Abro los parpados lentamente, me encuentro tumbado en la cama y el sonido de ese despertador no para de sonar en mi cabeza, me levanto lentamente y ando hacia el cuarto de baño, decido darme una ducha debido a que he vuelto a tener esas pesadillas y tengo algo de sudor adherido al cuerpo. Al salir de la ducha me miro en el espejo que está algo empañado, no me puedo quejar supongo, tengo el cabello algo largo y rizado y unos ojos de color verde intenso aunque no se aprecie bien cuando me pongo las gafas, mido 1.73 y estoy en forma a pesar de que no hago mucho ejercicio, me llamo Alex por cierto. Al salir del baño vuelvo a mi cuarto para cambiarme y preparar la mochila, al terminar, me dirijo a la cocina donde me preparo un buen desayuno acompañado de mis pastillas. Miro el reloj y veo que voy a llegar algo tarde a sí que me lo tomo todo rápido y salgo corriendo hacia el instituto, voy a 2º de bachiller y soy el pequeño de la clase con mis 17 años cumplidos el 30 de diciembre. De camino me encuentro a Cris y a Javi un par de amigos y compañeros de bachiller, cris es una chica de cabello largo y oscuro y ojos marrones, tiene pecas y una constante sonrisa, Javi es un chico pelirrojo de ojos marrones claros. Estábamos hablando sobre los terribles exámenes y sus malvados creadores cuando sonó la campana y entramos en el instituto. Ya es hora de ir a casa, he sobrevivido a un examen sorpresa de economía cosa que muchos no pueden afirmar, al cabo de cinco minutos me despido de Cris y de Javi y entro en mi casa, saludo a mis padres y comemos en el salón como todos los días, al terminar me subo a mi habitación a escuchar música y más tarde estudiar. Se pasan las horas en mi habitación hasta que toca ir a cenar y después irme a la cama, esta es la rutina de mi vida, tan vacía tan normal… 1 Hoy no ha sonado el despertador y me levanto de la cama empapado en sudor, esas pesadillas otra vez… me levanto corriendo y me meto en la ducha, al salir miro el reloj, es muy tarde, no me va a dar tiempo a desayunar así que me preparo rápidamente y salgo corriendo de casa con el pelo empapado todavía, ¡las pastillas! Bueno por un día creo que no pase nada, aunque no he fallado nunca desde que tengo memoria. Por el camino no me encuentro ni a Javi ni a Cris por lo que aprieto más el ritmo y llego justo al toque de la campana. Una vez en clase miro a mi alrededor y tampoco les veo, se habrán puesto malos supongo, después de la primera hora de clase noto como me empiezan a molestar las gafas, es un picor en los ojos como si hubiera estado horas mirando una pantalla de ordenador, me las quito y para mi sorpresa no veo borroso, un milagro supongo, continuo las clases sin problemas excepto un leve sudor frio que me empezó a recorrer las sienes a partir de cuarta hora. Hora de volver a casa, con el insoportable pitido del timbre a la espalda camino hacia casa como siempre, me pongo las gafas en la entrada aunque me molesten ya que no quiero preocupar a mis padres. Al llegar mis padres me preguntan qué tal el día y les respondo que como siempre, comemos y me subo a mi habitación. El sudor frio me traspasa la piel, noto como se cala en los huesos, como acaricia mi alma y la congela lentamente, siento frío, mucho frío, me tumbo en la cama pensando que me habrán contagiado Javi y Cris esta especie de gripe, decido irme a dormir algo más temprano, prefiero no preocupar a mis padres con esta tontería, fijo que mañana se me pasa y quedará todo en el olvido, aunque ahora que me paro a recordar, nunca antes había estado malo, todo es muy extraño, nunca había peligrado mi rutina de esta manera, entre pensamientos y sudor me duermo lentamente, en silencio. 2 Estoy en una habitación blanca, jadeante, los pulmones me arden y el sudor frio ha traspasado los huesos, está dentro de mí. No tengo mis gafas, intento mover los brazos pero no puedo, tengo una camisa gruesa a mi alrededor, ¿Me habrán secuestrado? Una persona abre de repente la puerta de la habitación, no me lo pienso dos veces me levanto y cargo con ella, empiezo a correr sin ninguna dirección por unos pasillos blancos mal iluminados, suena una alarma, tengo pánico, me acurruco en un rincón y empiezo a gritar y llorar por igual. Suena el despertador y yo empapado en sudor, esas pesadillas cada día son más reales, me tomo un ibuprofeno para ver si se me pasa, me ducho como cada día y me preparo, voy a desayunar y miro las pastillas, no sé si debiera mezclar medicamentos, me las guardo en el bolsillo por si acaso, salgo de casa y empiezo a andar, no sé dónde voy, es extraño, no se ir a mi instituto, noto como que estuviera perdido, no reconozco, las casas todas las personas de la calle me miran, me estoy poniendo nervioso, lo mejor será volver a casa y descansar, no puedo ir así a clase, ese sudor frio está abriéndose paso por las arterias y noto como está mezclándose con mi sangre como hiela hasta el último trozo de mi ser. Llego a casa, está vacía, me desvisto y vuelvo a darme una ducha, el agua no sale caliente, el mundo me da vueltas noto que las paredes se están encogiendo, me visto rápidamente, esta no es mi casa, yo no reconozco estos cuartos. Empiezo a correr por las calles, la gente me mira y empieza a gritar mi nombre ¡Qué se callen, su voz es como una espada lacerando mis tímpanos! Sigo corriendo, mi corazón bombea litros de sangre helada, me caigo al suelo y comienzo a temblar, chillo, noto como se desgarra cada cuerda vocal, las lágrimas brotan por mis lacrimales, las voces de las personas no se callan y el dolor es tan intenso que acabo desmayándome. 3 Me despierto estoy en una habitación de paredes blancas y acolchadas, una camisa gruesa de fuerza atenaza mis brazos y los oprime contra mi pecho, el sudor frío ha cesado, las voces están en silencio, mi corazón late con total normalidad, se abre la puerta, esta vez son dos personas, me agarran cada una de un lado y me sacan de esa habitación, miro hacia atrás y veo que pone habitación nº 151. Los hombres me han llevado a una sala con dos sillas y una mesa, en ella hay un hombre de edad avanzada con una libreta y bata blanca, me habla pero es como si lo hiciera de un lugar muy lejano, poco a poco su voz se aclara -Alex no debes de agredir a tus cuidadores … -Está bien, espero que lo entiendas pero voy a tener que duplicar tu medicación Aparece una mujer de unos 25 años -¿Cristina me hace el favor de pasarme la risperidocina? -Por supuesto doctor Xavier, aquí tiene - Tomate las pastillas Alex, es por tu bien Me trago las pastillas con un poco de agua y noto que todo da vueltas. Abro los parpados lentamente, me encuentro tumbado en la cama y el sonido de ese despertador no para de sonar en mi cabeza, me levanto lentamente y ando hacia el cuarto de baño, decido darme una ducha debido a que he vuelto a tener esas pesadillas y tengo algo de sudor adherido al cuerpo… 4