Subido por Claudia Valenzuela

LA MANCIPATIO

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LA MANCIPATIO
La mancipatio era un instituto típicamente romano. Contemplado en las XII Tablas,
probablemente era ya conocida mucho antes por los romanos que la utilizaban como
venta al contado. En la época clásica Gayo la recuerda como un modo formal y solemne
de transmitir la propiedad de las cosas mancipables, esto es, aquéllas más importantes,
como vimos en el capítulo de la clasificación de las cosas. Tenemos suficientes noticias
en las fuentes para determinar con precisión cómo se llevaba a cabo el acto y qué efectos
tenía.
- El acto de la mancipatio
A prescindir de las breves noticias de Ulpiano (Tit. ex corp. 19, 3 ss.) y del inciso de Verrón (de
L.L. 5, 163) a propósito del aes rudum, la más completa descripción del acto de la mancipatio
nos la ofrece Gayo en sus Instituciones (1, 119). Según él son necesarios cinco testigos
ciudadanos romanos púberes y un sexto que sostenía una balanza de cobre, llamado por ello
portador de la balanza (librepens). Ante dichos testigos, el que recibe la propiedad de la cosa
(mancipatio accipiens), aferrándola con la mano dice: afirmo que esta cosa es mía según el
Derecho romano y que la compro con este cobre y con esta balanza de cobre. Acto seguido
golpeaba la balanza con un trozo de cobre sin acuñar (aes rude), entregándoselo al transmitente
(mancipio dans), como si se pesara el precio en recuerdo de la antiquísima mancipatio.
+ Formalidades para con las cosas muebles e inmuebles
Puntualiza Gayo que las cosas muebles deben estar presentes para poder tocarlas, aferrarlas
con la mano (de donde mancipatio), por el contrario, la propiedad de los inmuebles podría
transmitirse incluso ausentes, esto es, en lugar distinto de aquél donde se realiza el acto.
+ Contabilidad del cobre y/o del dinero romano
El cobre se pesaba en recuerdo de aquellos tiempos lejanos en que la mancipatio era una pura
venta al contado y el dinero no se contaba sino que se pesaba, pues las antiguas monedas no
eran otra cosa que trozos de cobre o bronce de distinto peso. Cuando se introdujo el dinero
amonedado (época de las XII Tablas circa), la mancipatio se utilizó como modo de transferir la
propiedad de las cosas mancipables, conservando sólo formal y simbólicamente el ingrediente
del peso del metal, ahora ya innecesario.
+ Los testigos como garantía de publicidad y libertad de las partes
Los testigos son necesarios, ante todo, como garantía de publicidad y libertad de las partes. Ad
abundantiam, dado que la escritura no se usaba, los testigos podrían testificar que tal negocio
había tenido lugar conforme al derecho. Pero lo verdaderamente importante son las palabras
pronunciadas por el adquirente, pues son ellas las que generan los efectos transmisivos del
acto.
- Efectos y decadencia de la mancipatio
+ Transmisión de la propiedad
Ante todo, consecuencia directa de la mancipatio es la transmisión de la propiedad del mancipio
dans (transmitente) al mancipio accipiens (adquirente).
+ Obligación en el transmitente de garantizar la pacífica disponibilidad de la cosa
transmitida
Surge también de la mancipatio la obligación en el transmitente de garantizar la pacífica
disponibilidad de la cosa transmitida. De tal modo que si no era el legítimo propietario y no podía
auxiliar al adquirente frente a la acción reivindicatoria del verus dominus, estaba obligado a título
de pena a devolverle el doble del precio de la cosa mancipada, de la que el adquirente había
sido despojado en un litigio. Para conseguir la devolución al duplum le era concedido al
adquirente la actio auctoritatis.
- Conservación de la mancipatio como modo de transmisión de la propiedad en Derecho
romano
La mancipatio se conservó durante mucho tiempo como el modo genuino de transmisión de la
propiedad del derecho romano, utilizándose frecuentemente no sólo en tiempos de Paulo y
Ulpiano, sino incluso bajo los reinados de Diocleciano y Constantino, a finales del s. III y
principios del IV. Aunque todavía se menciona la mancipatio en una Constitución del Código
Teodosiano 8, 12, 7 del año 355, a partir de esta fecha su decadencia fue rápida entrando en
franco desuso, hasta que el emperador Justiniano la suprimió definitivamente en su Compilación.
IN IURE CESSIO
La in iure cessio constituye en el Derecho romano un modo de transmitir la propiedad
tanto de las cosas mancipables cuanto de las no mancipables. Aunque es imposible
constatar sus orígenes, probablemente es una institución muy antigua, quizá anterior a
las XII Tablas. Así como Gayo nos presenta la mancipatio como una venta imaginaria, la in
iure cessio no es otra cosa que un litigio imaginario, pues se recurría ficticiamente al
procedimiento de una cosa, con la verdadera finalidad de transmitir la misma.
- Gayo y el discurrir de la in iure cessio en el Derecho romano
Es nuevamente Gayo nuestra fuente más importante (I. 2, 24). Puestos previamente de acuerdo
el transmitente y el adquirente acudían ante el magistrado para iniciar un litigio ficticio, en el cual,
el adquirente, sujetando con la mano el objeto cuya propiedad quiere recibir, dice: afirmo que
esta cosa me pertenece según el Derecho romano (hanc ego rem ex iure quiritium meum esse
aio); ante tal afirmación, el transmitente no se opone sino que cede ante la pretensión del
adquirente y el magistrado adjudica la propiedad de la cosa a quien la reivindicó como suya.
- Sujetos participantes en la in iure cessio
Como aprendemos de Ulpiano (Tit. ex corp. 19, 9 ss.) en al acto intervienen tres personas: el
propietario de la cosa que cede (cedit) en la fase in iure del proceso ficticio (de donde el nombre
de in iure cessio), el adquirente que reivindica la propiedad de la cosa y a quien se cede (cui
ceditur)
y
el
magistrado
que
adjudica
la
propiedad
(addicit).
- Constitución de derechos reales como el usufructo o las servidumbres
Aunque, no tuvo tanta acepción como la mancipatio, sabemos que fue utilizada durante toda la
época clásica no sólo para transmitir la propiedad sino también para constituir derechos reales
como servidumbres y usufructo. Aparece mencionada por última vez en una constitución de
Diocleciano del año 293 (Consultatio 6, 10) y aunque parece probable que continuara
utilizándose durante un tiempo, es cierto que desaparece antes que la mancipatio.
Concepto de legado
El legado es una disposición contenida en el testamento, por la cual el testador concede a una
persona cosas determinadas o derechos, que segrega de la herencia sin conferir a esa persona
el título de heredero.
Clases de legados
Hay cuatro clases de legados: por vindicación, o sea de derecho real, por damnación, o sea de
obligación, a modo de permiso, o sea de tolerancia, y por precepción, o sea de preferencia.
Gayo, 2.192
De las cuatro clases, las más importantes son el legado vindicatorio y el damnatorio.

Legado vindicatorio (legatum per vindicationem). La forma del legado era "doy y lego".
También es válida la fórmula "Toma, quédate con o coge" (Gayo, 2.193). Dar se refiere
aquí, más que al acto de entrega o transmisión de la propiedad, al resultado de
adquisición del objeto legado. Y se llama por vindicación, porque tan pronto es aceptada
la herencia la cosa se hace de la propiedad civil del legatario (Gayo, 2.194).
La cosa se hace del legatario sin intervención del heredero, y aquél dispone de la
acción reivindicatoria como propietario civil.
o El testador sólo puede legar por vindicación lo que es de su propiedad civil en el
momento de hacer testamento y en el de su muerte.
 Legado damnatorio (legatum per damnationem). La forma del legado era: "que mi
heredero esté obligado a transmitir" (dare damnas esto. Ejemplo: "que mi heredero esté
obligado a transmitir mi esclavo Estico":
o
En la clasificación gayana se incluyen otros dos tipos de legado:
1. Legado de tolerancia o permisión (sinendi modo). La forma es: "que mi heredero quede
obligado a permitir", (damna esto sinere). La finalidad de este tipo de legado era el
respeto, impuesto por el testador al heredero, de una situación de hecho establecida a
favor del legatario.
2. Legado de precepción (legatum per praeceptionem). La forma es "apoderarse con
preferencia" (praecipito), ejemplo: que Lucio tenga preferencia para apoderarse de mi
esclavo Estico (Gayo, 2.216).
Los diversos tipos de legados tienden a unificarse en las dos formas más importantes: con
efectos reales, o legado vindicatorio, y con efectos obligatorios, o damnatorio.
Sujetos y objeto de los legados
En el legado intervienen tres sujetos: el testador o el que lega, el heredero o gravado, y el
legatario o beneficiado con el legado. En el derecho clásico, el que lega es el que hace el
testamento; en derecho justinianeo, el legado puede hacerse también en un codicilo, como
consecuencia de su equiparación al fideicomiso. Legatario es el que resulta beneficiado con el
legado. En el caso de legado indirecto, el legatario puede ser una persona distinta del
mencionado por el disponente.
Objeto del legado puede ser cualquier cosa, tanto cosas corporales como incorporales o
derechos. El legado puede consistir en creación de derechos a favor del legatario o en
modificación o extinción de relaciones ya existentes. El objeto consiste en una atribución
patrimonial lucrativa, en la que se puede imponer al legatario una carga modal, como en la
donación.
Adquisición del legado
El legatario no puede hacer suyo el legado hasta que el heredero no adquiera la herencia. Para
evitar el riesgo de que el legatario muriese antes de la aceptación del heredero voluntario, los
juristas entendieron que, desde el momento de la muerte del testador o de la apertura del
testamento, el legatario adquiere una expectativa, transmisible a los herederos.
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