12.7 resumido para selectividad

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12.7 Guerra colonial y crisis de 1898.
A la altura de 1898, los restos del imperio colonial español, consistían en las dos grandes islas del Caribe: Cuba y
Puerto Rico; las islas Filipinas y un conjunto de pequeñas islas situadas en océano Pacífico.
El problema Cubano. La primera de guerra de Cuba concluyó con la firma de la Paz de Zanjón en 1878. Sin
embargo, la insurrección siguió latente por las aspiraciones de la población criolla y los intereses de los Estados
Unidos, que controlaban casi la mitad de las exportaciones de la isla. Además, la paz de Zanjón, fue más una
tregua que el final del conflicto, ya que ninguna de las promesas ofrecidas en la paz o en la Constitución del 76
(Art. 89) se cumplieron, lo que motivó que el conflicto se repitiese. Estas promesas incumplidas se basaban en
otorgar los mismos derechos políticos y representación en las Cortes a los cubanos, la participación de los
cubanos en el gobierno de la isla, otorgar Libertad de comercio a los cubano y la abolición de la esclavitud. Debido
a esto, tras la paz de Zanjón, se creó en Cuba un movimiento de oposición política a la Metrópoli. Siguiendo el
modelo bipartidista de España, se crearon en Cuba dos grandes partidos. El partido Autonomista, que pedía la
autonomía y reformas políticas y económicas sin llegar a la independencia; Por otro lado estaba la Unión
Constitucional, un partido españolista. La falta de reformas en la colonia, estimuló los deseos de emancipación e
independencia frente al autonomismo lo que produjo la aparición de un tercer partido; el Partido Revolucionario
Cubano, fundado por José Martí, cuyo objetivo era lograr la independencia. Este partido fue apoyado por Estados
Unidos.
En 1895 estalló una nueva insurrección independentista en Cuba, tras un pronunciamiento independentista
realizado en el pueblo cubano de Baire y que recibe el nombre de “grito de Baire”. Desde el gobierno de España,
Cánovas del Castillo, envió un ejército al mando del general Martínez Campos para pacificar la isla. Martínez
Campos no va a poder controlar la rebelión por la vía de la conciliación, por loque va a ser sustituido por
Valeriano Weyler, quien va a llevar a cabo una gran represión con el objetivo de extermina a los rebeldes. Pero
en esta guerra, los mayores problemas para los españoles no van a ser los guerrilleros cubanos, apoyados por
Estados Unidos, sino las enfermedades tropicales, causantes del mayor número de bajas en las filas españolas.
Tras el asesinato de Cánovas y conscientes del fracaso de la vía represiva de Weyler, el gobierno español lo
sustituye por el General Blanco, que volverá a realizar una política de conciliación para intentar mantener la
soberanía española en la isla y evitar el conflicto con Estados Unidos. Pero esta política llego demasiado tarde, ya
que los independentistas, se negaron a aceptar las propuestas españolas para finalizar la guerra.
El desastre del 98. Un oscuro episodio cambio el rumbo de la guerra: la voladura del acorazado
norteamericano Maine en el puerto de la Habana, fue el pretexto utilizado por Estados Unidos para intervenir en
la guerra. El presidente estadounidense McKinley responsabilizó a España de la voladura de su acorazado y
propuso la compra de la isla por 300 millones de dólares, dándole tres días para tomar la decisión. El gobierno
español negó cualquier vinculación con este suceso y rechazó el ultimátum estadounidense, amenazando con
declarar la guerra en caso de invasión de la isla. Los dirigentes españoles eran conscientes de la inferioridad
militar española frente a Estados Unidos, pero consideraban el ultimátum de Estados Unidos como una
humillación y se negaron a aceptarlo sin luchar. Así comienza la guerra hispano – norteamericana.
Filipinas: Al mismo tiempo que se produce el conflicto en Cuba, en el archipiélago de Filipinas se produce un
movimiento insurreccional dirigido por José Rizal apoyados por Estados Unidos. Esto complicó las cosas a
España ya que ahora tenía dos frentes abiertos.
Debido a su superioridad en navíos y armamento, Estados Unidos derrotó a los españoles en ambos frentes. En
1898 se firmaba el Tratado de París por la cual España se comprometía a abandonar Cuba, Puerto Rico y
Filipinas, que pasaron a ser un protectorado Norteamericano.
Tras esta derrota, España perdió los últimos dominios del imperio colonial con la venta de sus últimas posesiones
a Alemania y a Estados Unidos. De esta forma, España deja de ser una potencia colonial.
Las consecuencias del desastre del 98:
La derrota contra Estados Unidos y la pérdida de las colonias provocaron numerosas consecuencias:
1. Desde el punto de vista político, el sistema de la Restauración entra en crisis. Los partidos políticos tuvieron
que tomar medidas para hacer frente a la nueva situación. El desprestigio español impulsó el avance de los
nacionalismos periféricos.
2. Desde el punto de vista económico, la pérdida de las colonias supuso la desaparición del mayor mercado de las
manufacturas españolas (sobre todo el sector textil) y de los productos que llegaban de las colonias. Aunque no
todo fue negativo, ya que gran parte del capital invertido en las colonias se utilizará a partir de ahora para
dinamizar la economía interior en los años posteriores, lo que posibilitó un saneamiento de la Hacienda a
principios del siglo XX.
3. Desde el punto de vista militar, se puso de manifiesto la ineficacia del Ejército español, inadecuado para
hacerse respetar por las grandes potencias. La imagen del Ejercito quedo seriamente dañada. Uno de los mayores
problemas de este Ejército, era el injusto sistema de quintas.
Así pues, La crisis de 1898 no fue tanto una crisis política ni económica, sino que fue fundamentalmente una crisis
moral e ideológica. La derrota produjo un estado general de frustración.
4. Los intelectuales españoles criticaran el sistema de la Restauración y exigen la Regeneración del sistema. El
movimiento regeneracionista tuvo como máxima figura a Joaquín Costa que intentó una revisión de España para
explicar las razones del retraso español con respecto a Europa y buscó posibles soluciones, que serían una mejora
de la educación y un enriquecimiento del país. (Este era el sentimiento de un grupo de intelectuales que se
reunieron en la Institución Libre de Enseñanza) Dentro de este movimiento de “análisis de España” debemos
situar a otro movimiento intelectual y literario conocido como la Generación del 98 que intentaron analizar el
problema de España de manera crítica y pesimista. Pensaban que tras la pérdida del Imperio español había
llegado el momento de una regeneración moral, social y cultural del país. (Miguel de Unamuno, Pio Baroja,
Azorín, Antonio Machado…)
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