúcar de leche, solo se triturará con
fuerza durante una hora,/espacio de tiempo del que tampoco se debe pasar en las
atenuacionek siguientes,,para que el desarrollo de la fuerza del remedio no esceda de sus límites.
(1) Cuanto mas altas se hacen las diluciones, teniendo cuidado de comunicar á cada uno dos sacudidas, tanto mas rápida y penetrante parece que se hace
la acción medicinal, que la preparación ejerce sobre la fuerza vital y el estado
del sugeto. P o r este medio la fuerza disminuye muy p o c o , aunque se aumente
demasiado la dilución, y en lugar de detenerse, como de ordinario sucede, en
la x, que casi siempre es bastante, se llegue á l a xx, L, C Ó mas; solo la duración d é l a acción es la que en este caso parece disminuirse.
(2) La falta del sentido del olfato no impide que los medicamentos que huele el enfermo ejerzan completamente sobre él su acción medicinal y curativa.
p a r t e s del cuerpo m a s susceptibles de recibir las influencias medicinales. Sin e m b a r g o , el interior de la n a r i z , el recto, los
ó r g a n o s genitales y todas las p a r t e s d o t a d a s de u n a g r a n sensibilidad , tienen casi la m i s m a aptitud p a r a sentir la acción de
los medicamentos. I g u a l motivo hace que estos últimos se i n t r o d u z c a n en el c u e r p o por la superficie de las h e r i d a s y de las
ú l c e r a s , casi con tanta facilidad como por la b o c a ó l a s vias
aéreas.
2 9 3 . T a m b i é n creo necesario h a b l a r aquí del m a g n e t i s m o
a n i m a l , cuya n a t u r a l e z a tanto difiere de los otros r e m e d i o s .
Esta f u e r z a c u r a t i v a , que debería l l a m a r s e mesmerismo por el
n o m b r e de su a u t o r , de c u y a r e a l i d a d solo p u e d e n d u d a r los
insensatos, y q u e la v o l u n t a d firme de un h o m b r e de voluntad
decidida h a c e afluir en el c u e r p o de u n e n f e r m o , por medio de
tactos, o b r a de u n a m a n e r a h o m e o p á t i c a , escitando s í n t o m a s
semejantes á los de la enfermedad-, objeto que se consigue á
beneficio de un solo p a s e ejecutado con v o l u n t a d firme, y p a sando l e n t a m e n t e la p a l m a de las m a n o s s o b r e el c u e r p o , d e s de el vértice de la cabeza hasta la p u n t a de los pies (1). De
este modo el m e s m e r i s m o conviene, por e j e m p l o , en las h e m o r r a g i a s u t e r i n a s , a u n en su último p e r i o d o , c u a n d o están
p r ó x i m a s á c a u s a r la m u e r t e . O b r a t a m b i é n repartiendo la
f u e r z a vital con uniformidad en el o r g a n i s m o , c u a n d o se e n c u e n t r a en esceso en u n p u n t o y falta en o t r o , como c u a n d o la
s a n g r e se a c u m u l a en la c a b e z a , c u a n d o u n a persona debilitada e x p e r i m e n t a u n insomnio a c o m p a ñ a d o de agitación y de
m a l e s t a r . e t c . E n este caso se p r a c t i c a u n solo pase semejante
al p r e c e d e n t e , p e r o un poco m a s f u e r t e . E n fin, o b r a c o m u nicando i n m e d i a t a m e n t e fuerza vital á u n a p a r t e debilitada ó á
todo el o r g a n i s m o , efecto que n i n g ú n otro medio p r o d u c e de
u n a m a n e r a t a n cierta y menos espuesta á t u r b a r el resto del
tratamiento médico. Esta tercera indicación se c u m p l e h a c i e n do una*voluntad fija y bien p r o n u n c i a d a , y aplicando las m a -
(1) Parece que la frotación únicamente favorece la acción de los medicamentos, porque hace la piel mas sensible y la fibra viviente mas a p t a , no solo para
sentir en cierto modo la virtud medicinal, sino también para comunicar á lo restante del organismo esta sensación modificadora del estado general, en que aquel
se encuentra. Cuando se empieza por frotar la parte interna de los muslos, basta
despues aplicar simplemente en ella la pomada mercurial para producir el mismo
resultado medicinal que si se hubiera frotado directamente con el ungüento.
A.un se ignora todavía si esta última operacion , tiene ó no por resultado, ya el
hacer penetrar el metal en el cuerpo , ya el que lo absorvan los vasos linfáticos.
Sin embargo, la Homeopatía no necesita, para curar, recurrir al uso de ningún
medicamento en fricciones.
(1) E s muy f r e c u e n t e , que los médicos incompletamente homeópatas, crean
parecer mas sabios, prescribiendo á los enfermos atacados de afecciones graves
dosis muy aproximadas de medicamentos diferentes, por otra parte elegidos h o meopaticamente, y empleados á altos grados de dilución. De este modo los ponen en un estado tal de sobreescitacion, que la vida y la muerte se contrabalancean , y basta despues la mas pequeña dosis de cualquier medicamento para acarrear una muerte inevitable. En semejante caso, solo un lijero pase magnético,
o la aplicación poco prolongada de la mano de un hombre bien intencionado en
Ja parte que sufre mas especialmente, basta para restablecer la armonía en la
distribución de la fuerza v i t a l , y producir de este modo descanso, sueño y
curación.
2 9 1 . A u n los ó r g a n o s que h a n perdido el sentido á q u e especialmente e s t a b a n d e s t i n a d o s , p o r ejemplo , la l e n g u a y el
p a l a d a r p r i v a d o s del g u s t o ; la nariz p r i v a d a del olfato-, c o m u nican á todas las d e m á s p a r t e s del c u e r p o el efecto de los r e medios q u e solo o b r a n inmediatamente s o b r e ellos de u n m o d o
t a n perfecto como si poseyesen su propia f a c u l t a d .
2 9 2 . La superficie del c u e r p o , a u n q u e cubierta de piel y
de e p i d e r m i s , no es tampoco inútil p a r a recibir la acción de
los m e d i c a m e n t o s , s o b r e todo si son l í q u i d o s . Sin e m b a r g o ,
las p a r t e s m a s sensibles de esta cubierta son t a m b i é n las que
la sienten con m a s facilidad (1).
*
»
Pg
nos ó las p u n t a s d e los dedos s o b r e la p a r t e debilitada, en la
que la enfermedad crónica h a fijado su síntoma local principal,
como p o r ejemplo, en l a s ú l c e r a s a n t i g u a s , l a gota s e r e n a , la
parálisis d e u n m i e m b r o , e t c . ( 1 ) . Aquí se colocan ciertas c u raciones hechas en todos tiempos p o r los m a g n e t i z a d o r e s d o tados d e una g r a n d e f u e r z a d e v o l u n t a d . Pero el resultado m a s
brillante d e la comunicación del magnetismo á toda la o r ganización, e s el h a b e r vuelto á l a vida p o r la sola v o l u n t a d firme y decidida d e u n h o m b r e lleno d e vigor y salud (2),
á personas sumidas p o r m u c h o tiempo en u n estado d e m u e r te a p a r e n t e , d e cuya especie d e resurrección la historia r e fiere m u c h o s ejemplos incontestables.
2 9 4 . Todos estos métodos d e practicar el m e s m e r i s m o , s e
f u n d a n e n el aflujo d e u n a m a y o r ó menor cantidad d e f u e r z a
vital en el cuerpo del e n f e r m o . P o r esta razón h a recibido el
n o m b r e d e mesmerismo positivo ( 3 ) . Pero existe o t r o , q u e
'Tt
¿ *
* *
•
«*¡ftRSn>AB & RBEW IESB
8SIII0TECA UStVEISITA&sA
" a r e a s o mér'
Me. 1625 tsBTEL,At, B&Xt
m e r e c e el d e m e s m e r i s m o negativo, p o r q u e p r o d u c e el efecto
inverso. A este refieren los pases q u e s e usan p a r a h a c e r salir
á u n a persona del estado d e s o m n a m b u l i s m o , y todas l a s
operaciones m a n u a l e s d e que se c o m p o n e n los actos d e calmar
y d e ventilar. E l modo m a s s e g u r o y m a s sencillo d e d e s c a r g a r , p o r el mesmerismo n e g a t i v o , la f u e r z a vital a c u m u l a d a
en esceso e n u n a p a r t e del cuerpo del sugeto q u e h a sido d e b i l i t a d o , consiste e n m o v e r r á p i d a m e n t e l a m a n o d e r e c h a e s t e n dida á u n a p u l g a d a d e distancia del c u e r p o , desde el vértice d e
la cabeza hasta la estremidad d é l o s piés ( 1 ) . C u a n t o m a s r á pido es este p a s e , tanto m a s f u e r t e e s l a d e s c a r g a q u e p r o d u ce. P u e d e , p o r e j e m p l o , cuando una m u j e r , antes sana (2), h a
caido e n u n estado d e m u e r t e a p a r e n t e , p o r l a supresión de l a s
r e g l a s debida á u n a conmocion v i o l e n t a , volverla á l a vida,
quitándola l a f u e r z a v i t a l , p r o b a b l e m e n t e a c u m u l a d a en la r e gión p r e c o r d i a l , y restableciendo el equilibrio e n todo el o r g a n i s m o (3). Del mismo modo u n lijero p a s e negativo, m e n o s
;
,
;
*
»'
(1) Aunque la operacion de acumular locamente la fuerza vital, o p e r a d o 11
que es menester reiterar de cuando en c u a n d o , no pueda procurar una curación
duradera cuando la afección local, siendo antigua, depende, como siempre sucede,
de un miasma interno general,'sin e m b a r g o , esta corroboracion positiva, esta saturación inmediata de fuerza vital que no es tan paliativa, como el,¿cerner y el
beber, lo es respecto del hambre y la sed , no deja de ser de alguji a ú x i l ^ en el
tratamiento real de la afección entera por los medicamentos homeopáticos.
(2) Principalmente d e uno de estos hombres, de los que hay pocos por desgracia , que con una constitución robusta y una grande bondad de alma, tienen
poca propensión á los placeres del amor, y aun pueden, sin mucha dificultad,
imponer silencio á sus deseos, en los q u e , por consiguiente, todos los espíritus
vitales , empleados en los demás á la secreción del esperma, están dispuestos á
comunicarse á los demás hombres p o r efecto del tacto acompañado de una v o luntad firme. Algunos d e los magnetizadores dotados del poder d e c u r a r , que he
tenido ocasion de c o n o c e r , se hallaban en este caso.
(3) Tratando aquí de la virtud curativa , cierta y decidida del mesmerismo
positivo, no hablo del abuso q u e tan comunmente se h a c e , cuando repitiendo
estos pases por espacio de medias horas, d e horas enteras y aun de dias, se pro -
duce en sugetos cuyos nervios son débiles, este enorme trastorno de toda la economía humana que se llama somnambulismo, estado en que el h o m b r e , sustraído
al mundo de los sentidos, parece pertenecer mas al d e los espíritus; estado contrario á la naturaleza, y estremadamente p e l i g r o s o , por medio del cual mas d e
una vez se ha tenido la pretensión d e querer q u e se curen las enfermedades
crónicas.
(1) E s una regla muy admitida, que la persona que se quiese magnetizar positiva ó negativamente, no debe llevar seda en ninguna parte de su cuerpo.
(2) Por consiguiente, un pase negativo , sobre todo muy r á p i d o , sería muy
perjudicial á una persona atacada de debilidad crónica y e n l a q u e la vida tuviera poca energía.
(3) Un niño aldeano, d e edad de diez a ñ o s , fué magnetizado á causa de una
ligera incomodidad por una m u j e r , que practicó sobre él muchos y muy fuertes
pases con la estremidad de los dos pulgares, en la región precordial por debajo
las costillas; al momento cayó el niño pálido y como u n cadáver, en un estado tal
de inmovilidad é insensibilidad, que fueron inútiles todos los medios que se emplearon para volverle la vida, y se creyó que había muerto. Mandé á su hermano
¿fe,
/—-
Jhj,
^>2 t
1'
i
m
*
-
•
'
- ;
*
h
•1
•\0, »
fflJíhm-w^
u
|
rápido, calma la a g i t a c i ó n , c o m u n m e n t e m u y g r a n d e , y el i n somnio molesto que resulta de un pase positivo m u y f u e r t e
practicado en u n s u g e t o m u v i r r i t a b l e , etc.
-7
H u / u /
7
'in-
i
ì
:
i
v
,
•
y
\ f '
u n
h
i
ñ&Á
A. fm
'
J
, ¡ í\Í'
rJjA/w&CM
1«
primogénito que le hiciese un pase negativo tan rápido como le fuera posible, desde
el vértice de la cabeza hasta la punta d e los p i e s ; y al momento volvió en sí sano
y ágil, como si nada le hubiera sucedido.
w
^ r r
f
( K af
a
I
7 -
_ ' i-¿a
^VlíVvtM.^^
j
^
¿¡ÍÍA'VO
v j <f~ "
1 1 (Si-PQ
FIN DEL ORGANON.
T Í
i
*
•
' (j-P&^-v^1
1/1 cvr.
Á
s
u
•• f/ / iLí v/ t v•v .
c
. \
».
j
I.
UWlM
&
w
/'
\
1 »'
;.
t M A í )/ ¿ V (Ar^
y
'M f
j
, —,
Ú / )
L.&VVV
j^W
•
, Aé'.BLlOTEGA
8
fe;
V
C/yTíL-'lW
-4--.í»
M . f V ' t íV:
lì
/jam
»
"1/
í
Ov ' . ^ i
1/
H
-
.
;
- ¿
/ ' /vHWflhÍA
iHAìÒO
í €AA;
•;¿)
' /'
(jL.tjiA> 1
•
j
:
j
/
í;< € v íí-
o :>-
Descargar