266 FERDINANDO CASADIEGOS CÁCERES También el mancipante estaba obligado a garantizar la propiedad de la cosa transmitida y respondía con el duplo de su valor si enajenaba una cosa que no le pertenecía. Esta garantía se llamaba auctoritas y la acción con la que podía hacerse, actio auctoritas. Del mismo modo cuando se transmitía un fundo, si resultaba que tuviera medidas inferiores a las fijadas, por la mancipatio, se sancionaba mediante una acción, la actio de modo agri, el enajenante respondía al adquirente con una multa del doble del valor de la extensión faltante. En el derecho postclásico, con la desaparición de la distinción entre res mancipi y nec mancipi, la mancipatio perdió su importancia para quedar reemplazada en la compilación justinianea por la traditio, único modo idóneo de transmitir el dominio. En resumen para adquirir por medio de la mancipatio se requería: a) b) c) d) e) f) La presencia del tradens (tradente) La presencia del accpiens (adquirente) Cinco testigos púberos con el ius comercium El mutuo consentimiento de las partes El cobre y la balanza (aes et libran), significado del precio Remisión de la cosa: presencia del objeto, material o simbólicamente. 8.2. JURE CESSIO Dicho acto tenía lugar in iure, (ante el tribunal), esto es, ante el pretor o el gobernador de provincia. La persona que deseaba adquirir la propiedad, pronunciaba la siguiente fórmula en presencia del transmitente: Hunc ego hominem ex iure quiritium meum esse aio, digo que este hombre es mío por derecho quiritario. Como en la mancipatio, debía asir al esclavo en señal de dominio. El magistrado preguntaba luego al transmitente si tenía o no que objetar algo a la afirmación hecha por la otra parte y el interpelado permanecía en silencio. El magistrado confirmaba la declaración del adquirente, addictio, quien consiguientemente, adquiría la propiedad quiritaria tanto si el objeto era res mancipi, como si era nec mancipi. Esta era la clásica in iure cessio (transmisión ante el tribunal, una especie de ficticia reivindicatio).