Barranquilla, octubre 9 de 2010 EL ACCESO A LA SALUD Alvaro Villanueva C. En 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 1.7 billones de personas, una tercera parte de la población mundial no tenía un acceso mínimo a los medicamentos y vacunas. En la actualidad esta situación si no ha empeorado podría ser peor o lo mismo. El principal obstáculo fue considerado el costo. En el 2002 el gasto en salud per capita variaba de 26 dolares en Sur de Asia, 32 en Africa Subsahariana, 218 en Suramérica y 3039 dólares en países desarrollados. El acceso a la salud es la posibilidad de utilizar apropiadamente la tecnología actual, a través de personas idóneas, e instituciones responsables, los tratamientos y avances traídos por la ciencia que ayudan a prevenir, disminuir o controlar las enfermedades, lo cual constituye una parte importante del bienestar diario de las personas y la comunidad en general. La falta de acceso a la salud se tiene como uno de los peores indicadores en el desarrollo de las naciones, mostrándose que aun cuando haya crecimiento financiero del país, sus empresas e instituciones se modernicen, una gran parte de la población, permanecerá siempre inconforme con el abandono, el incremento de la pobreza, la violencia, el vicio y la delincuencia. Pero otros factores también impiden mejorar el acceso a la salud, y Colombia si que los tiene, como un inadecuado funcionamiento de su sistema de salud, que apenas ahora, diez y siete años después, trata de reformar la Ley 100, sin responsabilidades ni responsables, la cual dejó uno de los sectores mas corruptos, secundario a decisiones políticas sin participación científica, falta de restricciones a la venta y consumo de medicamentos, sumadas a dificultades en el sistema de justicia, que terminan frecuentemente en la necesidad de La Tutela, para el reconocimiento de sus derechos. La complejidad de lograr un oportuno y consecuente acceso a la salud involucra no solamente al gobierno, sino a la empresa privada, como los propietarios de las tecnologías y de sus patentes, y los dueños de grandes y pequeños mercados. Por otra parte, también determina el acceso, la personalidad, ideología y arraigos culturales de nuestras gentes que en ocasiones ignoran y en otras rechazan las oportunidades ofrecidas, como es el caso de la respuesta negativa a la vacunación. En el medio en donde vivimos un alto porcentaje de la población no tiene acceso a la salud y si la tiene es bastante limitado, alrededor de un 50% de la población, dependiendo del tipo de comunidad que se mire, necesitándose urgentemente el ordenamiento de políticas, estrategias de funcionamiento con veedurías y participación ciudadana, para el cubrimiento de las necesidades mínimas, la alimentación, la educación, la vivienda, el transporte, la comunicación, el sano entretenimiento y por supuesto la atención médica. Problemas en donde se han invertido enormes esfuerzos y capitales, que han ido a parar a cualquier parte, menos en donde se necesitan. El reconocimiento a la preocupación y actividades de los actuales gobernantes locales del Departamento del Atlántico y el Distrito de Barranquilla es innegable, y constituye el punto inicial a la necesidad de una verdadera y positiva participación ciudadana de organizar un buen ACCESO a tantas necesidades aun cuando se trate de un camino difícil y tortuoso, y es aquí en donde todos tenemos que ayudar. Para lograrlo la principal herramienta es la solidaridad, la cual solo se logra ante las decisiones honestas, serias y responsables de los gobernantes, una administración ordenada y vigilante de los recursos, y un ser humano dispuesto a entregarlo todo por el amor a sus semejantes. Si las actuaciones de nuestros gobernantes actuales son serias, para mejorar el acceso, deben también estos recibir la necesaria colaboración de las grandes empresas y ciudadanos de bien. Micahel Reich Director del Takemi Program en Salud Pública de Harvard School of Public Helth en Boston, en su reciente libro ACCESS, reafirmó que ¨El mundo debe utilizar también tiempo y recursos no solo en descubrir nuevas tecnologías y medicamentos sino en cómo hacerles llegar a las personas necesitadas estos descubrimientos¨.