Tres definiciones sobre reducción de daños

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TRES DEFINICIONES SOBRE REDUCCION DE DAÑOS
I. Un concepto con larga historia
La reducción de daños –también conocida como reducción del riesgo o minimización de los
daños- es una política social que tiene como objetivo prioritario disminuir los efectos negativos
del uso de drogas. Se orienta a disminuir la morbilidad y mortalidad, prevenir las enfermedades
transmisibles, favorecer la accesibilidad a los servicios asistenciales y mejorar la calidad de vida
de los usuarios de drogas.
Los programas de reducción de daños no pretenden la abstinencia en el consumo d drogas, sino
que tratan de reducir las consecuencias que éste provoca, admitiendo la dificultad que muchas
personas presentan para suspender el consumo. No procuran reemplazar los servicios dirigidos
a la abstinencia, sino que son un complemento indispensable.
La reducción de daños no constituye una política social nueva. De hecho, se considera que sus
principios fueron establecidos en 1926 en Gran Bretaña, por el Comité Rolleston, que recomendó
a los médicos prescribir drogas no sólo en base a la suspensión de las dosis, sino también en
dosis decrecientes.
El concepto de reducción de daños empezó a utilizarse a fines de los años 80 en la provincia de
Merseyside (Inglaterra) en respuesta a dos factores principales: 1) el problema de la infección
por VIH entre usuarios de drogas inyectables y 2) la sospecha creciente que las estrategias
adoptadas hasta el momento no habían mejorado la situación y, en algunos casos, habían tenido
el efecto no deseado de aumentar los daños asociados a las drogas. La elaboración de
intervenciones eficaces derivadas del enfoque de reducción de daños ha promovido su
reconocimiento internacional.
II. Una política de prevención de los problemas relacionados con las drogas
El uso de drogas constituye en la actualidad una práctica ampliamente difundida a la que se
asocian una multiplicidad de problemas que impactan en el orden individual, familiar, comunitario
y social.
En el campo de la salud, estos problemas se expresan en la alta incidencia de vih/sida,
hepatitis y otras infecciones, así como en las dificultades que el sistema sanitario encuentra para
responder adecuadamente a los requerimientos de los usuarios de drogas. En el campo de lo
social, se expresan en la exclusión, estigmatización y criminalización de esta población,
situaciones estas,
que repercuten negativamente en toda la sociedad.
La magnitud de estos problemas, junto con la percepción de los límites de las políticas
adoptadas con anterioridad, han jugado un papel fundamental para revisar las perspectivas
desde las que se aborda la práctica del uso de drogas. En este contexto se inscriben las
estrategias de “reducción de daños”.
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La reducción de daños es una política de prevención de los problemas relacionados con las drogas.
Es una política social que tiene como objetivo prioritario disminuir los efectos negativos producto del
uso de sustancias, tanto entre los usuarios de drogas como en la población en general.
III. Un abordaje que combina atención de la salud e integración social
Reducción de daños es una política social que tiene como objetivo prioritario disminuir los
efectos negativos producto del uso de drogas.
La reducción de daños:
- Acepta que el uso de drogas ha persistido a pesar de los esfuerzos por evitarlo.
- No pretende la abstinencia en el consumo de drogas, sino que trata de reducir las
consecuencias que éste provoca.
-No procura reemplazar los servicios dirigidos a la abstinencia, sino que es un complemento
indispensable.
-Amplía la variedad de tácticas de las intervenciones.
-Adapta los servicios a las necesidades de los usuarios.
Temas que aborda:
-Aproximación a la vez sanitaria y social del uso de drogas.
-Necesidad de asociar la asistencia y la prevención.
-Necesidad de luchar contra la exclusión social y de ir al encuentro de los usuarios más
marginalizados.
-El acceso a los servicios.
-Modificación de las representaciones sociales estigmatizantes.
-Necesidad de asociar a los usuarios de drogas a la prevención.
Estrategias de intervención:
-Ampliación de la oferta de atención.
-Intervenciones adaptadas a la heterogeneidad de los usuarios de drogas.
-Relación profesional – usuario de drogas más igualitaria y participativa.
-Objetivo de consumo controlado.
-Recursos abiertos, amigables y no censuradores.
Cambios en los servicios de atención:
-Dejar de lado la idea de que la abstención es la única meta a ser perseguida.
-Más accesibles, más interactivos: localización, flexibilidad de horarios, confidencialidad de las
informaciones.
-Difusión de los servicios por medios no habituales.
-Amplia gama de servicios alternativos.
-Apoyarse en la participación de los usuarios de drogas.
Líneas de Acción:
-Promover el consumo de menos riesgo.
-Promover el sexo más seguro.
-Facilitar el acceso a cuidados mínimos.
-Reemplazar el uso de sustancias adquiridas en el mercado ilegal por sustancias prescriptas.
-Promover el trabajo entre pares y la auto-organización.
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Filosofía:
-Reducción de daños como una estrategia eficaz para enfrentar los múltiples problemas sociales
y de salud asociados con el uso de drogas.
-Reducción de daños como una filosofía de trabajo que define una posición ética anclada en el
reconocimiento y la defensa de los derechos de todas las personas, sin condicionamientos
debidos a sus prácticas.
-Eficacia y Ética dan legitimidad y viabilidad a la reducción de daños como política pública.
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