¿Qué quedará cuando hayan pasado los cien días de Manifesta... director de Arteleku, escribió respecto de Manifesta 5, que...

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La burbuja cultural (La Verdad, 17-10-2010)
¿Qué quedará cuando hayan pasado los cien días de Manifesta 8? Santi Eraso, quien fuera
director de Arteleku, escribió respecto de Manifesta 5, que tuvo por sede San Sebastián: «La
Bienal Europea que, por fortuna, es nómada e itinerante, vino, se fue y casi nadie ha sabido
como ha sido. Terminó como empezó, entre 'coktails', fiestas para 'vips' y mucho reparto de
acreditaciones para profesionales del arte. Durante los cuatro meses que ha durado la
actividad pública poco más ha ocurrido».
Se insiste en el argumento legitimador del 'retorno' de la inversión en forma de ingresos
turísticos.
Pero hay que objetar que ese retorno no tiene como destino el presupuesto de Cultura ni,
directamente, la hacienda pública y sobre todo, se escamotea cualquier discurso sobre su
rentabilidad cultural, de la que apenas se habla.
Borja-Villel ha señalado que, en la Transición, se labró el mito de que democracia y creatividad
iban juntas, que vitalidad y radicalidad se asociaban, sin darnos cuenta de que se habían
convertido en meras etiquetas para el consumo. Por eso se intenta en Murcia la apropiación
institucional de los discursos 'transgresores' y críticos, que quedan desactivados y puestos al
servicio del sistema de poder conservador que domina la Región.
De ahí que la primera tarea de un discurso crítico sea desenmascarar esta expropiación, esta
transformación de los «imaginarios de antagonismo y contra-dominación en imaginarios
dominantes», de las «retóricas de la resistencia en la ideología hegemónica» (Jose Luis
Brea).
Pero, ¿hasta dónde puede hacerlo, a pesar de la libertad formal de los creadores -siempre
condicionados por el papel preponderante de los intermediarios-curators-, una bienal sostenida
por completo con recursos públicos y sujeta a dispositivos institucionales que controlan y
limitan cualquier autogestión de sentido?
Como todo 'gran evento', se acaba reproduciendo un modelo de consumo cultural pasivo y
cuantificable, que reduce la producción artística a mera mercancía, y a los ciudadanos a la
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La burbuja cultural (La Verdad, 17-10-2010)
condición de público, de turistas de su propia ciudad, según criterios globales de puro mercado
como corresponde al nuevo modelo de 'capitalismo cultural'.
Especialmente cuando faltan todas las mediaciones para evitar que esto ocurra: se descuida
irresponsablemente la educación artística de los ciudadanos (el 85,3% de los habitantes de la
Región no visita nunca exposiciones, ni el 76% museos), la formación de artistas y la
investigación y la innovación creativa.
Se desprecia la participación de estos mismos ciudadanos en programas culturales de
proximidad en los que puedan implicarse activamente. Se fijan límites a la crítica, que sólo se
admite abstracta o estéticamente politizada, y se censura (caso Leo Bassi) si es concreta.
Desvanecidas ya todas las esperanzas de que la nueva etapa protagonizada -nunca mejor
dicho- por Cruz fuese otra cosa que una modernización retórica y superestructural que hace
coincidir interesadamente expresiones de vanguardismo artístico-mediático con una de las
sociedades más ágrafas del país, con un auténtico despilfarro de recursos, ahora sólo nos
queda esperar que el inevitable pinchazo de la burbuja cultural haga el menor daño posible
antes de iniciar el lento proceso de reconstrucción del tejido cultural afectado, al tiempo que
encaramos la tarea de definir un nuevo proyecto cultural adaptado a nuestra realidad y
necesidades colectivas.
Patricio Hernández Pérez es presidente del Foro Ciudadano de la Región de Murcia.
http://www.laverdad.es/murcia/v/20101017/opinion/burbuja-cultural-20101017.html
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