Subido por Georgie Alday

Neuropsicología

Anuncio
Neuropsicología: definición,
historia y características
La neuropsicología es el estudio científico de la relación entre la función
cerebral y el comportamiento. Su misión es entender cómo el funcionamiento
del cerebro influye en los procesos mentales y en la conducta.
Esta disciplina se encarga del diagnóstico y tratamiento de las consecuencias
cognitivas y conductuales que provocan los diversos trastornos neurológicos.
Así, agrupa aspectos de la neurología y de la psicología.

Los principales descubrimientos se han obtenido a través de estudios de
lesiones, observando qué conductas dejaba de hacer el sujeto tras un daño
en cierta zona del cerebro. Dichos estudios provienen tanto de humanos
como de animales.
La neuropsicología toma de la psicología el interés por el estudio de la
dimensión cognitiva, conductual y emocional del ser humano. Mientras que
extrae de las neurociencias su marco teórico, los conocimientos sobre la
estructura y funcionamiento del sistema nervioso, así como las posibles
patologías o anormalidades de éste.
Es una ciencia interdisciplinar, pues parte de conocimientos que provienen
de la psicología, anatomía, biología, fisiología, psiquiatría, farmacología, etc.
La neuropsicología se centra en los procesos cognitivos superiores del córtex
cerebral.
Por
ejemplo:
visoespaciales, etc.
la
atención, memoria,
lenguaje,
funciones
¿Cómo surgió la neuropsicología?
La neuropsicología es una ciencia moderna que se desarrolló a partir de
mediados del siglo XX. El término “Neuropsicología” se recogió por primera
vez en los diccionarios en 1893. Se definió como una disciplina que busca
integrar las observaciones psicológicas de la conducta con las observaciones
neurológicas del sistema nervioso.
Aun así, el término neuropsicología se utilizó con moderación. Comenzó a
extenderse en 1930 cuando Hebb lo utilizó en su libro “Los determinantes de
la conducta. Un análisis neuropsicológico”.
Pero el término se consolidó más intensamente cuando Hans L. Teuber
presentó su trabajo “Neuropsychology” en el Congreso de la American
Psychological Association (APA) sobre diagnósticos y test psicológicos en
1948.
Entre 1950 y 1965 la neuropsicología humana adquirió un gran desarrollo.
Se hizo firme con la aparición de dos revistas internacionales especializadas:
“Neuropsychologia” fundada en Francia en 1963 por Henry Hecaen, y
“Cortex”, fundada por Ennio de Renzi en 1964 en Italia.
Después
se
crearon
diversas
sociedades
como The
International
Neuropsychological Society (INS) y la división de Neuropsicología de la APA
en Estados Unidos.
Según Ardila y Roselli (2007) podemos dividir la historia de la neuropsicología
en cuatro periodos:
Periodo preclásico hasta 1861
Este periodo comienza con primeras referencias de alteraciones cognitivas
unidas a daño cerebral observadas en Egipto hacia el año 3500 a.C.
Finalizando con las influyentes teorías de Franz Gall, el padre de la frenología.
Este autor planteó que el cerebro humano posee divisiones que alojan
distintas cualidades intelectuales y morales. La forma del cráneo, cabeza y
rostro se consideraban indicadores de la personalidad, inteligencia o
tendencias criminales.
Este es uno de los intentos más importantes de vincular la conducta con las
características del sistema nervioso.
Periodo clásico (1861-1945)
En 1861 se presentó en la Sociedad Antropológica de París un cráneo
primitivo. Se argumentó que existía una relación directa entre la capacidad
intelectual y el volumen del cerebro.
En ese mismo año murió el famoso paciente “Tan” estudiado por Paul Broca.
Este científico, en el examen postmortem, demostró que una lesión en la
zona frontal posterior podía afectar a la capacidad de hablar. Broca llamó la
atención de sus compañeros al señalar que sólo el hemisferio izquierdo se
alteraba cuando se perdía el lenguaje.
En este periodo, ocurrió otro avance fundamental: la publicación de la tesis
doctoral de Karl Wernicke en 1874. Este autor propuso la existencia de una
zona del cerebro que nos ayudaba a comprender el lenguaje. Además,
observó que se conectaba con el área de Broca.
Si esas zonas se dañaban o las conexiones se interrumpían, podían surgir
diferentes problemas del lenguaje denominados afasia. Wernicke también
definió varios tipos de afasia que podáis separarse clínicamente según la
localización de la lesión cerebral.
Los trabajos de Wernicke propiciaron el surgimiento de una serie de
esquemas y clasificaciones para los diferentes síndromes neuropsicológicos.
Los llamados “localizacionistas” afirmaban que existían zonas específicas del
cerebro que se relacionaban con ciertas actividades psicológicas.
Esto hizo que se propusiera un “centro de la escritura”, un “centro del
lenguaje”, un “centro glosoquinético”, etc. Numerosos autores siguieron este
enfoque; como Lichtheim, Charcot, Bastian, Kleist o Nielson.
Periodo moderno (1945-1975)
Este periodo se inicia después de la Segunda Guerra Mundial. Debido al gran
número de pacientes heridos de guerra con lesiones cerebrales, se
necesitaron más profesionales para realizar procedimientos diagnósticos y de
rehabilitación.
En esta etapa, apareció el libro de A. R. Luria, “La afasia traumática”,
publicado en 1947. En él propuso varias teorías acerca de la organización
cerebral del lenguaje y sus patologías, teniendo como base las observaciones
obtenidas de los pacientes heridos en la guerra.
Luria adoptó una perspectiva intermedia entre el localizacionismo y el
antilocalizacionismo. Según Luria, los procesos psicológicos como la atención
o la memoria, son sistemas funcionales complejos que necesitan varios
eslabones diferentes para su normal realización.
Luria no pensaba que una parte concreta del cerebro se encargara de una
función específica. Más bien consideraba que se da una participación
simultánea de varias áreas de la corteza cerebral para una misma función.
Lo que ocurre es que cada área se especializa en una forma de procesar la
información. Sin embargo, este procesamiento puede ocurrir en varios
sistemas funcionales.
Por otro lado, cabe destacar los trabajos de Geschwind. Éste propuso una
explicación de los síndromes corticales basado en anomalías de la
transmisión de información entre distintos centros de la corteza cerebral.
En este periodo también es fundamental el desarrollo de la investigación en
varios países. En Francia resalta el trabajo de Henri Hécaen, mientras que en
Alemania Poeck realiza aportes en sobre afasias y las apraxias.
En Italia, también se centran en trastornos afásicos De Renzi, Vignolo y
Gainitti, además de habilidades espaciales y construccionales.
En 1958 se crea el Instituto de Neurología de Montevideo. En Inglaterra, son
importantes los estudios de Weigl, Warrington y Newcombe sobre problemas
del lenguaje y alteraciones perceptivas.
En España se crea un grupo de trabajo especializado en neuropsicología
dirigido por Barraquer-Bordas. Mientras que en todos los países europeos
crean grupos de trabajo en torno a la neuropsicología, estableciéndose como
área científica y funcional.
Periodo contemporáneo (desde 1975)
Este periodo está marcado por el surgimiento de las imágenes cerebrales
como la tomografía axial computarizada (TAC), que supuso una revolución
en las neurociencias.
Esto ha permitido que se obtengan correlaciones clínico-anatómicas más
precisas y que muchos conceptos sean redefinidos y aclarados. Con los
avances se ha podido comprobar que existen otras áreas que no son
“clásicas” en la neuropsicología y que participan en procesos cognitivos.
En la década de 1990 la investigación avanza de la mano de imágenes no ya
anatómicas, sino funcionales.
Por ejemplo, las que se obtienen a través de la resonancia magnética
funcional (RMf) y la tomografía por emisión de positrones (TEP). Estas
técnicas permiten observar la actividad cerebral durante la realización de
actividades cognitivas como hablar, leer, pensar en palabras, etc.
También se incluyen instrumentos estandarizados de evaluación, con el
objetivo de fijar un lenguaje común en la neuropsicología. Algunos de ellos
son:
la
Batería
Neuropsicológica
de
Halstead-Reitan,
la
Batería
Neuropsicológica de Luria-Nebraska, el Neuropsi, la Escala de Memoria de
Wechsler, la Prueba de Boston para el Diagnóstico de las Afasias, la Prueba
de Clasificación de Wisconsin, la Figura Compleja de Rey-Osterrieth, etc.
Actualmente hay un gran interés por la rehabilitación de las secuelas
cognitivas fruto de lesiones cerebrales. Como consecuencia, ha surgido una
nueva disciplina de trabajo conocida como Rehabilitación Neuropsicológica.
Ésta parte de la idea de la plasticidad cerebral, señalando que nuestro
cerebro cambia con nuestras experiencias. Por ello, ejercita mediante
distintas tareas a pacientes con daño cerebral para revertir sus repercusiones
o mejorar la calidad de vida de éstos.
El avance es mayor día a día, pudiendo observarse en el gran incremento de
publicaciones científicas internacionales. Así como en el mayor número de
profesionales dedicados a su estudio.
El campo de acción de la neuropsicología se ha ampliado notablemente. Hoy
también se estudian problemas infantiles del desarrollo, fenómenos
relacionados con el envejecimiento, demencias, etc.
Características de la neuropsicología
La neuropsicología estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta. Se
diferencia de otras neurociencias conductuales porque se centra en las bases
neurales de los procesos mentales complejos.
Es por esto que tal disciplina está enfocada casi exclusivamente en los
humanos y en conductas asociadas a la memoria, al pensamiento, lenguaje
y funciones ejecutivas. Así como formas complejas de percepción y
motricidad.
Según Portellano (2005), las características de la neuropsicología son las
siguientes:
Carácter neurocientífico
Esta disciplina
es una neurociencia conductual, y utiliza el método
científico para el estudio del cerebro. Puede utilizar tanto el método
hipotético-deductivo como el analítico-deductivo.
En el primero se proponen hipótesis que son verificadas o rechazadas a
través de la realización de experimentos. Mientras que, en el segundo, se
hacen experimentos para comprobar la relación entre ciertos hechos o
variables.
Estudia las funciones mentales superiores
La neuropsicología se centra en los procesos cognitivos superiores, así como
en las consecuencias que tiene el funcionamiento cerebral en la conducta.
Estas funciones son atención, lenguaje, funciones ejecutivas, memoria,
gnosias, praxias, etc.
Estudia de forma preferente el córtex cerebral asociativo
Se debe a que esta área es la encargada de los procesos cognitivos
superiores. La neuropsicología se centra en tal área porque es muy
susceptible a sufrir daños.
Sin
embargo,
otras
áreas
como
el
tálamo, ganglios
basales, amígdala, hipocampo, cerebelo, etc. tienen implicaciones sobre la
conducta, y su lesión puede afectar a las funciones mentales superiores o la
actividad emocional.
Estudia qué consecuencias tiene el daño cerebral sobre
los procesos cognitivos
La
neuropsicología
clínica
estudia
especialmente
los
trastornos
del
pensamiento, afasias, amnesias, agnosias, apraxias, síndromes disejecutivos
y alteraciones neuroconductuales.
Utiliza modelos humanos
Aunque la neuropsicología humana coexiste con la de otros mamíferos, cada
una tiene sus propias características. Las conclusiones extraídas de la
cognición animal no siempre se pueden generalizar a la cognición humana,
pues los procesos cognitivos humanos son diferentes a las de otras especies.
Esto lo demuestra la proporción de la neocorteza, que está mucho más
desarrollada en los humanos. También existen conductas que sólo los
humanos realizamos, como nuestra forma de comunicarnos o lenguaje.
Aunque la investigación con modelos animales ha aportado información
importante sobre algunos procesos cognitivos humanos, hay grandes
limitaciones.
Carácter interdisciplinar
La autonomía de la neuropsicología se ha logrado gracias al aporte de otras
disciplinas como la neurología, biología, neurofisiología, neuroquímica,
medicina
nuclear,
psicología
experimental,
farmacología,
psicología
cognitiva, etc.
Los neuropsicólogos ejercen su actividad acompañados por profesionales de
otras
disciplinas
como
neurólogos,
neurocirujanos,
fisioterapeutas,
logopedas, psicólogos clínicos, trabajadores sociales, etc.
Para asegurar un tratamiento integral que cubra todos los déficits que puede
experimentar un paciente tras una lesión cerebral.
Ámbitos de aplicación
Los ámbitos de aplicación de la neuropsicología son muy amplios. El
neuropsicólogo puede actuar en el ámbito sanitario, educativo, social o en la
investigación científica.
Evaluación neuropsicológica
La neuropsicología resulta fundamental para diagnosticar el daño cerebral.
Esta ha sido la primera función que han realizado los neuropsicólogos.
Se utilizan procedimientos y test estandarizados que evalúan la inteligencia,
la atención, la orientación, la memoria, la planificación y organización, las
funciones visoespaciales y motoras, entre otras.
La evaluación neuropsicológica es recomendada cuando existen sospechas
de algún déficit cognitivo. Especialmente se utiliza en el daño cerebral
traumático, en los accidentes cerebrovasculares, en las dificultades de
aprendizaje, en los cuadros epilépticos, en los trastornos por déficit de
atención, en sospechas de procesos degenerativos como demencias, etc.
La evaluación permite saber dónde se encuentran los déficits y su nivel de
gravedad. Ésta es imprescindible que se realice correctamente y que sea
exhaustiva, ya que según los resultados obtenidos se fijará un tratamiento
determinado.
La evaluación neuropsicológica también se lleva a cabo en el seguimiento
para comprobar si la intervención está siendo efectiva o hay que hacer
modificaciones.
Rehabilitación cognitiva
Es objeto del estudio de la neuropsicología se centra en obtener programas
de intervención y rehabilitación de las funciones cognitivas. Las técnicas
utilizadas entran en el campo de la neurorrehabilitación.
Los programas de neurorrehabilitación tienen que estar adaptados a cada
paciente, teniendo en cuenta que existen muchas variables en cada caso. Por
ejemplo, la edad, la personalidad, la profesión o nivel educativo, contexto
familiar y sociocultural, etc.
Prevención del daño cerebral
Debido a que actualmente hay un aumento de los casos de daños cerebrales,
es necesario que la neuropsicología se implique en la prevención.
Esto puede hacerse participando en programas para prevenir accidentes de
tráfico y laborales. O bien en campañas de promoción de la salud de
enfermedades cerebrovasculares, acciones para prevenir el fracaso escolar,
o la prevención del consumo de drogas u otras adicciones.
Investigación
Todavía hay mucho por descubrir sobre el funcionamiento del cerebro y sus
patologías. Es importante promover la investigación para acercarnos más a
estos fenómenos y encontrar maneras más efectivas de evaluarlos y
tratarlos.
Las investigaciones avanzan cada día para crear nuevas herramientas de
evaluación neuropsicológica, así como la traducción y adaptación de las ya
existentes.
La
neuropsicología
también
es
fundamental
para
crear
nuevos
procedimientos de rehabilitación neuropsicológica, apoyándose en nuevos
descubrimientos. Poco a poco se están incluyendo las nuevas tecnologías
para lograr este fin.
Asimismo, es necesario investigar acerca de los perfiles neuropsicológicos de
ciertos trastornos, pues aún no se conocen por completo.
Referencias
1. Álvarez Carriles, J. C., Tirapu Ustarroz, J., Ríos Lago, M., & Maestú
Unturbe, F. (2008). Manual de neuropsicología. Barcelona: Viguera.
2. Ardila, A., & Rosselli, M. (2007). Neuropsicología clínica. México D. F.:
Editorial El Manual Moderno.
3. Carrión, J. L. (2015). Fundamentos de neuropsicología humana.
Madrid: Síntesis.
4. Junqué, C., & Ribal, J. D. B. (2010). Manual de neuropsicología.
Madrid: Síntesis.
5. Rufo-Campos, M. (2006). La neuropsicología: historia, conceptos
básicos y aplicaciones. Revista de Neurología, 43(1), 57-58.
6. Schoenberg, M. R., & Scott, J. G. (2011). The little black book of
neuropsychology: A syndrome- based approach. New York: Springer.
7. Neuropsychology (s.f.). Recuperado el 24 de febrero de 2017, de
Wikipedia: en.wikipedia.org.
Descargar