COMUNIDAD Mg. AMANCIO ROJAS FLORES Introducción La comunidad es el conjunto de poblaciones de diversas especies que se relacionan entre sí en un área determinada. En una comunidad se encuentran algunas características que ayudan a definirla y de esta manera delimitar un estudio específico. Existen dos términos que se relacionan con comunidad: la formación y la asociación. Las plantas y los animales no viven aislados, sino que se asocian en comunidades, o sea, en determinados ambientes y en interdependencia. Por ejemplo, un bosque es una comunidad donde viven muchas plantas y animales diferentes. Se distingue entre comunidades de plantas, comunidades de animales y comunidades de plantas y animales o biocenosis. 1. Comunidades de plantas: Las comunidades de plantas están relacionadas con determinados ambientes con una composición de especies muy característica, donde influyen diversos factores ambientales: • los del lugar o sitio: el clima (luz, temperatura), el suelo (estructura, aireación, nutrientes, índice de acidez y alcalinidad o pH, microorganismos, etc.), el agua y la vegetación, entre otros. • los bióticos: genéticos, vitalidad, competencia, capacidad de dispersión, etc. • la historia del lugar: desarrollo del clima a través de los tiempos, aislamiento progresivo, cambios, etc. La adaptación a los diferentes factores conduce a comunidades vegetales muy características, que se conocen como formaciones vegetales, y que son variables en el espacio. Por ejemplo, en la Amazonía encontramos formaciones vegetales en zonas pantanosas con predominancia de la palmera aguaje y que se conocen como "aguajales"; formaciones de zonas inundables, que se conocen como várzeas, etc. Las cadenas de montañas altas, como la Cordillera de los Andes, producen cambios climáticos importantes con la altura, lo que da origen a formaciones y comunidades vegetales características: pajonales de la Puna, bosques de queuña o quinuales y formaciones de cactáceas. 2. Las comunidades de animales: Las comunidades de animales están íntimamente relacionadas y son dependientes de la disponibilidad de materia orgánica en forma directa o indirecta y que son las plantas terrestres o acuáticas. Es por esta razón que las comunidades de animales están integradas a formaciones o comunidades de plantas. La base de una comunidad animal la constituyen los animales que comen plantas (herbívoros) y a partir de ellos se desarrollan las cadenas alimenticias o tróficas: herbívoros - carnívoros - carroñeros - detritívoros. 3. Comunidades bióticas: Las comunidades de plantas y animales se integran en comunidades bióticas o biocenosis, que son el conjunto de plantas y animales de un determinado espacio en interdependencia. Por ejemplo, el pajonal de puna es una formación vegetal con animales característicos (vicuña, zorro, etc.) que viven en él. El lago de Junín es también una comunidad biótica con especies de plantas y animales propios y en interdependencia. Las comunidades bióticas encajan en áreas cismáticas y vegetacionales de la Tierra, denominadas biomas. Un bioma está integrado por formaciones vegetales (bosques tropicales, bosques secos, sabanas, desiertos, etc.) y con los animales adaptados a las mismas. Cada bioma tiene características especiales que lo distinguen de otros (bosque tropical, desierto, puna, bosque seco, etc.). ¿QUÉ ES EL BIOMA? El bioma es una unidad que incluye varias comunidades bióticas. Por ejemplo, el bioma del Bosque Tropical Amazónico incluye diversas comunidades bióticas, como el río, la cocha, el bosque inundable, el bosque de colina o restinga y diversos otros. EL ECOSISTEMA La integración de los diversos grupos de organismos (plantas y animales) en interrelación con los factores bióticos y abióticos en un área determinada se denomina sistema ecológico o ecosistema. El ecosistema es cualquier unidad que incluye la totalidad de los organismos, o sea la comunidad de plantas y animales de un área determinada, que actúan en reciprocidad con el medio físico (factores abióticos), dando origen a una corriente de energía que conduce a: • Una estructura de dependencia alimenticia o trófica: cadenas y redes tróficas. • Una diversidad de seres vivos o biótica, caracterizado por la diversidad de especies y la variabilidad de las mismas. • Ciclos de intercambio de materiales entre las partes vivas (compartimiento biótico o vivo) e inertes (compartimiento físico). Un ecosistema es un sistema abierto donde hay una continua corriente de captación y pérdida de sustancias, energía y organismos. Sus componentes característicos se dejan agrupar en dos compartimientos: el abiótico y el biótico. 1. El compartimiento abiótico: Está conformado por las sustancias inorgánicas y se denomina biotopo (del griego bios = vida y topos = lugar). Incluye: Materiales: que forman la base para la vida y donde se incluyen el oxígeno, el dióxido de carbono, el agua, el carbono, el nitrógeno, el fósforo, el azufre, el potasio, el calcio y las diversas sales minerales. Energía: proveniente del Sol en forma casi exclusiva. Estructura espacial: muy variable en los diversos ecosistemas (cuevas, lagos, playa arenosa, playa pedregosa, etc.). 2. El compartimiento biótico: Está conformado por los seres vivos de un ecosistema y que están ligados recíprocamente por las cadenas tróficas y se denomina biocenosis o comunidad biótica. Agrupa tres estratos: Productores o productores primarios: son todos los seres vivos que a partir de sustancias inorgánicas producen sustancias orgánicas y se denominan autótrofos, porque producen sus propios alimentos. En los ecosistemas terrestres llenan esta función las plantas verdes; en el agua las algas microscópicas o fitoplancton. Consumidores: son los organismos que viven directa o indirectamente de las sustancias generadas por los productores y por eso se denominan heterótrofos. Pertenecen a este grupo los animales, las bacterias y los hongos. Descomponedores o desintegradores: son también organismos heterótrofos que consumen materia orgánica muerta y la descomponen hasta sus componentes inorgánicos. Pertenecen a este grupo los necrófagos, que se alimentan de cadáveres; los coprófagos, que se alimentan de excrementos; los saprófagos, que se alimentan de materia podrida; los detritívoros, que se alimentan de detritos; y los mineralizadores o reductores, que reducen los compuestos hasta las formas más sencillas, como las bacterias y los hongos. El Flujo de Energía en el Ecosistema La energía es la capacidad de realizar un trabajo y el comportamiento de la misma la describen las leyes de la termodinámica, que son dos: La primera ley dice que la energía puede transformarse de una clase en otra, pero no puede destruirse. Por ejemplo, la energía de la luz se transforma en materia orgánica (leña), que a su vez se transforma en calor (fuego) y luz; el calor se puede transformar en energía de¡ movimiento (máquinas a vapor); ésta en luz (dinamo que produce electricidad), y así sucesivamente. La segunda ley dice que al pasar de una forma de energía a otra (energía mecánica a química a calor y viceversa) hay pérdida de energía en forma de calor. Cualquier cambio de una forma de energía a otra produce pérdidas por calor. De esto se deduce que un ecosistema no puede ser autoabastecido de energía en el corto plazo y que todos los procesos naturales son irreversibles en cuanto al flujo de energía, es decir, el flujo de energía sigue una sola dirección. ¿SABÍAS QUÉ? El 99.98% de la energía disponible sobre la superficie de la Tierra proviene del Sol, la restante de las mareas, de la nuclear o atómica, de la termal o sea del calor del interior de la Tierra, y de la gravitacional o sea la fuerza de la gravedad. La radiación solar, que llega a la superficie terrestre, varía según la latitud (a mayor distancia de la línea ecuatorial menor radiación), la altura sobre el nivel del mar (a más altura más radiación), la orografía (valles profundos tienen menos horas de sol) y la nubosidad (a mayor nubosidad menos radiación), influenciando fuertemente en el tiempo y el clima. De la energía solar que llega a la superficie de un ecosistema se aprovecha sólo un 1 % aproximadamente, porque las pérdidas son considerables hasta llegar a la producción primaria. En efecto, sólo el 45% de la luz disponible es absorbible por los orgánulos fotosintéticos; una parte de la radiación potencial es reflejada; otra parte es transmitida por los órganos vegetales, 0 sea, que pasa por ellos, y la energía absorbida es transformada en calor. En el mismo ecosistema hay pérdida de energía, porque cerca de la mitad de la producción primaria bruta es gastada por los productores en su metabolismo y se pierde como calor, y sólo la otra mitad está disponible para los consumidores como alimento (carbohidratos, celulosa, lignina, grasas, proteínas, etc.). En la cadena trófica, al pasar de un eslabón a otro, hay más pérdida de energía a través de la respiración y los procesos metabólicos de los individuos, porque el mantener vivo un organismo implica gastar, en forma de calor, parte de la energía captada; las sustancias no digeribles, que son excretadas o regurgitadas y descompuestas por los detritívoros; y la muerte de individuos, que ocasiona pérdidas, pero la energía es devuelta, en parte, por los desintegradores. La fotosíntesis de las plantas verdes es el proceso fundamental mediante el cual la energía solar es transformada en materia orgánica, que mantiene todas las formas de vida sobre la Tierra. Sin la energía solar no seria posible la vida, y el día en que el Sol cese de producir energía, también se acabará la vida en nuestro planeta indefectiblemente, al menos en forma generalizada. Naturalmente esto sucederá dentro de unos 7000 millones de años. 2014-06-05 Congreso aprobó ley que fomenta la conservación, recuperación y uso sostenible de los servicios ecosistémicos Lima, 5 de junio.- Con 83 votos a favor y ninguno en contra (tampoco hubo abstenciones), esta mañana el Congreso de la República aprobó la Ley de Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, el cual es un resultado positivo del trabajo conjunto y permanente de la Comisión de Pueblos Andinos Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología con los especialistas del Ministerio del Ambiente (MINAM). Aprobada en el Día Mundial del Ambiente, esta ley dará un adecuado marco jurídico a aquellos acuerdos voluntarios que ya se vienen registrando entre ciudadanos, para asegurar la provisión de bienes y servicios que nos brinda la naturaleza. Según explicó Roger Loyola, director de Evaluación, Valoración y Financiamiento del Patrimonio Natural del MINAM, esta ley fomentará acciones de reconocimiento para las dos partes involucradas: aquella que ayuda a mantener el ecosistema con acciones de conservación, recuperación y uso sostenible de los ecosistemas, y aquella que recibe el beneficio de esta labor. “El primer servicio ecosistémico que el MINAM está trabajando es el recurso hídrico, con el que se evalúa el trabajo entre cuencas altas y bajas, para el beneficio mutuo. También el carbono a través del cuidado de los bosques”, agregó Loyola. En otros casos, hay comunidades que han pedido que se cree un control de bosque y reciben un beneficio para evitar el uso del terreno y la tala de árboles. Ejemplos de este tipo ya se han llevado a cabo no solo en el extranjero – Costa Rica y Ecuador– sino también en el propio Perú. Por ejemplo, la compañía de Seguros El Pacífico suscribió un convenio que permite que el bosque de Tambopata (en Madre de Dios) se mantenga en pie y así la empresa compensa sus emisiones. Otro ejemplo es el de Moyobamba donde los usuarios pagan para mantener tres microcuencas del Alto Mayo y asegurar la calidad del agua para consumo humano. “Lo que proponemos es la medición y la regulación de las acciones humanas voluntarias. Ello no quita que las obligaciones ambientales ya establecidas se mantengan, pues no se exonera a ninguna persona, empresa o entidad del Estado de cumplir con sus deberes”, señaló Loyola.