Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que funciona bien si

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Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que
funciona bien si nosotros le damos lo que necesita y
cuando lo necesita. Es práctica frecuente el comer lo
que nos apetece sin tener en cuenta el funcionamiento
de nuestro organismo. Así es como, sin darnos
cuenta, nuestra figura empieza a perder esas
“esbeltas
líneas”
para
sustituirlas
por
esas
“voluminosas curvas”. Entonces decidimos “castigar” a
nuestro cuerpo y nuestra mente con “maravillosas”
dietas que nos prometen perder quilos en tres días.
!Que equivocación!. Si lo que pretendemos es moldear
el cuerpo, tendremos que mirarnos en el espejo y no
en la bascula. Es la calidad de nuestra alimentación lo
que más influye en nuestro cuerpo. Si esta es
adecuada y realizamos ejercicio físico con frecuencia,
nuestro cuerpo responderá con generosidad a nuestras
expectativas.
Necesitamos comer para mantener
en buen estado nuestro organismo y poder
realizar las actividades diarias. Todo ser vivo
necesita energía y nosotros la conseguimos a través
de los alimentos. La transformación de esa energía es
lo que llamamos “metabolismo”. No explicaremos aquí
los secretos de la transformación de la energía
química en energía mecánica ni como sufren los
alimentos el cambio dentro de nuestro organismo. En
otra ocasión lo haremos.
Lo que si debemos saber es que es lo que
necesitamos, en que cantidades, y cuando suministrar
alimentos a nuestra “maquina”.
Imaginemos que somos un coche.
Para
poder
funcionar
necesitaremos
gasolina,
aceite,
liquido
de
frenos,
refrigerante, etc. Si nos falta alguno de estos
elementos, funcionaremos mal y acabaremos en el
chatarrero. Si comenzamos un viaje y no ponemos
gasolina, difícilmente llegaremos al destino.
Bien.
Volvamos
a
ser
nosotros.
Necesitaremos para funcionar carbohidratos,
proteínas, grasas, vitaminas y minerales (y
alguna que otra cosilla más). Si dejamos de
comer alguno de estos elementos, nos sucederá como
al coche, que acabaremos en el “chatarrero” después
de haber pasado por “cincuentamil médicos”. Si
comenzamos el día sin ingerir los alimentos
necesarios, poco a poco iremos perdiendo energía y no
podremos acabar el día sin la sensación de cansancio,
como al coche que le falta gasolina.
Por lo tanto, necesitamos comer
de todo, incluso esas grasas que tanto nos
horrorizan, pero de una manera racional y
comedida. Una buena dieta debe ser una dieta
equilibrada que contenga todos los elementos que
necesita el organismo.
Existen multitud de actitudes frente a la
alimentación que están equivocadas. La más grave de
todas es que para adelgazar hay que dejar de comer.
¡! Por supuesto ¡! Nos quedaremos en los
huesos y probablemente sin salud. Si a
nuestro peor enemigo no le hacemos esa
jugada, ¿por qué se la hacemos a nuestro
cuerpo?. Si no alimentamos la “maquina”, esta no
funciona.
Todo el mundo sabe de alguna dieta
milagrosa conseguida en “no se que revista”, que
comiendo solo pollo y un plátano, o hinchándose a
sandia, o viviendo solo de lechuga, conseguimos el
cuerpo perfecto. ¡! No les hagáis caso ¡! Son
criminales y solo intentan eliminaros.
La guinda la ponen esas dietas
fotocopiadas de alguna “clínica famosa” que
te proponen comer una sopa “quema grasa”
que te hará perder “miles de quilos”. Esa
gente
es
la
más
peligrosa,
pues
escudándose en dudosas razones “científicas”, quieren
enviarnos al “mas allá”. Lo menos malo que nos puede
suceder es que acabemos con un cansancio bestial por
falta alimento.
Por desgracia, el enemigo lo
tenemos en casa. Nosotros somos los que
peor tratamos a nuestro “querido” cuerpo.
Nos levantamos por la mañana y decidimos
que con un café y una pasta ( ¡! Horror ¡! ) ya tiene
bastante. Llega el mediodía y, o nos comemos una
manzana, o una barrita energética, o nos hinchamos
en una comilona pantagruélica típica de la ocasión.
Pero lo peor está por venir. La cena. Una fruta, o un
yogur, o un poco de pan con tomate y cualquier
cosita. ¡! ASESINOS !¡. Os estáis cargando vuestro
organismo y desmontando todo el edificio de vuestro
cuerpo.
¡! Basta ya !¡. A partir de este momento
vamos a pensar en nosotros como algo a cuidar y
mantener en forma. Durante esta temporada vamos a
aprender como funcionamos, que necesitamos, cuando,
por qué, etc. Intentaremos hacerlo de una manera
amena y divertida para que os sea fácil seguirlo.
Incluiremos nociones sobre el funcionamiento del
organismo, que debemos comer según nuestra
actividad diaria, cuando comer, etc. En definitiva,
nuestra intención es que no tengáis problemas con la
alimentación y demostraros que para conseguir el
cuerpo que deseáis no hace falta “castigarlo”.
“EL GIMNÁS” os facilitará toda la información
necesaria, en varias entregas que
aparecerán periódicamente. Esperamos
que os sean de utilidad, pues también
incluiremos menús y recetas.
¡! Vamos a adelgazar comiendo !¡.
Partiendo de la base que, entre otras razones,
comemos para mantener en funcionamiento nuestro
organismo, vamos a desarrollar superficialmente un
perfil de dieta.
Como
decíamos
anteriormente,
nuestro
organismo necesita “gasolina” para funcionar. Esa
gasolina son los carbohidratos (glúcidos, hidratos de
carbono). Es la mayor fuente de energía inmediata,
necesaria para realizar cualquier esfuerzo.
Es por tanto imprescindible “llenar el deposito”
antes de comenzar el día. También debemos reponer
“combustible” durante el día. Será al finalizar la
jornada, cuando vayamos a “aparcar” nuestro cuerpo,
cuando dejaremos de ingerir carbohidratos. ¿Por
qué?. Es curioso el comportamiento de los
carbohidratos cuando, una vez ingeridos y no
utilizados, deciden transformarse para mantenerse en
reserva por si necesitamos energía en otra ocasión.
Pero, la forma que toma para almacenarse es,
¡¡GRASA¡¡. Y además los muy puñeteros van a parar a
los depósitos principales del cuerpo. Es decir,
caderas, glúteos y abdomen.
Por lo tanto será durante el día cuando
tomaremos la mayoría de los carbohidratos y por la
noche los justos para mantenernos.
Consumo de carbohidratos durante el día
Cantidad
Carbohidratos
Mañana
Noche
Otro de los elementos necesarios para el
correcto funcionamiento de nuestro organismo son las
proteínas. Estas nos aportan el material plástico para
reparar los tejidos. También se utilizan para crear
energía y en otros procesos metabólicos. Partiendo de
esta premisa, la necesidad de proteínas vendrá dada
por la necesidad de reparación de tejidos que
hayamos “destruido” durante el día. Por lo tanto la
proteína la consumiremos, principalmente, después del
esfuerzo. Así conforme avance el día aumentaremos
la ingesta de proteínas.
Consumo de proteínas durante el día
Cantidad
Proteínas
Mañana
Noche
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